Liturgía Dominical - Junio 12 de 2011

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Día del Señor

Domingo 12 de Junio de 2011

7. Oración de Fieles

9. Oración después de la Comunión

Presidente: Movidos por el Espíritu Santo elevemos nuestras súplicas confiadas al Padre del cielo. Digámosle con fe:

Oh Dios, que comunicas generosamente a tu Iglesia los bienes del cielo: protege la gracia que le diste para que la fortalezca siempre el don del Espíritu Santo y para que el alimento espiritual le aproveche como incremento de redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos: Oh Señor, escucha y ten piedad. 1. Da la fuerza de tu Espíritu al santo Padre Benedicto XVI, a nuestro Obispo y a los sacerdotes, para que puedan anunciar con fidelidad el mensaje de la salvación al mundo actual. 2. Infunde los dones de tu Espíritu a todos los gobernantes de las naciones, en especial a los de nuestro país, para que ejerzan el servicio público en bien de la transformación de la sociedad. 3. Derrama los dones de tu Espíritu sobre los enfermos, los pobres, los secuestrados y los desplazados, para que puedan enfrentar con valor su difícil situación, y a nosotros danos la gracia de ser solícitos para ayudarles solidariamente. 4. Conduce con la luz del Espíritu a todos los que creemos en Cristo por los caminos de la unidad, para que demos un fuerte testimonio de fe y de comunión íntima. 5. Asiste con tu Espíritu a quienes estamos celebrando esta liturgia de Pentecostés, para que podamos continuar con mucho entusiasmo la misión evangelizadora hasta los confines de la tierra. Presidente: Padre Santo, recibe las súplicas que te hemos presentado, animados por el Espíritu de tu Hijo, el Señor Jesús resucitado. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén

Rito de Conclusión Bendición y despedida: Recordamos la Palabra del Señor: tened cuidado, estar alerta, manteneos en pie; se acerca vuestra liberación. Podemos ir en la paz con Cristo.

ANIVERSARIO DE NACIMIENTO DE SACERDOTES Y DIÁCONOS P. Álvaro Burbano P. Luis Carlos López P. Luis Efrén Ojeda D. Jairo Tumbaqui P. Eduardo Guaquéz P. Angel María Ordóñez P. Juan Carlos Cárdenas P. Francisco León P. Alexander Ortega P. Edwin Amram P. Fernando Meza P. Roberto Hoyos Presbíteros Comunidades Religiosas P. Gustavo Jiménez - Redentorista

Liturgia Eucarística

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Pentecostés

Domingo 12 Junio de 2011 - Solemnidad de Pentecostés - Ciclo A - Nº 220

“Acercarse, escuchar y meditar la Palabra de Dios viva en la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia

E

El Espíritu que une y reconcilia

l relato de los Hechos de los Apóstoles sobre la venida del Espíritu Santo nos da muchas indicaciones para entender mejor el papel del Espíritu en la Iglesia y en la sociedad. Para comenzar, el Espíritu Santo es el que realiza la unidad y la fraternidad en el género humano. Esto está simbolizado en el texto por los varios pueblos y lenguas que entendían la única lengua hablada por los Apóstoles. San Pablo vuelve sobre la misma idea: el Espíritu Santo que une a los miembros de la Iglesia en un cuerpo. Pero por cuanto el Espíritu es en alto grado Espíritu de renovación y creatividad, el Cuerpo de la Iglesia no es uniforme, sino que sus miembros están llenos de diferentes vocaciones, gracias y cualidades. El Evangelio nos recuerda que la paz y el perdón -aun el perdón de los pecados por la Iglesia- son dones y efectos del Espíritu Santo. Son también una dimensión de la unidad y fraternidad en la Iglesia y en la sociedad. La paz proviene de una fraternidad sólida y bien establecida. La fraternidad proviene de la práctica de la justicia y la misericordia, que va más allá de la justicia. Cuando ésta práctica es suficientemente estable, se arraigan la fraternidad y la verdadera paz.

8. Oración sobre las Ofrendas Concédenos, Señor, según la promesa de tu Hijo, que el Espíritu Santo nos revele más profundamente el misterio de este sacrificio, y que nos descubra propicio toda verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor. 4

Pedidos: P. Manuel Ordoñez / Cel: 315 4166780 pmanuelo@hotmail.com

Acentuemos, como lo hace este Evangelio, la importancia de la misericordia para edificar la fraternidad y la paz. La misericordia tiene que ver con el perdón y la reconciliación, muy aptamente expresado en el sacramento de la

reconciliación -mencionado en el Evangelio- y en todo gesto y actitud humana que lleva a la reconciliación. El perdón y la reconciliación son particularmente urgentes en nuestros días. Muy obviamente en nuestra sociedad, pero igualmente en familias y unos con los otros. La pura justicia no es suficiente, pues la justicia responde en dar a cada uno lo suyo, pero no llega al perdón. Y en la sociedad ha habido tanta injusticia, violencia y odio, que sin reconciliación y perdón la paz y la fraternidad no pueden ser restauradas. Ese es también el caso en muchas familias y relaciones personales. Estas son exigencias cristianas difíciles y a veces duras. Y cuando miramos la realidad humana, nos desanimamos. Una vez más, Pentecostés como la Fiesta del Espíritu creador de fraternidad y paz debería levantarnos el ánimo, y recordamos que el perdón y la fraternidad son un don de Dios, antes que nada, y este don nos ha sido dado por el Espíritu Santo derramado en nuestros corazones. Algunas preguntas para pensar durante la semana 1. Recuerde casos en que usted ha perdonado por deseo de unidad y fraternidad. 2. ¿Está guardando algún rencor en estos días? ¿Qué debería hacer? CPC 1


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