Velocidades: para aproximarnos a los fines del mundo

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s Para aproximarnos a los fines del mundo Jordi Guijarro Contreras 1


Aproximaciones Conceptuales al Proyecto I 02. Taller de fuentes Texto de partida: Danowski, D. & Viveiros De Castro, E. (2019). ¿Hay mundo por venir?: Ensayo sobre Los Miedos y los fines. Buenos Aires: Caja Negra. Jordi Guijarro Contreras

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Velocidades

para aproximarnos a los fines del mundo

La pregunta por tiempo y el espacio La cuestión del fin del mundo parece surgir de forma reiterada durante cada momento histórico y precisamente, desde hace un tiempo, el apocalipsis se ha convertido en un tema recurrente en todo tipo de medios. La fascinación actual por el fin del mundo depende fuertemente de la popularización de la idea de Antropoceno junto a una sensación colectiva de pérdida de futuro que Marina Garcés plasma en forma de cambio de signo. Garcés habla sobre cómo hemos pasado de preguntarnos “¿hacia dónde?” para preguntarnos “¿hasta cuándo?” (2017, p.15), generando así un cambio de dimensión a la hora de situarnos en el mundo. De ahí que este texto parta de la relación que se da entre estas dos preguntas1 para plantear una nueva: ¿a qué velocidad? Déborah Danowski y Eduardo Viveiros de Castro en su libro ¿Hay un mundo por venir?: Ensayo sobre los miedos y los fines (2019) hacen un recorrido sobre distintas formas de posicionarse ante los posibles fines del mundo2 que, en este caso, nos servirá para imaginar a qué velocidades y de qué formas podemos aproximarnos al colapso y cómo, a partir de estos posicionamientos sobre el apocalipsis, emergen ciertos tipos de imaginarios. 1. En este caso es preciso, al hablar de espacio y tiempo, pensar en la relación física y matemática que se da entre ambos. 2. Las formas de entender el apocalipsis son muchas y se corresponden con las multiples epistemologías y culturas que se dan en nuestro planeta.

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Más rápido que el fin del mundo Danowski y Viveiros de Castro diferencian entre el fin de la humanidad (un mundo sin nosotros) y el fin del mundo (un nosotros sin mundo). Mientras que lo primero nos lleva a especular con cuestiones edénicas y tanatológicas, lo segundo nos lleva a imaginar formas de crear nuevos mundos o tratar de mantener el nuestro. Ray Kurzweil, en su libro La singularidad está cerca: Cuando los humanos trascendamos la biología (2012), parte de la idea de “singularidad”3 como culminación del Antropoceno para explorar las posibilidades de autofabricación de los humanos y su propio entorno, pudiendo así prescindir de un mundo natural. Sin embargo, este planteamiento supondría alcanzar la “singularidad” antes de acabar con nuestro mundo y sus recursos. La crisis ambiental pone un tiempo límite a los objetivos del progreso cornucopiano4 por lo que los tecnófilos que creen en la posibilidad de “una obsolescencia de lo humano pero hacia arriba” (Danowski & Viveiros de Castro, 2019, p. 95), es decir, una transformación del cuerpo hasta convertirnos en mundo, deben enfrentarse a un horizonte cada vez más próximo en una carrera de producción tecnológica contra la escasez de recursos y un colapso medioambiental (Servigne & Stevens, 2020). Los fundadores del Breakthrough Institute llevan al extremo la idea de Antropoceno imaginando una recodificación de la naturaleza que permita abordar el problema convirtiéndolo en una cuestión de gestión de recursos, lo cual se traduciría en un mundo de humanos exclusivamente para humanos. Aún así, la carrera contra la amenaza climática parece un desafío difícil de superar desde unas perspectivas basadas en la aceleración y la liberación de las mecánicas capitalistas. 3. La singularidad tecnológica supone el advenimiento de la inteligencia artificial, lo cual para los singularitanos se traduce en la posibilidad de fusionar la tecnología con la inteligencia humana. 4. El uso del término cornucopiano hace referencia a los colectivos que creen en un progreso continuo e ilimitado ajeno a los problemas medioambientales.

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Fig. 1 Before tomorrow. Zheng Yuan. https://www.instagram.com/p/B7qyyBigUBb/c/17857255015797349/

Los imaginarios postambientalistas y posthumanistas que enactan este tipo de ideas parecen conducirnos hacia una estética de lo cyborg y de tecnificación de la naturaleza dominada por una fe ciega en los modos de producción liberales. La presencia de tecnología en nuestro día a día nos aproxima a una imagen hipertecnificada del cuerpo y el entorno que cada vez está más presente en el mundo del arte y los imaginarios pop, como se puede observar en los videoclips de Arca o en la obra de Zheng Yuan entre otros. Rosi Braidotti, partiendo de la observación de que ya nos encontramos en una época posthumana, adscribe a su definición de posthumanismo la necesidad de realizar un desplazamiento de intereses para insertarnos en un sistema de relaciones horizontales y sostenibles con el entorno, desplegando las dimensiones éticas y ontológicas del posthumanismo (Pomposini, 2019, p.163). Esta forma de aproximarse a lo posthumano nos permite establecer nuevas relaciones entre lo cyborg y otros planteamientos que se alejen de la idea de Antropoceno.

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Aún más rápido hacia el fin del mundo La deriva de estas ideas hacia narrativas anticapitalistas sobre el fin del mundo nos conduce hasta las teorías del “aceleracionismo de izquierda”. Alex Williams y Nick Srnicek, en su Manifiesto por una política aceleracionista (2013), sitúan el objetivo de su política en la intensificación de los procesos capitalistas de evolución tecnológica para, de esta forma, alcanzar un escenario poscapitalista en el que las lógicas y las plataformas de producción y consumo puedan ser repensadas. Así pues, Williams y Srnicek proponen aumentar la velocidad de aproximación al colapso socioeconómico que, según ellos, comenzó cuando la promesa neoliberal arrasó con el futuro. Desde el aceleracionismo, entendiendo que nos encontramos en un contexto económico capaz de sintetizar cualquier tipo de oposición, la única manera de hacer cambiar este escenario es acelerar el sistema hasta “hacerlo reventar” (Fogué, 2021). El mundo capitalista, que parece mantenerse en forma de ilusión romántica, se da ya por acabado y lo que se propone es hacer que termine de terminar. (Danowski & Viveiros de Castro, 2019, p. 101). A partir de la aspiración de mantener la base material del neoliberalismo en una sociedad poscapitalista se expone cierto rechazo hacia la regresión tecnológica y a los modos de vida de nuestros antepasados. Los aceleracionistas mantienen una cosmovisión dicotómica en la que humanidad y mundo son cosas distintas, se entiende como necesaria la desnaturalización del ser humano para escapar a lo que denominan como “primitivismo” al reducir el problema del colapso civilizatorio a la elección entre un poscapitalismo global o un derrumbe económico y ecológico progresivo que nos lleve a adoptar modos de vida preindustriales. La idea aceleracionista de lo humano se descuelga de cualquier tipo de definición natural y se asocia con algo cambiante que varía junto con los avances tecnológicos. De esta forma, como dice Armen Avanessian en Meta-Futuros: Perspectivas especulativas para el mundo que viene (2021, p.64)

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Fig. 2 Concept art para Blade Runner. Syd Mead. https://filmschoolrejects. com/syd-mead/

“No hay un ser humano, sino sólo un devenir ser humano”, abriendo las puertas también a ciertos imaginarios cyborg que oscilan entre lo humano y lo inhumano. Sin embargo, aunque Williams y Srnicek en su manifiesto dan algunas pautas para imaginar un postcapitalismo hipertecnológico, no establecen propuestas concretas que ayuden a definir con precisión cómo puede ser una sociedad posterior al colapso de la máquina capitalista. Las imágenes que emanan de estos idearios fluctúan entre lo postapocalíptico y lo utópico, pasando por escenarios cyberpunk como los que diseña Syd Mead para la película Blade Runner (1982) o Katsuhiro Otomo en el manga Akira (1982-1990). De esta forma, más que como estrategia política, puede resultar más interesante entender el aceleracionismo como una experiencia estética tal y como propone Steven Shaviro, prescindiendo de la utilidad de las ideas para centrarnos en las imágenes sublimes5 que estas proyectan. 5. La idea romántica de lo sublime, nacida a partir del redescubrimiento de la obra de Longino Sobre lo sublime y desarrollada por pensadores como Kant o Schopenhauer, se relaciona con la idea de belleza extrema de una naturaleza turbulenta y su fuerza destructiva capaz de conmover al espectador o espectadora.

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Parar la máquina Danowski y Viveiros de Castro, siguiendo los razonamientos de Stengers, argumentan que no tiene sentido conciliarse con el capitalismo para acabar con él (como pretenden los aceleracionistas) y proponen una lucha contra el mismo. Al mismo tiempo, sostienen que tampoco tendría sentido luchar contra Gaia6 y que la forma de abordar el problema sería mediante la reconciliación (2019, p.209). Sobreponerse al fin del mundo, tratando de reestablecer la relación con Gaia y partiendo de un rechazo de la visión dicotómica de humanidad-mundo, implica superar la idea liberal de un presente continuo proyectando nuestras decisiones hacia otros cosmos en los que no nos situamos y hacia un mañana en el que no viviremos. Somos los humanos los que tenemos que poner freno a las actividades destructivas que posibilitan nuestros modos de vida actuales para poder preservar un mundo y poder formar parte del mismo. Bruno Latour, en contraposición al plus ultra del “tiempo de las grandes navegaciones”, propone un plus intra basado en reconocer la existencia de los límites de nuestro mundo y actuar en consecuencia. Danowski y Viveiros de Castro lo interpretan como una “exhortación a prepararnos para una intensificación no material de nuestro modo de vida” mediante el desarrollo de una tecnología de frenado que permita romper con un sistema basado en la expectativa de crecimiento continuo y liberar a los ciudadanos del rol de consumidor (2019, p.179). De esta manera, parece necesario pensar en formas alternativas de organización social basadas en la resiliencia y la sostenibilidad mediante la organización de sistemas heterogéneos debidamente interconectados, los cuales deben permitir el desarrollo de modos de vida alejados de los ideales tecnófilos y aceleracionistas .

6. La hipótesis de Gaia de James Lovelock viene a considerar la tierra como un organismo vivo cuyas partes forman un sistema dinámico autorregulado. Gaia representa la sensación de pánico frente a la pérdida de control sobre la naturaleza.

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Fig. 3 Imagen de Yagul , de las series Silueta Works en Mexico (1973). Ana Mendieta. https://womanarthouse.com/2018/03/11/ana-mendieta/

Construir un futuro que nos permita relacionarnos de forma horizontal con los agentes que conforman nuestro mundo requiere de la creación de nuevos imaginarios sobre los distintos modos de vida que generaría un sistema en deceleración. Las formas de relacionarse con la naturaleza que proponen artistas como Ana Mendieta crean líneas de fuga que nos permiten imaginar estos y otros futuros posibles.

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¿A qué velocidad? Acelerar para escapar o para aproximarse al colapso no parecen las respuestas más acertadas a la cuestión del fin del mundo. Las aproximaciones de los singularitanos y los fundadores del Breakthrough Institute no tienen en cuenta la limitación de recursos de nuestro planeta, lo cual imposibilita el hacer frente a la acción entrópica que ejerce la naturaleza y el paso del tiempo sobre los medios tecnológicos. Asimismo, el aceleracionismo parte de la dudosa premisa de que es posible vencer a un sistema capitalista, el cual se alimenta de sus propias crisis para crecer más, desde dentro de sus propias lógicas. Sin embargo, los imaginarios que estas ideas generan y su resignificación pueden contribuir a imaginar nuevos futuros que entren en sintonía con modos de vida más lentos y menos ambiciosos en lo material. El Antropoceno exige abordar la cuestión desde un punto de vista holístico que incluya en la ecuación a todos los componentes que conforman Gaia. Si bien, las formas de imaginar un sistema basado en el plus intra de Latour son múltiples, parece necesaria la creación de nuevos imaginarios que contrarresten la aversión a la deceleración y al retroceso que pueden hacernos sentir. Así, en vez de imaginar nuevos mundos, seremos capaces de imaginar nuevas formas menos intrusivas de insertarnos en el planeta.

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Referencias bibliográficas Danowski, D. & Viveiros de Castro, E. (2019). ¿Hay mundo por venir?: Ensayo sobre Los Miedos y los fines. Buenos Aires: Caja Negra. Fogué, U. (junio 14 2021). Las arquitecturas del fin del mundo [Sesión de conferencia]. El fin del mundo: Una agenda para otro planeta. Murcia, España. https://www.youtube.com/ watch?v=qGl0thdCs2w&t=1346s Garcés, M. (2017). Nova il·lustració radical. Barcelona: Editorial Anagrama. Kurzweil, R. (2012). La singularidad está cerca: Cuando los humanos trascendamos la biología. Berlín: Lola Books Pomposini, A. (2019). Entre lo orgánico y lo inorgánico: la experiencia del hacerse cosa en Perniola y Braidotti. Estudios de Filosofía 17, 150-172. Servigne, P. & Stevens, R. (2020). Colapsología: El horizonte de nuestra civilización ha sido siempre el crecimiento económico. Pero hoy es el colapso. Barcelona: Arpa Editores. Williams, A., & Srkicek, N. (2013). Manifiesto por una política aceleracionista.

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Aproximaciones Conceptuales al Proyecto I

Máster Arquitectura Alicante

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