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Parkinson, enfermedad progresiva que afecta los movientos

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a Enfermedad de Parkinson (EP) es consecuencia de un deterioro en la parte del cerebro encargada de coordinar los movimientos. Por lo general, el síntoma más evidente es un temblor, que se produce con los músculos relajados, dificultad para caminar y moverse, alteración de la postura y el equilibrio, cambios en la presión arterial, el habla y la escritura; además, disfunción del olfato, cansancio y dolor de cuerpo.

El mal de Parkinson, mismo que afecta progresivamente al sistema nervioso central, puede ser diferente para cada persona. Los primeros signos pueden ser leves y pasar desapercibidos. Esta enfermedad a menudo está acompañada de problemas adicionales como: Dificultad para pensar, pérdida de reflejos, depresión y cambios emocionales, problemas para comer y masticar, estreñimiento, problemas para dormir y trastornos del sueño.

Pese a la complejidad de la enfermedad de Parkinson y su potencial

riesgo de ocasionar discapacidades múltiples, así como trastornos mentales, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en el marco del Día Mundial de la Enfermedad del Parkinson, (11 de abril), centra sus esfuerzos en el diagnóstico temprano, y brinda a los pacientes tratamientos en terapéutica farmacológica, quirúrgica y terapias de rehabilitación, enfocados a disminuir el ritmo de progresión y mejorar su calidad de vida a largo plazo.

El neurocirujano Carlos Castillo Rangel, del Hospital Regional “1° de Octubre”, precisó que el Parkinson es una patología degenerativa, crónica, progresiva e invalidante, afecta la calidad de vida de las personas ya que puede generar discapacidad múltiple tanto motora, mental y de otras funciones como del habla y la deglución.

Alrededor de un tercio de los pacientes en fases avanzadas de la enfermedad, pueden tener alteraciones cognoscitivas que afectan su desempeño laboral y posteriormente sus actividades de la vida diaria. Por estas razones el tratamiento de esta enfermedad amerita, además de vigilancia y acompañamiento médico multidisciplinario, el apoyo y solidaridad de la familia y la sociedad.

Carlos Castillo refirió que la EP es la segunda enfermedad neurológica degenerativa más frecuente después del Alzheimer y más del 90 por ciento de los pacientes afectados son adultos mayores, por lo que es posible brindarles efectividad terapéutica de control a lo largo de su vida. Por su parte, el médico especialista en neurología del Hospital General del ISSSTE en Culiacán, Sinaloa, Miguel Humberto García Inda afirmó que los pacientes, adultos mayores, con mal de Parkinson son más vulnerables al Covid-19 por su edad y, a veces, menor capacidad respiratoria por la rigidez muscular torácica. Es una patología progresiva que no tiene cura, pero sí una gran cantidad de terapias efectivas disponibles para su tratamiento, sostuvo.

“Debemos recordar que esta es una enfermedad crónica, en donde los síntomas se presentan lentamente, no en forma brusca. El diagnóstico temprano es importante para despejar dudas y conocer los tratamientos que existen para controlar los síntomas de la enfermedad”, afirmó el neurólogo.

El Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, en un estudio, calcula en México una prevalencia anual de este padecimiento de 50 personas afectadas por cada 100 mil habitantes, por lo que el ISSSTE h a refo rzad o su s p rot o colo s de atención y de información a la comunidad.

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