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Versalles: Una apasionante historia y una visita obligada

de turistas. Durante los 10 días que dura, la gente se disfraza y sale a las calles en desfiles organizados o improvisados. Los disfraces son extravagantes y coloridos, representativos del medioevo veneciano y de pinturas antiguas, y cubriendo el rostro con máscaras muy decoradas, que se han convertido en un símbolo de la ciudad.

No se puede ir a Europa sin visitar Venecia, sin dar un paseo en góndola, sin grabar en nuestra mente y en nuestro corazón el recuerdo imborrable de sus plazas, sus canales, su arte, su música, su gente y su eterna estampa representativa del amor y de los amantes, del romanticismo y la poesía.

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Una apasionante historia y una visita obligada

Versalles fue

originalmente un coto de caza

del Rey Luis XIII, donde se refugiaba para pasar largas temporadas, con la sola compañía de algunos amigos, lo que originó dudas sobre su masculinidad. Estas dudas se vieron reforzadas con la ausencia

de herederos a sus más de

20 años de matrimonio, y una relación ríspida con la reina Ana de Austria, que también se agravó con la participación de esta soberana en atentados contra el Rey, y traición por espionaje en tiempos de guerra, por su estrecha relación familiar con los gobernantes españoles, hermana de ese Rey, y alemanes, en conflicto con Francia.

Esto último estuvo a punto de ocasionar el repudio y divorcio consiguiente. Luis XIII, de una sólida educación católica, tenía horror por el pecado y las vanidades, y desconfiaba de cortesanos y de las mujeres, a las que consideraba frívolas y viciosas.

Fue hasta 1638 cuando nace Luis-Dieudone (dado por Dios), calificado como el niño milagro, y más tarde conocido como el Rey Sol, creador del absolutismo y la famosa frase instauradora “El Estado soy Yo”. Luis XIII ya estaba a los 26 años de su reinado, y 5 antes de su muerte, en 1643.

Luis XIV no tenía la clásica fisonomía vasca de su padre y su abuelo Enrique IV, por lo que los historiadores franceses se han esforzado en documentar algún encuentro del Rey y la Reina 9 meses antes de este alumbramiento, para acreditar la legitimidad del que fue el más grande de todos los soberanos de Francia.

Al morir Luis XIII en 1643, dejó constituido un Consejo de Regencia, ya que desconfiaba de la Reina, pero ésta logró que el Parlamento lo disolviera y asume de pleno la Regencia del Reino, que duró 8 años, hasta 1651, en que el nuevo Rey, Luis XIV, fue coronado en Reims. El joven Rey, de apenas 13 años, dio muestras inmediatas de su temple, al ordenar el destierro del que se mencionaba como amante de su madre, so pena de ser ejecutado si regresaba.

Ya coronado, el Rey Sol volteó los ojos al pequeño coto de caza de su padre, a 17 kilómetros de París. Alimentó la idea de dejar

Versalles, símbolo del mayor esplendor de la monarquía francesa.

la capital, en donde como niño experimentó los peligros de la insurrección de la Fronda. Más tarde, comisionó a su arquitecto Le Vau y a su paisajista Le Notre, para transformar la residencia de descanso paterna y el bosque anexo en lo que sería la sede de los poderes de Francia. Fue hasta 1682 cuando toda la Corte y dependencias gubernamentales se instalaron en Versalles.

El coto de caza se transformó en el palacio

más fastuoso del mundo, al que muchas residencias reales han imitado, pero ninguna siquiera se le ha acercado. Este espléndido

palacio y sus jardines son visitados anualmente por más de 7 millones de

personas, el 70% de las cuales son extranjeras.

El parque tiene una enorme superficie de 800

hectáreas, y el palacio principal ocupa un área de más de 6 hectáreas (67 mil metros) y cuenta con 700 estancias que encierran en sus rincones el recuerdo de intrigas y amoríos, favores y desdenes, beneplácitos y sentencias, decisiones de vida o de muerte; 1 mil 252 chimeneas, 2 mil 513 ventanas, laberintos de 67 escaleras, 483 espejos, y allí trabajan actualmente 900 personas. El enorme palacio principal incluye en su interior un teatro de ópera y una catedral gótica.

El parque incluye, a más de los jardines, 300 hectáreas de bosques, 20 kilómetros de vallas, 42 kilómetros de paseos, 372 estatuas, y dentro de el se encuentran otros dos palacios muy afamados: el Gran Trianón y el Pequeño Trianón, además de la romántica Aldea de la Reina, las caballerizas y otras construcciones.

Entre sus 55 estanques, los más grandes son el Gran Canal, de 24 hectáreas, y el de los Suizos, de 18 hectáreas. Hay 600 surtidores y 35 kilómetros de canalizaciones.

Desde luego, los visitantes cuentan con restaurantes, cafeterías, librerías y tiendas de recuerdos, y en los jardines se realizan representaciones teatrales y conciertos.

París, la ciudad más bella del mundo, está rodeada de palacios y jardines, pero el más grande, fastuoso y hermoso del mundo es Versalles, indudablemente. Una visita obligada si se va a Europa o directamente a Francia. Algo para recordar.

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