Interpreto
La lectura como forma de acercarme al conocimiento cotidiano en mi vida social.
Infiero
Que la lectura debe ser una forma de mi actividad diaria en el colegio y el hogar.
Valoro
La lectura compartida con mis padres, hermanos y amigos, para apreciar y vivir en paz Eje
Relacionamos el tema de mamรก y papรก como las primeras personas y palabras con las cuales me relaciono para construir un mundo de aprecio y solidaridad, teniendo la lectura de por medio.
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MI VIDA EN SOCIEDAD
Nuestro compromiso con la paz Mi día en gráfica
Grafica, con base en el ejemplo expuesto, cómo es un día tuyo de actividades escolares y familiares, y en especial cómo contribuyes a generar ambientes de solidaridad, respeto y compañerismo tanto en tu hogar como con tus amigos de barrio y colegio.
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MÓDULO 3
Mi barrio
Más que casas y edificios, el barrio es espacio de convivencia.
El barrio está compuesto de casas habitadas que conforman hoy los llamados conjuntos residenciales.
Los barrios tienen nombres. Cuéntanos cómo se llama tu barrio y a qué se debe ese nombre. ¿Tu barrio está conformado por casas, conjuntos o una mezcla de los dos primeros?
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¿Qué se necesita para que tu barrio sea seguro y esté en paz? ¿Crees que hay paz cuando en nuestro país muchas personas no tienen casa?
MÓDULO 4
Convivencia pacífica Los duendes y el zapatero
Había una vez un zapatero que era pobre, tan pobre que ya no le quedaba más que el cuero necesario para hacer un par de zapatos. Llegada la noche, cortó los zapatos que había de hacer en la mañana siguiente, preparó la labor y se fue a dormir. Por la mañana, cuando se preparaba para sentarse a trabajar, encontró encima de la mesa, perfectamente acabado, el par de zapatos. Y tanto se asombró, que no sabía lo que pasaba. No tardó en entrar en la tienda un comprador que, al ver los zapatos, le gustaron tanto y tanto que pagó por ellos más del precio ordinario, y así el zapatero pudo comprar cuero para dos pares de zapatos más. Por la noche los cortó, y al día siguiente, con nuevo valor, fue a ponerse a trabajar, pero no necesitó dar ni un punto, pues allí estaban terminados los cuatro zapatitos. Y no tardaron en entrar compradores y llevárselos. Tanto dinero le dieron por ellos, que el zapatero pudo comprar cuero para cuatro pares de zapatos. En la mañana siguiente, los cuatro pares estaban terminados, y así sucedió todos los días; cuanta labor cortaba el zapatero por la noche, por la mañana la encontraba acabada y, como se la pagaban muy bien, no tardó en convertirse en hombre de buena posición. Una noche, cuando el zapatero tuvo terminado su trabajo, le dijo a su mujer: –¿Qué te parece si esta noche nos quedamos a observar quién es la persona generosa que así nos ayuda? La mujer del zapatero asintió, encendieron una vela y se escondieron en un rincón del cuarto, detrás de unas ropas que allí había colgadas. 64
CONVIVENCIA PARA LA PAZ
No me dejan gritar Alejandra Guerra Villa, 10 años, Guadalajara, Jalisco (México)
¡No me dejan gritar! ¡No me dejan hablar! No me dejan manejar porque soy menor de edad, así que decidí, mi guitarra hacer sonar. Por la calle voy pasando, a una señora hago cantar, a un viejito hago reír y a las flores hago florecer así que todos van a cantar, bailar y escuchar al ritmo de mi guitarra, la, la, la. www.elhuevodechocolate.com
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