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de la recuperación del espacio público
El proyecto consiste en una propuesta a nivel de anteproyecto urbano-arquitectónico. Dicha propuesta tiene como propósito contribuir al desarrollo turístico a nivel comunitario, a través del diseño de un centro cultural que promueva las diferentes actividades y manifestaciones culturales propias de la localidad; además de poner en valor la pila pública de El Calvario, por medio de una propuesta de diseño urbano para la recuperación del espacio público entorno a la pila.
El proyecto integra las siguientes etapas:
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• Investigación bibliográfica e in situ, sobre aspectos generales del territorio y específicos sobre la cultura maya kaqchikel, asentada en el municipio; respecto al legado histórico artístico y cultural.
• Análisis del estado actual del ámbito de estudio, con énfasis en los espacios públicos y de carácter cultural como equipamientos públicos, con especial atención al estado de conservación de la pila pública El Calvario.
• Estrategia de intervención con acciones precisas integradas para el desarrollo de la propuesta, para el diseño urbano y la propuesta de equipamiento cultural.
• Diseño de la propuesta urbana integral para la recuperación del espacio público entorno a la pila pública El Calvario; que incluye un itinerario cultural por las principales galerías de arte ubicadas en el centro urbano de San Juan Comalapa, que exponen la pintura costumbrista de Comalapa.
• Diseño de la propuesta arquitectónica a nivel de anteproyecto, del Centro Cultural de San Juan Comalapa, como proyecto detonante para fortalecer el desarrollo local. El equipamiento propuesto tiene como objetivo atender al visitante, exponer muestras del arte comalapense (pintura, textil, artesanía, etc.) en espacios diseñados como galerías, brindar espacios multifuncionales a la población y visitantes para la realización de actividades culturales y formativas, entre otras funciones.
El proyecto se limita al planteamiento de la propuesta urbano-arquitectónica, no contempla una propuesta de restauración para la pila pública El Calvario, sin embargo, se hace un análisis general de su estado de conservación y a partir de este análisis se plantean una serie de recomendaciones encaminadas a su conservación.
El principal impacto a futuro del proyecto es el reconocimiento y apropiación por parte de la población de San Juan Comalapa, hacia su patrimonio cultural, lo cual conlleva a fortalecer su sentido de pertenencia y el propio desarrollo comunitario a partir del restablecimiento del tejido social.
4.2.2. Marca territorial
Previo a definir lo referente a marca territorial, es importante precisar el concepto de “destino” como punto de partida para entender por qué una marca territorial para San Juan Comalapa.
Barrado (2004), lo define como el “ámbito en donde se realizan la mayor parte de las actividades de producción y consumo turístico y donde se producen la mayoría de los efectos geográficos, sociales, económicos y culturales del turismo…” (p. ). Señala además que no todo el producto forma parte del destino y tampoco coincide exactamente con el ámbito territorial en el que se asienta y del que forma parte. Este proceso de producción y consumo turístico genera una nueva realidad socio-espacial diferenciada que es el destino, resultado de la conjunción de aspectos sectoriales y territoriales.
La Organización Mundial del Turismo en 1998, recoge dos definiciones de destino, la primera de ellas asociada o vinculada directamente al territorio donde se realiza una actividad, descrita por Bull (1994), “país, región o ciudad hacia el que se dirigen los visitantes” y la segunda relacionada como producto, expuesta por Cooper (1993) donde lo define como “la concentración de instalaciones y servicios diseñados para satisfacer las necesidades de los turistas”.
Barrado (2004), también afirma que el destino, ni es solamente territorio, ni es todo el territorio; se trata más bien de un sistema de relaciones de interdependencia producidas en un ámbito espacial determinado, ya que no es posible trasladar los recursos y los productos; en este sentido señala que el destino debe incorporar además de la planificación y gestión de los recursos, servicios y productos turísticos; la marca territorial como factor detonante dentro de la propia gestión turística.
De acuerdo a González y Martínez (2013), la marca es la seña de identidad que define a una empresa, un producto o un servicio y por supuesto, a un territorio. Identifica, señala o determina algo; su función, convertir ese algo de lo genérico a lo específico, haciéndolo único y por consiguiente que diga lo esencial de ese “algo”. Así mismo el Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán, Argentina, indica que la marca "territorio" se enfoca en detectar y comunicar los aspectos que otorgan reputación y generan una imagen positiva a un espacio geográfico determinado, posicionando en la opinión pública al territorio, a través de la comunicación de sus valores diferenciales como destino. En síntesis, “la marca” representa y diferencia al territorio, agrega valor, concede distinción a empresas, productos, instituciones, asociaciones vinculadas a actividades de negocios, cultura y turismo del destino; transmitiendo además identidad.
Como resultado, la marca establece una distinción del territorio, contribuye a establecer una diferencia con el resto de lugares, hace visible al destino desde el ámbito local, fortaleciéndolo y posicionándolo tanto a nivel comunitario, regional, de país y a nivel internacional.
El IDEP (Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán) estableció para la marca Tucumán estos objetivos los cuales son extrapolables a cualquier marca.
En resumen, los territorios que buscan un crecimiento en el mercado turístico y por consiguiente un mejor desarrollo local, tienden a encontrar como herramienta viable, la marca territorial. Esta permite posicionarse tanto en el mercado como en la mente del posible consumidor (Plumed, Tela, Elboi. 2011), además de ayudar a distinguirse y a formar identidad en el territorio. Debido al enfoque simultáneo de la marca (negocios, producción, cultura y turismo), la convierte en un instrumento para mejorar las exportaciones y producción local, en términos de competitividad y en un medio para fortalecer la identidad cultural, historia y patrimonio desde un enfoque comunitario activo, con el objetivo de aumentar el flujo de visitantes y turistas.
De acuerdo a Muñoz (2008), en su artículo “Un destino con marca, clave para una buena gestión del producto turístico”, contar con una buena marca que defina un destino turístico se ha convertido hoy día en un elemento de gran importancia para la gestión del producto turístico y según algunos expertos, es una prioridad para hacer progresar al destino”.
Luego de esta aproximación conceptual y para el caso de la marca territorial de San Juan Comalapa, es preciso señalar que uno de los beneficios que se pretende alcanzar con la generación de la marca es, lograr una competitividad territorial, que añada un valor diferenciador a los productos de Comalapa.
La marca Comalapa, como aspecto diferenciador es un mecanismo que permite al consumidor relacionar el producto con el territorio, a través del uso de un nombre, término, símbolo, diseño o una combinación de todos. Persigue además fortalecer la lealtad de los consumidores, pero no únicamente como hábito de compra, sino como una verdadera identificación de los valores positivos y los aspectos diferenciadores que le aporta el producto al comprador.
La imagen (imagotipo) de la marca territorial de San Juan Comalapa refleja la vida y el arte que tiene el municipio y sus propios habitantes, lo cual se evidencia desde las propias actitudes, destrezas, habilidades, cualidades y particularidades que se desarrollan día a día de manera individual o colectiva. Dicha imagen refleja la historia y las tradiciones que existen en el municipio, las cuales se han construido, mantenido en el tiempo, y constituyen la base en la construcción de una comunidad hospitalaria, respetuosa y emprendedora.
4.2.2.1. Características conceptuales de la marca
La imagen de la marca está conformada por cinco componentes, los cuales se describen a continuación:
Humano
Representado por medio de la abstracción de la figura humana, que simboliza la forma en que las personas de la comunidad desarrollan cada una de sus actividades cotidianas, con buena actitud y pasión por lo que hacen. Estas cualidades, contribuyen a la distinción de Comalapa del resto de municipios, reflejan la esencia de su gente materializada a través de sus manifestaciones artísticas, artesanales y culturales.
Ambiental
El entorno natural se evidencia dentro de la marca, a través de la representación gráfica semi-abstracta de dos montañas o cerros, con un camino en medio, que hace referencia al área ecológica del territorio, así como el ingreso principal al municipio.
Cultural
La mayoría de la población de San Juan Comalapa, está identificada con la iglesia colonial “San Juan Bautista”, de manera que, a partir de esta característica, se realizó una representación gráfica semi-abstracta de uno de los componentes presentes en la fachada principal de la iglesia, las “volutas”, elemento que remata la parte superior de las columnas y simboliza el soporte de la cultura viva de San Juan Comalapa. Las volutas también se encuentran en los nahuales mayas y en conjunto con la iglesia colonial, forman parte importante de las creencias y tradiciones de la comunidad mantenidas a lo largo del tiempo.
Etimológico
La toponimia (nombre del lugar) de San Juan Comalapa, antes de la conquista española era conocido con el nombre Kaqchikel CHI RUY’ AL XOT (CHI XOT), que significa “en la fuente de los comales o fuente de los discos de barro”. Durante su fundación en 1525 por los españoles, los indígenas Nahuatles que los acompañaban tradujeron el nombre a su propia lengua, COMALAPA, palabra compuesta por dos voces, la primera COMAL, que significa disco de barro y APA, que se refiere a lugar, de tal forma que su significado es “lugar de los comales”.
A partir de esta referencia en su componente simbólico ,el nombre COMALAPA, se constituye en la marca de territorio, sin embargo, se acompaña de su “apellido”, Chimaltenango, el cual hace referencia al territorio dentro del cual se encuentra inserto y asociado con los ámbitos geográfico, político-administrativo, sociocultural y económico.
En este sentido, la tipografía desarrollada para la marca territorial, COMALAPA, maneja diferentes grosores en las astas de la estructura de cada letra, los cuales representan los trazos fluidos e irregulares característicos de la pintura tradicionalista, que desarrollan los artistas de la comunidad.
Colores de la marca.
Cromático
La marca está compuesta por cuatro colores: el turquesa, aplicado únicamente a los brazos del isotipo (abstracción de la figura humana), transmite frescura y promueve el espíritu renovador en el ser humano, que anima a empezar de nuevo con fuerzas, regenerarse. El color verde tiene una fuerte afinidad con la naturaleza, aplicado en la imagen que representa las montañas o cerros; este color transmite una sensación de relajación, calma, paz interior y hace que nos conectemos con la naturaleza misma, al igual que el turquesa simboliza regeneración, a partir de los elementos positivos. Por último los tonos rojos hacen referencia al color predominante en el traje típico de San Juan Comalapa, como elemento de identidad de la población; transmiten energía, vitalidad, fuerza, pasión y valor, característicos de la cultura maya kaqchikel de San Juan Comalapa; en la marca simboliza, honradez, poder creativo y un claro impulso energético e iniciativa por el bienestar común.
Comunicación
El eslogan “Donde los corazones son pigmento”, busca resaltar y posicionar la cultura artística que mantiene viva la población del municipio de San Juan Comalapa. Es una frase original que identifica y da fuerza al territorio. Sintetiza además las características esenciales de los productos de Comalapa y la vocación de servicio de la población. La pintura, la artesanía y los textiles son productos de carácter artesanal, que identifican su propia cultura, a través del trabajo de su gente y la historia presente en el imaginario colectivo de la población, la cual se impregna en cada pieza realizada. En síntesis cada una de las actividades que realizan los habitantes de Comalapa, representa un pigmento, un color, un área que distingue al territorio del resto, es la sustancia que da color a la cultura maya kaqchikel de Comalapa.
Nota: las características técnicas de la marca
Comalapa, se encuentran contenidas en el “Manual de Identidad Gráfica”, que está en el apartado de anexos de esta publicación.
4.2.3. Centro cultural para la promoción y el desarrollo de las artes y la cultura Maya
El riesgo de pérdida de identidad cultural es una realidad cada vez más extendida en los pueblos indígenas de América Central. Algunas causas pueden ser identificadas por los siguientes hechos; a partir de la época colonial hasta hoy en día, países como Guatemala han visto su historia y su cultura abrumada y humillada a expensas de una nueva cultura, la de los conquistadores en primer lugar y la del gigante de América del Norte después.
Otros acontecimientos históricos de Guatemala no han ayudado a la afirmación y difusión de un espíritu de identidad, con el tiempo se ha debilitado también por la influencia de las economías dominantes, como la de los EE.UU.
Los flujos de migración a otros países han contribuido a aumentar el desprendimiento de sus raíces, alimentando la aspiración a los modelos de vida consumista y diferente. Esta tendencia también se refleja en la industria de la construcción, como es el caso de la arquitectura de remesas, arquitectura tan lejana de sus territorios, tanto geográficamente como culturalmente.
El objetivo del proyecto de estudio está dirigido a la recuperación de las técnicas tradicionales indígenas, aprovechando el conocimiento local y las materias primas para ir en contraste a las tendencias xenófobas. El Centro Cultural para la promoción y el desarrollo de las artes y la cultura Maya tiene el objetivo de reforzar el espíritu de la identidad Kaqchikel, población Maya asentada en San Juan Comalapa.
El proyecto de tesis se ha desarrollado dentro de un proyecto de investigación y por un periodo de colaboración de tres meses con la Universidad
Rafael Landívar de la Ciudad de Guatemala.
La investigación es parte de un estudio más amplio de colaboración entre dos universidades, la Universidad de Roma “Sapienza” y la Universidad
Rafael Landívar de Guatemala, que incluyó a San Juan Comalapa entre los casos objeto de estudio a partir del 2013.
Con los supuestos de diseño surgidos después del análisis y de la aplicación de la Guía de Diagnóstico
Urbano Participativo para San Juan Comalapa, se ofreció una propuesta para el desarrollo cultural de la localidad a través de la creación de un equipamiento para la comunidad.
La comunidad de San Juan Comalapa tiene un interés directo en el proyecto, siendo un elemento fundamental para la ejecución exitosa del proyecto.
Funcionalmente la propuesta consiste en un espacio dedicado a la comunidad para la práctica de actividades tradicionales de la localidad, como la pintura y el tejido, donde los miembros de la comunidad pueden realizar sus propios productos, aprender y enseñar por sí mismos las técnicas ancestrales a través de cursos y demostraciones, que generen una expresión única, posiblemente, focalizada al turismo.
El objetivo es no solo recuperar las tradiciones en riesgo de desaparecer debido a la falta de transmisión, sino también generar una red de productos para exportación y así crear un mercado más amplio como es el caso de La Antigua Guatemala o Chichicastenango.
Los conceptos clave que conectan a los diferentes ambientes y actividades son, por tanto, la sostenibilidad, la valoración y el compartir. El ámbito de estudio seleccionado posee un gran patrimonio histórico y cultural, además de que la presencia de la comunidad Kaqchikel añade profundidad al alcance del proyecto que tiene mucho y variado material para trabajar.
El diseño propuesto se compone de varias salas dedicadas a las actividades antes mencionadas, con un espacio adecuado para el aprendizaje, que permita demostraciones y la venta de productos.
La realización de eventos periódicos puede ayudar a la utilización de los distintos ambientes y a la difusión de las actividades con cursos que involucren a personas interesadas.
Estas actividades se vuelven un motor de atracción para cualquier persona que desee aprender y experimentar de primera mano las tradiciones de un pueblo con una cultura muy rica.
La propuesta planteada puede hacerse viable a través de la creación de una figura de gestión comunitaria, como una cooperativa, encargada de conseguir los fondos necesarios para su implementación. La organización del trabajo se podría llevar a cabo a través de dicha figura de gestión que permita a la comunidad reunirse semanalmente de acuerdo a la oferta y la demanda, en un espacio que les ofrezca las condiciones adecuadas y necesarias.
El proceso educativo se puede ampliar a cursos de sensibilización ambiental para la comunidad, estructuralmente en colaboración con las escuelas del país, para volver a conectar con el espíritu de realización del proyecto.
Desde la arquitectura el proyecto busca favorecer el uso de materiales sencillos, tales como el adobe, fácilmente disponible en el lugar, económico, y que reflejan las técnicas tradicionales como sistema constructivo.
Por otra parte, el proceso de participación en la construcción e implementación de la estructura, ayudará a la comunidad en el proceso de apropiación del espacio, así como recuperar una técnica utilizada con anterioridad en esta región.
El objetivo final del proyecto no solo requiere que la comunidad viva la construcción del nuevo equipamiento, sino, sobre todo, que se identifique con él.