El emprendimiento se ha convertido en una cultura que involucra formas de pensar y actuar diferentes orientando todo esfuerzo a la generación de empleo y creación de riqueza.
Para ello, el emprendedor debe aprovechar su Espíritu innovador, sinónimo de fuerza, deseo de superación, iniciativa, cambio, autonomía, coraje, sensibilidad al entorno, paciencia, compromiso con la acción, libertad y liderazgo; para enfrentar un mundo cambiante.