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Polonia: Pequeña, pero grandiosa

constituyó en un reino efímero en España, pero más duradero en la parte francesa. Juana de Albret hereda a su hijo que se corona en 1572 como Enrique III de Navarra, y posteriormente en 1589 como Enrique IV, Rey de Francia y de Navarra, instaurando la dinastía borbona (vasca), que duró hasta su extinción con el mismo título de “Rey de Francia y de Navarra”.

Pequeña, pero grandiosa

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La Polonia actual es un país de 312 mil kilómetros cuadrados, el 16% de la superficie de México, y tiene una población de 38 millones de habitantes. La nación se integra como católica hace 11 siglos y sus fronteras han sido cambiantes, e incluso se ha desintegrado y desaparecido como Estado en más de una ocasión. Predominantemente católico, su calendario cívico contiene muchas fechas religiosas y sus tradiciones en este ámbito son similares a las mexicanas.

La Segunda Guerra Mundial comenzó en 1939 con la invasión de los

alemanes a Polonia, lo que provocó que los rusos también la invadieran por el otro extremo y de esta

Al pie de los montes Tantra se encuentra Zakopane.

manera se repartieron al pequeño país. Rusia se quedó con la mayor parte de lo que ocupó, incluyendo la antigua Konigsberg, patria de Immanuel Kant, convertida hoy en Kaliningrad, dentro de un enclave en el Báltico, fuera del territorio ruso. Al resurgir Polonia, al término de la guerra, fue compensada con territorios perdidos por Alemania, la Silesia y la Pomerania, regiones en que las calles y los mismos pueblos perdieron sus nombres alemanes para recibir otros en idioma polaco.

Patria de Nicolas

Copérnico y Marie Curié, de Chopin, del Papa Juan

Pablo II, de cuatro premios Nobel de Literatura, lo fue también de Marie

Walewska, el histórico

romance de Napoleón.

Hace casi 20 años, Marta y yo recorrimos este hermoso país. Apreciamos sus bellezas, vivimos sus tradiciones y visitamos sus santuarios. Disfrutamos

Zacopane, al pie de los montes Tatra, que hacen

frontera con Eslovaquia, una idílica estación de esquí, denominada como la capital

de invierno de Polonia.

Cerca de su antigua capital, Cracovia, llena de historia, está el pueblo de Wieliczka, en donde se encuentra una de las minas de sal más antiguas del mundo y aún activa, con galerías que se extienden 300 kilómetros y a 327 metros bajo tierra. Estas minas incluyen un recorrido turístico de 35 kilómetros, que contiene estatuas de personajes míticos e históricos, esculpidas en las rocas de sal por los mineros. Incluso los cristales de los candelabros están hechos de sal. Hay también cámaras, altares y capillas excavadas, un lago subterráneo y exposiciones que ilustran la historia de la minería. Recibe anualmente más de 800 mil visitantes, y durante la ocupación alemana sus laberínticas galerías fueron usadas como almacén de guerra.

Es impresionante visitar estas minas, que ya fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y que han inspirado a muchos escritores historias sobre ellas.

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