A Capite ad calcem (Guía de Imágenes) | Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM

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Guía de imágenes A CAPITE AD CALCEM

UNA MIRADA ANTROPOLÓGICA Y UN ITINERARIO FOTOGRÁFICO SOBRE LA COLECCIÓN DEL PALACIO DE LA ESCUELA DE MEDICINA

MICHEL ZABÉ

FOTOGRAFÍAS


Gran parte de los modelos anatómicos de la Sala de Anatomía, provenientes del taller de Vasseur, presentan una estructura ósea humana. Además de la cera policromada que los recubre, están conformados por otros materiales: hilos para detallar las venas y las arterias, y vidrio para los globos oculares. Taller de Vasseur, Modelo anatómico de cabeza, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Dentro de la fisiología renacentista, los estudios del anatomista y cirujano Girolamo Fabricio D’Acquapendente, con un enfoque mecanicista, fueron trascendentales para la historia de la medicina. Estudió el movimiento muscular e incluso ideó estructuras mecánicas que se podían integrar al cuerpo humano. Como profesor en la Universidad de Padua, tuvo una fuerte influencia en algunos de sus discípulos como William Harvey.

En esta vista del patio principal se observa el detalle de los arcos volados, rasgo característico de este edificio. Por éste y otros elementos arquitectónicos podemos distinguir al Palacio de la Escuela de Medicina de otras construcciones virreinales. Patio principal, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Girolamo Fabricio D’Acquapendente, Le opere chirurgiche de Girolamo Fabricio d’Acquapendente […], 1685, Padua, col. Biblioteca Dr. Nicolás León, FACMED, UNAM.

En la imagen se muestra un detalle de la puerta señorial de la fachada principal del Palacio de la Escuela de Medicina. Puerta principal (detalle), siglo XVIII, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Aquí se exhibe la sorprendente colección de modelos anatómicos en cera procedentes del taller de Vasseur, manufacturados a finales del siglo XIX. Sala de Anatomía, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Ernst Leitz, aparte de crear microscopios, construyó otros aparatos como los microtomos, que son instrumentos para cortar las muestras en láminas muy finas para ser observadas en el microscopio.

El primer microscopio electrónico de transmisión se construyó en 1939 en Alemania. Estos microscopios utilizan un haz de electrones para obtener la imagen de los objetos. Cuando los electrones atraviesan la muestra, es posible observar su estructura. Igualmente, estos aparatos pueden aumentar un objeto hasta un millón de veces. Microscopio electrónico de transmisión marca Hitachi (detalle), siglo XX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

La Sala de Embriología es uno de los espacios más visitados del Museo. Anualmente, el recinto recibe alrededor de 300,000 visitantes, cifra que nos incentiva a renovarnos constantemente. Sala de Embriología, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Microscopio monocular fabricado por Ernst Leitz, siglo XX, Alemania, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Vista de la Sala de Anatomía, donde se puede observar una ilustración del libro Atlas Anatómico de Crisóstomo Martínez. Su mayor aportación fue la creación de los grabados de anatomía microscópica que mostraban la textura interior de los huesos. En la parte inferior derecha se puede observar la reproducción del célebre microscopio de Anton van Leeuwenhoek, personaje clave en la historia de la microbiología. Detalle de la Sala de Anatomía, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.


El Museo de la Medicina Mexicana cuenta con una vasta colección de instrumental y material médico, legado de la Escuela Nacional de Medicina y por donaciones privadas.

Dentro de las múltiples enfermedades que se encuentran expuestas en la Sala de Ceras del siglo XIX, está la micosis fungoide. Se trata de un linfoma cutáneo y su evolución es rápida y mortal.

Instrumental médico, siglo XX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Taller de Vasseur, Modelo anatómico: Micosis fungoide, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Los microscopios de mano fueron un instrumento clave para los médicos rurales, exploradores y doctores en los campos de batalla. Nachet á Paris, Microscopio de mano, siglo XIX, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

La imagen representa el proceso creativo realizado por Michel Zabé dentro del Palacio de la Escuela de Medicina para esta publicación. Sesión fotográfica en la Sala de Ceras, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

La escabiasis, también conocida como sarna, es una enfermedad causada por el ácaro parásito Sarcoptes scabiei, llamado comúnmente “arador de la sarna”. Taller de Vasseur, Modelo anatómico: Escabiasis, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

La imagen muestra una lesión causada por la inflamación de un folículo piloso; a esto se le conoce como foliculitis y se puede dar en cualquier lugar de la piel. Taller de Vasseur, Modelo anatómico: Foliculitis (detalle), siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, unam.

En este delicado rostro femenino, Vasseur plasmó con precisión las facciones del modelo y las lesiones de una infección cutánea contagiosa llamada impétigo. Esta infección es muy frecuente en la niñez y ocurre sobre todo durante el verano y en los climas tropicales. Taller de Vasseur, Modelo anatómico: Impétigo, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

La Sala de Cirugía Reconstructiva, dedicada al Dr. Fernando Ortiz Monasterio, destaca el importante quehacer de los médicos mexicanos en el área de la cirugía plástica, tanto nacional como internacionalmente. Sala de Cirugía Reconstructiva, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

En el siglo XIX, la enseñanza médica era primordialmente teórica; difícilmente los estudiantes estaban en contacto con los pacientes. De ahí la importancia de estos modelos anatómicos en cera que hoy nos sorprenden por su precisión anatómica y detalle. Taller de Vasseur, Modelo anatómico: Pénfigo, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

En la imagen se muestra una reproducción de las famosas venus anatómicas del Museo de Historia Natural, que se conoce como la Specola de Florencia. Este histórico recinto fue el primer museo de ciencias naturales abierto al público general desde el 21 de febrero de 1775. Venus anatómica (reproducción), siglo XVIII, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.


El estetoscopio se inventó en 1816 por el Dr. René Théophile Hyacinthe Laënnec. En un principio este instrumento era un simple cilindro de madera con un solo auricular. Su importancia en el diagnóstico de pacientes solamente fue superada hasta 1895 con el descubrimiento de los rayos x. Juego de estetoscopios, siglo XX, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Esta escultura fue realizada de manera expresa para el Palacio de la Escuela de Medicina por el maestro en cerería Marco Antonio Miranda, que ha dedicado su carrera al desarrollo y difusión de la ancestral técnica de la escultura en cera de abeja. Marco Antonio Miranda, Figura masculina anatómica, siglo XXI, cera policromada, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Para mediados del siglo XIX, lavarse las manos no era una costumbre ni obligación de los médicos. Aún no se formalizaban los conceptos de asepsia y antisepsia. El húngaro Ignacio Felipe Semmelweis fue el primero en relacionar las infecciones con este hecho. Toda su vida promovió la utilización de lavabos fuera de los quirófanos, pero no fue apoyado por su gremio; fue segregado e incluso murió en la miseria. Hasta después de su muerte, sucedió que Louis Pasteur comenzó a hablar de microbios. Lavabo quirúrgico, siglo XIX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Henry Negretti y Joseph Zambra, italianos radicados en Inglaterra, se asociaron en 1850 para fabricar instrumental científico y óptico. Incluso lograron convertirse en productores de la reina Victoria y el príncipe Alberto. Durante esa época, obtuvieron mayor renombre por el estudio fotográfico que fundaron. Realizaron expediciones para fotografiar en Egipto, Etiopía, Japón, y China entre otros países. Negretti y Zambra, Microscopio binocular, siglo XX, Inglaterra, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

El cuerpo humano es la figura predominante del Museo. La manera en que se representa es variada: se pueden encontrar cuerpos saludables o enfermos, incluso se puede encontrar el cuerpo fragmentado. Es muy común descubrir a los visitantes comparando su propio cuerpo o imitando posturas de los modelos anatómicos. Sala de Anatomía, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Este modelo del siglo XX se expone en la Sala de Anatomía y está rodeado de los demás modelos anatómicos de los siglos XVIII y XIX. Se podría considerar a estos modelos plásticos como el culmen de la enseñanza médica por su reproductividad, sus materiales resistentes y su fidelidad anatómica. SOMSO Anatomische Modelle, Modelo anatómico de torso femenino (detalle), siglo XX, Alemania, plástico suave, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

La higiene personal, como la limpieza y el cuidado del cuerpo, es el concepto básico del aseo. A partir del siglo XIX, la imagen personal comienza a ser un pilar fundacional de la sociedad. Esto ocasionó que se desarrollaran y perfeccionaran los muebles y el instrumental de limpieza, como este elegante estuche de aseo personal. Estuche de aseo personal, siglo XIX, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Este aparato, ubicado en la Sala de Fisiología, sirvió en las investigaciones del Dr. Manuel Uribe y Troncoso, quien buscó medir la filtración ocular en ojos vivos de conejos para desmentir las conclusiones de la investigación del Dr. Theodor Leber. Aparato de oftalmología para medir por filtración, siglo XIX, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

El cuidado de los ojos ha sido un tema importante en la medicina, ya que el ojo es el órgano primordial del sentido de la vista. En esta imagen se puede observar una fístula del saco lagrimal y sus síntomas. Taller de Vasseur, Modelo ocular: Fístula del saco, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.


La importancia de estas litografías, publicadas en 1826 por Francesco Antommarchi, radica en primera instancia en la difusión que hacen de la obra Anatomía Universa, escrita por su maestro Paolo Mascagni. Anatomía Universa fue única en su género al representar por primera vez, a escala natural, la figura humana. Francesco Antommarchi, Lámina anatómica (facsimilar), siglo XIX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Pedanio Dioscórides fue un importante médico, farmacólogo y botánico de la Antigua Grecia. Su texto De Materia Medica fue traducido del griego al latín y al árabe, y su importancia fue insustituible durante toda la Edad Media y el Renacimiento. Pedanio Dioscórides, Acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos. Salamanca: Mathias Gast, 1566, col. Biblioteca Dr. Nicolás León, Facultad de Medicina, UNAM.

Estos elegantes albarelos formaron parte de la botica del siglo XIX del Dr. Manuel Esesarte. Esta botica estuvo en uso hasta la segunda mitad del siglo XX, para después pasar a formar parte de la colección del Museo de la Medicina Mexicana. Botica del Dr. Esesarte, siglo XIX, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Visitante en la Sala de Anatomía observando un cráneo humano desarticulado con piezas naturales y de pasta. En la pieza se muestran los elementos óseos que constituyen el neurocráneo y el viserocráneo. Sala de Anatomía, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

En la Sala de Anatomía se encuentra un modelo desarmable de resina. Aunque aquí sólo podemos ver su mano izquierda, el modelo muestra el sistema respiratorio, y el digestivo con anexos y el muscular. En esta imagen se pueden identificar una serie de portaobjetos con sustancias y objetos variados para ser vistos en el microscopio. Es importante notar cómo cada uno de ellos tiene escrita la referencia de lo que se está observando.

Sala de Anatomía, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Laminillas de preparación para microscopio, siglo XX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

La utilización del éter como anestésico fue muy común a partir de la segunda mitad del siglo XIX; fue una sustancia esencial para el desarrollo de la cirugía ya que, al mitigar el dolor, se perfeccionaron muchos procesos quirúrgicos. Es hasta la década de 1960 que el éter dejó de ser el anestésico general estándar. Esta pieza se encuentra en la Sala de Otorrinolaringología.

Estas cajas se utilizaban para esterilizar y transportar jeringas y agujas. Los contenedores eran muy útiles para prevenir que se fracturaran las jeringas, ya que anteriormente se fabricaban de cristal y no eran desechables. Cajas metálicas para jeringas y agujas, siglo XX, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Vaporizador de éter (detalle), siglo XX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Para las culturas prehispánicas los conceptos de la vida y la muerte fueron inseparables. Las dualidades y el concepto de equilibrio fueron temas muy importantes al momento de tratar su visión del mundo y de su interrelación con el cosmos. En esta cabeza de cerámica la dualidad está presente: el lado izquierdo representa un rostro encarnado y el lado derecho un rostro cadavérico. Mascarilla de la dualidad vida-muerte (réplica), Clásico tardío (600-900 d. C.), cerámica modelada y esgrafiada, Oaxaca, cultura zapoteca, original ubicado en el Museo Nacional de Antropología, INAH, México D.F. CONACULTA -INAH-MEX. Reproducción autorizada por el INAH.


El esqueleto humano de un adulto está conformado por aproximadamente 206 huesos y representa alrededor del 12% del peso total del cuerpo. Unas de sus principales funciones son la locomoción, el sustento, la protección y la contención. Casi todos los huesos están articulados entre sí por medio de tendones, ligamentos, músculos y cartílagos. Esqueleto humano (detalle), siglo XX, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Vista de la Sala de Anatomía donde, en primer plano, se puede admirar un modelo anatómico en cera del siglo XIX dentro de una vitrina de cristal y, en un segundo plano, un grupo de enfermeras que lo observan. Taller de Vasseur, Modelo anatómico, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

En esta imagen se puede observar a una pareja de visitantes contemplando un cráneo humano que presenta las secuelas del Treponema pallidum, que es el agente causal de la sífilis.

Ésta es la segunda escultura realizada ex profeso para el Palacio de la Escuela de Medicina por Marco Antonio Miranda. El cuidado en los detalles y su excelente factura fueron los motivos para incluir ambas piezas en la Sala de Anatomía del Museo. Marco Antonio Miranda. Figura intrauterina de feto, siglo XXI, cera policromada, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Sala de México Antiguo, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

En la Sala de Anatomía se pueden encontrar, dentro de una vitrina, algunos de los instrumentos que se hubieran utilizado para realizar estudios fisiológicos en una rana durante el siglo XIX. La vivisección, como la práctica de la apertura de cuerpos vivos, ha tenido sus opositores desde el siglo XIX. Desde entonces ya estaba presente el argumento en contra del maltrato y sufrimiento de los animales. Sala de Anatomía, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Esculpido en mármol de Carrara, se erige majestuosamente San Lucas, que fue al mismo tiempo evangelista, médico y pintor. Esta escultura, considerada por muchos como una obra maestra del siglo XIX mexicano, se concluyó en 1859. Fue diseñada por el maestro Manuel Vilar y esculpida por su alumno Martín Soriano. Llegó al Palacio de la Escuela de Medicina el 5 de junio de 1860 como un regalo de la Academia de Bellas Artes de San Carlos. Martín Soriano y Manuel Vilar, San Lucas, 1859, mármol, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

El Códice Vaticano es un documento de suma importancia para comprender la visión del mundo indígena y su relación con el cosmos. Esta imagen presenta los 20 signos de los días y su correspondencia con el cuerpo humano. El Códice se realizó en el siglo XVI en un formato de folio, al estilo renacentista. Códice Vaticano, Tonalpohualli (reproducción), F. 54r, siglo XVI, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

En este modelo anatómico en cera se presenta una vista inferior del cerebro, en la que se pueden ver los bulbos olfatorios, el quiasma óptico, la hipófisis y el tronco cerebral. La Sala de Embriología nos ilustra sobre el misterio de la vida. En ella descansan embriones y fetos como en ningún otro lugar. En conjunto, forman una secuencia única que nos permite ver cómo se desarrolla un ser humano en el útero materno. Sala de Embriología, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Taller de Vasseur, Vista inferior del encéfalo, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.


Este corazón humano se encuentra conservado con la técnica de carbowax, que consiste en la repleción (inyección de la solución conservadora por la vía vascular), la cual contiene entre otras sustancias: agentes fijadores, fungicidas, desodorantes y demulcentes; entre estos últimos está el carbowax, el cual es un alcohol que mantiene la flexibilidad de los tejidos a la vez que los conserva.

Visitantes en la Sala de Anatomía que observan con asombro y detenimiento el cadáver conservado en la técnica de carbowax. Sala de Anatomía, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Corazón humano conservado con técnica de carbowax, siglo XX, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

En la Sala de Anatomía podemos encontrar el cadáver de una mujer, conservado con increíble maestría con la técnica de carbowax. El cadáver se encuentra en una posición en decúbito supino con disección de miembros superior e inferior que muestra los músculos por regiones. La disección de tórax y abdomen permite ver elementos del sistema respiratorio, digestivo y vascular. Cadáver del sexo femenino conservado en la técnica de carbowax, siglo XX, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

En esta imagen se muestra el rostro de un feto de 36 semanas de gestación. Para ese momento, los órganos de un feto deben de estar perfectamente desarrollados y él dedica toda su energía en crecer y fortalecerse. Su cráneo todavía no está totalmente sólido, ya que necesita pasar por el canal de parto. Rostro de feto, siglo XX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Los pelvímetros son instrumentos que sirven para medir el diámetro y la opacidad de la pelvis. Esto se hacía para preveer la facilidad o la dificultad de un parto. Durante la fase de dilatación activa, por lo general la pelvis tiende a dilatarse un centímetro por minuto hasta llegar a los 10 centímetros. Pelvímetros y fórceps, siglo XX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Los esfigmomanómetros son instrumentos para medir de manera indirecta la presión arterial. Para principios del siglo XIX se comenzó a medir la presión por medio de procedimientos invasivos. No es hasta mediados del mismo siglo que se comenzaron a realizar mediciones no invasivas. En 1915 William A. Baum inventó el aparato que se utiliza hasta hoy. Esfigmomanómetros, siglo XIX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

En México, desde la fundación del Establecimiento de Ciencias Médicas en 1833, los programas de estudio contemplaron la anatomía descriptiva, pero fue hasta 1868 que el profesor José María Barceló Villagrán impartió la cátedra de Anatomía General y Topográfica. François Joseph Moreau, Atlas de sesenta placas del nacimiento (reproducción), París, Germer Baillère, siglo XIX, col. Biblioteca Dr. Nicolás León, Facultad de Medicina, UNAM.

La Sala de Herbolaria está dedicada al Códice De la Cruz-Badiano y contiene cuarenta especies conservadas en glicerina. En la sala hay información sobre cada una: qué planta es, su uso actual y el prehispánico. Con esto, los visitantes tienen la oportunidad de observar las plantas y comparar los diferentes usos que han tenido a lo largo del tiempo. Sala de Herbolaria, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.


La anatomía explica enfermedades y describe las partes del cuerpo, pero también, en su visión de anatomía comparada, reflexiona acerca del origen y el desarrollo del ser vivo a partir de cotejar cuerpos y embriones de humanos y animales. H. Lebert, Atlas anatómico patológico (reproducción), Tomo II., París, Germer Baillière, 1845, col. Biblioteca Dr. Nicolás León, Facultad de Medicina, UNAM.

La empresa SOMSO, que realizó esta pieza, se ha dedicado a la producción de estos objetos desde 1876. En aquel entonces elaboraba sus modelos con papel maché. Hoy, la morfología de los modelos anatómicos ha alcanzado tal exactitud gracias a las nuevas tecnologías y nuevos materiales de producción. SOMSO Anatomische Modelle, Modelo anatómico de torso femenino (detalle), siglo XX, plástico suave, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

La realización de los modelos anatómicos en cera resultó de la colaboración de dibujantes y artesanos o maestros de diferentes oficios. Las ceras fueron un instrumento para poder observar cuerpos diseccionados, resolvían el problema de la escasez y facilidad de putrefacción de cadáveres. Modelo anatómico (reproducción), siglo XVIII, cera policromada, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Hablar de la historia de la escultura en cera, es hablar de objetos delicados que sufren un gran deterioro por su propia condición efímera. La tradición es mucho más antigua de lo que podría imaginarse y contar con una colección en este excelente estado de conservación, como la que tiene el Palacio de la Escuela de Medicina, es un gran privilegio. Taller de Vasseur, Modelo anatómico, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

A finales del siglo XIX, los médicos empezaron a profundizar en la anatomía patológica para explicar las enfermedades. Esta disciplina exigía del médico ir más allá de los síntomas superficiales de la enfermedad y “entrar” en el cuerpo para observar la lesión, causa del síntoma. M. N. Devergie, Atlas Clinique de la Maladie Syphilitique (reproducción), París, F.M. Maurice, 1833, col. Biblioteca Dr. Nicolás León, Facultad de Medicina, UNAM.

La precisión anatómica en los modelos del Palacio de la Escuela de Medicina no interfiere con la calidad estética de los objetos. Esto no hace más que enriquecer el valor histórico de la colección del Museo. Taller de Vasseur, Modelo anatómico, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

En la historia de la producción de modelos anatómicos, aparte de los que se realizaban en cera policromada, existió otra técnica donde el material principal fue el papel maché. Este modelo fue realizado en el siglo XIX por el Dr. Félix Thibert.

Pierre Vasseur, autor de los modelos anatómicos del siglo XIX que conserva el Palacio de la Escuela de Medicina, estudió con el médico Jean Baptiste Laumonier, cirujano mayor de la Academia de Artes de Metz, en Francia, para producir sus piezas en cera. Taller de Vasseur, Modelo anatómico, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Félix Thibert, Gabinete didáctico: anatomía patológica, siglo XIX, papel maché, col. Patrimonio Universitario, UNAM.


La micosis fungoide es de un linfoma cutáneo, es decir, una proliferación maligna de una línea celular del sistema inmune, en este caso, de linfocitos T cooperadores, que se localizan en la piel. Predomina en varones de entre cuarenta y sesenta años de edad, y su evolución es rápida y mortal. Taller de Vasseur, Modelo anatómico: Micosis fungoide, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Las farmacodermias son manifestaciones en la piel y las mucosas producidas por medicamentos que se administran por cualquier vía excepto la cutánea. Se considera que cualquier fármaco puede provocar algún tipo de reacción a través de mecanismos inmunitarios o no inmunitarios. En poco tiempo las lesiones desaparecen de manera espontánea, pero pueden brotar de nuevo si se administra el medicamento que causó la reacción.

Estos modelos en cera se trajeron de París en el siglo XIX, junto con los modelos anatómicos y aquellos que representan lesiones en la piel, para enseñar a los jóvenes estudiantes de medicina. La oftalmología fue una de las primeras especialidades que formalmente se organizó en el mundo. En México, la oftalmología tuvo un gran auge en el siglo XIX por un importante grupo de médicos que se empeñaron en cuidar la salud visual de todos los habitantes. Taller de Vasseur, Modelos de enfermedades del globo ocular, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Taller de Vasseur, Modelo anatómico: Farmacodemia maculosa, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

El prúrigo es una enfermedad de la piel que produce comezón intensa. Las causas son múltiples: exposición a la luz solar, picadura de insectos, medicamentos y alimentos. Taller de Vasseur, Modelo anatómico: Prúrigo, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Todas las piezas que están expuestas en la Sala de Ceras fueron una útil herramienta para la enseñanza de las lesiones dermatológicas. Era muy difícil estudiar directamente en los pacientes, aparte de que era peligroso por el riesgo de contagio. En esta imagen se presenta la enfermedad de prúrigo vesiculoso.

Este modelo de Carl Zeiss fue una gran innovación a principios del siglo XX, ya que eficientó la exploración y la preescripción del paciente. Estos modelos dieron origen a los refractómetros manuales utilizados en la actualidad. Refractor modelo Carl Zeiss, siglo XX, col. Particular.

Taller de Vasseur, Modelo anatómico: Prúrigo vesiculoso, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

En la Sala de Anatomía se expone una serie de especímenes que el Departamento de Anatomía de la Facultad de Medicina de la UNAM preparó utilizando la técnica de carbowax. Cadáver del sexo femenino conservado en la técnica de carbowax (detalle), siglo XX, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Lorenz Heister fue un anatomista, cirujano y botánico alemán, alumno del renombrado anatomista Frederik Ruysch. Todas sus publicaciones tuvieron una importante difusión durante el siglo XVIII y principios del XIX, y fueron traducidas a muchos idiomas. El presente libro, titulado Institutiones Chirurgicae, fue impreso originalmente en latín en el año de 1749. Lorenz Heister, Institutiones Chirurgicae y Cirugia completa universal, Imprenta de Pedro Marin, Madrid, 1778, col. Biblioteca Dr. Nicolás León, Facultad de Medicina, UNAM.


Por medio de este fragmento se puede apreciar el detallado mascarón de plata de una sierra de amputación del siglo XIX. Esta elegante sierra está constituida de una sierra de acero con motivos decorativos en plata y el mango de marfil. Sierra de amputación (detalle), siglo XIX, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

La amputación se podría considerar como uno de los procedimientos quirúrgicos mayores más antiguos. Con el tiempo, el riesgo de este procedimiento, que va desde hemorragias e infecciones que podían ocasionar la muerte, se ha ido reduciendo.

En esta imagen se presentan diversos instrumentos que se utilizan en la otorrinolaringología. El objeto de la extrema izquierda es una cánula para anestesia, mientras que los del lado derecho son polipótomos, que son instrumentos cortantes utilizados en la extirpación de pólipos. Instrumental de la Sala de Otorrinolaringología, siglo XX, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Sierra de amputación, siglo XIX, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Los modelos anatómicos en cera del Palacio de la Escuela de Medicina, pertenecientes al taller de Vasseur, fueron solicitados en 1873 por los doctores Rafael Lucio y Leopoldo Río de la Loza. Los modelos llegaron al Puerto de Veracruz en junio de 1874. Taller de Vasseur, Modelo anatómico, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

La palabra jeringa proviene del latín siringa, y éste del griego syrinx, que significa “tubo”. El uso de jeringas plásticas desechables data de la segunda mitad del siglo XX. Anteriormente se utilizaban jeringas de vidrio y se usaban incontables veces. Juego de jeringas, siglo XIX y XX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

La producción en el taller de Vasseur se realizó a partir de la copia de imágenes y descripciones hechas por médicos como Pravaz, Dupuytren y Dubois, y de la propia observación de los cuerpos o de las enfermedades que les interesaba modelar. Taller de Vasseur, Modelo anatómico, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Los cilindros inscriptores están relacionados con otros instrumentos como los quimógrafos, cardiógrafos y pneumógrafos. Estos aparatos funcionaban de manera mecánica de acuerdo con modelos de relojería. Cilindro inscriptor para generar gráficas, asociado con los quimógrafos, siglo XX, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

El sistema urinario está conformado por los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra. Su función principal consiste en eliminar, por medio de la orina, los desechos nitrogenados del cuerpo. Sistema urinario femenino conservado con técnica de carbowax, siglo XX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

La electroterapia es un tratamiento médico de algunas enfermedades que se fundamenta en la aplicación de la electricidad en sus diferentes formas. Máquina para electroterapia de General Electric X-Ray Corporation, (detalle), siglo XX, Chicago, col. Patrimonio Universitario, UNAM.


En la Sala de Fisiología se encuentra expuesto un esqueleto humano. Esta pieza fue donada por un particular. La mayoría de las piezas del Museo de la Medicina Mexicana provienen de la Escuela Nacional de Medicina, sin embargo, el Museo ha crecido por medio de piezas donadas. Esqueleto de la Sala de Fisiología (detalle), siglo XX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

La empresa Cameron’s Surgical Specialty Company, fundada en 1915 por William John Cameron, se especializó en instrumental para cirugías. En esta imagen se muestra una elegante lámpara quirúrgica. Lámpara quirúrgica Cameron’s Surgical Speciality, siglo XX, Chicago, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

En este modelo anatómico de los huesos que conforman el esqueleto axial, se presenta un detalle de la caja torácica. Taller de Vasseur, Modelo anatómico (detalle), siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

La palabra botica, proviene del griego apothéke que significa almacén. Estos establecimientos se encargaban de preparar y vender los medicamentos. Frascos de la botica Dr. Manuel Esesarte, siglo XIX, col. Patriomonio Universitario, UNAM.

En un laboratorio clínico, que se conforma por un equipo mutidisciplinario, se analizan muestras biológicas humanas para contribuir al estudio, prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades. Este laboratorio perteneció a los doctores Germán y Juan Somolinos. Laboratorio clínico de Germán y Juan Somolinos, siglo XX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Estos interesantes cajones contienen una serie de medicamentos e instrumental médico, producto de donaciones al Palacio de la Escuela de Medicina. Medicamentos e instrumental médico, siglo XIX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

La jeringa hipodérmica fue inventada por el médico escocés Alexander Wood hacia mediados del siglo XIX. Tanto las jeringas, que eran de vidrio, como las agujas, eran usadas incontables veces por los médicos y enfermeras. No fue hasta el siglo XX que el español Manuel Jalón inventó la jeringa desechable. Este descubrimiento nos ha brindado un impresionante control de muchas enfermedades intravenosas. Estuche de metal con jeringa de cristal, siglo XIX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

En este modelo anatómico, se muestra el lado izquierdo del cráneo con los dientes y las raíces dentales descubiertas. Taller de Vasseur, Modelo anatómico de cráneo, siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

En este exquisito detalle del modelo anatómico, se pueden apreciar los nervios, los órganos de la caja torácica y parte de las vísceras abdominales. Taller de Vasseur, Modelo anatómico (detalle), siglo XIX, cera policromada, col. Patrimonio Universitario, UNAM.


Muchas piezas del Museo tienen un sentido pedagógico aún vigente en la enseñanza médica. Por tal motivo, no es extraño encontrar a alumnos de las ciencias médicas estudiando a partir de estos objetos; tal es el caso del cráneo desarticulado que se encuentra en la Sala de Anatomía. Cráneo desarticulado con piezas naturales y de pasta, siglo XX, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

El parásito Ixodes ricinus es conocido como garrapata común. Es una especie de ácaro hematófago y un vector de varias enfermedades como la encefalitis o la enfermedad de Lyme. Suelen pasar de los animales al ser humano con cierta facilidad. Ixodes ricinus, siglo XIX, grafito y tinta sobre papel rododendro, Departamento de Parasitología, Facultad de Medicina, París, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

En la imagen se observa un escarificador, cuatro ventosas y un mechero de Bunsen. Los escarificadores son instrumentos muy antiguos, que constan de cuchillas para realizar incisiones; se utilizaban desde el año 500 a. C. por Hipócrates para sangrías y nivelar los humores del cuerpo. Las ventosas son instrumentos que se aplicaban en diversas superficies del cuerpo para atraer a ellas, por medio del vacío, fluidos corporales. El mechero es un instrumento muy utilizado en los laboratorios para calentar o esterilizar muestras o reactivos químicios. Juego de ventosas con escarificador y mechero, siglo XIX, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Este aparato permite transformar los gases que se desprenden en el proceso de destilación a su fase líquida. Por el tubo interior, que en este caso está fragmentado, circula el gas, y por la parte exterior circula el líquido refrigerante para disminuir la temperatura y lograr la condensación del gas. Condensador de vapor de cristal, siglo XX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

En la Sala de Histología se exponen la mayoría de los microscopios de la maravillosa colección del Palacio de la Escuela de Medicina. Se conservan microscopios del siglo XIX hasta llegar a los que se utilizan en la actualidad. Vitrina de la Sala de Histología, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

El descubrimento del Nuevo Mundo propició de manera impresionante el conocimiento de la medicina herbolaria occidental. El Códice De la Cruz-Badiano fue un claro ejemplo del nuevo universo de plantas medicinales y técnicas que comenzaron a circular y popularizarse por toda Europa desde el siglo XVI. Muchas de estas plantas se podían encontrar en las boticas. Vitrina de medicamentos de la Botica Dr. Manuel Esesarte, siglo XIX, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Este estuche contiene medicamentos en ampolletas y tabletas, un par de jeringas, un estuche de cristal para algodón en la parte inferior y en la parte superior un mechero portátil para esterilizar las agujas. Estuche metálico con medicamentos y material de inyección, siglos XIX-XX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

La Argas persicus es conocida como la garrapata de las aves. Es un parásito hematófago que se hospeda en las aves de corral, como las gallinas, las palomas y los pericos. Causa en estos animales anemia, irritación y malestar. Argas persicus, siglo XIX, grafito y tinta sobre papel rododendro, Departamento de Parasitología, Facultad de Medicina, París, col. Patrimonio Universitario, UNAM.


Durante el siglo XIX, los laboratorios Fraisse comercializaron un botiquín de bolsillo para los médicos. Se componía de seis ampolletas y una jeringa de vidrio. En la parte interior de la tapa, se aprovechaba el espacio para promocionar otros productos del laboratorio. Cartera médica de urgencias del Laboratorio Fraisse, siglo XIX, París, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Esta tómbola se utilizaba durante los exámenes profesionales de los alumnos de medicina. Cada número corespondía a las temáticas examinatorias. Tómbola utilizada en los exámenes profesionales, siglo XIX, metal cromado y estructura de madera, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

Los huesos tienen muchas funciones como locomoción, sustento y protección, pero dentro de sus tareas metabólicas, una de las más importantes el es la del almacenamiento de minerales, especialmente de fósforo y calcio. Esqueleto de la Sala de Fisiología (detalle), siglo XX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

El Auditorio Gustavo Baz Prada es el más importante del Palacio de la Escuela de Medicina. En él se realizan un sinnúmero de eventos culturales y congresos de medicina, nacionales e internacionales. Su capacidad es de 388 asistentes. Fotomontaje en el Auditorio Gustavo Baz Prada con láminas de parasitología del siglo XIX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

En la imagen se muestra un grupo de visitantes guiado por una voluntaria del Palacio de la Escuela de Medicina. Vista desde el descanso de la Escalera Principal hacia el patio central, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

La esqueletopexia es una de las técnicas de conservación utilizadas en el estudio de la estructura ósea para observar sus características. Esta pieza se encuentra en la Sala de Embriología. Esqueleto de miembros inferiores de feto, siglo XX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

Detalle de un feto conservado en formol, que se exhibe en la Sala de Embriología. Miembros inferiores de feto, siglo XX, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

El Achorion schönleini es un hongo llamado acorio que afecta el cuero cabelludo produciendo lesiones similares a las de un panal de abejas. También se le denomina Favus y solía confundirse con la Lepra. Achorion schönleini, siglo XIX, grafito y tinta sobre papel rododendro, Departamento de Parasitología, Facultad de Medicina, París, col. Patrimonio Universitario, UNAM.

El retractor es un instrumento que se utiliza para separar tejidos y órganos para mantener la exposición de las zonas anatómicas subyacentes. Hay muchos tipos de retractores, automáticos y manuales, que se utilizan según los procedimientos quirúrgicos. Retractor, siglo XX, acero inoxidable, Palacio de la Escuela de Medicina, UNAM.

(Portada) Es un metabolito tóxico producido por el hongo Aspergillus nidulans. Se encuentra en granos con moho, café y queso. En pequeñas dosis no siempre es detectado, aunque en mayores puede producir diarrea, daño renal y carcinogénico. Sterigmatocystis nidulans perithèces, siglo XIX, grafito y tinta sobre papel rododendro, Departamento de Parasitología, Facultad de Medicina, París, col. Patrimonio Universitario, UNAM.



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