Lo que hoy conocemos como el grupo de tradiciones rítmicas dominicanas es en realidad una mezcla que parte de la creatividad de nuestros primeros habitantes —en las paredes de las Cuevas del Pomier todavía quedan vestigios de los bailes del areíto taíno— y se enriquece con los contactos que se dieron con Europa y África. En Identidad y magia el folklorista Dagoberto Tejeda relata la historia de los géneros, los instrumentos, las festividades y el impacto cotidiano de estas fusiones, ilustradas con las coloridas fotografías de Mariano Hernández y Pedro Genaro. El libro termina siendo un rico documento que permite apreciar en detalle la evolución de los bailes folklóricos que forman la herencia cultural dominicana, a la vez que sirve de testigo de aquellas danzas que nuestros pies han olvidado pero cuyos indicios permanecen en nuestro presente, trazando su huella sobre los movimientos que vendrán.