CONURBALIA
Número 0 Imagenes, dibujos y textos inmemoriales: René Roche, Kadabra, el Caimán Vranjican
“Tenemos tanto para decir, por eso decimos todo”.
QUE ES ESTO………………………………………………………………………… CONURBALIA………………………………………………………………………. MANIFIESTO PARA UN NUEVO ARTE DE LA DEMOLICION…………………. II………………………………………………………………………………………. HAY UN NIÑO EN PLAZA ONCE………………………………………………….. NOCHE……………………………………………………………………………….. LAS VOCES DE CONURBALIA…………………………………………………….
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QUE ES ESTO
Conurbalia no es una región geográfica Conurbalia no tiene dueño, pero hay gente que vive en sus tripas Conurbalia no es un capricho, es una ilusión colectiva Conurbalia tiene forma e identidad propia, aunque no es nada ni es de nadie Conurbalia no está esterilizada ni tratada Conurbalia es una ventana de las cloacas Conurbalia recibió todo tipo de injurias y calumnias de todo el mundo Conurbalia es testigo de santos extraños y milagros marginales Conurbalia no está en el diccionario, en las páginas amarillas ni en la GUIA-T Conurbalia es un pasadadizo entre esta vida y la otra Conurbalia es atemporal Conurbalia no tiene sentido Conurbalia ES, FUE Y SERA Conurbalia CAERA...y cuando eso suceda todas y todos caeremos con ella…
CONURBALIA Su atmósfera envuelve a la memoria. El polvo se levanta del asfalto y queda en un tiempo paralelo, ritmo que Conurbalia marca a los dientes. Las mandíbulas calman sueños que libera el humo del deseo. La mirada pretende lo que ojos rudos buscan en una realidad extraña, siempre extraña. Conurbalia se abre por un rito forzoso y un presente sin tiempo se erige en el cimiento derruido del camino. La palabra engendra y sueños des hechos de rumban sitios. Silencio nocturno. Los pactos sellados, las señales trans
mitiendo la imagen, el bombardeo a la ciudad NO DEJAR RASTROS DEL SENTIDO de lo sentido. Conurbalia espera palpita al hombre el aparato enredado en la red digitalizada, inocula la señal en la real irrealidad en el murmullo del habla del Gran Escucha. Conurbalia se abre por la palabra ajena como un puñal que atosiga un idealista de la nación su falta de pudor. Una magia insolente asfixia atenta contra la bandera de Conurbalia que una vez desde el Sur, René Roche intentó soñar.
MANIFIESTO PARA UN NUEVO ARTE DE LA DEMOLICION La nuestra es una época saturada en imágenes, en información. Nuestro ojo percibe a una velocidad excesiva. Se percibe, más no se asimila, no se decodifica ni se reinterpreta el significado propuesto por los agentes que trabajan para el mensaje de la imagen. Intrínsecamente, una imagen no tiene un significado específico pero el mundo está inundado de significantes hegemónicos, porque sirven a una utilidad de mercado que sostiene un Statu quo. La opción de la libertad para cambiar estos signos hegemónicos en el arte es demolerlos. Y si no es posible demolerlos, entonces hay que alterarlos. Cuando se aleja un signo de sus intenciones primordiales y se yuxtapone de manera arbitraria, se regenera y reintegra sus capacidad de transmitir significados alternos. Nuevas significaciones, nuevas libertades. De lo que se escribe, el que lee deber sentir una asociación directa destruyendo cualquier tipo de hegemonía posible entre escritor y lector; el oyente debe poder oír nuevos sonidos en la música del ejecutante y el observador estará dispuesto a resinificar las nuevas imágenes expuestas por el actor. Para que queden obsoletas entonces estas caracterizaciones hegemónicas la condición necesaria es estirar el espíritu. Bucear en los océanos de la incertidumbre tras la proclama febril que se agita desde los huesos: la sincronía con el tiempo sideral y cósmico, la desmantelación total y expresa de la conducta represiva, de los atavíos que demoran la corriente transgresora, lúdica e introspectiva que necesitan los corazones, libres. La bandera enarbolada por los voraces glotones de la burocratización del alma debe ser terminantemente aletargada por la inspiración del humano libre: es nuestro pan y derecho, nuestro menester, nuestra responsabilidad y riesgo. La libertad supone el riesgo como chispa, la entrega total como hoguera, como consuelo ardiente a la zozobra de las concesiones represivas que la cultura de acumulación se adjudica como fuerza y motor hacia la deshumanización, hacia el mercantilismo de nuestras capacidades y relaciones. Es la libertad el consuelo infinito de quienes la buscan, el destino fatal y último de quienes la proclaman. Derivaciones, un amor puro y novedoso. Que llegado el momento final, desespere a los címbalos de algarabía, y reviente las flores de fiebre y gloria. Que el chiste quede sin dicha, algo que supere la risa en el descabellado intento de descarriar y trascender. Hermanas y hermanos: caminemos sin escapularios. La única propuesta genuina es la de arder. Arder por un camino espontáneo y contradictorio, rústico. Un palacio donde reinan los lacayos y los reyes sirven, donde es la improvisación el continuo suceder de las cosas. Vámos, hagámonos polvo, otra vez.. dejemos esta casa prestada y volvamos a temblar. Ladrillos desechos, hasta el polvo del hueso. Estamos dispuesto a todo: Firmaremos poemas de manos que no fueron las nuestras, chantajearemos a la muerte, nos excusaremos ante la responsabilidad por dormir la siesta entre los manzanos. Manzanas entre signos de interrogación es lo que somos ahora. Y como cabezas y hongos que se enamoran, conduciremos nuestros amores vírgenes a peregrinar sueños de fertilidad en el suelo de la bienaventuranza. Amigas y amigos: la vida es un concierto; así que seamos valerosos y paremonos a aplaudir de pie, vitorea, escucha, capturemos las notas salvajes del aire para ser devueltas en la inmensidad prosaica del sonido convertidas en algo nuevo.
II En la esquina irreal de Conurbalia René despierta en la cortesía diaria. Prepara otro cortado más y otro y otro, hasta que no hay más, hasta que vuelve a lavar los jarritos acumulados, los seca y prepara otro cortado cargado y entre medio el amor, el futbol y que este país no camina y sin responder, sólo sí, señor, ¿con una factura? algo más, bueno, son 23, mientras ve vedado los ojos escindidos del aleteo del pájaro, pero igual sigue en su camino hace continuar. El tiempo en el desorden interpretado oculta, guarda en el silencio -en el silencio del patiolas lágrimas para evitar la vergüenza, para que el otro, en inmunda impaciencia no pregunte y a éste qué le pasa. Hasta que de golpe recuerda.
La ciudad que René transita está saqueada. Un recuerdo de otro encapsulado en el tiempo flotando el tiempo en el espacio se detiene René camina en la ruina del recuerdo de un barrio de Conurbalia Un niño en la oscura avenida trepa las paredes al ver que su madre se va desesperada a la otra región, inasible. El árbol deja caer otra hoja, otro destino para engendrar otro, pero ahora en el interior de ese niño que no sabe dónde meterse ni de qué disfrazarse.
En otra esquina baldía las incansables noches de humo y vigilia que un viejo camionero desafía en las rutas del país se repiten hasta que. René despierta en la niebla de voces matutinas,
concierto atroz de voces matutinas, frenando siempre el ingreso a lo que no se ve del otro lado. Otro día planea quedarse, detenido, preso en el día hasta la muerte. La clave: denostar al héroe en el presente. El héroe denostado en el presente. El pasado recordado en el presente, por denostar el presente un pasado se recuerda. Las voces dando vueltas, en este cuerpo un fantasma da vueltas como el fantasma de un fósil en región inasible. “Y viste cuando la tenés no sabés dis frutarla y te amargás, y cuando no tenés envidiás”, y arquea las cejas. “Qué vas a hacerle nene, nos vemos.”
Minuto 5 en adelante. Spirit (no hay palabras). La eternidad acondicionada, condicionada por el aire. La ilusiรณn del placer aireado.
HAY UN NIÑO EN PLAZA ONCE Hay un niño en Plaza Once, entre trenes y tres monedas que son arrojadas a distintos puntos de la avenida. Sus ojos deambulan perdidos. No puedo ver su mirada. Sus ropas desgreñadas tendrán una larga noche. Otra noche quiere gritar los mil gritos de las mil voces, otra noche se destruye en su sueño. Todo es mal sueño en éste lugar olvidado. De día el alboroto, de noche los lobos. También, en lo alto, el valor de vivir por sobre todas las cosas. Está en el movimiento, en las luces, los faroles, en las efigies excepcionales. Es susceptible a todo. Las personas caminan, pero no lo ven, a él, que está a la vista de todos. Los ojos giran y condenan con el peso del dolor que tuerce. ¡Todo es tan simbólico! Las rejas y tras la vía, desechos de un sociedad olvidadiza. Ese niño ¿Qué hacer? ¿Qué consuelo? ¿Qué oportunidad? Los jirones del tiempo accidentado son para él divagaciones al espacio, patrones que han de acomodarse en una jarra vacía. Todo es vicio que lo desvela de emoción. En la guerra, la ignorancia, la muerte hostil, hay un pensamiento impropio. En el centro, de esa idea inmóvil, un hombre que no existe. La piedra su fundamento y su justificación. Un niño frente a una estatua en Plaza Once. Hay un niño en Plaza Once. Su panza no sé llena con folletos políticos. Me estoy muriendo de hambre y tu corazón no se parte ni aunque te pida un cigarro. Se abren las rejas y tras las vías la noche se abre al día. Plaza Once está repleto de niños y de días. De viejos borrachos que seducen travestis. A un paso y tan lejos del paraíso, los cerrojos están echados. A salvo. Los párpados caen sobre los ojos. Sueños de persianas y escaleras (en los costados los ojos se inclinan y las persianas se abren…¿ante qué?) Arboles y faroles. La luz del piso 14 me obliga a subir 14 veces por la ciudad de los mercaderes, la ciudad de los niños. El viento dobla la curva de la esquina. El viento, mi ventana llena de plantas…
NOCHE
Aventurarse en la noche. La caravana ha marcado el paso. El listo espera, observa, ve el camino y camina. Todas son asociaciones. Mingus suena. Se asocian en mi mente bailarines, músicos, elefantes, coronas con plumas de quetzales. Piezas teatrales. Hay una representación de una pelea de boxeo llevada a cabo por dos eunucos. Pienso en el boxeo , en el arte del boxeador, en las figuras cuadriláteras, en la sagrada disciplina y autocultivo del púgil. Una mente sobre el ring que ahora brilla. La música es enloquecedora. ¡Qué viva toda idea viva! Cuando es de noche y la magia cae en un telón negro sobre la ciudad y mi cabeza está repleta de vino y canciones y alacranes en mis dedos, entonces veo que la vida es más que ese relój programado que nos amanece , que el destino es el desatino más grande, que noctámbulo me siento solo y bien y que no hay papel ni identidad, ni efecto contra las fuerzas nocturnas. Expuesto a la brutal sinceridad de la vigilia, no durmiendo, sino viviendo con el enemigo, si alguien quiere conocerse, es imperioso que lo haga solo y o de noche. Cuando todas las cabezas están en las almohadas y yo estoy despierto y en algún lado está Mingus seguramente habrá boxeo, porque si está Mingus habrá baile y noche y misterio, balcones llenos de plantas mirando a las estúpidas luces de los edificios, Al brillo artificial de la ciudad. Habrá delirio y contemplación y ahí la mente se vuelve única e universal. La noche en la ciudad, es la ciudad. Buenos Aires es la noche.
LAS VOCES DE CONURBALIA
El Pasado ya se fue…la vida vuelve a mostrarme que me equivoque. De nuevo, hay risas. Juan Carlos, boxeador 36 años
El periodismo se extinguió.¿Cómo no va a extinguirse? Cuando la urgencia es más importante que la información misma. Cuando ya no es lo entrevistado lo que importa, sino la novedad lo que hace el producto. Es la ansiedad de saber lo que vas a vivir. Es saber que mañana llueve sin mirar el cielo. Confiar en un ciego. Ciegos guiando ciegos. Gladys, panadera 57 años
Con dos canciones podés pegarte la vuelta al mundo. Con un repertorio entero quedarte atornillado donde estás. De cualquier manera estarás viajando. Pocho, viajero 26 años
Vivir en esta época es díficil para aquel que necesita emociones fuertes, para el que se cansó de mirar la pantalla y quiere abstraerse de todo aquel absurdo aparato mediático. Carlos, Jubilado 67 años
Cualquier declaración de principios es un peligro. Roberto, peluquero 43
Argentina es un país gigante y despoblado, cuya mayor extensión no pertenece a los argentinos. Esther, profesora de geografía 41 años
No creo que las cosas puedan ser borradas de la historia. Los sucesos continuarán por siempre presentes en la genética del universo. Silvia, ama de casa 70 años
No te hace hombre ganar dinero, mantener una familia, Eso es solo una pequeña parte. Te hace hombre saber que ya no eres más un niño, pero que jamás podrán arrebatarte ese sentimiento de novedad que hay en lo más profundo de tu alma. Juan, ciclista 45 años
Escribir es una lucha. Por retener las palabras, que se escapan para perderse en la caligrafía del tiempo. Luis, kioskero 30 años
Ya no podés ni chamuyar, ahora es todo por Whatsapp. A las minas no les calienta el galanteo. Por eso se coje mal y anda frígidos y estériles. Chamuyar por Icq estaba bueno, pero que vuelva el face to face, este mundo se está volviendo frío, frío como el plato de sopa de un viejo. Miguel, playboy local 34 años