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DE LA CIUDAD

universo de acciones ya no correspondientes a la tribu, ni al estado de la ciudad rural, sino al del interés político, al del comercio político. La Ciudad-Estado será su mejor realización y el lugar más apto para la competencia social.

En Weber, el análisis de la ciudad precede al análisis del Estado racional. En la ciudad confluyen todas las causalidades, tipos y formas de la acción social, los grupos sociales y sus conflictos, la psicología personal de los habitantes, etc., por eso es “la autosuficiencia política administrativa la que define la ciudad, una vez conseguidos la aglomeración espacial y la base económica. Su sistema político será la expresión institucionalizada de un sistema de acción20”.

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Aquella ruptura socioeconómica deberá dar paso al surgimiento de nuevos conflictos, en especial de los políticos, ya que los grupos de poder lucharán por su primacía hasta determinar la aparición del “primer grupo político consecuente, legal y revolucionario”. Este grupo político –el pueblo- es quien lucha por capturar la ciudad, destruyendo sus ancestros urbanos e inicia la construcción de la metrópoli. La ciudad intenta resistir este asalto, pero no consigue más que agravar el conflicto hasta límites impredecibles. Se habrán sentado entonces, las condiciones para el surgimiento del Estado: el Estado racional, ejecutor del dominio y la consagración del poder. La ciudad es el Estado, es el proceso global de la racionalización y es el nudo del conflicto capitalista.

VII. LA CONCEPCION FUNCIONAL ESTUCTURAL Y EL PROBLEMA DE LA CIUDAD.

Esta teoría fue desarrollada al finalizar la década del cuarenta del presente siglo, por los sociólogos norteamericanos Robert, K. Merton y Talcot Parsons. En ella se encuentra una fuerte influencia del positivismo comtiano y werberiano.

T. Parsons, consideraba que la sociedad es un sistema estructurado por partes u órganos en donde los intereses de los hombres harán de ellos elementos que cumplen una función específica en relación a todo el sistema.

Cada órgano o parte, sin ser una entidad autónoma del sistema no deja de tener una estructura interna, lo cual le da sus características singulares o perfiles definitivos a cada una de sus funciones. De allí que, el correcto desenvolver de las partes y su redundancia sobre el sistema, deba conducir siempre a la estabilidad del conjunto, al equilibrio de las partes y a la adaptación de los individuos en el complejo social.

20 Ibidem

Por su parte R. Merton, desarrolla aquellas postulaciones tomando los conceptos básicos de las relaciones funcionales de los conjuntos matemáticos estableciendo las categorías de “función y disfunción”. Ellas deben comprender los términos sociológicos, antropológicos referidos al uso, utilidad, propósito mutuo e interacción, finalidad y consecuencia de los propósitos vitales que cumplen los órganos sociales.

En otros términos, los diversos órganos o componentes del sistema social deben cumplir en su desarrollo una “función” específica capaz de producir juntos un grado suficiente de armonía. De no suceder esto, se origina una “disfunción” o desequilibrio social.

Conforme a esta teoría, algunos autores del análisis urbano, frecuentemente usan los conceptos claves de sistemas, estructura, función, equilibrio y disfunción. Así para Schim Releberg N. la ciudad “es un sistema que representa una determinada estructura cuya conservación o desarrollo requiere de determinadas funciones”21 .

Ahora bien, la ciudad es diferente al Estado, la primera ocupa un espacio concreto en el cual se edifican las entidades que deben prestar los servicios funcionales a la población. Igual situación no sucede con el Estado, él es quien propone las normas para el uso de los indistintos servicios. Como se comprenderá, ambos ocupan un espacio y cumplen sus respectivas funciones y en donde, por cierto, hay una relación directa entre espacio y prestación de servicios. Así entonces, los fines, interacciones y funciones de una universidad o de un sindicato – aunque no dejan de ocupar un espacio urbano concreto – en cuanto tales, realmente no cumplen la misma función entre sí, ni es igual al que cumplen las ciudades como lugar en que se desarrolla la inmensa mayoría de los procesos propios de la moderna sociedad industrial. Está claro que, existen sistemas sociales mucho más organizados e integrados entre ellos, pero sin lograr cumplir las funciones de la ciudad misma.

La ciudad, será pues, el sistema físico organizado que alberga un conjunto de subsistemas sociales posibles de conflictivizarse entre sí, ya que persiguen objetivos diferentes – incluso en espacios diferentes – pero al final, todos se muestran como totalidad por la satisfacción de sus demandas y necesidades con respecto a la ciudad.

No se puede ignorar que la ciudad es una entidad jurídica administrativa (ya sea como entidad comunal o municipal), al cual le corresponde una estructura propia y con un “fin absoluto” que no necesariamente es el de lograr la integración de sus pobladores, sino más bien, la de proporcionar un espacio físico que permita una racional distribución de las funciones y los servicios.

21 S. Releberg. La Ciudad. Pag. 143

De otro lado, la ciudad, como sistema tiene sus propios componentes que le dan un rol, una dinámica y un sistema peculiar en la medida que actúan funcionalmente correspondidos. Ellos son: a) Los componentes físico-espaciales: Espacio, número de pobladores con roles específicos y la densidad; b) Los componentes sociales: Las determinantes axiológicas jurídicas (gobierno, autoridades, valores éticos).

Las estructuras o interacciones sociales de los grupos en un tiempo dado (la estructura profesional u ocupacional que se desprende de la división social del trabajo y del conflicto ciudad-campo). El mercado (como lugar de realización del intercambio regular de los bienes que integran la ocupación o la satisfacción de la demanda creada por los habitantes). Y finalmente, las funciones (el rol del individuo y de las instituciones sociales creadas).

Si la estructura es lo estático, la función es lo dinámico.

Se entiende por funciones, a la acción e interacción con fines propuestos dentro de un sistema que es la ciudad o la sociedad.

Todos aquellos componentes se articulan en una relación biunívoca, es decir, en una correcta correspondencia; que al no sucederse dará paso al surgimiento de una disfunción que es la realización opuesta a la función, por ende, surgirá el desequilibrio urbano.

Para concluir, hay que tratar el tema de la relación entre la estructura y la función del sistema. Ya se ha especificado lo que son las funciones y su papel en la conservación de la estructura. Si esto no sucediera, se caería en un estado de anomia, crisis, que hacen imposible cualquier nivel de progreso o desarrollo social y urbano. Dicho en otras palabras, el sistema se conserva y progresa si estructura y función se encuentran en perfecto y sistemático perfeccionamiento en toda su complejidad y diversificación y, por ende, la satisfacción de las exigencias de todos los partícipes en forma óptima.

Ello se logra cumpliendo las siguientes condiciones: a) deben estar expresamente claras las exigencias de la estructura misma; b) y los hombres deben racionalizar adecuadamente sus funciones.

La íntima conexión entre estos elementos posibilitara el desarrollo del sistema, entendido este como el funcionamiento lógico del uso del espacio físico en correspondencia con un espacio socialmente concreto que oferta o demanda servicios. Entonces, conceptos claves de esta teoría son: sistema, estructura, función, en correspondencia intima en un espacio dado: La ciudad.

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