Miedos internos capitulo 2 una mision comun

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[MIEDOS INTERNOS]

CÁPITULO II – Una misión común En la sala común de la nave estaba Matt sentado cuando entró su compañero Sable. Era joven, de unos veinte años, con cabello castaño largo que le llegaba hasta casi el cuello, medía dos metros de altura y tenía una musculatura envidiable. Se acercó a él y le hablo. - Hola Avenger- le dijo sonriéndole como siempre, para una décima después sentarse a su lado- según tengo entendido vamos a tener movida hoy. - ¿Cómo lo sabes?- respondió él-, no me enterado de nada. - Style me lo ha contado, ya sabes que es la asistente del teniente. - ¿Otra vez has estado con ella?- le volvió a preguntar. - Sí. - Os arriesgáis mucho, como os cojan se os va a caer el pelo a los dos. - ¿Qué quieres que haga?, estoy enamorado de ella y ella de mí. Estoy deseando que pase ya este año y que nos licenciemos los dos. Estoy decidido a casarme con ella. Matt se movió incómodo. Estaba prohibido hablar de la vida privada de cada uno, esa eran las normas de la Legión. No sabía ni el verdadero nombre de aquel joven, solo sabía que se llamaba Sable y era su compañero. - Tú veras- le contestó-, ¿lo saben el resto, lo de la misión? - No solo te lo he dicho a ti. - Mejor que no se enteren, no vayan a ir con el chisme al teniente. - Ya, por eso confió en ti, Avenger. Bravo se lo diría al teniente, te lo aseguro. - Si, me lo imagino. En aquel momento entró en la habitación Titán y se dirigió a los dos. - Avenger, Sable. El teniente nos quiere ver dentro de diez minutos en la sala de reuniones. No tardéis. La sala de reuniones era una habitación grande espaciosa. Podrían ocuparla tranquilamente cincuenta personas, pero aquel día solo había ocho personas. Los conocía a todos, Sable, sentado a su lado, Titán dos asientos más lejano, Bravo apoyado en una pared, Tiger, charlando amigablemente con Yari. Y también estaban el teniente y Style. Cuando todo estuvo en orden el teniente se levantó de su asiento y se acercó al grupo. Era un hombre unos treinta años, casi tan alto como Sable. - Bien chicos, hoy tenéis trabajo- dijo simplemente, era su forma de hablar. - Ya era hora que se acordaran de nosotros- contestó Yari sonriendo. Era una chica oriental, muy menuda, sin apenas músculos pero tremendamente ágil. - No se han olvidados de vosotros os lo puedo asegurar- dijo el teniente-. Bien dejémonos de charla y vayamos al asunto. Es una misión sencilla y limpia. Tenéis que destruir un centro de comunicaciones girgano en el planeta Arienne. Style se encargara de entregaros, como siempre, la documentación correspondiente. La chica avanzó y le entregó a cada uno un documento. Matt lo observo y leyó atentamente. El teniente continúo. - Como veis no es nada complicado. Desembarcareis aquí, en el punto Alphadijo señalando un mapa holográfico que estaba delante de ellos-. Avanzareis por la jungla hasta el punto Beta, donde está la base. Una vez allí limpiadlo todo y después dirigiros al punto Gamma, donde un transporte os esperara. ¿Entendido? Todos asintieron. - Bien tenéis veinte minutos para prepararlo todo- dijo el teniente, quien recogió todas sus cosas y desapareció seguido por Style. Página 8 de 25


[MIEDOS INTERNOS] Matt se dirigió hacia el hangar donde los esperaba la nave cuando entre las cajas vio algo moverse. Con curiosidad se acercó. Allí estaba Sable, abrazado a Style despidiéndose de ella. - No te preocupes- le decía él-, dentro de un par de horas estaré de vuelta, no temas. - Lo sé, Nick- le dijo ella-, preferiría estar contigo en la nave. - Megan tu puesto está aquí con el teniente. Tú y él seréis nuestros guías, nos protegeréis. - Si, cariño- le contesto ella mientras se acurrucaba en su pecho. Matt los observaba y escuchaba. Sable le había dicho su nombre y ella también y enseguida comprendió que aquello era serio. Casi sin proponérselo hablo. - Sable, venga se nos hace tarde- dijo. Style se sorprendió y se separó de él, mirando con vergüenza a Matt. - Yo… le estaba dando las últimas ordenes…- la chica no pudo acabar. - Megan, él lo sabe, puedes confiar en Avenger. - Si- respondió Matt- no tenéis porque preocuparos. La chica le sonrió tímidamente, se dio media vuelta y desapareció entre las cajas. - Marchémonos- dijo Sable sonriendo-, vamos a llegar tarde Avenger. - Me llamo Matt- dijo él. Pocos minutos después de llegar Sable y Matt la nave despegó. Era un planeador estelar, una nave pequeña de transporte de tropas, diseñada para realizar incursiones, como la que ellos deberían de hacer. La nave era automática por lo cual no llevaba pilotos. Matt estaba en su puesto cuando resonó en la cabina la voz del teniente. - Bien chicos, ya estáis en órbita- dijo el teniente con tono enérgico-. Tenéis todo el equipo listo para ser utilizado en la bodega contigua. Se levantaron de los asientos y se dirigieron al habitáculo que estaba situado detrás. Era una sala bastante grande, que ocupaba más del espacio total de la nave. En ella había una serie de soportes de los cuales colgaban sus “herramientas” como decía Titán. Matt se acercó a un extremo del habitáculo. En el distinguió claramente una armadura de combate, pesada a un primer vistazo, pero tremendamente flexible y ligera una vez que estaba puesta. Observó también sus armas, un fusil de asalto y una ametralladora pesada. Con la tranquilidad acostumbrada en el comenzó a ponerse la armadura. Podría parecer a primera vista que era condenadamente difícil ponerse aquella cosa, pero la experiencia de Matt hacia que aquello fuera muy sencillo. Probo a mover sus manos y estas respondían perfectamente. Era metálica, pero tremendamente ligera y se ajustaba a su cuerpo perfectamente. Era su segunda piel, la más dura. Cogió el casco negro y se lo ajusto. Rápidamente probó el micrófono interno y los auriculares que incorporaba. - Aquí Avenger probando, uno, dos, tres. - Se te escucha fuerte y claro- le respondió la dulce voz de Style, que era la operadora de su grupo, junto con el teniente. - Bien todo listo- le respondió Matt. - Avenger enciende tu señal de video- dijo el teniente. Matt toco en su brazo un control y pulso una combinación de teclas. En su visor del casco apareció una pequeña imagen del habitáculo. - Funciona correctamente- le contestó él. - Prueba tus controles de armas- volvió a decir el teniente. Página 9 de 25


[MIEDOS INTERNOS] Matt ando ágilmente y se acercó a un soporte cercano y cogió un fusil de asalto. En su visor aparecía toda la información que necesitaba, tipo de arma, munición que tenía cargada, todo. - Bien haz lo mismo con la ametralladora- dijo el teniente. Matt se colocó el fusil en su espalda y repitió la operación con la otra arma. - Comprueba el armamento de combate cuerpo a cuerpo- dijo el teniente. Matt cerró sus puños y de ellos aparecieron unas cuchillas muy afiladas, aquella era su arma secreta, un filo que era capaz de cortar hasta la coraza de metal más dura. Y cada uno de ellos tenía un arma secreta. Titán un lanzador de dardos incorporado, Tiger unas garras afiladas parecidas a las cuchillas de Matt, Sable una hoja de titanio reforzado en uno de sus brazos, que usaba a modo de espada, Bravo un gancho que le permitía subir a cualquier altura y Yari una hoja también de titanio que manejaba con ambas manos. Aún sin armas todos eran altamente letales. - Correcto- dijo el teniente-, bien ve hacia la cabina de lanzamiento. Matt se fue a un tubo que había a poca distancia y entró. El lanzamiento no tuvo problemas. Al acercarse a la órbita del planeta Arienne la nave disparó su letal carga. Seis tubos fueron lanzados y minutos después aterrizaron en el lugar indicado. Los tubos habían desaparecido a causa de la entrada en el planeta, solo una débil carcasa metálica era lo que quedaba de ellos, que sin problema Matt destruyó. Miró a su alrededor y allí estaban sus compañeros. Oyó la voz del teniente. - Tenéis que dirigiros hacia el punto Beta, que está a unos dos kilómetros, atravesando la selva. - Entendido- oyó la voz de Titán-. Avenger, Yari, id los dos en avanzada. Sable ocúpate del flanco derecho y tú Bravo del izquierdo. Las órdenes fueron acatadas al segundo. Con una agilidad fuera de lo común cada uno ocupo su puesto y fueron avanzando a través de la jungla hacia el punto Beta. Cuando llegaron al punto Beta serían las cuatro o las cinco de la mañana, supuso Matt. El teniente volvió a hablar. - Ocupad los puestos de asalto- dijo el teniente. Matt avanzo hacia la derecha y vio como Yari hacía lo propio hacia su izquierda. La base enemiga estaba situada en un claro, y apenas podía distinguirse casi nada. Matt plantó su ametralladora en el suelo y la orientó hacia el enemigo. Toco los controles y la preparó en forma automática. El arma dispararía sin estar él allí, no hacía falta, debía de tomar una posición cercana y esperar. Unos segundos después se oyó de nuevo la voz del teniente. - Avenger- le dijo de nuevo-, según el escáner, detecto a unos diez metros de ti un enemigo. Matt conecto su escáner. - Si lo detecto. Matt se movió del sitio donde estaba siguiendo su indicador. El blanco estaba a unos diez metros, tras unos árboles. Se arrastraba sigilosamente, sin hacer ruido. - Lo tengo a dos metros de mí- dijo Matt al teniente-. Es un soldado de infantería. - ¿Qué armas lleva?- inquirió el teniente. - Un fusil de asalto solo. Afortunadamente no es un francotirador, estará de patrulla. - Elimínalo- dijo el teniente. - Afirmativo- le contestó Matt. Página 10 de 25


[MIEDOS INTERNOS] Matt se colgó a su espalda el fusil que llevaba y avanzo lentamente hacia el soldado. Oía su respiración, las pisadas de este moviéndose en su puesto. Unos segundos después lo diviso. Matt apretó uno de sus puños y de este salió una de sus cuchillas. Se acercó rápidamente en cuclillas y cuando estaba a poca distancia, tal vez a menos de un metro salto encima de él y le atravesó el corazón. Fue rápido, casi instintivo. Arrastro el cuerpo hacia la maleza. - Enemigo neutralizado- dijo Matt, su voz sonaba distinta. - Bien, vuelve a tú puesto. Matt volvió a deslizarse hacia su puesto. Una vez allí pensó. Era siempre así, después de matar a alguien aquellos pensamientos volvían a él, ¿serian remordimientos? Aquello era una guerra, como cientos de ellas que había en todo el universo, además ellos estaban para eso. Cerró sus ojos y por su cerebro volvió a desfilar la misma escena que había tenido lugar antes, solo que mucho más lenta. Veía al joven, con el arma en la mano, mirando a su alrededor, nervioso, como temiendo lo que le esperaba. Después se giró, aferró el arma y continúo su patrulla. Él se levantó y corrió a su espalda, midió la distancia, calculando la fuerza que debía de dar el golpe. Justo en el momento del ataque el joven se giró y la hoja de titanio atravesó el pecho del joven. Tenía los ojos fuera de sus orbitas y de su garganta intento salir un grito, pero el golpe fue mortal en su corazón. El joven cayó al suelo, como un maniquí roto y él saco la hoja mortal de su cuerpo. - Avenger- dijo una voz dulce en sus oídos. - S..si- murmuro Matt con trabajo. Sentía un nudo en su garganta y al abrir los ojos, los tenía húmedos por las lágrimas. - ¿Estas bien?- dijo la voz de Style. - Si, no te preocupes- le contestó él. - Se acerca la hora- le dijo ella-, solo quiero decirte una cosa, cuida de Sable, lo harás por mí ¿no? - ¿Por qué me dices esto?- inquirió Matt extrañado. - Eres su amigo. He aprovechado que el teniente ha salido un momento para… - No te preocupes, Sable sabe cuidarse solo- le contesto él. - Lo sé, perdóname. Tras estas palabras se hizo el silencio. Matt observo el cielo y vio que se acercaba ya el gran momento. Los chicos habían hecho ya el trabajo, todo estaría listo. Al amanecer comenzaría el ataque. Con el amanecer el campamento despertaba. Un soldado medio dormido salía de un barracón y se dirigía al aseo común. Otro más despierto se dirigía hacia el edifico de la cocina, era una mañana tranquila. Y justo en ese momento se desató un infierno, uno de los barracones voló por los aires, mientras que una de las torres de defensa era destruida. El caos se apodero del campamento, del segundo barracón intentaron salir soldados, pero estos cayeron bajo el fuego de las ametralladoras y a partir de ese momento todo cambio. De la espesura apareció primero Titán empuñando su fusil de asalto disparando contra los pocos soldados que habían sobrevivido a la explosión. Yari y Tiger entraban disparando en el edificio de la cocina y mataban a todos los que estaban allí. Mientras, Bravo y Sable asaltaban el centro de comunicaciones y eliminaban toda la resistencia que pudiera haber allí. Matt por su parte salió de la selva y eliminaba a los pocos soldados que huían despavoridos de los disparos de la ametralladora del segundo barracón. - Resistencia eliminada- dijo la voz de Bravo.

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[MIEDOS INTERNOS] - Entendido- le contesto el teniente-, terminad el trabajo y dirigiros al punto de recogida. - Ya habéis escuchado- dijo Bravo-, Sable y Avenger id al este y haced desaparecer las armas. Yari, tú encárgate de del oeste con Tiger. Titán ven conmigo, vamos a volar el centro de comunicaciones. El ataque no había durado ni cinco minutos. Sable y Matt estaban destruyendo las ya inservibles ametralladoras y preparando sus cosas para la marcha. - Ha sido muy fácil- dijo Sable-, no como aquella vez en Isadoran, te acuerdas. - Como para olvidarlo- le contesto Matt-, aquella vez casi no lo contamos. - Cuando lleguemos a la base lo primero que voy a hacer va a ser abrazar a Style- dijo Sable. - Ten cuidado- le dijo Matt llevándose la mano a su oído. - No te preocupes estoy fuera de línea- le contesto Sable, solo me oyes tú. Matt se agacho y se quitó el casco y respiró hondo. - Lo necesitaba- dijo-, necesitaba respirar aire fresco. - Ya, lo sé- sonó la voz metálica de Sable-. Estos deben de haber terminado ya no. - Sí, creo que sí- le contesto Matt volviéndose a colocar el casco-. ¿Habéis acabado ya, Bravo? - Terminado, Poneros en marcha. Sable avanzaba lentamente. Detrás de él iba el resto del grupo por la espesura. Matt se detuvo un momento y consulto su mapa. - ¿Qué miras, Avenger?- le dijo Titán. - Estamos casi fuera de esta maldita selva- le contestó Matt-. Después cinco kilómetros de andar por una planicie. - Si la verdad es que yo también estoy harta de esta selva- dijo Yari, quien se acercó a los dos. - Pues mira- contestó a todos Sable- ya estamos casi afuera, solo unos cincuenta metros más y estamos casi en casa. Todos rieron y aquello hizo que sus ánimos se elevaran y continuaron la marcha. Media hora después, la selva había quedado atrás y atravesaban una planicie, jalonada solo por una zona montañosa al norte. Bravo consultó su mapa. - La zona de rescate esta unos dos kilómetros al sur, hacia allí, protegida por unos pequeños montículos. - Menos mal- contesto Titán sentándose en unas rocas-, ya me estoy cansando. La próxima vez tenemos que hablar con el teniente para que ponga la zona de rescate más cerca. - Se lo comentaré- contestó Bravo-. Hay algo que me extraña un poco. - ¿Qué?- contesto Sable. - Esas colinas del oeste no salen en nuestros mapas- le contestó Bravo. - No es la primera vez que se equivocan- respondió Tiger. - Ya lo sé. Vamos, continuemos. Los seis continuaron avanzando durante unos diez minutos. De pronto Bravo se detuvo. - Avenger consulta tú posición. Matt se detuvo y desplegó el holograma del planeta ante todos. - Las coordenadas son correctas- respondió Matt-. La entrada en el satélite es correcta. Página 12 de 25


[MIEDOS INTERNOS] - Ya lo he visto, pero esos montículos no aparecen en el mapa. - Tal vez los girganos los han construido- respondió Yari. - Puede ser- respondió Sable. - Voy a decírselo al teniente- respondió Bravo-. ¡Mi teniente! - Si Bravo- contesto el teniente. - ¡Compruebe con el satélite nuestra posición! - Entendido, comprobando. Matt observo el grupo, todos estaban allí, mirándose unos a otros, mientras el teniente les contestaba. De pronto su escáner emitió un pitido. Lo miró y grito. - ¡Todos alerta!- dijo Matt. - ¿Qué demonios pasa, Avenger?- dijo Bravo. - Tengo múltiples lecturas en todas direcciones- respondió Matt. - ¡Informe, Bravo!- dijo el teniente-, ¿qué está pasando? - ¡Mi teniente tenemos múltiples lecturas, pueden que sean hostiles! - En nuestro escáner no aparece nada- respondió el teniente-. Puede que sea un rastro residual. - ¡Mi teniente!, no es un rastro residual- le respondió Matt-, son lecturas claras que vienen de todas las direcciones directamente hacia nosotros. - ¡Mi teniente!- dijo Bravo, pero este no respondió, solo se escuchó un ruido de estática-, ¡mi teniente…! - ¡Formación de defensa!- ordeno Matt. Rápidamente todos adoptaron sus posiciones, formando un círculo alrededor de Bravo. Empuñaban sus fusiles de asalto observando detenidamente en todas las direcciones. En el centro, Bravo intentaba comunicar de nuevo con el teniente sin éxito. Matt estaba impaciente, mirando con su arma apoyada en su rostro. En el visor de su casco aparecieron múltiples blancos, pero no se disponía de información adicional de ninguno. El enemigo, si podía llamarse de alguna forma, estaba a unos mil metros. Era una inmensa ola de color negro que se acercaba a ellos sin pausa y sin descanso. Matt disparo su arma. A los disparos de este le siguieron el resto. La ola negruzca retrocedía un poco, pero volvía a continuar con renovado ímpetu. Matt miraba su visor. Al acercarse más a ellos podía ver que no era una ola sin forma, que estaba formada por unos horripilantes bichos de color negro que avanzaban hacia ellos. Podrían parecer insectos, pero no tenían nada de ellos, si se exceptuaba unas antenas que les crecían en los brazos, parecían más animales sacados de una pesadilla. Estaban a unos quinientos metros y Matt continuaba disparando sin tomar aliento. Sus ráfagas, cortas y certeras, hacían blanco en esas cosas que se retorcían y desplomaban inertes al suelo. Pero cada una que caía era reemplazada por otra que avanzaba unos metros más. Estaba atento a su munición, suficiente para enfrentarse contra un ejército, pero ineficiente contra esos seres, bajaba rápidamente y tenía que cambiar de cargador. Llego un momento que grito de impotencia. - ¡No me queda más munición!- gritó. - A mí tampoco- le respondió Sable por el comunicador- ¿Qué hacemos? Matt tiro su arma al suelo y se tensó. Miro a sus compañeros de armas, que estaban en su misma situación. Miro después a la ola negruzca que estaba a unos trescientos metros de ellos. - Son ellos o nosotros- dijo con voz profunda-, nos superan en número, por lo menos en diez a uno, no tenemos armamento. - Lo sabemos Avenger- dijo Tiger.

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[MIEDOS INTERNOS] - Lucharemos por nuestras vidas- les respondió Yari- . No tenemos nada que perder. Todos se miraron y asintieron. Matt cerró sus puños y de ellos aparecieron sus cuchillas. - Formación de ataque cerrada- dijo Bravo. Todos se situaron a su alrededor esperando a sus enemigos que cada vez estaban más cerca, quizás a unos cien o doscientos metros. Todos se prepararon para el inminente ataque. La masa negra llego hasta ellos. Y atacaron cada uno don sus armas. La formación cerrada funciono a la perfección y la primera oleada de enemigos yacía destrozados en el suelo. El enemigo, al verse derrotado en aquel ataque, se retiró y aquello le dio tiempo a Matt para observar aquellas cosas. Eran parecidos a insectos, tal vez como escarabajos, pero eran gigantescos, casi del tamaño de un perro. Además tenían unas patas acabadas en garras prensiles que enganchaban a la víctima. Y eran muy afiladas, tanto como espadas y podrían atravesar cualquier material, incluidas sus armaduras. Pero aquella tranquilidad no duro mucho tiempo. Solo tomaron un respiro por que el enemigo volvía a cargar. Ahora la batalla, porque aquello ya era una batalla, se desarrollaba de forma distinta. El enemigo, al ver la superioridad manifiesta del grupo, ataco en diferentes oleadas, cada una dirigida a un flanco de los atacados. Su intención era separarlos. Matt se dio cuenta de ello y hablo con Sable a través de su comunicador. - Sable, intentan separarnos. - Lo se Avenger- le contesto-, debemos de mantenernos unidos. Sable, con su hoja parecida a una espada, atravesaba los cuerpos de sus enemigos, mientras que Yari, con su especie de lanza mantenía a distancia a los bichos. Tiger se lanzó, con sus garras y ensartó a uno de aquellos enemigos y ágilmente se giró para atacar al siguiente. Bravo enganchaba a sus adversarios y los lanzaba contra sus congéneres, mientras mandaba rayos de energía a través del cable extensible. Titán apuntaba y lanzaba dardos explosivos con su lanzador, mientras Matt atravesaba enemigos con sus hojas. Aquella refriega duro unos minutos, pero pasaron de forma pausada, casi a cámara lenta. Sus movimientos eran perfectos, entrenados en miles de ocasiones. A su alrededor solo quedaban un circulo de restos, desechos por los envites de la escuadra. Pero aquello solo fue una ilusión. El primero en caer fue Tiger, quien desapareció tras marea de enemigos. El resto no se dio cuenta de ello, pero al reagruparse después del ataque se dieron cuenta de su falta. Matt, vio por la forma de las posiciones del cuerpo de sus compañeros la rabia que sentían. El mismo la sentía. Atacaron todos a la vez. Matt se lanzó y acuchillo sin compasión a todo el enemigo que se le ponía a su alcance. Sable, que estaba con él, atacaba de la misma forma. Habían dividido el grupo en dos. Yari, Bravo y Titán estaban aislados de ellos y aquello fue su perdición. Matt vio como uno de aquellos bichos arrastro con fuerza a Bravo, cuyo gancho se quedó atrapado en uno de ellos. El empuje fue tan brutal que voló y cayó en la masa de enemigos. El golpe fue tal que su brazo, con el gancho, salió despedido en una dirección y su cuerpo en otra, cayendo en una marabunta de enemigos, donde fue atravesado hasta su muerte por las garras.

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[MIEDOS INTERNOS] Yari y Titán estaban espalda contra espalda. Titán lanzaba sus dardos, pero la cantidad de enemigos era superior a ellos, así que rápidamente se vio superado. Una garra afilada como una espada cortó su cabeza. Su cuerpo exánime cayó al suelo. Yari, al verse sola, esgrimió su lanza en toda su extensión y trazó un circulo a su alrededor, con lo que ponía a distancia a sus enemigos. Usando como apoyo la lanza, salto para intentar reunirse con sus compañeros. El salto fue increíble, ya que paso limpiamente por encima de sus enemigos para caer fuera del círculo que formaban. Y ataco despiadadamente, matando a todos los que se le ponían por delante. Era agilísima, ya que esquivaba y atravesaba enemigos, que caían muertos a su alrededor. Aun así, la cantidad de enemigos era excesiva, por lo que fue atravesado su cuerpo por tres garras de los bichos. Matt y Sable estaban los dos solos. Sabían que sus compañeros habían caído y que ellos eran los siguientes, pero venderían cara su piel. Ellos eran los mejores del grupo, y los que tenían el mayor número de bajas en su haber. Los dos juntos eran un equipo y aún en inferioridad, como en este caso, mataban a todo el que se ponía a su alcance. - Somos los últimos- dijo Matt. - Lo sé, compañero- dijo Sable-, si caigo quiero que me hagas una promesa. - ¿Cuál? - Cuida de Megan, tú eres el único en quien confío. - No tendré que cumplirla, los dos saldremos de esta. - Yo no estoy tan seguro. - Yo sí, ya estoy harto de esto, ataquemos de una vez y acabemos con esto. Sable asintió. Los dos se separaron y atacaron al unísono. El número de bajas que causo el ataque fue brutal. Matt destrozaba a quien se le ponía por delante, con una velocidad y una agilidad increíbles. Sable por su parte, también hacia lo mismo. Entre los dos habían abierto un pasillo, hacia lo que podría ser una zona de escape. Podrían volver a la jungla. Fueron avanzando, poco a poco paso a paso, hasta que estaban casi tocando los primeros árboles. Pero todo fue un espejismo, justo cuando creían que estaban a salvo, la coraza de Sable fue atravesada por una garra, que le destrozo el pecho. - ¡Maaatt!- grito con su último aliento, a la vez que salía por la máscara de su armadura un chorro de sangre a presión. Matt se dio la vuelta y vio como caía su amigo. Lleno de rabia ataco, se lo iba a jugar todo por el todo. En su mente solo veía los cuerpos destrozados de sus compañeros, y la sed de venganza le hacía bullir la sangre. Rodeado de enemigos, algunos muertos y la mayoría vivos, los destrozaba. Sus golpes eran perfectos, y cada uno era un enemigo muerto. Era para lo que vivía, para eso era para lo que estaba entregado. Él y la Legión eran uno solo. Y entonces lo sintió. Sintió un dolor fuerte y profundo en el pecho. Se miró y vio como dos enemigos habían anulado su guardia y un tercero había atravesado su pecho. Grito, cerró los ojos y espero el abrazo de la Muerte, todo estaba perdido.

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