TÍTULO I EL UNICO DIOS PERSONAL EXISTENTE DE POR SI MISMO Y CRISTO SU HIJO CAPÍTULO I LOS DIOSES EN EL CIELO Y LA TIERRA La Biblia enseña, que los cielos, la tierra y el hombre, fue creado por Jehová su Hijo, que no son un Dios, sino “dioses”- ‘ELOIM. Así está escrito:
Dios y
“¿Quién afirmó todos los términos de la tierra?” ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si lo sabes?” (Pr 30:4). “Al principio creó ‘Elohim los cielos y la tierra. Ahora bien, la tierra era yermo y vacío, y las tinieblas cubrían la superficie del Océano, mientras el espíritu de ‘Elohim se cernía sobre la haz de las aguas” (Gn.1:1,2- Santa Biblia F. Canteras- M. Iglesias). Entre los “dioses” indicados, solo uno es “Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” (1 Co. 1:3), que no fue “creado” por nadie, porque nadie existió antes de él. Sino que existió de por sí mismo, porque es el único Dios “Todopoderoso” (Ap. 1:8), que pudo existir de por sí. Ningún otro ser, existió antes de “nuestro Dios y Padre” (Gal 1:4). Dios tiene existencia propia, y es la fuente de todo, como está escrito: “Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder. Afirmó también el mundo, y no se moverá. Firme es tu trono desde entonces; Tú eres eternamente” (Sal. 93:1,2). “…dice Jehová…antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mi” (Is 43:10). “Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mi” (Is. 45:5). “Jehová, el eterno el que posee existencia propia, el no creado, el que es la fuente de todo y el que lo sustenta todo, es el único que tiene derecho a la veneración y adoración supremas” (PP: 313). Cuando hablamos de “Dios”, la “Deidad” o “Divinidad”, estamos hablando de “Jehová Dios” (Gn. 2:7), el “Dios vivo” (Ap. 7:2), que es una persona individual y no tres personas. Debemos tener cuidado de no confundirlo con - la Trinidad - “el Dios filosófico”, que NO EXISTE y no es una persona individual. Sino que son tres personas fusionadas en una, elaborado por la Iglesia Católica, en el Concilio de Nicea, el año 325 d.C. En la creación de todas las cosas, participó Cristo, su “Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo” (He. 1:2). Al respecto en Sal. 33: 6,9 dice: “Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el
aliento de su boca”. “Porque él dijo, y fue hecho; Él mandó, y existió” Cristo es la “palabra de Jehová” y el Espíritu Santo el “aliento de su boca”. Solo Jehová Dios, es: “el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella y el mar y las cosas que están en él” (Ap. 10:6). En cambio, los que no conocen en el “Dios vivo”, que es un Dios personal, andan en sus propias teorías filosóficas, otros en teorías de la evolución, que argumentan: “el hombre llegó a existir mediante un lento proceso evolutivo de las formas bajas de la vida animal o vegetal” , “de gérmenes, moluscos o cuadrúpedos” (PP: 25). Los que aceptan las Sagradas Escrituras, como la Palabra de Dios, conocen con toda verdad, que la genealogía de nuestro linaje llega hasta Adán. Los que aceptan la teoría de la evolución, conciben la idea que su genealogía llega hasta los simios, incluso más allá a gérmenes. Sin embargo, los que se consideran que son descendientes de Adán, cuando alguien le dice, tú tienes un rostro semejante a Jesús, se sienten alagados con tal comparación, aunque no lo sean. Pero, a un evolucionista si uno le dice eres semejante a tus ancestros, te pareces a un verdadero simio, se siente ofendido, no es consecuente con su creencia. Los creacionistas, aceptan que “Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente” (Gn. 2:7). El Señor nos dice cuál fue el objeto de su creación: “para gloria mía los he creado, los formé y los hice” (Is. 43:7).
1. LOS SERES HUMANOS UNA CLASE NUEVA Tomando en consideración las diferentes creaciones que Dios tiene en el Universo, los humanos constituimos una clase nueva y distinta, la cual ha sido definida de la siguiente manera: “Los seres humanos constituían una clase nueva y distinta. Fueron hechos “a imagen de Dios, y fue el propósito del Creador que ellos poblaran la tierra”. (EGW. Com: 1095). “Cuando Adán salió de las manos de su Creador era de noble talla y hermosamente simétrico. Era bien proporcionado y su estatura era un poco más del doble de la de los hombres que hoy habitan la tierra. Sus facciones eran perfectas y hermosas. Su tez no era blanca ni pálida, sino sonrosada, y resplandecía con el exquisito matiz de la salud. Eva no era tan alta como Adán. Su cabeza se alzaba algo más arriba de los hombros de él. También era de noble aspecto, perfecta en simetría y muy hermosa”. (HR: 21). Luego de la creación perfecta, está escrito en la Biblia, que Dios puso al hombre y a la mujer en “un huerto en el Edén”. (Gn.2:8). “La inocente pareja no usaba vestiduras artificiales. Estaban vestidos de un velo de luz y esplendor como el de los ángeles. Este halo de luz los envolvió mientras vivieron en obediencia a Dios...Parte del tiempo debían emplearlo en la placentera labor de cultivar ese huerto, y otra parte en recibir la visita de los ángeles, escuchar sus instrucciones y dedicarse a feliz meditación. Sus ocupaciones no eran fatigosas, sino agradables”. (HR: 21).
2. LOS SEIS DIAS DE TRABAJO Y EL DIA SABADO. El tiempo que Dios empleó para crear los cielos, la tierra, y al hombre, fue de seis días de trabajo y un día de descanso. Al respecto en el Libro de Génesis leemos: “Fueron pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo y bendijo Dios al día séptimo y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación” (Gn. 2:1-3).
Es de verse, que de los siete días que Dios empleó para crear el mundo y al hombre, solo al día sábado lo santificó y es como hemos visto, el “reposo de los dioses”. De los siete días de la creación se permite poner de relieve la santidad del sábado, “día de descanso divino”, desde la creación misma. “Su observancia había de ser un acto de agradecido reconocimiento de parte de todos los que habitasen la tierra, de que Dios era su Creador y su legítimo soberano, de que ellos eran la obra de sus manos y los súbditos de su autoridad. De esa manera la institución del sábado era enteramente conmemorativa, y fue dada para toda la humanidad. No había nada en ella que fuese obscuro o que limitase su observancia a un solo pueblo” (PP: 29). El sábado fue guardado por Adán y los hijos obedientes de su descendencia. Del patriarca Abraham está escrito: “oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes” (Gn. 26:5).
3. EL DIA SABADO EN LOS DIEZ MANDAMIENTOS Cuando el Israel literal recibió “los mandamientos de Jehová” (Dt. 7:17), era para toda la humanidad. Entre los diez mandamientos está la observancia del sábado, como cuarto mandamiento. Así dijo el Señor: “Acuérdate del sábado, para consagrarlo. Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al SEÑOR tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, ni tu esclava, ni tus animales, ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades. Acuérdate de que en seis días hizo el SEÑOR los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y que descansó el séptimo día. Por eso EL SEÑOR bendijo y consagró el día de reposo” (Ex 20:8 - Santa Biblia - Nueva Versión Internacional). Cristo, y los apóstoles guardaron el día sábado verdadero, Jesús dijo: “El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado – añadió - Así que el hijo del hombre es Señor incluso del sábado” (Mr. 2: 27, 28 - Santa Biblia - Nueva Versión Internacional). El día sábado después de la muerte de los apóstoles, siguió guardándose por la iglesia cristiana, durante “la fiera persecución que sufrió la iglesia bajo el paganismo” (HR: 342). El sábado se seguirá guardando hasta el final de la historia de la tierra, incluso durante la “gran tribulación”, que está por llegar y cuando se tenga que huir, dijo Jesús en Mt. 24.20: “Oren para que su huida no suceda en invierno ni en sábado” A fines del siglo III, la persecución de la iglesia primitiva cesó y, a inicios del siguiente siglo IV, Constantino, el Emperador de Roma, se convirtió al cristianismo. “La conversión nominal de Constantino a principios del siglo IV causó gran regocijo, y el mundo, recubierto con el manto de la justicia, se introdujo en la iglesia” (HR: 343). En el año 321 d.C. “Constantino, pagano aún, promulgó un decreto para apoyar la observancia general del domingo como una festividad pública en todo el Imperio Romano. Después de su conversión siguió siendo un ferviente abogado del domingo, y su edicto pagano fue puesto en vigencia en provecho de su nueva fe… Pocos años después de la promulgación del decreto de Constantino, los obispos de Roma le confirieron al domingo el título de día del Señor” (HR: 345). Constantino, presidió el Concilio Ecuménico de Nicea, en el año 325 d.C. Allí, este emperador, aprobó la creencia del Catolicismo – EL MISTERIO DE LA TRINIDAD, que para el mundo cristiano constituye la creencia fundamental. Al apóstol Juan se le reveló, el mundo religioso, bajo el símbolo de “ Babilonia”, que tenía esta creencia “misterio” escrito en la mente: “Y en su frente un nombre escrito: MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS FORNICACIONES
Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA” (Ap. 17:5). Por otro lado, el apóstol Juan observa, “una mujer pura y sus hijos”, mencionado en Ap. 12:1 y 14:1, que llevan escrito el “sello de Dios en sus frentes”. “De los que lo forman Juan habla como de aquellos que “guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (EGW.Com: 983).
4. EL DIA DOMINGO (SABADO FALSO) QUE LO SUSTITUYO La Iglesia Católica, al establecer sus propios diez mandamientos, impuso la obligación del día domingo, en reemplazo del sábado, ubicándolo dentro del tercero de su mandamiento. El segundo mandamiento de los diez que Dios promulgó en el monte del Sinaí fue omitido. “Para completar su obra impía, Roma pretendió eliminar el segundo mandamiento de la ley de Dios, que prohíbe la adoración de imágenes, y dividió el décimo mandamiento en dos para conservar el número exacto”. (HR: 344, 345). El Catecismo de la Iglesia Católica menciona: “2191 “El sábado, que representaba la coronación de la primera creación, ES SUSTITUIDO por el domingo que recuerda la nueva creación, inaugurada por la resurrección de Cristo” (CIC: 483). “2192 “El domingo… ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta primordial de precepto” (CIC can. 1246,1). “2193 “EL domingo y las demás fiestas de precepto… los fieles se abstendrán de aquellos trabajos y actividades que impidan dar culto a Dios…” (CIC: 483-484).
5. EL DIA DOMINGO EN LOS PROTESTANTES Las iglesias evangélicas, guardan nueve mandamientos de los diez, que Dios proclamó en el monte del Sinaí. Además, guardan el día domingo, que el catolicismo lo estableció como día del Señor, en sustitución del sábado. Para justificar su inobservancia los evangélicos, los testigos de Jehová y los mormones, enseñan que Cristo clavó en la cruz la ley y no están obligados a guardar el sábado bíblico, (guardan solo los nueve restantes). Pasan por alto, lo que dijo Cristo: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley”. (Mt. 5:17,18). Los que piensan que, por el hecho de creerse cristianos, ya están salvados y que no necesitan guardar los diez mandamientos, se engañan y engañan a otros. Por cuanto el Espíritu del Señor dice: “Cualquiera que hace pecado, traspasa también la ley; pues el pecado es transgresión de la ley”. (1 Jn. 3:4). “Nadie se engañe a si mismo con la creencia de que una parte de los mandamientos de Dios no es esencial”. “Dios no ha puesto ningún mandamiento en su Palabra que los hombres puedan obedecer o desobedecer a voluntad sin sufrir las consecuencias. Si el hombre elige cualquier otro camino que no sea el de la estricta obediencia, encontrará que “su fin son caminos de muerte” (Prov. 14:12)”. (PP: 375).
CAPÍTULO II DIOS Y CRISTO EN EL PLAN DE REDENCIÓN La enseñanza popular, que la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma, es considerado como si fuera un gran avance del conocimiento del hombre, pero no tiene sustento en la Biblia. Por cuanto: “Al formar el mundo, Dios no se valió de materia preexistente. Por el contrario, todas las cosas, materiales o espirituales, comparecieron ante el Señor Jehová a la orden de su voz y fueron creadas para el propósito de él. Los cielos y todo su ejército, y todas las cosas que contienen, son no solo la obra de sus manos, sino que llegaron a la existencia por el aliento de su boca”. (2 JT: 258). El Espíritu de Profecía señala: “El soberano del universo no estaba solo en su obra benéfica. Tuvo un compañero, un colaborador que podía apreciar sus designios, y que podía compartir su regocijo al brindar felicidad a los seres creados”. (PP: 11). Aquel compañero y colaborador de Dios era Cristo, su Hijo unigénito, que fue hecho igual a Dios “mucho antes de sus obras de antaño”. Al respecto Cristo dice: “Cuando Dios cimentó la bóveda celeste y trazó el horizonte sobre las aguas, allí estaba yo presente. Cuando estableció las nubes en los cielos y reforzó las fuentes del mar profundo…cuando plantó los fundamentos de la tierra, allí estaba yo, afirmando su obra”. (Pr 8: 22- 30, Santa Biblia. Nueva Versión Internacional).
1. EL PADRE Y CRISTO SON DIOSES, NO UN DIOS. Cuando Dios dijo: “hagamos al hombre a nuestra imagen” (Gn 1:26), hablaron los “dioses” del cielo. El Padre, el Dios mayor (Jn 14:28), habló a Cristo, el Dios menor, como está escrito: “En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios” (Jn. 1:1 Biblia de Jerusalén). Si la Palabra era Dios, entonces reemplazando el término “Dios” por el término “Palabra”, en el texto bíblico leído, podemos ver la siguiente expresión: En el principio existía Dios (la Palabra) y Dios (la Palabra) estaba con Dios (El Padre). Por consiguiente, siendo Cristo un Dios y en el principio “estaba con Dios”, podemos concluir que ambos (el Padre y Cristo) son “dioses”. Pero no, que los dos forman un Dios. Cuando vino la Lluvia Temprana a la iglesia primitiva, en el día del pentecostés judío, el apóstol Pedro interpretando el mensaje del rey David, muy explícitamente dijo: “Porque David no subió a los cielos; empero él dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a éste Jesús que vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo” (Hch. 2: 34-36). Esto evidencia, a todas luces, que está revelado que el Padre y Cristo son “señores “y no, que ambos, forman “un señor”, o “un Dios”. Si bien Cristo dijo “Yo y el Padre uno somos” (Jn . 10:30), esto no quiere decir que el Padre y el Hijo formen una misma persona, un Dios, la Deidad o la Divinidad, como enseñan los adoradores de la Trinidad. Por cuanto: “La unidad que existe entre Cristo y sus discípulos no destruye la personalidad de uno ni de otros. Son uno en propósito, en espíritu, en carácter, pero no en persona, Así es como Dios y Cristo son uno” (MC: 329).
2. EL PADRE, ES EL UNICO DIOS DEL CUAL PROCEDEN COSAS.
TODAS LAS
En los primeros siglos, las enseñanzas de filósofos griegos, o filósofos paganos, que recibieron inspiración de “espíritus engañadores, o “doctrinas de demonios” (1 Tm. 4:1), fueron aceptados dentro de la iglesia cristiana. Una de esas doctrinas, es la creencia que Dios es un ser sin principio. Esta enseñanza del paganismo en la mente del creyente, se levanta como valla que impide la compresión de las verdades de la Biblia. Con estos preconceptos erróneos, los cristianos del periodo de Éfeso, tradujeron las Escrituras del hebreo, griego, arameo, agregando sus opiniones o suprimiendo el divino nombre personal del Creador: “JEHOVÁ” escrito en hebreo (YHWH o YHVH). Este nombre divino fue sustituido por los títulos como “Señor”, “el Señor”, “Adonay (Adonaí)” o “Dios”. Fueron introducidos estos errores, “Aun antes del establecimiento del papado”, errores que hoy pasan como verdades, así está revelado: “Aun antes del establecimiento del papado, las enseñanzas de los filósofos paganos habían recibido atención y ejercido influencia dentro de la iglesia. Muchos de los que profesaban ser convertidos se aferraban a los dogmas de su filosofía pagana, y no solo seguían estudiándolos ellos mismos sino que inducían a otros a que los estudiaran también a fin de extender su influencia entre los paganos. Así se introdujeron graves errores en la fe cristiana” (CS: 62,63). La enseñanza de que “Dios es principio sin principio” actualmente es una creencia de la Iglesia Católica, que ha pasado a las iglesias protestantes, cuando de ella salieron y éstas, pasaron a las iglesias adventistas, porque de ellas emergen y así sucesivamente. Hasta los Testigos de Jehová, los Mormones, los Reformistas, los Internacionales, los del Ministerio del Evangelio Eterno, los del Ministerio la Verdad Eterna, entre otras grupos religiosos, todos han bebido este vino de Babilonia, porque es parte de sus creencias. Sin embargo, en la Biblia no existe ningún versículo que diga que Dios es sin principio, en los escritos del Espíritu de Profecía tampoco. Veamos algunos ejemplos: “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Ap. 1:8). En este pasaje bíblico Dios nos dice Yo soy el “principio”, no dice yo soy el “sin principio”. Todo lo que no existe es porque nunca tuvo principio, enseñar que Dios es sin principio es enseñar que Dios no existe. Si Dios no es el principio de sí mismo, tampoco es el principio de todo. Pero si Dios es el principio de todo, entonces también es el principio de sí mismo. De ahí que cuando Dios dice “YO SOY…EL PRINCIPIO”, está diciendo que él tiene principio y ese principio es el mismo, porque es el ÚNICO “DIOS TODOPODEROSO” (Ap. 4:8), que todo lo puede y pudo existir de por sí mismo; y es el origen de todo. Por tal razón, el Espíritu Santo a través de la Mensajera del Señor dice que Jehová es: “Dios personal y existente de por sí” (MC: 323). “Ser eterno, que existía por sí mismo” (PP 15). “Dios eterno que existe por sí mismo” (CS: 469). “Jehová, el eterno, el que posee existencia propia, el no creado, el que es la fuente de todo y el que lo sustenta todo, es el único que tiene derecho a la veneración y adoración supremas” (PP: 313).
3. LA FABRICACIÓN DEL IDOLO - LA TRINIDAD - EL DIOS BAAL MODERNO DEL MUNDO RELIGIOSO La verdad bíblica de que Dios es único y uno, es una de las verdades que ha estado tapado por la escoria del error, de “el misterio de la Santísima Trinidad” y por 17 siglos. Desde que se elaboró EL IDOLO FILOSOFICO de la Trinidad en el CONCILIO DE NICEA, se viene aceptando a este dios falso, en reemplazo de “JEHOVA”, el Dios bíblico.
En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo sostiene que Cristo es “el primogénito de toda creación” (Col 1:15), de igual manera el apóstol Juan, de que Cristo es “el principio de la creación de Dios” (Ap. 3:14). En el Concilio de Nicea, el sacerdote católico ARRIO, sostuvo que Cristo es el primer hijo de Dios, antes de todas las cosas y utilizó como texto base Proverbios 8:22. Así relata la historia de la Iglesia Primitiva, escrita por diversos escritores católicos. En este pasaje bajo la palabra “sabiduría “se encuentra personificado “para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios” (1Co. 1:24). El contendor del cura ARRIO era otro cura católico ATANASIO, quien utilizó “nociones de origen filosófico”, para sostener que Dios no es una persona, sino que está formado por tres personas co-existentes, co-iguales y co-eternas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo- la Trinidad. Por decisión mayoritaria, prevaleció la posición del sacerdote ATANASIO, defensor de la Trinidad. El Emperador Constantino, al perdedor ARRIO, dispuso su destierro a Iliria y sus libros fueron quemados y su enseñanza fue satanizado por los sacerdotes trinitarios. Desde entonces, quien creía la enseñanza de que en Proverbios 8:22, habla Cristo: “Jehová me poseía en el principio… Antes de los abismos fui engendrada”, era llamado “hereje”, y con desprecio tildado de “arriano” (como si fuera una enseñanza del diablo). Desterrado el sacerdote ARRIO, él y sus seguidores, propalaron su doctrina por los pueblos bárbaros: los godos, los hérulos, los vándalos, los burgundios, los suevos y “el arrianismo fue adoptado como fe nacional” .Algunas de estas tribus, dice Urías Smith, que invadieron Roma. “Odoacro, el caudillo de los hérulos, fue el primero de los bárbaros que reinó sobre los romanos. Ascendió al trono de Italia en 476” (LPD: 95). “Toda la vasta población goda que descendió sobre el Imperio Romano, en lo que tenía de cristiana, rendía acatamiento a la fe del hereje alejandrino…El primer conquistador de roma, Alarico; el primer conquistador de África, Genserico, eran arrianos. Teodorico el Grande, rey de Italia, y héroe mencionado en los cantos de los “Nibelungos”, era arriano” (LPD: 96).
4. LOS TRINITARIOS Y LOS ARRIANOS CATOLICOS Los católicos trinitarios, en Italia, encabezados por el papa, fueron los que propiciaron la guerra a los católicos arrianos, “por recuperar el dominio, a lo menos en su diócesis patriarcal” (LPD: 96). Los pontífices ocasionaron las guerras, hasta destruir a las tribus arrianas. Su éxito, fue el inicio del surgimiento del poderío papal en la Edad media. Todo esto sucedió, como la profecía había predicho, sobre el surgimiento del “cuerno pequeño” (Dn 7:8), que “a tres reyes derribará” y, “hablará palabras contra el Altísimo”, que habría de surgir dentro de las diez tribus, de la Roma Imperial, después de su caída y extinción. Este cuerno pequeño, representa el surgimiento de la roma papal, que cambió los tiempos y la ley, conforme describe la profecía: “…Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será mayor que los primeros, y a tres reyes derribará. Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará y pensará en mudar los tiempos y la ley…” (Dn 7:24,25). Urías Smith dice: “… Durante siglos continuó agitando el mundo cristiano, y los arrianos se hicieron por doquiera acervos enemigos del papa y de la iglesia Católica Romana. Era evidente que la difusión del arrianismo habría de frenar la marcha del catolicismo…Pero la profecía había declarado que este cuerno pequeño que simbolizaba el papado llegaría al poder supremo, y que en el proceso de alcanzar esta situación habría de subyugar a tres reyes.”
“Afirmamos positivamente que las tres potencias o cuernos arrancados fueron los hérulos, los vándalos y los ostrogodos; se basa en datos históricos fidedignos..."y el arrianismo fue adoptado como fe nacional por los guerreros conversos que se habían asentado sobre las ruinas del Imperio Occidental. Esta diferencia irreconciliable en la religión era fuente perpetua de celos y odio; y el reproche de ser bárbaro era exacerbado por el más odioso epíteto de herético”. “Los triunfos del arrianismo fueron, sin embargo, transitorios; y sus días de prosperidad quedaron completamente eclipsados cuando los vándalos fueron arrojados de África, y los godos de Italia, por las armas de Justiniano”. “Basados en el testimonio histórico y a citado, creemos que ha quedado claramente establecido que los tres cuernos arrancados eran las potencias nombradas: los hérulos, en 493, los vándalos en 534, y los ostrogodos finalmente en 553, aunque la oposición efectiva de esos últimos al decreto de Justiniano cesó cuando fueron arrojados de Roma por Belisario en 538” (LPD: 93, 95,100). Es de verse entonces, que los católicos trinitarios prevalecieron sobre los católicos arrianos. Urías Smith expresa: “Tal era la situación cuando en 533 Justiniano inició sus guerras contra los vándalos y los godos. Deseando alistar de su parte la influencia del papa y el partido católico, promulgó aquel decreto memorable que había de constituir al papa cabeza de todas las iglesias, y de cuya ejecución, en 538, data el comienzo de la supremacía papal” (LPD: 99). “Daniel vio a esta potencia hacer guerra contra los santos, ¿Hizo esta guerra el papado? Millares de mártires contestan que sí. Lo atestiguan las crueles persecuciones que la potencia papal hizo sufrir a los valdenses, los albigenses y los protestantes en general” (LPD: 90). Como es de verse, desde el siglo IV hasta el presente siglo XXI, en que vivimos, han transcurrido 17 siglos, donde prevalece la doctrina de la Trinidad. En la totalidad de iglesias cristianas que profesan este dogma católico, es conocido como un “MISTERIO”. Llamado textualmente: “el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la “jerarquía de las verdades de fe” (234 CIC: 60). Esta doctrina católica “Es la enseñanza más fundamental” en todas las iglesias, llámese Iglesia Ortodoxa, Protestantes, Evangélicas, Pentecostales, Iglesia de los Santos de los Últimos Días-Mormones. Incluso, también lo es en las iglesias que suelen llamarse proféticas y verdaderas, como son: Los adventistas del sétimo día, los adventistas del sétimo Día Movimiento de Reforma, la Sociedad Misionera Internacional de los Adventistas del Sétimo Día, Movimiento de Reforma, los Iluminados, Israelitas del Nuevo Pacto, entre otras.
5. LA TRINIDAD Y LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ Esta congregación, es una de las entidades religiosas, que han combatido la doctrina de la Trinidad. Pero, en su deseo por demostrar que no hay tres dioses, sino UN SOLO DIOS JEHOVA, han llegado a enseñar que Cristo, no fue hecho de la sustancia divina del Padre y, no es un Dios. El Espíritu Santo, para ellos, no es un ser divino, sino UNA FUERZA ACTIVA, pero no una persona. De este modo, ignoran la divinidad de Cristo y la personalidad del Espíritu Santo, equivocándose de camino, que lleva al conocimiento de las Sagradas Escrituras. Estos testigos, también erróneamente sostienen que Jehová Dios es “sin principio”. Esto implica, que han aceptado como creencia la filosofía del paganismo, que está introducida en el catolicismo, protestantismo y adventismo de donde salieron sus fundadores. Creencia, que no es bíblica.
6. LA TRINIDAD Y LOS DEL PROGRAMA LA VERDAD ETERNA El grupo religioso, que emerge de la Iglesia Adventista del Sétimo Día, conocido en Internet como “El Ministerio de la Verdad Eterna”, para combatir la doctrina de la Trinidad, enseña que el Espíritu Santo, no es la tercera persona de Dios, para ellos, Cristo es el mismo Espíritu Santo, pero desposeído de la naturaleza humana. Posición que no tiene sustento en la Biblia ni en el Espíritu de Profecía. Ellos enseñan que la Divinidad está formado por dos personas el Padre y el Hijo (son semi trinitarios). También enseñan, que hay tres clases de hijos de Dios, contradiciendo a la Biblia, que declara que solamente hay dos clases. Veamos lo que dicen: a) Hijos por creación: Como fue la creación de Adán y la creación de los ángeles. Se sustenta en Lc. 3:38 y Job 38:6,7. Esta posición tiene sustento bíblico. b) Hijos por adopción: Los que aceptan el evangelio. Se sustenta en 1 Jn. 3:1, Ga. 4:5. También tiene sustento bíblico. c) Hijo por nacimiento: Refiriéndose exclusivamente a Cristo, en oposición de haber sido engendrado o creado. Esta forma de llegar a ser hijo, no tiene ningún sustento bíblico.
7. LA TRINIDAD EN ALGUNOS ANTIGUOS ADVENTISTAS Hay escritos de antiguos adventistas, que escribieron sobre sus creencias, como es el caso del Dr. E.J. Waggoner, en su libro titulado “CHRIST OUR RIGHTEOUSNESS”(1892), traducido al portugués por el pastor adventista reformista David P. Silva, bajo en nombre de LIBERTOS PARA SEMPRE, en la página 14, explica que hay tres formas de ser hijo de Dios: a) Hijos por creación, refiriéndose a la creación de Adán y Eva, así como a los ángeles. Menciona Lc. 3:38 y, Job 38:6,7. b) Hijos por adopción, refiriéndose a las personas que se convierten a Cristo. Menciona Ro 8:14,15. c) Hijo por naturaleza, refiriéndose solo y únicamente a Cristo. Pero no menciona ningún texto bíblico, porque no existe. Los que creían de este modo, que Cristo es Hijo de Dios, por naturaleza, es porque bebieron de la doctrina católica, que enseña: “466…Pero desde el siglo III, la Iglesia tuvo que afirmar frente a Pablo de Samosata, en un Concilio reunido en Antioquia, que Jesucristo es hijo de Dios por naturaleza y no por adopción” (CIC: 109).
8. LA TRINIDAD Y LOS DEL PROGRAMA EL EVANGELIO ETERNO. El pastor del Programa “El Ministerio EL Evangelio Eterno”, que se propaga vía internet, explica que no acepta ni cree en la palabra Trinidad, pero si en lo que enseña la Trinidad. Esta posición doctrinaria, es como de aquel comensal que dijo: “Yo no como huevos, pero si como lo que pone la gallina”, que significa la misma cosa, que si come huevos. No aceptar la Trinidad es no creer en esta doctrina, pero si alguien cree su enseñanza, aunque no acepte la palabra Trinidad, aquel sigue siendo un adorador de la Trinidad, tiene en su frente escrito este “misterio”. Como ya se ha indicado anteriormente, la Biblia no menciona que Cristo es Hijo de Dios por naturaleza, o por nacimiento. La Biblia enseña que solo hay dos formas de como son los hijos de Dios, o son por creación o son por redención, no hay término medio. Según Proverbios 8:22,23 Cristo es Hijo de Dios por creación (antes de todas las cosas).Así está escrito: “Yahveh me creó al principio de su proceder, con anterioridad a sus obras, desde siempre. Desde la eternidad fui constituida, desde el comienzo, antes de los orígenes de la tierra”. (Sagrada Biblia -F. Canteras- M. Iglesias).
“Yavé me creó - fue el inicio de su obra - antes de todas las criaturas, desde siempre. Fui formada antes de los siglos, desde el comienzo, antes que la tierra.”. (La Biblia Latinoamericana). “Yahveh me creó, primicia de su camino antes que sus obras más antiguas. Desde la eternidad fui fundada. Desde el principio, antes que la tierra”. (Biblia de Jerusalén). “El SEÑOR me dio la vida como primicia de sus obras, mucho antes de sus obras de antaño. Fui establecida desde la eternidad, desde antes que existiera el mundo” (Santa Biblia - Nueva Versión Internacional). “El Señor me creó al principio de su obra, antes de que él comen zara a crearlo todo. Me formó en el principio del tiempo, antes de que creara la tierra” (La Biblia - Dios Habla Hoy) En el libro de Isaías 43, encontramos la declaración de Cristo, comunicándonos de que él es Dios. Se basa en la afirmación hecha por su Padre. “dice Jehová” (su Padre), que “yo (Cristo) “soy Dios”. Así dijo: “… dice Jehová, que yo soy Dios” (Is. 43:12). “Aun antes que hubiera día, yo era” (Is. 43:13). En cambio, los ángeles, el hombre y el mundo entero, fueron creados por Cristo dentro de todas las cosas, así está escrito: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de los que ha sido hecho, fue hecho” (Jn. 1:3). “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él” (Col 1:16).
CAPITULO III CRISTO “EL PRIMOGENITO DEL CIELO” HECHO IGUAL A DIOS En la actualidad, existen diversas traducciones de la Biblia y con ellas resulta más fácil, comprender que Cristo es el primer Hijo de Dios, por creación, HECHO IGUAL A DIOS, antes de todas las cosas. Razón por la cual está escrito que Dios, “cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios” (He 1:6). En este contexto el Espíritu de Profecía expresa: “Dios había prometido el Primogénito del cielo para salvar al pecador” (DTG: 34) Nosotros, no estamos viviendo en la edad antigua ni en la edad media, sino en el tiempo actual de la iglesia de Laodisea, que no es una persona jurídica, sino el último periodo de la iglesia cristiana. Después de Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis y Filadelfia, sigue Laodisea. “Los nombres de éstas simbolizan diferentes periodos de la iglesia en la era cristiana” (HA: 483). Por tal motivo, las diversas versiones de la Biblia que está a nuestro alcance, nos da la oportunidad de poder comprender con mayor amplitud, el significado de Proverbios 8:22, 23 y de muchos otros versículos de la Biblia. Digo esto, porque Proverbios 8:22 y demás versículo de este capítulo, su contenido, fue tergiversado, descuidado y despreciado durante siglos por los adoradores de la Trinidad. Hoy, se descubre su sagrado valor y su mensaje, que bajo la figura de la palabra “sabiduría”, habla Cristo, que fue hecho igual a Dios. Para mi entender, es el cumplimiento de las siguientes profecías, dadas por la mensajera del Señor: “Preciosas joyas de verdad, perdidas de vista durante mucho tiempo, han de ser ahora devueltas a los hijos de Dios”. (COES: 12). “Verdades preciosas, por largo tiempo ocultas, han de ser reveladas de una manera que pondrá de manifiesto su sagrado valor; porque Dios glorificará su Palabra para que aparezca en una forma en que nunca antes la hayamos visto”. (COES: 26). “Grandes VERDADES DESCUIDADAS Y DESPRECIADAS DURANTE SIGLOS, serán reveladas por el Espíritu de Dios, y nueva significación brillará repentinamente de textos familiares”. (COES: 37). 1. UNA VERDAD DESCUIDADA Y DESPRECIADA POR SIGLOS Para el que está leyendo estas líneas pregunto: ¿En qué siglo se descuidó y despreció las verdades escritas en Proverbios 8:22, de que Cristo fue creado por Dios, igual a él, en el inicio de su obras, antes de todas las criaturas? Fue en el siglo IV, específicamente en el año 325, CUANDO SE FABRICÓ EL IDOLO - LA TRINIDAD, en el Concilio Ecuménico de Nicea. Desde ese siglo, hasta la fecha, se le llama “hereje”, o “arriano”, a quien cree que Cristo es: “el primogénito de toda CRIATURA” (Col. 1:15), “el principio de la creación de Dios” (Ap. 3:14). La palabra “principio” proviene de la voz griega “arjé” y su significado es “origen”. Los trinitarios dicen que “en sentido activo” significa “originador”, o “principiador”. Sin embargo, cualquier diccionario enciclopédico señala que se refiere a “comienzo” de una cosa, no a su autoría, no en el sentido de ser originador o causador de la existencia de la cosa. No obstante, muchos para evitar el calificativo de “arriano”, han descuidado de investigar la Biblia sobre este tema, para no sentirse despreciado, por los trinitarios. Pero ahora, ha llegado el tiempo, que ese temor - del diablo - debe desaparecer y debemos aceptar la verdad bíblica, si
nuestra deseo es estar dentro de los 144,000 sellados “que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en su frente” (A14:1). Precisamente, en la Biblia encontramos escrito, las doctrinas que constituyen “la fe de Jesús” (Ap. 14:12), en la cual debemos cimentar nuestra posición doctrinaria y no albergar la fe trinitaria. Cristo, haciendo notar la diferencia entre él y su Padre, entre él y su Dios, dice: “Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios”. (Jn20:17). “Mi Padre…es mayor que todos”. (Jn 10:29), “voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo”. (Jn 14:28). De estos textos fluye, Cristo es Hijo, por creación de Dios (antes de todas las cosas).De igual modo nosotros, somos hijos de Dios, por creación de Cristo (dentro de todas las cosas) y, somos hijos de Dios por adopción (si aceptamos a Cristo como nuestro Salvador). Es de verse, entonces, que el Padre es un Dios mayor y, Cristo es un Dios menor. No obstante, Cristo: “No vino a nuestro mundo para obedecer como un Dios menor a un Dios mayor, sino como un hombre para obedecer la santa ley de Dios, y por eso es nuestro ejemplo”. (EGW. COM: 941). 2. “EL MISTERIO” DE LA TRINIDAD La Trinidad enseña que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo FORMAN UN DIOS y no dioses. Cuando a los adoradores de este Dios trino, se les pide una explicación, dicen que la Trinidad es un “MISTERIO”. “No puede ser comprendido por la razón humana y solo puede ser conocido, pero no entendido ni demostrado”. Los católicos en este aspecto, agregan que es un dogma, y los dogmas, no se explican, ni se demuestran, sino se acepta y punto. Así explican en el Catecismo de la Iglesia Católica: “233…Los cristianos son bautizados en “el nombre” del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y no en “los nombres” de éstos…pues no hay más que un solo Dios El Padre todopoderoso y su Hijo único y el Espíritu Santo: La Santísima Trinidad”. (CIC: 60). “234…El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la “jerarquía de las verdades de fe”. (CIC: 60). “251…Para la formulación del dogma de la Trinidad, la Iglesia debió crear una terminología propia con ayuda de nociones de origen filosófico: “substancia”, “persona “o hipóstasis”, “relación”, etc.”. (CCI: 64). “253…La Trinidad es una. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en tres personas: “la Trinidad consubstancial”. (CIC: 64). 3. BABILONIA TIENE EN SU FRENTE UN NOMBRE ESCRITO: “MISTERIO” El mundo religioso cristiano, cuyas creencias son una mezcla de verdad con error, está representado por “una mujer” ramera. Al apóstol Juan se le dijo: “…Ven acá, y te mostraré la condenación de la grande ramera, la cual está sentada sobre muchas aguas… y vi a una mujer…y en su frente un nombre escrito: MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE”, “la madre de las rameras”. (Ap. 17:1-5). Los guardadores del sábado, saben que “Babilonia la grande”, representa a la Iglesia Católica y sus hijas “las rameras”, las iglesias que se atienen a sus doctrinas. Pero desconocen deliberadamente, que el nombre escrito de “MISTERIO” en la frente de Babilonia, representa a la creencia del misterio de la Trinidad. Allí, está el peligro para su salvación, que si no logran sacarse esa inscripción de su frente, de seguro perecerán.
El Espíritu de Profecía expresa que Babilonia “es Roma” (CS: 432), la Iglesia Católica. “Se dice que Babilonia es “madre de las rameras”. Sus hijas deben simbolizar las iglesias que se atienen a sus doctrinas y tradiciones”. (CS: 433). Generalizando expresa que Babilonia, representa “el mundo religioso” (PP: 163), por consiguiente, si Babilonia en su frente lleva escrito “MISTERIO”, significa que se refiere a sus creencias religiosas que está escrito en la mente de los que conforman esta iglesia falsa. La Iglesia Católica declara que, “El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana… Es la enseñanza más fundamental y esencial en la “jerarquía de las verdades de fe”. De ahí, que todo creyente actual, lleva “escrito” “en su frente” (en su mente), que Dios está conformado por tres personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y que no son tres dioses, sino un Dios. Este “misterio” de la Trinidad, es “un ídolo filosófico”, que fue formado por la Iglesia Católica, que en su Catecismo declara: “251…Para la formulación del dogma de la Trinidad, la Iglesia debió crear una terminología propia con ayuda de nociones de origen filosófico”. (CIC: 63). En el mundo religioso, en que vivimos, la mayoría adora a este ídolo filosófico y un pequeño grupo de cristianos, adora al Dios bíblico. Así está escrito: “Muchos han entronizado UN ÍDOLO FILOSÓFICO EN LUGAR DE JEHOVÁ, mientras que EL DIOS VIVIENTE, tal cual está revelado en su Palabra, en Cristo y en las obras de la creación, no es adorado más que por un número relativamente pequeño”. (CS: 640). Vale decir, millones de cristianos guardadores del sábado son trinitarios y un número “pequeño”, observadores del sábado, no adoran a la Trinidad, solo adoran al Padre y al Hijo. Si bien existe libertad religiosa, en el sentido, que cada quien cree lo que quiere, se da el caso, los que anhelan recibir el sello del Dios vivo, no deben tener inscrito en la frente, este misterio – LA TRINIDAD –. Por cuanto, esta inscripción de “misterio” es el resultado de la marca de la bestia, el papado, que gobierna a “Babilonia”. El misterio de la Trinidad, enseña adorar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en abierta oposición y contravención al mensaje del primer ángel de Ap. 14:7, que proclama que solo debemos adorar a Dios y a Cristo, pero no al Espíritu Santo. Esta verdad irrefutable también es sostenida por el Espíritu de Profecía, que declara: “El Padre y el Hijo únicamente deben ser exaltados” (The Youth’s Instructor; Junio 7, 1898). 4. JEHOVA ES EL NOMBRE DADO A CRISTO POR SU PADRE, EL GRAN JEHOVA. Ahora preguntémonos, porque el apóstol Pablo dice en 1 Co. 8:7, ¿Para nosotros, sin embargo, solo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas?, como hablando de que Dios es un ser personal y no uno, formado por tres personas, como enseñan los adoradores de la Trinidad. ¿Será que Dios es un ser personal, o será un Dios formado por tres personas? ¿Qué dijo Jesús acerca del Padre y del mismo? “Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre… esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero” (Jn. 17: 1-3). “Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo” (Jn. 5: 26). De estos textos bíblicos fluye, que el gran Dios “es un ser personal” (3 JT: 262), que tiene vida en sí mismo (que posee existencia propia), el único Dios “gran Fuente de todo” (DTG: 13). De Cristo, está revelado, que tiene vida en sí mismo, pero que ha sido dado por el Padre. Así dijo: “y yo vivo por el Padre” (Jn. 6: 57). “Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti” (Jn. 17: 7), refiriéndose a su Padre.
El Padre y su Hijo son “dioses”, esta verdad fue consignado en el segundo de los diez mandamientos que Jehová entregó a Moisés, en el monte del Sinaí, con las expresiones siguientes: “No tendrás dioses ajenos delante de mí”. Esto implica, que aparte de los “dioses” propios, que existen “en el cielo” (el Padre y su Hijo), no debemos adorar otros “dioses ajenos”, inventados por el hombre (la Trinidad, o semi Trinidad), porque sería una idolatría. En el tiempo del Israel antiguo se reconocía que “Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Dt. 6:4) y, en el ángel de Jehová, que los guiaba, reconocían a Cristo, en quien estaba el nombre de Jehová; otorgado por el propio Padre. Escrito está: “He aquí yo envió mi Ángel delante de ti…Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque MI NOMBRE ESTÁ EN ÉL” (Ex. 23: 20, 21). En Cristo está el nombre de JEHOVÁ, él era “el ángel de su faz” (Is. 63:9), el “ángel de Jehová”, que dijo a Satanás: “Jehová te reprenda, oh Satanás, Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda”. (Zac. 3:2). El Espíritu de Profecía dice: “Jehová es el nombre dado a Cristo” (ST, Mayo 3, 1899). Es importante señalar, que Cristo no se ha dado así mismo ese nombre, sino ha sido dado por su Padre -“El gran Jehová”- (PP: 28), Rey del Universo. Pero esto no significa, que el Padre y el Hijo sean un solo Jehová, como piensan algunos. Son dos Jehová, el Padre es el gran Jehová y Cristo es Jehová. En el siguiente texto bíblico podemos notar la diferencia: “Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos”. (Gn 19:24). El Dios Jehová que habló con Abraham antes de destruir Sodoma y Gomorra era Cristo. “Y Jehová se fue, luego que acabó de hablar a Abraham; y Abraham volvió a su lugar”. (Gn 18:33). En cambio el Dios Jehová, “Jehová desde los cielos”, es el Padre de Cristo. Los judíos del tiempo de Jesús, rechazaron la pretensión de que el Salvador sea el Hijo de Jehová y que Jehová sea el Padre de Cristo y, le consideraban un blasfemo. En cierta ocasión, Jesús, haciendo su defensa de que era “Hijo de Dios”, les dijo a los judíos: “¿por cuál obra de esas me apedreáis? Respondiéronle los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; y porque tú, siendo hombre, te haces Dios. Respondiendo Jesús: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije ¿Dioses sois? Si dijo, dioses, a aquellos a los cuales fue hecha palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada); ¿A quién el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tu blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?” (Jn. 10: 32-36). Satanás ha divulgado la creencia que si uno adora a Cristo, que es una persona individual, está adorando a un Dios que no es el Padre, que es otra persona individual. Aparentemente pareciera que fuera así, pero no lo es, porque al adorar a Cristo estamos adorando al Padre - el único Dios verdadero auto existente y preexistente. Cristo, dijo: “todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envío”. (Jn. 5:23). “El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió” . (Jn. 12: 44). “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios”. (He 1:6). En tal virtud, si adoramos a Cristo estamos adorando al Padre “que le envió”, el único “Dios eterno que existe por sí mismo” (CS: 469), “que posee existencia propia, el no creado” (PP: 313).
En el siguiente texto podemos notar que Cristo fue el ejecutor de la voluntad de Dios su Padre, en la creación de todas las cosas y para nosotros es nuestro creador que merece nuestra adoración, porque el Padre lo dispuso, pues quien adora al Hijo está adorando al Padre, el único Dios verdadero que existe de por sí mismo. “El Hijo de Dios había ejecutado la voluntad del Padre en la creación de todas las huestes del cielo, y a él, así como a Dios, debían ellas tributar homenaje y lealtad. Cristo había de ejercer aún el poder divino en la creación de la tierra y sus habitantes. Pero en todo esto no buscaría poder o ensalzamiento para sí mismo, en contra del plan de Dios, sino que exaltaría la gloria del Padre, y ejecutaría sus fines de beneficencia y amor” (PP: 15). Razón por la cual, hoy, no debemos adorar a la diosa “Santísima Trinidad” - el ídolo filosófico - creado por la bestia, en su Concilio Ecuménico de Nicea el año 325 d.C. Los que adoran a este Dios en tres personas, están siendo inscritos en su frente este “MISTERIO”, sellando su destino para la destrucción. Solo debemos adorar al “gran Jehová”- el “Dios vivo” - “el no creado” - y, a Cristo que lleva su nombre “Jehová”, “el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo” (He 1:2). Así proclama el mensaje del primer ángel de Ap. 14.7:
“Diciendo en alta voz: Temed a Dios (El PADRE), y dadle honra; porque la hora de su juicio (Investigador) es venida; y adorad a aquel (a CRISTO) que ha hecho el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas” (lo del paréntesis es del autor). 5. SOLO CRISTO, EL HIJO DE DIOS, RECIBIO VIDA DIVINA Y ORIGINAL, CUANDO FUE HECHO IGUAL A DIOS. Nuestro Señor Jesús cuando vino a la tierra tomó la vida física del hombre. “La vida física es algo que recibe el individuo no es eterna ni inmortal, pues la toma de nuevo Dios”. Dios dispuso que así sea, porque si Cristo: “hubiese aparecido con la gloria que tenía con el Padre antes que el mundo fuese, no podríamos haber soportado la luz de su presencia. A fin de que pidiéramos contemplarla y no ser destruidos, la manifestación de su gloria fue velada. Su divinidad fue cubierta de humanidad, la gloria invisible tomó forma humana visible” (DTG: 14). Es bueno preguntarse, ¿Qué gloria tenía Cristo con el Padre antes que el mundo fuese?, ¿Quién dio a Cristo esa gloria, o él adquirió de sí mismo? Veremos según está revelado, que Cristo tenía “gloria divina y original”. Esa gloria fue dado por Dios su Padre. Así está escrito: “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo”. (Jn 17:24). “Y el hijo de Dios hablando de sí mismo declara:(PP: 12). “Jehová me poseía en el principio de su camino ya de antiguo, antes de sus obras. Eternamente tuve el principado, desde el principio. Antes de la tierra. Antes de los abismos fui engendrada, antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas. Antes que los montes fueran fundados. Antes de los collados ya había sido yo engendrada, no había aún hecho la tierra, ni las campiñas. Ni el principio del polvo del mundo. Cuando formaba los cielos, allí estaba yo”. (Pr. 8:22-27).
La mensajera del Señor al explicar estos versículos expresa: “Hay luz y gloria en la vedad de que Cristo fue uno con el Padre antes de que se estableciera el fundamento del mundo. Esta es la luz que brilla en un lugar oscuro haciéndolo resplandecer con gloria divina y original”. (1 MS: 291). Aquí se puede ver, que la Profetiza, habla de la creación de Cristo. A la primera lectura tal vez no se pueda notar la claridad de esta verdad bíblica, porque utiliza el símbolo de “luz” en dos acepciones. Una para indicar “revelación” y otra para representar a Cristo. Porque “la luz significa revelación” y “no hay ninguna luz aparte de Cristo” (EJ: 215). Luego utilizando el significado de “luz” el siguiente seria el texto: “Hay luz (revelación) y gloria en la verdad de que Cristo fue uno con el Padre antes de que se estableciera el fundamento del mundo. Esta es la luz (este es el Cristo) que brilla (nace) en un lugar oscuro, haciéndolo resplandecer (creándolo Dios) con gloria divina y original (con vida divina y original)”. Quien no logre entender la gran verdad bíblica descuidada y despreciada durante siglos sobre el origen de “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Jn 1:29), está profetizado que tampoco entenderá las otras grandes verdades para este tiempo. Luego, será presa fácil de Babilonia, para recibir en su frente la “marca de la bestia”. Porque así está escrito: “Esta verdad infinitamente misteriosa en si misma explica otras verdades misteriosas, que de otra manera serian explicables, al paso que está encerrada como algo sagrado en luz, inaccesible e incomprensible” (1MS: 291). Para los que no creen que Cristo es Hijo de Dios por creación, hecho igual al Padre, antes de todas las cosas, va las siguientes preguntas: ¿Cuál es “Esta verdad infinitamente misteriosa en si misma que explica otras verdades misteriosas”? ¿Cuáles son las “otras verdades misteriosas que de otra manera serian inexplicables”?. Recuerda que, Cristo antes de venir a este mundo ya era el “divino Hijo de Dios”, ya era “el primogénito del cielo”. Es decir, Dios antes de crear el mundo ya tenía un hijo, si dudas puedes contestar la siguiente pregunta: “¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes? (Pr 30:4) 5.1. CRISTO ENSEÑO DE QUIEN RECIBIÓ LA VIDA ORIGINAL, QUE NO PROVIENE NI DERIVA DE OTRA. Nuestro Señor Jesús reconoció a Dios como su progenitor y él se identificó como su Hijo, cuando dice: “Yo vivo por el Padre” (Jn. 6:57). En otra ocasión Cristo dijo: “Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo”. (Jn 5:26). Esta declaración personal es otra verdad incuestionable, Cristo tiene “vida en sí mismo”, tan igual como tiene el Padre. La diferencia estriba en que fue Dios quien “dio”, “al hijo que tuviese vida en sí mismo”. Ahora preguntémonos ¿Qué significa tener vida en sí mismo? Significa que a Cristo no le dio una vida prestada, como le dio al hombre, cuando fue hecho del polvo de la tierra. Dios le dio a Cristo su Hijo, una vida para siempre, recibió la vida de Dios, que es de una “gloria divina y original”.
Como se pude ver, Cristo habla referte a su vida “divina y original”, él dice: “recibí de mi Padre”. Cristo es el único de los hijos de Dios, que recibió la vida que posee Dios, de ahí, que con mucha propiedad se le llama “el unigénito hijo” (Jn 1:18). 5.2. LA VIDA ORIGINAL, QUE NO PROVIENE NI DERIVA DE OTRA Los que defienden la doctrina de la Trinidad, creen que Cristo no ha sido hecho igual a Dios. Para ellos, Cristo es un Dios increado, no formado por el Padre y citan el texto del Espíritu de Profecía que dice: “En Cristo hay vida original que no proviene ni deriva de otra vida” (DTG: 489). Enseñan que si la vida de Cristo “no proviene ni diva de otra”, entonces Cristo no ha sido creado ni hecho. Dicen que la vida que él tiene, la tiene de por sí mismo. ¿Será verdad esto? ¿Qué significa “vida original”? ¿A caso significa existente por sí mismo? La mensajera del Señor, que escribió el libro Deseado de Todas las Gentes, nos da la respuesta en otros escritos, de que “vida original” significa “vida eterna” o “vida inmortal” y no vida existente por sí mismo. Veamos lo que dejó escrito: “En él estaba la vida y la vida era la luz de los hombre. Aquí no se especifica la vida física, sino la vida eterna, la vida que es exclusivamente propiedad de Dios. El verbo, que estaba con Dios y que era Dios poseía esa vida, la vida física es algo que ha recibido cada individuo. No es terna ni inmortal, pues la toma de nuevo Dios, el dador de la vida, el hombre no tiene control sobre su vida. Pero la vida de Cristo no era prestada”. “Nadie puede arrebatarle esa vida”. “Yo de mismo lo pongo “dijo: ”En él estaba la vida original, no prestada, no derivada de otra. Esa vida no es inherente en el hombre. Solo puede poseerla por medio de Cristo. No puede ganarla, le es dada como una dádiva gratuita si quiere creer en Cristo como su salvador personal” (E.J:255). 5.3. LA VIDA FISICA, QUE PROVIENE Y DERIVA DE OTRA Es de verse, por los escritos del Espíritu de Profecía: “En él estaba la vida y la vida era la luz de los hombre (Jn. 1.4). No se especifica la vida física sino la inmortalidad, la vida que es exclusivamente la propiedad de Dios” (1MS: 348). “Cristo fue investido con el derecho de dar inmortalidad”. La vida que había depuesto en su humanidad, la tomó de nuevo y la dio a la humanidad. Dice “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” (1MS:355). De estos textos inspirados se comprende que en Cristo hay tres clases de vida, bien diferenciadas, que ninguno de los seres humanos tienen. La primera es la vida “divina”, la segunda es la vida “original”, o eterna o inmortal y ambas vidas, las recibió directamente de Dios su Padre, cuando fue hecho igual al Creador, antes de la fundación del mundo. En cambio la tercer vida, es la vida “física”, o humana, que tomó de la raza humana, cuando vino a la tierra y fue “nacido de mujer” (Ga 4.4). Consecuentemente, la vida que proviene y deriva de otra vida, es la vida física, que tenemos todos los seres humanos. Esta vida física es la vida prestada y derivada de otra. Así está escrito: “los niños reciben la vida y el ser de sus padres y sin embargo es el poder creador de Dios, al que vuestros hijos deben la vida, porque Dios es el dador de ella” (HA: 253). El Espíritu de Profecía confirma, que la “vida original” que el Dios eterno dio a Cristo, también ha de dar a los que tienen la vida física, pero “solo mediante Cristo”. “no puede ganarla, le es
dada como un don gratuito si cree en Cristo como su Salvador personal”. Porque la vida original “Esa vida no es inherente en el hombre, es exclusivamente la propiedad de Dios”. En consecuencia, queda acreditado que la “vida original” de Cristo, no significa “existente por sí mismo”. Sino, se refiere a la vida eterna o inmortal, que es “propiedad de Dios” y, “Cristo fue investido con el derecho de dar inmortalidad” (1 MS: 355), a todos los que serán redimidos del sepulcro y de entre los hombres. 5.4. CRISTO ES EL HIJO ETERNO QUE POSEE VIDA ETERNA Y NO EL HIJO ETERNO EXISTENTE POR SI MISMO. Los adoradores del Dios Trinidad, suelen argumentar que Elena G de White, enseñaba que Cristo no ha sido hecho ni creado por el Padre, lo cual es falso. Sin meditar en lo que afirman utilizan el Testimonio Evangelismo pág. 446 y leen lo que allí está escrito: “Era igual a Dios, infinito y omnipotente…Es el Hijo eterno y existente por sí mismo” (Manuscrito 101, 1897)”. Según los Fideicomisarios, el manuscrito 101, ha sido descubierto después de muchos años de la muerte de Elena G de White. Ella murió en 1915 y el Testimonio Evangelismo que contiene el manuscrito indicado, se publicó por primera vez en inglés el año 1946. En la traducción del Manuscrito 101, introducen la falsa doctrina en forma intencional en la parte que dice: “existente por sí mismo”. Por más de 42 años se ha enseñado esta tremenda mentira del diablo, para sostener que Cristo no es Hijo de Dios por creación, sino que es hijo por simulacro, o por simulación, o convenio, o por naturaleza y muchos se lo han creído y lo siguen creyendo tremenda falsedad. Sin embargo, en el año de 1988 este mismo manuscrito aparece en la publicación del Libro Exaltad a Jesús, pág. 11. Su traducción aparece en forma correcta y dice: “Era igual a Dios infinito y Omnipotente… él es el hijo eterno que posee vida eterna” (Manuscrito 101, 1897). Comparando ambos textos se ve que el significado de “existente por sí mismo” no es igual a la expresión “que posee vida eterna”. Por cuanto, los ángeles poseen vida eterna, pero ninguno es existente por sí mismo. En consecuencia, queda acreditado que Cristo “es el hijo eterno que posee vida eterna” y es falso y de toda falsedad, que Cristo sea “existente por sí mismo”. Como se aprecia, hay manuscritos o testimonios de Elena G de White, que están erróneamente traducidos, o deliberadamente digitados, para hacer creer que la mensajera del Señor era trinitaria y que escribió contrario a la Biblia. ¿Cuánto de sus escritos que leemos y estudiamos vienen siendo mal traducidos, para reflejar opiniones que ella nunca quiso decir y que contradicen a la Biblia? Hay muchos sin duda. Sin embargo, la mensajera del Señor nos dejó una advertencia, que no todo lo que publican los Fideicomisarios debemos aceptarlo como verdad., ella dijo: “Si los Testimonios no hablan según la Palabra de Dios, rechazadlos” (1MS: 51).
CAPÍTULO IV ADAN Y EVA QUISIERON SER COMO “DIOSES” De la revelación del Espíritu de Profecía, lo sui generis del caso, permite hacer una distinción, de que quien soplo el aliento de vida en la creación de Adán, no fue el Dios triuno, que adora el mundo religioso. Sino que fue dado por Jehová, “un Dios personal existente de por sí”. “En la creación del hombre fue manifiesta la intervención de un Dios personal. Cuando Dios hubo hecho al hombre a su imagen, el cuerpo humano era perfecto en toda su ordenación, pero no tenía vida. Entonces un DIOS PERSONAL, EXISTENTE DE POR SI, sopló en ese cuerpo el aliento de vida, y el hombre llegó a ser un ser vivo” (3 JT: 262). El mundo religioso representado por “Babilonia”, que en su frente lleva el “nombre escrito: MISTERIO” (Ap. 17:5), el misterio de la Trinidad, enseña que el Padre, es un Dios “ sin principio”, teoría que aprendió del paganismo como se ha demostrado. La Iglesia Católica en su Catecismo así declara el Padre es: “248…principio sin principio” (CIC: 63). Por consiguiente, todo aquel que cree que Dios es sin principio, es porque tiene escrito en su mente esta doctrina errónea, que sustenta a la otra doctrina de el “misterio”, que Babilonia lleva escrito en su frente. Pero acerca del primer punto Jehová Dios dice: “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Ap. 1:8). No existe por tanto en la Palabra de Dios, ningún texto, que diga que Dios es sin principio, sino que él, es el “principio” de sí mismo y principio de todo lo que existe. El gran Jehová es el “único Dios verdadero” (Jn. 17:3), existente de por sí mismo y fue su Hijo Cristo Jesús, que nos enseñó la tal doctrina. El apóstol Juan nos reitera tal afirmación, que es Jesús quien nos ha dado a “conocer al que es verdadero” su Padre, que “Este es el verdadero Dios, y la vida eterna”, cuando dice: “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna” (1 Jn 5:20). El “verdadero Dios” creó al hombre y a la mujer con derecho a tener vida eterna, si previamente hubieran salido victoriosos de la prueba que debían de pasar frente a la tentación de Satanás. “Si soportaban la prueba gozarían del perpetuo favor de Dios y de los ángeles del cielo” (HR: 24). 1. ADAN FUE TENTADO POR EL QUE ERA TERCERO EN AUTORIDAD EN EL CIELO, DESPUES DE CRISTO La prueba de Adán, a que fue sometido, consistía en obedecer o desobedecer la Palabra de Dios. “Y mandó Jehová Dios al hombre diciendo: De todo árbol del huerto comerás; Más del árbol de ciencia del bien y del mal no comerás de él; porque el día que de él comieres morirás” (Gn. 2:16,17). La Biblia enseña que el hombre fue hecho a la “semejanza de Dios” (Gn. 5:1), pero “un poco menor que los ángeles” (He. 2: 7). Los ángeles existieron antes que el hombre, fueron hechos “Poderosos en fortaleza” (Sal. 103: 20), pero no igual a Cristo. El apóstol Pablo dice de Cristo:
“Hecho tanto más excelente que los ángeles, cuanto alcanzó por herencia más excelente nombre que ellos. Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi hijo eres tú, Hoy yo te he engendrado?” (He. 1: 4). Por lo tanto, teniendo presente el contenido del versículo precedente, Cristo, es el “ángel de Jehová” (Zac. 3: 1), lo mismo expresa el Espíritu de Profecía comentando el versículo indicado de He 1:4. “Dios es el Padre de Cristo; Cristo es el Hijo de Dios. A Cristo ha sido dada una posición exaltada. HA SIDO HECHO IGUAL AL PADRE. Todos los consejos de Dios están abiertos para su Hijo” (3 JT: 266). “El Padre Eterno, el que no cambia, dio a su ÚNICO HIJO ENGENDRADO, RASGADO DE SU SENO Él que fue hecho a la expresa imagen de su persona, y enviado abajo, a la tierra para revelar cuan enormemente amaba a la humanidad” (Review & Heraldo; 9 de julio de 1895). Es de verse entonces, que Cristo ha sido hecho igual a Dios, “de su sustancia” (He 1:3), fue “rasgado de su seno” y se le dio “divina y original” (1 MS: 241), antes de todas las cosas “Y EL HIJO DE DIOS, HABLANDO DE SI MISMO, DECLARA” (PP: 12). “El SEÑOR me dio la vida como primicia de sus obras, mucho antes de sus obras de antaño” (Pr. 8:22 - Biblia Internacional). “Yahveh me creó, primicia de su camino, antes que sus obras más antiguas. Desde la eternidad fui fundada, desde el principio, antes que la tierra” (Pr 8:22-23 - Biblia de Jerusalén). Cristo fue creado igual a Dios, el único Hijo, que fue hecho de la naturaleza “divina y original” del Padre. Él es “resplandor de su gloria e impronta de su sustancia” (He. 1:3 - Biblia Jerusalén), que existió antes de todas las cosas. “Porque por él (Cristo) fueron criadas todas las cosas…Y él (Cristo) es antes de todas las cosas, y por él (Cristo) todas las cosas subsisten” (Col. 1:16,17- lo del paréntesis es del autor). Sin embargo, Cristo “siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual a Dios como cosa a que aferrarse” (Fil. 2:6). “El Hijo de Dios era el SEGUNDO EN AUTORIDAD después del GRAN LEGISLADOR” (E J: 18). Por el contrario, Lucifer, que “en los atrios celestiales”, “SEGUÍA A CRISTO EN JERARQUÍA” (EGW.Com: 1184), no siendo en forma de Dios, quiso ser igual a Dios. Lucifer, habiendo caído por rebelión contra Dios, hizo caer a Adán y a Eva. Este “ángel a quien Dios había creado dotado de poder” (EGW.Com: 1164), conocida como la “serpiente antigua” (Ap. 20:2), “era astuta más que todos”, que “Jehová Dios había hecho” (Gn. 3:1). “Satanás tomó la forma de una serpiente y entró en el Edén. Esta era una hermosa criatura alada, y mientras volaba su aspecto era resplandeciente, semejante al oro bruñido. No se arrastraba por el suelo sino que se trasladaba por los aires de lugar en lugar, y comía fruta como el hombre. Satanás se posesionó de la serpiente, se ubicó en el árbol del conocimiento y comenzó a comer de su fruto con despreocupación” (HR: 33).
2. LA PRETENSION DE SER COMO “DIOSES” Satanás, aprovechó su condición, de ser un ángel superior al hombre, “dijo a la mujer: ¿Con que Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondido a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto comemos: Más del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, porque no muráis” (Gn. 3: 1 4). Es de verse, que la mujer entró en dialogo con Satanás. Ella le dio oportunidad, pensaba que estaba dialogando con un animal hermoso del Jardín, demasiado tarde se dio cuenta que había dialogado con Satanás. “Satanás tentó a Eva en el Edén, y ésta argumentó con el enemigo, dándole así una ventaja. Satanás ejerció su poder hipnótico sobre Adán y Eva” (MCP: 741). “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis, Mas sabe Dios que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses sabiendo el bien y el mal” (Gn. 3: 4, 5 – Biblia Reina Valera 1909). Eva al escuchar las expresiones de la serpiente, de que serían “como dioses”, (según la Biblia versión Reina Valera de 1909 y no como Dios según la versión de 1960) , empezó a “dudar de lo que Dios había dicho. Pensó que tal vez el Señor no quería decir precisamente lo que había dicho” (PE: 147). Adán “comió así como ella” y cayó en pecado, no soportó la prueba. La palabra “dioses” que refiere el versículo 5 del capítulo 3 de Génesis, Biblia versión Reina Valera de 1909, está escrito su original, en hebreo, en forma plural (Elohim), que significa “dioses”. En cambio, la Biblia versión Reina Valera de 1960, la misma palabra está escrito en forma singular. Tal es así, que la palabra ‘Elohim, que significa “dioses”, en la versión de 1960, se falsea la verdad y se traduce deliberadamente en forma singular, como si fuera (Elowah), que significa “Dios”. Por lo que hay que tener cuidado, para distinguir la verdad del error, pues una cosa es el significado de “dioses” y otra el significado de “Dios”. Los evangélicos que traducen la Biblia, versión Reina Valera, no logran entender que “dioses” (plural), no es igual a “Dios” (singular).En cambio algunos católicos, eruditos en su materia, a pesar que son trinitarios hasta los tuétanos, cuando traducen los libros sagrados de sus originales, demuestran honestidad, la palabra que significa “Dioses”, optan por colocar en lengua hebrea ‘Elohim’. Veamos este caso especial: “Al principio creo ‘Elohim los cielos y tierra” (Gn 1:1 – Sagrada Biblia- Cantera – Iglesias). “La serpiente dijo a la mujer: - No moriréis por supuesto: es que ‘Elohim sabe que el día en que comáis de aquél se abrirán vuestros ojos y os haréis como dioses, sabedores del bien y el mal ” (Gn. 3:4 Sagrada Biblia- Cantera- Iglesias).