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Busto de Nefertiti: “Bondad de Dios, la bella ha llegado”
Visitamos Berlín cuando Alemania estaba repartida entre Occidente y Oriente. Entre capitalismo y comunismo. Berlín occidental, un enclave en la desaparecida República Democrática de Alemania, sangraba en la ignominia del muro construido por una absurda guerra fría. Uno de mis objetivos de la visita a Berlín fue admirar esa cumbre del arte universal, más que egipcio: el busto de Nefertiti; y ocurrimos al antiguo Museo Egipcio, donde lucía en el centro de una sala especial, exclusiva para ella: “Bondad de Dios, la bella ha llegado”, como se traduce su nombre “Nfr u itn nfret y ty Nir”.
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El busto de Nefertiti, también conocido como
La Mona Lisad Amarna, La
Reina Pintada o La Bruja, es considerado una obra maestra del arte egipcio y fue elaborado por el escultor real Tutmose (engendrado por Dyehuti), en el 1330 a.C., quien era artesano y maestro escultor durante el reinado de Akenatón y tenía un taller en la ciudad Tell el Amarna, durante la dinastía XVIII del Imperio Nuevo.
En ese taller, el arqueólogo alemán Ludwig Borchardt descubrió esta joya del arte universal, el 6 de diciembre de 1912, la sustrajo a escondidas y la vendió al coleccionista alemán James Simon, quien la donó al Egiptisches Museum, exhibiéndose en el Neues Museum hasta 1943, cuando se trasladó a un lugar seguro, por los bombardeos norteamericanos que finalmente destruyeron el Neues Museum, como todo Berlín.
Los bárbaros del norte han desaparecido inmensos tesoros del arte universal en cuatro continentes (aún no han invadido Australia, poblada por sus congéneres anglosajones). Tras el fin de la guerra y la división de Berlín, Nefertiti quedó en la parte occidental, donde la admiramos largo tiempo durante nuestra visita, ya que estando al centro de una sala, como una diosa, pudimos sentarnos para contemplarla desde todos los ángulos. De allí se trasladó al Altes Museum, y finalmente regresó en 2009 al Neues Museum, ya reconstruido, al norte de la Isla de los Museos, en lo que fue el Berlín Oriental.
Nefertiti fue la principal esposa del faraón Amenhotep IV, que reinó entre 1353 y 1335 a.C., y quien durante su reinado cambió su nombre por el de Akenatón (el que sirve a Atón, el dios solar), y estableció una nueva religión monoteista que daba mucha importancia a la ética. Nefertiti ocupó un lugar preponderante