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Qué se ha logrado?
occidental. Este movimiento presentó una “Declaración de los Derechos del Niño” en Moscú durante la primera Conferencia Nacional de las Organizaciones por la Educación Cultural en febrero del año 1918 y aportó reflexiones y elementos muy avanzados para su época.
52 años después, en el 1970, nació en Europa el Movimiento por la Liberación de los Niños (Childrens Liberations Movement) que buscaba de manera firme, que niños, niñas y adolescentes fueran vistos como sujetos independientes y no como “indefensos” y “necesitados” de ayuda, y se oponían a cualquier intento de los adultos de hacerlos más pequeños o inferiores (Liebel: año: 36).
7 años más tarde nació en Perú el primer movimiento infantil en América Latina y se llamó “Movimiento de Adolescentes y Niños Trabajadores Hijos de Obreros Cristianos (MANTHOC). En 1980 nació el Movimiento Nacional do Meninhos e Meninhas de Rua (MNMMR) en Brasil y a partir de ahí empiezan a surgir en Latinoamérica muchos movimientos por los derechos de la infancia.
De acuerdo con Manfred Liebel (2009: 39) una diferencia importante entre los movimientos infantiles nacidos en Europa y Estados Unidos con los que nacieron en América Latina, es que estos últimos se realizaron por los propios niños (con ayuda de los adultos) y se caracterizaban por ser niños de escasos recursos que querían defender sus intereses y sus derechos.
Hace apenas 30 años (en el 1989), se reunieron 145 países de todo el mundo para conversar sobre los derechos de la infancia y lograron construir una Ley internacional que obliga a los Estados y gobiernos a trabajar por los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
Esta Ley (o tratado internacional) se llama “Convención de los Derechos del Niño” y contiene todos los derechos políticos, civiles, sociales, económicos, culturales y ambientales de los niños, niñas y adolescentes que los Estados deben garantizar.
Después de este tratado, y por primera vez en el mundo, se empieza a mirar a niños, niñas y adolescentes como personas con capacidad de decidir y participar y no como propiedad de los adultos, indefensos o inmaduros. Actualmente 192 países de todo el mundo (incluyendo a México), han aceptado la Convención de los Derechos del Niño, por lo que están obligados a garantizarles sus derechos humanos y a mirarles como ciudadanos al igual que a los adultos.