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Chican-izmos Some Thoughts on Red and Blue

Some Thoughts on Red andBlue

Hubo un tiempo en que el rojo y el azul eran solo dos elementos dentro en el espectro cromático. Colores básicos. El rojo era el color de las rosas, el amor... y los tomates. El azul era del color de los niños, el océano y el cielo. Pero, ahora, estos colores significan mucho más. En política, el Azul es el color de los demócratas y, por extensión, los liberales, o la “izquierda”, y el Rojo el color de los republicanos, los conservadores, la “derecha”. Hoy, oímos hablar de los llamados “Estados Azules”, donde la votación es predominantemente demócrata, y los “Estados Rojos”, donde es predominantemente republicana.

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Pero Washington —o el presidente Trump— han dotado al azul y al rojo de un significado mayor, hasta el punto de que ahora cada uno significa: incorrecto, corrupto, malo, desagradable, malvado o enemigo, dependiendo de quién esté usando las etiquetas. Solía ser que nunca nos preocupó si un juez era azul o rojo, o un gobernador azul o rojo. O nuestro agente funerario azul. Ahora este presidente y su partido nos obligan a distinguir.

Ahora nos preocupa si nuestro dentista pudiera ser un republicano que quiera recortar el Seguro Social. Si su médico podría ser un demócrata que quiere Medicare gratis y está a favor de quitarle sus armas. ¿Es el maestro de su hijo un liberal? ¿Su cartero es un demócrata o, Dios no lo quiera, un socialista? ¿O su médico, un republicano a punto de votar para revocar Obamacare o quitarle su Medicare?

Nunca antes se pensaba en estas cosas. Antes, un maestro era solo un maestro, un juez era solo un juez, un gobernador era solo un gobernador, no rojo, ni azul, ni demócrata ni republicano. Ahora somos Nosotros contra Ellos, contaminados por toda la eternidad. Estigmatizados. Codificados por colores. ¿Recuerda en los años ‘60 cuando la designación de comunista o “commie” era ser un “Rojo”? ¿Recuerda: “Mejor muerto que Rojo”?

No deberían haber politizado los colores. La bandera que supuestamente representa

Richard Ríos, Stockton CA

Reflexiones en Azul y Rojo

a todos los estadounidenses es roja, blanca y azul. Los colores están inextricablemente unidos. A estas alturas, probablemente haya descubierto que soy demócrata. Pero no quiero quitarle su arma; de hecho, soy dueño de un par de ellas. Sin embargo, no nos vendría mal tener Medicare gratuito para todos, o una educación universitaria gratuita. Me gustan las cosas gratis. Simplemente cambiemos unos dólares destinados a construir más misiles, una Fuerza Espacial o más muros, para costear aquellos beneficios con los impuestos que ya pagamos.

Me pongo rojo de furia por lo que le está sucediendo a nuestro país y al mundo. Estoy azul (triste) por el odio, el racismo, la ira, las injusticias. El rojo del derramamiento de sangre en nuestras calles me asusta. Los cielos azules indican mejores tiempos por delante, un clarear de los cielos rojos y ardientes.

En la escuela de continúa a la vuelta T ime was when red and blue were just colors on a color wheel. Basic colors. Red was the color of roses, love... and tomatoes. Blue was the color of boys, the ocean, and the sky. But it has come to mean so much more now. In politics, Blue is the color of Democrats, and by extension, Liberals, or the “Left”, and Red the color of Republicans, conservatives, the “Right.” We hear of the so-called “Blue States”, those who voted predominately Democrat and the “Red States,” those who predominately voted Republican in our national elections. But Washington, or President Trump, have endowed blue and red mean to mean so much more to the point that each now means: wrong, corrupt, bad, nasty, evil, or the enemy, depending on who is using the labels. Used to be we never worried about whether a Judge was Blue or Red, or a Governor Blue or Red. Or our undertaker blue. Now this President and his party are forcing us to distinguish. Now we worry about whether our dentist might be a Republican who wants to cut Social Security. You whether our doctor might be a Democrat who wants free Medicare and poised to take away your guns. Is your son’s teacher a Liberal? Is your mailman a Democrat or worse, a socialist, God forbid? Or your doctor a Republican about to vote to overturn Obamacare or take away your Medicare?

I never used to think about this stuff before. Before, a teacher was just a teacher, a judge was just a judge, a governor was just a governor, not red, not blue, not a Democrat or a Republican. Now it’s Us vs Them, tainted for eternity. Stigmatized. Color coded. Remember back in the 60s when the designation for a communist or “commie” was a “Red”? Remember “Better dead than Red?”

They should have left the colors alone. The flag that supposedly represents all of us Americans is red, white AND blue. The colors are inextricably bound together. By now, you have probably figured out I’m a Democrat. But I don’t wan’t continued on next page JUNE

Some thoughts on Red and Blue

from the previous page to take away your gun. In fact, I own a couple myself. I wouldn’t mind free Medicare for all, or a free college education, though. I like free stuff. Just shift a few bucks from building more missiles, a Space Force, or more walls to pay for it from the taxes I already pay.

I turn red with fury at what is happening to our country and the world. I am blue with sadness at the hate, the racism, the anger, the injustices. The red of bloodshed on our streets appalls me. Blue skies signal better times ahead, a clearing from the red and burning skies.

In art school we were taught about the color wheel and how all colors and shades derive from the three primary colors: Red, yellow and blue. Emphasis is on red and blue here. However it is a by mixing these three that all other colors come from: purple, orange, green etc. Moreover, we learned that blue is never just blue, or red never just red. Artists’ colors, whether oil paints, watercolors or acrylics come in shades, tints or hues and have specific names for each shade. In the blues, we have for example Navy Blue, Azure, Indigo, Prussian, Turquoise, Cobalt, and Ultramarine, to name Richard Ríos a few. In the reds we have Stockton, CA Burgundy, Crimson, Carmine, Vermillion, Indian Red, Alizarin, and Maroon, and so on.

Likewise a Democrat is not just blue. He comes in a range of hues. I am Cerulean, my neighbor is more Prussian. We don’t all think alike, eat alike, like the same teams, or want the exact same things. The same could apply to Republicans. They are all not just one shade of red; they too come in various hues. You might be Crimson, while your neighbor is more Maroon-ish. One size does not fit all.

You can tell I’m feeling rather Indigo today and looking forward to feeling more... say Turquoise Blue. Conversely, you may be feeling a Burgundy Red and looking forward to more rosy red days.

In the song by Bob Thiele and George Weiss, “What a Wonderful World”, the singer croons about what ought to become our unified mantra, “I see skies of blue... red roses too... and I say to myself what a wonderful world.” It all started this way... on paper at least.

Reflexiones sobre Azul y Rojo

viene de la vuelta arte, nos enseñaron sobre la rueda de colores, y cómo todos los colores y sombras se derivan de los tres colores primarios: rojo, amarillo y azul. El énfasis está en rojo y azul aquí. Sin embargo, al mezclar estos tres, se obtienen todos los demás colores: púrpura, naranja, verde, etc. Además, aprendimos que el azul nunca es solo azul, o el rojo nunca es solo rojo. Los colores de los artistas ya sean pinturas al óleo, acuarelas o acrílicos, vienen en tonos, tintes o matices y tienen nombres específicos para cada tono. En los azules, tenemos, por ejemplo, azul marino, azul, índigo, prusiano, turquesa, cobalto y ultramarino, por nombrar algunos. En los rojos tenemos borgoña, carmesí, carmín, bermellón, rojo indio, alizarina y granate, y así sucesivamente.

Del mismo modo, un demócrata no es solo azul. Viene en una gama de tonos. Yo soy de un azul cerúleo, mi vecino es más prusiano. No todos pensamos igual, comemos igual, gustamos de los mismos equipos deportivos, o queremos exactamente las mismas cosas. Lo mismo podría aplicarse a los republicanos. No todos son solo un tono de rojo; ellos también vienen en varios tonos. Podrías ser carmesí, mientras que tu vecino es algo más granate. Una talla no sirve para todos.

Quizá hoy me siento más índigo, pero tendré días que me sienta más... digamos, azul turquesa. Por el contrario, es posible que usted se sienta un rojo guinda y tenga días más rojo-rosa.

En la canción de Bob Thiele y George Weiss, “What a Wonderful World”, el cantante habla sobre lo que debería convertirse en nuestro mantra unificado: “Veo cielos de azul... rosas rojas también... y me digo a mí mismo ¡qué mundo maravilloso!”. Todo comenzó de esta manera... al menos en papel.

Estadísticas y Supresión Pandillera IV

Este artículo continúa el tema de las pandillas callejeras y trata la tergiversación de las estadísticas.

Las estrategias básicas para enfrentar el problema de la pandilla callejera chicana son prevención, intervención y supresión. La mayor inversión en la historia reciente ha sido supresión, ejecutada a través del sistema judicial, el que genera una gran parte de los datos disponibles sobre las padillas callejeras.

Aunque las estadísticas de la violencia por raza y por etnia están disponibles para el que las quiera, una fidedigna imagen de afiliación pandillera, el número de pandillas, y el grado de involucramiento pandillero en crímenes violentos es mucho más difícil de determinar. Dependiendo de la fuente y los métodos para recabar los datos, hay importantes diferencias en los números disponibles (ej.: reportes policiales versus estudios de auto-identificación, etc.)

Así y todo, los números indican que existe un predominante problema con la violencia pandillista entre la población hispanoamericana de California. Por ejemplo, en el 2010, de los 1809 homicidios reportados, en 805 las víctimas fueron hispánicas y el 48,7% le fueron atribuidos a violencia pandillera hispánica. Este fue el más alto número de homicidios entre todos los segmentos étnicos o raciales (negros, blancos, isleños, etc.) de la población en el estado.

Sin embargo, en el más amplio nivel nacional, los hispánicos clasifican detrás de tanto negros como blancos en victimización de crimen violento. Por ejemplo, entre 2012- 15, los estadounidenses experimentaron aproximadamente 5,8 millones de victimizaciones violentas. Basados en información proporcionada por las víctimas, el perpetrador era blanco en más o menos la mitad (49%), alrededor de un cuarto (23%) negro, un 13% era hispánico, y un ocho por ciento de razas o etnias mezcladas. También, del 2012 al 2015, la proporción de violencia intra-racial seria fue, de cada mil, 6,7 entre negros; 3,7 entre

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