Día del Señor
Todos: Oh Señor, escucha y ten piedad. 1. Señor, que edificaste a tu Iglesia sobre el fundamento apostólico, haz que el Papa Benedicto XVI, los obispos y demás ministros ordenados, los consagrados en la vida religiosa y los laicos, se sientan siempre fortalecidos en su misión. R. 2. Señor, que eres origen de toda autoridad, haz que nuestros gobernantes y los del mundo entero, guiados por el Espíritu Santo, sean servidores honestos y consagrados a procurar el bien común. R. 3. Señor, que te dignas asociar a la Pasión de tu Hijo a quienes sufren en el alma o en el cuerpo, sobre todo a los enfermos, agonizantes, desplazados y secuestrados, haz que su fe crezca y su esperanza se fortalezca. R. 4. Señor, que nos congregas en esta comunidad de fe, de culto y de caridad, haz que la celebración de los apóstoles Pedro y Pablo fortalezca nuestra fe y nos mantenga firmes en ella. R. 5. Señor, que actúas siempre en tu Iglesia, no dejes de iluminar y guiar a nuestros Obispos, reunidos en Asamblea Plenaria la próxima semana. R. Presidente: Atiende, Dios Padre misericordioso, estas súplicas que llenos de confianza te presentamos por intercesión de tus santos apóstoles Pedro y Pablo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Domingo 3 de Julio de 2011
seamos un solo corazón y una sola alma arraigados en tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor. San Pedro y San Pablo
Que la oración delos Apóstoles, Señor, acompañe la ofrenda sagrada que presentamos en tu nombre; y que consagre nuestra entrega a Ti por la celebración de este sacrificio. Por Jesucristo nuestro Señor.
Aniversario de nacimiento de Sacerdotes y Diáconos P. Oscar Hernández P. Francisco Muñoz P. Fernando Córdoba Castillo P. Alberto López P. Rodrigo Arias P. Jesús Criollo P. Antonio Realpe P. Jesús Martínez P. Jaír Hernández P. Luis Orlando Muñoz L. P. Narciso Obando Presbíteros Comunidades Religiosas P. Roberth Romo, C.O. P. Victor Valencia
AGRADECEMOS A TODOS LOS QUE NOS COLABORARON.
9. Oración después de la Comunión Renovados con este sacramento, Señor, concédenos vivir de tal manera en tu Iglesia, que perseverando en la fracción del pan y en la enseñanza de los Apóstoles, 4
“Acercarse, escuchar y meditar la Palabra de Dios viva en la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia
Bendición y despedida: Recordamos la Palabra del Señor: tened cuidado, estar alerta, manteneos en pie; se acerca vuestra liberación. Podemos ir en la paz con Cristo.
Liturgia Eucarística 8. Oración sobre las Ofrendas
Domingo 3 de julio de 2011 - 14º Tiempo Ordinario / Ciclo A - Nº 223
Rito de Conclusión
Pedidos: P. Manuel Ordoñez / Cel: 315 4166780 pmanuelo@hotmail.com
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FIESTA SAN PEDRO Y SAN PABLO
H
oy en la Diócesis de Pasto celebramos la fiesta de los santos apóstoles Pedro y Pablo, columnas de la fe que dieron testimonio con la entrega de sus vidas en la ciudad de Roma. Pedro, el pescador de Galilea elegido por Cristo para ser el primero de los apóstoles y así confirmar a los hermanos en la fe; el que lo confesó como Mesías y Señor y se vio probado por la debilidad y la negación, aprendió así que hay que saber amar desde la debilidad, que no podemos confiar en nuestras fuerzas para seguir a Jesús, pues todo es gracia. Desde el amor a Cristo es encargado de pastorear su rebaño. Después de Pentecostés, nada le pudo retener hasta llevar el Nombre del Señor al centro de la civilización romana, a la misma sede del Imperio, Roma. Allí fue crucificado dando testimonio que el Evangelio es la fuerza transformadora del hombre y del mundo. Pablo, el fariseo que se encontró con Cristo en el camino de Damasco y de ser perseguidor se convirtió en el gran apóstol de las gentes. Pablo conoció como pocos al Señor, aunque nunca lo vio físicamente. Lo conoció porque lo amó hasta hacer de Cristo su propia vida; sin Cristo no hay nada, ni nada tiene sentido. Es Cristo por el que merece la pena entregarlo todo; en Él, todo lo demás es basura. El apóstol Pablo
recorrió el mundo entonces conocido para que a todos llegara el Evangelio, el apóstol es evangelizador y maestro de evangelizadores; perseguido, torturado, encarcelado nadie pudo separarlo del amor de Dios. Somos del Señor, en la vida y en la muerte, le pertenecemos. En Roma encuentra el martirio que lo identifica definitivamente con el Maestro. A lo largo de la historia su testimonio ha sido fuente de ardor misionero para llevar a Cristo a todas las gentes. En la Misa de la fiesta de los llamados “príncipes de los apóstoles”, rezamos en el prefacio: “Pedro fue el primero en confesar la fe; Pablo, el maestro insigne que la interpretó; el pescador de Galilea fundó la primitiva Iglesia con el resto de Israel; el maestro y doctor la extendió a todas las gentes”. Fue Roma la sede de San Pedro, y sus obispos quienes los suceden en el oficio encomendado por Cristo. El Obispo de Roma, sucesor de San Pedro, tiene como misión presidirnos en la caridad y confirmar a los hermanos en la fe. Su autoridad es la de Pedro, ser piedra y fundamento del edificio de la Iglesia. Como Vicario de Cristo lo hace presente mediante el ministerio de la predicación, la celebración de los misterios del Señor y el pastoreo de la comunidad. 1