“Oremos para que las familias divididas encuentren en el perdón la curación de sus heridas, redescubriendo incluso en sus diferencias las riquezas de cada uno”.
Noticias de Provincia Febrero 2025
Editorial
Noticias breves
La Pascua de nuestros hermanos
Reafirmamos caminos de fe y esperanza: Peregrinación al Santuario de Las Lajas
El Santuario Museo San Pedro Claver: Un espacio de esperanza para la juventud a través del arte y la cultura
Inmersión Ignaciana: los llamados de Dios en la ecología integral
Nuevas misiones: relatos de los padres
Juan Enrique Casas, Misael Enrique Meza, Luis Felipe Navarrete y Jorge Alberto Camacho
Retos de la oficina PCCP para el bienio 2025-2026
Un café con: Pacho de Roux, SJ
Situación actual del JRS - Colombia
Reseña de los novicios recientemente admitidos a la Compañía 2025
Administradores de la Misión
jesuitas marzo
Noticias de Provincia
Vivir la cuaresma en clave socioambiental
Ecología integral
« (…) por la desobediencia de un solo hombre, muchos fueron hechos pecadores; pero, de la misma manera, por la obediencia de un solo hombre, muchos serán hechos justos» Romanos 5, 19
Muchas veces hemos leído ese pasaje tan conmovedor de Abraham intercediendo por su pueblo en el capítulo 18 del Génesis. Abraham, de modo insistente, pregunta a Dios si va a destruir a los inocentes junto con los culpables. Y, comenzando con el argumento de que tal vez en la ciudad de Sodoma haya cincuenta inocentes, va avanzando en su pedido hasta llegar a presentar ante Dios la posibilidad de que haya solo diez inocentes:
“Todavía insistió Abraham: —Por favor, mi Señor, no te enojes conmigo, pero voy a hablar tan sólo esta vez y no volveré a molestarte: ¿qué harás, en caso de encontrar únicamente diez? Y el Señor le dijo: —Hasta por esos diez, no destruiré la ciudad” (Génesis 18, 32).
Al final de esta historia, la ciudad fue destruida. Tuvieron que pasar muchos siglos para que san Pablo en su carta a los cristianos de Roma hiciera la afirmación que encabeza este editorial: “Por la desobediencia de un solo hombre, muchos fueron hechos pecadores; pero, de la misma manera, por la obediencia de un solo hombre, muchos serán hechos justos” (Romanos 5, 19).
Como Compañía de Jesús nos hemos propuesto desde 2019 cuatro Preferencias Apostólicas Universales que guían nuestra misión. La cuarta preferencia nos invita, como cuerpo apostólico, a “colaborar en el cuidado de la Casa común”. Ya llevamos más de cinco años de la publicación de estas preferencias y todos somos conscientes de que, a pesar de que hemos avanzado mucho, todavía nos sentimos muy lejos de vivir a fondo un cambio en nuestras prácticas cotidianas en este campo del cuidado de la Creación.
Acogiendo esta invitación, el Plan Apostólico de la Provincia nos anima en la cuarta opción fundamental, a escuchar “el llamado del magisterio del papa Francisco a cuidar nuestra Casa común desde la perspectiva de la ecología integral. Hay una sola crisis humana y ecológica que debemos afrontar, atendiendo a sus dimensiones humanas y sociales” (PAP). Esto nos exige cambiar nuestras prácticas ordinarias para construir alternativas de vida sencilla, consumo responsable y sensibilidad medio ambiental. Igualmente, sentimos la invitación a vivir una profunda conversión interior capaz de despertar actitudes de cuidado generoso y lleno de ternura
con la Creación en toda su riqueza, diversidad y pluralidad (LS, 217 - 220). “No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental”. Esta crisis está afectando de manera particular a los pobres y a los vu lnerables.
Es urgente, por tanto, responder con acciones concretas para hacernos custodios de nuestro entorno. Con ello, podemos cambiar la historia. Algunas de estas acciones pueden ser:
• Promover la conciencia y el cambio de actitudes ante la crisis ecológica.
• Crear un clima de escucha, reflexión y diálogo en cada comunidad y obra, para construir juntos un camino de conversión ecológica.
• Sentir hondamente que nuestra relación con Dios es inseparable del cuidado de los demás y de la Creación.
• Hacernos conscientes de que todos somos responsables del cuidado de la Casa común que es la tierra y que debemos reconciliarnos con ella.
• Vivir nuestro seguimiento de Jesús pobre y humilde como parte integral de nuestra relación de cuidado de la Creación.
• Sentir el dolor y la pasión de la Creación, expresada en el deterioro que sufre la naturaleza y el dolor de pueblos enteros que están afectados gravemente por el deterioro del planeta.
• Cuidar nuestra alimentación porque repercute en nuestra salud y la del mundo.
A inicios del mes de febrero de 2025, vivimos como Provincia la Inmersión Ignaciana en el Instituto Mayor Campesino (IMCA) de Buga. El tema propuesto para este año fue, precisamente, la “conversión ecológica”. Allí recordamos que, en palabras del P. Gustavo Baena, la conversión es el arte de “enderezar lo torcido”. Nos sentimos invitados, como cuerpo apostólico, a revisar la vida y a buscar juntos caminos de transformación de nuestras prácticas personales, comunitarias e institucionales, para escuchar el grito de la tierra, el grito de los pobres y el grito de Dios.
Por un hombre entró el pecado en el mundo. Un gesto de conversión. El cambio de una práctica sencilla. El pequeño gesto de respeto hacia nuestro prójimo y hacia la Creación. La ternura que acompañe el cuidado con los más débiles y lo más frágil a nuestro alrededor, serán reconocidos por el Dios de la vida, como causas de salvación para todos. Que en este tiempo de Cuaresma podamos encontrar y vivir caminos de transformación cotidiana y sencilla, para colaborar en este esfuerzo de “enderezar lo torcido”.
Hermann Rodríguez Osorio, SJ Provincial Bogotá, 24 de febrero de 2025
Cambios y destinos
P. Misael Enrique Meza Rueda nombrado por los señores obispos como Presidente de CONACED nacional (Confederación Nacional de Centros Docentes). Aglutina a los colegios católicos de Colombia. Residirá en la comunidad María Inmaculada
P. Dairon Jair Lizcano Barajas destinado como docente de medio tiempo en el Centro de Formación Teológica de la Facultad de teología. Ayudará también en el templo de San Ignacio y en el colegio Mayor de San Bartolomé. Residirá en la comunidad San Pedro Canisio.
P. Jorge Alahan Hernández Quirama, regresa a la Provincia después de su Tercera Probación en Sudáfrica. Residirá en la comunidad Universidad Javeriana mientras recibe su nueva misión apostólica
Con mucho gusto, damos la bienvenida a quienes han sido recibidos en el noviciado por el P. Provincial
Los jóvenes José David Martínez Cuentas (Barranquilla) y Germán Alexis Corrales Navarro (Anserma Caldas) fueron admitidos al noviciado. Ingresaron el sábado 22 de febrero
Recomendado CIRE
Ejercicios Espirituales de Provincia
2025
Fecha: del 20 al 28 de junio
Lugar: Casa de Ejercicios Espirituales San Claver (Santandercito)
Acompaña: P. José Darío Rodríguez, SJ
La experiencia inicia el 20 de junio a mediodía y finaliza el 28 de junio a medio día
Fecha: del 7 al 15 de noviembre
Lugar: Casa de Ejercicios Espirituales San Claver (Santandercito)
Acompaña: P. Miguel Martins, SJ (BRA)
La experiencia inicia el 7 de noviembre a mediodía y finaliza el 15 de noviembre a medio día
Inscripciones: www.cire.org.co -
322 256 32 07
Retiro de Cuaresma
Fecha: del 22 al 24 de marzo
Lugar: Instalaciones del CIRE Cra 10 #65 - 48
Acompaña: P. Carlos Franco Revelo, SJ.
La experiencia está pensada para personas cuyas obligaciones les impide permanecer en la casa de retiros durante la noche
(Ejemplo: personas que deben ejercer como cuidadores)
Inscripciones: www.cire.org.co322 256 32 07
Ejercicios Espirituales de mes
Fecha: del 14 de junio al 14 de julio
Lugar: Casa de Ejercicios Espirituales Villasunción (Bucaramanga, Santander)
Acompaña: P. Mauricio Rojas, SJ
Inscripciones: www.cire.org.co322 256 32 07
El arte siempre ha sido un puente entre la fe y la expresión humana. Desde los orígenes de la Compañía, el arte ha servido para compartir la experiencia de Dios, transmitir la trascendencia y dar forma a la espiritualidad.
Iniciamos la #CápsuladelTiempo con uno de los artistas más emblemáticos de nuestra Provincia. Santiago Páramo, SJ, un jesuita bogotano nacido en 1841, cuya obra nos sigue inspirando y dejando huella. Este año, al cumplirse 110 años de su pascua, rendimos homenaje a su legado, recordando su arte como un testimonio vivo de su fe.
P SUL A DEL
GERARDO REMOLINA VARGAS SJ
Fue llamado por el Señor, en Bogotá, el 4 de febrero de 2025
DATOS PERSONALES
Nació en Piedecuesta el 22 de junio de 1936, en el hogar de Horacio Remolina y Alicia Vargas, quienes tuvieron ocho hijos más: Jorge, Beatriz, Myriam, Leonor, Rodrigo, Cecilia (O.P), Esperanza y Elsa. Tenía 88 años de edad, 72 de Compañía, 61 de sacerdocio, y 49 de últimos votos.
EN LA COMPAÑÍA
Exalumno del Colegio San Pedro Claver, entró a la Compañía en el noviciado de Santa Rosa el 19 de enero de 1953; allí también realizó el juniorado (1955-56). Hizo la filosofía en Chapinero (1957-59), el magisterio en San Bartolomé La Merced (1960) y la teología en Roma (1961-1964). Fue ordenado sacerdote el 20 de julio de 1963 y realizó la tercera probación en Bélgica en 1965. Se doctoró en filosofía en la Gregoriana en 1969, e hizo los últimos votos el 2 de febrero de 1976.
SU VIDA
Fue jesuita de integridad reconocida y autoridad respetada. De trato amable y delicado, cuyo consejo fue apreciado y buscado por laicos y jesuitas. A su don de ciencia y talento se añadió una espiritualidad acrisolada, pedestal de su fidelidad al seguimiento de Jesucristo al modo de san Ignacio. Su vida constituyó un “capital moral para la Provincia Colombiana”.
PUBLICACIONES
Karl Jaspers en el diálogo de la Fe; Voces de un Vigía. Reflexiones y mensajes de un rector universitario; Los fundamentos de una "Ilusión" ¿Dios y la religión, ilusión o realidad?; La Universidad en la encrucijada. Un panorama histórico y prospectivo.
RECORRIDO APOSTÓLICO
• (1970-1972) Bogotá, superior de filósofos Col. Máximo, colabora en Rev. Ecclesiastica Xaveriana y Rev. Javeriana, profesor Fac. Filosofía U. Javeriana
• (1973) Bogotá, profesor en Fac. Filosofía U. Javeriana, en Carrera Sacerdotal y en IPLAJ, colabora en Rev. Ecclesiastica Xaveriana
• (1974) Bogotá, superior Comunidad del Filosofado, profesor en Fac. Filosofía U. Javeriana, en Carrera Sacerdotal y en IPLAJ, colabora en Rev. Ecclesiastica Xaveriana
• (1975) Bogotá, profesor Fac. Filosofía U. Javeriana
• (1976-1977) Bogotá, profesor, Decano Fac. Filosofía U. Javeriana, consultor de Provincia
• (1977-1983) Bogotá, Rector Col. Máximo, profesor de filosofía y teología, consultor de Provincia
• (1984) Bogotá, profesor de filosofía Col. Máximo, tiempo sabático
• (1985) Bogotá, profesor filosofía Col. Máximo, Dir. del Consejo Social de la Fundación Social
• (1985-1991) Provincial Provincia Colombiana
• (1992-1998) Bogotá, superior Comunidad del Filosofado, prefecto de estudios de la provincia, profesor Fac. Filosofía U. Javeriana
• (1998) Bogotá, Decano Académico Fac. Ciencias Sociales U. Javeriana, profesor de filosofía
• (1998-2007) Bogotá, Rector U. Javeriana
• (2008) Bogotá, investigación en filosofía, Comunidad U. Javeriana
• (2009-2013) Bogotá, profesor investigador Fac. Filosofía U. Javeriana (2009-2010), Dir. Doctorado Ciencias Sociales y Humanas U. Javeriana
• (2014-2024) Bogotá, investigador, escritor U. Javeriana
• (2024-2025) Bogotá, Comunidad San Alonso Rodríguez
Gerardo Remolina, SJ
La vocación
En la celebración de mis 70 años en la Compañía de Jesús (1° de febrero de 2023)
“Cualesquiera hayan sido las vicisitudes y la educación de nuestra vocación, ella es lo más interesante que hay en la historia personal de nuestra vida” (Pablo VI, en “Identidad y fisonomía del Sacerdote según Cristo”).
La vocación, cualquiera que ella sea (artística, científica, periodística, política, religiosa), si es auténtica, es la experiencia más importante y profunda de nuestra vida, y se convierte en “pasión”. Quien tiene la vocación auténtica de periodista, está dispuesto a perder la vida, a sufrir la agresión, a ir a la cárcel, para dar una noticia, informar sobre la guerra o la protesta popular. Su vocación es “pasión”. El científico lo sacrifica todo (hasta su prestigio…) por realizar una investigación: vive su vocación con “pasión”. En la Compañía conocemos la “pasión” de Ignacio y Javier; y la de todos nuestros misioneros “mártires". Fueron todos unos “apasionados”
1. La vocación es una “mirada de amor” de Dios (cfr. Mc. 10,21) Al joven rico Jesús lo “miró con amor” de ágape (egapesen) y le dijo: “solo te falta una cosa: vende todo lo que tienes, dalo a los pobres (…), luego ven y sígueme”. Se pueden tener muchos bienes, pero la riqueza más grande que tenemos es nuestra propia persona, es nuestro propio “yo”. Hay que venderlo, darlo a los pobres y seguir a Jesús.
2. La vocación es una “invitación”: “Si quieres”. SVP. Recibir una invitación es ser objeto de un gesto de simpatía, de “delicadeza”, de amistad. Se puede aceptar o no aceptar, incluso con razones válidas, pero una invitación exige al menos una respuesta de “cortesía”, y la mejor repuesta es la aceptación.
3. La vocación es reconocer que se ha recibido el regalo de la “aptitud” necesaria para aceptarla “responsablemente”. No es simplemente tener el deseo de ser algo que me gusta inmensamente: ser un músico (sin oído), un arquitecto (sin imaginación), un deportista (sin disposiciones físicas). Desear no significa tener las aptitudes necesarias. Se puede desear intensamente ser jesuita, y no tener las aptitudes necesarias.
4. La vocación es una “elección”, la respuesta es nuestra, pero la llamada es de Dios: “No son ustedes los que me han elegido; soy yo quien los ha elegido” y los destiné para que vayan y den fruto, y su fruto permanezca…” (Juan 15, 9-17) En términos puramente humanos, y hasta atrevidos, podríamos decir que fue una elección responsable de parte de Dios: “Jesús se fue a un cerro a orar y pasó la noche en oración a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce”: y les dio un nombre, los llamó “apóstoles” (Lucas 6, 12-16). El nombre era y sigue siendo la
esencia de una persona: “Pedro” puede ser cualquier Pedro; es un nombre vacío, pero “Pedro Ruiz” ya tiene esencia, y Pedro Ruiz Martínez tiene una esencia completa. La vocación a la Compañía de Jesús nos da el nombre de “jesuita” y llamarse “Fulano de tal, S.J.- Jesuita”, expresa nuestra esencia.
5. La vocación es una “historia de amor”: Los designios de Dios son eternos: “Con amor eterno yo te amé. Antes de darte la vida, ya te había yo escogido; antes de que nacieras, ya te había yo elegido; te había destinado a ser profeta de las naciones”, como dijo Dios al profeta Jeremías (1, 5-12); y análogamente podemos decirlo también de la vocación de cada uno de nosotros. Juan, el discípulo amado, nos lo confirma: “El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero” (1 Jo 4,10). Sin embargo, para nosotros, esta historia de amor comenzó en el tiempo y sigue estando presente. La vocación es un “estado”. Quien es llamado está siempre en “modo vocación”; porque el amor no es estático, sino dinámico. Es una historia que sigue…
Agradezcámosle al Señor por haber fijado con amor su mirada en cada uno de nosotros, y pidámosle que nos dé la gracia de vivir siempre en “modo vocación” realizando continuamente la recomendación de Pablo a su discípulo Timoteo: “Aviva el fuego del don que Dios te dio cuando te impuse las manos” (2 Tim. 1,6).
¡Amén – Que así sea!
Homenaje al padre Gerardo Remolina Vargas: el valor
de la honestidad
Jairo Cifuentes Madrid
Resulta altamente exigente escribir esta nota de recuerdo sobre nuestro querido y admirado padre Gerardo Remolina Vargas. Un hombre altamente exigente consigo mismo y con los extraordinarios frutos de su vida sacerdotal, su trabajo filosófico y su apostolado educativo. Baste traer a la memoria el mensaje final de su Ethos, al recordar la enseñanza de su papá, que condensa el valor fundamental que bien podría decirse guio su vida: la honestidad, aplicable a quien es cumplidor escrupuloso de su deber.
Su vinculación a la Pontificia Universidad Javeriana como profesor de filosofía de las religiones, primer director del Doctorado de Ciencias Sociales y Humanas, decano de la Facultad de Ciencias Sociales, rector y Vice Gran Canciller, así como autor de varios textos, artículos y libros en educación superior, y su poco conocido pero significativo servicio como miembro del Consejo Superior Universitario de la Universidad Nacional de Colombia, dan cuenta de su generoso apostolado educativo, de su vida pródiga en y para la universidad.
Para develar el sentido de una vida pródiga, qué mejor recurso que tantas veces utilizó nuestro padre Remolina para aclarar y resolver el uso preciso de palabras en sus documentos y propuestas, y que ahora varios de nosotros utilizamos con frecuencia, como buenos alumnos: el Diccionario de uso del español de doña María Moliner. Según el Moliner, pródigo se aplica, en segunda acepción, “[…] al que da sin reservas de lo que tiene o lo hace servir para los demás: ‘Pródigo de su inteligencia’. Puede decirse también ‘Pródigo de su vida’ al que la expone generosamente”.
...el padre Remolina nos dejó un testimonio de profundo y sincero afecto a la Javeriana, pues se entregó a ella sin reservas y sin límites...
En el ejercicio de su apostolado educativo, el padre Remolina nos dejó un testimonio de profundo y sincero afecto a la Javeriana, pues se entregó a ella sin reservas y sin límites, aún en momentos difíciles de su salud; compartió desinteresadamente su inteligencia, su saber y su esfuerzo y, a quienes fuimos y somos aún parte de su comunidad educativa, su cercanía personal y su buen humor.
Recordamos su rutina disciplinada, que llamaba el “tercer tiempo”, en alusión a los tiempos de un partido de fútbol, luego de cenar, a las 7:00 p.m.: la luz encendida de su oficina hasta altas horas de la noche, dedicado a escribir personalmente su correspondencia, discursos y documentos.
Cabe recordar una expresión que repetidamente señalaba sobre su trabajo en la Universidad Javeriana: exigente pero estimulante actividad universitaria.
Bajo un liderazgo sereno, acompañó a la Universidad Javeriana a través de sus opciones de gestión que lo caracterizaron: primero, el impulso y la celosa dedicación a los ejercicios participativos de planeación institucional que permitieron a la Universidad identificar los propósitos
y los objetivos deseados, así como los mejores caminos para alcanzarlos. Segundo, los escritos epistolares, editoriales y discursos en los que expresaba con claridad, precisión y profundidad sus orientaciones rectorales. Tercero, una sobresaliente escucha empática: miraba a los ojos a su interlocutor, con plena concentración y lentitud a reaccionar o comentar lo escuchado. Cuarto, el respeto profundo, diría reverente, por la búsqueda y la conformación del consenso en las decisiones. Recuerdo tanto que, ante decisiones difíciles y críticas, en su preocupación por entender al otro, diría: “salvar la proposición del otro”, buscar el mayor bien, convencer antes que imponer. Serán también recordadas las invitaciones a grupos de expertos académicos a su oficina para oír sus opiniones antes de fijar una posición institucional ante asuntos científicos o académicos con exigencia ética. Y quinto, la presentación franca y directa de la voz de la Universidad en los foros y ante instancias públicas y privadas de diversa naturaleza, y en las temáticas tanto de interés institucional como de interés público. Esto último le mereció el reconocimiento nacional e internacional por sus posturas auténticamente universitarias.
Estos instrumentos —y muchos más, quizás más importantes, que pudieran traerse a colación— permitieron al padre Remolina impulsar en su Rectorado, entre otras, la calidad de las actividades académicas, la interdisciplinariedad, la responsabilidad social de la Universidad, la participación estudiantil, el afianzamiento del Medio Universitario, la consolidación del Hospital San Ignacio y la captación de fondos por donaciones.
De otra parte, junto con mi familia, tuvimos la fortuna de recibir el acompañamiento espiritual del padre Remolina. La enseñanza que nos dejó en el corazón y que nos obsequió fue el confiar en la Divina Providencia y en el pleno amor de Dios. Cuántas veces recordamos en casa al padre Remolina diciéndonos: “seamos providencialistas”.
Recordaremos siempre al querido padre Remolina como un hombre prudente, sabio, con gran sensibilidad humana y social: un humanista.
El profesor Gerardo Remolina Vargas, SJ
Vicente Durán Casas, SJ
Tengo muchos recuerdos gratos y agradecidos del padre Gerardo Remolina Vargas, SJ. Fue mi superior religioso, me concedió las órdenes mayores y me destinó a hacer un doctorado en filosofía en Alemania. Fue mi confidente en asuntos personales y también en cuestiones de trabajo, y siempre conté con su acertada opinión y su criterio maduro y transparente. Dejando por fuera muchas dimensiones del relacionamiento que nos unió por más de 40 años, hoy quiero detenerme en mis recuerdos de Gerardo Remolina como profesor de filosofía.
Durante mis estudios de filosofía en la Javeriana, entre 1979 y 1982, tuve el privilegio de tenerlo como profesor en dos asignaturas: un seminario sobre la Fenomenología del Espíritu de G.W.F. Hegel, y el curso ordinario de Filosofía de la Religión. El fue también, al final de la carrera, jurado de mi trabajo de grado sobre el carácter problemático de la libertad en la Crítica de la razón pura de Kant.
En el plan de estudios de la carrera de filosofía, filosofía de la religión era una asignatura sistemática obligatoria, en cuanto tal era una herencia tanto de la Lectio medieval como de la moderna Vorlesung alemana, en la que el profesor exponía, de manera ordenada, una temática filosófica general relevante en la historia de la filosofía, en la que, si bien se consideran algunos aspectos históricos, lo que predomina en ella es la exposición analítica y el enfoque sistemático. Allí se hacían preguntas temáticas, pero también metodológicas, por ejemplo, acerca de los métodos adecuados -y también los inadecuados- para hacer auténtica filosofía sobre el hecho religioso, cómo comprender la experiencia religiosa, y si es posible, o problemático, compararla con otro tipo de experiencias. Para él era de suma importancia diferenciar entre hacer filosofía de la religión y hacer apologética religiosa, por eso los filósofos de la religión suelen incomodar a los teólogos dogmáticos. La verdad es que nunca me imaginé que, muchos años después, yo tuviera que ofrecer también, ya como profesor, el curso de filosofía de la religión en el que él había sido mi maestro.
Por su parte, el seminario sobre Hegel se concentraba en la lectura personal de la Fenomenología del Espíritu con el fin de desentrañar las principales tesis, los argumentos y la estructura de una de las
obras más complejas y difíciles de leer del enorme acerbo filosófico occidental. No era fácil leer a Hegel, esa fue la experiencia de todos los estudiantes, algo nos consolaba saber que nunca lo había sido y nunca lo será. El profesor Remolina nos mostraba, sin embargo, que valía la pena el esfuerzo, nos indicaba las implicaciones teóricas y prácticas que contenía el enfoque dialéctico del idealismo hegeliano, y nos motivaba a querer leer más, saber más, comprender mejor.
En ambas asignaturas tuve que leer mucho. En ese aspecto el profesor Remolina era muy exigente, insistía en que no bastaba con una lectura rápida o afanada. Quien lee despacio llega primero a la comprensión, y quien lee de prisa corre el riesgo de no ver lo verdaderamente importante, que en los textos filosóficos solo se revela a quien tiene la paciencia de acompañar al autor en la seductora aventura del filosofar.
Esa era una característica del modo como se estudiaba filosofía en la Javeriana por aquel entonces: predominaba la lectura de los clásicos, que, si bien son textos muy exigentes, a la larga son los que siembran en el estudiante-lector una curiosidad intelectual inagotable y un interés por querer saber más y comprender mejor el mundo en el que vivimos. Con frecuencia preguntaba algún estudiante cosas como esta: "y esas ideas de Hegel, por ejemplo, eso de que todo lo real es racional, ¿qué tiene que ver con el mundo en el que vivimos y con todos nuestros problemas sociales y políticos?" El profesor Remolina solía responder este tipo de cuestiones con paciencia y sabiduría: el lenguaje filosófico es abstracto y aparentemente lejano a lo concreto a la realidad, pero si queremos comprender el mundo más allá del dato bruto o la estadística, requerimos de ideas diferenciadas en las que la información pueda ser comprendida y no solo entendida.
Aún recuerdo, a la manera de una revelación filosófica, la explicación que daba el profesor Remolina al hecho de que, en alemán, y en particular en el pensamiento de Hegel, existen dos palabras distintas para referirse a eso que en castellano llamamos la “realidad”: Wirklichkeit y Realität, y que si bien en el lenguaje ordinario con frecuencia se confunden, en el orden reflexivo no es bueno confundir la realidad de un hecho perceptible por todos, como el color de una flor, con la realidad de una idea, que se escapa de esa percepción pero no por ello es menos real.
En los seminarios no bastaba con leer textos de por sí complejos. Había que preparar exposiciones de esos textos, proponer y desarrollar tesis y argumentos, escribir protocolos de las sesiones, y participar en las interminables discusiones que esos textos suscitaban. Fue allí donde aprendimos que la reflexión filosófica no era una actividad solitaria o solipsista que lo encierra a uno en el mundo de sus propias ideas. Por el contrario, aprendimos que la filosofía, si bien tiene un aspecto de meditación personal y solitaria, también es comunicación, diálogo, argumentación, escucha y polémica que a veces conduce a emociones fuertes y termina en acaloradas discusiones.
Y en medio de todo eso hicimos un descubrimiento asombroso y feliz: que la reflexión filosófica, compartida en aulas, cafeterías y corredores universitarios, acabó siendo también el origen de amistades que han perdurado con el tiempo y se han nutrido del asombro y de la reflexión compartida.
El profesor Remolina era muy exigente con sus estudiantes cuando estos presentaban en clase textos escritos, como protocolos de seminarios, informes de lectura o trabajos de grado. Corregía
los errores ortográficos, la redacción y hasta el estilo, y ello reflejaba la calidad de la formación humanista que él mismo había recibido de joven en el juniorado, la etapa de formación de los jesuitas posterior al noviciado, en la que, sabiendo leer y escribir como cualquier bachiller, aprendían a hacerlo con estilo, respeto y gusto por las palabras, todo de la mano de los clásicos griegos y latinos - O tempora, o mores. Una idea interesante pero mal expresada no era una idea completa.
El profesor Remolina le daba mucha importancia a que los protocolos de cada sesión fueran pulcros, claros y directos, y reflejaran el desarrollo y el ritmo de los temas que se discutían en el salón de clase. "Si no lo puedes decir claramente es porque no lo tienes claro", decía. Por eso, tanto la escucha atenta y la escritura bien cultivada ayudan a aclarar las propias ideas. No se escribe para atacar o defender una idea, sino para comunicar y compartir. Nadie tiene la verdad completa y única, y el diálogo no es para imponerse sino para enriquecerse con los puntos de vista de otros. Nos recordaba la sentencia de Ortega y Gasset: la claridad es la cortesía del filósofo.
Para el profesor Remolina no bastaba con saber exponer fielmente el pensamiento de un filósofo. La filosofía se nutre y se recrea cuando nos apropiamos de las ideas de otros y las transformamos desde nuestros propios contextos y de cara a la realidad del mundo en el que vivimos. Repetía con gusto esa idea de Kant según la cual es imposible enseñar filosofía, lo que se puede es enseñar a filosofar. Pensar por cuenta propia, pero sin ignorar que antes de nosotros hubo mentes lúcidas y arriesgadas que también nos prepararon el camino del filosofar.
Con el paso ineludible del tiempo el profesor Remolina se fue convirtiendo en “Remo”, el amigo, el compañero sabio y generoso, el anciano venerable y respetado gracias al cual hoy reconozco en mi corazón un sentimiento que es, a la vez, de tristeza y de profundo agradecimiento.
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Reafirmamos caminos de fe y esperanza: Peregrinación al Santuario de Las Lajas
Alix Adriana Linares Solarte Área de Comunicaciones – Fundación Suyusama
El 1 de febrero marcó el inicio de un año significativo para las obras sociales de la Compañía de Jesús en Nariño. Alrededor de 120 personas emprendimos un viaje cargado de espiritualidad, reflexión y propósitos renovados hacia el imponente Santuario de la Virgen de Las Lajas en Ipiales, al sur de Nariño. Esta peregrinación no solo constituyó un acto de fe, sino también un espacio solemne para encomendar el trabajo que cada obra realiza en la región, desde sus diversos quehaceres y propósitos misionales. La jornada estuvo matizada de
momentos trascendentales, en los que la oración, el silencio y la contemplación del majestuoso paisaje andino se entrelazaron con el sentir de quienes, desde sus labores, vocaciones, convicciones y esperanzas, caminamos juntos.
El momento central y especial de la peregrinación fue la celebración de la Eucaristía, un acto de profunda significación espiritual, de encuentro y congregación entre las distintas obras de la Región Nariño con sus equipos de trabajo y misión: el Colegio San Francisco Javier, la Fundación Juan Lorenzo Lucero, el Servicio Jesuita para los Refugiados, el Templo Cristo Rey, la Casa de Ejercicios San Ignacio, Villa Loyola y la Fundación Suyusama, que tuvo un motivo adicional para celebrar y ofrendar, ya que esta romería se hace desde hace 21 años y coincide con la fundación de Suyusama como obra social. Hito que refleja su compromiso constante con el desarrollo sostenible y la transformación social en Nariño, ocasión para la cual, como cada año, se incluyó la ofrenda del Plan Operativo Anual como un gesto simbólico de entrega del quehacer institucional y la renovación del compromiso con la misión que guía su accionar en la región.
Esta peregrinación forma parte de las acciones de regionalización que fortalecen el tejido comunitario entre las obras de la Compañía de Jesús en nuestro departamento. Más que un recorrido físico, constituyó un ejercicio de espiritualidad ignaciana, en el que se puso en práctica el discernimiento, la gratitud y la conexión profunda con la misión compartida. Además, el encuentro propició un espacio para el compartir fraterno, el intercambio de experiencias y el reconocimiento de la diversidad que enriquece el trabajo en las obras y cada iniciativa en el territorio.
Entre cantos, reflexiones y gestos de fraternidad, la comitiva renovó su energía para afrontar los desafíos de este nuevo año. La Virgen de Las Lajas, testigo silenciosa de fe y esperanza, acogió las intenciones de quienes, más que peregrinos, son caminantes del compromiso social, el trabajo colaborativo, la educación para la paz, el crecimiento espiritual y la solidaridad humana.
EEl Santuario Museo San Pedro Claver: Un espacio de esperanza para la juventud a través del arte y la cultura
Eliana Buelvas
Asistente de museología
l Santuario Museo San Pedro Claver en Cartagena de Indias, desde hace algunos años y en línea con el Plan Apostólico de la Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús, ha venido abriendo sus puertas a jóvenes artistas a través del Programa Exposiciones Temporales. Este programa promueve el arte y la cultura, y a su vez, fomenta el diálogo social y la reflexión sobre temas claves, como la construcción de paz, el rescate de la memoria histórica, la reconciliación, el cuidado de la casa común y la identidad social.
Esta iniciativa surge a partir de la necesidad de evidenciar la riqueza del territorio cartagenero e impulsar el sector artístico, siendo Cartagena una ciudad con escasos espacios dedicados a la promoción del arte y la cultura.
Desde 2019, el Museo ha inaugurado alrededor de 50 exposiciones transitorias. A través de su Programa Exposiciones Temporales, se ha enfocado en visibilizar a los jóvenes artistas tanto locales como nacionales. A finales de 2021, se oficializó esta iniciativa lanzando la primera convocatoria de Exposiciones Temporales, que invitó a participar a artistas emergentes, artistas consolidados, gestores culturales, comunidades e instituciones educativas. A lo largo de estos años, se han realizado tres convocatorias, destacando que en entre el año 2022 y el año 2024 se realizaron 32 muestras artísticas. De estas, el 70% ha estado protagonizado por jóvenes talentos y sus colectivos, mientras que el 30% ha contado con la participación de exponentes de trayectoria, gestores culturales y comunidades. Esta iniciativa ha tenido un impacto significativo en cientos de creadores emergentes, brindándoles una plataforma para mostrar su trabajo y enriquecer la escena cultural.
El Santuario Museo San Pedro Claver ha consolidado el programa Exposiciones Temporales a través de un proceso que inicia con el lanzamiento de la convocatoria, y que tiene como primera finalidad la selección de propuestas artísticas. Las propuestas seleccionadas avanzan a la segunda fase, en la cual los postulantes son entrevistados para conocer a fondo cada propuesta. La tercera fase considera los distintos aspectos que implica llevar el trabajo del artista a un escenario de exposición donde llega a ser apreciado por los cientos de visitantes que recibe el Santuario Museo. Cabe señalar que esta etapa comienza por la asignación del presupuesto que cubre en su totalidad los costos de la puesta en escena del trabajo seleccionado. Esta fase conlleva la producción que a su vez incluye el trabajo de curaduría, el proyecto museográfico, el montaje de la exposición y la divulgación en medios de comunicación. Finalmente, y como última fase, con la inauguración inicia un último tramo del camino que incorpora actividades pedagógicas como herramienta de circulación.
Este lugar, casa de los jesuitas y de San Pedro Claver desde el siglo XVI es considerado un lugar de gran relevancia para la memoria de Cartagena y de gran afecto en el corazón de muchos cartageneros. El peso espiritual de la persona de Pedro Claver, y su obra entre los hombres y mujeres esclavizados, impulsa dinámicas en vía a recordar la inmensa necesidad de reconciliación y justicia social que espera nuestra nación. Por este compromiso, el Santuario Museo encuentra sentido en hacer apuestas por el trabajo de muchos jóvenes, que sueñan y expresan con visiones distintas del mundo y a través del arte, una Cartagena más solidaria con los demás y con la casa común que nos acoge.
Exposiciones como Prisma; Jóvenes, Arte y Resistencia; Mujer; En-Cueros; Rostros y Colores de la Calle; La Toma; Caribe Onírico y Lugares Seguros, han sido algunas de las muestras que han logrado captar la atención de los visitantes, al abordar problemáticas sociales. Estas manifestaciones artísticas no solo buscan exhibir el arte y crear espacios para la reflexión, sino que, además, incentiva la pedagogía social y comunitaria.
A través del Programa Exposiciones Temporales, el Santuario Museo cree posible hacer un aporte al sueño compartido de un futuro esperanzador para las nuevas generaciones. El Santuario Museo San Pedro Claver espera seguir siendo un lugar de acogida para cientos de peregrinas y peregrinos que construyen con esperanza.
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A través del Programa Exposiciones Temporales, el Santuario Museo San Pedro Claver, cree posible hacer un aporte al sueño compartido de un futuro esperanzador para las nuevas generaciones.
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MInmersión Ignaciana: los llamados de Dios en la ecología integral
Juan Francisco Rodríguez
Director de la Casa de Espiritualidad Villa Claver
e alegré mucho cuando el P. Luis Guillermo Sarasa, SJ, director del CIRE, me extendió la invitación a participar de la Inmersión Ignaciana en Buga. En nuestro primer año en Villa Claver fuimos invitados a la que se realizó en Bucaramanga y guardo gratísimos recuerdos de ese espacio. Además, la temática en torno a la ecología integral me atrajo inmediatamente: por la gran responsabilidad que siento tenemos en la obra que dirigimos, y por lo pequeños que han sido los pasos que hemos dado en esta materia. Por si fuera poco, solo de oídas conocía el IMCA y deseaba hace tiempo poder visitar y ver esta obra.
Llegamos el jueves 6 de febrero sobre el medio día. Al entrar, pude reconocer de inmediato ese gusto en el ambiente: gozo; la alegría de la familia grande cuando se reúne; los conocidos y aquellos por conocer; la familiaridad de este cuerpo apostólico. Este fue el ambiente en todo el encuentro. Podíamos unirnos a Pedro diciendo: “!que bien estamos aquí, Señor!”.
El encuentro comenzó con las palabras de bienvenida del P. Provincial, exhortándonos a que juntos demos pasos más decisivos en materia del cuidado de la casa común. Continuó Luis Guillermo con una invitación a comprender el llamado de Dios a una conversión ecológica. Nos recordó el camino que tenemos por delante y la urgencia de una verdadera metanoía, es decir, un giro radical que involucra todas las fibras de nuestro ser.
El resto de la tarde del jueves estuvo dedicado a escuchar diferentes perspectivas locales sobre la COP16; desde una mirada técnica y académica, desde la óptica del sector privado y también los sectores divergentes y alternativos. Me quedo, por una parte, con el llamado a una esperanza desafiante. Es mucho lo que hay por hacer y pocos los avances en la gobernanza global, pero también debemos reconocer que estamos en camino. Por otra parte, me dejó muy sorprendido la participación de la ciudadanía valluna y lo que esto puede significar para la ciudad y el departamento si se sigue abonando ese terreno.
El segundo día fue aún más intenso. En la mañana escuchamos los testimonios de diferentes obras: el Colegio San Ignacio y ACODESI nos compartieron acerca del PRAE, Programa Ambiental Escolar, en los colegios de la Compañía; la Congregación Mariana Claver nos contó sobre el diplomado en Ecología Integral y cómo se han involucrado distintos estudiantes de último año de colegio en este ejercicio; Suyusama expuso su trabajo en el acompañamiento del proceso de declaratoria del Cerro Negro San Francisco como área protegida en el sur del departamento de Nariño. Por último, yo compartí acerca de los pasos que hemos dado en Villa Claver desde la ecoespiritualidad y los llamados de Dios en esta obra.
Para mí el plato fuerte llegó en la tarde, con diferentes visitas programadas a proyectos acompañados por el IMCA: agua comunitaria, programa de café con excombatientes y una granja agroecológica. Yo me apunté a la granja por ser este un tema del que queremos aprender y que es uno de los ejes centrales del trabajo ecológico en Villa Claver. Los rostros al momento del reencuentro en la Eucaristía al final de la tarde evidenciaban un ánimo consolado y reconfortado por Dios, que nos habló a partir de testimonios vivos de esperanza y vida. Yo en particular salí muy interpelado y agradecido por la vida de la familia que nos acogió y compartió con nosotros su manera de vivir, cultivar y trabajar en comunidad. Además, nos dieron de merienda los mejores tamales de pipián que he comido en mi vida; confieso que aproveché la porción extra que dejó una compañera vegetariana, con permiso de la cocinera, obviamente.
El último día pudimos escuchar del P. José Alejandro Aguilar una iniciativa sobre arborización que puede lanzarnos juntos en una red de cooperación con verdadera fuerza transformadora. También, tuvimos reuniones regionales para examinar y avanzar en las iniciativas locales, articuladas por las diferentes obras y cómo sumarnos al proyecto de arborización que escuchamos antes. La Eucaristía final fue una gran acción de gracias por todo lo recibido, aprendido y compartido y un llamado a retornar disponibles a la voluntad de Dios que nos desafía y nos impulsa hacia adelante.
Una mención especial a la hospitalidad de Marlen Pérez y todo su equipo en el hotel del IMCA. Destaco su disponibilidad, alegría y amabilidad. Quedaron muchas ganas de regresar.
En lo personal, dos mociones fueron muy importantes. Primero, la riqueza de las obras en su diversidad y las grandes oportunidades que tenemos por explorar articulando y fortaleciendo las redes de trabajo conjunto. Luis Guillermo lo decía en su presentación: siempre salimos con tareas concretas que nacen y se gestan en los momentos libres y en las conversaciones de la mesa. Lo segundo, reconocer que los pasos importantes no deben ser apresurados, sino sólidos y con dirección. Es la manera de proceder el Reino de los Cielos, que germina donde menos se espera, pero todo lo transforma.
Que Dios siga guiando y bendiciendo los pasos que vamos dando juntos en la búsqueda de una mayor armonía y cuidado de la creación que nos ha sido confiada.
¿Cómo vivir la Conversión Ecológica?
ARMANDO PALAU ALDANA
Abogado ambientalista, director de la Fundación Biodiversidad, autor de varios libros, consagrado litigante en acciones constitucionales en defensa del medio ambiente.
Gran expectativa causó en Cali la 16ª Conferencia de los Países Parte adherentes a la Convención sobre Diversidad Biológica (Río de Janeiro, 1992), que abrió la senda para la biotecnología o aplicación de la tecnología sobre la biodiversidad con fines farmacéuticos, cosméticos, agrícolas y militares. La COP-16 se promulgó como “un llamado a salvar la naturaleza” y “salvaguardar la biodiversidad”, como un instrumento de implementación de la planeación sobre aquella, como mecanismo multilateral para fijar una distribución financiera de los beneficios del uso de la información de secuencias digitales sobre recursos genéticos. Pero contrario a ello y a pesar de su lema “Paz con la naturaleza”, allí se preparó un episodio más de la mercantilización de la naturaleza y de nuestra diversidad cultural y biológica, contra los derechos de exclusiva soberanía de nuestros pueblos.
Por fortuna, esta distorsionada realidad mercantil, está signada con otras miradas como la del Papa Francisco a través de su “Encíclica
Laudato Sí' (2015) sobre el cuidado de la Casa común previó: “Muchos saben que el progreso actual y la mera sumatoria de objetos o placeres no bastan para darle sentido y gozo al corazón humano, pero no se sienten capaces de renunciar a lo que el mercado les ofrece. En los países que deberían producir los mayores cambios de hábitos de consumo, los jóvenes tienen una nueva sensibilidad ecológica y un espíritu generoso, y algunos de ellos luchan admirablemente por la defensa del ambiente, pero han crecido en un contexto de altísimo consumo y bienestar que vuelve difícil el desarrollo de otros hábitos. Por eso estamos ante un desafío educativo”.
De tal suerte que, el reto para vivir una conversión ecológica, esto es, una armoniosa relación con la madre naturaleza, al tenor de Laudato Si' comprende: “Volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo, que vale la pena ser buenos y honestos. Ya hemos tenido mucho tiempo de degradación moral, burlándonos de la ética, de la bondad, de la fe, de la honestidad, y llegó la hora de advertir que esa alegre superficialidad nos ha servido de poco”, por ello se invoca la noción de la Casa común de esta nave en la que viajamos por el cosmos.
En esta ruta, la Compañía de Jesús mediante la convocatoria de su Oficina Provincial a sus organizaciones en el Instituto Mayor Campesino en Buga (febrero, 2025), escuchó la retrospectiva sobre la COP-16 desde las miradas de la Cámara de Comercio (comercial), la Universidad Javeriana (académica) y la Fundación Biodiversidad (ambientalista), para formarse un contexto que permita definir y emprender el sendero mediante el cual el compromiso signado por Laudato Sí sea una realidad, a través de claves de la
misma encíclica que pone de presente que “en el seno de la sociedad germina una innumerable variedad de asociaciones que intervienen a favor del bien común preservando el ambiente natural y urbano” que se preocupan por lugares comunes para protegerlos, sanearlos, mejorarlos o embellecerlos, como categorías de derechos colectivos en donde “A su alrededor se desarrollan o se recuperan vínculos y surge un nuevo tejido social local”.
Desde la Oficina Provincial, las obras jesuitas tienen la enorme posibilidad de interactuar con organizaciones ecológicas de base, lideradas con entusiasmo por jóvenes, para construir y desarrollar agendas comunes y planes de acción que nos permitan pensar globalmente y actuar localmente para conservar y recuperar pequeños y frágiles ecosistemas de nuestra Casa común.
NUEVAS MISIONES
En esta edición los padres Juan Enrique Casas, Misael Meza y Luis Felipe Navarrete nos comparten sus mociones, sueños y retos en sus nuevos destinos y misiones.
Discurso de posesión
Vicerrector del Medio
Universitario Pontificia
Universidad Javeriana
P. Juan Enrique Casas Rudbeck, SJ
Bogotá D.C., febrero 14 de 2025
Provincial de la Compañía de Jesús y Vice-Gran Canciller de la Universidad, padre Hermann Rodríguez Osorio, Rector de la Pontificia Universidad Javeriana, padre Luis Fernando Múnera Congote, de la Compañía de Jesús, Rector de la Pontificia Universidad Javeriana, Seccional Cali, padre Vicente Durán Casas, de la Compañía de Jesús, Miembros del Consejo de Regentes, Vicerrectores de la Sede Central, Vicerrectores de la Seccional Cali, Secretario General, doctor Jairo Humberto Cifuentes Madrid, Miembros del Consejo Directivo Universitario, decanos, otros directivos de la Universidad, Jesuitas, miembros de la Comunidad Universitaria, invitados especiales, familiares y amigos.
San Ignacio de Loyola, siguiendo la enseñanza paulina de la gratitud como fuente de todos los bienes espirituales, me inspira a iniciar estas palabras con una acción de gracias, primeramente a Dios Nuestro Señor quien me invita a seguir los pasos de su Hijo Jesucristo en la vivencia del voto de obediencia y que hoy me tiene aquí frente a ustedes; esto resulta tremendamente liberador.
Quiero agradecer a mis hermanos jesuitas por su presencia y por su apoyo, especialmente al padre Provincial y a nuestro Rector por el voto de confianza que han depositado en mí, y al padre Libardo Valderrama de quien ahora recibo las banderas en esta noble tarea del Medio Universitario. También quiero agradecer a mi familia hoy aquí presente y a mi mamá, a mis hermanos, mi sobrinos y mi tía Elsa María quienes se encuentran en otras latitudes del planeta y a mi papá que con su presencia espiritual intercede ante el Padre celestial. También a mis amigas y amigos que han sido inestimable compañía en la jornada de la vida. Gracias a todas las personas aquí presentes y a quienes desde casa nos siguen en este momento por las redes sociales de la Universidad.
Sabiendo la importancia que en la vida académica tienen los títulos universitarios, quisiera emplearlos con profundo respeto como una parábola, para compartirles dos experiencias vitales que iluminan mi llegada a la Universidad Javeriana. El primero es, llamémoslo así entonces, un “doctorado”. Este lo obtuve a las orillas de la costa atlántica, donde mis maestros fueron los niños, las niñas y los jóvenes de Fe y Alegría. Fueron siete años para experimentar la espontaneidad costeña, la alegría de vivir, de poder enseñar, de aprender, de reirme por poco y alegrarme por mucho. Quienes avalaron mi proceso formativo fueron los maestros y maestras con su testimonio de entrega, de paciencia y de inagotable generosidad. Este fue un “doctorado” vital en todo lo que Fe y Alegría en sí misma es como una tesis sociológica, de psicología, de pastoral, de teología, de pedagogía y de mucho más, pero sobre todo de la experiencia humana en donde Dios habita incansablemente.
En sintonía con la anterior experiencia y continuando con la parábola, llamemos a la siguiente, un “postdoctorado”, donde mis maestros fueron nuestros hermanos migrantes; donde las aulas de clase fueron las carreteras interminables, el río Magdalena y el río Arauca con sus atardeceres, las veredas polvorientas, las playas que se convierten en refugio y los barriales que se tragan los zapatos. En estos escenarios aprendí de ellos, en medio del sufrimiento por el desarraigo, de la añoranza por el cielo que los vio nacer, lo que significa encontrar en el camino una palabra
de aliento para renovar la esperanza, recibir alimento no sólo para el cuerpo sino para el alma cansada, o simplemente encontrar un refugio para reposar la cabeza. Quienes avalaron mi proceso formativo en esta ocasión fueron compañeras y compañeros de equipo del Servicio Jesuita a Refugiados aquí en Colombia, con quienes caminamos juntos a donde nos moviera el corazón, ya fuera en la oficina nacional aquí en Bogotá o en cualquiera de los territorios donde hay presencia. Aquí la tesis fue acerca de cómo abrazar la vida en un intento constante y soñador por construir una Colombia hospitalaria y reconciliada que abraza y dignifica la vida.
Así el color rojo de Fe y Alegría y el color azul del JRS han tatuado mi corazón en un extenso e intenso proceso formativo para poder llegar hoy a estar en medio de ustedes, de revestirme ahora del áureo-albiazul javeriano y marcar así el inicio de este nuevo itinerario en la aventura del mundo universitario.
Algunas personas me preguntaban si elegir el día de san Valentín había sido a propósito para este acto… lamento decepcionarlos pero ¡es que coincidía con el Consejo de Regentes! No obstante, quiero aprovechar la ocasión para decirles que sí creo en este cuento del amor… particularmente he querido creer en aquello que el papa Francisco ha llamado la construcción de la Civilización del Amor, en medio de una sociedad que resulta apremiante en este sentido.
Aquí me surge la pregunta de ¿cómo concretar semejante civilización en una comunidad universitaria como lo es nuestra querida Universidad Javeriana, compuesta por tantos estudiantes, profesores y todo el personal que trabaja en ella? Más que respuestas, tal vez surgen más preguntas.
Me atrevo a aventurar alguna respuesta desde aquellos aprendizajes previos a los que hacía mención al principio. Al cultivar un “medio universitario” en el sentido amplio de la palabra, el estudiante javeriano durante su experiencia académica encuentra un espacio propicio para morar en un lugar simbólico y real a la vez donde el conocimiento se transforme en saber y el saber en experiencia; un lugar donde pueda vislumbrar las condiciones de posibilidad para trascender; donde exista un campo para fortalecer su cuerpo; donde haya refugio para encontrar escucha; un abrazo para sanar el corazón y las heridas del alma, y así poder celebrar la vida con música y mucho color en la expresión de la cultura en sus múltiples formas.
Todo esto en su conjunto favorece un proceso de cuidado; de cuidado de sí y de los otros, de cuidar a los que cuidan y por ende, de construir identidad como comunidad javeriana, que no es otra cosa que vibrar en una misma frecuencia, o al menos cercana, para formar buenos profesionales… ¡pero ciertamente para formar mejores personas!, personas íntegras que sirvan con calidad y con amor.
Formar con este sello javeriano distintivo, ¡sí!, conlleva la consideración esencial sobre el diálogo que acontece entre la pluralidad de los saberes de las ciencias con el faro de luz que constituye el humanismo ignaciano, algo que es consubstancial a una obra como la Universidad Javeriana y su legado cristiano. En este sentido cito al padre Alberto Parra cuando dice que “en este diálogo el medio universitario halla fundamento firme en el principio formativo de la formación integral. Integral porque alude al ser humano en su admirable diversidad en la unidad y entonces, más allá de lo puramente informativo y técnico” 1
1. P. Alberto Parra, SJ. Reflexiones pacíficas sobre medio universitario y academia. Documento inédito.
El reto ahora es grande ya que tenemos la ocasión que se avecina para evaluar la reforma estatutaria realizada hace ya una década y que transformó el dinamismo del medio universitario. Dicha evaluación es un cheque en blanco para invertir ahora, en el tiempo futuro de la Universidad, poniendo al frente nuestro a los y las estudiantes quienes son la motivación última y más urgente de todo el quehacer de nuestra labor.
Pensemos que es la oportunidad para sentir y gustar la experiencia de los años pasados de donde emana la sabiduría del camino recorrido y compartido. Inspirado en la práctica de la ‘aplicación de sentidos’ que propone Ignacio en los Ejercicios Espirituales, es el momento de destilar la experiencia para extraer los mejores aromas que inspiren ahora el camino que está por andar hacia adelante, teniendo consciencia de que cada paso es el único paso para que, con humildad y sencillez pero con firmeza, podamos dar el siguiente paso posible en el instante presente.
Así es como hoy quiero decirles, especialmente, al padre Luis Fernando nuestro rector, a mis colegas de las vicerrectorías, a los decanos, al equipo más cercano que se me ha invitado a acompañar, a todos Ustedes, que pueden contar conmigo, que tomo el remo en mis manos y vamos juntos a remar mar adentro confiados en que nuestro Señor camina sobre las aguas de manera cercana para que nosotros hagamos este trabajo confiados en Él y Él confiando en nosotros.
Como vicerrector del Medio Universitario quiero hacer pública mi declaración y no es otra que, en compañía de ustedes, compañeros y compañeras en la misión y de mis hermanos jesuitas, ponerme enteramente a su servicio.
Me gusta decir con frecuencia en la cotidianidad de nuestra labor que aquello que hacemos, si no es divertido no es sostenible. Una cuota de buen humor que, al menos, haga reir y sonreir, es reflejo de salud espiritual y hará siempre que la tarea sea más llevadera.
Por último, quiero decir que no hay más promesa de mi parte que aquella de ofrecer mis manos para trabajar, de alistar mis brazos para remar en equipo, de ofrecer mis hombros para compartir las cargas y de ofrecer un corazón siempre dispuesto a escuchar y abrazar la vida y todo aquello que dé vida.
¡Muchas
gracias!
Bogotá, 11 de diciembre de 2024 2024/273/Prov.
Padre
JUAN ENRIQUE CASAS RUDBECK , SJ
Comunidad Jesuita Universidad Javeriana CIUDAD
Ref. Nombramiento como Vicerrector del Medio Universitario Pontificia Universidad Javeriana, sede central
Querido Juan Enrique:
Salud y bendición en el Señor.
Una vez surtidos los trámites previstos por los estatutos de la Universidad Javeriana, te nombro como Vicerrector del Medio Universitario, sede central, por un período de hasta tres años , a partir del 1 de febrero de 2025. Te pido que tengas una reunión detenida y completa con el Vicerrector saliente, P. Libardo Valderrama Centeno, SJ, para hacer el respectivo empalme y conocer de primera mano el ser y acontecer del Medio Universitario.
Así mismo, es muy importante que leas y estudies el libro de reciente publicación “Historia del Medio Universitario. La apuesta humanística de la Pontificia Universidad Javeriana ”, del historiador Nicolás Esteban Malagón Gómez, en el que encontrarás los fundamentos conc eptuales y estatutarios de esta esencial realidad de nuestra universidad, lo mismo que los diversos modelos organizacionales que respaldan esta entidad.
Siguiendo atentamente el contenido de la consulta que se hizo a algunas personas y estamentos de la comunidad universitaria, previo a este nombramiento, te señalo los siguientes elementos para tener en cuenta en el desempeño de tu misión:
- El Medio Universitario no es un tema entre tantos que hacen parte de la vida de la universidad, no se reduce a las accio nes emanadas de los centros. Es la personalidad de la Universidad Javeriana, su modo de ser y de proceder, el espíritu que da vida y sentido a nuestra institución, fundamentado en la ignacianidad.
- En este orden de cosas es esencial que ayudes al Padre Rector y al Consejo Directivo Universitario en la revisión y evaluación de la reforma estatutaria que suprimió la doble decanatura creando una figura de decano único. Pasados los años se ha visto con c laridad la falta de una persona que, en el esquema organizacional de cada facultad, cumpla la tarea del cuidado de las personas y de la inspiración ignaciana y jesuítica. No se trata de un retorno al antiguo modelo, pero sí de poner en marcha esta presencia orientadora e inspiradora, que garantice el influjo del pensamiento educativo de la Compañía de Jesús en nuestra universidad.
- Integrar sistemáticamente lo académico con los propósitos y acciones del Medio Universitario.
- Hacer realidad el influjo de lo ca tólico y jesuítico en la diversidad de los saberes. Llevar lo mejor de la Compañía de Jesús al mundo universitario.
- Propiciar una comunidad universitaria auténticamente reconocedora del pluralismo y la diversidad, de la inclusión y de la posibilidad real p ara que cada miembro de la comunidad sea tenido en cuenta y promovido en su dignidad.
- Tener en cuenta el actual contexto de limitación de recursos económicos y de compromiso responsable con la sostenibilidad de la institución.
- Trabajar articuladamente con las obras apostólicas de la Compañía de Jesús.
- Atención particular a las sensibilidades y mapas mentales de los jóvenes de estos tiempos, tanto en sus fortalezas y consistencias como en sus límites y fragilidades, trabajando siempre para formar personas íntegras, responsables, con claro sentido de la ética y del compromiso con los pobres y vulnerables.
- De modo particular atender el delicado asunto de la salud mental, favoreciendo una atención personalizada a quienes padecen depresiones y otras evidencias d e desajuste emocional, en una perspectiva de prevención y de construcción de ambientes saludables.
- Favorecer la relación constructiva, seria y adulta, de las relaciones entre profesores y estudiantes, de tal manera que no se incurra ni en posturas intransigentes ni en permisividades que afecten la seriedad de los estudios.
- Desarrollar servicios más cualificados a los estudiantes de postgrado y a los profesores de hora cátedra, estudiar con cada facultad y con los centros de la vicerrectoría estrateg ias más adecuadas para este tipo de integrantes de la comunidad universitaria que, por su particular perfil, no disponen del tiempo total de un estudiante de pregrado o de un docente de planta.
- Trabajar con el Rector y con el Vicerrector Administrativo en favorecer el acceso de estudiantes de menores recursos a la Universidad Javeriana, buscando nuevas posibilidades de donantes para fortalecer el programa de ayudas económicas a esta población.
- Planear estratégicamente el ser y actividad de los Centros de la Vicerrectoría del Medio Universitario para que logren mayor difusión, interés y participación en la comunidad. Hay una sugerencia especial de fusionar los servicios del Centro para el Fomento de la Identidad (CEFIC) con el Centro Pastoral.
(CFICC)
También es esencial que desde la VMU ayudes al P. Rector a que la Universidad sea parte esencial de la misión evangelizadora de la Iglesia Católica y de la Compañía de Jesús. Esto implica: llevar la misión de evangelizar el mundo académico en donde el campus, el Medio Universitario, se constituye en un espacio de diálogo entre los valores de la ética cristiana, del humanismo ignaciano con las nuevas visiones que surgen desde las diversas disciplinas científicas; dentro de esto es clave la afirmación y promoción del contenido esencial de nuestra misión apostólica que es el servicio de la fe y la promoción de la justicia, en el que se incluye el cuidado de la casa común y la reconciliación con la creación. Este aspecto de nuestra misión está profundamente vinculado con e l amor preferencia l por los pobres, afectivo y efectivo en la vida jesuítica y en una universidad como la Javeriana. En este sentido, querido Juan Enrique, te pido que, desde esta cargo y servicio, ayudes a la comunidad universitaria a conectarse con mayor compromiso y responsabilidad en los problemas y necesidades de Colombia y de América Latina, particularmente con aquellos generadores de pobreza, violencia, exclusión social, corrupción política y cultura del dinero fácil. Tu reconocida sensibilidad socia l es fortaleza para este trabajo esencial en la función universitaria de proyección a la sociedad.
Finalmente, Juan Enrique, es importante que en esta nueva misión promuevas de manera creativa y, si se quiere, arriesgada, espacios para el diálogo y la reco nciliación de esta sociedad colombiana tan cruelmente marcada por la guerra y por la violación sistemática de los derechos humanos. Tu experiencia en Fe y Alegría en el Caribe y tu paso por el JRS te permiten tener una mirada amplia sobre esta problemática
Te deseo lo mejor en esta misión que te confía la Compañía de Jesús en la Universidad Javeriana. Que el Señor Jesús y Santa María del Camino te acompañen e iluminen.
Hermano en el Señor,
Hermann Rodríguez Osorio, SJ Provincial
Vice Gran Canciller de la Pontificia Universidad Javeriana
Copia:
- P. Luis Fernando Múnera Congote SJ, Rector PUJ Bogotá
- P. Vicente Durán Casas SJ, Rector PUJ Cali
- P. Libardo Valderrama Centeno SJ, Vicerrector saliente del Medio Universitario PUJ Bogotá
- P. José Darío Rodríguez C uadros SJ, Asistente para el Discernimiento y la Planificación
- P. José Leonardo Rincón Contreras SJ, Administrador Provincial
Palabras del rector de la Universidad
padre Luis Fernando Múnera Congote, SJ
Ceremonia de Posesión del Vicerrector del Medio Universitario, Padre Juan Enrique Casas, SJ Viernes 14 de febrero 2025
Agradezco la presencia a los miembros de la comunidad javeriana y a todas las personas que nos acompañan esta tarde, de forma presencial y también remota por la transmisión que se hace de este acto de posesión del vicerrector del Medio Universitario, padre Juan Enrique Casas Rudbeck, SJ.
Este acto reviste un profundo significado para la Universidad Javeriana. Nuestra naturaleza universitaria y nuestra identidad católica y jesuita encuentran en el medio universitario el ambiente que acoge y construye, cultiva, impulsa y despliega una comprensión de la educación y un modo de ser y de proceder, que constituyen rasgo de lo que hemos sido, somos y queremos ser.
Hoy recogemos, valoramos y proyectamos la historia labrada por valiosas contribuciones de una comunidad educativa que, en un ejercicio constante a lo largo de los años, ha aportado pensamiento, debate y experiencias en la construcción colectiva de ese rasgo que nos enorgullece.
Agradecemos al padre Libardo Valderrama, quien con perseverancia y optimismo estuvo al frente de la vicerrectoría los últimos años. Gracias a su compromiso y entusiasmo se recogió la historia del medio universitario, avanzamos en un proyecto vinculación más estrecha del medio con las facultades y en hacer más visible la relación de las acciones del medio universitario con la formación integral.
De Medio Universitario no podemos esperar una definición cerrada y definitiva, es una realidad abierta, en construcción constante. La riqueza y complejidad de la institución universitaria, de la sociedad y de las personas, así como de sus dimensiones e interacciones, nos invitan a no reducir el concepto, y a dejar que emerjan múltiples interpretaciones en el valioso entramado de fuentes que lo fundamentan y los desafíos y realidades que lo interpelan
El padre Juan Enrique, asume como Vicerrector del Medio Universitario en un momento apasionante, que nos convoca a profundizar en el sentido humanista y trascendente de la identidad propia de nuestra universidad. Leer e interpretar el mundo en el que vivimos, con su red de hondos y profundos movimientos, es un llamado a nuestra condición de comunidad que piensa, vive y proyecta el medio universitario.
El delicado tejido de principios, experiencias, interacciones y programas que constituye esa atmósfera que favorece la formación integral, que posibilita que emerja lo mejor de cada ser humano y que crea las condiciones para el más alto desarrollo intelectual y el cultivo de la justicia, la libertad y la sensibilidad, discurre hoy en y con una comunidad universitaria diversa y plural, cambiante y compleja, desafiada y propositiva frente a un contexto radicalmente cambiado por mediaciones tecnológicas y nuevas maneras de estar en el mundo.
La naturaleza corporativa, universal, científica y autónoma de la universidad que caracterizaba Newman nos habla de ella como un medio educativo en donde cada espacio, cada actividad, cada experiencia y cada una de las personas que la conforman contribuye a hacer realidad la misión con la que nos hemos comprometido. El medio no puede reducirse a lugares, programas o actividades, si bien necesita de ellos, porque su llamado es a situarse en el corazón de nuestro proyecto de Universidad.
Voy a compartir con ustedes algunos aspectos que considero relevantes en el camino que estamos recorriendo juntos y en el que acogemos al padre Juan Enrique como nuevo compañero de travesía. Si el mundo hoy está lleno de muros, nosotros queremos tender puentes, estrechar lazos, implicarnos, apuntalar la fuerza del conocimiento que impulsa transformaciones y el deseo de comprender que abre el espacio de lo común.
El papa Francisco nos ha brindado una potente batería de ideas, retos y orientaciones que nos inspiran y dialogan con la bella tarea que realizamos en nuestra universidad. En los fundamentos del Pacto Educativo Global, las encíclicas Laudato Si' y Fratelli Tutti, y en sus palabras sobre la esperanza en el año del Jubileo, encontramos claves para la lectura del contexto y las apuestas que tenemos como Universidad.
Edificar, dar significado local y global, y hacer fluir estas ideas, retos y orientaciones desde nuestro ser y naturaleza de universidad, resulta estimulante y no es algo nuevo para nosotros. Las preguntas y las decisiones, la atmósfera que propiciamos desde nuestra manera de vivenciar el medio universitario, están en la manera como ponemos a la persona en el centro, escuchamos a las jóvenes generaciones, promovemos a la mujer, contribuimos a responsabilizar a las familias, nos abrimos a la acogida, renovamos la economía y la política, y cuidamos nuestra casa común. Pero también están en una investigación que abre horizontes, delinea iniciativas y convoca a un trabajo común y en convergencia en áreas que tienen un especial significado en la configuración de la identidad de nuestras universidades: dignidad y derechos humanos; fraternidad y cooperación; tecnología y ecología integral; paz y ciudadanía, culturas y religiones.
¿Qué nos dice hoy una invitación como la de Fratelli Tutti a reconocer la fraternidad humana como un valor fundamental para superar las divisiones sociales y políticas que nos separan?, ¿Qué entendemos por cultura de la conversación y el encuentro?, ¿Qué implica para cada integrante de nuestra comunidad y para la comunidad en su conjunto, que las diferencias no se conviertan en barreras, sino en oportunidades para el diálogo, el entendimiento y la solidaridad? ¿O la invitación de Laudato Si' a construir un futuro en el que la justicia social y ambiental vayan de la mano, y en el que el conocimiento y la investigación puedan contribuir a la sostenibilidad, aportando soluciones innovadoras que promuevan una relación más armoniosa entre la humanidad y la naturaleza?
Frente a la desesperanza, el miedo y el catastrofismo, apropiar en nuestro ejercicio cotidiano de ser y hacer universidad, que “La esperanza no defrauda”, como nos lo recuerda el papa Francisco en su bula al convocar el año jubilar, es algo que está estrechamente ligado a la preferencia apostólica de acompañar a los jóvenes, así como a la confianza que tenemos en el impacto que tiene la educación para las personas y la sociedad. La atmósfera de nuestro medio universitario no puede ser otra que la de la esperanza, profundamente conectada con la esencia de la vida humana, con su vulnerabilidad y su resiliencia, cimentada en el conocimiento y en el humanismo solidario que deberán caracterizarnos.
En los últimos meses hemos propiciado y cultivado un fértil ejercicio de pensar en común la relación profesor-estudiante, sus dimensiones, la vivencia del cuidado mutuo y de la reciprocidad comunicativa, o la influencia que ejercen en ella los entornos altamente mediados por tecnologías, las transformaciones derivadas de la flexibilidad, las nuevas modalidades de ense-
ñanza y aprendizaje o los requerimientos de formación para toda la vida. Ser una universidad que conversa y escucha, y que lo hace teniendo como base la confianza, el reconocimiento y la corresponsabilidad, nos muestra el valor que tiene el diálogo por su capacidad para crear lazos en el tejido social, para profundizar en los vínculos de pertenencia y, también, para navegar estos tiempos de incertidumbre.
Además de ampliar y ahondar en esas conversaciones, debemos ahora propiciar nuevos espacios que nos convoquen a pensar en común sobre las interacciones y relaciones entre nuestros estudiantes; y desplegar encuentros, reflexión y acción en cuyo centro esté cómo las vivencian, cómo los alimentan, cómo los problematizan y desafían. Acompañar a los jóvenes es un llamado a la comunidad en conjunto para fortalecer los escenarios en los que educamos y nos educamos para la democracia, en los que aprendemos a reconocer la diferencia, a sostener conversaciones difíciles, a negociar, a argumentar con fundamento, a ser solidarios y fraternos, a ser ejemplo de ciudadanía, a pensar en el bien común con el firme compromiso de propiciar atmósferas en las que florezca lo mejor de cada uno.
El cuidado comienza en lo más íntimo: en escuchar, en mirar al otro con atención, en reconocer su singularidad, en asegurar atmósferas de mutua comprensión. Es un acto radical de humanidad en un mundo que, con demasiada frecuencia, parece diseñado para fragmentarnos.
Hace algunos meses oficiábamos como osados cartógrafos principiantes, al esbozar un mapa con los caminos, los ríos, las calles, los territorios, las gentes, los sentimientos, los sueños, las personas a las que han tocado nuestros estudiantes javerianos que han recibido la Cruz San Pedro Claver a lo largo de la historia. La riqueza de ese mapa evidencia el valor inmenso que tiene hacer comunidad con las jóvenes generaciones, y nos da respuestas a la pregunta por el significado de la educación de la inteligencia y de la sensibilidad.
Lo anterior nos habla de lo determinante que es la educación como posibilidad. Trabajar decididamente en el medio que la propicia, materializa el sueño compartido de acoger a nuestros estudiantes y ver en ellos florecer el pensamiento crítico, la consciencia social, la creatividad y el aporte de soluciones a problemáticas complejas.
La concepción y vivencia del medio universitario javeriano es factor esencial para que nuestros profesores, estudiantes, directivos y administrativos nos exijamos cada día más, mantengamos un diálogo constructivo, nos comprometamos con el país, seamos ejemplo de construcción de paz, vivamos a plenitud aquello que en la filosofía educativa de nuestra universidad llamamos cura personalis, es decir, preocuparnos por el otro, cuidarlo. Sabemos que cuidar de las personas supone conocerlas, escucharlas y garantizar los espacios de participación apropiados en la vida de la universidad.
Esa lectura de contexto, a la que me refería antes, resulta fundamental para estudiar, comprender y actuar en un universo digital, que supone un entorno cada vez más complejo e interconectado, y que conlleva modificaciones importantes para las personas y las instituciones. Frente a este cambio multidimensional que vivimos como sociedad, la Universidad comprende que es actor multifacético al ser creadora de los desarrollos de ciencia y tecnología que lo fundamentan; receptora de sus efectos en el ejercicio de sus funciones sustantivas, en la construcción de comunidad educativa y la gestión; beneficiaria de sus potencialidades para el cumplimiento de su misión y proyecto educativo, así como generadora de pensamiento crítico y valoración ética de las prácticas culturales y socio técnicas cambiantes.
El acompañamiento, la experiencia del encuentro y el apoyo cercano a la comunidad, que caracterizan el proyecto educativo javeriano, deberán expandirse desde las potencialidades y los riesgos que la condición digital implica. Reconocemos que el desarrollo digital se diseña y ejecuta poniendo a las personas en el centro, y enfatizando en la importancia de la solidaridad y la fraternidad en la promoción del bien común, la dignidad humana, la inclusión y la equidad.
Inicias, Juan Enrique, tu vinculación a la Universidad, en el marco del nuevo ciclo de la planeación institucional 2025-2030, y lo que este nos supone ante nuevos retos sociales y educativos que exigen de todos nosotros ―estudiantes, profesores, egresados y equipo administrativo― plantearnos cómo visualizamos nuestra Universidad en los próximos años y cómo propiciamos las condiciones necesarias para navegar con ilusión y conocimiento esta nueva etapa en la historia de nuestra Universidad.
Los signos de los tiempos nos exigen apertura de mente y de corazón, disposición para cambiar y mucho discernimiento. En ese ejercicio de fidelidad creativa tenemos que mirar nuestra tradición y también, con una perspectiva holística y adaptativa, revisar nuestro modo de hacer las cosas para responder a los retos de la formación de los jóvenes, el desarrollo de la ciencia y las búsquedas de la sociedad. La Javeriana debe construir una síntesis propia de todas estas demandas y acciones, que le mostrará su modo de ser universidad para los próximos años.
Tienes, a su vez, en la carta del Provincial, que será leída en esta ceremonia, una serie de elementos que se entretejen con estos que he planteado para visualizar un horizonte que motiva y entusiasma. Tu camino estará acompañado por todas y todos nosotros. El cuidado comienza en lo más íntimo: en escuchar, en mirar al otro con atención, en reconocer su singularidad, en asegurar atmósferas de mutua comprensión. Es un acto radical de humanidad en un mundo que, con demasiada frecuencia, parece diseñado para fragmentarnos. Nuestra Universidad se construye en esa interacción delicada y poderosa, en el compromiso que, al cuidar unos de otros, también cuidamos de algo mucho más grande: la posibilidad de un futuro compartido.
Conoces bien el valor de la pausa y la introspección. No descuides los espacios de reflexión y escritura. Observa cotidianamente las dinámicas de nuestra comunidad y de nuestro campus, y el detalle de las historias que ellas nos cuentan o nos revelan. Cultiva una estrecha relación con tus colegas vicerrectores y vicerrectoras, y con los decanos y decanas de la Universidad. El vertiginoso mundo en el que vivimos, el vibrar intenso de nuestra Universidad, te retarán en ese sentido.
Te invito a que caminemos juntos con esperanza. No una esperanza ingenua, sino una esperanza que nace del trabajo cotidiano, del esfuerzo compartido, de la convicción de que nuestras acciones dejan huella en el mundo y en las personas.
EAsumiendo un nuevo horizonte apostólico en CONACED
Misael Enrique Meza Rueda, SJ.
l pasado 15 de enero cumplí 35 años de vida en la Compañía de Jesús. Podría decir que es un “minijubileo”, ya que entre nosotros se acostumbra celebrar los jubileos a partir de los 50 años de ingreso a la Compañía. En Argentina, los nuestros empiezan a celebrarlos a partir de los 25 años. ¡Interesante!.
Antes de ingresar a la Compañía realicé estudios en Educación – Licenciatura en Ciencias de la Educación con especialidad en Ciencias Religiosas (Universidad de La Salle, Bogotá) y fui docente durante cinco años en varios colegios en las áreas de Catequesis, Democracia, Comportamiento y Salud, y Filosofía. Uno de ellos fue el Santa Catalina Labouré, el cual, en ese entonces, era parte de la Fundación Carlos González. Uno de los motivos que me animó a entrar a la Compañía fue el deseo de trabajar en sus colegios, dado su buen reconocimiento en el país, y continuar especializándome en educación. De hecho, una vez finalizada la Licenciatura, estaba en plan de cursar una Maestría en Educación en Valores y Gestión Educativa en la Universidad Externado, y seguramente la habría cursado si no hubiera sido admitido en la Orden.
Pero Dios tenía para mí otros planes. En los 35 años de Compañía, Dios me llamó a servirle en el apostolado intelectual de la academia universitaria, y, junto con él, en otros apostolados como el parroquial, el social, el de los Ejercicios Espirituales, e, incluso, la formación. He sido muy feliz en la Compañía y en los horizontes apostólicos a los que mis superiores me han destinado. Pero en ellos no han estado los colegios ni estudios de especialización en educación.
El pasado 19 de noviembre, en pleno fragor de mi misión en la Universidad Católica de Córdoba (Córdoba, Argentina) – misión a la que había sido destinado tres años atrás-, el Provincial me propuso postular al proceso de elección del nuevo presidente de CONACED. Me sorprendió. Le agradecí su confianza para tan alta responsabilidad en la que se representa a la Compañía ante la Iglesia y el país. Le manifesté mi desactualización sobre el mundo de los colegios, tanto teórico como práctico. En 35 años la educación ha cambiado y avanzado significativamente. Mis estudios y quehacer han sido en el ámbito de la universidad. Universidad y colegios son dos universos distintos, así estén conectados. “Tú lo puedes hacer” – me dijo, y añadió – “y la postulación no significa que quedes nombrado; hay un proceso de selección de los candidatos postulados por parte de la Asamblea General de CONACED, se elabora una terna, y se envía a la Conferencia Episcopal, la cual en pleno escoge al nuevo presidente”. Como jesuita soy hijo de obediencia,
y esto no es para mí una frase de cajón. Ante las misiones propuestas por mis superiores, mi respuesta ha sido siempre positiva. En algunos casos ha habido en conjunto, el Provincial y mi persona, un previo discernimiento para responder mejor a la propuesta hecha, pero en consonancia con ella, no para evitarla ni negarla. Le manifesté al Provincial mi plena disponibilidad para asumir esta nueva misión en caso de ser nombrado, y así se lo entregué al Señor. Quedé en paz. Después de dos meses, y siguiendo el debido proceso, la Conferencia Episcopal me designó para la tarea de presidir CONACED. Ya comenzamos el empalme con la actual presidenta, Hna. Gloria Patricia Corredor, OP, y su equipo. Es un nuevo horizonte apostólico para mí. Recuerdo a Gerardo Arango Puerta, SJ cuando fue nombrado Director del Hospital San Ignacio. Nos dijo a algunos: “esto es algo totalmente nuevo para mí, dirigir un Hospital, pero la Compañía me ha enseñado a estudiar, y eso es lo que voy a hacer, estudiar todo lo que pueda para cumplir bien esta misión”. Igual que Gerardo en esa ocasión, lo que voy a hacer es estudiar todo lo que esté a mi alcance y en mi capacidad acerca de este nuevo horizonte apostólico. Me entusiasma su conexión explícita con el llamado ignaciano a “sentir con la Iglesia”; hay una comunicación frecuente y directa con la Conferencia Episcopal a través de su Secretariado de Cultura y Educación. Me anima su relación con las instituciones del país con las que se dialoga para concertar leyes y normas que respeten y promuevan una educación de calidad desde nuestra identidad cristiana católica dentro de una Constitución Política no confesional. Me atrae la necesidad de seguir haciendo sinergia con los diversos estamentos y actores de la sociedad civil que están involucrados en la educación. Me alienta el trabajar en equipo con quienes conforman CONACED, aprender de cada uno de sus miembros, seguir construyendo con ellos el sentido de cuerpo y de proseguir consolidando junto con ellos la red de representación que cobija a 1.944 Colegios distribuidos en 29 regionales a lo largo de la nación. Y, finalmente, me llena de esperanza ser parte de un cuerpo apostólico, el de la Compañía de Jesús y, en concreto, de la Provincia colombiana, con compañeros que poseen un serio conocimiento y una amplia experiencia del mundo de los colegios, y con instituciones educativas de gran peso y reconocimiento en este campo, con quienes y con la cuales espero trabajar en red para un mejor cumplimiento de esta nueva misión.
LP.
Luis Felipe Navarrete,
SJ, nuevo decano de la
Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana
Luis Felipe Navarrete, SJ.
levo un mes de haber asumido la responsabilidad de animar la vida de la Facultad de Filosofía de la Universidad Javeriana, desde la Decanatura de Facultad. Durante este tiempo, mi tarea principal ha sido la de escuchar y conversar con los directivos y el personal administrativo de la facultad, y continuaré con este ejercicio de mutua comunicación con los profesores y estudiantes. También he participado, por supuesto, en reuniones de facultad y del gobierno general de la Universidad; sin embargo, las conversaciones personales son irremplazables, y han sido la fuente principal de la consolación espiritual que he experimentado durante este primer mes.
He podido reconocer lo que anima la vida de la facultad de filosofía: lo que motiva a los profesores, en su ser de maestros e investigadores; los liderazgos que se ejercen en diversas posiciones de dirección; la dinámica que caracteriza al equipo de administrativos; la diversidad de modos de hacerse presentes, estudiantes y profesores, en procesos académicos de la universidad y en escenarios académicos de intercambio con otras instituciones universitarias y sociales. También he permanecido atento a las preguntas por responder que van configurando los retos que tenemos que asumir como comunidad académica durante este 2025. Puede resultar algo apresurado formular los retos y tareas que voy percibiendo, pero bien puede esta nota constituir una buena ocasión para irle dando forma a ciertas intuiciones, que ahora comparto con ustedes.
1. Será necesario diseñar estrategias de comunicación efectiva que tornen mucho más visible y atractiva la variada oferta académica (ofrecida en programas, cursos breves, diplomados, publicaciones, investigaciones, conversatorios) de la Facultad. Esto supondrá, por supuesto, seguir posicionando la Facultad en las redes sociales, pero también hacerse presente en variedad de escenarios académicos, sociales y eclesiales, a los cuales puede ofrecer su saber y de los cuales también puede aprender.
2. Unido a lo anterior, y conscientes de la progresiva disminución del número de estudiantes, tendremos que promocionar la calidad de la formación ofrecida por los programas académicos de pregrado y posgrado. Para ello seguramente la voz de los egresados tendrá que ser tenida más en cuenta.
3. No sólo vislumbro mayores presencias ad extra, sino también al interior de la Universidad. En el momento presente, la Universidad se encuentra adelantando procesos de reflexión fundamentales, que tocan su misión e identidad; uno de esos asuntos, por ejemplo, atañe al modo como el Medio Universitario puede permear la totalidad de la vida universitaria, especialmente a través de los currículos. O, para dar otro ejemplo, estamos en el momento de constituir la Planeación Universitaria que nos orientará en los próximos años. O, un último ejemplo, la Universidad está definiendo cómo valorar la docencia, y no sólo la investigación desplegada en publicaciones, como parte constitutiva de la carrera académica de los profesores. Aunque estos asuntos no parecen explícitamente filosóficos, no me cabe duda de que los profesores vinculados a la Facultad tendrán mucho que aportar, como ya lo han venido haciendo.
4. Finalmente, y no menos importante, es la relación que se ha venido tejiendo en los últimos 4 años con el Instituto de Bioética, que desde el año 2020 forma parte de la Facultad. Fundado en 1997, al momento de su incorporación a la Facultad de Filosofía, el Instituto ya tenía una historia e identidad tras de sí. Tendremos que seguir trabajando para dilucidar mucho mejor (y plasmarlo en dinámicas efectivas) lo que esa incorporación significa, sabiendo que los Institutos en la Universidad tienen un carácter constitutivamente interdisciplinar. Aunque en su momento, el Instituto fue pionero en su actividad, y en su programa de maestría en Bioética, en la actualidad existen ya varios programas en el país, incluso de Doctorado. Es momento de pensar qué nuevas y pertinentes ofertas académicas podrían contribuir a dinamizar el aporte del Instituto a la reflexión bioética en el país y en la región.
Estos cuatro puntos no son un plan programático. Es lo que atino a articular luego de este mes de conversaciones y reuniones. Estoy muy agradecido con el Señor por la consolación espiritual que me ha regalado en este mes, al ser testigo de la riqueza en formación y en cualidades humanas que Dios mismo ha concedido a todos aquellos que forman parte de la Facultad de Filosofía. A quienes acaban de leer esto, y han llegado hasta el final, les pido me encomienden en esta bella misión de animar al cuerpo apostólico que se mantiene vivo en esta facultad.
P. Jorge Alberto Camacho, SJ, nuevo asistente para la Formación del Cuerpo Apostólico
Jorge Alberto Camacho Chaín, SJ.
Compañeros y compañeras en la misión,
Me piden que escriba, a modo de carta, mis sentimientos y perspectivas al asumir la responsabilidad como Asistente para la Formación.
Lo primero es recordar que, desde marzo de 2019, la Asistencia para la Formación, que se dedicaba única y exclusivamente a acompañar a los jesuitas en sus procesos formativos, empezó a llamarse: “Asistencia para la formación del Cuerpo Apostólico”.
Esta idea de “Cuerpo Apostólico”, que tiene sus raíces en las Constituciones de la Compañía, ha venido configurándose con fuerza desde la CG 34, y ha calado en nuestro espíritu, como Provincia Colombiana, durante los últimos años. Cada vez nos sentimos más colaboradores de una misión, que trasciende nuestros proyectos personales y nuestras obras, la misión de Cristo, en la que trabajamos, codo a codo, jesuitas y laicos.
Como jesuita me siento llamado, tal y como está expresado en la primera opción fundamental del Proyecto Apostólico de Provincia, a descubrir mi propia vocación como parte de un cuerpo diverso. La experiencia de ser “formador” a lo largo de estos últimos años, me ha hecho regresar a la pregunta de cómo vivo el seguimiento de Jesús, y a reconocer el dinamismo de nuestra espiritualidad y de nuestra vocación, que en el espejo de los más jóvenes de la Compañía y en sus búsquedas sinceras por seguir al Señor, se ha convertido en un reto para mí, y en una necesidad constante de examen y conversión.
En estos primeros días, de ayudar al Provincial en la tarea de formación, descubro algunos retos fundamentales, que quisiera compartir con ustedes:
1. Acompañar y animar a los jesuitas que están en formación. Con estructuras de formación cada vez más internacionales, crece la necesidad del acompañamiento, de la cura personalis, estando atentos a las trayectorias y a los procesos de formación humana, espiritual e intelectual de cada compañero. Mantener la unión de los ánimos en medio de la dispersión de los jesuitas que están en formación, y fomentar la cultura de la sinodalidad, de la colaboración y del discernimiento, son llamadas que Dios también nos hace.
2. Colaborar con el equipo de la Misión Vocacional, en su tarea de motivar a nuestras comunidades y obras, a vivir cada vez más una cultura vocacional, del cuidado mutuo, de discernimiento y ardor apostólico, que invite a otros compañeros a considerar el llamado a unirse a nuestra forma de vida.
3. Cultivar los vínculos, la fraternidad, los lazos de afecto y de cuidado, entre todos los miembros del cuerpo, entre obras, comunidades, y sobre todo, entre las personas.
4. Colaborar con las regiones en las dinámicas de formación orientadas a fortalecer el sentido de Cuerpo, nuestra Identidad-Misión.
También es de especial importancia, como ha querido el Padre Provincial para este año, trabajar en el proceso de conversión ecológica en el que todos estamos empeñados. El horizonte de la Ecología Integral, propuesto por el Papa Francisco desde Laudato Si´, no es otra cosa que el llamado a sentirnos unidos entre nosotros, y con la creación, como un organismo vivo que trabaja en la obra de Dios.
Quisiera terminar esta nota invitándolos a ecologizar nuestra espiritualidad, es decir, a vivirla con el lente de la ecología integral, para hacer posible que nos cultivemos, cada vez más, como un Cuerpo Apostólico.
Pido a Dios Nuestro Señor, que en este servicio que comienzo, pueda ser más ayuda que estorbo, a lo que Él quiere que seamos hoy, como Compañía de Jesús hoy.
Fraternalmente,
Jorge Alberto Camacho Chaín, SJ.
Retos de la oficina PCCP para el bienio 2025-2026
Luz Marina Moreno Coordinadora Oficina de Promoción de una Cultura Consistente de Protección
La salvaguardia de los menores y de las personas vulnerables es parte integrante de la misión de la Iglesia. La Compañía de Jesús comparte plenamente esta tarea, contenida en la Congregación General No. 36 y en la segunda de las PAU, que hacen un llamado a construir una cultura de la protección y del cuidado. En la misma línea el padre general Arturo Sosa, SJ, en el 2021, pidió implementar políticas y protocolos para afrontar las denuncias y acompañar a las víctimas, sin dejar de lado la formación permanente en materia de prevención para erradicar el abuso sexual en niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables.
La Provincia de Colombia no ha sido ajena a este llamado y ha construido un camino que inicio el 2007, con el documento Nuestro Ministerio en ambientes sanos y protegidos (cartilla azul) y la actualización del mismo en el 2015.
Una mirada al pasado nos permite ver el camino recorrido, los aciertos, desafíos y vacíos que aún se tienen sobre este tema. El padre Provincial Hermann Rodríguez, SJ, y el delegado de prevención, padre Luis Felipe Navarrete, SJ, asumieron desde el 2023 la tarea de estructurar
la promoción de una cultura consistente de protección (PCCP) por medio de la apertura de la Oficina PCCP, que tiene como finalidad, entre otros, la elaboración y actualización de políticas de prevención y actuación, y la formación para la protección de menores y personas vulnerables.
La coordinación de la oficina PCCP hasta septiembre de 2024 fue asumida por Clara Patricia Santamaría, quien se encargó de visibilizar la oficina prestando asesoría en la elaboración de protocolos en varias obras, de consolidar redes, de buscar espacios de capacitación, detectar necesidades en materia de prevención, acompañar algunos casos de abuso y bajo la dirección de la Curia General se dio inicio a la implementación de las tertulias científico-dialécticas (TCD).
Desde el 8 de enero de este año, la coordinación de la oficina está siendo asumida por Luz Marina Moreno Rodríguez, abogada canonista, especialista en derecho de familia y administrativo, quien trabajó durante varios años en el Tribunal Eclesiástico de Bogotá, encargándose de investigaciones y procesos de abuso sexual contra menores y adultos vulnerables.
Una vez revisado el camino y siguiendo los tres niveles de progreso en la consolidación de una cultura de protección -indicados por la Curia General-: despertar, tomar conciencia y actuar, para hacer que todas las obras y comunidades sean entornos seguros, las tareas próximas de la oficina PCCP son:
1. Actualización de la política de prevención que implique a jesuitas y compañeros apostólicos.
2. Socialización del nuevo documento, que cada uno de los jesuitas y compañeros apostólicos conocerá y firmará, como confirmación de su compromiso con la cultura del cuidado y que, a su vez, cada trabajador y voluntario asumirá no sólo como un deber institucional o contractual, sino con la conciencia del cuidado mutuo.
3. Elección de los delegados de prevención en los colegios y obras de la Compañía.
4. Construir el itinerario de formación permanente para delegados de prevención, jesuitas, compañeros apostólicos, trabajadores y voluntarios quienes están comprometidos en la misión y el esfuerzo por llegar hasta las raíces sociales en las que se generan los abusos, promoviendo efectivamente una cultura de la salvaguarda de todas las personas vulnerables, especialmente de los menores.
5. Continuar con las TCD, en su segunda etapa, que corresponde a la formación de moderadores para que multipliquen esta experiencia en sus comunidades, recordando que estas deberán realizarse una al semestre y enviar los resultados por email para dar seguimiento.
6. Acompañar a las obras que aún no tienen sus protocolos o manuales de conducta, en la elaboración de los mismos, y asesorar a aquellas que ya los tienen, en la actualización de protocolos.
Para la realización de estas tareas, contamos con el apoyo de la Conferencia de Provinciales de América Latina y el Caribe (CPAL) y de la Oficina PCCP en Roma; además, nos apoyamos en los documentos elaborados por la Conferencia Episcopal de Colombia, las experiencias de otros países, y de algunas instancias civiles.
Lo anterior pretende responder a preguntas que todos nos hemos planteado en algún momento: ¿cómo realizar un acompañamiento adecuado a las víctimas y sus familias?, ¿qué acciones solidarias puede realizar la Compañía para mitigar el daño causado?; ¿cómo proceder frente a casos que presentan otro tipo de violencias fuera de la sexual, tales como el abuso de conciencia y espiritual?; ¿en qué consiste nuestro deber de denunciar? Tener claridad sobre los asuntos a los que aluden estos interrogantes, y tantos otros, resulta fundamental para que podamos asumir, como cuerpo apostólico, la responsabilidad de la prevención de todo tipo de abuso.
Confiamos que todas las obras de la Provincia asuman el compromiso de tener políticas y protocolos y/o manuales de conducta actualizados y que nombren un representante PCCP, con el cual podamos trabajar en red; y a obras y comunidades las motivamos para que participen activamente en los procesos de formación que se ofrezcan desde la oficina, y de esta forma promovamos espacios seguros y ambientes sanos para todos.
Si alguna obra requiere asesoría en la elaboración de los protocolos o tiene alguna duda en el ámbito de la protección de menores y personas vulnerables, puede comunicarse a través del email delegadopccp@jesuitas.org.co y oficinapccp@jesuitas.org.co. Esta invitación la extendemos también a las comunidades que quieran mayor información al respecto.
Pacho de Roux, SJ
Con el propósito de transmitir esperanza y celebrar la vida, la Oficina Provincial de Comunicaciones, bajo la orientación del P. Antonio José Sarmiento, SJ, socio de la Provincia, y de la periodista Alix Katherine Niño, estará compartiendo una serie de entrevistas con personajes de gran relevancia para la Compañía y la Iglesia. Acompañados de un café, anécdotas entrañables y un ambiente de camaradería, se conversará sobre la vida, la vocación y las alegrías de vivir la misión.
Alix: Hola a todos y todas. Les damos la bienvenida a este espacio fraterno de la Provincia colombiana en donde mensualmente tendremos la oportunidad de conversar con jesuitas, colaboradores y amigos de la Compañía de Jesús en torno a temáticas como compartir la alegría de la vida, la esperanza y la apuesta por la reconciliación.
Hoy nos encontramos en la Curia Provincial de los jesuitas, en compañía de nuestro querido amigo Toño Pepe, socio de la Provincia y delegado de Comunicaciones. ¿Cómo estás, Toño Pepe?
Toño Pepe: Súper bien y muy contento de estar aquí.
Alix: Me alegra mucho. Hoy queremos disfrutar de un café con nuestro querido compañero Francisco de Roux, SJ, o como le llaman cariñosamente Pacho. ¿Cómo estás, Pacho?
Pacho: Muy bien, Alix, y muy contento por esta invitación a conversar con mis compañeros je-
suitas, y tantos amigos y colaboradores; y estar contigo y con Toño Pepe, como le decimos al padre Antonio José.
Alix: Nuestro querido compañero es un jesuita caleño, economista, filósofo y gestor de paz. Estudió en el colegio Berchmans de Cali de la Compañía de Jesús. Fue condecorado con la medalla Caballero de Honor de la Legión francesa, el Premio Nacional de Paz en Colombia, la orden del Sol Naciente, Rayos de Oro con Roseta de Japón y el Premio para la Prevención de Conflictos. Expresidente de la Comisión de la Verdad. Entre 2008 y 2014, fue Provincial de la Compañía en Colombia. Es fundador del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. Te damos una bienvenida muy especial, es un placer tenerte en este espacio.
Como lo prometido es deuda vamos a tener un espacio de café, un espacio de conversación. ¿Cómo te gusta el café?
Pacho: El café me encanta. Me gusta mucho el café que estamos produciendo hoy en día en
las fincas de la Compañía. Es de muy buena calidad y aquí mismo en esta casa (Curia Provincial) y en Cartagena, lo saboreamos todos los días.
Alix: Hoy vamos a tener la oportunidad de probar este café de Santandercito en Cundinamarca. Es de la Casa de Ejercicios de San Claver. Querido Toño Pepe, te invito a deleitarnos con este cafecito.
Queremos empezar conociendo cómo empezó tu día Pacho.
Pacho: Mi día empezó tomando un avión. Salí de Santander de Quilichao a las 5 de la mañana donde estaba dando un retiro a una obra que es muy querida por todos nosotros: el Instituto Intercultural de la Universidad Javeriana de Cali. Estábamos en un retiro porque están en un momento de planeación. Llegué de allá para esta conversación con ustedes y para una reunión con el padre Provincial.
Alix: ¿Cómo es un día típico de Pacho de Roux?
Pacho: En un día típico me levanto muy temprano para salir a hacer ejercicio. Hoy en día, en Cartagena, corro desde el Santuario de San Pedro Claver hasta la playa de Marbella; me baño en el mar, nado y regreso. Luego tengo un rato de meditación en silencio, desde hace años, con un grupo de personas que se “pegan" a zoom. Hacemos un rato de meditación en silencio y después de eso desayuno. Ayudo en las eucaristías en el Santuario; hay momentos en que celebró solo, pero sintiéndome unido con toda la Iglesia y estoy todo el día trabajando en cómo resignificar la misión de Pedro Claver para trabajar por las nuevas esclavitudes bajo la dirección del padre Alfredo Ferro, SJ, y con un grupo de jesuitas magnífico, y de nuevos acompañantes y amigos en Cartagena. También ayudo en asuntos de paz del país.
Alix: y tú Toño Pepe, ¿Cómo empezaste tu día?
Toño Pepe: Yo también empecé el día muy temprano. Me organicé y con un grupo de compañeros jesuitas, a las 6:15 a.m., organizamos una eucaristía en la comunidad jesuita de la Javeriana. Después tomé el desayuno y estaba listo para la oficina. Llegué y me encontré con una amiga que había estado en Cartagena hace pocos días. Me fue a saludar, me contó cómo le fue en sus reportajes y me llevó un pequeño caracol, una reliquia más para mi colección de objetos queridos por personas queridas.
Toño Pepe: Pacho, compañeros, y amigos y amigas de la Compañía que nos escuchan y ven este programa, hemos oído mucho y visto en los medios de comunicación (a Pacho) a través de su tarea como gestor de paz, de derechos humanos, presidente de la Comisión de la Verdad y también en algunos momentos particularmente difíciles, y queremos conocer a Pacho de Roux, el ser humano… ¿Quién es Pacho de Roux? tu hogar, tu familia, Cali, tu juventud, el Colegio Berchmans, toda esa etapa de vida tan bonita en la que nos modelamos todos para el futuro.
Pacho: Gracias, Antonio José. Para decirlo de forma muy resumida, nací en una familia muy bella en Cali, muy unida. Mi papá y mi mamá se entregaron a sus hijos, fuimos 7 hermanos. Uno de nosotros ya murió y nos dolió mucho. Murió a los 51 años por una embolia cerebral, todos los demás hemos tenido muy buena salud. Mis padres fueron muy longevos. Estudié en el Colegio Berchmans. No me alcancé a graduar porque al terminar el cuarto de bachillerato, en lugar de empezar el quinto, entré a la Compañía de Jesús. En eso tuvo un papel muy bonito el padre Pedro Arrupe porque era muy amigo de mi casa. Me ayudó a persuadir a mis papás para que me dejaran entrar al noviciado tan joven. Hice el noviciado en La Ceja, el juniorado en Santa Rosa, y me entusiasmé mucho con los clásicos latinos y los clásicos griegos. Hice estudios en Economía y Teología, pasé un tiempo de magisterio en
la Javeriana y trabajé en el Cinep. Terminé en Europa haciendo un doctorado en Economía de la Universidad de Sorbonne y la London School of Economics. Trabajé mucho tiempo en el Cinep; fui subdirector y luego director, y posteriormente trabajé en el territorio de misión de la Compañía en el Magdalena medio, durante 14 años. Sacamos adelante una obra que fue del Cinep y la Diócesis de Barrancabermeja, donde el primer obispo había sido jesuita, y que se llamó el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. Luego fui Provincial durante 6 años y posteriormente estuve en el Centro de Fe y Cultura por 2 años, para pasar a la Comisión de la Verdad.
Toño Pepe: Pacho, de tus años de niñez y adolescencia en Cali, de la vida de colegio, la convivencia con tus hermanos, los amigos, las fiestas, las novias, todo eso que es normal en la vida de todo ser humano, tus gustos deportivos, de alimentos, de cosas de tipo artístico, de todo eso, ¿qué nos puedes contar?
Pacho: Tengo recuerdos muy bonitos de los bailes que hacíamos de adolescentes, en Cali los llamábamos repichingas. Recuerdo que tenía 14, 15 y 16 años, éramos unos niños, pero disfrutábamos las fiestas de familia.
Me aficioné a nadar porque desde niños en mi casa en Cali había piscina. Participé en intercolegiados tanto en natación como en maratón y ciclismo. Me acuerdo, por ejemplo, en el Berchmans que competí con la Doble Jamundí en cicla. Además, tengo recuerdos muy bellos de la tropa scout del Berchmans con otros jesuitas que me acompañaron, como el padre Roberto Caro quien fue mi maestro en magisterio. Fueron tiempos muy bellos y muy vinculados al campo, también por la finca del abuelo de la familia.
Alix: Hemos escuchado mucho sobre el jesuita que va a las comunidades, que trabaja en proyectos de paz y de reconciliación. Cuéntanos, ¿de dónde nace esa sensibilidad por la paz, por
los derechos humanos y por las comunidades que más lo necesitan?
Pacho: La paz por ir donde los pobres nace de mi papá que nos llevaba de niños a la Conferencia de San Vicente de Paúl. Mi papá iba a llevar mercados a familias pobres en Cali y nos llevaba de niños. Después, en el Berchmans íbamos a Terron, Colorado, los fines de semana a trabajar con las comunidades pobres. En el juniorado comenzamos a leer la enseñanza social de la Iglesia y a sentir el compromiso de la Iglesia por los pobres. Cuando llegué a Bogotá a estudiar ciencias y hacer Filosofía, en el año 65, me impresionó mucho Camilo Torres. Al principio, él no estaba en la guerra y a mí me impresionó mucho verlo. Venía a la Javeriana con los científicos a hacer trabajos de laboratorio en nuestro año de ciencias, y a Camilo lo encontrábamos varias veces en el río Arzobispo, que baja de la Javeriana hasta la 39, con una multitud de gente. También tuve la oportunidad de oírlo en la Universidad Nacional y me impresionó mucho ese sacerdote totalmente dedicado a los pobres. Camilo utilizaba sotana y tenía un discurso muy contundente de justicia. Durante ese año fue el hombre de la Unión (...) Pero Camilo de pronto nos sorprende a todos con la reunión de los Camilistas. Yo era un científico jesuita, un pequeño jesuita, así que veía eso con gran impacto. Me impresionó mucho ver a un sacerdote tan entregado por la causa de la justicia. Camilo había convocado todos esos grupos para finales de año en Bogotá y de pronto en octubre decide irse a la guerrilla. Eso me confundió mucho porque me dejó pensando que no tenía sentido, la guerra no nos iba a llevar a ninguna parte. Nunca he estado de acuerdo con la lucha armada. Camilo murió en el primer combate por los Vásquez Castaño, jefes del Ejército de Liberación Nacional, y estoy convencido de que si estuviera vivo hace rato hubiera hecho la paz; se hubiera dado cuenta que el pueblo colombiano no
quería eso (la guerra), él era muy sensible a lo que el pueblo quería. Lo anterior, me llevó a estar muy preocupado por la filosofía vinculada con la justicia social, durante mis estudios, y le pedí a la Compañía que me dejara estudiar por qué este sistema económico era una fábrica de desigualdad y de producir pobreza. La Compañía me permitió estudiar Economía durante 7 años, pero siempre con la preocupación de qué podemos hacer por los pobres.
Toño Pepe: Pacho y, ¿cómo era el movimiento universitario en esos años cuando eras estudiante de ciencias, de biología,...y orientado a la economía? ¿Cómo era la vida de la universidad pública, de la Javeriana, de la universidad privada? ¿Qué se movía en ese contexto?
Pacho: Era un mundo universitario muy enardecido por lo que había sido el Movimiento de París en 1968, en la que los estudiantes se levantaron para pedir una transformación en las universidades; una participación mucho más activa y una democracia universitaria muy honda. En la Javeriana fue fuerte porque tuvimos el Movimiento del Ocaso. Yo participé. Los jesuitas tuvimos la carta de Florencia y el survey de los jesuitas para hacer un replanteamiento de nuestro apostolado pedido por el Padre Arrupe. Estaban los centros de investigación y acción social que había iniciado el Padre General Jean-Baptiste Janssens para que la Compañía pensara en cómo vincular el Evangelio con la lucha social. Fui parte de ese movimiento y parte de la forma en la que se originó el actual Cinep. También participé en las cosas que llevaron a una gran tensión en la Provincia, entre los jesuitas que insistían que debíamos mantener los colegios y la educación (cosa que aprecio inmensamente) y los que pensábamos que el énfasis se tenía que poner en lo social. Tuvimos hombres que entendieron muy bien el momento, como Alfonso Borrero que se dio cuenta que se debía hacer una transformación muy honda en la universidad y originó, con una gran autoridad,
ese pensamiento de la nueva universidad cuyo corazón fue la javeriana, y luego rectores de la universidad como Gerardo Remolina, SJ, que encauzaron estas cosas con un gran criterio.
Toño Pepe: ¿Entraste a finales de los años 50?
Pacho: Entré en septiembre de 1959.
Toño Pepe: Estamos hablando de 65 años de vida en la Compañía. ¿Cuál ha sido el trabajo más estimulante, que más ha llegado a tu corazón, donde te has sentido más proyectado y cuál ha sido también el más difícil o que ha generado más dificultades?
Pacho: El trabajo más estimulante fueron los 14 años que estuve en el Magdalena Medio; donde la vida era andar en una lancha, en un jeep… La guerra era muy fuerte en ese momento. El conflicto armado estaba centrado allí. Estaban las FARC, el Ejército de Liberación Nacional, la fuerza del paramilitarismo y los militares. (Este tiempo) me permitió conocer el sufrimiento de las comunidades, el esfuerzo de la Iglesia de Barrancabermeja y de las iglesias de la diócesis de Magangué; los grandes conflictos, conversar los unos con los otros y estar enterrando gente (24 personas vinculadas al programa fueron asesinadas). Tuve buenos compañeros, jesuitas que acompañaban en el Magdalena Medio donde teníamos parroquias. En Barrancabermeja nuestra parroquia más significativa era la del Sagrado Corazón, también la parroquia de San Pablo, la parroquia de wilches…me sorprendió encontrar que prácticamente todas esas parroquias del Magdalena Medio habían sido creadas por la Compañía de Jesús, empezando por la diócesis de Barrancabermeja. Querían muchísimo a los jesuitas, pero el trabajo fue supremamente duro, desafiante y conducente a comprender mucho mejor a Colombia y las causas del conflicto. Eso me permitió encontrar que los europeos, los japoneses y las universidades se entusiasmaban por lo que estábamos hacien-
do. Hubo 300 estudiantes que fueron como voluntarios al Magdalena Medio y corrieron todos los riesgos. Afortunadamente a ninguno les pasó nada. Ninguno fue secuestrado o extorsionado. Fueron los años más bellos, más desafiantes y más riesgosos.
Lo más difícil fue el tiempo en la Comisión de la Verdad. Todavía vivo esas dificultades porque el resultado no fue la verdad, nadie tiene la verdad de lo que ha pasado en este país. Quisimos hacer una contribución desde la escucha de las víctimas en todo el territorio nacional y en 24 países donde hay exiliados de Colombia por el conflicto, para desde allí presentar unas recomendaciones que no son un plan de Gobierno ni son un plan de desarrollo, sino la expresión desde las víctimas ya documentada y conceptualizada para decirle a los colombianos que si queremos que la victimización no siga en el país debemos hacer estas cosas. Es una llamada moral concretada en ¿quiénes la deben hacer? ¿cuándo la deben hacer? ¿cuáles son las cosas a corto, mediano y largo plazo? Por supuesto, eso no deja de herir a muchas personas. Nosotros no somos la JEP, la Jurisdicción Especial para la Paz; no estamos señalando responsables personales y jurídicos, sino cuáles eran las responsabilidades éticas, históricas y políticas en el gran sentido de lo que ha pasado en Colombia. Eso no se puede hacer sin molestar a muchos. Las FARC, los paramilitares, los políticos y los expresidentes se molestaron porque la verdad es incómoda, pero nosotros estamos convencidos que la verdad nunca se acaba, hay que seguir profundizando. Es un texto que llama a esa profundización y al diálogo. Al entregar el informe pensábamos que era solo el comienzo y que solo se podía construir desde la verdad de las víctimas.
Toño Pepe: Sobre la mesa está una cruz centroamericana que quisiste traer porque te pedimos un objeto especial de gran relevancia en tu vida. ¿Qué significa esta cruz?
Pacho: Esta cruz me la traje de Guatemala. Está encabezada por el rostro de Monseñor Giraldi, un hombre muy valiente y generoso que presidió la Comisión de la Verdad de Guatemala y lo asesinaron a los 15 días de entregar el informe. Durante todo el tiempo de la comisión quise tener esto en mi cuarto y lo he guardado desde entonces. Afortunadamente no tuvimos ninguna persona asesinada. Tuvimos momentos difíciles en los que personas de la comisión fueron seguidas y les robaron información. Tengo este recuerdo de Giraldi porque al igual que tantos hombres de Iglesia, jesuitas y mujeres, bajo el principio de la fe han trabajado por la verdad y eso me emociona, me da fuerza.
Alix: ¿Cómo vamos con el cafecito?
Pacho: El cafecito está muy bueno y podría tomarme toda la jarra, pero ya es el tercero que me tomo en la mañana.
Alix: Para darle dinamismo y ya con el tercer cafecito del día me gustaría proponerte una dinámica: la idea es conocerte desde otra perspectiva; desde el ser humano que todos los días vive en su cotidianidad distintas realidades. Queremos hacerlas más divertidas, entonces te voy a hacer una serie de preguntas muy rápidas, las respuestas son supremamente fáciles. ¿Cuál es el plato típico de Colombia que más disfrutas?
Pacho: El aborrajado.
Alix: Y tú, Toño Pepe, ¿cuál es?
Toño Pepe: La bandeja paisa, pero soy santandereano. Tuve mucho tiempo en la Compañía formado con paisas y en el noviciado.
Alix: ¿Cuál es tu lugar favorito de Colombia?
Pacho: El sur del Valle del Cauca.
Alix: ¿Correr o caminar?
Pacho: Correr.
Alix: Si tuvieras la atención de todo el mundo, ¿qué mensaje le darías?
Pacho: Que tenemos que trabajar por la reconciliación aceptando la verdad de nosotros mismos, que somos seres frágiles que nos equivocamos, pero que la gran llamada de Dios para todos nosotros, el gran misterio del amor, nos llama a construir juntos, que no nos vayamos a encontrar con Dios estando los unos separados de los otros.
Alix: ¿Qué es lo primero en que te fijas cuando conoces a una persona?
Pacho: Los ojos.
Alix: ¿Y tú, Toño Pepe?
Toño Pepe: La sonrisa.
Alix: ¿Qué fue lo mejor de tu infancia? Alguna anécdota o un momento muy particular que recuerdes con mucho cariño.
Pacho: Tengo un recuerdo de una caída del sol detrás de los farallones de Cali, en el sur del Valle que me conmovió mucho siendo un niño de 11 años. Creo que fue la experiencia espiritual más honda que me hizo pensar que detrás de todo esto había un misterio y amor que había que buscar.
Alix: Este año se celebra el Año Jubilar y estamos en dinámica de hablar de la esperanza. Este espacio también quiere conectarnos con ella. ¿Qué te da esperanza y cómo podrías compartirla con el cuerpo apostólico que te está escuchando?
Pacho: En este momento me da esperanza la fuerza de las víctimas de Colombia, porque allí encontré gente que habiendo sufrido mucho estaba dispuesta a perdonar y a construir un país distinto. Me da esperanza que hay
mucha gente que entiende finalmente que la paz en Colombia no va a ser un milagro de la Virgen de Chiquinquirá, que la reconciliación en Colombia no va a ser un milagro del Señor, qué si los colombianos no nos perdonamos, Dios no nos va a perdonar, es decir Dios no va a regalarle el perdón a los colombianos a no ser que nosotros nos perdonemos; que hay gente dispuesta a perdonar, que las reconciliaciones en Colombia no van a ser un milagro y que tenemos que hacerlas nosotros, pero he conocido mucha gente que está dispuesta a jugársela toda y eso me da esperanza.
Alix: Muchas gracias, Pacho. Ha sido un placer tenerte en este espacio compartiendo el cafecito. Esperamos poder tenerte en otro momento para compartir, para conocer de tu vida y pues también un agradecimiento muy especial a Toño Pepe que nos ha acompañado.
Toño Pepe: Muchas gracias, no solamente por este momento, sino por todo porque eres un compañero, un amigo, un padre, un maestro y alguien que nos estimula constantemente a esta sensibilidad por la dignidad humana y por la paz, por revisar a fondo en nuestro corazón y nuestra conciencia para no permitir que en ella alberguen rencores. Que sepamos vivir felizmente, bienaventuradamente, con la diferencia ideológica, la diferencia religiosa, la diferencia étnica, la diferencia cultural… Muchas gracias Pacho, Me pongo la mano en el corazón como señal de amistad y de ser trabajadores de lo mismo: el Reino de Dios y su justicia.
A ustedes, queridos amigos, muchas gracias. Esta es la primera de una serie de entrevistas que, como decía Alix, van a ser un encuentro con personas amigas de la Compañía, de la Iglesia, de la paz, de la justicia, del ser humano… para compartir la vida y para que esto también sea una estrategia pedagógica que nos sensibilice. El próximo entrevistado será nues-
tro amigo y paisano Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá. Hasta pronto.
encontré gente que habiendo sufrido mucho estaba dispuesta a perdonar y a construir un país distinto. Me da esperanza que hay mucha gente que entiende finalmente que la paz en Colombia no va a ser un milagro de la Virgen de Chiquinquirá, que la reconciliación en Colombia no va a ser un milagro del Señor, qué si los colombianos no nos perdonamos, Dios no nos va a perdonar, es decir Dios no va a regalarle el perdón a los colombianos a no ser que nosotros nos perdonemos; que hay gente dispuesta a perdonar, que las reconciliaciones en Colombia no van a ser un milagro y que tenemos que hacerlas nosotros, pero he conocido mucha gente que está dispuesta a jugársela toda y eso me da esperanza.
Alix: Muchas gracias, Pacho. Ha sido un placer tenerte en este espacio compartiendo el cafecito. Esperamos poder tenerte en otro momento para compartir, para conocer de tu vida y pues también un agradecimiento muy especial a Toño Pepe que nos ha acompañado.
Toño Pepe: Muchas gracias, no solamente por este momento, sino por todo porque eres un compañero, un amigo, un padre, un maestro y alguien que nos estimula constantemente a esta sensibilidad por la dignidad humana y por la paz, por revisar a fondo en nuestro corazón y nuestra conciencia para no permitir que en ella alberguen rencores. Que sepamos vivir felizmente, bienaventuradamente, con la diferencia ideológica, la diferencia religiosa, la diferencia étnica, la diferencia cultural… Muchas gracias Pacho, Me pongo la mano en el corazón como señal de amistad y de ser trabajadores de lo mismo: el Reino de Dios y su justicia.
A ustedes, queridos amigos, muchas gracias. Esta es la primera de una serie de entrevistas que, como decía Alix, van a ser un encuentro con personas amigas de la Compañía, de la Iglesia, de la paz, de la justicia, del ser humano… para compartir la vida y para que esto también sea una estrategia pedagógica que nos sensibilice. El próximo entrevistado será nuestro amigo y paisano Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá. Hasta pronto.
Escucha la entrevista acá o escaneando el código QR
Situación actual del JRS - Colombia
Ximena Vidal - Directora encargada – JRS-Colombia
José Darío Rodríguez, SJ - Asistente para el Discernimiento y la Planificación Apostólica
El pasado 24 de enero, la Oficina de Población, Refugiados y Migración (PRM) del Departamento de Estado de los Estados Unidos emitió una notificación oficial informando la suspensión de los fondos asignados a los programas de ayuda internacional mientras se lleva a cabo una revisión de los mismos para determinar si se alinean con la política exterior y prioridades del Gobierno de los Estados Unidos.
A raíz de esta comunicación, el JRS-Colombia se vio en la necesidad de detener el proyecto denominado "Horizontes de Fraternidad: Acompañamiento y protección a la población migrante en su camino hacia la inclusión efectiva en Colombia” en el marco del cual se pretendía acompañar entre septiembre de 2024 y agosto de 2025 a 12.370 personas a lo largo y ancho del territorio nacional con un presupuesto de 4.5 millones de dólares. La suspensión de este proyecto obligó al JRS-Colombia a cerrar seis de sus oficinas (Ipiales, Palmira, Bucaramanga, Santa Rosa del Sur, Tibú y Cartagena) y a reducir en un 59% su planta de personal y la negociación de acuerdos de indemnización cuyo valor ascendió a 1.200 millones de pesos, dinero que puso a disposición de la organización, el JRS-USA. De enero a febrero, el JRS-Colombia pasó de contar con 155 colaboradores a una estructura mínima conformada por 67 personas, incluidos 7 aprendices SENA.
Como resultado de esta decisión, unilateral y atípica del Gobierno de los Estados Unidos, el JRS-Colombia no alcanzó a brindar acompañamiento a 9.140 personas en movilidad humana forzada que sueñan con construir o reconstruir un proyecto de vida en alguna región del país. Aún así, el JRS-Colombia sigue dando vida a la misión de acompañar, servir y defender a las personas y comunidades en movilidad humana forzada por medio de 8 oficinas que siguen operando en Cúcuta, Barrancabermeja, Buenaventura, Arauca, Soacha, Ibagué, Pasto y Pereira; en estos territorios se avanza en la implementación de 14 proyectos con componente de protección, medios de vida, integración comunitaria y/o educación.
De aquí a finales de abril, cuando se cumpla el plazo de los 90 días de suspensión, el gobierno de los Estados Unidos decidirá el futuro del proyecto que implementa el JRS-Colombia; esta decisión puede traducirse en alguno de los siguientes escenarios: 1. Suspensión definitiva de los fondos, 2. Descongelamiento parcial de los fondos, con modificaciones de los montos, metas y condiciones de financiación, o 3. Descongelamiento total de los fondos.
El JRS-Colombia celebra en 2025 treinta años de presencia en el país, por lo que la crisis desencadenada por la orden de suspensión constituye un momento idóneo para redoblar esfuerzos por conseguir medios que permitan seguir dando vida a la misión de este Centro Social de la Provincia. Un mes después de la emisión de la orden de suspensión, la organización avanza en la formulación de más de diez proyectos y sigue explorando nuevas fuentes (flexibles y no flexibles) de financiación para seguir contribuyendo a la construcción de una Colombia más hospitalaria y reconciliada.
Reseña de los
novicios
recientemente admitidos a la compañía 2025
Germán Corrales
Soy Germán Corrales, oriundo de Anserma, Caldas. Tengo 27 años y he ido buscando el sentido de mi vida desde hace varios años. En mi adolescencia tuve la fortuna de contar con el acompañamiento de varios jesuitas. Estudié una licenciatura en básica con énfasis en literatura. Trabajé en diferentes lugares y la pregunta por Jesús y su Reino me llevaron a tocar de nuevo las puertas de la Compañía para esclarecer la pregunta sobre el sentido de mi vida.
Ahora he podido esclarecer que quiero ser jesuita ya que la búsqueda de un sentido más profundo en la vida y el deseo de contribuir a un mundo más justo son los principales motivos que me impulsan a estar en la Compañía de Jesús. La espiritualidad ignaciana ofrece un marco para crecer espiritualmente y para comprometerme con Los desafíos sociales de nuestro tiempo, además, es profundamente experiencial y quiero estar en la compañía para compartir la experiencia de los ejercicios espirituales.
Me atrevo a afirmar que la frase de Casaldáliga resume perfectamente mi deseo de vivir una vida plena y significativa, dejando una huella positiva en el mundo desde la experiencia profunda de ser compañero de Jesús: “Al final de la vida me dirán, ¿has vivido?, ¿has amado? Y yo, sin decir nada, abriré mi corazón lleno de nombres.
David Martínez
Soy José David Martínez Cuentas. De Barranquilla. Hijo y hermano. Tengo 29 años. Ingeniero civil de profesión. Habiendo visto la entrega, disponibilidad y libertad de jesuitas como el P. Alfredo y el P. Manuel José, sirviendo en el Templo San José, y viviendo un proceso de acompañamiento, discernimiento y experiencias junto con el P. Alfredo Guzmán SJ, P. Diego Giraldo SJ y el equipo de casa Manresa, resuena en mí el deseo de ingresar a la Compañía, para servir a la Iglesia y el mundo como jesuita. Veo que su espiritualidad y misión discernida a través de la historia se adapta a los tiempos y contextos tocando las vidas concretas de las personas, llamando a todos a vivir dignamente como hijos de Dios, en la fe, la esperanza y la justicia, y me siento invitado a acoger este modo de vivir y construir el reino de Dios.
Administradores
MISIÓN
Dirección De Gestión Humana
Seguridad vial un compromiso para el bienestar colectivo
La seguridad vial no es solo una responsabilidad individual, sino una obligación colectiva que incide directamente en el bienestar de todos los miembros de una sociedad. Las estadísticas sobre accidentes de tráfico en Colombia, y en muchos otros países, muestran que los siniestros viales son una de las principales causas de lesiones y muertes evitables. Sin embargo, detrás de cada accidente hay decisiones humanas, condiciones de infraestructura y factores vehiculares que pueden preverse y modificarse, si nos comprometemos todos en pro de la seguridad vial.
La Compañía de Jesús, para sus diversas obras educativas y apostólicas, e incluso en sus comunidades, ha asumido el compromiso de promover la seguridad vial como parte integral de su misión educativa y de servicio a la comunidad.
A continuación, les proponemos dos cápsulas informativas en materia vehicular, que buscan no solo prevenir accidentes, sino también formar una cultura de seguridad que beneficie a todos los actores viales.
1. Mantenimiento del vehículo - un pilar de la seguridad vial
Una de las principales causas de los accidentes viales es el mal estado de los vehículos. Es por ello que mantener el vehículo en condiciones óptimas es fundamental evitar problemas mecánicos que puedan poner en riesgo la vida de los ocupantes del vehículo y de los demás en la vía.
Los tipos de mantenimiento que se deben tener en cuenta son:
1. Mantenimiento correctivo: este tipo de mantenimiento se lleva a cabo cuando una parte del vehículo deja de funcionar o comienza a fallar. Es esencial realizar las reparaciones necesarias de inmediato para evitar que una avería inesperada cause un accidente en la carretera.
2. Mantenimiento preventivo: es crucial para prolongar la vida útil del vehículo y garantizar que esté siempre en condiciones de operar de manera segura. Es necesario realizar revisiones periódicas y sustituir piezas que puedan estar desgastadas, como los frenos, las llantas o el aceite del motor.
3. Mantenimiento predictivo: se basa en el diagnóstico y la revisión de los componentes del vehículo para prever posibles fallas antes de que ocurran. Este tipo de mantenimiento es esencial para mantener el vehículo en condiciones seguras y evitar accidentes, al anticipar posibles problemas y corregirlos a tiempo.
2. Sistemas de seguridad vehicular
Los vehículos modernos están equipados con una variedad de sistemas de seguridad, que tienen como objetivo reducir el riesgo de accidentes y minimizar los daños en caso de que estos ocurran.
Tenemos los siguientes tipos de seguridad:
1. Seguridad preventiva: tomar medidas necesarias para garantizar que el vehículo se mantenga en buenas condiciones y funcione de manera óptima.
2. Seguridad pasiva: Ayuda a minimizar los daños durante un siniestro, como los cinturones de seguridad, airbags y reposacabezas.
3. Seguridad activa: Sistemas como el ABS (frenos antibloqueo) y el control de tracción que ayudan a evitar accidentes.
4. Seguridad proactiva: Tecnologías que permiten que el vehículo actúe de manera autónoma para evitar un accidente, como los sistemas de frenado automático.
En conclusión, la seguridad vial es un compromiso que nos involucra como sociedad, y es fundamental que tanto conductores como peatones asumamos la responsabilidad de actuar de manera consciente y respetuosa en las vías. A través del mantenimiento adecuado de los vehículos y la implementación de sistemas de seguridad avanzados, podemos prevenir accidentes y salvar vidas.
DesarrOllO “amar y servir”
Fortaleciendo el trabajo en red la red claver visita la Provincia de colombia
Del 3 al 8 de febrero, la Provincia de Colombia tuvo el honor de recibir la visita de Luciana Mendes, coordinadora de la Red Claver de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe (CPAL). Esta visita tuvo un doble propósito: conocer las sedes de algunas de las redes de la CPAL en Bogotá y conocer el avance en la estructuración de la Oficina de Desarrollo de la provincia.
Durante su estancia, Luciana se reunió con diversos equipos de trabajo y directivos, intercambiando experiencias y perspectivas sobre el quehacer de la Compañía en el país. En la Curia, fue recibida por el P. José Leonardo Rincón Contreras, administrador provincial, quien le compartió los avances en la organización de la Oficina de Desarrollo, liderada por Paola Torres. En esta sesión se destacó la importancia de fortalecer la movilización de recursos para los fondos de formación y salud de los jesuitas, así como para las obras sociales de la provincia. En una sesión posterior se socializó el plan de acción que se espera llevar a cabo para retomar el trabajo de recaudación de fondos.
Uno de los encuentros clave se llevó a cabo con la Red Juvenil Ignaciana, donde se abordaron dos proyectos de colaboración internacional: uno relacionado con el voluntariado en alianza con Cuba y Brasil, y otro sobre el Movimiento Juvenil Huellas junto a Venezuela.
Oficina De
La agenda incluyó, además, una visita a la sede de la Federación Internacional de Fe y Alegría (FIFyA), donde se abordaron los retos derivados de la reducción de financiamiento en proyectos socioambientales. Robby Ospina, secretario ejecutivo de la FIFyA, destacó la importancia de mantener alianzas estratégicas para garantizar la sostenibilidad de las iniciativas en el territorio.
En el encuentro con el Servicio Jesuita a Refugiados para Latinoamérica y el Caribe (JRS LAC), se exploraron oportunidades de colaboración en la gestión de recursos. La presencia de P. Agnaldo Junior, SJ, delegado para el Apostolado Socioambiental de la CPAL, enriqueció el diálogo al subrayar la importancia de articular esfuerzos en favor de las comunidades más vulnerables.
Finalmente, la coordinadora visitó la sede de FLACSI, la Federación Latinoamericana de Colegios de la Compañía de Jesús, donde sostuvo una conversación con su presidente, el P. Roberto Padilla, SJ, y extendió una invitación a participar en el próximo encuentro anual de la Red Claver.
Esta visita representó un paso significativo en la consolidación del trabajo en red, reafirmando la importancia de la colaboración entre las distintas estructuras de la Compañía de Jesús en Colombia y en toda América Latina. El intercambio de experiencias, conocimientos y buenas prácticas allana el camino para seguir sirviendo con mayor eficacia a la misión apostólica.
Dirección financiera
Retención en la fuente aplicable a personas naturales
EnColombia, la retención en la fuente a personas naturales puede ser compleja debido a varios factores, entre ellos:
- Diversidad de tarifas y bases gravables
La retención en la fuente varía según el tipo de ingreso que perciba la persona natural, ya sea por salarios, honorarios, arrendamientos, comisiones, entre otros. Lo que implica el manejo de diferentes bases gravables y tarifas.
- Clasificación de los contribuyentes
No todas las personas naturales están sujetas a la misma retención. Es necesario analizar diversos factores, como si se trata de empleados, trabajadores independientes con contratos de prestación de servicios, rentistas de capital o si la pertenece al Régimen
Simple de Tributación (RST). Cada uno de estos tiene diferentes criterios y métodos de retención.
- Aplicación de la UVT (Unidad de Valor Tributario)
La base gravable para retención en la fuente se expresa en UVT, cuya cifra se ajusta anualmente. Esto implica cálculos y actualizaciones constantes en las empresas.
Para entender un poco más sobre esta retención, es importante definir qué es un trabajador independiente. Según la norma colombiana, un trabajador independiente es aquella persona natural que no está vinculada mediante un contrato laboral a una empresa, en su lugar presta sus servicios por cuenta propia. Esta figura se distingue por tener múltiples clientes y no estar bajo una relación de dependencia con un solo empleador.
La aplicación de la retención en la fuente, conformo a lo dispuesto en el artículo 392 y 383 del Estatuto Tributario, varía dependiendo de si el profesional decide tomar o no los costos como alivio tributario.
La norma establece dos métodos para la aplicación de la retención en la fuente a trabajadores independientes, así;
RETENCIÓN EN LA FUENTE E INDUSTRIA Y COMERCIO (ICA)
El trabajador independiente podrá optar por esta opción siempre y cuando lo manifieste por escrito y bajo juramento, indicando que tomará los costos como alivio tributario. Es importante destacar que, en todos los casos, deberá solicitarse el pago de los aportes a la seguridad social, ya que este procedimiento es obligatorio independientemente de la elección sobre la deducción de costos.
Opción 2: Tarifa de acuerdo al Artículo 383 del Estatuto Tributario
El artículo 383 del Estatuto tributario establece tarifas de retención en la fuente que oscilan entre el 19% al 39%, dependiendo de diferentes factores como los ingresos gravables, los aportes a seguridad social, las deducciones por dependientes, entre otros. Esta tarifa se aplica cuando el profesional independiente no opta por tomar costos y deducciones como alivios tributarios.
Base Uvt
Menor a 95 Uvt
Entra 96 - 150 Uvts
Entre 151 - 360 Uvts
Entre 361 - 640 Uvt
Entre 641 - 945 Uvt
Entre 946 - 2.300 Uvt En adelante
Ingreso Gravado (Después de deducciones) Porcentaje
$ 4.730.905
$ 4.780.704 a $ 7.469.850
$ 7.519.649 a $ 17.927.640
$ 17.977.439 a $ 31.871.360
$ 31.921.159 a $ 47.060.055
$ 47.109.854 a $ 114.537.700 Mayor a $ 114.537.700
Es importante tener en cuenta que los escenarios anteriormente expuestos son los casos más comunes, pero podrían presentarse otros escenarios adicionales. Ante cualquier duda al respecto, se recomienda consultar con el área de contabilidad de su sede para obtener mayor claridad y orientación.
Cumpleaños de jesuitas en marzo
2 Joel Hernández
3 Monseñor Luis José Rueda, Arzobispo
4 José Darío Rodríguez
6 Eugenio Antonio Gómez Bernabé Alzate
7 Mauricio García
10 Santiago Tobón
11 John Jairo Montoya
13 Jesús Enrique Díaz
Guillermo Zapata
Carlos Alberto Londoño
14
16
Antonio José Silva
Gabriel Jaime Pérez
Juan Clímaco Villegas
18 Ismael Arturo Garceranth
20 Hernando Muñoz
22 José Luis García
24 Gabriel Vallejo
25 Alfredo Ferro
27 Juan Felipe Quijano
29 Rafael Antonio Tole
30 Arturo Araújo
Un espacio para soñar juntos nuestra misión
Un sábado al mes de 11:00 a.m. a 12:30 m.
En vivo por Jesuitas Colombia
Sábado 15 de marzo 2025
Conversión Ecológica
¿Cómo podemos aterrizar en nuestra vida y misión la cuarta
Preferencia Apostólica Universal de la Compañía de Jesús?
Ponente
Luis Guillermo Sarasa, SJ
Director del CIRE y delegado de espiritualidad
Comentaristas
Daicy de la Hoz
Acompañante y coordinadora de hospitalidad de a Casa de Ejercicios
Espirituales Villa Claver
Luis Javier Rodríguez
Coordinador regional de la Fundación
Suyusama
Modera
Darío Castillo Sandoval
Economista, experto en economía solidaria, cooperativismo y emprendimiento asociativo