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El cierre del apertura (E. Pellicciotta)………………………………..Pág

El cierre del Apertura

Hoy, domingo 26 de junio, era el último partido del torneo de Apertura. Como todo día en el mes número 6 del calendario, el frío congelaba y el viento rozaba. El sol se escondía y la temperatura disminuía. Huracán jugaría contra Olimpo, de visitante. Para este partido ya ni tercera ni primera tenían chances de ganar: en primera El Nacional ya se había consagrado campeón, en tercera, Huracán Ciclista y Olimpo, por el primer puesto competían. La tercera del globo, hasta la fecha anterior, tenía chances de conseguir el primer lugar, pero el decano le arrebató las posibilidades en el partido disputado en el estadio del Bottino. El primer partido del día, el de tercera, iniciaría a las 13:30 Hs. Al llegar a la cancha, se observaba el húmedo verde césped, los banderines en sus respectivas esquinas como agentes de tránsito. Esta se encontraba vacía, como el cielo despejado. Los jugadores se estaban preparando en los vestuarios para entrar al campo de juego y dejar lo mejor de ellos. En sus alrededores, se observaban las tres tribunas que el estadio posee, vacías aun como calles de un pueblo a la hora de la siesta. Todavía era temprano, pero poco a poco el calor de los apasionados hinchas comenzó a templarlas y el árbitro pitó el silbato para dar por comenzada una nueva ilusión que renace todos los domingos en un distinto escenario. Pasados los primeros 20 minutos, la pelota impulsada por un jugador de Olimpo esquivó a todas las camisetas blancas y fue a dormir en la red decretando el 1-0, y la ilusión por consagrarse campeones latía firmemente. Los hinchas del club sabían que si ganaban el partido, las chances de obtener el primer lugar se duplicaban, pero a su vez temían por lo que pudiera ocurrir en el juego disputado en la ciudad de Bellocq. A los 40 minutos el tiempo se detuvo cuando la tarjeta roja, como un rubí, apuntó al 10 de Olimpo. Fue roja directa. Los hinchas locales estaban prendidos fuego de furia y lo manifestaban con sus gritos hacia el referí. Llegó el entretiempo luego del hecho sucedido, que había dejado con mucha bronca a los jugadores, al técnico, a los hinchas, y al mismo jugador que tuvo que abandonar el verde campo de juego y meterse a los vestuarios.

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Sin embargo, había causado alegría a las personas pertenecientes al globo, ya que por un lado el desbalance que se daba, debido a tener un jugador más, aumentaba sus chances de dar vuelta el partido y ganarlo. Sumaban sus respectivos tres puntos, pero por otro lado les alegraba que se hubiera hecho justicia. Huracán tuvo que atravesar muchos partidos donde los árbitros no eran justos, les impedían poder jugar como corresponde a los jugadores, les sacaban las ganas de hacerlo y de disfrutar del partido, que en realidad es lo principal, para lo que juegan. Amor y pasión al deporte, disfrutar de un domingo en la cancha, donde hacen lo que más les apasiona, junto a personas que durante muchos años compartieron un mismo club. Deseaban demostrar en el campo de juego todo el esfuerzo que le ponen, la dedicación y pasión que todos tienen. Además, adquirir práctica y aprender de sus errores, sin importar el resultado. Pero estos árbitros impedían los objetivos de estos chicos con sus injustas acciones ¿Cuántas tarjetas y banderas sin levantar?, ¿cuántos penales sin cobrar?, ¿cuántas faltas ignorar? Era algo a lo que ya todos los jugadores de la liga estaban acostumbrados y no podían impedir, ya que si se quejaban dentro del mismo juego, estos abusarían de su poder y en el peor de los casos, echarían al jugador, ¿y por qué?, solo por reclamar algo que es justo. Finalmente, los jugadores entraron otra vez a la cancha, llenándola nuevamente con muchas emociones, mucha pasión, muchas ganas de hacer lo que más les gusta. A los 2 minutos de que estos pisaran el césped, verde como una vereda veraniega repleta de árboles en la ciudad, el segundo tiempo inició al pitido del silbato. El referí colocó a ambos equipos sobre la balanza de la justicia y tomó una decisión para dejarlos en iguales condiciones. En el primer tanto había impartido justicia para Huracán, injusticia para Olimpo y había dejado al segundo con 10 jugadores, sin su capitán. Por lo que en este tiempo hizo algo similar con el 8 del globito, roja directa para él. No había cometido ninguna falta, era injusto, los jugadores estuvieron unos 10 minutos discutiendo con el árbitro, algunos con el línea, intentando convencerlo de que anule su acción, intentando explicarle que la roja, no era merecida. Aquel fue un instante eterno. Pero no fue posible convencer al árbitro, se mantuvo firme en su postura. La

bronca y el enojo, en los chicos, aumentaron. Y ahora ambos equipos se mantenían con 10 jugadores cada uno. Estaba siendo un segundo tiempo bastante heavy. Los hinchas de ambos equipos tenían las emociones a full, movían las piernas, muy ansiosos, como cuando estamos muy nerviosos por algo. El corazón les latía mil, se frotaban las manos constantemente. Abucheaban al árbitro por cobrar lo que él deseaba y a los líneas, por no levantar las banderas. Entre los hinchas también se atacaban, a los jugadores les pedían a gritos que dejaran de hacer tiempo y se levantaran. En la tribuna del globo cantaban al ritmo de “dale glo”. Nadie estaba tranquilo, especialmente los de Olimpo que sabían perfectamente que si no se dejaban vencer por los chicos de Huracán, y si los jugadores de Echegoyen vencían al globo de Chaves, lo cual sería muy difícil, debido a que ellos llevaron la delantera durante todo el Apertura, fueron sumando muchos puntos, ganaron muchos partidos y eran un gran rival como la selección francesa en el mundial del 2018, ellos se consagrarían campeones. Pero no fue así, a pesar de que el juego en el estadio de Olimpo finalizó 1-0 venciendo el local, en San Francisco de Bellocq, el recién ascendido, Echegoyen, por los chavenses de Ciclistas fue derrotado, y, por diferencia de goles, ellos se titularon campeones de esta primera mitad del campeonato en la tercera categoría.

Emma Pellicciotta

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