Rostros
Rostros Reseña biográfica del sociólogo
Gianni Finco: «Viví VICEVERSA como una experiencia de crecimiento personal»
Sublime, un café de ambiente de Plaza Venezuela, estaba repleto. Era el lanzamiento público de VICEVERSA. Estaban Claudia Rodríguez, Javier Romero y Gianni Finco. «Stayfree –recuerda el editor– nos presentó diciendo: Vean esta revista, es llevada a cabo por heterosexuales. Me sentí tan orgulloso ahí parado al lado de ellos, de Claudia y Javier. Claro que enseguida le pedí a Stayfree que aclarara que yo era homosexual, porque podía perder muchas oportunidades de levante por esa vaina (risas)». De madre española y padre ita-
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liano, Gianni Finco nació el 26 de julio de 1976 en Caracas. Estudió primaria y secundaria en el Colegio San Agustín del Sur y se graduó de sociólogo en la Universidad Católica Andrés Bello. Durante su estadía en la UCAB participó en el grupo de cuenta cuentos. Como un fiel admirador de Pedro Almodóvar, puede recitar de memoria el monólogo de la Agrado en la película TODO SOBRE MI MADRE. La gente que conoce a Finco admira su ciego optimismo, su sinceridad, su constancia y su perseverancia. «Gianni es una excelente persona y un profesio-
nal muy capacitado», expone Rodríguez. «Es súper trabajador», menciona Romero. «Era el cerebro de la revista, el motor de VICEVERSA. Gianni es el perfecto líder del grupo. Sabe cómo hacer que el equipo trabaje», agrega Coronado. ¿Defectos? No es muy paciente y, según Rodríguez, fuma mucho. Respecto a la revista Finco expone que fue editor de un modo casi accidental, porque llegó por una amiga que escuchó del proyecto. Pero además de editor, era vendedor, escritor, articulista, cobrador. «Claudia, Javier y yo nos apropiamos de la revista, pasó a ser nuestra hija. Yo viví Viceversa como una experiencia de crecimiento personal». En las páginas de la publicación el tema de la revolución gay era una constante, pero ¿cómo se hace una revolución gay? Para Finco, ésta se materializa con los pequeños cambios cotidianos que debe haber en una sociedad. Hablar de la homosexualidad hace 20 años hubiese sido prohibido y ahora hay marchas y organizaciones. Insiste en que la tolerancia no fue algo que cayó del cielo, los espacios ganados fueron producto de muchos esfuerzos, de muchos conflictos y, como pueden ser ganados, se pueden perder. «Es falso pensar que las sociedades evolucionan hasta mayores niveles de bienestar e igualdad –afirma Finco–.
Evolucionan, involucionan, retroceden, dan salto atrás. La ecuación no es muy sencilla, no hay una ecuación lineal. La sociedad alemana, por ejemplo, una de las más cultas de los años treinta, dio paso al nazismo, la Europa que salió a perseguir brujas y hechiceros era la Europa del principio de la Ilustración. Lo que quiero decir es que los espacios de aceptación de la homosexualidad se ganan, pero también pueden perderse». Asimismo, cree que la comunidad homosexual debe mirar hacia adentro, porque algunos repiten el mismo esquema discriminatorio pero en sentido contrario. «Una vez estábamos Claudia, Javier y yo, llegó un personaje de una ONG que trabaja con GLBT y nos saludó diciendo cómo están los heterosexuales que explotan a los gays, me provocó darle un coñazo». La heterofobia es una conducta igual de irracional que la homofobia y se hace necesario acabar con ella dentro del colectivo GLBT.
«Claudia, Javier y yo nos apropiamos de la revista, pasó a ser nuestra hija», expresa Finco. 225