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Zúrich: Turística capital financiera de Suiza

Turística capital financiera de Suiza

Zúrich es la capital financiera de Suiza, un pequeño país europeo de apenas 41 mil kilómetros cuadrados, el tamaño de Yucatán, pero con el 60% de su superficie ocupada por montañas, la mayoría con nieves eternas. País maravilloso por sus impresionantes paisajes y su poderosa economía (ingreso per cápita de U.S. $51,578, y PIB de U.S. $83.718.

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El federalismo es realidad en este pequeño país. Un amigo suizo me explicaba que el 80% de los ingresos

tributarios lo reciben los municipios, el 15% los cantones y los funcionarios federales únicamente perciben sus salarios.

Las obras, carreteras y ferrocarriles son de los cantones y municipios; contrario a nuestro México, que nos decimos federalistas, pero en realidad somos centralistas.

No tiene plantaciones de cacao pero fabrican el chocolate más famoso del

mundo, hay pocas praderas y no útiles todo el

año, pero de allí la Nestlé y fabrican los mejores quesos como el emmental y el gruyer. Suiza es famosa también por su tradición en la fabricación de relojes de alta precisión y por su industria cementera.

Debo mencionar también el respeto al medio ambiente. Encontré túneles aparentemente no necesarios, pero construidos para no devastar cerros y respetar la naturaleza, lo mismo que un pequeño viaducto que fue necesario construirlo para respetar una pequeña propiedad que el dueño se negó a vender.

En Suiza se hablan cuatro

idiomas: alemán, 63.7% de la población; francés, 20.4%; italiano, 6.5%; y romanche, 0.5%. Los cuatro idiomas son oficiales y toda la papelería oficial está impresa en éstos, incluida el reducido romanche, lo que habla del respeto a las minorías.

Otro signo de esta pequeña nación es la tolerancia, pues conviven en armonía

religiones tradicionalmente enfrentadas. El 48% de la población es teísta, de los cuales el 41% son católicos, 40% cristianos de diversas iglesias protestantes, 4.3% musulmanes y 1.8% ortodoxos.

En el transcurso de los años he podido recorrer este admirable país y la mayoría de sus pasos alpinos y numerosos túneles, como el antiguo San Gotardo (17 kilómetros) o el Simplón (20 kilómetros). Aunque recientemente inauguraron el San Gotardo base, de 57 kilómetros de longitud, que lo recorren los trenes en menos de 20 minutos, a una velocidad que pasa los 250 kilómetros por hora.

En Suiza existen operando una multitud de trenes de montaña y teleféricos que llevan a la misma cima de los picos alpinos cubiertos de

nieve, donde han instalado hoteles de montaña, restaurantes, tiendas y otros establecimientos.

Si alguna vez tienen la oportunidad de visitar esta encantadora ciudad, a orillas del Lago de Zúrich y atravesada por el río Limmat, les aconsejaría que planearan al menos dos noches de pernocta, para que puedan tomar un tour al pico Tetlis. Las cabinas suben hasta la misma cima y el panorama de multitud de cumbres nevadas a su alrededor es algo para recordar.

CAPÍTULO 2

PASAJES DE NUESTRA HISTORIA*

Ya había entrado la noche de tres siglos. El cruento proceso de colonización de nuestro país redujo una población que en 1520 se estimaba en 16 millones, a menos de 4 millones en 1575. En esa aciaga fecha también se instauró una infamia: la Santa Inquisición, que cometiera los crímenes más atroces hasta la culminación de la independencia en 1821, cuando se liberaron a los albergados de tétrico tribunal del santo oficio, así, con minúsculas.

* N. de la R. Las siguientes reseñas no están apegadas a un estricto orden cronológico, si bien conservan en lo general un rigor historiográfico, debido a que están salpicadas de otros pasajes de la historia que el autor retoma como analogía para ilustrar sus apuntes.

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