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La dinámica regresiva haitiana
Cuando viajamos a México a realizar nuestros doctorados en Sociología, Franc y yo estrechamos más nuestra amistad, al igual que nuestras preocupaciones intelectuales nos condujeron a crear un verdadero programa de trabajo académico común que durante varios años mantuvimos en Ciudad de México. Una vez a la semana nos reuníamos inmancablemente en casa de Franc para discutir cuestiones del desarrollo nacional, regional y global y trabajar en el manejo de asuntos de alcance más teórico. La acumulación originaria de capitales, la formación de los mercados, la subsunción del trabajo en el capital, el papel central de las migraciones en la formación del capitalismo, la lógica de la acumulación y la reproducción social, la cuestión del estado y la formación de clases, las transiciones al capitalismo, la formación del capitalismo a escala planetaria, la compleja relación entre desarrollo y subdesarrollo, por citar solo algunos asuntos teóricos, fueron temas reiterados de nuestro seminario permanente y secreto. El desarrollo de nuestro país, la compleja relación de República Dominicana con Haití, la historia latinoamericana y mundial también ocuparon nuestras preocupaciones sistemáticas. Fue en ese clima y en el más general de los debates que en ese momento se producían en el México de finales de los años setenta, que Franc comenzó a armar su preocupación por la inmigración haitiana a República Dominicana, lo que culminó años después en un primer producto sistemático, su libro sobre los braceros, definiendo posteriormente lo que pasó a constituir toda una problemática de largo alcance en torno a la cual produjo el enfoque interpretativo más coherente y sistemático acerca de la compleja problemática inmigratoria haitiana a la República Dominicana. En realidad, Braceros haitianos en República Dominicana no debe verse como el primer producto de ese gran esfuerzo intelectual, pues previamente Franc había escrito un libro de sociología histórica2, un extenso ensayo sobre la inmigración y el sistema plantacionista azucarero dominicano3, que abordaba el tema de la inmigración, y un libro sobre los orígenes de las economías exportadoras en el Caribe4. Visto esto, es fácilmente inferible que Braceros haitianos en República Dominicana,
2 Franc Báez Evertsz. Azúcar y dependencia en la República Dominicana, Alfa y Omega,
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Santo Domingo, 1978 3 Franc Báez Evertsz. “La inmigración de braceros haitianos a la República Dominicana”, en Seminario Sobre Migraciones Internacionales en el Caribe, UNAM, México, 1981. 4 Franc Báez Evertsz. La formación del sistema agroexportador en el Caribe: República
Dominicana y Cuba, 1515-1898, serie Economía y Sociedad. Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1986.
más que iniciar, culmina una fase del desarrollo intelectual de Báez Evertsz, al tiempo que abre una nueva perspectiva analítica sobre el tema de la inmigración que el autor continuó desarrollando a lo largo de su vida.
Comencé este prólogo-introducción declarando que este libro es un clásico. Pudiésemos aducir muchas razones para sostener esa afirmación, pero solo quiero limitarme a una: todavía hoy Braceros haitianos en República Dominicana constituye la referencia obligada para el entendimiento del sistema inmigratorio que dinamizó el mercado laboral en torno a las grandes plantaciones azucareras dominicanas y por vía de consecuencia definió el primer y más completo análisis del circuito inmigratorio de braceros haitianos que todavía hoy define el eje central del dinamismo del mercado laboral rural en República Dominicana.
Como clásico que es, el libro de Franc Báez constituye quizás la única fuente que hasta ahora sintetiza los núcleos duros de la problemática inmigratoria en la isla. Asimismo, articula los ejes explicativos más completos del fenómeno inmigratorio haitiano, vale decir, es todavía hoy la teoría más completa sobre la inmigración laboral haitiana a República Dominicana.
Pero el valor del libro de Báez Evertsz no se limita a sus hallazgos empíricos. Hay también una importante contribución teórica y metodológica más general. En primer lugar, el texto en cuestión combina con gran inteligencia la reflexión teórica y el análisis empírico, aspiración clásica de todo estudio sociológico relevante. A ello se une el riguroso enfoque en el que cada uno de sus momentos argumentativos encuentra un manejo metodológico que permite hacer de la reflexión general un instrumento de búsqueda en el análisis empírico. Se pasa así de la teoría del valor-trabajo de Marx, a un estudio novedoso del deterioro de la economía campesina haitiana y la conversión generalizada de ese campesinado en reserva masiva de mano de obra barata para el capital azucarero dominicano. Asimismo, la movilidad humana que la crisis campesina haitiana desata hacia el vecino país del este (República Dominicana) pasa a constituir el análisis más completo que se haya producido de los flujos migratorios de origen haitiano hacia la economía azucarera dominicana. Finalmente, apoyándose en la teoría del valor-trabajo de Marx y los estudios sobre los procesos de producción de un supernumerario de trabajadores base del análisis de la explotación de los trabajadores inmigrantes en las grandes plantaciones azucareras, Báez Evertsz presenta su teoría de la sobreexplotación del trabajador azucarero inmigrante.
Los ejes de la problemática planteada y el sistema de hipótesis
Con el programa de investigación trazado, la magnitud de la tarea intelectual de Báez Evertsz era grande, pero además difícil. Por lo pronto implicaba antes que nada un aparato crítico previo al despliegue del propio planteamiento interpretativo que se propone en la obra. Ese análisis se asume como una reflexión sobre los antecedentes del estudio. En Braceros haitianos apreciamos en primer lugar una fina crítica al análisis de Mats Lundahl5 sobre la economía campesina haitiana y su deterioro ambiental. Se observa, por otro lado, una crítica a la teoría de la complementación del ingreso monetario que se supone aportaría los ingresos monetarios a los miembros de las unidades campesinas haitianas que se integran estacionalmente a la economía azucarera dominicana, tal es la crítica a las tesis de André Corten6. Igualmente, se formula un claro rechazo a las tesis de la esclavitud moderna que propone Lemoine7. Finalmente, hay un riguroso argumento que le permite a Báez Evertsz rechazar la teoría de la invasión pacífica que autores como Balaguer8 y otros han formulado desde los años treinta hasta nuestros días.
El estudio de Báez Evertsz aborda diversas problemáticas, pero hay cinco campos de análisis que pudiera decirse definen los núcleos centrales del libro. En primer lugar, el análisis de esos flujos migratorios tanto los que articulan el proceso de ingreso como los que definen el retorno de los braceros haitianos integrados a la cosecha o corte de la caña y los que regresan a la economía campesina haitiana.
Es precisamente esta dinámica de flujos la que justicia el estudio de la economía campesina haitiana en su conexión con el capitalismo de base azucarera dominicano, asunto que define el segundo campo problemático del libro.
En tercer lugar, se analiza la dinámica específica del sistema económico de la gran plantación azucarera, deteniéndose en particular en un riguroso estudio de la economía política de la cosecha cañera.
En ese punto el estudio recupera la problemática de la frontera como el espacio de deslinde que otorga racionalidad a dos fenómenos estrechamente
5 Mats Lundahl. Peasant and poverty. A study of Haiti, ST. Martin’s Press, New York, 1979. 6 Mercedes Acosta et al.: Imperialismo y clases sociales en el Caribe, Cuenca Ediciones,
Buenos Aires, 1973. 7 Maurice Lemoine. Azúcar amargo, Editora Nivar, Santo Domingo, 1983. 8 Joaquín Balaguer. La isla al revés, Fundación José A. Caro, Santo Domingo, 1983.
relacionados: la función de lo político en la estructuración del proceso de exclusión social que sufre el bracero en su condición de trabajador migratorio y la función que ocupa el Estado en la articulación de los mecanismos que materializan esa función. Finalmente, se analiza el proceso de sobreexplotación del trabajo que paradójicamente desvaloriza la fuerza trabajo inmigrante procedente de Haití que se integra estacionalmente a la cosecha azucarera. En el texto se estudian pormenorizadamente los mecanismos que articulan la lógica salarial que tiende a mantenerlos en los niveles de ingresos necesarios para la simple reposición de la fuerza laboral. Asimismo, se dilucidan los mecanismos que, al interior de la plantación azucarera, del sistema de corte y pesaje de la caña, habitación y, en general, control de la movilidad del trabajo, sostienen este sistema laboral y en particular esta lógica de retribución salarial que asegura la sobreexplotación de la mano de obra inmigrante. A ello se une un análisis de la lógica de exclusión que preside el proceso de movilidad del trabajador inmigrante, comenzando por el rol que juega la frontera como mecanismo social y político de control, pasando por el papel del batey como espacio de exclusión social que bloquea las posibilidades de integración social del inmigrante a la sociedad receptora.
En ese marco analítico, el autor articula un sistema de hipótesis en función del cual se explica el proceso laboral e inmigratorio objeto de estudio. En primer lugar, se estudia la crisis regresiva de la economía haitiana y el campesinado. El argumento de Báez Evertsz establece que el campesinado haitiano vive prácticamente desde los días de la independencia en 1804 un proceso regresivo de deterioro de su potencialidad económica que en los inicios del siglo XX convirtió a dicha economía en una fuente de reclutamiento permanente de mano de obra barata sobreexplotable para el capitalismo azucarero dominicano. De esta forma, el campesino precarista haitiano se constituyó en una sobrepoblación relativa para el capital azucarero dominicano9 .
Repensar la inmigración
A más de treinta años de la publicación del libro Braceros haitianos en República Dominicana es más que explicable que la realidad descrita en el
9 Claude Meillassoux. Mujeres, graneros y capitales, Siglo XXI, México, 1979.
libro haya sufrido significativos cambios. Por lo pronto, Haití no es ya la tradicional sociedad campesina de antaño y, aunque continúa siendo la nación más pobre de América Latina y el Caribe, constituye hoy un país predominantemente urbano, donde sus principales ciudades están sobrepobladas de pobres, lo cual ha modificado el perfil social del potencial migratorio que se desplaza hacia República Dominicana. En cuanto a sus emigrados a República Dominicana ya no se trata de un campesinado transformado en sobrepoblación relativa al servicio del capitalismo azucarero dominicano, sino de una suerte de subproletariado permanente que opera en los niveles de menor productividad y salarios de la economía dominicana.
La direccionalidad de los flujos inmigratorios procedentes de Haití es hoy más compleja y de mayores y significativas proporciones. Hace treinta años, como Báez Evertsz explicó y demostró en su libro, la inmigración de braceros estacionales procedía del sur y los departamentos del centro de Haití, lo que conectaba a las comunidades campesinas con las plantaciones azucareras dominicanas ubicadas masivamente en la región Este del país. Hoy la inmigración procede de todos los departamentos de Haití, pero es más fuerte en los centrales y del norte. Asimismo, el sistema inmigratorio conecta las grandes concentraciones urbanas en Haití con toda la geografía dominicana, pero sobre todo la inmigración se ha articulado en la franja central-norte dominicana, en la zona metropolitana, la llamada línea noroeste y el centro-este del país. Es claro el fin del plantacionismo azucarero y su sustitución por una dinámica economía de servicios del lado dominicano, mientras del lado haitiano la crisis económica y social se ha recrudecido, su pobreza se ha acentuado, al tiempo que se prolonga demasiado su ya secular crisis política.
Esta dinámica se articula en torno a un nuevo mercado laboral dominicano a escala nacional, donde la inmigración procedente de Haití ha penetrado los sectores económicos de mayor demanda de mano de obra de baja calificación, como la actividad agropecuaria, la construcción y la economía informal, sobre todo en el pequeño comercio, al tiempo que se ha expandido rápidamente en la economía urbana en su conjunto en toda la geografía nacional. Esta dinámica ha roto el tradicional vínculo entre economía campesina haitiana y producción azucarera dominicana, articulando un nuevo esquema entre ambas economías en base a la masiva población pobre de Haití y sus centros urbanos, que ahora se conecta a la
economía dominicana en sus sectores de base y de menor productividad y calificación. Se ha definido así una nueva geografía urbana en los asentamientos de la población inmigrante haitiana en República Dominicana, donde los núcleos regionales de mayor concentración son ahora la llamada línea noroeste, el Cibao central, la zona metropolitana y la región este.
Entre otras consecuencias esto ha transformado la tradicional realidad del batey azucarero como campo de asentamiento cerrado e inamovilización de la población trabajadora haitiana inmigrante. Hoy asistimos a un proceso de transformación deográfica del batey, ahora como asentamiento periférico de las poblaciones urbanas cercanas a las antiguas regiones azucareras y en su seno podemos apreciar una heterogeneidad del poblamiento. Actualmente, además de la población inmigrante envejeciente que allí reside se concentran importantes núcleos de descendientes y nativos, lo que de hecho ha definido nuevas modalidades de integración social. Por lo demás, los lugares de reproducción de la población inmigrante ya no son los asentamientos excluyentes del mundo del trabajo inmigrante, los bateyes. Asistimos ahora en las zonas urbanas a barriadas periféricas en las principales ciudades con alta composición de inmigrantes, construcciones urbanas en proceso de levantamiento habitadas por trabajadores inmigrantes y poblados rurales con alta presencia de trabajadores inmigrantes que allí residen de forma temporal o permanente.
Los nuevos escenarios de la inmigración y sus retos para las políticas públicas condujeron a Franc Báez Evertsz a nuevos estudios10 donde primó
10 Después de Braceros haitianos en la República Dominicana, Franc amplió su campo de intereses de investigación. En 1985 realizamos juntos un estudio sobre la inmigración de jornaleros inmigrantes a la cosecha de café en República Dominicana:
Migración internacional y economía cafetalera, que apoyó Georgetown University y la
OIM, publicado originariamente en Ginebra en 1985. En 2008 publicamos dos estudios que aparecieron en el libro que edité con Bridget Wooding: Los retos del desarrollo insular. En 2001 Franc publicó un ensayo titulado Vecinos y extraños. Relaciones inter-étnicas en un barrio de Santo Domingo, que abría un nuevo campo de trabajo, relativo al tema de la identidad y la integración. En 2015 dirigió el estudio que evaluaba el impacto del Programa Nacional de Regularización de Extranjeros (PNRE), que publicó el Instituto Nacional de Migración en 2018 bajo el título Evaluación del
Plan de Regularización de Extranjeros, del régimen especial y del proceso de registro en el libro de extranjeros y regularización. En una palabra, Franc Báez Evertsz trabajó duro en los años que siguieron a la publicación de Braceros haitianos en la República Dominicana en el análisis de los nuevos escenarios que siguieron al quiebre del sistema agroexportador azucarero.
siempre el interés por reconocer las lógicas propiamente inmigratorias, los procesos de reproducción social y la condición sociolaboral del trabajador inmigrante. Esto es así tanto en lo que tiene que ver con los análisis empíricos como con sus reflexiones más generales sobre políticas públicas11 .
Franc Báez Evertsz publicó muchas cosas sobre inmigración. El conjunto de su obra es, sin discusión alguna, la reflexión más sistemática que hasta hoy se ha producido en el país en torno al fenómeno inmigratorio haitiano. Al morir dejó un largo e inacabado manuscrito sobre la historia de las migraciones en República Dominicana que algún día imagino se hará del dominio público. Braceros haitianos en la República Dominicana constituye en esa trayectoria su reflexión más sistemática, paradigma de rigor analítico, imaginación creadora y erudición, que continúa siendo un ejemplo señero en la mejor tradición sociológica latinoamericana y caribeña.
Wilfredo Lozano
11 Esta cualidad se aprecia claramente en un importante y poco conocido estudio del autor sobre políticas migratorias preparado para la entonces oficina de LOME IV. Se trata del documento Migración y relaciones dominico-haitianas. Elementos para la definición de una política laboral haitiana (mineo). En muchos sentidos este es el primer documento sistemático preparado en el país que persigue contribuir a la creación de una política regulatoria en materia de inmigración laboral de mano de obra procedente del vecino Haití.