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Triple impacto empresarial

No hay dudas de que el modelo económico global actual no es sostenible en el tiempo: se consume o extrae más de lo que la naturaleza puede regenerar, se emiten gases contaminantes de manera indiscriminada, se fomenta el individualismo y millones de personas no llegan a cubrir sus necesidades básicas. Afortunadamente, están surgiendo nuevas formas de hacer negocios y empresas que eligen ser parte de la solución en vez de ser parte del problema. Ejemplo de ello son las Empresas B y las Empresas de triple impacto, las cuales se comprometen a generar un impacto social y ambiental positivo, al mismo tiempo que persiguen una rentabilidad (impacto económico).

A estas empresas también se las denomina “Empresas con propósito”, porque si bien tienen fines de lucro, quieren convertirse en agentes de cambio y tienen una razón para operar y hacer negocios que va más allá de los beneficios económicos. Se comprometen a tomar decisiones considerando las consecuencias de sus acciones para la sociedad y el planeta, tanto a corto como a largo plazo. En lugar de crear valor únicamente para el accionista o shareholder, eligen crear valor para todos los grupos de interés o stakeholders.

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Este nuevo paradigma empresarial va más allá de la responsabilidad social empresaria (RSE) ya que plantea que se puede generar un impacto positivo desde el propio negocio, desde el core, desde la operatoria principal. Ya no se trata de acciones aisladas sino de una propuesta de éxito corporativo diferente. En vez de crear necesidades en los consumidores, ¿por qué no solucionar problemas existentes y cobrar por ello?

Para quienes estén arrancando, la recomendación es encontrar un problema a solucionar que los motive y ofrecer una solución por la que alguien esté dispuesto a pagar. Para las empresas existentes, revisar el modelo de negocios, si es posible cambiar la lógica y sino al menos comenzar a incorporar buenas prácticas. Sistema B pone a disposición una herramienta de medición gratuita para quienes quieran comenzar a medir su impacto e identificar oportunidades de cambio. Seguramente hay mucho para mejorar en áreas como la Gobernanza, Clientes, Trabajadores, Comunidad y Medio Ambiente.

Grandes empresas como Danone redefinieron su misión y cambiaron la forma de operar. Muchas empresas medianas y pequeñas también lo hicieron o están en el camino.

Hacer negocios “a toda costa” está quedando obsoleto; cada vez son más los consumidores y consumidoras que eligen empresas responsables, empresas consistentes con el desarrollo sostenible. Cada vez son más los trabajadores y trabajadoras que eligen trabajar en empresas con propósito, para poder dejar huella a través de su trabajo diario. Cada vez son más las empresas que eligen proveedores responsables.

Aún estamos a tiempo de crear empresas o reconvertir las existentes para que sean más consistentes con los desafíos actuales. Todavía está la oportunidad no solo de no quedarse fuera, sino incluso de ser pioneros y pioneras en aprovechar la fuerza del mercado para dar solución a algún problema existente. ¿Nos animamos?.

Por GISEL PONTNET

Contadora y Licenciada en Finanzas. Consultora Impactando Proyectos. impactandoproyectos@gmail.com

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