Enviamos a Nicolás Alvarado a perderse entre las calles de la
cabeza cabeza cabeza cabeza antigua Constantinopla. El resultado fue una aventura que develó
su placer por las compras, problemas con el idioma y un
g u í a & m a p a > p á g i na 8 8
rticulé la dirección ante el portero del hotel con toda la claridad
de que soy capaz: seven es siete en inglés –lengua que, por fortuna, mi interlocutor hablaba con fluidez–, caddesi es avenida en turco, “Küçük Bebek”, el nombre de la arteria en cuestión, please, el signo de que toda mi buena voluntad estaba puesta en hacerme comprender, aun si en lingua franca y no en el idioma nativo. Lo que pretendíamos visitar era Midnight Express, tienda que, pese a la curiosa elección de su nombre –refiere a la película de 1978 en que Alan Parker dibuja el sistema de impartición de justicia turco como uno de los más crueles y corruptos del mundo–, se especializa en creaciones de moda y joyería de jóvenes diseñadores locales. Chiflada por los aretes, mi mujer quería, a toda costa, hacerse de un par ajeno a un tiempo a la artesanía y a la globalización. Chiflado por el diseño –ya sea industrial, de mobiliario, de moda o de cualquier otra índole–, yo no podía sino secundarla en su propuesta de hacer una visita a tal emporio. Además, había leído que el
80
Vista del Bósforo desde el Divan.
barrio que lo alberga –“exclusivo” y “residencial”– era también sede de Lucca, un restaurante particularmente recomendable. Así, el plan estaba armado: primero, las compras, y después, la cena; todo en una zona de Estambul alejada del bullicio de la falsa sociedad (es decir, de los turistas, esos que todo afean y nada comprenden). Nuestra cuidadosa planeación, sin embargo, parecía de súbito condenada al fracaso. El primero en verme con desazón fue el portero, de acuerdo a cuya expresión parecía yo haber referido una dirección en Esmirna o en Éfeso. El segundo azorado se revelaba el taxista: conocía el barrio, sí, pero no la calle. E igualmente ignorante parecía el mapa, aun si era posible identificar en él un distrito, en las orillas de la ciudad, llamado Bebek. “Déjenos en cualquier parte de Bebek, entonces”, dije al portero que dijera al taxista. Sabia decisión.
B
ebek suena a “bebé” y, cosa curiosa, ése es, en efecto, el origen de su nombre. Dos hipótesis se han aventurado al respecto. La primera, y acaso la más creíble, es la que lo hace derivar de Mustafa Çelebi, jefe de las fuerzas policiales bajo el sultanato de Mehmed II –es decir, en el siglo xv–, asignado al control de la seguridad de la zona durante la conquista de Constantinopla; la historia lo recuerda como extraordinariamente apuesto: tanto, que habría merecido el apodo de bebek, así como algunos galanes contemporáneos –los de las películas de vampiros adolescentes ahora tan en boga, digamos– van por
84
la vida dejándose llamar “rorros” por las quinceañeras. La segunda apelaría a la belleza misma del barrio, otrora celebrado por sus jardines de rosas y de acacias –como los que todavía se alzan en redor del Palacio del Jedive, fantasía art nouveau edificada en 1907 para el virrey otomano de Egipto, Abbas II (hoy funciona como restaurante)–, que le habrían valido tal designación en virtud de la expresión turca “hermoso como un bebé”. La vocación del área fue durante siglos residencial: desde la instauración del imperio otomano y hasta bien entrado el siglo xix, aparecería sembrada de palacetes veraniegos para uso y disfrute de la aristocracia local; a partir de 1869, sin embargo, su rostro y su vocación se verían ligeramente modificados por la edificación de un nuevo campus para el Robert College, prestigiado high school inglés. En 1971, cedería sus instalaciones a la Bogaziçi Üniversitesi o Universidad del Bósforo, acaso la más prestigiada institución pública de educación superior en Turquía. Para entonces, Bebek era ya uno de los barrios residenciales más elegantes y apacibles de Estambul, poblado por soberbios edificios construidos entre la segunda mitad del siglo xix y la primera del xx, pero sin mayor interés para el público que una mezquita encantadora aunque pequeña –la mezquita de Bebek–, un bonito parque contiguo –predeciblemente bautizado también parque Bebek– y, para 1950, su propio hotel de lujo –el lector adivinó: se trata del Bebek Hotel–, más funcional que esplendoroso, conocido sobre todo por la elegancia más bien sobria de los paneles de madera que revisten las paredes de su bar y por la hermosa vista del Bósforo que ofrece la terraza de éste. 83
A ambos lados de la acera se alzan restaurantes, boutiques, confiterĂas, bares, cafĂŠs, todo de aire muy lujoso pero tambiĂŠn de talante
000
ciudad
Un barrio elegante, pues. Pero en modo alguno excitante o invitante para el viajero.
S
ubimos por Çiragan Caddesi, atravesamos Ortaköy –una suerte de barrio bohemio que ha perdido su talante rebelde: piénsese en el Soho neoyorquino o en la Condesa de la Ciudad de México–, después varias zonas discretas y lujosas, entre ellos la de Levent. Dejamos atrás, a nuestra izquierda, los dos grandes puentes que cruzan el Bósforo para unir el lado europeo de la ciudad con el asiático, finalmente desembocamos en una avenida iluminada y hermosa, que responde al nombre de Cevdet Pasa Caddesi. Sorpresa: el ambiente no parece corresponder en modo alguno a la serena descripción de internet. Ahí están el parque, la mezquita y el hotel, sí. Ahí está Lucca, claro –a la entrada misma del barrio–, que parece muy elegante, sí… pero un pelín más animado de lo que esperábamos. (Divisamos desde el taxi a una cuarentena de treintañeros bien vestidos que, más que sentarse a las mesas dispuestas en la banqueta, beben, fuman, conversan, ríen, pasean, ejecutan incluso algunos pasitos de baile al ritmo atronador del chill-out que dispensan las discretas bocinas dispuestas en la fachada.) Dista mucho, además, de ser el único comercio de la avenida, y es que a ambos lados de la acera se alzan restaurantes, boutiques, confiterías, bares, cafés, todo de aire muy lujoso pero también de talante muy festivo. Henos aquí, pues, por puro accidente, lanzados de súbito al corazón
84
ciudad
del Estambul trendy, al epicentro de la cultura contemporánea local al que los turistas no parecen tener acceso. De Küçük Bebek, en cambio, ni sus luces (aun si el barrio parece todo luz). Damos vueltas, el taxista se baja a preguntar un par de veces, logra que le refieran la calle pero nomás no da con el número. La búsqueda infructuosa, sin embargo, se traduce en involuntario pero gozoso tour panorámico: ahí vamos, colina arriba, y terminamos por encontrarnos con el espíritu original de Bebek. Conforme se adentra uno en el barrio, disminuye la presencia de comercios, los edificios se revelan todavía residenciales y pletóricos de solera. Tras media hora regresamos al punto de partida: Lucca. El hambre y la curiosidad ganan. Pagamos el taxi y bajamos, más divertidos que frustrados.
E
l local sito en los bajos de un edificio señorial en la esquina de Cevdet Pasa Caddesi y Manolya Sokak albergaba todavía una sucursal bancaria cuando Cem Mirap, un publicista retirado, lo eligió en 2003 para transformarlo en la versión lujosa de un restaurante de barrio, al servicio de una clientela próspera y cada vez más joven a la que imaginaba acompañando la lectura matinal del periódico con croissants y té turco, comiendo carpaccio de res y melón con contactos de negocios, tomando café –turco o espresso Lavazza– con amigos por la tarde y enfiestándose con vodka satsumis –el trago de la casa– hasta el amanecer. A seis años de su apertura, Lucca no sólo ha cumplido con el proyecto originario, sino que ha operado una
verdadera transformación en el resto de la avenida. Antes de probar la cocina italiana con toques turcos del restaurante, decidimos pasear por Cevdet Paşa. La calle toda, iluminada y arbolada, es una fiesta: las parejas y los grupos de amigos conversan mientras recorren la acera y contemplan los aparadores, las Vespas se estacionan frente al parque o se pierden, veloces, por las calles aledañas. La oferta comercial es ecléctica pero refuerza el tenor a un tiempo sofisticado y juvenil: si bien Starbucks y Domino's han detectado ya el potencial de la zona y elevado franquicias en la avenida, el resto de los locales se antojan únicos y encantadores. Uno vende waffles belgas, otro, joyería artesanal y discos importados (lo que redunda en un ataque de shopping no sólo para mi mujer, sino también para mí), otro más es un deli cosmopolita, en que el Jabugo reposa junto al Stilton y el shortbread inglés comparte anaquel con el lokum local. Zona de moda, tiene lugar para el prêt-à-porter turco, con espacios para Yargiçi –una suerte de Zara otomano–, pero también para una boutique llamada, justamente, Moda, cuyas creaciones vestimentarias recuerdan más bien a las de creadores japoneses como Yamamoto y Kawakubo. Zona, sobre todo, de locales de restaurantes –Lucca tiene competencia–, es hilera de terrazas festivas y diversas, que van del ubicuo House Café –una cadena de brasseries trendy que tiene feudos por toda la ciudad– y las confiterías Paul y Divan a otra novel institución local, apropiadamente bautizada Happily Ever After.
D
espués de la cena damos un último paseo calle abajo. Al doblar la esquina, mi vista queda prendada de un hermoso edificio art déco, baja hasta descubrir, en una suerte de subsuelo abierto a la calle, un aparador en el que se exhiben vestidos rabiosamente osados y joyas de diseño contemporáneo pero con un feliz resabio de Medio Oriente. Es mi mujer quien descubre el número exterior y la placa con el nombre de la tienda, discretamente adosados a un muro lateral. Es éste el número 7 de Küçük Bebek. Estamos ante Midnight Express… que cerrara sus puertas hacía una hora. Es la última noche de nuestro viaje. No lamentamos la pifia. Ya tenemos pretexto para regresar. ✚ It am doleniam verat landrem veraestrud tionullan eugue con hent velisim veliqui tis adit, consequat. Na consed dignis at wisim iusciduipit lut in exeros augait praese dolore modolor senibh eugue duip ea augait accum zzril essequi smodolor ip estrud mod doloreet et augait in vel iure ea autpatie delisi. Tat ad duis nullum digna feu facinim ip eu feugait verosto odolore magna feugiat utet dio exer incin hent wis niscil in vullandreet irilla corperos at loreet wisl iure min utem et augait exer ip eugue conse te velismod dolore dolessecte magna feum ipsusci psumsan etumsan dignibh ea facidunt accum zzriusc incidui er at ipit niscin volorpe rostrud modolorem dolore volore facing ea feuipis siscidunt utpat loboreros alisim at. Iduisi. Re commy num ipsusto cor secte dolortion vel irilit lortio commy nismodo loborperat, sis aut atie volore feumsan et ilis85
dogón
sis molobore dunt dit la aliquis eugait lor suscin volor susto con ullutpat. Rostrud magna feugiam, vendre exer sim vel ipisci bla facipit am, si blamet irit verci et wis nullan volut vero consed modio conulput ercil dolum dolobor aut ip eum dit nonsequat vulla commolobor at, conullutet num velisim ver iureraese volut aute dolorti ncinissim ipisi. Magna ad mod te dolummy nit lut dunt vullam, quat at digniam augait accum vullaore volutat in ullam iurem vel do dolessim at. Et praesent adiat. Acipism olorer sequipissi tat. Ercipsu scincip eugait utpat la facin hent nonsequam, conse ver iusto dipsusc inisit dolore duissi eugiati onsequamet lummolorero dolobortie dolestrud elesenibh eummodolore vel del esto dolenit utpat ver inim velit wisismo lobortio odiamet, vero od minci bla augait utat lortie dunt iniatisi bla con venim vulla atie con hendio odiam, quat alis digna feui blamet, ver sustionsenit dionse tie venisisl utpat veliquis ate ming elent ulla adipissit adigniamet lore feuguerat augait lute commy nis augiat praese faccum nis aciliquam ea facipit wisim dolorem delis euguercil erci-
ciudad lit eugait ulpute doloboreetum vulput del ullutat uerilit lute modiametue molessi te vullummod magnit autate velenim volorpero coreetuer alit lutet vent utpatie faccums andiatem nibh erat. Ut at, quat lortinci enim ing euguero er accummolorem nulputet, sisci blan eugait, volor sustrud tat vel utat, vel ullan exercil endigni ssenim delit dolore tatum augiamc onsequis niat, quam er sed tissequat velendrem esed dolut acipit ilismol oreetue vullaor tiscil ute min erit, sit wis nis alisis digna feugait, vel enismod ionsequat. Sum dolore ming et adit lorper se tis nibh exer alit, corerci blam, velit lorperc ipsusci lissequ ametue velit veliqui tie eum dit at ad te magna cor aliquat alisim iniam, sed ming et, qui erostie dolutem do duipit dipit vent ullaore minibh essim volortisl ulla alis doluptat vel ipis alis adignit nullandrem autpate tumsan eum iriliquamet erostrud et, consequ issequa mconsed ming el ea coreet lore tat. Urem iuscipit wis nisi ea consequis non henis dolore etue ea alit velisl eliquam, quate tat velit lut nonse ea aliquam quisim zzriusto doluptat, ver si endit vulla faciliquis nonsectem velit num ate dignisi euguercing elendit ut nonsed te con utat, consequipis nonsed tissequ ationsecte vendion ulluptatue facilit volore digna aliquat nim il ulluptat lut irit vel iril il ullan etueril dolortis ex ea faccum init in ex exer secte delis nos nummy nit volorperilit la facin el ex eugait veliqui smodipit praesed tat. Ibh elenis dolore dolenit luptat. At. Ci bla am, se volessecte con enit num am, sectem quatin enismolore min
heniat am nulla consequi eumsan vel iustrud molenibh exeriureet ullamet ut nismod deliquating ero et lore mod el diatisit wiscipsum dolortio dolore mod do od do dolore molortis non hendiam, veliquipit dipis el dipsustrud esectet lumsand ipisis nullan er irit inibh exer si. Peratio dolorper aut aut nis niamet, vel ea facil ut prat nos niatuerat, venim iurercip ea aut illa feugait am, quatum at. Um illutpatum non ullan veliquisl etum nosto odolore dolobore eum volobor augait nullaor si. Alit, verostio cortinim doloreet essisi tem zzrit lor ad dolore min utat dio odoloreet am, vel iusto commodo lobore veniat nulla feumsandre venis nummy nulla facinibh eugueril ex euisit dipis alit, se feu faciduis augueraese tie faccum quat, quisi. Ipis nim nibh euis aliquat ummolorero commodiatue del iuscipi smodit, si. Odiamet augiat aut luptat. Im augiat. Te con vel erci et, vel iriurem quis nos aciliquisit utat. Sequat alismolobore tie dipsum in veraesto odipis dolore dolobor periurer ing eugiamconum incilisis nonullam, consequat in veliqua mconsecte min ulla feu facidunt ad magna commod del er sum zzril do ex ea ad min hendreet, vel ea at alit praesecte tisl dolenisl ut venim qui blaortinim doloreet luptatie velismodio odip exercilit, conse miniat. Nim ing ea commy nonsequamet, commoloreet vercilla auguer am do odigna facing ea feugue corem quis diamcon henim iureetum volore feugiat. Ustrud dip el ut ea consectet ip ea faci tat.
GuÍA de bebek
DÓNDE comeR LUCCA Muy buena comida en un lugar de moda. Cevdet Pasa Caddesi 50B; 212/257-1255; www.luccastyle.com
86
abril 2 0 1 0 | t r a v e l + l e i s u r e
POSEIDON Una increíble cena de mariscos frente al mar. Cevdet Pasa Caddesi 58; 212/263-3823. HAPPILY EVER AFTER Ideal para desayunar y seguir con un café turco. Cadet Pasa Caddesi 24; 212/263-4138. DÓNDE ir Consulado Egipcio Un bello edificio al lado del bósboro, construido en el periodo otomano en 1912. Cevdet Pasa Cadessi 173.
PHOTO CREDIT TK
DÓNDE DORMIR Bebek Hotel Una de las mejores vistas hacia el Bósforo. Cevdet Pasa Caddesi 34; 212/358-2000; www.bebekhotel.com.tr
MANGERIE Un café en la terraza con excelente panadería y postres. Su decoración escandinava te inspira tranquilidad y paz. Cevdet Pasa Caddesi 69; 212/263-5199.
m a p a : o l de m a r
CÓMO LLEGAR Para arribar a la capital de Turquía se puede volar a cualquier ciudad de Europa saliendo de la ciudad de México y conectar a Estambul. Otra opción es volar a Nueva York o Chicago y volar en Turkish Airlines a Estambul.
t r a v e l
+
l e i s u r e | abril
2 0 1 0
87