Reelección en Honduras, una opinión 622 palabras Somos un país afortunado en muchos aspectos. Los hondureños nos hemos distinguido por nuestro amor a la paz y a la concordia. A veces incluso rozando con la pasividad e indiferencia ante las injusticias. Se menciona que nos distinguimos por nuestra capacidad de aguante y tolerancia. En el plano personal, estar dispuestos a soportar insultos y faltas de respeto es algo encomiable y plausible. En cambio, cuando las injusticias tocan derechos de los demás, especialmente de los más necesitados, es necesario hablar con claridad y voz fuerte. Callar, sería sucia complicidad. Me refiero a la piedra en el zapato de los políticos del momento. La tan traída y llevada reelección presidencial. En esta ocasión, el campo de batalla escogido por astutos políticos es el terreno legal. Aclaro que no soy abogado. Dejo las disquisiciones sobre este tema a los entendidos. Ellos sabrán lo que hacen y serán responsables también de sus acciones. Por lo leído en estos días pareciera que el peso de la decisión recae sobre unos cuantos que no tienen la potestad para tan delicada cuestión. Según me dijeron, la sentencia de la Sala Constitucional se apoya en los supuestos derechos humanos de unos cuantos. Cabría preguntarse ¿dónde ha estado el derecho a una vida digna para más de siete millones de hondureños? Me gustaría que preguntaran sobre el tema de la reelección, mis disculpas con los afectados por mencionarlos, a los cientos de familiares que perdieron un ser querido por la corrupción en el escandaloso descalabro del Seguro Social. ¿Han preguntado sobre la reelección a los padres de miles de niños desnutridos porque un político sin alma se agenció los fondos que iban a ellos destinados? ¿Han preguntado sobre la reelección a los que han recibido una educación de mala calidad por decenios? Nos han preguntado a los que hemos sido testigos de los malos ejemplos, una y otra vez reiterados, de los que han gobernado el país. Los que están a favor de la reelección dicen que ya se preguntará al pueblo en las respectivas elecciones donde propongan como candidato un expresidente. Toda generalización peca de injusta pero después de la larga lista de actos de corrupción en los que ellos han sido por lo menos cómplices pasivos, después de la larga lista de manipulación de las instituciones y leyes, después de tanta corrupción que clama al cielo se atreven a pedirme que confíe ¿Será que en ese momento sí respetarán las leyes? No estamos hablando de los derechos de unos pocos. Estamos hablando de la gran cantidad de deberes dejados de cumplir. Estamos hablando del atrevimiento de exigir el respeto de unos derechos, cuando deberíamos hablar más bien de honradez, del cumplimiento de un juramento con una mano sobre la constitución. ¿Es mala la reelección? Por supuesto que no. Ya solo el procedimiento usado para la reelección me dice que la cosa no va por buen camino. El árbol que nació torcido es difícil de enderezar. Nos hablan de otros países y otras realidades donde la reelección sí parece
funcionar. Yo prefiero hablar de una realidad en la que tristemente se confirma mi desconfianza. No me atrevería a mencionar reelección hasta que los que la pronuncian tengan la dignidad de restituir todas las oportunidades quitadas al pueblo hondureño. Personalmente no me atrevería a pedir un derecho personal cuando fui testigo de tantos derechos aplastados e ignorados. Para hablar de reelección preguntaría a todos y seguiría el cauce legal establecido por la misma Constitución. Cuando respeten nuestra dignidad como ciudadanos y tengan la mínima delicadeza de preguntarnos a todos, entonces, veremos si ya hemos alcanzado la mayoría de edad para hablar de reelección. Juan Carlos Oyuela 0801-1970-10465 Tegucigalpa, 9 de mayo de 2015 @jcoyuela