Campaña nacional Debate de la propuesta de Ley para el Empleo Juvenil Por un empleo con derechos: ¡Organízate y Lucha!
INTRODUCCIÓN NECESARIA En Venezuela, la situación de explotación de la juventud trabajadora es alarmante. Bajo la mirada impasible ─y en algunos casos cómplice─ de los órganos gubernamentales encargados de la materia, los patronos vulneran los más elementales derechos laborales de los jóvenes, sometiéndonos a leoninos contratos que desconocen incluso las leyes laborales vigentes. Al cerrar 2013, la tasa de desempleo juvenil (14,4%) duplicó la tasa nacional (7,0%). Actualmente, el índice de desempleo entre las y los venezolanos menores de 25 años está entre los primeros cinco de América Latina. Los más
pobres cuentan con menos posibilidades de acceso al empleo y, de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo, del total de jóvenes entre 15 y 24 años desempleados, 30% proviene de los hogares con menores ingresos. Contrataciones precarias, requerimientos de experiencia y flexibilización de los derechos laborales hacen que la participación juvenil en el mercado laboral implique desafíos superiores que la inserción de los adultos. En la última década, en nuestro país, la participación de los menores de 25 años en el mercado laboral pasó de 19,2% a 14,5%. Dentro de las relaciones de producción capitalistas, la explotación se maximiza cuando hablamos de los más jóvenes. En Venezuela, 49% de las personas entre 15 y 24 años que están empleadas, tienen ingresos que no superan un salario mínimo. En nuestro país el sector terciario emplea a buena parte de la fuerza de trabajo nacional, sobre todo en los ramos de comercio y servicios. Este sector cobra un papel relevante en un país como Venezuela cuyo aparato productivo es débil y desestructurado. Esto
implica que enormes cantidades de obreros han caído en el desempleo o se han visto en la necesidad de emigrar al sector de servicios y comercio. En este sentido, el sector terciario de la economía concentra el porcentaje más alto de la fuerza de trabajo juvenil: 29,4% de las y los jóvenes ocupados están en comercio. Las industrias extractiva y manufacturera reúnen 11,9% y 11,1%, respectivamente. El gran empleador es el sector privado (55,4%); mientras que el sector público ocupa a tan sólo 10,2% de las y los jóvenes. El sector de servicios y comercio tiene entre sus características haber aplicado generalizadamente políticas de desregularización laboral: incremento de la precariedad del trabajo y eliminación de elementos de la seguridad social de los trabajadores. En este sentido, destacan como modelo las franquicias (los casos de McDonald’s y Atentos son emblemáticos): empresas de trabajo temporal que impiden la sindicalización y emplean a su personal en jornadas inferiores a la establecida en la ley
para que la remuneración o salario sea por debajo del salario mínimo nacional. Este mecanismo es utilizado por estas transnacionales tomando como subterfugio la necesidad de tiempo del joven trabajador para el estudio académico. Los jóvenes trabajadores debemos crecer en organización, unidad nacional, conciencia de nuestras legítimas reivindicaciones y capacidad combativa para luchar contra la precariedad de las condiciones laborales. Los jóvenes debemos tener claro que el arma más efectiva que tenemos para enfrentar y vencer un enemigo tan poderoso es nuestra organización. Mientras persista la desorganización y dispersión en las masas de la juventud trabajadoras nada podrá impedir que seamos presas fáciles de los mecanismos de explotación laboral que aplican los patronos en su afán de incrementar sus ganancias. Por eso, nuestra principal tarea es organizarnos; no importa el tipo de empresa donde trabajemos ─pública o privada, industrial, comercial o de servicio; con menos de 20
trabajadores o con más de 1000─. Tenemos no sólo el derecho, sino el deber de impulsar nuestra organización para poder luchar por nuestros derechos con una sola fuerza y voz.
nuevas relaciones sociales de producción, donde las y los trabajadores jueguen un papel protagónico.
Debemos estar conscientes de que la lucha por nuestros derechos no concluye en la aprobación de una Ley; mucho menos confiar que la mayor garantía para el reconocimiento por parte de los patronos de nuestros derechos sea sólo la existencia de estos instrumentos legales. Siempre será para nosotros la mayor garantía de reconocimiento de nuestros derechos, la organización, unidad y movilización clasista permanente de nuestra juventud trabajadora.
II. La lucha por un empleo digno para las y los jóvenes hoy, está indisolublemente vinculado con la lucha por conquistar una nueva y revolucionaria política económica que nos permita superar el modelo económico capitalista rentista e improductivo. En esa tarea, estamos llamados a desempeñar un papel fundamental, proporcionando la fuerza de trabajo necesaria y altamente calificada que demandan los planes de desarrollo del país.
Ejes estratégicos de nuestra propuesta I. Las y los jóvenes no podemos perder de vista que la explotación y las formas de precarización laboral no podrán ser superadas mientras pervivan las relaciones de producción capitalistas: la única manera de erradicarlas y garantizar la conquista plena de nuestras aspiraciones es derrocar este injusto sistema y en su lugar levantar unas
III. No podemos ver de forma desvinculada la estructura económica del país del sistema educativo. Si el sistema educativo y los planes de desarrollo de la nación no van de la mano; si la universidad pública y los institutos de formación técnica no están al servicio de las transformaciones revolucionarias del aparato productivo, estamos condenados
a reproducir el orden capitalista dependiente, improductivo.
económico rentista e
PROPUESTAS CONCRETAS 1. Elaboración y ejecución de programas gubernamentales para la promoción del empleo juvenil El Gobierno Nacional debe elaborar un programa estratégico y planes anuales para la promoción del empleo para las y los jóvenes en estrecha vinculación con las necesidades de desarrollo económico del país. Estos programas deben estar dirigido a dos objetivos: 1. Garantizar a las y los jóvenes una primera experiencia laboral en la que se respeten los derechos establecidos en la legislación; y 2. Diseñar programas de empleo que garanticen la incorporación masiva de las y los egresados del sub-sistema universitario y Escuelas Técnicas a los planes estratégicos de desarrollo industrial y agrario independencia.
2. Eliminar la exigencia de experiencia laboral previa para poder acceder al primer empleo Rechazamos la exigencia de las empresas capitalistas e instituciones del Estado de experiencia laboral previa a las y los egresados del sistema de enseñanza para poder acceder al primer empleo. Las y los jóvenes deben gozar del derecho a un primer empleo sin condicionamientos; con garantía de su inserción efectiva al mundo laboral, así como su capacitación permanente en el manejo de los conocimientos prácticos. 3. Régimen especial de estudio y programas de especialización para las y los jóvenes trabajadores Un 11% de las y los jóvenes en Venezuela estudia y trabaja. Esta necesidad de recurrir a un empleo es aprovechada por los capitalistas del ramo de servicios y comercio para imponer pagos por debajo del salario mínimo a cambio de horarios de trabajo flexibles. Conocidos son los casos de los centros telefónicos de atención al cliente y las cadenas de comida rápida y de comercialización de alimentos, donde las y los
estudiantes son subcontratados a tiempo parcial. Demandamos el reconocimiento del régimen especial de permanencia para las y los jóvenes; con la garantía de horarios flexibles de trabajo que les permita ejercer su derecho al estudio sin que esto implique menoscabo del salario y coarte su derecho a la sindicalización. 4. Eliminación del periodo de prueba Una de las formas de precarizaron laboral más común es el llamado “periodo de prueba”: tiempo en el que las y los jóvenes trabajadores no generan ninguna prestación de antigüedad. Actualmente, la mayoría de las y los jóvenes son contratados bajo este sistema; durante esos supuestos meses de prueba son explotados y finalmente despedidos sin «justa causa». Este abominable flagelo que azota directamente a la juventud y que representa el más desdeñable chantaje para la organización y lucha de las masas trabajadoras por sus derechos y el control de los procesos de las empresas. Exigimos la eliminación del «periodo de prueba» y el establecimiento de sanciones rigurosas a las empresas que violenten el
derecho de las y los jóvenes a la estabilidad laboral. 5. Obligatoriedad remuneradas
de
las
pasantías
Las y los jóvenes de Escuelas Técnicas y Universidades con régimen de pasantías son presa fácil de las empresas privadas. Las y los estudiantes son confinados a labores de oficinistas, archivadores, o transcriptores. Mientras el patrono recibe beneficios, ellos realizan gratuitamente trabajos tediosos y nunca reciben la experiencia formativa requerida. Esto se repite entre los tecnológicos universitarios con el agravante de que las y los jóvenes trabajadores entregan productos y los capitalistas no tienen la obligatoriedad de cancelar salario. Demandamos una legislación que reconozca la obligatoriedad del pago de las pasantías en relación a las horas de trabajadas o el producto del trabajo realizado. Peor que además, garantice que las pasantías contribuyan efectivamente a cumplir con los objetivos académicos y de formación profesional.
Las pasantías no pueden ser concebidas como un trabajo ordinario que permita a los capitalistas sustituir con pasantes menos pagados a trabajadores formales. De tal modo, la legislación debe prohibir el desarrollo pasantías bajo jornadas laborales de 8 horas. 6. Creación de centros de atención, asesoramiento y acompañamiento al joven trabajador El Estado debe garantizar la constitución en todo el país de centros que brinden atención al joven trabajador. Estos espacios deben servir para educar al joven trabajador en el conocimiento de sus derechos laborales, la promoción de la organización sindical; asesoramiento y acompañamiento en los conflicto con los patronos. 7. Inspectorías especiales para el sector comercio y servicio La flexibilización laboral, la ausencia de organizaciones gremiales y la vulneración de los derechos de las y los jóvenes trabajadores en el sector comercio y servicio amerita la creación
de inspectorías especiales que atiendan y garanticen el reconocimiento de los derechos laborales de las y los trabajadores; el respeto a la estabilidad laboral, sindicalización y contratos acordes a la legislación.