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Creación de un Centro de Innovación Educativa Armando Alemán Juárez Coordinador de Innovación Educativa Universidad Panamericana, Campus México
La educación superior en todo el mundo se ve en un constante requerimiento de cambio, (Lemoine y Richardson, 2019), pues las universidades contemporáneas no son estáticas, sino que representan espacios con infraestructuras en continua transformación, tales como la información digital y los ambientes de aprendizaje de los que hacen uso (Dostovalova, Simonová, Nazarenko, Maschanov y Lomasko, 2018). Las universidades son asideros de producción, transmisión y diseminación del conocimiento científico, el cual debe responder a las necesidades de la sociedad (Magalhães y Veiga, 2018) pero también marcar nuevos caminos para la misma. Si algo puede caracterizar a la sociedad actual, es el rápido desarrollo en las tecnologías de la información y la expansión de las telecomunicaciones e interconexión digital en el ambiente global (Dostovalova et al., 2018). Las universidades deben adaptar su modelo y oferta educativa en virtud de esta realidad, en donde la tecnología ha tomado un rol preponderante al disrumpir los procesos tradicionales en educación superior (Hogan, 2015). En los siguientes años, por ejemplo, se prevé un incremento en el uso de tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, el aprendizaje móvil, el uso de analíticas de aprendizaje y los asistentes virtuales (Alexander et al., 2019). Estas innovaciones están transformando la forma en que se enseña y se aprende (El Dallal, 2020, p. 1), y exigen un ajuste en-
tre lo que se aprende, cómo se aprende y para qué, y lo que se enseña, para qué se enseña y cómo los profesores llevan a cabo su práctica docente. Los profesores deben ser capaces de resolver, de manera rápida, los problemas cambiantes de su profesión y superar los retos presentados por las nuevas condiciones del sector educativo; por ejemplo, saber utilizar los sistemas de gestión de aprendizaje (LMS por sus siglas en inglés) y otras tecnologías dentro de sus instituciones (Dostovalova et al., 2018, 127). En suma, se busca un cambio de paradigma educativo, que considere las tecnologías de la información y la interconexión global como factores predominantes que influyen en el proceso educativo. Siemens ha llamado a este paradigma como conectivismo (2005); este debe centrar sus esfuerzos en la calidad de la enseñanza, con miras a promover el aprendizaje activo de los estudiantes. Lograrlo requiere de la implementación de principios para una educación inteligente, así como la personalización en el aprendizaje y la autoformación informal del alumno (Dostovalova et al., 2018, 127). Para alcanzar una meta tan ambiciosa, es menester que las instituciones educativas innoven, pues el cambio y la adaptación son acciones que pueden colaborar en la mejora de la enseñanza y la calidad de los servicios educativos (El Dallal, 2020, p. 10). Una acción es innovadora cuando tiene una intención, está pensada y planeada, es duradera y se implementa para contribuir con algo diferente o