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Expertos de FES Cuautitlán encontraron carne de delfín en atunes enlatados

Primer informe de monitoreo y evaluación de ASC muestra el impacto de la acuicultura certificada

Por: Raúl Villaseñor Talavera

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La acuacultura sigue siendo una de las actividades económicas con mayor ritmo de crecimiento en países con recursos acuáticos disponibles para su desarrollo y poco alterados y en donde se han realizado inversiones importantes, fomentadas y protegidas por un marco de actuación normativo facilitado por el Estado y que ha sido atractivo para la inversión y el uso de procesos con enfoque de sustentabilidad. Aunque falta mucho por hacer en la acuacultura mundial, hay dignos ejemplos de mejoras sustanciales en la forma de producir con compromiso social y responsabilidad ambiental. Recientemente fue publicado el Primer Informe de Monitoreo y Evaluación (M&E) por el Consejo de Administración de Acuicultura (Aquaculture Stewardship Council, ASC) registrando el impacto de la acuicultura responsable certificada.

Las normas del Aquaculture Stewardship Council (ASC) contemplan requisitos de procesos sustentables, producción limpia y responsabilidad social, incluyendo la seguridad de los derechos laborales y tratar a las comunidades locales de manera justa, entre otros aspectos. El informe ha revelado la importancia de esto, con mejoras demostradas en procesos, manejo de producto y en lo laboral sobre las horas de trabajo.

El informe es producto de los requisitos de desempeño medibles del ASC, el compromiso con la transparencia y su requisito de que las empresas acuicultoras hagan público su desempeño, considerando más de 100 indicadores de un conjunto de dimensiones ambientales, laborales, comunitarias, cooperativas y regulatorias, sobre los procesos sustentables. Para el diagnóstico se utilizan miles de datos provenientes de cientos de instalaciones certificadas para analizar tendencias en su desempeño, reforzado con estudios de casos que ilustran sus cualidadaes, las ganancias sociales y ambientales y el acceso al mercado.

En lo correspondiente al cultivo de camarón, el informe revela que las unidades de producción han aumentado en un 50% su cumplimiento continuo de los requisitos de desempeño ambiental entre 2014 y 2018. El informe también encontró evidencia de en India y Vietnam han mejorado la forma en que monitorean su uso de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero como resultado de la certificación; que las instalaciones certificadas están aprendiendo a trabajar juntas con mayor coordinación entre ellas,y con sus proveedores de alimentos, para reducir su dependencia de los peces silvestres capturados para la alimentación directa, lo que ayuda a reducir la presión sobre las poblaciones ícticas de interés para la pesca, especialmente artesanal.

Raúl Villaseñor Talavera, experto latinoamericano en temas de pesca y acuacultura, intervino en una consulta sobre el primer informe de Monitoreo y Evaluación de la organización Aquaculture Stewardship Council, (ASC por sus siglas en inglés), que demuestra el impacto positivo de la acuicultura responsable en el mundo. Al compartir este informe, destaca que el programa analiza cientos de granjas certificadas desde diversas dimensiones de la sustentabilidad, así como las tendencias en su desempeño, reforzado con estudios de casos que ilustran beneficios sociales y ambientales, así como el acceso al mercado de las unidades de producción certificadas o en procesos. El informe de Monitoreo y Evaluación (M&E) muestra claras mejoras en el desempeño ambiental en la producción de salmón, así como en granjas de camarón.

El ASC detalló que las normas también contemplan requisitos de responsabilidad social, como tratar al personal y las comunidades locales de manera justa, por lo que el informe ha revelado la importancia de esto, con mejoras demostradas en las horas de trabajo y las horas

Se han registrado más de 1,100 granjas certificadas (en nueve estándares) en 42 países, las cuales han producido cerca de 2 millones de toneladas de productos acuáticos hasta fines de 2019 y casi 13,000 personas trabajan en granjas certificadas por ASC en todo el mundo.

Foto de archivo: Grupo Acción Acuícola, granja acuícola en Navolato, Sonora. Foto cortesía del Instituto de Acuacultura del Estado de Sonora, IAES.

extras remuneradas en las granjas de todos los países analizados, especialmente en los centros de cultivo de camarones en Vietnam, Ecuador y Honduras y de salmón en Chile, en donde previamente se tenian identificadas necesidades de mejora laboral. Así mismo se han confirmando las medidas de desempeño ambiental y aspectos laborales de los centros de cultivo de salmón en Noruega y Canadá.

A su vez, el informe encontró que el rendimiento de las granjas mantiene su mejoramiento en tanto más tiempo está en el programa de certificación y los productores con más de una granja comparten conocimientos, experiencias y capacidades sobre el rendimiento responsable con las unidades de producción no certificadas o que están en ese proceso. Se han registrado más de 1,100 granjas certificadas (en nueve estándares) en 42 países, las cuales han producido cerca de 2 millones de toneladas de productos acuáticos hasta fines de 2019 y casi 13,000 personas trabajan en granjas certificadas por ASC en todo el mundo.

El informe de M&E se puede encontrar en el sitio web de ASC.

En la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, José Francisco Montiel Sosa, académico y secretario general, asesoró a Karla Vanessa Hernández Herbert, alumna de Ingeniería en Alimentos, para evaluar atún enlatado (a partir de técnicas de reacción en cadena de polimerasa) y así verificar su autenticidad.

El equipo a cargo de Montiel Sosa ha dedicado gran parte de su esfuerzo a realizar la autentificación de especies de importancia alimentaria. Por medio de PCR estudia el ADN para establecer si lo que se analiza contiene sustancias distintas a las declaradas en el etiquetado o si hay algún tipo de adulteración.

Centrado en esta línea, el universitario ha desarrollado numerosos proyectos para examinar la calidad de distintos productos: café, carne de hamburguesas, bacalao noruego, soya, maíz, granola y manzana, entre otros. Su principal objetivo es identificar los que han sido genéticamente modificados.

Recientemente, el investigador y la estudiante analizaron 15 muestras de atún enlatado comercial en aceite y agua, para determinar si contenían alguna especie distinta a la reportada. Para esto,

Expertos de FES Cuautitlán encontraron carne de delfín en atunes enlatados

fue necesario extraer y purificar el ADN total de cada porción y diseñar las estrategias de PCR con primers (iniciadores) específicos, tanto para atún como para delfín.

Al concluir el estudio, se confirmó la presencia de carne de delfín en tres de las 15 muestras examinadas. Ese hallazgo evidencia un grave fraude alimentario, pues además de que la carne de delfín es un componente que no ha sido declarado en el etiquetado, pone en riesgo a una especie protegida y en peligro de extinción. “Aunque su ingesta no representa un riesgo para la salud, la adición fraudulenta de sustancias que no son auténticas y el engaño al consumidor son inaceptables”, subrayó Karla Hernández.

La importancia del proyecto

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura promueve el etiquetado de los alimentos como una herramienta eficaz para proteger la salud de la gente en materia de

inocuidad alimentaria y nutrición. Por tanto, hay una mayor necesidad de crear etiquetas confiables, no tramposas.

Entendiendo que la alimentación es un acto regulado por aspectos como cultura, salud, medicación, creencias religiosas, “es muy importante que se sepa qué es lo que se compra y se come. Hay un engaño cuando el productor agrega a un alimento algo que no se ha reportado, especies más económicas que abaratan costos y transgreden la confianza de las personas”, resaltó Montiel.

En ese sentido, en 2019 la Procuraduría Federal del Consumidor encontró que, sin informar en su empaque, de 57 presentaciones de atún envasado analizadas en sus laboratorios 18 contenían hasta 62 por ciento de soya. Lo cual confirma que la legalidad en las relaciones de consumo se incumple, ya que no hay certeza de que un producto sea fiel a lo que anuncia.

Ese hallazgo evidencia un grave fraude alimentario, pues además de que la carne de delfín es un componente que no ha sido declarado en el etiquetado, pone en riesgo a una especie protegida y en peligro de extinción. “Aunque su ingesta no representa un riesgo para la salud, la adición fraudulenta de sustancias que no son auténticas y el engaño al consumidor son inaceptables”,

Este trabajo es relevante porque, además de informar de forma veraz a los consumidores, coadyuva a revelar un fraude alimentario, el cual transgrede a una especie protegida desde hace algunos años con la etiqueta “Dolphin Safe”, una iniciativa estadunidense surgida en 1990 para garantizar que el pescado se capturó sin dañar o asesinar delfines.

Pero las recientes indagaciones revelaron que a pesar de que en México hay una norma (NOM-135-Semarnat-2004) encargada de regular la captura de mamíferos marinos en cautiverio con fines de investigación, transporte, exhibición, manejo y manutención, el sector atunero sigue vulnerable al fraude. En consecuencia, algunas especies de delfines son asesinadas a causa de la pesca ilegal.

Relacionado con lo anterior, la Organización Mundial del Comercio asegura que frecuentemente en las aguas orientales de la zona tropical del Océano Pacífico se desplazan bancos de atún aleta amarilla por debajo de grupos de delfines que nadan en la superficie del mar, lo que ocasiona que durante la pesca algunos delfines queden atrapados en las redes.

De acuerdo con la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, México es una de las 80 naciones que posee un sector pesquero dedicado al atún, el cual genera 12 mil empleos directos y unos 60 mil indirectos, favoreciendo así a la economía. De ahí el significado de promover la transparencia en la cadena de comercialización pesquera y la precisión del etiquetado en sus mercancías.

En conclusión, la presente línea de investigación refleja la relevancia de terminar con el fraude alimentario, problema que no sólo perjudica al consumidor, sino que también afecta a los productores honestos. De esta forma es posible proteger a especies amenazadas de vital importancia para nuestro ecosistema.

https://www.gaceta.unam.mx/expertos-de-fes-cuautitlan-autentifican-alimentos/

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