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Ciencia y Tecnología
El Espacio para Ella
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Mei Ling con sus compañeras de equipo y uno de los profesores que guio a las jóvenes durante su permanencia en la NASA.
Escribe Teresina Muñoz Nájar
Un buen día, Sujei Chú Vargas leyó en un diario local que la fundación colombiana “She is” convocaba a escolares peruanas, entre los 11 y 15 años, a participar de una experiencia única: un viaje al Centro Espacial Houston para conocer, de primera mano, los secretos que encierra llevar a un astronauta al espacio. Inmediatamente le avisó a su hija Mei Ling de la noticia y esta, en menos tiempo del que canta un gallo, bajó el formulario de internet, lo llenó, lo envió al destino requerido y cruzó los dedos.
Mei Ling Martínez Chú (16),
una de las catorce niñas peruanas que ganó un lugar en el programa “Ella es astronauta-Perú” y visitó el Centro Espacial de la NASA en Houston, sabe ahora que el mundo puede ser suyo y apuesta, con más énfasis que cuando era pequeña, por la ciencia y tecnología. Quiere, además, aprender chino mandarín, la lengua que hablaba su bisabuelo.
"Aún no puedo creer lo afortunada que fui", dice Mei Ling.
Foto Alberto Távara
“Felizmente –dice Mei Ling–, cumplía con los tres requisitos que demandaba la postulación: estudiar en un colegio público, tener escasos recursos y haber ganado algún concurso científico en mi localidad”. Mei Ling cursa actualmente el cuarto de secundaria en el colegio Padre Iluminato (de los franciscanos capuchinos) ubicado en San Juan de Miraflores y el año pasado, en plena pandemia, obtuvo el primer premio, de toda su escuela, de un concurso que se realiza a nivel nacional denominado “Eureka”. “Presenté un análisis comparativo de las vacunas contra la COVID-19”, sostiene orgullosa.
Y, claro, fue elegida entre cerca de 700 chicas de todo el Perú para viajar, en el mes de setiem-
“La fundación ‘She is’ empodera, incentiva e inspira a las niñas de la región a través de un programa en el que descubren los alcances
de la ciencia”. Con su mamá, Sujei Chú Vargas. Esta no dejó pasar la gran oportunidad que podría tener su hija e insistió en su postulación a “Ella es astronauta”.
Mei Ling y sus compañeras aprendieron a fabricar, a pequeña escala, un módulo lunar y un cohete espacial.
Conociendo, de un astronauta de carne y hueso, todos los detalles que implican viajar en una misión al espacio. Abajo, su peruanidad en alto.
bre pasado, a Houston. Y hasta ahora no desciende a la Tierra: “Aún no puedo creer lo afortunada que fui”.
El programa “Ella es astronauta” lo organiza, como se ha dicho, la fundación “She is”. Esta inició sus operaciones en Colombia en 2016 (a la fecha se ha extendido a cuatro países más de la región: Costa Rica, Ecuador, República Dominicana y Perú) con el objetivo de “promover, integrar e implementar proyectos de equidad de género, emprendimiento e innovación social, liderado por mujeres, con enfoque especial en zonas vulnerables y de conflicto armado o de cualquier otra índole”. Ahora bien, el programa “Ella es astronauta”
FOTO: ALBERTO TÁVARA está enfocado en cultivar el amor por las ciencias entre las niñas de los países mencionados y fomentar su empoderamiento.
Para ello, luego de realizar los concursos respectivos y seleccionar a las beneficiarias, cuyas edades fluctúan entre los 9 y 16 años, desarrollan una serie de actividades con ellas que culminan en una visita de una semana a las en una visita de una semana a las instalaciones del Centro Espacial de la NASA, ubicado en Houston.
Mei Ling fue seleccionada junto con dos chicas de Arequipa, una del Cusco y once de Lima. Ya en Houston, se encontraron con un número similar de escolares ecuatorianas con las que comecuatorianas con las que compartieron, sin duda, una experienpartieron, sin duda, una experiencia maravillosa. cia maravillosa.
“Antes de viajar –partieron el 3 de setiembre– recibimos varias 3 de setiembre– recibimos varias clases virtuales de inmersión al clases virtuales de inmersión al
A su corta edad, esta aplicada alumna del colegio Padre Iluminato, acumula, Iluminato, acumula, merecidamente, premios merecidamente, premios y reconocimientos. y reconocimientos.
libre que le quedaba luego de terminar sus tareas escolares. “Descubrí que la manera más fácil de aprenderlo era viendo películas en inglés”. Y es que uno de sus hobbies son los idiomas. “Ahora estoy empeñada en aprender chino porque, si bien soy tusán de cuarta generación, me gustaría mucho hablar la lengua de mi bisabuelo. El problema es que no es tan fácil, no encuentro clases gratuitas en internet. No sé muchas cosas sobre mi bisabuelo, mi mamá solo recuerda que era un gran cocinero y preparaba enormes banquetes de comida china”, dice.
"Postularon 400 niñas de todo el Perú. Mei Ling fue seleccionada junto a dos de Arequipa, una de Cusco y once de Lima".
programa. Tuvimos, por ejemplo, un profesor, Óscar, que desde la NASA nos dio una charla y la fundación nos hizo participar en unas cuantas clases de inglés”, dice. Como presintiendo su futuro cercano, Mei Ling ya había estado estudiando ese idioma en el tiempo
¿Qué hicieron las chicas durante cinco días en el Centro Espacial? “Lo que más me impresionó fue el lugar donde hay una especie de piscina en la que se sumergen los astronautas a fin de prepararse para pasar muchas horas en el espacio. Nosotras vimos a uno
Niñas peruanas y ecuatorianas vivieron una experiencia única en Houston. Las postulaciones al programa “Ella es astronauta” son anuales.
de ellos al que le estaban poniendo el traje para introducirlo a una suerte de cámara para luego sumergirlo a la piscina”, cuenta Mei Ling. Y sigue: “Después recibimos varias clases, todas ellas orientadas a desarrollar habilidades en áreas STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas, por sus siglas en inglés). Es así que nos instruyeron sobre robótica y programación; nos enseñaron a construir un cohete, un módulo lunar, entre otras cosas. Lo cierto es que al final una sale con una visión general de todo lo que conlleva un viaje al espacio”.
“Además –continúa–, hicimos muchos trabajos en equipo. Fue muy importante resolver desafíos bajo la presión del tiempo. Mi equipo, conformado por dos peruanas y una ecuatoriana, logró ganar el primer puesto en uno de esos retos: hicimos la maqueta de un módulo lunar, indicando la tecnología y materiales que podíamos emplear para su construcción”.
Por cierto, la tripulación de esta importante aventura tuvo la oportunidad de conversar con un astronauta de carne y hueso: “Y yo me atreví a hacerle una pregunta en inglés. Me daba curiosidad saber cómo se preparan mentalmente para soportar tantas horas encerrados en un cohete y tan alejados de la Tierra. Y él nos explicó que reciben una serie de entrenamientos para afrontar esto. El de la sumergida en la piscina es uno de ellos”.
Después de esta inspiradora travesía, Mei Ling solo tiene palabras de agradecimiento para la Fundación “She is” que le dio la oportunidad de entrar a un mundo hasta ahora desconocido para ella. También tiene una enorme duda “Antes del viaje a Houston yo estaba segura de la carrera que quería seguir: ingeniería ambiental. Ahora, ya no sé”, confiesa. Y es que ha quedado cautivada por el espacio sideral.