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DESTINOS tendencias restaurantes y más

Conocido por su diversa población latina, el Mission District de San Francisco está renaciendo gracias a su vibrante atmósfera actual. Pedro Reyes se dio a la tarea de buscar la raíz de este rejuvenecedor movimiento. fotos josé luis aranda

El barrio que se convirtió en ciudad

Vista aérea e interior de la habitación principal de Casa Colibrí, en Casitas Maraika.

travel+leisure octubre 2011 35


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l número 14 al frente del camión indica mi destino. Desde el embarcadero, el autobús me llevará por toda la avenida hasta desembocar en el Mission District. Es un día especial. San Francisco se olvidó de su aguerrido viento y su latente neblina, y regala un sol para atesorar. Voy dejando atrás el distrito financiero con sus imponentes edificios y sus pulcros peatones. La gente que sube y baja del autobús, así como el entorno exterior, comienza a cambiar. Los locales callejeros se hacen pequeños, los colores despiertan y la gente que viaja conmigo ya sólo habla distintos acentos de un mismo idioma español. ¿De qué trata este barrio? ¿Es en verdad un nicho completamente latino? Averiguarlo es mi propia misión.

Sabor (y color) latino Si bien la ciudad ha recibido una importante cantidad de latinos, ésta es la zona donde se les puede identificar de inmediato. No sólo se trata de la gente que camina a mi lado; me refiero a los colores, sabores y olores. Puestos de fruta fresca de todo tipo en las esquinas, una tienda de productos brasileños a mi derecha (Mercado Brasil; 1252 Valencia Street; 415/285-3520), un restaurante de arepas venezolanas a unas cuadras (Pica Pica; 401 Valencia St; picapicakitchen.com), un rincón nicaragüense, y una taquería a la cual, después de unos días en Estados Unidos, no me puedo resistir. De igual forma, si por algo se conoce el Mission District es por su gran cantidad de murales. Insisto: colores por todas partes. En los años treinta, Diego Rivera y Frida Kahlo visitaron San Francisco y fue en estas calles donde dejaron su mayor influencia, un legado del histórico muralismo mexicano. Hace falta ver Balmy Street, un callejón cerca de 24th Street y Mission que muestra 300 metros del sentir de una comunidad expresado con la forma más pura del arte urbano. “Primero fueron murales con temas sociales: el comunismo, la resistencia hindú, los derechos humanos. Más adelante, vino gente de todos los países a aportar propuestas más estéticas; de lo social pasó a lo artístico”, me dice la encargada de Precita Eyes Mural Arts & Visitors Center (2981 24th Street; precitaeyes.org), un local donde imparten talleres de pintura y manualidades, y se ofrecen tours por la zona 36 octubre 2011 travel+leisure

Vista aérea e interior de la habitación principal de Casa Colibrí, en Casitas Maraika.


insider destino Vista aérea e interior de la habitación principal de Casa Colibrí, en Casitas Maraika.

de murales. El Clarion Alley, entre la 17 y la 18, es el claro ejemplo de que el muralismo social ha trascendido a una forma contemporánea de arte, más estético. “Es parte del proceso de gentrificación que ha sufrido el barrio de la Misión”. Me distraigo con la imagen del presidente Obama y su famoso eslogan “Yes We Can” hecha con papel picado mientras pienso que me urge buscar la palabra “gentrificación” en el diccionario. Feeling Dandy El sol sigue ahí. Habrá que tomar una cerveza. Entro a un pub irlandés, The Napper Tandy (24th Street; 415/550-7533), que en la pared advierte: “You’ll be feeling dandy when leavin’ Tandy”. Veré si es cierto. Pido la primera pint de Anchor Steam –la cerveza local– para ver el juego del Manchester United, aunque por ahora desvío mi atención y me hago a la tarea de saber más sobre el término “gentrificación”. Sorpresa. No existe. Viene del inglés gentrification que quiere decir “aburguesamiento”. Esta tendencia consiste en buscar (y poblar) espacios céntricos donde se sienta un espíritu de comunidad, donde tengan lugar nuevas expresiones de arte, tiendas hip, galerías, restaurantes, etc. Además, la gente llega de diferentes partes del mundo, no sólo de los alrededores de la ciudad. Por ello es que puedes encontrar café orgánico –vietnamita o ecuatoriano– en un lugar donde sólo buscas un bagel con queso crema. Asocio lo que voy leyendo con lo que me ha dicho la gente y entiendo lo siguiente: el distrito de la Misión se ha convertido en un sitio atractivo (o de moda) para vivir. 37 octubre 2011 travel+leisure

Después de pensar en esto un rato, miro por la ventana. Ahora no sólo veo una tierra de latinos. Volteo a mi alrededor y es verdad que habemos algunos mexicanos pendientes del juego de futbol y de la actuación de nuestro compatriota Javier Hernández, pero también están dos británicos, un argentino, tres irlandeses (comiendo un denso estofado) y la bartender –Marissa–, de Boston. Después del triunfo del Manchester, salgo del lugar. No creo que mi persona alcance el adjetivo de dandy, pero sí siento que tengo los ojos más abiertos, la mente más aterrizada. De pronto veo todo menos latino. Aquí está sucediendo algo grande. La otra avenida Caminando por Mission Street me topo con una tienda que me llama mucho la atención, pues es una especie de boutique de ropa, pero con obras de arte en la pared y accesorios trendy. Lo que me cautiva de inmediato de la Artillery Apparel Gallery (2751 Mission St.; 415/374-7841; artillery-ag.com) es un dibujo enmarcado que retrata el camión número 14 –el mismo que me había traído hasta acá– lleno de gente de diferentes razas. La encargada me dice que el cuadro está agotado. Alexa, oriunda de Texas, vive en el Mission District no hace mucho tiempo. “Es una ciudad dentro de la ciudad, está repleto de gente que sabe disfrutar de ella”, me cuenta mientras me pruebo una boina de la que ya no quiero desprenderme. “Como hay muchos latinos, es una comunidad basa-


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da en la familia.” Iván, su compañero colombiano, expone piezas dentro de la galería. “Lo que se busca es que la juventud sepa que aquí se puede hacer arte y que ese arte puede trascender.” Los dos concluyen que Mission es su parte favorita de San Francisco pues hay comida orgánica, música nueva y expresiones frescas. “De la gente para la gente.” Pago la boina y amablemente me regalan un mapa donde han sido registrado los sitios de arte del distrito. Valencia es la avenida que, según mi mapa, tengo que recorrer: tiendas de diseño, wine bars, colectivos, talleres, librerías, cafeterías… Fabric 8 (3318 22nd Street; fabric8.com) por ejemplo, es una casa adaptada como galería, donde además de libros, objetos de diseño y pinturas, hay un jardín escultórico. Además, los viernes en la tarde se estaciona un food truck afuera del local y aquello se vuelve una fiesta. El ambiente pluricultural se hace notar más en esta avenida. Another Monkey (280 Valencia St.; 415/2410288; anothermonkeythai.com) es el lugar que elijo para cenar. Se trata de un tailandés que cuenta con una extensa carta tanto de platillos como de cocteles. Después de una entrada de calamares fritos que calman mi impaciente hambre, un espectacular platillo llega a mi mesa. El Emerald Curry consiste en una mezcla de camarones y verduras sumergidos en un muy sutil curry verde que viene servido en un coco abierto. Decido terminar el festín con una Spicy Monkey Caipairinna, un trago a base de cachaza, fresa fresca, chile serrano y limón. El sabor lo da la fresa, pero la personalidad la pone el serrano. El lugar está a reventar. El arte de estar aquí Hay una conocidísima canción de 1967 que afirma que, si vas a San Francisco, encontrarás personas muy gentiles. O algo así, según la traducción. Pero no creo que el Mission District se trate sólo de amabilidad intrínseca. Casi cincuenta años después de aquel Summer of Love observo la actitud de una comunidad a la que no le importa el origen de sus miembros, lo que desea es trabajar en conjunto. Y disfrutar el hecho de estar aquí. Es tarde. Mientras estoy sentado en la parada del camión, una rubia de facciones nórdicas me deja un folleto que dice: “Has sido invitado a una junta pública para determinar los árboles que serán plantados en el corredor de la calle 24, habrá bocadillos, gente que cuide a tus hijos y traductores al español”. ✚

38 octubre 2011 travel+leisure


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