7 minute read

MADRES PROFESIONISTAS: ENTRE LA CONCILIACIÓN LABORAL Y FAMILIAR

En México existen 15 millones 396 mil madres (con al menos un hijo) que trabajan y representan el 72.9% de la PEA. Aun así, de diez mujeres que tratan de negociar flexibilidad, sólo tres la logran; es decir, el 70% no logra este tipo de esquemas y optan por abandonar el trabajo.

CINTHIA ALVA

Advertisement

En México existen 15 millones 396 mil madres (con al menos un hijo) que trabajan y representan el 72.9% de la Población Económicamente Activa, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del 2018. En los últimos 16 años el número de madres trabajadoras ha aumentado un 25%, debido sobre todo a factores económicos, ya sea porque son el principal sustento de sus familias, porque su sueldo complementa el ingreso familiar o por el interés de seguir desarrollándose profesionalmente después de la maternidad.

Según el Convenio 156 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre los trabajadores con responsabilidades familiares, los gobiernos deben crear normas y políticas públicas dirigidas a equilibrar el trabajo y el cuidado de la familia (independientemente del género) para acceder a un trabajo estable y no discriminatorio. Con ello, este organismo ha tratado de mejorar el acceso de las mujeres a empleos de calidad; y si bien existen avances en el ámbito educativo, estos no se han visto traducidos en una mejora en las oportunidades laborales.

MOMS AT WORK: BUSCANDO LA FLEXIBILIDAD LABORAL

Sobre el tema de cómo las mamás profesionistas buscan una opción laboral que les permita seguir creciendo y desarrollando sus carreras sin dejar a un lado la crianza de sus hijos, HORIZONTUM conversó con Regina Cabal, licenciada en Ciencias de la Comunicación, quien junto a Katia Moye, experta en finanzas, fundó hace cinco años Momlancers, un proyecto que busca potencializar el talento de profesionistas que tras la maternidad quieren volver a integrarse al mercado laboral de nuestro país.

Las dos cuentan con una amplia experiencia profesional, la primera como consultora de Innovación y la segunda dentro de un importante corporativo; sin embargo, al decidir ser mamás, ambas coincidieron que debían replantear sus

Regina Cabal, fundadora de Momlancers.

prioridades, entre ellas, negociar flexibilidad en sus empresas. Regina lo logró gracias a que trabajaba bajo comisiones, de esta manera se dio cuenta que el ser mamá no le impedía seguir con sus funciones, “al contrario, mi segundo embarazo fue el más productivo de mi carrera”, asegura. Por otro lado, Karla, su socia, no tuvo esa oportunidad y decidió renunciar.

En la actualidad es cada vez más común que muchas mujeres profesionistas alcancen la cúspide de sus carreras en un momento que coincide con la decisión de tener hijos. En ese momento se enfrentan a la disyuntiva de seguir trabajando y que alguien más se haga cargo de ellos (familiares o guarderías) o renunciar a sus puestos en caso de no lograr una flexibilidad laboral.

Según datos recabados por esta empresa, de diez mujeres que tratan de negociar flexibilidad sólo tres la logran; es decir, al 70% les es difícil alcanzar este tipo de esquemas y acuerdos con sus empleadores, por lo que optan por abandonar el trabajo.

TALENTO MUY BIEN APROVECHADO

Una vez más, según datos de la OCDE, el 30% de los puestos directivos en las empresas de los países miembro son ocupados por mujeres, mientras que los consejos empresariales están integrados sólo por el seis por ciento.

Mientras tanto, el Centro de Investigación de la Mujer en Alta Dirección afirma que de cada cinco PYME mexicanas, tres están lideradas por mujeres y aportan el 37% al PIB. Las ocupaciones de las mamás trabajadoras están distribuidas de la siguiente manera: el 25.9% en servicios profesionales, el 25.5% son comerciantes y el 19.3% son trabajadoras industriales, artesanas y ayudantes, el resto lo conforman trabajadoras por cuenta propia, generalmente, en el sector informal. Por su parte, el 54.4% de las que no realizan alguna actividad remunerada se dedican por completo al cuidado de personas y el hogar. 1

“Muchas mujeres terminan en casa pese a su gran capacidad, conocimientos y experiencias, por ello la idea de crear Momlancers, una plataforma que aprovecha el talento que se puede capitalizar”, dice una de las fundadoras. Y es que en México las mamás en muchas ocasiones enfrentan serios obstáculos para participar plenamente en el mercado laboral: carga de trabajo no remunerado, roles de género, carencia de políticas de conciliación entre el trabajo y la familia, insuficiente oferta de servicios de cuidado infantil y prácticas laborales poco flexibles.

Ante esta situación, tanto Regina como Katia idearon en un primer momento un esquema para las mamás con hijos pequeños que asistían un par de horas a los colegios, lo que les permitía laborar en proyectos concretos (desarrollar páginas web, contratos para despachos de abogados, análisis de mercados, etcétera). Posteriormente, descubrieron otro nicho en mujeres con hijos mayores interesadas en regresar full time a las empresas, para ellas crearon servicios de colocación de empleo a través de headhunting. También realizan coaching de acompañamiento a mamás dentro de las empresas para que aprendan a balancear su carrera y manejar la culpa de estar en la oficina mientras no ven a sus hijos o estar con los hijos pensando en el trabajo.

“El reto ahora es llegar a más empresas, actualmente tenemos a 6500 mamás registradas y solamente 200 empresas, el volumen no es proporcional”, lamenta Regina.

Katia Moye, Co-Fundadora.

MISMAS HABILIDADES, MENOR SALARIO

Las mujeres que trabajan dentro de los países de la OCDE perciben un 16% menos de salario en comparación a los hombres, siendo México el que tiene la peor brecha salarial de género no sólo entre los miembros de este organismo, sino también a nivel latinoamericano, por debajo de Guatemala, Honduras y El Salvador, aunque lejos de África en donde ésta es del 31% o en Asia que alcanza el 35 por ciento. 2 Este fenómeno persiste en todo el mundo, pero es más marcado en las economías emergentes.

Así las cosas, en México el salario promedio por jornada completa es para ellas de 5029 pesos y para ellos de 5825; lo que implica que las mujeres tienen que trabajar 35 días más al año para igualar el salario de un hombre, sin mencionar que dedican a ‘la otra jornada laboral’ hasta 42.8 horas a la semana, mientras que los hombres sólo 16.5 horas. 3

Esta brecha salarial se mantiene porque muchos países conciben el trabajo de la mujer como inferior y de poco valor

agregado en comparación al realizado por el hombre, aunque éste requiera del mismo esfuerzo y habilidades. Esto pese a que las mujeres cuentan con mayores tasas de graduación universitaria (21%) frente al 18% de los hombres.

También, cabe destacar la lamentable ‘penalización por maternidad’ imperante en muchos ambientes laborales de países en desarrollo y que obliga a las mujeres a trabajar en la economía informal o a aceptar trabajos con muy baja remuneración económica y nula flexibilidad. De hecho, cinco de cada diez madres de familia han rechazado alguna oferta laboral por algún tema relacionado a la maternidad y el impacto en su vida personal, según una encuesta de OCC Mundial.

MAMÁ PROFESIONISTA Y SU RED DE APOYO

Las mamás que trabajan son eficientes porque saben economizar el tiempo y desarrollan amplias habilidades para el multitasking y trabajan de otra manera: por objetivos y por bloques de tiempo (tres horas en la mañana y cuatro por las noches). Es decir, su jornada laboral está repartida en bloques productivos, algo que las empresas deben voltear a ver.

Para lograr este estilo de trabajo y desarrollarse profesionalmente, estas mamás necesitan construir una red de apoyo más allá del simple networking. Algo que culturalmente es más sencillo lograr en este país donde hay un mayor acercamiento de la familia y amigos y en dónde es costeable acceder a ayuda externa para encontrar apoyo en otras mamás.

Al respecto, Regina Cabal opina: “Existe una brecha generacional, quienes están ahora en posiciones de liderazgo en ocasiones son mujeres que sacrificaron mucho, mujeres a las que no les dieron flexibilidad, por lo que algunas de ellas se han vuelto enemigas de las nuevas generaciones y reacias a esquemas menos rígidos. Es triste, pero las propias mujeres nos metemos el pie, algo muy grave”.

Aun así, cada día hay más empresas que están abiertas y aceptan esquemas flexibles porque están acostumbradas a trabajar bajo resultados, cuentan con un buen manejo de proyectos y se rigen por entregables, no por horas. Además de ser innovadoras, están comprometidas con dos temas principales: el impacto social mediante la diversidad y el Open Talent Economy, que implica alcanzar un ambiente laboral en donde la gente se pueda conectar, compartir abiertamente información y construir un sentido de comunidad. Esperemos que cada día más empresas en México volteen a ver el talento detrás de las mamás profesionistas.

1 Migueles, R. (10 de mayo del 2019). “Madres trabajadoras, 15.8 millones en México: Inegi”, El Universal. 2 Estudio Una remuneración igual por trabajo de igual valor, ONU Mujeres. 3 (22 de julio 2019). “México tiene la peor brecha salarial de género de Latinoamérica”, Forbes México.

This article is from: