Día del Señor
3. Jesús, Tú que perdonas los pecados de los hombres, haz que acudamos a Ti con fe y sanes nuestras parálisis físicas y perdones las espirituales. R/
Domingo 19 de Febrero de 2012
Viernes: Libro de Isaías 58, 1-9a; Salmo 50, 3-4. 5-6a. 18-19; Evangelio san Mateo 9, 14-15 Sábado: Libro de Isaías 58, 9b-14; Salmo 85, 1-2. 3-4. 5-6; Evangelio san Lucas 5, 27-32
4. Por todos nosotros, para que seamos curados integralmente de todos nuestros males, cuya expresión mayor es el pecado. R/ Presidente: Oh Dios, Padre nuestro, ven en ayuda de todos los hombres de nuestro tiempo; perdona nuestras incoherencias y condúcenos hacia la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Liturgia Eucarística 8. Oración sobre las Ofrendas Al celebrar con la debida reverencia tus misterios, te rogamos, Señor, que los dones ofrecidos en honor de tu gloria nos sirvan para la salvación. Por Jesucristo nuestro Señor. 9. Oración después de la Comunión Dios Todopoderoso, concédenos alcanzar el fruto de la salvación, cuya prenda ya recibimos por estos misterios. Por Jesucristo nuestro Señor. LECTURAS BIBLICAS Del 20 al 25 de Febrero Lunes: Carta del Apóstol Santiago 3, 13-18; Salmo 18, 8. 9. 10. 15; Evangelio san Marcos 9, 14-29 Martes: Carta del Apóstol Santiago 4, 1-10; Salmo 54, 7-8. 9-10a. 10b-11. 23; Evangelio san Marcos 9, 30-37 Miércoles: Libro de Joel 2, 12-18; Salmo 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17; Carta del Apóstol san Pablo 5, 20-6, 2; Evangelio san Mateo 6, 1-6. 16-18 Jueves: Libro del Deuteronomio 30, 15-20; Salmo 1, 1-2. 3. 4 y 6; Evangelio san Lucas 9, 22-25 4
TIEMPO DE CUARESMA La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo. La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios. El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual. En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.
Pedidos: P. Manuel Ordoñez / Cel: 315 4166780 pmanuelo@hotmail.com
Jesús sana a un paralítico
Domingo 19 de Febero de 2012 - 7º Domingo Tiempo Ordinario /Ciclo B - Nº 258
“Orar y vivir la Palabra de Dios en la experiencia comunitaria”
E
Dios como el futuro del hombre
l profeta se dirige a las personas exiliadas en Babilonia. El les dice: no miren hacia su pasado. No sean nostálgicos. Esto no resuelve sus actuales problemas. Más bien, miren hacia el futuro, donde yace la promesa del Señor. Esto es algo para volver a pensarlo en estos tiempos. Los tiempos son difíciles y la tentación es mirar hacia el pasado. (¿Los tiempos pasados parecen siempre mejores?). Pero el cristianismo debe mirar hacia el futuro del hombre, donde está la Salvación de Dios. El cristiano es un hombre de esperanza La primera lectura litúrgica enfatiza la esperanza en el futuro. En esta segunda lectura San Pablo enfatiza la razón de su esperanza: Dios hizo una promesa. El dijo “sí”, para siempre. Y el “sí” de Dios nunca se convierte en un “no”, como muchas veces ocurre con nosotros. Esta promesa está sellada por el Espíritu Santo. Nuestro Dios ciertamente cumplirá. La promesa de Cristo, en el Evangelio, es sobre la total liberación del ser humano. Liberación de todos los males que impiden el crecimiento humano, y la eterna felicidad. El mal del pecado y la corrupción humana, el mal de la muerte eterna, males que vienen como la consecuencia del pecado. Los Evangelios y la fe de la Iglesia siempre han enfatizado, sin embargo, el primer lugar debi-
do a la liberación del pecado y el mal moral, en la salvación de Cristo y la misión de la Iglesia. A la vez, la liberación del pecado es la raíz de todas las demás liberaciones. Ellos enfatizan también que la liberación del pecado se aplica a nosotros como un camino al perdón. Sólo Dios puede perdonar el pecado, y El transmite este poder a la Iglesia fundada por Cristo por esta misma razón; este es el significado del sacramento de la Penitencia (reconciliación), donde los pecados son perdonados por los sacerdotes, representantes de Jesús, que perdona a través de la Iglesia. Esta doctrina es resaltada en el Evangelio de hoy. Jesús pone lado a lado la liberación humana (parálisis) y la liberación del pecado. Lo segundo es esencial para el hombre enfermo, a pesar de que él, y el resto de la gente, van a aceptar la posibilidad de que los pecados son perdonados al presenciar ser testigos de una curación milagrosa. Algunas preguntas para pensar durante la semana 1. ¿Considero yo la inmoralidad como la peor forma de servilismo? 2. ¿Aprecio yo plenamente el uso del regalo del perdon de los pecados, que Dios nos dio en el Sacramento de la Penitencia? CPC 1