Ricardo Diaz Iacoponi
LA
ABEJA DIFERENTE
LA ABEJA DIFERENTE
© Texto: Ricardo Diaz Iacoponi © Ilustraciones: Editorial Gunis © Diseño & Maquetación: Editorial Gunis Editorial Gunis info@editorialgunis.com www.editorialgunis.com Reservados todos los derechos.
Ricardo Diaz Iacoponi
LA
ABEJA DIFERENTE
En el fondo de mi casa había un pino muy alto y en una de sus ramas las abejas habían construido su colmena. Todos los días las laboriosas abejitas visitaban los jardines de las casas del barrio para extraer el polen y el néctar de las flores. Yo pasaba largas horas en el parque observándolas con un telescopio de juguete, pero que tenía un muy buen alcance, que me había traído Papá Noel. Era tanto lo que me gustaba observarlas que decidí llevar adelante una investigación. Revisé en internet en busca de toda información relacionada con las abejas. Ahí me enteré que en cada colmena hay una abeja Reina que es la madre de todo el pueblo. Después están los Zánganos que al igual que la Reina no trabajan para la colmena, debido a que no tienen herramientas para ello.
Por último están las abejas Obreras que son las que estamos acostumbrados a ver en nuestros jardines. Las abejas Obreras llevan a cabo una gran cantidad de actividades: recolectan y transportan polen y néctar para producir miel, elaboran la papilla real que sirve de alimento a la abeja Reina, fabrican los panales de cera y además son las que defienden la colmena contra invasores y atacantes. Le pedí a mi Mamá un cuaderno de tapa dura y me encargué de tomar notas de todo lo que veía que hacían las abejas. Poco a poco empecé a reconocer algunos ejemplares a los que les puse un sobrenombre y los dibujé en mi cuaderno para tenerlos identificados. Estaba la abeja más gordita, la más chiquita, la que tenía una antenita doblada, la más distraída, la más ordenada, pero había una que se diferenciaba de las demás, ya que no seguía los comportamientos que sí seguían el resto de sus compañeras, ella parecía seguir su propio criterio.
Si el enjambre se disponía a ir a tal jardín, ella iba a otro. Si todos volaban hacia una dirección, ella lo hacía hacia la contraria, si todos subían, ella bajaba. De a poco empezó a generar malestar entre sus compañeras. - ¿Esa quien se cree que es?, dijo una... - siempre hace lo que quiere. - Otra contesto: Si todas vamos para un lado, ella va para el otro, si todas regresamos, ella recién sale. Y así murmuraban todo tipo de cosas entre ellas. Sin embargo nadie se animaba a decirle nada porque era por lejos la que más y mejor polen recolectaba. Un día hubo una asamblea y todas las demás Abejas aprovecharon para quejarse ante la Reina. - Esa Obrera siempre hace lo que quiere. Si vamos al Norte ella va al Sur, si vamos al Este ella se dirige al Oeste.
- Es cierto dijo otra. No le importa lo que hagamos las demás. Ella siempre se corta sola. - Si... Es distinta al resto de nosotras. Debería ser expulsada de la colmena. Entonces la Reina movió sus alas con gran velocidad y todo el mundo hizo silencio de inmediato. Luego comenzó a caminar entre todas las abejas mientras les decía: abejitas escuchen muy bien lo que les voy a decir. Esa obrera no es distinta a las demás. Distinta puede ser una hormiga, un saltamontes o un caracol. Ella en todo caso es diferente. Pero ser diferente no es malo, al contrario, puede ser muy beneficioso para la colmena ya que siempre está explorando nuevos jardines y lugares a los no habíamos visitado antes. Y en más de una oportunidad ha descubierto plantas y flores nuevas que han traído variedad a nuestra comunidad.
Todas sabemos que la miel que producimos varía su sabor dependiendo de que planta extraigamos el néctar. Por lo que si probamos con plantas distintas, tendremos miel de distintos sabores. Así que, en vez de criticarla, lo mejor sería que valoremos y aprendamos de ella, de su curiosidad, de su interés por descubrir cosas nuevas, por aprender. Es más, todas deberían tomarla como ejemplo y animarse a explorar lugares nuevos. Las Obreras se miraban entre ellas pero ninguna se animo a decir nada.
Al otro día todas las Abejitas se animaron a explorar jardines nuevos y plantas a las que nunca habían ido antes. Y al hacerlo conocieron lugares nuevos lo que hizo que estuvieran más entusiasmadas y entonces trabajaban más contentas y producían mejor miel. En poco tiempo se convirtieron en el panal que más y mejor miel producía de toda la zona y todo gracias a una Abejita que era diferente a las demás. FIN
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