Dios quiso que yo aprendiera algunas cosas:
que el toque suave, engendra alegría.
Que la compasión y la bondad mucho valen.
Que la mano fuerte también nos ayuda,
y que de la dulzura nace la fortaleza.
Que hay un gran poder en la caricia.
Y mil formas de demostrar amor.
Dios quiso que yo aprendiera estas cosas,
y por eso me dio
A MI MADRE.