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Opinión de CEO
Sean Rooney, presidente de Shell Argentina
Para alcanzar un desarrollo a gran escala hacen falta inversiones muy grandes
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Shell es una de las empresas más activas en el desarrollo de Vaca Muerta. Desde el año pasado duplicó su producción para llevarla a más de 25.000 barriles de petróleo. Semanas atrás informó que, junto con YPF, pasará a desarrollo masivo el bloque de Bajada de Añelo. Sean Rooney, presidente de Shell Argentina, compartió con IMPACTO ECONÓMICO su balance sobre el sector, la empresa, los planes para el 2022 y las materias pendientes para incentivar una mayor inversión en el sector Oil & Gas.
¿Cuál es el balance del 2021, a nivel del sector? A medida que dejamos atrás los peores momentos de la pandemia, se recupera la demanda y también la oferta de crudo y gas en Vaca Muerta. Son datos positivos, pero también nos ponen frente a nuevos desafíos, como volver a mirar el largo plazo. Uno de esos desafíos que tenemos en los próximos meses es ampliar la infraestructura existente, principalmente en la evacuación y el transporte. Con el crecimiento que hubo en la producción ya estamos llegando al límite de capacidad de evacuación en la cuenca. Hacen falta nuevos ductos y obras de ampliación de capacidad.
Los proyectos que tenemos las operadoras hoy todavía van a seguir creciendo. Pero, además, esperamos que haya nuevos proyectos de desarrollo y más grandes. Para que haya un desarrollo masivo de Vaca Muerta, como vimos en otras experiencias globales, ganar escala es fundamental para que haya más operadoras, más inversiones, obras, empresas de bienes y servicios. Si no solucionamos el desafío de la infraestructura, puede ser un obstáculo.
¿Y a nivel de la empresa? Fue un año de muchos objetivos cumplidos, a pesar del contexto. En Sierras Blancas, triplicamos nuestra capacidad de producción instalada hasta los 42.000 barriles diarios de petróleo, con la construcción de una segunda planta de producción que se suma a la que ya teníamos en operación desde 2016. Continuando nuestro plan de inversiones sin cambios ni demoras significativas, desde el año pasado duplicamos nuestra producción a más de 25.000 barriles de petróleo y planeamos, a través de un plan de perforación de 30 nuevos pozos promedio anuales, llevarla a los 42.000 barriles para abastecer ambas plantas al máximo. También este año pasamos a desarrollo masivo Bajada de Añelo, un bloque que operamos con YPF como socia en la ventana de transición entre petróleo y gas de Vaca Muerta.
SEAN ROONEY
Presidente de Shell Argentina.
¿Cuáles considera son las materias pendientes para incentivar la inversión en el sector Oil & Gas? Para alcanzar un desarrollo a gran escala del mercado del petróleo y gas de Vaca Muerta hacen falta inversiones muy grandes y de largo plazo. Las medidas que van a contribuir a que esas inversiones se produzcan son aquellas
que ayuden a generar confianza y disipar la incertidumbre y el riesgo de largo plazo. Un horizonte de estabilidad y previsibilidad regulatoria, con acceso a divisas y alineamiento de los precios locales con los internacionales, son algunos de los factores que no pueden estar ausentes. ¿Qué tanto puede impactar el contexto macroeconómico en el nivel de actividad? Con horizontes de inversión y recupero de años o décadas, las inversiones que realizamos son planificadas a largo plazo. No hay un impacto directo significativo de las coyunturas. Lo que miran los inversores a la hora de destinar su capital a la Argentina es la competitividad que ofrecen las inversiones en la cuenca frente a otros activos en el mundo. Eso no está determinado solamente por las variables macroeconómicas o los costos sino también por factores como la confianza, el riesgo y la estabilidad y previsibilidad de las condiciones de inversión en el largo plazo. Asegurar condiciones óptimas de inversión, con acceso a divisas y alineamiento de los precios internos a los internacionales, y acuerdos entre los actores públicos y privados a lo largo de la cadena para sostener esas reglas en el tiempo tendría un impacto positivo sobre el nivel de inversión y por ende, en el desarrollo de la actividad.
¿Planes para 2022 en Vaca Muerta? En Sierras Blancas estamos por empezar la construcción de un oleoducto de 105 km de largo y una capacidad de 120.000 barriles (20.000 m3) para evacuar nuestra producción desde Sierras Blancas, en Neuquén, hasta Allen, en Río Negro. Este es un proyecto muy importante para nosotros porque es el primer paso que damos en el midstream para abordar de manera más eficiente y a menor costo la evacuación del crudo. Además, en el marco del pase a desarrollo de Bajada de Añelo, construiremos nuestra primera planta en el bloque, con una capacidad de procesamiento de hasta 15.000 barriles diarios de petróleo (2.500 m3/d) y 70 millones de pies cúbicos de gas diarios. Allí conectaremos los 12 pozos que ya tenemos en el área y 16 nuevos pozos que haremos en los próximos años para abastecer plenamente la planta para el 2024.