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Friburg, Baden-Baden y la Selva Negra: Experiencia única

Friburg, BadenBaden y la Selva Negra

Una experiencia única

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Friburg es una ciudad sureña de Alemania, donde se habla el suabo o alemánico, con que se conoce al alto alemán. Se ubica cerca de la margen derecha del Rin, atravesada por numerosos canales, con un hermoso centro histórico muy conservado y visitado.

Forma parte de un famoso triángulo de 3 catedrales góticas monumentales con espléndidas vidrieras: Basilea en el sur, ya en Suiza, donde el Rin enfila al norte; Estrasburgo, cerca de la margen izquierda del Rin; y Friburgo, también cerca del Rin, pero en su margen derecha. La espléndida catedral de Friburgo, con un campanario que alcanza los 116 metros, conserva los vitrales originales con que fue construida en el siglo XII y es un icono de la ciudad.

Baden-Baden se asienta en las laderas de la Selva Negra.

Friburg es conocida como la puerta de entrada a la mítica selva negra alemana.

Allí estuvimos hace más de 40 años, y nos adentramos en esta región boscosa, parando en Titisee Neustadt, un pueblo vacacional a orillas de un pequeño y hermoso lago, con hoteles y campos de golf. Más al norte pasamos unos días inolvidables en BadenBaden, una pequeña ciudad también cerca de la margen derecha del Rin, rodeada de algunos cerros que me recordaban a mi natal Teapa, en Tabasco.

Baden-Baden (baño, en alemán), en las laderas de la selva negra, es famosa por varios motivos: su Kurhaus, que alberga un lujoso renombrado casino, muy visitado en Europa, con salas para conciertos, galas, bailes y eventos sociales, espléndidamente decoradas con gran lujo.

Son dignos de visitar edificios como el Palacio Nuevo y el Palacio Viejo, el Castillo y el Lichtentater Allee, un suntuoso jardín con más de 300 especies de árboles.

Pero la mejor experiencia que viví en esta hermosa ciudad fue la visita a un viejo edificio que alberga los baños Romanos. Yo andaba cojeando por una dolencia en la rodilla que varios traumatólogos me habían tratado sin éxito. Pues bien, me sumergí en más de 10 piletas, que iban de bastante caliente, la primera, a un punto de congelación la última, en la que ya no pude estar mucho tiempo. Pero han pasado más de 40 años, y mi dolencia de la rodilla se fue para no volver.

La enseñanza en BadenBaden es el gran beneficio terapéutico que podemos obtener con la hidroterapia.

Lo bondadoso de los baños Romanos. ¡No hay duda, los recuerdos de los viajes vuelven a vivirse!

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