El
del
Sonido
Bosque José Luis Aranda
58
Fotosíntesis — Chiapas
julio 2013
59
Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto.
M
ientras que en la ciudad por lo general no escuchó mi andar, en el bosque, en un camino con hojas, cada paso resuena fuerte y firme. Por eso, la primera lección para subir los 12 kilómetros de senderos que llevan a la zona núcleo de la Reserva de la Biósfera El Triunfo, es caminar discreto. La segunda lección es cerrar la boca. Cosas nada fáciles. Me encanta hablar y reír, pero sobre todo quejarme, del calor, del frío, de la subida, de la bajada. Y cuando uno habla, pierde noción de sus pasos, y cada pisada es tan ruidosa
que espanta a cualquier habitante del bosque, y más cuando solo entran sesenta personas al año. Sí, leyó bien, El Triunfo es un lugar de estricta conservación de la naturaleza, es un tesoro y los intrusos nos delatamos de inmediato. Su topografía es algo especial, las pendientes son pronunciadas y por lo tanto los senderos serpentean muchísimo, de manera que a veces puede escuchar algo muy muy cercano, pero en realidad está en la ladera de enfrente y hay que caminar muchos metros y pasar la curva para acercarse de nuevo; tan cerca, pero tan lejos.
Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto.
60
Fotosíntesis — Chiapas
julio 2013
61
Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto.
Una vez en el campamento, me di cuenta que hay dos momentos en los que el bosque se vuelve un concierto: el amanecer y el atardecer. Si uno pone atención, dedicación, cariño y va adquiriendo mucha experiencia, seguramente terminará siendo no solo un observador, sino un oidor de la naturaleza. Tan solo con dar un pequeño recorrido hacia las cuatro direcciones por la mañana, ya se puede tener una idea de lo que sucederá el resto del día, y aunque nunca se puede predecir, ya se sabe si cuáles aves están
62
Fotosíntesis — Chiapas
volando en los alrededores, si son hembras o machos, si están apareando y también de qué dirección vienen los sonidos. Y ¿cómo suenan esos momentos? Bueno, ahí va mi mejor intento. El tzenzontle, que es un pájaro de color castaño y tamaño casi pequeño, canta in crescendo y suena (como bien dice mi amigo Ilán) a cascadas de cristales, así suena, no es por querer superar a Nezahualcóyotl, quien lo llamó el pájaro de cuatrocientas voces. El pavón, una especie endémica de la región y en peligro de extinción, muy emblemática
Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto.
julio 2013
63
Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto.
por un cuerno rojo en su frente, cuando llama a su pareja suena como la bocina lejana de un barco de vapor de principios del siglo xx a punto de zarpar, o también se parece al sonidos que se produce cuando soplas en una botella de vidrio ya vacía, pero sin durar mucho, es un sonido corto y profundo. Una hembra quetzal llama al macho con un sonido que me recuerda un chiflido agudo, pero al ritmo de una respiración, con inspiración y exhalación, va y viene como si fuera un boomerang, un lazo de vaquero o un anzuelo en el mar.
64
Fotosíntesis — Chiapas
Todos estos, combinados con unos cien sonidos más, podrían dar una idea del ambiente del amanecer, es verdaderamente una fiesta cuando sale el sol. Tengo algunas observaciones, creo que no se puede generalizar, seguramente cada pájaro tiene un timbre, como cada persona, pero me parece que muchos hacen sus sonidos en pares, es decir, no hacen un sonido, hacen dos. Además, cambian totalmente dependiendo de la situación, por ejemplo, un pavón en medio de pleno concierto de apareamiento se dio
julio 2013
65
Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto.
cuenta de mi presencia, y comenzó a hacer como si un telégrafo estuviera enviando un mensaje urgente en clave m.o.r.s.e., tak tak tak tak, tak, tak, tak taktaktak, muy nervioso. ni hablar del carpintero, me recuerda a mi vecino colgando un cuadro un domingo a las ocho de la mañana. Hay una excepción para “las horas de bondad”, como les llaman los budistas al amanecer y al atardecer, y es cuando viene la niebla. Es como
66
Fotosíntesis — Chiapas
si un manto blanco cubriera la montaña entera, no importa nada, todo el mundo guarda silencio, solo se escucha algún despistado por aquí o por allá, pero en realidad es hora de silencio, de pureza y de misterio. En estos momentos es más fácil llevarte un susto al escuchar los pasos de un mamífero, inconfundibles porque rompen las hojas y avanzan a una velocidad que te hace sentir vulnerable y rezas porque sea un tapir, un jabalí o un venado, y no un jaguar.
Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto Pie de foto.
julio 2013
67