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CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL EDIFICADO EN CENTROS HISTORICOS:
Silvia De Los Rios Bernardini
Hoy el Centro Histórico de Lima, es inspirador para volver a repensar la relación progreso, desarrollo –sinónimo de modernidady la conservación de su patrimonio cultural edificado como legado de su historia, de un pasado, que si se salvaguarda, tendremos presente y futuro, como sociedad urbana para el “buen vivir”2 , como epicentro de las opciones de consumo, de la economía local y financiera empresarial, donde todos ganamos calidad de vida, con dinámica comercial (inversión inmobiliaria, turística, etc).
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Existen pocas respuestas sobre la utilidad de la conservación del patrimonio cultural edificado, qué debemos conservar y cómo lo hacemos. Por ello es muy necesario hacer recordar a las autoridades no sólo de sus compromisos nacionales; sino también de los internacionales, que rigen en el mundo para la conservación del patrimonio cultural edificado, con mandato a cumplir en bien de nuestras sociedades y su continuidad con identidad y autenticidad, capital no renovable, que garantiza sostenibilidad para la vida.
Después de más de 40 años, con la declaración de la Conferencia General de la UNESCO3 (París, 1972), constatamos que el patrimonio cultural sigue siendo vulnerado y con el riesgo de su destrucción, no sólo por la inclemencia del tiempo, que va dejando huellas en su estructura, sino por hechos de gravedad ocasionados por la “vida social y económica” de esta sociedad.
La alerta de la UNESCO lamentablemente hoy tiene vigencia, porque las amenazas cada día son mayores que las oportunidades de conservación, de salvaguarda, que son noticia cada día en la prensa, en las redes sociales, que llegan hasta promover campañas de denuncia y defensa.
Los paradigmas de la “modernidad” que hoy abrazan los Estados, como del Perú, en el libre mercado pragmático, reconoce que nuestras sociedades tienen herencia cultural edificada, como patrimonio cultural; pero la práctica de este “modernismo” no demuestras que este recurso cultural no de Zaragoza, 2004. Página 144..
2 El concepto del “buen vivir” y terminología viene de la cosmovisión quechua “sumak kawsay”, presente similarmente entre los aymará como “suma qamaña” y entre los guaraníes como “teko porâ o teko kavi”. En quechua “sumak” se refiere a la realización ideal y hermosa del planeta, y “kawsay” significa “vida”, ancestralmente considerando a las personas elementos de la Pachamama o Madre Tierra. En la Carta Constitucional de Bolivia (2009) y Ecuador (2008) incorporan el “buen vivir” como paradigma, inspirado en lo antes señalado, de la tradición indígena, buscando el equilibrio con la naturaleza para la satisfacción de las necesidades, tomando solo lo necesario con vocación para perdurar, sobre el crecimiento económico.
3 Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura - UNESCO , en su 17a, reunión celebrada en París del 17 de octubre al 21 de noviembre de 1972 renovable sea tratado como “capital” de la cultura, como inversión en la economía nacional, sino como gasto; donde el pasado no es garantía del presente y futuro de la sociedad, de la memoria colectiva que guarda la “herencia edificada” que por siglos son huellas en las ciudades, con identidad y autenticidad.
En este proceso de debates paradigmáticos entra la “modernización práctica” y “conservación del patrimonio cultural es desarrollo”. Diariamente la realidad nos interpela con preguntas, que cuyas respuestas no terminan de ser claras y concretas para muchos.
Patrimonio Cultural Edificado
La última herramienta internacional aprobada por los gobiernos y la UNESCO sobre los “PRINCIPIOS PARA LA CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DEL PATRIMONIO CONSTRUIDO”, conocida como Carta de Cracovia (2000) responde sabiamente ¿para qué? conservar el “Patrimonio Cultural Edificado (PCE)”, sin dejar los principios acordados desde la Carta de Venecia (1964).
En este documento se resalta que “cada comunidad, teniendo en cuenta su memoria colectiva y consciente de su pasado, es responsable de la identificación, así como de la gestión de su patrimonio.”Y de la necesidad de cuidar los valores propios de su patrimonio.”4 Este principio sustenta claramente la vigencia y utilidad de la conservación, probando ampliamente a la corriente “práctica y negacioncita de la herencia cultural” para entender el proceso de cambio de la sociedad y cómo el cuidado de los valores de su PCE enriquece el camino del desarrollo; porque la clonación de ciudades, el turismo desregulado, generan recursos económicos no sostenibles, y que dañan en gravedad la identidad y autenticidad de las siguientes generaciones, destruyendo la memoria colectiva, que da vida a la sociedad.
Protecci N Del Patrimonio Cultural
Para saber qué conservamos, frente a las amenazas para con el patrimonio cultural edificado, debemos saber en primer lugar, qué entendemos por “patrimonio cultural” y su conservación.
Hace más de 40 años, el “patrimonio cultural” oficialmente va más allá de la obra edificada y del mundo antiguo, se amplía a las obras con modesto significado cultural y/o imponentes del mundo moderno; en estos tiempos, que predomina que las ciudades son un “bien de consumo” y no como contenedores de la “herencia cultural colectiva de un pueblo” que debemos valorar y conservar, porque su significado es parte de la historia y memoria del lugar al que pertenecen, al pasado común de una colectividad con intereses comunes, relacionados a una historia, que afrontan un presente, que garantizará el futuro, que es finalmente su “patrimonio cultural”.
Las satanizadas “convenciones y cartas mundiales” son importantes instrumentos vigentes para encaminar lo que se debe conservar desde el pensamiento universal, pese a la resistencia de adopción de algunos Estados; es un avance conceptual para instrumentalizarla en normas, políticas de Estado.
La “Convención sobre La Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural” define Patrimonio Cultural como “las obras arquitectónicas, de escultura o de pinturas monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, , inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia .” 5
Asimismo, la “CARTA DE VENECIA agrega que el patrimonio cultural “se refiere no sólo a las grandes creaciones sino también a las obras modestas que han adquirido con el tiempo una significación cultural” 6, aportan en París del 17 de octubre al 21 de noviembre de 1972. claramente sobre las sociedades y sus Estados deben conservar, donde los variables recursos económicos, financieros, de mercado son subyacentes, pero no preponderantes.
6 Carta Internacional sobre la Conservación y la Restauración de Monumentos y Sitios (Carta de Venecia 1964) aprobada en el II Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos de Monumentos Históricos, Venecia 1964. Adoptada por ICOMOS en 1965. Comprende la revisión y actualización de la Carta de Atenas – 1931.
Conservaci N Del Patrimonio Cultural Edificado
Toda sociedad merece el disfrute de la herencia y memoria colectiva de su pasado, plasmado en el patrimonio cultural, como el edificado; que en pleno siglo XXI sigue seriamente amenazado, por la falta de preparación para enfrentar el paso del tiempo y los fenómenos naturales.
La conservación del PCE, garantiza que siga como integrante de la riqueza de una nación, comunidad, ciudad, por ser un recurso no renovable en relación a su pasado, y su tangibilidad como recurso irremplazable de un pueblo; porque lo produce con identidad, autenticidad, desde el origen y brindando continuidad a sus pueblos.
Entre las herramientas internacionales más colaborativas para la conservación del PCE, encontramos nuevamente a la Carta de Venecia, con aportes muy puntuales como lo señalado en el ítem CONSERVACIÓN de un monumento que implica mantenimiento (Artículo 4) y que el monumento es inseparable de la historia que es testigo y del lugar en el que está ubicado (Artículo 7). Por último, considera que “los elementos de escultura, pintura o decoración que son parte integrante de un monumento sólo pueden ser separados cuando esta medida sea la única viable para asegurar su conservación” (Artículo 8).
Los aportes de esta herramienta nos enseñan que no solo es necesario políticas públicas claras, sino también contrarrestar la falta la voluntad política de las autoridades y de los empresarios; convencerse que la conservación del PCE es una inversión, con asegurada rentabilidad y aún integral (económica, social, cultural, etc.).
Finalmente, la revitalización, la conservación del patrimonio cultural de cada comunidad ayudará a la salvaguarda de las culturas locales, cuyo fortalecimiento es esencial para perpetuar la diversidad cultural en el mundo; requisito indispensable para el desarrollo de un sistema multicultural, y para la existencia humana, cuya construcción es tarea de la participación de los principales actores de la sociedad civil y de gobierno, que está regulado internacionalmente con mucha claridad, en la Convención (1972).7
Cabe resaltar que la “participación ciudadana” es la base y el modo legítimo de actuar en “democracia”, la cual no existe sin participación8 ; el proceso generador de “democracia”, el cual debe de entenderse por el proceso de intervención de la sociedad civil (individuos, grupos organizados) en la toma de decisiones y acciones que los afectan y a su entorno. El sentido democratizar que tiene la participación ciudadana se alcanzará únicamente si existe una ciudadanía activa. A nivel internacional, ICOMOS9 es una muestra de ejercicio ciudadano que logra reconocimiento internacional desde hace 50 años, y un sitio en UNESCO para la salvaguarda del patrimonio cultural.
7 Acuerdos de la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la CulturaUNESCO , en su 17a, reunión celebrada en París del 17 de octubre al 21 de noviembre de 1972.
8 Salazar Roxana, Ramos José Pablo, 2007. Manual sobre participación ciudadana. Serie: Ejerzamos nuestros derechos.
9 El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios – ICOMOS, siglas en inglés International Council on Monuments and Sites, es una asociación civil no gubernamental, ubicada en París, Francia ligada a la ONU, a través de la UNESCO; creada en 1965, como resultado de la Carta de Venecia de 1964. Entre sus funciones y responsabilidades tiene la de proponer los bienes que reciben el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad y promover la teoría, la metodología y la tecnología aplicada a la conservación, a la protección y a la valorización de monumentos y de sitios de interés cultural.
Silvia De Los Rios Bernardini
Arquitecta y Urbanista de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Ricardo Palma, Lima- Perú; con estudios de Maestría en Arquitectura con mención en Renovación Urbana de la FAUA, Post Grado de la UNI, Lima, Perú; Segunda Especialización de Gestión del Patrimonio Cultural Integrado al Planeamiento Urbano de América Latina del Programa Integrated Territorial and Urban Conservation - ITUC/AL Cátedra UNESCO, Recife Brasil. Consultora del CIDAP