Cultura O Revista cultural para la región del Oriente Antioqueño / No 8, agosto de 2012
La niña de Candilejas Talla en madera Autor: Alonso Ríos
Yeison Serna Artista en aerografía y tatuaje - Lion Tatoo -
Editorial
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Profe, y usted para qué se mete en ese cuento de buscar un símbolo para la UCO? ¿le van a pagar por eso? Me preguntó una de Por: Miguel Ángel Ríos mis alumnas del Director programa de Comunicación Social para el Desarrollo de la Universidad Católica de Oriente, institución donde he ido, paulatinamente, madurando en mi labor como docente. Allí llegué con varias motivaciones y aspiraciones, entre ellas aportar desde mis conocimientos y experiencia al posicionamiento de la UCO en muy diversos niveles. Soy, orgullosamente, docente de cátedra. Pero para llegar allí pasé por la Universidad de Antioquia, donde obtuve el título de Comunicador Social Periodista. Y antes de estudiar allí viví en ésta misma alma mater, pues mi padre, el maestro Alonso Ríos allí laboraba como docente en la Facultad de Artes Visuales, y entonces, al no contar con mi madre, estuve a su lado los mejores años que yo recuerde de mi infancia. Él mismo, mi padre, siguiendo las indicaciones de uno
¿PARA QUÉ UN SÍMBOLO? de sus más grandes mentores, Rodrigo Arenas Betancourt, se dio a la tarea de dirigir todas las labores de construcción de la escultura principal de esta universidad, la cual lleva por nombre El Hombre Creador de Energía, obra monumental que pronto se convertiría en el símbolo de la ciudad universitaria, de autoría de Arenas Betancourt. Y me cuenta mi padre que un símbolo es aquello que congrega a su alrededor a una comunidad que comparte afectos y objetivos comunes; que sigue un mismo camino y abre nuevas sendas. Un símbolo reúne saberes y conocimientos de todo el mundo, porque es universal. Es un sello una marca indeleble, un blasón. Un símbolo trasciende la palabra, supera el sonido y vence la luz, no tiene tiempo y su espacio es la mente, porque en ella queda fijo lo que simboliza, extrañamente coherente y simplemente descifrado. En momentos en los que cualquier concepto pretende trascender como símbolo y los estereotipos invaden cualquier entorno urbano, se hace necesario
contar con referentes sólidos que nos recuerden, sin bullicio ni mucha alharaca que nos debemos a unos principios, a una fe y a una filosofía, que en nuestro caso particular UCO es la búsqueda de la verdad por los caminos de la fe y de la ciencia, y ello debe ser inmortalizado. Esa es la razón de mi búsqueda y esa es la invitación que hago en la presente edición de Cultura O: a que todos aportemos ideas para que conjuntamente agrupemos los elementos que deben constituir y conformar el símbolo de nuestra universidad. Ah, y por eso no me pagan, pero tampoco cobraría.
CONTENIDO Ángeles caídos del cielo 3 Poesía 5 y 27 La columna del Maestro: El observador observado (Cuento) 6 Con una sonrisa, enfrenta Jesús la muerte 10 Las decoradoras de loza, esencia de la tradición carmelitana 14 Mi Boutique, casa del artista y el artesano 18 Guillermo Bedoya, una mezcla entre arte, pasión y depresión 20 Periodismo en bicicleta 24
OBRA DE ALONSO RÍOS EN MARINILLA Entre el 16 y el 30 de agosto la colección escultórica del maestro Alonso Ríos Vanegas titulada SERIE COLOMBIA estará expuesta en la Casa de la Cultura del municipio de Marinilla. La muestra la componeN sus últimas tallas en madera, con la temática de la tortura, la desaparición y el secuestro en Colombia.
Cultura Director: Miguel Ángel Ríos - Diseño Gráfico: María Alejandra Ríos Colaboradores: Érika Lucía Sierra Montoya - Blanca Yiseth Zuluaga - Luis Enrique Atehortúa / E-mail: revistaculturao@gmail.com / Teléfonos 5617191 - cel. 3128360990
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ÁNGELES CAÍDOS DEL CIELO
Crónica
Por: Yiseth Zuluaga Amaya Estudiante de Comunicación Social, UCO
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l hombre caminaba apresuradamente mientras las verdes hojas que cubrían el bosque lo separaban de su fiel amigo. Era tarde y nadie podía negar que así como el mar capturaba almas humanas cuando tenía la mejor oportunidad, la selva también tenía el poder de encerrar sus caminos, de confundir y burlar la racionalidad del hombre haciéndolo creer que el laberinto al que se aproxima es la única salida que tiene al mundo real: el mundo al que pertenece. Sin embargo ya había caído la noche y el reloj de mano parecía apuntar sobre el mismo número. No se podría dilucidar si la impaciencia del hombre era producto de aquel sonido del tic tac en su mismo eje o era simplemente el ruido natural que expide la selva tropical. Pero esto no parecía ser un problema para el animal que posaba sobre una hoja mojada, el perro lograba cerrar sus ojos, pero nunca sus grandes orejas dejaron de permanecer alertas a cualquier movimiento extraño. Mientras tanto el uniforme del soldado parecía oxidarse con la humedad, razón por la cual su cuerpo permanecía inmóvil, sus pensamientos deambulaban por la oscuridad esperando a que alguna de las estrellas que colgaban del firmamento le pudiera dar una luz, una señal prodigiosa que lo ayudara a salir de aquella cárcel boscosa. Entonces, recordaba la última vez que vio a sus compañeros de tropa, justo minutos antes de que perdiera el rumbo y se alejara de ellos para internarse en lo desconocido. El hombre de apariencia joven y con la esperanza aún encendida imaginaba que sus compañeros se habían percatado de su desaparición y estaban buscándolo intrépidamente por los alrededores. Sin embargo, recordaba también las palabras de su comandante, un hombre rudo, quien siempre sostuvo frente a ellos, que quien se ocultara en lo profundo de aquella selva maldita, no saldría con vida. Y precisamente esa predicción se cumpliría si no lo encontraban en las próximas horas, puesto que ya empezaba a sentir la debilidad de un ambiente hostil, que no proporcionaba fruto alguno para sobrevivir. De entonces acá, habían pasado algunas horas, tal vez días, el soldado ya no tenía noción del tiempo. El sol repuntaba en su pálido rostro tratando de disculpar la
tormenta de la noche anterior, lo cual no fue impedimento para avanzar y seguir caminando. Solo entonces pudo constatar que estaba dando giros en vano, habría recorrido ese lugar mil veces, y sus alucinaciones empezaron a jugarle una mala pasada. Sentía tristeza al observar a su fiel amigo, uno que como ningún otro guardó su emotividad hasta en los peores momentos. No sabía si era producto de sus locuras momentáneas, pero por algunas noches, el soldado logró entablar diálogos casi perfectos con este inteligente animal, quien a pesar de verse casi irreconocible, por el mugre andante que lo acompañaba, pudo salvaguardar un brillo en los ojos que pocos pueden tener en momentos como este, es más, el animal, seguía haciendo muecas en busca de nuevos juegos que le parecía traería su nuevo hábitat. De esta suerte los aullidos de su único acompañante fueron para el hombre la voz más humana y cercana que pudo tener durante su estadía en este lugar. Ciertamente y dando cumplimiento a la ley de la supervivencia el soldado pensó por un momento que debía escatimar el último recurso que tenía a su alcance para seguir en la lucha, entonces fue cuando miró fijamente los ojos de su perro, y sin verlo como un amigo, pensó en las proporciones de su cuerpo, lo imaginó como una comida a la vista. Era doloroso, realmente una atrocidad, pero el hambre en su cuerpo lo debilitaba, a tal punto de empezar a sentir excitación por lo que sería su próxima
presa. Es justo decir que quienes no creen en la gran inteligencia que pueden tener estos maravillosos animales, no conocen el significado de la palabra amistad, no conocen tampoco la profundidad de los sentimientos más puros e inocentes existentes en este mundo de mascaras y discontinuos disfraces. El perro, es en su especie, el animal más fiel sobre la tierra, guarda en si mismo los secretos de su amo, escucha con delicadeza y nunca reprocha con intención, es su mirada una combinación entre el cansancio de los años, el dolor por el abandono, y la alegría para quienes sin conocerlos les brindan una sonrisa. Es entonces su pelaje un juego de retazos donde posan las caricias humanas y los abrazos desinteresados, abrazos que llenaron de compañía a quienes en su soledad quisieron que su perro amigo, pudiera hablar, pudiera consolarlos y pudiera comprender finalmente por qué dentro de los actos racionales del hombre, se encuentra asesinar a quienes fueron más que cómplices: hermanos de travesía. Bien parece que ese fue el dilema por el que pasó el novato soldado, quien a pesar de recordar que su perro amigo había salvado su vida tal vez una o dos veces, sería él mismo el asesino directo de su perro, de su guardián y en últimas de su ángel de la guarda. Sabía sin
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embargo; que si cometía tal acto quedaría solo en la penumbra, pensó también en morir dignamente al lado de quien siempre fue su mejor compañía. Pero no había cabida para el engaño, con el perro también morirían las confidencias, los secretos mejor guardados, y seguramente el remordimiento terminaría por matarlo en aquel encierro. De repente no solo eso lo agobiaba, sino también las paradojas de la vida y la impotencia de caer en ellas irremediablemente. El soldado había recogido de la calle a su perro, lo había salvado de la muerte, lo habría curado de sus heridas físicas y habría revivido en él la fe en lo humano. Pero ahora tendría que despedirse de él, un adiós tan intencionado que el mismo animal sabía lo que se avecinaba, por lo tanto era imposible mantener la mirada en su perro, quien hacía
muecas de tristeza y quejidos de dolor, tanto así que por un instante, el soldado pensó que su perro estaba a punto de derramar una lágrima. Sus ojos estaban húmedos y eso nadie lo podía negar, así que el perro cerró sus luceros y juntó todo su cuerpo formando un círculo. Finalmente, el soldado sintió asco de sus pensamientos y su cabeza parecía pesarle más que su mismo cuerpo, así que dejó sus deseos en el tronco del árbol sobre el que se mantenía, y arrastrado por la tierra siguió su camino. Mientras lo hacía experimentó sensaciones únicas, quiso abandonar su cuerpo maloliente, pero su corazón seguía latiendo. Tomó agua del pantano, comió hojas húmedas, y devoró gusanos verdes sintiendo al
final un mínimo de fuerzas. El perro por su parte era fuerte y nunca mostró signos de desesperanza, siempre adelante, el animal guió a su acompañante, tal escena recordaba la imagen viva de quien prepara el camino para sus hijos, quitando piedras en el sendero, impidiendo que alguno resultara lastimado. Fue así como el perro pisó una trampa mortal puesta por el enemigo, dicha mina debía ser pisada por un humano, pero el animal dio felizmente la vida por su amo. De hecho, esta fue la señal que permitió al soldado salir vivo de allí, sus compañeros sintieron la explosión, estaban tan cerca de él que no tardaron en aparecer.
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Poesía
Viene de página 3
Entre quimeras y certezas
Mademoiselle Julián David Arbeláez A Isabel Cristina López Blancura excesiva, Rojo escandalizado. Crespo y revolcado; La salsa del espagueti. Piel roja sin filtro La flor se acaba En el teléfono rojo.
“Y haremos igual que ayer, pero vos arriba”. Pala
Canicas en arroyuelos, Zapatos en los cables de luz: Gente que vuela. El loco de Astor La balada para un loco: “banderita de taxi levantada en cada mano” Tango, vino, aguardiente; Ron y vodka en las mañanas. Gotas amargas, Trenzas de mil colores Un poco de sal en el ombligo.
Laura Aristizábal Valencia
Había llegado la hora de conocer de qué material estaban hechos sus sueños. Aún no comprendía la forma mágica como había llegado allí, pero no era necesario, porque sentía que esta vez sería diferente. Atravesó el umbral y dejó atrás las dudas y prejuicios. Comprendió que valía mucho más un minuto de certeza a su lado, que cientos de años con la nostalgia repentina de aquello que entra en el terreno de lo hipotético e ingresa a un callejón sin salida. Atreverse, arriesgarse, desafiar al tiempo y al espacio, tentar una y otra vez al destino y dejarse atrapar por el hechizo de la incertidumbre. Sin duda era más que una quimera y ahora se disfrazaba de perfecta certeza.
Moños y candelas Y golpes y “que sos un tonto” Pequitas y babas. ¡Te quiero con lengua! Miro atrás Me deshielo y te insulto Besitos y café en las mañanas Cuando afuera, espera… Mi corazón.
Él, su perfecto espejo Laura Aristizábal Valencia
Le miraba y cuando lo hacía, sentía que observaba más allá y podía descifrar el color de sus pensamientos. Se conectaba con el matiz de su sentir a través de sus pupilas y eran ellas testigos de esa pasión infinita que se desataba entre ellos cuando sin mediar palabra alguna eran sus ojos protagonistas del espectáculo que regalaban sus sentidos. Podía olerle, acariciarle, escucharle, hablarle, pero siempre afirmaba que sus sentidos alcanzaban mayor éxtasis al verle. Un día cualquiera comprendió que todo esto que sentía tenía una única y poderosa explicación: al verle, era ella quien se veía. Él, su espejo, siempre lo supo.
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Desde la torre
La columna del Maestro
EL OBSERVADOR OBSERVADO
(Lo que no vio Hemingway) Por: Alonso Ríos Vanegas
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ran los días últimos del otoño y la tempestad barría las postreras hojas pardas que en forma de remolinos golpeaban los muros de las edificaciones y se estrellaban contra los transeúntes que corrían de un lado a otro huyendo de la tempestad; cuando al doblar sobre el bulevard Saint – Michel, me encontré de sopetón, a la entrada del café, con un hombre corpulento, joven y que vestía una gabardina verde oscuro que miraba curiosamente un escaparate de ropa de invierno. Lo esquivé y penetré apresurado en el café Sanit – Michel para guarecerme de la lluvia. Busqué el camarero y le pedí un vaso de vino tinto y unas galletitas de anís. El frío era intenso y, mientras la lluvia fustigaba con violencia, en la ciudad se interrumpían las actividades. Desde la mesa donde esperaba que la lluvia amainara, podía observar la entrada del café que era un portón de madera con incrustaciones de hierro forjado, y ventanillas de vidrios de colores. Del techo cóncavo y decorado con temas diversos, pendía elegante una lámpara de muchas luces y cristales de murano que desparramaba las luces al interior del salón a modo de manchitas de colores en el piso, mesas y sobre los sombreros de los hombre y las mujeres, que en forma copiosa habitaba el café. El gran salón que se presentaba lleno de humareda de los fumadores de tabaco, estaba también lleno de risas y murmullos que a cada momento crecía en sus decibeles. Embelesado en la observación del entorno me encontraba, cuando vi aproximarse por el portón del café a pasos ligeros la silueta a contra luz de un hombre que, destilando agua de su gabardina, parecía disolverse. Agua que dejaba una
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huella húmeda y reflectora sobre el piso de cerámica del salón, fenómeno que me llamó la atención. La sombra, era la de un hombre de amplia anatomía, botas de cuero a media pierna y, debajo de la gabardina verde oscura, se descubría una chaqueta beige de muchos bolsillos en el talle y torso. Como usan los fotógrafos. Al aproximarse un poco más y ponerse debajo de la gran araña de
vidrio luminiscente, alcancé a descubrir al joven con el cual tropecé en la entrada del salón; sus pasos eran largos y firmes y sus piernas, un poco curvadas, le daban un aspecto de persona de fuerte carácter y dinámico. Miró con sus ojos claros de incipientes arrugas debajo del globo ocular, y buscó en su entorno con detenimiento un lugar para sentarse. El gran salón tiene dos niveles, el segundo que en forma de palco admite tener un dominio sobre casi todo el salón en la parte baja, es un lugar adecuado para la observación, sin embargo, fue hacia un rincón del primer piso donde se encaminó el joven con su
caminar ligero en sus piernas encorvadas y un fuerte taconear con sus botas de cuero las cuales dejaban una huella húmeda sobre el piso de colores. Desde muy joven creé la disciplina de la investigación cuando trabajaba para la secreta de la policía estatal; pero eso ocurría en mi juventud, ahora ya soy un retirado de la poli, pero, sin embargo, todavía conservo ese maldito hábito de estar observando a las personas para, a través de la reflexión, descubrir sus costumbres y rutinas. Este hombre me llamó la atención no solamente por su juventud, sino también por esa forma de caminar con soltura y carácter, por la forma de observar a las gentes que le circundan y otros detalles que describiré mientras la lluvia arrecie fuera y pueda tomarme unos cuantos vinos que es mi costumbre antes de llegar a casa. “¡Señor camarero!, por favor trae otro tinto para calentar la sangre y aguzar la fantasía, además, galletitas de esas que le suben el ánimo a la vida y me recuerdan a mi abuela”. Al llegar al lugar escogido, miró en su derredor y localizó el perchero en donde colgó la gabardina verde oscuro, que todavía chorreaba un poco. Este lugar estaba alejado de la concurrencia, que como un rumor se sentía en la estancia; se sentó con el espaldar de la silla contra el muro y tomando un breve respiro esperó la atención del camarero que ya lo conocía y con un leve movimiento de su mano derecha ordenó un whisky con hielo. Sobre la mesa de madera lisa colocó una libreta de lomo azul, dos lápices y un sacapuntas que tenía en uno de sus bolsillos. Miró nuevamente a la concurrencia durante unos minutos y luego de tomarse un trago, respiró con fuerza como quien termina una maratón y llega el momento del descanso. Sacó de
otro de sus bolsillos una tabaquera y de ella, ripio con aroma de breva y miel de abejas, llenó una pipa de madera roja, la encendió con un cerillo y luego de la primera bocanada se creyó listo para emprender la rutina. Cuando el joven escritor se agachó sobre la mesa se sintió libre y triunfante, (los escritores se conocen porque saben paladear el elixir de la bohemia y liberan su espíritu después de un trago fuerte), escribió sin descanso hasta dos horas después de su llegada, luego hizo una breve pausa y se encaminó al toilete que quedaba a su izquierda y luego al volver a la mesa donde había dejado la libreta tornó nuevamente al manuscrito. Todo parecía ir en armonía para el joven que seguramente no se enteró que, al fondo del salón, se organizaba la presentación de una revista con bellas mujeres coristas y un varón intérprete de cabaret. Sin embargo eso que sucedía en el café no le disgustaba y, hasta le provocaba emoción placentera. De pronto, la armonía se rompió de súbito, cuando una pareja de jóvenes bulliciosos se sentó al lado de su mesa y con golpes y e s trid e ncias pe d ían ate nción al
camarero. El escritor se sintió turbado con las cacofonías vocingleras de estos jóvenes que hablaban y reían a grandes voces, e intempestivamente, poniéndole freno a su imaginación, detuvo su escritura. Miró con desagrado a quienes lo sacaban de su mutismo y por un instante no supo que hacer. ¡Estúpidos! Gritó el escritor, y con el puño cerrado amenazó a los jóvenes que reaccionaron en medio de carcajadas y burlas. Irritado con el comportamiento de los estudiantes el intelectual les exigía corrección y silencio. Lo observé colérico desde mi refugio cuando reaccionaba con el cambio de la situación y vi además, cómo, con el desagrado marcado en su rostro, lanzó con fuerza una bocanada de humo al aire de su pipa aromática, se tomó un trago de whisky en medio de la ira, recogió rudamente la libreta de lomo azul, los lápices y el sacapuntas, la gabardina verde oscura ya casi seca y con arrojo, taconeando fuerte se alejó en busca del portón, por donde se veía la calle sin lluvias. Pasó a mi lado raudo, casi tumbándome: aun así alcancé a sentir el
aroma de su aromática pipa. Vi alejarse al intelectual con ese caminado de piernas arqueadas, su voluminoso cuerpo y la gabardina verde oscura con sus vuelos al aire. Abril 9 de 2012
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Notre Dame
Por: Mario Augusto Arroyave Posada
CON UNA SONRISA ENFRENTA JESÚS LA MUERTE Por: Juan Camilo Ramírez Correa Estudiante de Comunicación Social UCO
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l barrio Antioquia, ubicado al sur de la ciudad de Medellín, ha sido reconocido durante varias décadas por ser uno de los lugares con mayor expendio de drogas; su ubicación en la ciudad de la “eterna primavera” es muy central, limita con barrios de estratos altos como: Campo Amor y San Pablo; además está al lado de la Terminal de Transportes del Sur y del aeropuerto Olaya Herrera. Las calles de este lugar son iguales a las de toda la ciudad, pero, la gente y el ambiente parecieran ser de otro país. Los jóvenes caminan a ritmo del hip hop que suena en alguna de las casas, llevan la ropa ancha, los tenis americanos y las gorras que se utilizan para jugar el baseball. Los grafitis en las paredes y los muchachos parados en las esquinas, las barberías adornadas con la bandera Jamaiquina o Estadounidense, dan la sensación de que se estuviera pasando por Miami o por la tierra de los rastafaris, donde olores como el de la marihuana pasan por el ambiente como el de los alimentos recién cocidos y su venta normal. Cada esquina tiene su parche, al que acuden compradores de “dulces” como llaman en este lugar todo tipo de sustancias psicoactivas. La compra de la droga allí es tan sencilla como llegar a una tienda y pedir algún producto para el desayuno. Las personas que llegan en carro o caminando reciben gritos o expresiones como ésta. -¡OE!, ¿QUÉ NECESITA? Inmediatamente el pedido esté hecho, el cliente debe de esperar mientras el vendedor entra a la casa dónde él ha guardado la droga o simplemente abre la tapa de una alcantarilla para sacar la caleta; por allí pasan los niños, los jóvenes, mujeres del barrio, pero nadie se interesa por este acontecimiento, están acostumbrado a este tipo de vueltas. Así es el Barrio Antioquia, lugar por donde cruza una de las principales vías de la ciudad de Medellín, la carrera 65. Por allí pasan muchos de los vehículos que se dirigen desde el centro hacia los barrios de la gente “high”, como llaman a las personas de estratos altos, los del sur.
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Las personas que entran a “mercar” al barrio, encuentran la salida fácil, por lo escurridizas de sus vías, donde todo el día circula gente y el transporte público transita con fluidez. Son pocas las veces que un policía logra atrapar a quien sale “cargado” del Barrio Antioquia; tampoco a integrantes de los combos como el de la 24, que pasan en sus motos a darle bala a los de la 65. Además, los expendedores del vicio se encargan de proteger sus clientes para que no se vaya a caer con la merca. Barrios como estos existen en la ciudad de Medellín, no tan centrales, pero sí con el mismo “oficio”; dónde los jóvenes después de tener algunas dificultades en sus hogares se dedican a expender vicio y “convertirse en cuidadores del barrio”. Este mismo barrio fue la cuna y el lugar de crianza de Jesús Contreras. Era el joven que con sus chistes alegraba a sus vecinos, el que siempre estuvo pendiente en el caso de sucederle alguna emergencia a las personas de su barrio. Desde sus primeros años le tocó vivir como a muchos niños y jóvenes, la situación de esta zona. Aunque siempre estuvo relacionado con los muchachos que trabajaban con droga y armados, nunca quiso meterse en este tipo de negocios, siempre creyó que hacer el bien sería un camino a seguir. Pero quien anda entre la miel algo se le ha de pegar, y más cuando las oportunidades de salir adelante son pocas. Jesús cayó en los vacios más profundos que se puede llegar con la droga y de esta manera, comenzó a andar cerca a la muerte. En su combo, siempre le decían “Zanahoria” porque nunca fumaba del vareto. Cada vez que lo prendían le decían que lo hiciera para que se relajara, pero siempre con su frente en alto respondía que no. La situación en la casa de Jesús se tornaba cada vez más difícil. Su hermano menor estaba metido de fondo en la delincuencia y su madre siempre angustiada esperaba que en cualquier momento llegaran con la noticia de que lo habían matado.
angustia y tristeza, como si hubiera imaginado a
La guerra entre los combos como “la 68”, “la 24”, “el coco” y “las estefanías”, estaban haciendo complicado el vivir en uno de los barrios tradicionales de Medellín. La situación económica en la casa de Jesús tampoco era la mejor, allí sí se desayunaba, era difícil que se pudiera almorzar. Debido a todas estas circunstancias, cierto día este joven a sus 17 años salió como siempre con sus amigos, pero esta vez un poco triste y angustiado; prendieron el leño y cuando le ofrecieron, esta vez no lo pensó dos veces para fumar y relajarse como se lo habían prometido sus parceros. Ésta fue la primera vez, metido en una canalización de su barrio, buscando el relajo, sin saber que lo que llegaría sería peor aún. EN LO PROFUNDO DE LAS DROGAS.
su hijo muerto. En este momento comienzan los encuentros entre la muerte y Jesús en diferentes lugares de la ciudad. Después de vivir 15 años en el barrio Antioquia, Jesús comenzó a deambular por Medellín y gran parte del país. Primero se fue para el barrio Castilla con su hermano y su madre. Vivieron cerca a la iglesia de San Judas, ubicada en toda la 68, este lugar quedaba cerca a la terminal del norte. Allí la droga la conseguía igual de fácil. El consumo de las diferentes sustancias no se redujo, antes se aumentó, lo único que encontró como dificultad fue que los sicarios y los dueños de las plazas de vicio eran otros; por lo tanto, tendría que hacerse amigo o por lo menos hacerse conocer de ellos. Esto lo logró sin ninguna dificultad , lo que no pudo hacer fue acostumbrase al ambiente del barrio. Las noches de bala no paraban, la violencia era igual que antes, hasta peor porque ya no conocía a nadie y menos quien combatía contra quien. La desconfianza que Jesús mantenía con la gente y más en un lugar como estos dónde matan por ver caer hacía que se mantuviera siempre sólo, nada más que consumiendo drogas y caminando por la vida casi inconsciente. Esto lo aburrió y ya no quería seguir viviendo en este lugar. En un diciembre estuvo con unos amigos en el Pueblito Paisa, uno de los lugares más atractivos por su decoración y alumbrados para esta época, cuando estaban bajando de allí se dirigieron hacia el río para seguir el recorrido navideño. En este momento se encontraron con un circo. Jesús siempre se ha sentido identificado con los artistas y con las personas que dedican su vida a divertir a los demás. Se arrimó por los
La adicción a la marihuana fue inmediata. El relajo que sus amigos decían sí se hizo sentir, pero la dependencia a la droga también lo fue. Fumaba varias veces al día y la situación, aunque estuviera tan relajado, en lugar de ir mejorando empeoraba cada vez más. En su casa el trato ya no era el mismo después de que se supo que estaba consumiendo vicio. Su hermano, cada vez más involucrado en la delincuencia y la madre más consumida en la tristeza, decepcionada del camino que había elegido cada uno de sus hijos. Los problemas se agrandaron para Jesús y los efectos de la marihuana no eran los mismos, tenía que fumar más cantidad y con más regularidad de tiempo. Cuándo Jesús dejó de sentir la tranquilidad al fumar marihuana, dejó de comprarla sola, ahora le comenzó a agregar perico, bazuco, sacol y pastillas. El mundo de este joven se comenzó a desorientar. Cierto día llegaron unos muchachos del combo del “Coco” a buscar a su hermano. Por fortuna no se encontraba, pero estos mismos hombres se quedaron rondando la casa por medio día , lo que dio a entender a Jesús que lo buscaban para matarlo. Él, aunque ya consumía de todo, nunca quiso meterse en la violencia y se le acercó a su madre y le dijo: -
Madre sabe que yo creo que es mejor que nos abramos de acá. Mi hermano está muy caliente ya con ese combo de la 68,
lados donde estaban los animales como leones y micos, en ese momento se acercó el vigilante y Jesús le preguntó -
¡Jefe! vengo por acá buscando trabajito, ¿será que tienen?
-
¿Sí? ¿y como qué sabe hacer? -- Respondió el vigilante entre su
cuando menos pensemos lo van a traer muerto. -
¡Ay sí mijo! yo creo que es mejor. Respondió la madre llena de
bufanda. -
No, pues lo que me pongan a hacer --Dijo Jesús sin dudarlo. Vea hermano, si quiere déjeme sus datos que yo estoy a punto de renunciar, le pueden elegir para que me reemplace-
- Concluyó el vigilante de acento argentino. Quince días después de dejar sus datos en el circo italiano instalado en la ciudad, Jesús recibió una llamada, el acento de la persona que habló era extranjero. -
Jesús, te llamamos del circo Italiano, puedes pasar esta noche para hacerte una inducción y si tienes el perfil para que viajes de una vez con nosotros.
Jesús, un poco asustado por esta noticia, se acercó a su madre para recibir la bendición y despedirse. La mamá, después de estarlo viendo
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tan involucrado con las drogas, prefirió que fuera esto y no que terminara en más problemas. Su hermano se le acercó y con un abrazo lo despidió. LA VIDA EN EL CIRCO Jesús se fue para el circo, confiado en que lo iban a recibir, en su maleta llevaba 3 mudas de ropa y algunas dosis de droga, cuando llegó le hicieron una entrevista corta y luego le dieron el sí, para ingresar a su nuevo trabajo como vigilante . Después de que un argentino lo asesoro sobre su labor y le presentó las nuevas personas con las que tendría que convivir, lo pusieron a desarmar partes de esta gigantesca carpa. El saludo por parte de sus nuevos compañeros fue corto, pero el trabajo fue extenso. En medio del cansancio, Jesús sentía alegría por ver todo lo que en el mundo del circo había. Las personas eran casi todas de diferentes lugares del mundo, animales de diferentes especies y por lo poco que logró hablar este día con algunas de las personas que trabajaban con él, se dio cuenta de la gran variedad de culturas que convivían bajo la misma carpa. Un circo es un mundo pequeño, personas de diferentes lugares con diferentes ideologías trabajando para un bien común, donde se reúne el arte y la tolerancia, donde el trabajo es tema de todos. Los hombres con su fuerza para cargar y descargar, para armar y desarmar la carpa, y las mujeres en las labores domésticas. Hay diferentes familias en las que de generación en generación se hereda el sentido de pertenencia a este lugar lleno de colores y fantasías. En el momento de la función, todos hombres, mujeres y niños unen sus talentos para alegrar el rato a los espectadores y para dibujar en los rostros de miles de personas una sonrisa. La próxima parada del circo Italiano sería en Cartagena, Jesús quedó con el cargo de vigilante, pero también le tocaba cargar como todos los hombres. Luego de haber sido armada la carpa se puso a observar detalladamente cómo era que allí se trabajaba. Desde este momento comenzó a identificar varios personajes que le llamaron la atención para comenzar a practicar como lo era el payaso y el robot lanza juegos, personajes que llenaban de alegría principalmente a los niños. Después de visitar varias ciudades de Colombia como Bogotá y Cali, Jesús comenzó a demostrar su talento artístico. Se comenzó a pintar de mimo y a demostrarles a sus jefes que quería cambiar de labor. Después de trabajar como mimo vendedor de dulces, un día luego de armar la carpa en otra
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ciudad llamada Bucaramanga, le dieron la notica de que se tenía que preparar para hacer su show como mimo y lanza juegos. Jesús se convirtió en un artista profesional, demostrando el amor que tenía a su nueva labor. Ver sonreír a los demás era su felicidad, por eso nunca hizo parte de la violencia que en Medellín se vivía y desde este momento se dedicó a aprender de los personajes que arrancaban momentos de alegría a los corazones de cada espectador. Cerca de un año estuvo Jesús participando del espectáculo del circo. Aprendió los personajes de mimo y robot y así pasó de ser vigilante a un integrante más de los colores y fantasías que en este lugar se ofrecía. Recorriendo todo el país, conociendo nuevas personas, disfrutando de los paisajes, estuvo este joven que ahora sentía que la vida le estaba cambiando, el mundo de la droga y la violencia estaba quedando atrás, debido a las reglas del circo donde el consumo de sustancias psicoactivas era prohibido. Jesús inició una terapia mental para dejar el vicio, con mucha oración y de la mano de Dios. Aunque algunas veces consumía, comenzó a notar los cambios en su vida cuando reducía más y más la dosis. Cierto día, después de aprender de muchas culturas en el circo y de tener su propio arte, tomo la decisión de partir a trabajar sólo, como siempre le había gustado. Se levantó y luego se arrodilló a pedirle fuerza a Dios para dejar la droga y para que le fuera bien en el camino. Se despidió de sus amigos, y dio gracias por lo aprendido en el transcurso de este año, luego partió de nuevo a la ciudad de Medellín en busca de nuevas oportunidades. Cuando llegó a la ciudad se instaló en el municipio de Copacabana, ubicado al sur del área metropolitana, Su madre lo recibió con mucha alegría, su hermano igual. Jesús tenía muchas expectativas para comenzar una nueva vida. La violencia en este lugar era menos, pero también se escuchaban rumores en el vecindario de asesinatos y personas heridas a bala. En Medellín y el área metropolitana la violencia siempre ha tenido la misma causa: las ansias de poder y de dinero por parte de algunos grupos a cambio de cualquier cosa, sea la integridad o la muerte de las personas. ENFRENTAMIENTO CON LA MUERTE
Cierto día se encontraba Jesús a las afueras de su casa, divisando el panorama de la ciudad de Medellín. En este momento escuchó un estallido en sus oídos. Cuando reaccionó se dio cuenta de que estaba soltando cantidades de sangre de la mano izquierda, una bala se le había incrustado a un centímetro de la vena aorta. Con la mano derecha, cogió la izquierda y notó que parecía muerta, en ese momento dirigió la mirada hacia su lado derecho y alcanzó a ver un señor de unos 30 años que descargaba el proveedor de una nueve milímetros en la cabeza de un hombre cuarentón. De inmediato, Jesús fue remitido al hospital, donde le diagnosticaron posible muerte del brazo izquierdo por el impacto de bala. Días después Jesús encomendado al Santísimo y con la terapia diaria, fue tomando movilidad en su brazo hasta recuperarlo. Días después rondó nuevamente la muerte en la cuadra donde vivía Jesús. Sonaron varios disparos que le hicieron recordar el hecho que casi lo deja muerto. En este momento se escuchó una algarabía en las afueras. Él corrió cuando se percató que era su madre la que gritaba, cuando llegó a la calle vio que era su hermano el que había sido asesinado. Luego de este suceso, Jesús tomó la decisión de irse a vivir al centro, huyendo de la violencia y para comenzar a trabajar como mimo ambulante. Se ubicó en un inquilinato cerca al Parque Berrio, donde se encuentra la famosa escultura de la Gorda Botero y otras obras de Fernando Botero, escultor paisa reconocido en todo el mundo. Este lugar donde Jesús vivía parecía patrimonio cultural de la ciudad por su antigua fachada, eran 5 pisos a medio pintar, lo poco que se veía de color, eran cáscaras de pintura seca que dan muestra de la antigüedad del edificio, lo demás era cemento y bareque. En este lugar vivían varias personas. Era normal ver en los pasillos mujeres desnudas, puesto que también servía de motel; igualmente pasaban personas drogándose y en las afueras jóvenes tirados en el piso con su ropa sucia y rota, con un tarro de
sacol en la boca. Cada día salía Jesús a trabajar con su personaje de mimo al centro de la ciudad, para así obtener el sustento diario. Desde el parque Berrío hasta al parque San Antonio recorría todas las calles extrayendo sonrisas, como siempre lo había hecho. Algún día se encontraba este mimo en su habitación del inquilinato organizando sus cosas. En ese momento tocaron la puerta y al abrir se dio cuenta que era un joven con cierta sobredosis de droga. -
¿Qué necesita?-- Dijo Jesús
A usted, gran hijo de puta. Respondió este joven levantando al mismo tiempo la mano con un machete y descargándolo sobre la cara de Jesús. La reacción del agredido fue inmediata, aunque sabía que no le debía nada a este joven y que era sólo por efectos de la droga, retrocedió hasta la cocina cogiendo un cuchillo, cuando sintió con la mano izquierda que su pómulo estaba abierto y desangrando y que iba a ser agredido nuevamente, con la otra mano clavo el cuchillo en el corazón del drogado joven, quien de forma instantánea murió. Inmediatamente corrió Jesús hacia una estación de policías, donde declaró todo lo que había pasado, minutos más tarde le sellaron la herida para luego ser conducido a una celda. Días después fue declarado culpable puesto que el policía de turno no dijo que él se había entregado sino que lo habían cogido, de esta manera fue condenado Jesús a 13 años de prisión. A Bellavista, una de las cárceles de máxima seguridad de Antioquia fue conducido Jesús. Este centro penitenciario está ubicado en el municipio de Bello, al sur del área metropolitana, fue conmovedor para este joven el ingreso a este lugar, pero cuando se cierran las rejas de este reclusorio
trata de ubicarse y acostumbrarse a la situación. Inicialmente le tocaba dormir en los pasillos, puesto que no tenía dinero para pagar una cama y menos una habitación. A los pocos días se dirigió Jesús al coordinador del patio 4, el cual le correspondía, le dijo que era humorista, que si le podía dar la oportunidad de crear sus personajes al interior del patio. Fue aceptada la propuesta y de esta manera Jesús se hizo conocer de todos los reclusos de la cárcel, de patio en patio y de pasillo en pasillo. Por donde pasaba hacía brotar una sonrisa a los reclusos y además hacía olvidar por un instante los momentos que se estuvieran pasando en este encerrado lugar, donde la única parte que había para ver el sol era un patio con altas paredes rodeadas por alambres eléctricos, un reducido espacio donde encerrados habían cerca de 500
reclusos. Con mucho cariño fue recibido el mimo en Bellavista, a la hora de la comida todos querían estar con él para sonreír un rato. Jesús, por su buen comportamiento, por trabajar y estudiar pagó de los 13 años a los que estaba condenado sólo 5. Salió de este lugar prometiéndoles a todos que volvería a hacerlos reír. Ahora está nuevamente en libertad, a sus cuarenta años, este señor con su pelo largo, sus patillas largas y apariencia de artista, se encuentra deambulando por todo Antioquia regalando sonrisas y conduciendo a los jóvenes por el buen camino, dejando el mensaje de que la droga y la delincuencia no pagan .
Cultura
Una tradición patrimonial que se mantiene viva:
LAS DECORADORAS DE LOZA, ESENCIA DE LA TRADICIÓN CARMELITANA Por: Mario Augusto Arroyave Posada Especial para la revista Cultura O.
Arte, tradición, concentración, pulso, firmeza, decisión y vocación. Estas son las bases que hacen una buena decoradora de loza
Sandra
T
ener la oportunidad de ver una decoradora de loza de El Carmen de Viboral realizando su labor diaria es una experiencia fascinante. Sus manos recorren el espacio una y otra vez, van con el pincel hasta el recipiente con el color y trasladan la cantidad exacta, un movimiento ejecutado con maestría va dejando la marca del pigmento sobre cada pieza. Líneas muy finas que se entrelazan, manchas de variadas tonalidades, un toque rápido y sistemático con una mano mientras la otra, hábilmente va girando el plato para conseguir, en pocos segundos, un resultado perfecto. Sorprende la seguridad con la que realizan líneas precisas que bordean un recipiente, ayudándose con el movimiento del torno vuelven al punto de partida para seguir con el resto de la composición. Doña Flor Quintero comenzó a pintar cerámica cuando tenía trece años. Sin haber abandonado aún su interés por los asuntos de niña, ya estaba metida en oficios de alta exigencia. Comenzó a trabajar en Cerámicas El Cóndor y estuvo allí varios años. Dice que no recuerda cuántos, pero que fueron muchos. De esa empresa pasó a Cerámicas Continental, luego trabajó con don Pedro Bello y posteriormente llegó a “Renacer”. Sí, después de vivir la incertidumbre de ver cómo varias de esas fábricas se fueron cerrando, de sufrir la angustia de no saber si al día siguiente habría trabajo, terminó “dando cátedra” en la empresa que lidera hoy la tradicional actividad en el municipio.
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Cultura
Ella se apura a reunir varias piezas en la mesa, organiza varios recipientes con pintura, se acomoda y de nuevo, ahí va! Dice que tiene afán porque deben llevar una producción al horno. Toma en sus manos una esponja que sumerge cuidadosamente en el color, coge una vasija “en biscocho” y toca hábilmente la superficie para ir dejando una textura irregular, pequeñas manchas como si se tratara de un pequeño “action Painting”, una abstracción contemporánea. Mientras tanto comenta: “Yo dejé de trabajar cinco años porque me dediqué a mis hijos, pero nunca dejé de pintar porque me llevaban encargos a la casa”. Sus compañeras nos escuchan y hacen algunos comentarios, hay camaradería, se habla de problemas que hay en el pueblo, “chismosiamos” un poquito… A pocos metros, Marleny muestra orgullosa la “pinta” que a diario realiza. Se trata de un diseño llamado “Hortensia”. Ya me habían dicho que es ella la única que lo hace –por ahora- debido a un alto nivel de complejidad y porque es un producto nuevo. Apenas se sacó hace un poco más de un año y ha sido de los más exitosos. Le indago por la forma ya que el plato está completamente cubierto de
Doña Flor
Marleny
pinceladas, todo lleno de pétalos que lo asemejen a una inmensa flor. Manifiesta que originalmente se hacía sólo la “media luna”, pero que ya piden otras variedades: sólo bordes o corona, sólo centro o la original. Es hermoso y está en las mesas europeas ya que buena parte de estas vajillas se han ido para el viejo continente. Las decoradoras representan la verdadera esencia de la tradición ceramista carmelitana. Si bien se han desarrollado importantes avances para la cualificación del producto, de los hornos, las pastas, los esmaltes y demás elementos que componen el proceso, es el término “decorado a mano” (esa famosa etiqueta “Hand made”) la que determina un valor de suprema importancia no sólo tradicional sino artística y cultural. Bien valen la pena todos los esfuerzos por mantener e incentivar la labor, por enseñar a jóvenes decoradoras como lo hace allí todos los días el maestro José Ignacio Vélez. Bajo su tutela está Alejandra Giraldo Quintero y un grupo de chicas que sueñan con llegar a dominar este hermoso oficio, con tener ese honroso título de decoradora, diseñar sus propios motivos, resolver asuntos creativos y por qué no, hacer empresa.
Andrea (UCO)
Amalia
En esta tradición, existen diversos aspectos que hacen de este oficio, un mutuo aprendizaje; es la mezcla de experiencia y juventud que se unen en una misma tarea. Las decoradoras de loza en El Carmen de Viboral son patrimonio: una tradición viva, un oficio de alta exigencia cuyo objetivo hoy es mejorar y así lo entiende Andrea, una estudiante de Administración de empresas en la U.C.O que ya ha puesto esto en su mente y que sabrá sacar el mejor provecho de esta oportunidad que la vida le ha brindado. Por ahora, sólo señala una dificultad: la línea delgada que bordea los platos ovalados. Eso seguramente muy pronto será historia. Para despedirme, le pregunto a doña Flor si hay personas de su familia que han seguido su ejemplo y aprendido el oficio. Se ríen todas las decoradoras como si hubiese dicho un mal chiste y me dicen casi en coro: “Si aquí la mayoría son Quintero! Está su hermana Margarita, Graciela, las sobrinas y hasta una nuera!”. Definitivamente, las decoradoras son la magia y encanto de la loza en El Carmen de Viboral.
LA NUEVA GENERACIÓN
del periodismo en el Oriente
Los chiclosos
J
avier Custodio Soto Giraldo es un medellinense con alma marinilla, pues 23 de sus 33 años ha vivido en la esparta colombiana. Desde muy pequeño se le ha visto en cuanto evento cultural y religioso se organizaba en la parroquia de La Asunción y al lado de artistas y artesanos de la localidad. Fue así como en el año de 1994 ingresó a la organización parroquial como acólito y comenzó a tener contacto con el mundo maravilloso de la decoración y de engalanar el templo para las ceremonias, la Semana Santa, las fiestas patronales y las celebraciones decembrinas, al lado del maestro Alberto Arango, pintor de la localidad, quien le enseñó sus primeras bases artísticas y le transmitió su buen gusto por las decoraciones de calidad. En adelante el curso de su vida se trazaría de manera muy marcada hacia el arte y la enseñanza, de manera que, luego de dejar a un lado sus ejercicios religiosos, se dedicó a
Javier Custodio Soto Director Mi Boutique
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Cultura
aprender manualidades, oficios y técnicas como las realizadas en el SENA y en otras escuelas privadas en ebanistería, artesanía en güadua, arte country, taracea y talla en velones. Las demás destrezas y técnicas las aprendió de manera empírica, teniendo un contacto estrecho con los materiales y viendo a grandes maestros artesanos m i e n t r a s t r a b a j a b a n . To d o e s e conocimiento lo pondría luego al servicio de los demás, desde diferentes instituciones, especialmente, el Centro de Bienestar del Anciano San José del municipio de Marinilla. Pero la idea de un centro donde pudieran confluir y canalizarse la enseñanza de diversas artes y oficios siempre rondaba por su cabeza, pues siempre ha tenido visión empresarial y unos deseos incontenibles de a p r e n d e r y , simultáneamente, enseñar. Por eso desde el 2010 comenzó a formular en su cabeza y en papeles sueltos idea de la boutique, luego plasmó su proyecto en un texto más serio, gestionó algo de capital y se asoció con su amiga Astrid Johana González, quien creyó firmemente en esta idea, y a principios 2012 se pudo materializar el proyecto. Javier Sabe que vivir del arte es muy difícil, pues las obras artísticas o artesanales no son artículos de primera necesidad y por eso se debe ser muy creativo al momento de ofrecer los productos y servicios, de manera que los talleres deben ser muy variados para cubrir una diversa gama de personas, y las piezas que se ofrecen para la venta también deben ser de muy heterogéneas técnicas para acomodarse a la inmensa cantidad de gustos. “Los objetivos de Mi Boutique son varios: lo primero es brindar un espacio de aprendizaje en diversas artes manuales, suministrando los insumos necesarios para la elaboración de cada pieza de arte y de
artesanía. La casa también se convierte en una galería permanente donde los mismos estudiantes, artistas del municipio y en general cualquier persona que construya arte pueda exhibir sus obras, pretendiéndose siempre exaltar e impulsar a las nuevas generaciones de creadores”. En la actualidad Mi Boutique ofrece cursos permanentes de falso
vitral, marroquinería, taracea, pasta piedra, pesebres bíblicos, bisutería, dibujo artístico, pintura al óleo, patchwork, foamy, porcelanicrón y talla de jabones y velones. El sostenimiento económico de esta novedosa organización se basa en los ingresos por concepto de las clases dictadas, pero los precios son tan bajos que no hay excusa para no invertir el tiempo libre en el aprendizaje de un arte que con seguridad puede convertirse luego en una muy rentable fuente de ingresos. Solamente cinco mil pesos cuesta una clase y si un grupo se organiza y se inscribe, recibe descuentos muy importantes, además de que los materiales se venden a precios de distribuidora al por mayor. Tanta ha sido la aceptación y la credibilidad que Mi Boutique ha logrado en sus escasos 4 meses de operaciones, que semanalmente asisten cerca de doscientas personas a capacitarse y ya la Administración Municipal le concedió un contrato para capacitación y apoyo
En un ambiente agradable y cómodo, decenas de personas de cualquier edad se capacitan en Mi Boutique, creándose de esta manera infinidad de fuentes de empleo y ofreciendo un uso adecuado del tiempo libre.
formativo en artes y oficios a la población vulnerable de algunas veredas, con miras a la generación de empleo y también para el acompañamiento al adulto mayor y fortalecer así el programa de envejecimiento sano y prevención de enfermedades por medio de terapia ocupacional. Igualmente, empresas como Pintuco y Coopimar han visto en Mi Boutique un invaluable apoyo para la implementación de los respectivos programas de salud ocupacional para sus empleados. El equipo humano que hace posible que Mi Boutique pueda operar está conformado por los socios Javier Custodio y Astrid Johana, en la parte administrativa, dos encargadas de atención y servicio al cliente, un operador del taller de madera y un equipo de 8 profesores en las distintas técnicas, además del contador. Salta a la vista entonces el tremendo aporte a la generación de empleo que esta casa taller ha generado, bajo el lineamiento de MARINILLO CONSUME MARINILLO, de manera que todos los cargos son ocupados por personas oriundas de Marinilla Pero la prueba de fuego siempre fue la aceptación de los mismos artistas y artesanos del municipio y de la región, pues años atrás se habían dado algunos intentos por generar espacios de centralización de actividades artísticas, que fracasaron o tuvieron vidas muy cortas. En el caso de Mi Boutique, la transparencia, seriedad y creatividad del proyecto ha hecho que sean los mismos gestores y constructores de cultura quienes se acerquen con sus obras para ser exhibidas, con sus ideas en busca de asesoría o con su talento para ponerlo al servicio de los alumnos, desde la docencia en artes. No ha habido choques conceptuales (como suele haber entre corrientes artísticas) ni envidias, ni rechazos; solo la unánime y masiva
aceptación. Y como Javier siempre está pensando de manera prospectiva, comenta con gran firmeza que su boutique será una institución reconocida en todo el Oriente Antioqueño por la diversidad y calidad de sus programas, por el inigualable servicio a sus clientes y usuarios, por la calidad de los insumos que provee y por permitir espacios para la exhibición constante del trabajo artístico y artesanal de todo el que trabaje en torno al arte. En resumen, este joven empresario visiona su empresa como la primera escuela de arte de la región. Desde municipios como Rionegro, El Santuario, Guarne y El Carmen ya comenzaron a inscribirse varios estudiantes y la oferta está abierta para toda la región. Inclusive desde localidades como El Peñol han comenzado a comprar diversos insumos en Mi Boutique, evitando así el viaje hasta Medellín y eso ya se convierte en indicadores importantes de la proyección de la empresa y su presencia publicitaria permanente. “Sólo de manera ordenada y disciplinada se puede vivir de la cultura y del arte en Marinilla y en cualquier otro municipio, haciendo alianzas estratégicas, gestionando, tocando puertas y mirando hacia futuro con actitud positiva y mucha creatividad”-Concluye Javier.
Mi Boutique tel. 548 39 25
Inscripciones permanentes
Cultura
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GUILLERMO BEDOYA Una mezcla entre arte, pasión y depresión Por: YULIANA BEDOYA Estudiante de Comunicación Social UCO
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n hombre que vibra al son de la pintura, amante a lo abstracto, sonríe cuando hay que sonreír debido a que es más fácil llorar dice Guillermo Bedoya, un hombre que sus canas no han sido impedimento para soñar y recorrer cada municipio con sus cuadros. Guillermo Bedoya nación en Envigado; allí tuvo la oportunidad de crecer y experimentar nuevos sucesos como lo fue su matrimonio, que ha sido de las cosas que lo han marcado durante toda su vida pero este no fue color de rosa, después de 25 años de casados deciden coger rumbos diferentes, a pesar de las lágrimas, alegrías Y vibraciones que sintieron. Cada uno toma por distintos caminos. Esta situación ha llevado a Guillermo a la desesperación. Incapaz de controlar su derrota, a sus 53 años de edad decide trasladarse a otro lugar empaca su ropa y entre los objetos que abandona se quedan los recuerdos, amargos recuerdos que a pesar de dejarlos encerrados siente que no serán útiles para continuar con su rumbo. Guillermo se va con lo único que tiene el arte y la creatividad para pintar. Arte que desde sus quince años despierta, empírico de la vida y del amor, aunque en este haya fracasado. Entre aventuras y recorridos llega al municipio de el Peñol, con la idea de emprender una nueva vida, alquila un lugar para exponer sus cuadros, empieza a transitar el lugar hace nuevos amigos e
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intenta sentirse diferente y motivado y piensa que si es posible arrancar de cero. Pasos Agigantados hacía otro Municipio Guillermo decide exponer sus cuadros, y su estado empieza a cambiar sus cuadros toman una rotación increíble, pero entre ventas y ventas decide trasladarse a otro municipio. Guillermo no puede con sus recuerdos y piensa que el viajar a diferentes lugares los dejará, pero se miente a sí mismo Porque todos esos recuerdos andan con él, así no lo quiera. Llega al municipio de La Ceja, allí sí que empieza a vivir una gran desolación a pesar de los cuatro meses que lleva viviendo en aquel municipio no se ha podido acoplar ,dice que el ambiente es muy bueno. “es un poco tranquilo algo muy diferente a la ciudad, pero no veo dónde está el calor de las personas,” piensa Guillermo. Allí no tiene lugar para exponer sus cuadros y a pesar de que ya habló en la Casa de la Cultura, lastimosamente le han cerrado las puertas, “Allí no hay lugar para el arte y si lo hay el espacio es solo para los que ya están pero para las personas que van llegado es muy complicado”. Guillermo está muy aburrido en éste municipio debido a que el amor por la cultura es muy vacío. Lastimosamente Guillermo debe quedarse en la Ceja a no ser de qué venda la casa que compró “y no creo que logre hacerlo porque en el barrio que está ubicado es más de perfil medio” dice Guillermo. Además vive en un lugar muy alejado a la sociedad, aunque su casa brilla y sus cuadros matizan toda la pared de su sala, sus muebles combinan con los colores y destellos que tiene en el aposento, lo mejor es que por donde uno pasa hay cuadros y cuadros; estos son mágicos esa es la palabra ideal para describir sus cuadros y su hermosa casa.
Exposiciones que ha Logrado Realizar Guillermo ha logrado en su vida cuatro exhibiciones de las cuales se siente pleno y orgulloso. Estás han sido en Medellín en el Colombo
Soviético, en Bellas Artes, en un barcafé y las últimas fueron en el Peñol y en Guatape. Este misterioso hombre lleva tatuado su cuerpo, con fascinantes dibujos y en la espalda lleva grabado el rostro de su ex esposa “Todos mis tatuajes tiene un
El hombre de cabello blanco, manos rayadas y una voz gruesa única como él, guarda lo que quedó de su matrimonio que son sus dos hijos, Daniel Bedoya de 24 años que hace tatuajes en un local de Medellín y Juliana Bedoya de 24 años, cursa último semestre de diseño Gráfico quienes sacaron el talento de este majestuoso hombre y que ahora se encuentran viviendo con su madre debido a que el matrimonio de sus padre fracasó por motivos que Guillermo no cuenta y aunque las personas le pregunten él con su voz gruesa y sensual responde que después de tanto tiempo no se comprendían y decidieron no luchar más por rescatar lo que quedaba de su matrimonio. La relación que Guillermo lleva con sus dos hijos es un poco regular, su hija Juliana lo visita de vez en cuando, mientras que su hijo no lo determina razones por las que Guillermo prefiere callar. Para Guillermo es muy triste tener que perderlo todo y comenzar de nuevo, despertar y verse sin sus seres queridos, debido a este cambio que dio su vida tomó rencor al amor, no quiere volver a enamorarse, piensa que es
Observador y creativo, Guillermo Bedoya es un hombre que maquilla sueños de colores.
solo un estado que cambia cuando ya no sirve, debido a esto se volvió amante de la soledad, dice que con ella uno expone lo que siente. Su vida no ha sido fácil, le ha tocado combatir entre el desprecio y el miedo de la gente, Sus pocos amigos están lejos y no hay forma de regresar a la ciudad que lo vio crecer. Ahora le toca adaptarse a un lugar y un estado del que no quiere, piensa encerrarse por un largo tiempo y seguir pintando, para ello su cabello estará más largo y su apartamento quizás colorido por su hermoso talento.
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SAN CARLOS TE ESPERA!!!
significado y una aventura diferente, soy apasionado a ellos, y no me hago más porque en realidad no caben en mi cuerpo y ya no cuento con suficiente espacio” Guillermo pensó en darle un toque a su vida diferente, quiso cambiarla y no dejarse llevar por los recuerdos, pero no ha podido, ahora se está inundando en la soledad y con ella lo acompaña la marihuana. Dice que le encanta y es una forma de relajarse “no lo hago por vicio como se acostumbra es una medicina que la tomo de vez en cuando” le da un matiz a su vida con rock sinfónico y cualquier clase de rock que no sea metálico, solo lo instrumental, aparte de la música es amante a los animales, tiene dos perros que lo han acompañado en su largo recorrido ellos son Douglas y Chirusa los adoptó, para no sentirse tan solo y abandonado, las dos mascotas, sus hijos y su ex esposa es lo mejor que le ha sucedido en su vida. Dice Guillermo Guillermo muere por el arte, aunque no viva de ella; pinta lo abstracto en aquel escenario que el mismo creó, su gran sueño es que la gente del municipio De la Ceja lo acoja como lo que es un gran pintor y puedan deleitarse con su arte y la combinación de placer y emoción que le imprime; en el momento no se encuentra trabajando pues vive de sus ahorros y la colaboración que le dan sus hermanos.
Campaña “UN SÍMBOLO PARA LA UCO” La Universidad Católica de Oriente se prepara para la celebración de su 30 años de vida institucional y por eso la revista Cultura O quiere reunir todas las opiniones de sus lectores frente al tema de cuál es el símbolo que la institución debería tener. Estas ideas se convertirán un una propuesta escultórica que en la actualidad adelanta el maestro Alonso Ríos. Envía tus opiniones al correo electrónico revistaculturao@gmail.com 22
Cultura
Capoeira: La danza, la acrobacia y el arte marcial en una sola disciplina Modelado en barro y plastilina: las artes plasticas y potenciacion de la creatividad y la destreza
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uan Alberto Gómez es Comunicador Social – Periodista egresado de la universidad de Antioquia. Y es de los buenos. De los pocos que piensa cada día en nuevas maneras de mostrar al mundo la belleza de la región a la cual tiene el orgullo de pertenecer, al ser oriundo del municipio de San Luis, en el Oriente Antioqueño. Y también hace periodismo del bueno. Su última locura consiste en treparse a una bicicleta e irse a recorrer su territorio, fotografiarlo, sentirlo, escribirlo, describirlo, saborearlo, extasiarse y luego mostrarlo al mundo de diversas manera: su página web, su programa de radio, sus notas y sus escritos. “Periodismo en bicicleta nace, inicialmente, como una exploración periodística del Oriente Antioqueño utilizando la bicicleta como vehículo. No han sido pocos los periodistas, y personas en general, que afirman que un territorio se conoce realmente caminándolo. En este caso, he trazado una línea intermedia entre el viaje a pie y el viaje en automóvil. Considero que la inmersión en un territorio se enriquece cuando permitimos que nos vaya envolviendo en un viaje sin prisas y con mayores estímulos para la observación. Es también una propuesta de periodismo independiente abierto a las historias del camino. Igualmente lo define el placer, la pasión y el impulso” explica Juan Alberto en su página. Desde la distancia, Juan le respondió a Cultura O algunas preguntas. Estas son sus respuestas: Cultura O: ¿Cómo nació la idea? Juan Alberto: Hace tiempo quería hacer un recorrido largo en bicicleta y lo preparé. Ahora bien, como tu sabes que los que somos periodistas de vocación, lo somos las 25 horas del día, y como de todas maneras
uno hace entrevistas, toma fotos y demás, entonces pensé en ir contando todo eso en Internet. Luego se sumó el entusiasmo propio y de amigos, entonces la energía fue fluyendo muy bien y la idea fue creciendo. Vale la pena decir que la disciplina de montar bicicleta para trabajar es relativamente nueva. C.O: ¿Cómo financia sus viajes? J.A: Primero: ahorro, segundo, planeación, y tercero, y aún más importante: decisión. Ahora, siempre hay que buscar complementos, en este caso hay dos muy claves: una especie de red de amigos de la idea que me facilitaron, por ejemplo: el diseño del logo y estampación de las camisetas: Natalia Calao, diseño e impresión de tarjetas: Luis Fernando Arango (Ideas Gráficas); importante descuento en el domino, hosting, diseño y asesoría técnica en la página web Sebastián Ossa). Además he conformado una red de anfitriones por municipio, que me facilitan hospedaje y alimentación. Algunos de ellos han sido: En Marinilla: Luís Fernando Calle, Natalia Calao Alejandro Ramírez y Mónica Gómez; en Sonsón: José Fernando Botero; en Nariño: Islén López; en Florencia: grupo de jóvenes por intermedio de Viviana Bedoya del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Centro PDPMC (ella misma organizó para San Miguel y La Danta). El listado es más largo, porque, gracias a Dios, son muchos. ¿y qué producto elabora para la radio? Adicionalmente realizo una crónica radial
semanal para Asenred. Al momento he entregado solo una pero espero ponerme al día. Y otro punto es que varios colegas (en el que se puede incluir Cultura O) me compran o me encargan alguna de las fotografías que tomo en el recorrido (50 mil pesos cuesta una buena foto) con la promesa de que la entrego impresa y en archivo digital de alta resolución. Además estas fotos harían parte de una exposición que ya tengo en mente y, si se puede gestionar el libro con las historias de la ruta, pues también lo tendrán. Pero, en definitiva: siento que estoy cosechando lo que he realizado, la cosecha es el cariño y el entusiasmo con que me han arropado amigos, conocidos, gente de la región y personas a las que les ha gustado la iniciativa. C.O:¿Cuál es tu plan de salidas a corto y mediano plazo? J.A: La ruta es clara, pero abierta a pequeñas variaciones. Es, sin prisa, paso a paso. No es montar en bicicleta: es percibir mejor el territorio y el palpitar de las historias: eso lo permite la bicicleta. La ruta es: Medellín, Marinilla, La Ceja, La Unión, Sonsón, Nariño, Puente Linda (límite con Caldas en el río Samaná Sur), Florencia, Berlín, (corregimientos de Caldas), Norcasia, La Dorada, San Miguel, La Danta (corregimientos de Sonsón), Doradal (corregimiento de Puerto Triunfo), Río Claro, El Prodigio,
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Tierradentro (corregimiento y vereda de San Luis), san Luis, San Francisco, Cocorná, Granada, San Carlos, vereda El Cerro, Vereda El Topacio, San Roque, Vereda El Rayo, Santo Domingo, Vereda El Rosario, Alejandría, Concepción, San Vicente, Peñol, Guatapé y San Rafael. (luego el regreso, paro en Marinilla). El criterio es simple: son municipios en los que he venido trabajando en mi labor periodística hace muchos años. Es también la oportunidad de devolver, de agradecer y de conocer de verdad el territorio. El material que tengo en la página web es maravilloso y eso es lo más importante. Pedalear, acopiar información y producir, requiere tiempo y, por supuesto, debo priorizar, por el momento el acopiar información. De todos modos el facebook ha sido un gran aliado: son alrededor de 17 mil visitas en tres semanas. Pero reitero: por encima de todo: lo disfruto, realmente lo disfruto. Ya voy en San Luis, de modo que he rodado bastantico y seguimos todo el mes de agosto. Hay mucho que contar. Quienquiera que lo visite y si se encuentra en mi ruta de viaje, puede llamarme al celular 311 781 20 83, para que nos tomemos un tinto o veamos el atardecer desde cualquier rincón de esta hermosa región.
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Poesía
Viene de página 3
ADIOS AL CAMINANTE No era normal. El caminante quedó ciego, ya no bailaba al ritmo de La luna, ella había pasado su cuarto ciclo y necesitaba con ansias dar el quinto paso SOLA para así conocer que había dentro de ella. La morada de dulzura murió, la ilusión del sereno se esfumó. El caminante ya no gustaba de la noche. ¡Odiaba la noche! ¡Le corría a la noche! El caminante ya evadía hasta la sombra, por que él más que nadie sabe que en la noche se refleja La Luna, fría y sedienta, inocente e indecisa, donde de ella dependía el color de la noche para el caminante. Los fenómenos del universo han herido a La Luna, han producido cráteres en su plataforma, por eso, ella no quiere que nadie camine a su alrededor, pues le trasmitiría su hielo insensible, en defensa de que no puede soportar otra herida, de lo contrario, La Luna caería, La Luna moriría. ¿Por qué el caminante no entiende? Simple, no recuerda que La Luna transporta frío en la lúgubre del aliento. Simplemente, porque él se encerró en su camino, enredado de palabras sin decir, sólo lo acompaña su amiga La Sombra, enseñándole admirar una nueva estrella que brilla con luz propia, mostrándole al Caminante la sonrisa más escondida e incógnita de Él
Ana Correa Estudiante de Comunicación Social UCO
EL ÚLTIMO ADIÓS Esa noche era la única vestida de varios colores, la única que transmitía sonrisas enamoradas de lagrimas. Besos, abrazos, sueños, recuerdos pintaban el lugar donde la ironía, los celos y el amor cataban al son de gritos de esperanza disfrazado de miedo... porque ese mismo miedo era el enemigo de los locos enamorados, con risas desbaratadas.... Era el reencuentro de amores que habían alborotado al mundo de envidia, pues los gavilanes jamás pegan con las gaviotas, pero ese día el canto era uno solo vestido de fuerza, irónicamente creyeron que el mundo se postraba en las ocho manos.
Los labios cantaban la melodía en el corazón de aquellos amantes que a escondidas se amaban, pues esa noche, como ellos la recuerdan jamas volvería a suceder, el par de gaviotas sabía que era la última, la ultima vos de canto de ellos, porque ellos en medio de su loquera con sabor a limón, se despedían del castillo mágico que la familia de locos habían construido. Era un solo baile, un solo esfuerzo, un solo grito, un solo llanto, un solo suspiro, un solo adiós, porque las gaviotas, jamás volverían a cantar en coro con los gavilanes, pues ellas decidieron volar, al ritmo de la noche, y así borrar los años de juventud que juntos habían construido.
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Cultura
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