MAY-JUN 2011
NÚMERO
07 A Ñ O
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA CULTURA CENTRO NACIONAL DE HISTORIA MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURAS
A favor de la diversidad y en contra de las desigualdades
4 Soy afrodescendiente… La devoción por el texto y la memoria Curiepe… siempre Curiepe El Callao, esencia, brillo y color
Libertarios y cimarrones: afrodescendientes en Venezuela
Revista así somos, año 4, Nº 07 M AYO - J U N I O 2011 D i re c to r
Co la b o ra n e n e st e n ú m e ro
Luis Adrián Galindo C. luisgalindo@yahoo.com
Aixa Antúnez Neris Barboza María Cristina Bassalo Mailyng Bermúdez Nirva Camacho Berta Cova Gerri Chávez Alexis “Felipito” Laya Luis Laya Carlos London Luisa Madriz Cheyla Masín Casimira Monasterios Akaida Orozco José Marcial Ramos Nelly Ramos Juan Pablo Sojo (+) Arianne Velis Ernesto Yevara
Co n s e j o Ed i to ri a l
Luis Galindo Casimira Monasterios Alejandro Calzadilla Nelly Ramos Aldemaro Barrios Co o rd i n a c i ó n Ed i to ri a l
Akaida Libertad Orozco aklibertad@gmail.com A s i st e nt e e d i to ri a l
Harold Palacios hdps86@hotmail.com D i s e ñ o g rá f i c o
Argenis Valdez Alejandro César Solórzano Infógrafo Jorge Luis Galofre galofenix@gmail.com
I SSN 1856-8483
Co r re c c i ó n
Ed i c i ó n 60.000 ejemplares
César Russian
así somos es una publicación del Gobierno Bolivariano de Venezuela, Ministerio del Poder Popular para la Cultura
Fo to g ra f í a s p o r t a d a SUPERIOR
Natalia, recolectora de cacao. Chuao, estado Aragua, 2002. Foto: José Carlos Gó mez INFERIOR
Niñ os de la comunidad La Arenita. Barlovento, estado Miranda, 2008. Foto: José Carlos Gó mez
Fo to g ra f í a s c o nt ra p o r t a d a SUPERIOR
Los niños del Santo Negro. Comunidad de San Benito, estado Mérida, 2010. Foto: Luz Marina Parra INFERIOR
Diablitos del futuro. Chuao, estado Aragua, 2007. Foto: Susana Arwas/Edgar Moreno
Fo to g ra f ía s
Rubén Alfaro Susana Arwas Filippo Bilotti Iván Calzadilla José María Cruxent María Teresa García José Carlos Gó mez Álvaro González Juan José González Raúl González Rosley Labrador Nury Lárez Alexis “Felipito” Laya Reinaldo León Edgar Moreno Isidro Núñez Harold Palacios Gonzalo Plaza Mónica Piscitelli Manuel Reina Leal Freddy Román Rafael Salcedo Víctor Sojo Luis Trujillo Archivo Centro de la Diversidad Cultural
D e p ó s ito Le g a l PP200702CS2757
Av. Panteón, Foro Libertador, edificio Archivo General de la Nación, 2do. piso, Caracas, Venezuela. Teléfono: (58-212) 509.55.38 museodediversidadcultural@yahoo.es Impreso por la Fundación Imprenta de la Cultura República Bolivariana de Venezuela V I C E M I N I ST E R I O PA R A E L FO M E N TO D E L A E CO N O M Í A C U LT U R A L Co o rd i n a c i ó n d e l S i st e m a M a s iv o d e R e v i st a s d e la C u l t u ra
Jonathan Montilla S u p e r v i s i ó n G e n e ra l d e D i s e ñ o G rá f i c o
Dileny Jiménez El Sistema Masivo de Revistas del Ministerio del Poder Popular para la Cultura está integrado por ocho revistas: A Plena Voz, Arte de Leer, Así Somos, Memorias de Venezuela, Poder Vivir, La Revuelta, La Roca de Crear y Se Mueve.
así somos Nº 7 Libertarios y cimarrones: afrodescendientes
en Venezuela Foto: R A F A E L S A L C E D O
2011 AÑO INTERNACIONAL DE LA AFRODESCENDENCIA
E d i t o r i a l Así somos desde la afrovenezolanidad
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REVISTA
así somos
A partir de la entusiasta aprobación de la nueva Constitución de 1999 por la gran mayoría de la nación venezolana, junto a la alegría de un nuevo proyecto político, social y cultural de indiscutible defensa y respeto por los derechos de nuestros pueblos, queda la deuda del reconocimiento constitucional expreso de las especificidades socioculturales de los pueblos de descendencia africana en la conformación de un país multiétnico y pluricultural. Este reconocimiento y autorreconocimiento por parte de la población venezolana, garantizaría una vía hacia la eliminación del racismo y otras formas de exclusión social, a la vez que la plena incorporación de los pueblos afrodescendientes y de su diversidad sociocultural en los distintos ámbitos de nuestra vida social. El año 2011 ha sido declarado por la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas como el Año Internacional de la Afrodescendencia, de allí la importancia de estimular la reflexión colectiva sobre esta realidad en Venezuela, razón por la cual nos aproximamos en este séptimo número de la revista Así Somos a los saberes y vivencias de estos pueblos. Para ello, hemos creído necesario alejarnos de una visión “folklorística” sobre los aportes culturales de la presencia africana en nuestro país, continuamente presentada únicamente como herencia musical y danzaria. Sin duda alguna, parte importante de nuestra riqueza sonora y capacidades de expresión a través del cuerpo se 01 la debemos a los ancestros africanos, pero estas creaciones no son de ninguna manera ni simples, ni ingenuas, ni azarosas, como tampoco son los únicos aportes de los pueblos afrodescendientes a la diversidad sociocultural del país. Junto a la música y la danza de estos pueblos hay una cosmovisión o visión integradora que da sentido y pertenencia a nuestra existencia humana en este territorio. Para esta aproximación a los pueblos afrodescendientes en Venezuela hemos invitado a escribir los artículos desde una mirada endógena, desde el tejido de la vida diaria, como quien desea contar su familia, su calle, su plaza y su tierra. Presentamos narrativas de la vida cotidiana, del día a día, de las formas cómo se gana el pan del hogar, las manera de celebrar el nacimiento de los hijos, el matrimonio del vecino, la buena cosecha, la cultura en el barrio, la llegada del Niño Jesús o la salida de San Juan de la iglesia con el grito de las campanas y el solazo en la cabeza. Encontraremos también una mirada muy íntima, de quien se mira al espejo y describe su cuerpo, del cómo se enseña a hablar al infante, de las formas de gesticular con las manos, de las maneras de referirse a los abuelos, las abuelas, a los primos y a los vecinos. Hablamos de los saberes para cultivar la tierra, cocinar e ingerir los alimentos, identificar y domesticar las plantas medicinales, curar enfermedades, junto a oraciones y terapias. Pero no olvidemos que para una parte importante de la población, existen pueblos descendientes africanos tan sólo por su color de piel y no por la complejidad de sus culturas. Razón por la cual es importante reflexionar sobre el cómo percibe el resto de los venezolanos a los pueblos afrosdescendientes y también como se perciben éstos a sí mismos, incluidos allí los medios de comunicación, la publicidad, la moda, el cine, las telenovelas y el chiste callejero. Sin duda, este número de Así Somos, es apenas un esbozo del amplio trabajo de investigación que aún nos queda por delante en la tarea de conocer con profundidad y hacer visibles las características socioculturales de los pueblos afrodescendientes, camino necesario para el reconocimiento y autorreconocimiento de estas culturas en el país. Deseamos agradecer a quienes escribieron para este número, la mayoría, mujeres luchadoras que hacen vida en las distintas organizaciones y movimientos sociales de Venezuela, entregadas al estudio, fortalecimiento y luchas por la dignificación del ser afrodescendiente; sea esta edición un sencillo homenaje a su dedicación y esfuerzo. Luis Adrián Galindo C. DIRECTOR
DEL
MUSEO NACIONAL
DE LAS
C U LT U R A S
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Campoma... desde la mirada de Berta Cova E q u i p o A s í S o m o s
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Curiepe… siempre Curiepe L u i s a P é r e z M a d r i z
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San José de Heras, pueblo de la cordialidad A i x a A n t ú n e z
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Cimarrona afrovenezolana N i r v a C a m a c h o
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Afrocrónica de un pueblo N e r i s B a r b o z a
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El autorreconocimiento afro en Chuao G e r r i C h á v e z / C h e y l a M a s í n
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La devoción por el texto y la memoria L u i s L a y a
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De Barlovento a Caracas N e l l y R a m o s
Ideas Para Dialogar C a s i m i r a M o n a s t e r i o s
Así Vamos M a r í a C r i s t i n a B a s s a l o
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Recreando el mundo desde La Sabana A l e x i s L a y a / M a i l y n g B e r m ú d e z
O D I N E T N O C así somos REVISTA
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Uno de los grandes logros de la revolución bolivariana es saldar la deuda histórica con la población afrodescendiente, cuya materialización se evidenciará con la incorporación de una pregunta referida a la autodefinición de los afro en el XIV Censo Nacional de Población y Vivienda a realizarse en 2012.
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Saberse negra, sentirse negra, pensar y actuar como negra, no es nada fácil, sobre todo si se pertenece a una sociedad donde el racismo y la discriminación son el Elegua que acompaña a un negro, más si es para cerrar que para abrir los caminos. Por favor continúe leyendo...
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Veroes, tierra de tradiciones, cimarronajes y luchas constantes en la que hombres y mujeres participan por igual desde la casa, el conuco o desde el lugar donde haya que hacer frente a lo que se presente, bien sea las tierras, la autonomía, revalorizar y transmitir tradiciones o el reconocimiento étnico, económico, político y social.
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El proceso histórico de las y los esclavizadas/os africanas/os en las Américas y el Caribe tuvo consecuencias que aún están presentes en nuestras sociedades y repercuten en hombres y mujeres que enfrentan hoy diferentes formas de discriminación racial y conviven al mismo tiempo con el endorracismo. Ése ha sido el motor fundamental para la conformación de movimientos sociales que luchan contra la discriminación racial, por la igualdad de condiciones y oportunidades.
Sonoro, hermoso, mágico, irreal, en la cotidianidad, espacio libre, herencia de los ancestros, tierra buena y fértil, madre que fecunda orgullosa prole de hombres y mujeres que no se igualan a nadie por su autenticidad, así es el pueblo de Curiepe.
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Los negros antillanos con corazón africano llegaron a las riberas del Yuruari, con sus grandes cargamentos de sabores y saberes, así contribuyeron a la conformación y consolidación de un pueblo que guardaba en sus entrañas la soñada espiga dorada.
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Si quiere “matricular para el próximo año”, como se dice en algunas regiones de Venezuela cuando se quiere seguir con vida, no se olvide de tocar, el 29 de junio, las llaves de San Pedro que lleva el santo en su cintura, pues es una de las formas de asegurar que no se lo/la lleve “la pelona”.
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Juan Pablo Sojo Rengifo nace en Curiepe, estado Miranda, el 23 de diciembre de 1907. Hijo de Juan Pablo Sojo y de Brígida de Sojo, fue autodidacta, boticario, novelista, cuentista, poeta, investigador y periodista. Escribió para diversos diarios y revistas de corte cultural como Fantoches, Revista Venezolana de Folklore, Boletín del Instituto de Folklore, Archivos Venezolanos de Folklore, Cultura Universitaria, Acta Venezolana, Élite y El Farol. En 1942, comienza investigaciones relacionadas con el rescate y difusión de la identidad del negro venezolano. Posteriormente, en 1946, Sojo es designado jefe de Folklore Literario del Servicio de Investigaciones Folklóricas Nacionales (SIFN), dirigido en ese entonces por el poeta Juan Liscano. En febrero del año 1948, a petición del presidente Rómulo Gallegos, se realiza el evento Cantos y Danzas de Venezuela en el Nuevo Circo de Caracas, el cual organiza Sojo junto a otros compañeros del ámbito cultural. Fue Sojo quien por primera vez utilizó el término “afrovenezolano” para referirse a los componentes étnico-culturales procedentes del continente africano, instaurados en Venezuela. Juan Pablo Sojo, prolijo investigador, novelista y poeta produjo una nutrida obra intelectual fundamentada en textos como Tierras del estado Miranda. Sobre la ruta de los cacahuales (1938), Nochebuena negra (1943), Temas y apuntes afrovenezolanos (1943), Estudiosdelfolklorevenezolano(1986).También fue coautor de libros como Antología de cuentistas y pintores venezolanos (1976) y La fiesta de la tradición: 1948. Cantos y danzas de Venezuela (1998). Este valioso venezolano, estudioso y defensor de los grupos étnicos y la cultura afrovenezolanos, murió en Caracas el 8 de octubre de 1948. Su legado testimonial, espiritual y crítico será para generaciones de generaciones un aporte de significación histórica.
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JUAN PABLO SOJO
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La Ruta de la Tradición A r i a n n e V e l i s
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En la sección Otras Voces, el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Aristóbulo Istúriz, hablará sobre la afrovenezolanidad, sus bemoles, paradigmas y herencias. Istúriz nació en Curiepe, Barlovento, es maestro normalista, profesor de educación física y de historia contemporánea de Venezuela. Fue diputado entre 1989-1994, asumió la alcaldía de Caracas por la Causa R y es fundador del PPT y el PSUV.
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Qué Leemos E r n e s t o Y e v a r a
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Sabores y Saberes J o s é M a r c i a l R a m o s G u é d e z
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Otras Voces. Entrevista a Aristóbulo Istúriz A k a i d a O r o z c o
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Esquema geográfico y espiritual de Barlovento J u a n P a b l o S o j o
El Callao, esencia, brillo y color C a r l o s L o n d o n T o r r e s
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H o m e n a j e
Así Vamos
Soy afrodescendiente… y tú, ¿cómo te reconoces? Uno de los grandes logros de la revolución bolivariana es saldar la deuda histórica con la población afrodescendiente, cuya materialización se evidenciará con la incorporación de una pregunta referida a la autodefinición de los afro en el XIV Censo Nacional de Población y Vivienda a realizarse en 2012 M a r í a
C r i s t i n a
B a s s a l o
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así somos
Dir. Oficina de Enlace con las Comunidades Afrodescendientes (MPPPC)
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Asumir la afrodescendencia requiere de un proceso de concientización de nuestra historia política y social, así como de la valoración y orgullo de nuestra herencia cultural y ancestral, no obstante, el reconocimiento del otro u otra (como individuo) permitirá la visibilización y el respeto que merecemos como parte de la venezolanidad y la diversidad. La necesidad de que políticamente seamos visibles todas aquellas personas que por nuestro color de piel, fenotipo, cultura o hasta ascendencia, hemos sido ignorados y cobijados bajo el manto del mestizaje, ha impulsado a diversas organizaciones sociales, tanto nacionales como internacionales, a revisar exhaustivamente el término históricamente utilizado para identificarnos, en este caso nos referimos a la expresión “negro”, cuya crítica más usual es la fuerte carga discriminatoria que posee, además de constituir una expresión impuesta por el dominador para calificar a las víctimas de secuestro y esclavitud durante la época colonial. Es por ello que aunque muchos analistas, académicos, cultores y pare usted de contar, disertan sobre el vocablo afrodescendiente, argu-
mentando que no somos africanos, que lo afro se perdió durante el proceso de transformación cultural que ha tenido nuestra historia, etc., no debemos perder de vista que la expresión afrodescendiente implica reconocimiento político, y aunque en algunos casos está vinculada a lo ancestral, ésta no es una condición estrictamente necesaria para autoidentificarse como afrodescendiente. Este término no pretende destacar la pureza étnica de un individuo, ya que como es bien sabido los africanos y africanas secuestrados y esclavizados en nuestro país provenían de distintas etnias y fueron mezclados entre ellos con la intención de diluirlos e incomunicarlos, lo que trajo como consecuencia las múltiples mezclas de costumbres y la pérdida de sus lenguas originarias, entre muchos otros aspectos, pero además de lo ocurrido entre los propios africanos y africanas, nuestra historia está sumergida en una mezcla entre indígenas, blancos criollos y blancos europeos, entre otros. Este meztizaje no sólo es biológico sino también cultural. En este sentido, discutir sobre el origen de cada persona o de cada venezolano
no es tarea fácil; por el contrario, pudiera entorpecer el cumplimiento de una gran deuda histórica exigida durante décadas por parte de colectivos, agrupaciones y organizaciones sociales al Estado venezolano: la identificación de la población afrodescendiente en Venezuela, cuya materialización se evidenciará con la incorporación de una pregunta referida a la autoidentificación de la población afrodescendiente en el XIV Censo Nacional de Población y Vivienda liderado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), organismo adscrito al Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia. Es importante destacar que además de saldar la deuda con la población venezolana también se dará cumplimiento a lo establecido en la Declaración de Durban y su Programa de Acción (Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia) respecto a la necesidad de que los Estados firmantes generen cifras estadísticas que den cuenta de la población afrodescendiente en sus respectivos países y, en consecuencia, se elaboren políticas públi-
¿POR QUÉ ES NECESARIO CONTAR A LA POBLACIÓN AFROVENEZOLANA? Esta información es una poderosa herramienta para la demanda política de las y los afrodescendientes, pues permitirá un mejor diagnóstico sociodemográfico y socioeconómico de pueblos históricamente discriminados, además de fortalecer la lucha contra la discriminación racial como una forma de exclusión. ¿Cuál será la pregunta del Censo? Usted se reconoce como: Moreno/a Negro/a Afrodescendiente
Para seguir leyendo… ACOSTA SAIGNES, M. Vida de los esclavos
negros en Venezuela. Caracas, Universidad Central de Venezuela, 1967. AMAIZ, M. G. “Del mestizaje infeliz a la
libertad de las culturas”, A Plena Voz, nº 33, 2007, p. 9. BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO.
Comunidades de ancestría africana en Costa Rica, Honduras, Nicaragua, Argentina, Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay y Venezuela. Washington, D.C: Author, 1999. Declaración Sobre la Raza y los Prejuicios Raciales, disponible en http://www2.ohchr.org/spanish/law/raza.htm
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Siento que soy una mezcla de sangres, incluyendo la afro, ¿cómo me incluyo? Si sientes que es esencial para tu identidad reconocerte como afrodescendiente, negro/a o moreno/a, reconócete en el Censo. Sentirse afrodescendiente no se limita al color de la piel, significa todo lo que forma parte de nuestra historia, cultura y cotidianidad vinculadas a lo afrovenezolano o cultura negra en nuestro país.
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ción que antes no era considerada, y a partir de las cifras que se obtengan emprender la indagación social y evidenciar que los afrodescendientes ocupan la mayoría de las zonas deprimidas económicamente, tanto rurales como urbanas, y que históricamente les ha sido negado el derecho de poseer tierras para vivir o producir. Es importante precisar que el Censo sólo generará cifras, pero igualmente no perdamos de vista que este insumo es fundamental para promover diversos estudios que den cuenta de una realidad sentida pero no evidenciada. Vamos pues a emprender y promover ese proceso concientizador sobre la valoración y reivindicación de nuestras raíces, de nuestros valores y de la herencia que humildemente nos dejaron nuestros ancestros y ancestras, registremos en el Censo con orgullo… Soy afrodescendiente.
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cas en áreas como la educación, la salud y la economía que contribuyan a sufragar parte de los graves daños ocasionados a los descendientes directos o indirectos de los africanos y africanas esclavizados durante la época colonial. La invitación es a no entramparnos en el término y en la definición, aunque ciertamente resulta un paso importante unificar criterios, pero la realidad es más profunda y está representada por el penoso hecho de que algunos individuos presuntamente superiores creen tener el derecho de dominar, eliminar y/o subestimar a otros supuestamente inferiores por poseer ciertas características físicas, culturales o de ascendencia (es importante destacar que también los indígenas han sido considerados inferiores); en fin, el racismo así como la discriminación han promovido la exclusión y la ausencia de políticas públicas dirigidas hacia una parte de la población: “los afrodescendientes”. De esta manera, el XIV Censo Nacional de Población y Vivienda constituye un instrumento valiosísimo para agrupar a esa parte de la pobla-
Son diversas las maneras de identificarnos como afrovenezolanos y afrovenezolanas, sea por la cultura, territorio, color de piel o antepasados familiares. Sea como negro, moreno, afrodescendiente o afrovenezolano, es importante reconocer y reafirmar nuestra raíz y cultura.
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Hijas e hijos de África y la Constitución de 1999 C a s i m i r a
M o n a s t e r i o s
Investigadora del Museo Nacional de las Culturas
En nuestra Carta Magna aprobada en 1999 no aparecen los afrodescendientes, legalmente no existen, usted busca en la Constitución las palabras negro, afrovenezolano, afrodescendiente o el eufemismo moreno libre y no los encontrará. Es bueno preguntarse por qué no aparecen en la que en su momento fue proclamada como la Constitución más avanzada del mundo, pero no, una vez más quedaron invisibilizados. Por qué sería que el excelso poeta que escribió el preámbulo constitucional los borró del mapa, acción confirmada por el constituyentista al aprobarla sin el más mínimo reparo. No obstante la petición de los y las afrodescendientes. ¿Será que nunca han visto un negro o una negra en este país, será que nunca han oído hablar de los tambores, de San Juan Congo? Ni tan siquiera oyeron la canción “Barlovento”. ¿O será que los descendientes de aquellos y aquellas secuestrados y traídos para ser esclavizados no son venezolanos? Después de cinco siglos regando con su sangre, su sudor y sus lágrimas estas tierras, de luchar por la libertad propia y ajena, de su determinante participación en la producción de riquezas y de su enorme contribución a la conformación del legado libertario. Podemos cavilar sobre el asunto, como lo hemos hecho, en solitario y en colectivo, plantearnos infinidades de interrogantes sobre el por-
qué de este olvido, por decir lo menos, y especular sobre un sinfín de respuestas acerca de esta exclusión y sus consecuencias. Y es precisamente esa situación de exclusión, contraria al espíritu bolivariano, democrático y humanista que alienta nuestro proceso de refundación republicana, la que debemos combatir en todos los órdenes, formas y maneras. De todos y todas es sabido que en “la bicha” lograron meternos gazapos, gazapitos y gazapotes que debemos enmendar, materia pendiente al no ser aprobada la reforma constitucional. Tampoco es que sea de extrañar esta invisibilización por olvido u omisión, pues ella está en la base del imaginario instaurado por la oligarquía nacional en las clases populares, y quienes por voz de uno de sus más conspicuos intelectuales a su servicio, en la cuarta república, expresaba en un micro transmitido por VTV, “cuando llegaron los africanos, los venezolanos éramos…”. Indudablemente los africanos no vinieron, los trajeron a la fuerza, tampoco los venezolanos éramos tal cosa. La trata en el territorio colonial que a partir del 5 de julio de 1811 sería llamado República de Venezuela, se inició en 1526, culminando en 1810. Otro de esos connotados intelectuales afirmaba que el único aporte de los africanos y su descendencia a la cultura venezolana fueron la música y la danza de
tambores. Conceptos que se repiten y perpetúan a través del sistema educativo y los medios de “confusión” masiva. Entonces, no nos debe sorprender que nuestros intelectuales, políticos y, por supuesto, el común asuman, bajo el falso manto de la “raza mestiza”, esos conceptos que invisibilizan a buena parte de la población. Ahora bien, la invisibilización comporta la exclusión del otro/a, en concreto, la negación de sus derechos, si no existes no hay deberes que cumplir y sobre todo no hay derechos que ejercer, o lo que es lo mismo, reducidos a menos que una cosa. Bajo el manto del mestizaje pocos se detienen a mirar las diferencias étnicas no sólo existentes entre indígenas y criollos (ésta ha sido la única diferencia aceptada), agrupando a los afrodescendientes dentro del mundo criollo mestizo; quedando así invisibilizada su historia y su cultura (material, intelectual y espiritual), sus aportes al proceso de conformación de la patria bolivariana, cuando no descalificados y estigmatizados sus lenguajes, sus costumbres, sus saberes, sus valores, formas y maneras para relacionarse social y ecológicamente; sus instituciones económicas y socioculturales; su religiosidad, su estética y su arte; su manera de ver y entender el mundo. Ergo, entonces, dónde queda lo multiétnico y lo pluricultural, dónde la equidad y la justicia, cómo hacer realidad lo democrático, parti-
bajo el principio de igualdad de las culturas…”, y como de todos es aceptado que la cultura venezolana está conformada por las etnias madres originaria, española y africana, entonces la herencia africana debe gozar de tratamiento especial, aun cuando no es reconocida en el texto constitucional. Del mismo modo el artículo 99 contempla “…que los valores de la cultura son un bien
…dónde queda lo multiétnico y lo pluricultural, dónde la equidad y la justicia, cómo hacer realidad lo democrático, participativo y protagónico, cuándo la justicia social y la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna; todos principios fundamentales consagrados en el preámbulo constitucional. ¿No es una gran contradicción con esos valores y principios la ausencia de los afrodescendientes en el texto constitucional?
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irrenunciable del pueblo venezolano y un derecho fundamental que el Estado fomentará y garantizará, procurando las condiciones, instrumentos legales, medios y presupuestos necesarios (…) El Estado garantizará la protección y preservación, enriquecimiento, conservación y restauración del patrimonio cultural, tangible e intangible, y la memoria histórica de la Nación. Los bienes que constituyen el patrimonio cultural de la Nación son inalienables, imprescriptibles e inembargables”. El 101 que obliga a los medios de comunicación a “coadyuvar a la difusión de los valores de la tradición popular y la obra de los artistas, escritores…”. Porque al no estar reconocidos no puede existir una comisión para asuntos afrodescendientes, lo cual impide legislar en esa materia en la Asamblea Nacional, para atender la especificidad de sus problemas se creó la Subcomisión para Asuntos Afro en la Comisión para Asuntos Indígenas, donde se redactó una propuesta de Ley Orgánica contra la Discriminación Racial. Este año 2011, declarado por la Asamblea General Internacional de la ONU como el Año de la Afrodescendencia, confiamos en que ya no diremos los afrodescendientes y la Constitución sino los afrodescendientes en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Mientras, sigamos cimarroneando.
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cipativo y protagónico, cuándo la justicia social y la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna; todos principios fundamentales consagrados en el preámbulo constitucional. ¿No es una gran contradicción con esos valores y principios la ausencia de los afrodescendientes en el texto constitucional? Indudablemente que en estos años de proceso bolivariano los y las afrodescendientes han obtenido logros, luchas de siglos que en este proceso revolucionario han visto coronados sus esfuerzos en materia de inclusión y lucha contra el racismo y la discriminación, entre otras, la Comisión Presidencial para la Prevención y Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial y Otras Distinciones en el Sistema Educativo Venezolano, la creación por el MPP de Educación de la Dirección Nacional de Educación Intercultural con el objetivo de desarrollar el currículum nacional con visión intercultural para los programas educativos en educación inicial, básica y media, pero para esto ha sido necesario hacer lo que han venido haciendo desde hace cinco siglos: CIMARRONEAR, cimarronear la Constitución y asirse al articulado y entrar por especies de rendijas como el artículo 100 que reza que “Las culturas populares constitutivas de la venezolanidad gozan de atención especial, reconociéndose y respetándose la interculturalidad
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afrodescendientes
en Venezuela
En nuestra séptima edición deseamos ofrecerle a los lectores de Venezuela Plural una serie de once textos que exponen, desde una mirada íntima y amena, los valiosos aportes históricos, sociales y culturales que heredamos del mágico universo africano. El legado de los diversos grupos étnicos traídos a esta tierra de gracia como esclavizados, hoy día conforma un patrimonio incuestionable y sumamente rico, convirtiendo al territorio venezolano en una nación bendecida, nutrida de procesos históricos complejos, saberes ancestrales fascinantes, diversos lenguajes, múltiples maneras de asumir y entender la sacralidad, con costumbres transmitidas degeneración engeneración arraigadas profundamente enelsentir colectivo, una estética vibrante y una espiritualidad, una manera especial de observar y comprender el mundo; elementos todos que constituyen una identidad venezolana multidimensional describiéndonos claramente como un pueblo afrodescendiente y amerindio
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DE BARLOVENTO A CARACAS testimonio sobre el proceso de autorreconocimiento
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R a m o s
Psicóloga escolar / productora cultural / investigadora social
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Saberse negra, sentirse negra, pensar y actuar como negra, no es nada fácil, sobre todo si se pertenece a una sociedad donde el racismo y la discriminación son el Elegua que acompaña a un negro, más si es para cerrar que para abrir los caminos. Por favor continúe leyendo…
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Conjunto de aguinaldo Los Juveniles de Marín. Bodega La Juventud, 1a. Calle de Marín, Caracas, finales de los años 60
En la familia, el tema de ser negro no era objeto de conversación. La escuela, como fuente alterna, presentaba y reforzaba elementos ilustrativos en los textos con la figura de una mujer negra con un bulto en la cabeza o un hombre negro encadenado. En la televisión la gente negra no desempeñaba papeles protagónicos, ni salía en comerciales, ni era dueña de las mansiones que aparecían en las novelas.
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paciencia que le permitiera “escarmenar” o desenredar el cabello suavizándolo con un producto de fabricación endógena muy popular en la región, tal era el “aceite de corozo” o en su defecto de coco. Culminando el proceso era norma para ella tejer la cantidad de crinejas o luangos que su creatividad le inspirara. Ser aceptada en el medio donde crecía significaba sentirse igual a las muchachas blancas del barrio. Saber que estaba a la venta en el mercado un peine de hierro que se calentaba para alisar el cabello y, además, una crema que no por ser de fuerte olor y abrasiva para el cuero cabelludo no dejaría de satisfacer esas necesidades estéticas fue descubrir una vía hacia la inclusión, independientemente de las características fenotípicas que también inquietaban. Como es obvio, todo esto muestra parte de una respuesta social donde no existe ninguna forma de identidad o conocimiento de origen étnico, aun cuando la presencia de gente negra en la parroquia era predominante, la abstracción histórica era nula. Racionalizar que lo negro era una voz, una cadencia, un atuendo, una forma de pensar, una actitud ante la vida y ante los prejuicios del otro, pero además la sensación interior de algo que se goza y se disfruta no había sido visibilizado. Mientras tanto, la vida en la comunidad era típica en su transcurrir: la lucha diaria por la sobrevivencia, el intercambio con los vecinos y el disfrute colectivo a partir de manifestaciones espontáneas. Encontrar los referentes históricos para desechar unas formas y aceptar otras no aparecía como algo palpable. En la familia, el tema de ser negro no era objeto de conversación. La escuela, como fuente alterna, presentaba y reforzaba elementos ilustrativos en los textos con la figura de una mujer negra con un bulto en la cabeza o un hombre negro encadenado. En la televisión la gente negra no desempeñaba papeles protagónicos, ni salía en comerciales, ni era dueña de las mansiones que aparecían en las novelas. Valorar la difusión comunicacional de los fenómenos sociales desarrollados en Venezuela durante la década de los setenta, en la que se comenzó a dar a conocer el liderazgo y la lucha encaminada por una mujer norteamericana
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Ésta es una valiosa oportunidad para contar cómo fue el recorrido atravesado para definir una identidad a partir de un cúmulo de variados mensajes sociales que en cualquier comunidad caraqueña fluyen en su cotidianidad. Se trata de considerar la forma cómo tales mensajes moldean la conducta y el pensamiento de la gente a través de mecanismos, unas veces inconscientes pero muchas otras conscientes, cuyos resultados pueden dividirse en dos vertientes determinantes: el endorracismo o el autorreconocimiento como persona negra. Haber nacido en la región de Barlovento, estado Miranda, de unos padres con todo su asentamiento familiar en esa región, quienes en su juventud, por aquello de mejorar sus condiciones económicas, escogieron como lugar de vida a esa populosa zona de Caracas llamada San Agustín, es el hecho que marca el comienzo de este relato. Durante los primeros años de vida todo, en apariencia, se desarrolla de una manera normal. Durante la infancia: jugar, ir a la escuela unitaria a aprender las primeras letras, recoger mariposas y en diciembre esperar al Niño Jesús. Avanzada en el crecimiento la cosa se tornaba más exigente: ya tocaba hacer los mandados, buscar agua en la pila más cercana y hasta ir de madrugada al molino con la lata de maíz sancochado que debía molerse para preparar las hallacas todas las navidades. Evolucionar hacia la adultez significó comenzar a notar diferencias. Poseer un color de piel distinto a las muchachas del barrio o al de las compañeras de escuela era más sutil que las diferencias que se establecían en el tipo de cabello. Ellas, con piel blanca y cabello liso, tendían a practicar un enrollado en el pelo muy usado para ese entonces llamado “rollete”, cuyo resultado era un acondicionamiento más lacio. Imposible tratar de imitar esta forma en un tipo de cabello rebeldemente amasijado, que algunos en forma natural llamaban “chicharrón”, y en forma más descriptiva “pelo malo”. Agradecer la labor de la abuela cuando tocaba pasar las vacaciones en Barlovento era el mayor signo de esperanza, ella destinaba parte de su tiempo para armarse de una
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…en San Agustín, específicamente en el barrio Marín, surgió, en el año 1977, el Grupo Madera, un proyecto que incorporó en su seno a todo aquel que se autorreconocía en la voz de su conciencia, en su ideología y en su forma de entenderse en la sociedad. Se trataba de un intento por conjugar la amalgama de cosas que movía a sus habitantes en una vorágine urbana envuelta en una maraña de acontecimientos por un lado sociales, acentuadamente políticos por otro, pero con una actividad cultural efervescente.
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llamada Ángela Davis, caracterizada por un llamativo y voluminoso peinado llamado “afro”, tuvo dos efectos: uno fue la captación del mensaje y el otro la reproducción del modelo estético. Para ella usar el pelo afro constituía un acto de rebeldía ante la situación de minusvalía impuesta por la sociedad y a través del cual manifestaba: “soy negra y qué”. Paralelamente marchaba también la existencia de un movimiento de gran arraigo entre los negros norteamericanos llamado Poder Negro o Black Power. A esto se suman quienes durante los años 60 libraron luchas por los derechos civiles de los negros norteamericanos: Martin Luther King y Malcolm X. Hubo igualmente lecturas que se hicieron obligatorias como, por ejemplo, The Black Panters; Los condenados de la tierra; Piel negra, máscara blanca o Escucha blanco. Todos esto fue constituyendo las referencias para acceder a un conocimiento de la gente
Grupo Madera original en el barrio Marín, Caracas, 1978. Foto: R A Ú L
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negra como sujeto de importancia histórica. El detalle principal es que todos esos mensajes podían ser percibidos más allá del color de piel, lo que importa es lo que está y se construye en la mente, aunque la piel sea blanca. A finales de los años 60 y principios de los 70, en Venezuela se inician procesos de marcada influencia en la juventud, surge el Poder Negro como movimiento social. Por un lado el twist impone una moda de bailar; por su parte, Miriam Makeba contagia al mundo con su “Pata Pata”, el rock y el pop como cultura importada compiten en igualdad de condiciones con la salsa, género en ciernes que comienza a cobrar pertinencia en el medio como excusa para el encuentro, el disfrute y la conformación orquestal. La moda yeyé-gogo, los pantalones “santrope”, tubitos y acampanados, el pelo afro como moda, los zapatos machotes, las minifaldas, los trajes de baño bikini, las fiestas psicodélicas, todo era manejado como valor en el sentido de pertenencia. En la parroquia San Agustín, orientales, barloventeños, portugueses, trinitarios, italianos y españoles marcaban procedencias, usos y costumbres que se entremezclaban para originar en el barrio un marco de convivencia armónica y sin conflictos. Cultores de la Cruz de Mayo, de San Juan Bautista o del joropo tuyero cumplían con ofrecer a la comunidad sus celebraciones. El sonido de la música latina amplificado para la gente del barrio, la fiesta callejera, los encuentros en el cine Alameda constituían toda esa maraña de cosas cotidianas. Fue de ese natural conglomerado existente en San Agustín, específicamente en el barrio Marín, de donde surgió en el año 1977, el Grupo Madera, un proyecto que incorporó en su seno a todo aquel que se autorreconocía en la voz de su conciencia, en su ideología y en su forma de entenderse en la sociedad. Se trataba de un intento por conjugar la amalgama de cosas que movía a sus habitantes en una vorágine urbana envuelta en una maraña
Nelly Ramos, fundadora del grupo Madera original. Caracas, 1978. Foto: J U A N J O S É G O N Z Á L E Z
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de acontecimientos por un lado sociales, acentuadamente políticos por otro, pero con una actividad cultural efervescente. El Grupo Madera se decide, se compromete y asume las riendas para construir con todo eso una propuesta. Valoriza la procedencia geográfica de la gente, hace resaltar sus modos y expresiones idiosincráticas. El tambor y sus variantes: culo ’e puya, tamboritas de fulía, tumbadora, bongó, tambora de gaita, acompañaban los cantos y daban vida a composiciones que salían del alma, pero también eco de ritmos cadenciosos para bailar un tambor barloventeño, una rumba cubana, una bomba, una plena o una cumbia. Como bien lo dijo Alejandrina Ramos, “No se trataba del baile por el baile ni de la música por sí misma”. Todo debía ser traducido en un mensaje de solidaridad que interpretara el sentimiento colectivo para hacerlo llegar al corazón de la gente. Revolucionarios de conciencia, apegados al color de la transparencia y negros, fueron el estigma que los convertiría en un foco perturbador en una sociedad que no admitía otro mensaje que no fuera el de la dependencia. Se acallaron sus voces a tres años de su surgimiento. La complicidad y la indiferencia se aliaron para ignorar su tragedia, nadie vio nada, nadie supo nada, la impunidad fue la única respuesta. El Grupo Madera fue el vehículo para transmitir, construir un pensamiento y, sobre todo, para tomar el camino hacia una identidad que, como cualquier otra, comenzó desprotegida. Importante es tener en cuenta que ello no es un producto acabado. Autorreconocerse facilita el desenvolvimiento y la posición ante la vida, sin embargo, son apropiadas las afirmaciones de Bartomeu Meliá al expresar que “...la identidad no es sólo la búsqueda de las raices (…) hay una identidad en movimiento en la cual nadie pierde su rostro (…) está siempre en tránsito en un continuo hacerse y deshacerse, en una construcción y descontrucción incesante. Insatisfechos de nosotros mismos, de lo que somos y de lo que nos espera estamos en tránsito hacia otra cosa. La condición de los seres humanos y sus sociedades sería la del ‘ya no somos y ‘todavía no somos’ (…) Sólo se llega a la identidad mediante la diferencia con los otros, sólo hay identidad con la alteridad. Es esta relación la que imprime movimiento y crea historia (…) Yo y el pueblo del que soy parte sólo existimos cuando somos capaces de encontrarnos con otros, de hablarles, de invocarles y de renunciar a someterlos a nuestro poder”.
Alfredo Sanoja y Jesús Quintero, integrantes del Grupo Madera original. Foto: M A N U E L R E I N A L E A L
Eva Francia Martínez, integrante del Grupo Madera original. Foto: M A N U E L R E I N A L E A L
Para seguir leyendo… MELIÁ, BARTOLOMÉ. Identidad paraguaya en movimiento, disponible en http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S07165811200100 1300022&script=sci_arxt
¡DIJO BIEN!
LA DEVOCIÓN POR
EL TEXTO Y LA MEMORIA Fotografías: MÓNICA PISCITELLI
I La riqueza cultural que la humanidad cultiva está bien distribuida y nada hay que rescatar sólo debemos cuidar en su entorno la presencia los aportes a la ciencia que han dado al mundo entero por eso digo primero viva la afrodescendencia.
III Con ajé, Benito ajé con tambora y tamborito con onoto y con sofrito con caja y con guarare con rumba, tambor café el sol sale sonriente en todo mi continente de México hasta Argentina en América Latina somos afrodescendientes.
II Escuchar un culo ‘e puya en la noche de San Juan sangueos vienen y van con melodía que arrulla mondongo, cafunga y bulla palabras que están presentes y unen al continente más allá de su color y digo con gran honor viva el afrodescendiente.
IV No es por el color de piel tampoco el pelo pegao y menos alborotado que difieren en tropel es simple razon de ser de sentirse tan presentes dioses onmnipotentes seres retardatarios si no eres originario eres afrodescendiente.
Independientemente de lo técnico, y como ya ha apuntado Luis Felipe Ramón y Rivera, en el país lo que se conoce como décima “...puede coincidir o no con un texto de décima espinela (…) hay casos en que el texto no es una décima sino un romance, una octava o hasta una composición poética libre que nada tiene que ver con el nombre de la especie”. Al respecto Efraín Subero, en su libro La décima popular en Venezuela (1977), brinda un estudio muy completo de la expresión como estrofa poética, el cual conserva buena parte de su vigencia. Por tener bordes tan expansivos, en la décima venezolana, como relata Nora, particularmente lo que aflora como rasgo es la “idiosincracia”. Un algo muy nuestro
Decimista: Wilfredo Mendoza
Dice Charles Nora, uno de los patrimonios vivientes que tenemos en el centro del país, que si algo ya se evidencia en la décima confeccionada por afrodescendientes es su musicalidad. “El ambiente te dice lo que debe ser la décima (…) por ejemplo, en Margarita —comenta el docente y cultor Wilfredo Mendoza— los pescadores siguen hablando de la pesca, aun cuando lo que ocupe la visual entre ellos y el mar sea una mole de concreto, un centro comercial…”.
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Periodista /
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Celebración XXI del velorio de Cruz de Mayo. Terrazas de Caricuao, UD2, Caracas, 2011
LA
DEVOCIÓN POR EL TEXTO Y LA MEMORIA
EN LA CIUDAD CAPITAL LA DÉCIMA HA SIDO EN SUS VARIANTES, TANTO PROFANAS COMO DEVOTAS, UNA TRADICIÓN MAYORMENTE TRAÍDA DESDE
BARLOVENTO POR LOS POBLADORES AFRO ASENTADOS EN LOS BARRIOS POPULARES, DESDE LOS TIEMPOS INICIALES DE LOS ÉXODOS CAMPESINOS DEL SIGLO
XX, CUANDO DEL ESTADO MIRANDA SE LA TRAJERON EN SUS MALETAS
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JUNTO CON LA SAZÓN DULZONA Y LA EXUBERANTE FORMA DE SER.
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ya que los cubanos, por ejemplo, suelen “ser muy cuadrados en cuanto a la rima”, lo cual les dificulta entender cuando se le presentan casos poco rigurosos. Al ser una manifestación asociada fuertemente con el legado afroindígena, más allá de que desembarcara en Tierra Firme desde los galeones hispanos, sus características están signadas por lo raigal. En el estado Zulia, más allá de lo florido, es grito rabioso, la denuncia de los Añú ante el despojo secular; en Barlovento representa la alegría y el cacao, la picardía amorosa conduce todo; en Falcón se tiende mucho a exagerar los hechos y en Altagracia de Orituco se le canta al sitio, al terruño, incluso a la luminosidad del aire. Con la décima sucede algo único. En todo el país el término se recoge más que nada para denotar una forma musical cuya parte literaria se escribe en forma de décima, ya sea espinela o con otras estructuras versadas como, por ejemplo, la que establece para la décima oriental, Fernández de Heredia. Y de acuerdo con su forma recibe la denominación de décima encadenada, enlazada, de lección o elección, décima en poesía, glosa, rimada o trovo, décima plana, argumento o aletrillada —simple o doble—, décima en trilogía y décima libre o “suelto”. E incluso se usa el vocablo para identificar formas musicales que no tienen nada que ver con el texto en verso así conocido, como sucede con la décima serrana y otras. En la ciudad capital la décima ha sido en sus variantes, tanto profanas como devotas, una tradición mayormente traída desde Barlovento por los pobladores afro asentados en los barrios populares, desde los tiempos iniciales de los éxodos campesinos del siglo XX, cuando del estado Miranda se la trajeron en sus maletas junto con la sazón dulzona y la exuberante forma de ser. Pero, por estar muy vinculada con la manifestación de la Cruz de Mayo, la décima permaneció incrustada en el alma de los velorios. Sin embargo, como advierte Ramón y Rivera, y ya se puede observar en lo cotidiano, “...la décima se entona en cualquier reunión familiar, o también de amigos, fuera del hogar (…) Ha sido siempre motivo de gran atracción popular no sólo
escuchar a un buen cantor —o decidor— de décimas en cualquier parte —incluso en un bar— sino todavía algo más excitante, como presenciar la justa competitiva entre dos decimistas”. “El cantar en competencia entre dos hombres —o mujeres— es costumbre generalizada que permitió el lucimiento de la memoria, la inteligencia y, especialmente, la facultad de improvisar que poseen algunos cultores populares.” Sin embargo, entre no pocos decimistas centrales de la actualidad, la capacidad de improvisación es más bien una afrenta a la norma, la cual obliga al respeto y al apego por memorizar las composiciones, sobre todo las propias. Lo que sostenemos incluye por supuesto el uso de la décima para referirse a lo humano —como si de una crónica de la vida se tratara— en oriente, Zulia y otras regiones. Ella “puede ser amatoria, festiva, irónica, política, satírica o sentenciosa”. Los personajes notables de la historia venezolana, como los próceres de la Independencia, figuran a menudo en las décimas, y hasta asuntos de la mitología griega pueden hallarse entre las nociones manejadas por los cultores, como anotó José Clemente Laya sobre una “décima 160”, en la cual “…observamos, ha quedado flotando a retazos en la mente del cantor (…) el episodio de Ulises con el cíclope en la cueva del Etna”. Para los afrodescendientes transplantados de los verdes conucos a la Caracas del sancocho, la invitación por escrito y la etílica “señora que reza”, aunque los velorios han sido el huerto de la décima, ésta se ha ido expandiendo hacia el mimetismo con su esencia nacional, constituyéndose en el modo artístico por excelencia de “decir bien” cada tema que conmueve la fibra. Aquí los velorios de la Cruz de Mayo siempre se hicieron, al decir de los cultores viejos, de “puertas para adentro”, y por ello para algunas personas, incluyendo decimistas, era difícil creer que en Caracas se obsequiaran tales ofrendas a la fecundidad de la Madre Tierra. Era un asunto casi hermético, la comunidad en pleno se abría pero sólo hasta cierto punto, sin la euforia devota del iniciado. Es hacia 1983, con el concurso de grupos musicales de proyección, estudiosos del tema y cultores preocupados por dinamizar el legado, que empieza en Caracas —desde focos como
ES HACIA 1983, CON EL CONCURSO DE GRUPOS MUSICALES DE PROYECCIÓN, ESTUDIOSOS DEL TEMA Y CULTORES PREOCUPADOS POR DINAMIZAR EL LEGADO, QUE EMPIEZA EN
CARACAS (…) A GENERALIZARSE LA COSTUMBRE DE
HACER VELORIOS EN DISTINTOS LUGARES Y ACUDIR A ELLOS DURANTE TODO EL MES DE MAYO, EN SUERTE DE RONDA, CON SUS RESPONSABLES AL MANDO DEL RITUAL GARANTIZANDO EL RIGOR DE LAS PAUTAS QUE FORMALIZAN EL SENTIR POPULAR.
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Barroso, José Granado, Neguel Machado y Soraya Padrón se han venido encargando de demostrar lo contrario. La décima ha salido del ámbito exclusivo del velorio de la Cruz, aunque a éste se sigue debiendo en gran parte. De alguna manera ha conquistado un espacio que antes era terreno sólo de la fulía y ya ni siquiera permanece circunscrito a él de manera excluyente. De aquellos contados velorios en La Pastora y San Agustín, o la Cortada de Catia, hoy Gramovén, la décima ha venido cubriendo como una cobija toda el área metropolitana, desde Petare hasta El Junquito, llegando a Caricuao y, por supuesto, El Valle y toda la zona suroeste, gozando hoy de un auge sobresaliente en los barrios de la parroquia Sucre. En la actualidad prevalece entre los decimistas el compartir espontáneo. Los ámbitos cerrados como las “casas” Guárico o Monagas han pasado a la historia, aunque existen hoy más que nunca las muestras culturales donde se proyectan las manifestaciones con un carácter académico, por medio de talleres y exhibiciones. Sin embargo, lo que hace la diferencia hoy día, la nueva circunstancia, es el elemento de unión, un sentimiento de cohesión entre los habitantes de las comunidades en torno a la décima y a los propios velorios de la Cruz. Una circunstancia que crece a partir de los años 80 y que llega incluso a pacificar los sectores “más candela” mientras dura el velorio, la Cruz está engalanada y los decimistas se hallan prendidos en su trance, asistidos por el duende de la memoria.
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Decimista y cantador de fulía. Caracas, 2011
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la urbanización Alberto Ravell en Coche y otros— a generalizarse la costumbre de hacer velorios en distintos lugares y acudir a ellos durante todo el mes de mayo, en suerte de ronda, con sus responsables al mando del ritual garantizando el rigor de las pautas que formalizan el sentir popular. En una ocasión Wilfredo Mendoza nos relató cómo, en una oportunidad, se dio un suceso de disparos con su consecuente herido y un decimista inoportuno quiso quedar bien con una glosa a la carta, coloreando de tremendismo el hecho fatal. De inmediato varios cultores, con indignación y desconcierto abandonaron el jolgorio que siguió. Ese velorio, al decir de los iniciados, debió haber sido reencaminado con sabiduría y autoridad por su organizador, quien sólo debió permitir que se dijeran versos acordes y en honor a la Santa Cruz. En la décima de Caracas, más allá de los antecedentes hallados en el humorismo en verso de los periódicos de los Nazoa, La Zaparapanda y El Gallo Pelón, o de Graterolacho, “el último glosero”, ha quedado plasmada la impronta del decimista mirandino. Nicolasa Gómez, residente de Petare desde muy jovencita, recientemente fallecida —y llorada por todos los rincones—, o el nativo de Soapire, Julio Ramírez establecieron, por un lado lo vivencial y, por otra parte, una forma de décima preciosista, más estructurada, que por supuesto no excluyó lo anecdótico, es decir, la realidad como origen de la inspiración. El estilo de Ramírez quedó patentado en el libro Por el sendero de ayer, donde figuran sus joyas más acabadas. Y serían necesarios dos o tres tomos más, pues este cultor memorioso llegó a componer unas dos mil décimas, aunque “sólo” se sabía “al pelo” unas setecientas. Pero al decir de muchos cultores, Caracas tiene también su pertenencia y sentido. La gente de Guatire y de poblaciones de decimistas como Mendoza se negaban a creer que en la capital se dijeran décimas o se celebraran velorios de la Cruz, pero cultores como Juan Echenique, José Morao, Plácido Huizi y, más recientemente, Arnoldo
recreando el mundo
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desde
LA SABANA
La Sabana, tierra valerosa y afrodescendiente, cuna de creadores y creadoras, deportistas, hacedores y hacedoras de sueños y libertad, orgullosos y consecuentes con su acervo cultural y herencia de ancestros y ancestras libres, quienes desde el mar y el conuco construyeron y construyen comunidad en este rincón a orillas de los azules del Caribe venezolano, donde se escucha la guarura, el tambor, se come sabroso y se respira solidaridad A l e x i s “ F e l i p i t o ” L a y a Cultor M a i l y n g B e r m ú d e z Antropóloga
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Vista desde el mirador de La Sabana, parroquia Caruao, estado Vargas. Foto: A L E X I S
“FELIPITO” LAYA
De Alexis José a Felipito el sabanero
Así es mi pueblo Coro Así es mi pueblo, así es mi pueblo, así es mi pueblo, se llama La Sabana, ¡ay Dios! Estrofa I Se llama La Sabana se llama de verdad y todos los años yo la quiero más. Estrofa II La Sabana es pueblo de alegría antes se llamó Soledad de María.
Estrofa III De La Concepción hasta playa Juana qué bello lugar tiene La Sabana. Estrofa IV Si vas al mirador voltea hacia los lados y veras a Chuspa y al pueblo de Caruao.
Autor: Felipito Laya
La Sabana y su gente vista a través de los ojos de Felipito
Cultor y soñador, Felipito describe a la gente de La Sabana como “muy servicial, al que va a La Sabana se le trata bien, hay gente que dice que en La Sabana recogemos a todo el mundo, no importa que sea un recogelatas, somos hospitalarios, los niños son vivaces, les gusta imitar las tradiciones. Las muchachas de La Sabana son muy alegres, bonchonas, les gusta estudiar, también son serviciales. El sabanero[a] es una persona inteligente, humilde, trabajadora, honesta, deportista, servicial, con cultura. La gente de La Sabana es muy enamorada, enamoramos compartiendo, bailando, tratando a las mujeres bien, cantándoles”. Teniendo como motivo el amor y en homenaje a su pueblo y a las bellezas de las mujeres de La Sabana, Felipito compuso la letra y música de una canción titulada “La Negra”. Por su parte los jóvenes, niños y niñas también se distinguen porque “viven felices, el sabanero se dedica a la pesca, trabaja en la jefatura, en la escuela, en el liceo, se vive con mucha armonía, a veces hay celo como en todo pueblo, pero estamos unidos”. Gastronomía sabanera
En la preparación de alimentos los seres humanos combinamos colores y sabores del lugar al que pertenecemos, razón por la cual creamos vínculos con nuestro entorno y por ello se van construyendo lazos identitarios. Felipito, a través de sus recuerdos y vivencias nos comenta sobre las particularidades de la comida de su cuna natal sabanera: “La comida de La Sabana es muy sabrosa. Se cocina de todo un poquito. Como afrodescendientes nos
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La Sabana es un pueblo afrodescendiente de la costa central de Venezuela que junto con Caruao, Todasana, Osma, Oritapo y Chuspa integran la parroquia Caruao, situada en el extremo oriental del estado Vargas. Para Alexis “Felipito” Laya, La Sabana “es el mejor pueblo del mundo, de hecho aquí puede llover todo lo que sea y el pueblo está paradito ahí, los que pusieron la mirada en La Sabana hicieron una bendición. Se dice que en La Sabana también había indígenas. Nuestra comunidad nace como un pueblo de negros libres que huyeron y agarraron hacia acá y Curiepe”. Felipito, a través de sus versos, nos envuelve en esta canción, letra y música de su autoría, sobre su pueblo natal:
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Coordenadas geohistóricas de La Sabana
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El pueblo de La Sabana rinde honores a San Juan Bautista cada 24 de junio. Otilia Bolívar y Felipito Laya. Foto: A L E X I S “ F E L I P I T O ” L A Y A
Alexis José Felipe Laya, llamado en La Sabana, Felipito, se describe así: “Yo nací en La Guaira, capital del estado Vargas, un 7 de marzo de 1962. Mis padres fueron Mercedes Leticia Blanco y Felipe Laya. Mi mamá estaba en un desorden de carnaval, tratando de bañar a una persona, se cayó con su barrigón y fuimos a parar al piso los dos, de allí a una lancha que nos trasladó al Seguro Social de La Guaira donde le hicieron cesárea, y allí nací yo… por eso será que soy tan bochinchero… Estuvimos un mes en casa de mi tía Altagracia y luego regresé en los brazos de mi madre para quedarme en La Sabana, mi pueblo, y sabanero me quedé… Desde siempre me han dicho Felipito por mi papá. Mis hermanos son menores que yo, Tibisay, Felipe José y Víctor… Vivíamos en la calle del Medio, frente a la plaza Bolívar”.
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RECREANDO
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EL MUNDO DESDE
LA SABANA
identifica la comida tradicional: plátanos, topochos, arroz, pescado, cochino criado de pueblo, la gallina picatierra, el huevo criollo. Lo tradicional se mantiene: la dulcería, el coco, el agua de coco, el fresco de cadillo de perro, la limonada con papelón. El sabanero disfruta la comida de su pueblo: el carite, el pargo, el ojón que es un pescadito tradicional de aquí. Mi bisabuela se llamaba Josefa Laya, ella fue otra cultora más. En la parte de dulces era una especialista, hacia mazamorra de maíz en concha, el carato (que le decían chicha con arroz), jalea de mango (la cruda y la cocida), cortados, tizanas, la mestiza (que en Barlovento la llaman cafunga) que se prepara con cambur maduro y clavos, la barriga de vieja que se elabora con yuca y papelón, los besitos de coco con papelón y clavos, el dulce de lechosa, el majarete que hay gente que lo hace con harina de maíz precocida (de la que venden en la bodega), la tía mía y yo lo hacemos de maíz pilado, lleva coco, canela, clavos, la hoja jojota de la naranja cajera y la concha de limón”. La naturaleza, aparte de alimentos también le suministra al sabanero y la sabanera una despensa natural de elementos a través de los cuales aliviar los malestares y las dolencias: “el cadillo de perro, la malva, el mango, el mamón, la lombricera, el cacaíto, la boquera, la mora. El cacaíto y el cadillo de perro sirven para desinflamar el hígado, la boquera para la tensión y la mora para la diabetes. Últimamente trajeron de Barquisimeto el nin que es amargo y sirve para la diabetes. La cebolla se usa para las lombrices. El ajo, la bretónica, el malojillo y la yerbaluisa para la gripe. El malojillo y la hoja de la guanábana para dormir y relajarse. La guanábana jojota para la tensión. Son muchas las plantas medicinales, la fruta de montaña, la pira para el cerebro, la pira blanca para hacer tortilla, el clavo de pozo para la escabiosis, la sarna y la espadilla”.
Mientras concluye la misa los tambores se prensan con el sol. La Sabana, estado Vargas, 2010. Foto: R A F A E L S A L C E D O
La Negra Estrofa I Qué negra tan linda la que estoy mirando qué negra tan linda la que estoy mirando parece un clavel cuando está floreando parece un clavel cuando está floreando. Negra que yo a ti te quiero negra que yo a ti te adoro negra que yo a ti te quiero negra que yo a ti te adoro. Estrofa II Negra y eres mi estrellita negra y eres mi lucero bonita y sincera me la mandó Dios mientras más la beso más la quiero yo. Estrofa III Negra color de esperanza ay negra, ay la quiero yo negra no la cambiaré, ay negra como ella no hay dos son las de mi pueblo, lindas y elegantes son las de mi pueblo, lindas y elegantes son las sabaneras y no hay quién me aguante. Estrofa IV Negra, negrita, negrita, negrita negra, negrita, negrita, negrita negra que yo a ti te quiero negra, negrita, negrita, negrita negra y eres mi estrellita negra que cayó del cielo.
Cada 8 de septiembre, Día de la Virgen del Valle, los feligreses rezan rosarios. La Sabana, estado Vargas. Foto: A L E X I S “ F E L I P I T O ” L A Y A
Autor: Felipito Laya
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tengo el testamento también, por lo menos yo soy el papá de Judas. >>En mayo se dan los velorios de la Cruz, a la gente y a los niños les gusta. Tengo un grupo y los niños están participando, ya cantan, eso era lo que queríamos, que los niños se fueran por ese lado. En San Juan, la gente se aboca al tambor y van a la misa. Después viene la Virgen del Carmen que tiene muchos devotos, y luego los juegos de la liga deportiva vacacional que tiene más de treinta años, se hacen competencias de básquetbol, atletismo, beisbol, etc., vienen todos los pueblos vecinos a jugar: desde Caracas a La Guaira. También está la fiesta de la Virgen del Valle que cuenta con la sociedad más vieja, aunque San José es el patrón. A la Virgen del Valle se le saca por el mar hacia Chuspa, Caruao y Guayabal y es una fiesta muy popular. Ahora estamos rescatando los velorios del Niño Jesús de Curiepe en La Sabana”. De acuerdo con el acervo histórico trasmitido de padres a hijos(as) a través de la tradición oral, “el Niño Jesús de Curiepe es de La Sabana y lo fueron a vender en Curiepe y por eso hay esa hermandad entre los pueblos, Curiepe ha sido como un pueblo hermano de La Sabana”.
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En cuanto a los ciclos festivos y las tradiciones de La Sabana, Felipito inicia su relato con el carnaval, a propósito del cual explica que “tenemos una tradición que se ha perdido un poco, la de los colúos, los disfraces de macoya que eran la hoja de plátano de topocho, la gente se disfrazaba de eso con unos mandadores y el que decía el nombre lo pelaban. Todas las calles hacen su reina, la gente saca su samba, las viejas se disfrazan. El miércoles de ceniza se juega la sardina, pero ya no es como antes, porque la juventud inventa demasiado. >>En La Sabana, después de carnaval, vienen las fiestas patronales de San José. El sabanero por su santo llena la iglesia porque le tiene mucha fe a San José, es su santo patrón; de hecho, durante la tragedia de Vargas no murió ningún sabanero en La Guaira, porque San José metió su mano por su gente, por su pueblo. >>En la Semana Santa la gente es muy creyente, va a la iglesia, la misa, la procesión, al encuentro del Nazareno que es muy bonito y se ha hecho muy famoso, a la procesión del santo sepulcro, la bendición del mar, la quema de Judas, a escuchar el testamento de Judas,
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Festividades de La Sabana
Río El Panecillo, La Sabana, estado Vargas, 2010. Foto: R A F A E L
SALCEDO
EL AUTORRECONOCIMIENTO
AFRO EN
CHUAO
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así somos
El reconocimiento conlleva a una aspiración libertaria que abarca múltiples significados: lo religioso, lo cultural, la faena diaria y la relación con el medio ambiente, entre otros aspectos ineludibles de lo vital, son asumidos por los pobladores de Chuao; pueblo ubicado en la costa aragüeña, para reunir las voces de una tradición ancestral renovadas en el ejercicio de la afirmación de la afrodescendencia y la ferviente vocación comunitaria
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G e r r i C h á v e z Cultor / investigador Red Afroaragüeña C h e y l a M a s í n Médica / docente-investigadora UC, Red Afroaragüeña
Cuando me nombran a Chuao el corazón me palpita el orgullo de ser chuaeño eso nadie me lo quita… C ANTO DEL CACAO
La compleja historia que deriva del colonialismo, conquista e inmigración constante en el continente logró construir dos grandes grupos étnicos: indígenas o pueblos originarios y afrodescendientes, quienes sufren grandes privaciones económicas y sociales que se manifiestan en la falta de oportunidades. Por tanto, la dinámica sociopolítica impulsó la construcción de una identidad única homogénea, segregando a estos grupos étnicos minoritarios. Se desarrolló una política de aculturación y pérdida de identidad donde algunos de estos pobladores se sumergieron, pero aquellos que dieron valor a su ancestría, a su cosmovisión, quedaron excluidos del desarrollo económico y social de la región. Hablar de la afrodescendencia en el pueblo costero de Chuao es hablar de cacao, hablar de su gente, porque ésta expresa con orgullo su gentilicio, la gente de Chuao hace
CHUAO SE PERFILA COMO EL MEJOR EJEMPLO DE PRESERVACIÓN DE LA CULTURA AFROVENEZOLANA. GRACIAS AL AISLAMIENTO Y LA TRADICIÓN ORAL, ASÍ COMO A LA IMPORTANCIA HISTÓRICA Y ECONÓMICA DEL CACAO Y LA HACIENDA, LOS POBLADORES RECREAN DÍA A DÍA SUS PRÁCTICAS SOCIALES, ECONÓMICAS, RELIGIOSAS Y FESTIVAS COMO LO HACÍAN SUS ANTEPASADOS ESCLAVIZADOS.
Secado del cacao, 1980. Foto: I S I D R O
Cultura afrovenezolana
Chuao se perfila como el mejor ejemplo de preservación de la cultura afrovenezolana. Gracias al aislamiento y la tradición oral, así como a la importancia histórica y económica del cacao y la hacienda, los pobladores recrean día a día sus prácticas sociales, económicas, religiosas y festivas como lo hacían sus antepasados esclavizados. Suele verse con frecuencia, en un día cualquiera, a los niños del pueblo reproducir en sus juegos las manifestaciones culturales más coloridas y concurridas del pueblo, como el sangueo de San Juan Bautista y los Diablos Danzantes del Santísimo Sacramento del Altar. Ver en la iglesia y el patio de secado de cacao, centro social del pueblo, a los noveles devotos que no llegan a diez años practicar e imaginar haciendo símiles de lo que realizan los líderes comunitarios y religiosos del pueblo, mientras que los mayores van corrigiendo en ellos hasta convertirlos en expertos que reproducen los rituales ancestrales y así perpetuar su cultura y su historia: “…ese legado que nos dejaron los españoles de una u otra forma violenta, nosotros lo adaptamos, lo amoldamos a nuestras costumbres, a nuestra identidad como tal”. “De las tradiciones la más representativa para mí es San Juan, la otra es el Santísimo Sacramento.” Sobre la cultura afrovenezolana Jesús “Chucho” García expresa lo siguiente: “…es aquel segmento de la diversidad cultural venezolana formada por las distintas expresiones musicales, culinarias, bailes, técnicas de trabajo, arquitectura tradicional, conocimientos tecnológicos, religiosos, valores
NÚÑEZ. ARCHIVO CENTRO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL
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se debe indagar en primer lugar su pertenencia a este grupo étnico. Se aprecian huellas que lo relacionan con lo místico, lo religioso, lo cultural, la pesca, la agricultura, su estilo de vida, el reconocimiento de su ancestría. Su condición de pueblo costero aislado desde lo topográfico aunado a la influencia de sus tradiciones donde se evidencian las huellas ancestrales e históricas del paralelismo entre lo heredado y lo vivido, marcan el ritmo de vida en esta población que se recoge en las expresiones de sus pobladores desde su gentilicio y rutinas históricas que se mantienen intactas en la actualidad.
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a Chuao, es su esencia, su humildad, su sencillez, el amor que sienten por la naturaleza, por sus fraternos, por sus visitantes, por sus tradiciones, lo que hace a este pueblo único y merecedor de asombro ante las miradas del mundo. El pueblo costero de Chuao, declarado patrimonio cultural y natural del estado Aragua y Venezuela, es conocido mundialmente por su cultura, permeada desde la época colonial de aportes hechos por sus antepasados africanos, que permanece intacta en la forma de cultivar el cacao (considerado el mejor del mundo) y por manifestaciones mágico-religiosas, producto de la cosmovisión construida; hechos estos que lo hacen candidato a ser proclamado patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco. La africanidad se siente en el día a día del pueblo, replicando la forma en que los esclavizados cultivaban el cacao, iban a la pesca, interactuaban con la naturaleza, en la expresión de sus ritos, sus costumbres, su estilo de vida y sus creencias. Este pueblo ha sido privilegiado por la naturaleza, igualmente por el Estado que lo ha convertido en diana de proyectos endógenos y lo ha reconocido como ciudad patrimonial de Aragua. Axiológicamente la vida en comunidad que caracteriza al pueblo de Chuao necesitó aprehenderse de valores dentro de los cuales podemos citar el respeto por el conocimiento ancestral y por su historia; la solidaridad con sus fraternos, vecinos y turistas; la convivencia armónica; la responsabilidad en el rol social que a cada uno le toca ejercer; la cooperación y la sencillez para afrontar la vida, su cotidianidad; la fe católica que permea su hacienda, su pesca, sus manifestaciones culturales, sus devociones, sus promesas y sus ofrendas; la paz que les permite disfrutar del tiempo y la naturaleza; la independencia con una historia que acerca a cinco niños esclavizados de Chuao a Bolívar y su campaña independentista y la libertad que en Chuao se llama El Paraíso y La Esperanza, cumbes fundadas por los cimarrones y cimarronas donde sembraban clandestinamente cacao y café para vender y así poder comprar sus “cuerpos” y soñar que algún día serían libres. Cuando se averigua sobre la afrodescendencia de los chuaeños, sobre cómo interpretan su afrovenezolanidad,
LÁREZ
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Secado del cacao. Chuao, estado Aragua, 2009. Foto: N U R Y
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sociales, elementos lingüísticos, traídos por los esclavizados y esclavizadas durante la época colonial venezolana. La creación cultural expresada en la construcción de expresiones culturales al mezclarse voluntaria e involuntariamente con las culturas hispanoárabes o aborígenes. Así tenemos las fiestas religiosas afrocatólicas como San Juan, San Benito, San Pedro, Diablos Danzantes de Venezuela, donde se mezclaron cantos, bailes e instrumentos musicales de las culturas aborígenes, hispanoárabes y africanas”.
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Herencia ancestral
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Se perciben en la vida diaria de Chuao, rutinas propias de este pueblo, muchas de ellas en extinción en otros pueblos y comunidades. Rutinas heredadas de generación en generación que hacen percibir la sensación de viajar en el tiempo y volver a prácticas ancestrales de cultivo, de pesca, de vida en comunidad: “Bueno, de ellos aprendimos algunas cosas que hacemos, por ejemplo, ya se lo habían enseñado a los antepasados de uno, y de allí a los mayores de uno y entonces así”. En Presencia africana en Venezuela, Jorge Guerrero afirma: “La transferencia de conocimiento de África a América se materializa en las actividades productivas conocidas como haciendas, donde en el caso de Chuao, se debe a las técnicas y conocimientos sobre la naturaleza de los cuales eran portadores los africanos”. Creencia en el gentilicio
El orgullo de los chuaeños por su pueblo y por su historia se percibe día a día, la importancia desde años ancestrales que ha tenido este pequeño pueblo por ser productor del mejor cacao del mundo, su historia de comunidad esclavizada, la belleza de la naturaleza, el apego a la familia, la amabilidad de su gente y su propia visión de la vida hacen de esta magia una realidad. Los chuaeños creen en su paraíso terrenal, en su espiritualidad mística y bajo estas premisas crían a sus hijos inculcándoles el respeto a la naturaleza, el orgullo por su historia y por su gente. Así lo expresa Castillo citado por Carmen Alemán: “…a lo largo de la historia y ayudados por el relativo aislamiento, la gente de Chuao ha sabido mantener su modo de hacer, reproducir y significar la vida, su especificidad cultural afrovenezolana, en diálogo vigilante y por momentos conflictivos, ad intra y ad extra, con respecto a las formas culturales invasivas de la modernidad criolla. Hay un modo de vivir y de ser en
Promesero, 1984. Foto: V Í C T O R
S O J O . ARCHIVO CENTRO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL
Chuao que es de ellos y de la patria grande. Gozoso, festivo, bregador, fraternal, gratuito”. Este hecho se recoge en el sentir de la gente de Chuao: “…Chuao para mí es parte de este corazón que tengo yo acá, Chuao es parte de mi vida”. “Bueno, ser chuaeño es grande, dichosos aquellos que nacimos en Chuao y que lo queremos y que no nos cansamos de conservar.” “Chuao es mi paraíso.” “Chuao es lo mejor que Dios me ha podido dar, haber nacido en Chuao para mí es un orgullo, me siento satisfecha y agradecida de haber nacido en este terruño, aquí nací y aquí estoy hasta que Dios quiera…” Historias y vivencias
El aislamiento geográfico, las condiciones ambientales y las tradiciones en Chuao estructuran día a día el convivir y el devenir del tiempo en armonía. La solidaridad, la fraternidad, la alegría, la paciencia, el trabajo duro y en equipo son parte de las actividades que conforman un estilo de vida necesario para llevar las vicisitudes propias del aislamiento, el clima, la ruralidad y su condición de pueblo pequeño. Es común encontrarse en Chuao manifestaciones de estilos de vida tan particulares que nos crean asombro en pleno siglo XXI. La existencia de comadronas en la comunidad, los yerbateros y rezanderos que plasman su conocimiento ancestral de botánica y oraciones en las dolencias de los habitantes.
“…en Chuao cuando se hace un sancocho, uno nunca monta para los que están nada más, siempre se monta más para que el que llegue coma”. “…porque se vive tranquilo, despreocupado. Con ciertas incomodidades pero despreocupado.” “…me cuenta mi mamá que nací sin partera, cuando yo nací fue que fueron a buscar a la partera.” “…la mamá de mi papá también era casi igual, era partera y rezandera y entonces eso se lo inculcan a uno, lo influencian a uno.” “…cuando teníamos vacaciones nos llevaban pa’ La Esperanza a coger el café, caraotas, el jojoto, para sembrar, la gente de la agricultura, nos íbamos pa’ La Esperanza.” “…cuando llamaron a Juana Liendo, que era la partera de aquel entonces, yo había nacido, lo único fue que ella hizo el caldo de gallina negra, que decían, y llegó y se tomó su caldito.” “…sí, bueno, es que todavía el pueblo conserva sus tradiciones ancestrales, como es la brujería, la yerbatería y la creencia en santos ancestrales, y su religión, porque ellos todavía tienen su religión primitiva.”
“…en Chuao no se ha perdido la costumbre de comer el plátano sancochao con el pescao asado, con el pescado seco y la cosa”. “…todo se compenetra con el cacao, por lo menos en el velorio de la Cruz se reparte el chocolate con galletas, en la procesiones de la Semana Santa, en los velorios de San Juan, en el Velorio de la Cruz del Perdón todo tiene que ver con el cacao y al que venga se le hace el ponche de cacao también.” En este sentido, Jorge Guerrero comenta: “Es bueno señalar que los alimentos o comidas guardan estrecha relación con África Central que a su vez sufrieron reinterpretaciones por espacios geográficos. El lungulungo con friquifriqui es una creación afrodescendiente culinaria de esta zona que contiene pescado seco desmechado con plátano verde, original de Ocumare de la Costa del estado Aragua. El sakusu: pescado envuelto en hojas de plátano con nombre de origen loango. La funga de fungi como se conoce en Angola la encontramos en las comunidades afro de Aragua, preparada a partir de cambur y especias envueltos en hojas de plátano”.
Autorreconocimiento
La historia de vida y la importancia del legado ancestral africano a través de la siembra y cultivo del cacao ha creado en los chuaeños ese autorreconocimiento de sus raíces africanas, así como también del mestizaje, en la presencia de apellidos como Bacalao y Tagliaferro de familias tradicionales de Chuao. Rasgos físicos como el color de piel y el tipo de pelo son parte de su sentir, en algunos en positivo, en otros en negativo, cuando a los niños se les expresa que tienen pelo malo y que su piel negra no puede quemarse al sol. En Autorreconocimiento y comunidades afrovenezolanas en afrovenezolanidad, racismo e interculturalidad, Camacho expresa: “el autorreconocimiento es el proceso mediante el cual hacemos conscientes los valores y contravalores que orientan nuestra conducta, la aceptación de los rasgos físicos y psicológicos que nos definen como persona, valorando las
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El pueblo de Chuao es tierra privilegiada por sus condiciones climáticas y la riqueza de sus suelos y mar. El cacao da sentido a esta población, el cual se ofrece a los pobladores, visitantes y turistas, en las fiestas tradicionales se preparan inmensas ollas de chocolate que se reparten gratuitamente a todo el que lo desee. Igualmente la cercanía al mar y a la selva nublada ofrece una variedad de frutos y fauna que han sabido combinar con recetas de su ancestría africana y se ofrecen como delicias propias de la zona. Los sancochos de pescado y ñame ’e palo, las albóndigas de macabi (pescado espinoso que maceran y sacan la pulpa), pescados asados a leña, fungas hechas de cambur, coco y canela, envueltas en hojas de plátanos, son parte de la herencia culinaria. Los pobladores de Chuao lo expresan así:
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La forma de sentir la religión con alegría, improvisando versos cantados en unas tesituras y registros agudísimos a primeras horas de la mañana, todo esto manejado por las cofradías y sus cófrades en una amplia organización social. Los hábitos de siembra y cosecha en aislamiento y respetando la naturaleza. La tierra, la religión y los conocimientos heredados son elementos fundamentales para sobrevivir ante la adversidad. En relación con el binomio salud-enfermedad en las etnias, Becerra expresa lo siguiente: “La cosmovisión de la salud y la etiología de la enfermedad forman parte de las creencias y ellas varían para cada grupo étnico. Para algunos de esos grupos las enfermedades pueden ser causadas por seres humanos con fuertes poderes, por fuerzas sobrenaturales, por accidentes, excesos o deficiencias. Estas creencias pueden crear reticencia para acudir a los servicios basados en la medicina científica…”. Sobre la existencia de cofradías en comunidades afro, Guerrero puntualiza: “Desde el punto de vista organizativo las cofradías eran instrumento fundamental para la realización del control social. Las actividades que realizaban las cofradías eran de ayuda mutua, socorrer al enfermo, bautizos, comuniones, entierros y todas las actividades religiosas”. Estas expresiones de estilos de vida se reflejan en el quehacer de los chuaeños:
GASTRONOMÍA CHUAEÑA
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Foto: S U S A N A A R W A S / E D G A R M O R E N O
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fortalezas históricas y culturales de ser afrodescendiente”. Los pobladores de Chuao se autorreconocen de la siguiente manera: “…me siento sumamente orgulloso de ser afrodescendiente, de ser descendiente de esos negros esclavizados, de esos negros africanos”. “…yo creo que sí, por lo negro y lo que a uno le gustan los tambores.” “…estaban los pabellones del Congo de África y Angola y fui a los dos, y vi pues la similitud que tiene la cultura de allá y la cultura de nosotros.” “…el ritmo de la música, los instrumentos musicales, son africanos.”
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Color de piel
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Los colores de África se recrean en la piel de los habitantes de Chuao como muestra de ese legado de los trabajadores del cacao, curtidos de sol y bañados de melanina que ha pasado de generación en generación y hoy se representan en una gama de marrones a negro. Color que los hace fuertes, bonachones, místicos, trabajadores y festivos. Color de piel negra de la cual están orgullosos y les da ese “sabor a cacao y tambor”, como ellos lo expresan. Recuerdan en la intensidad del negro de su piel a sus antepasados y el blanqueamiento al cual la gran mayoría se ha sometido prevaleciendo la tonalidad oscura en sus cuerpos. Para García: “…la clasificación del color de piel que existió en la colonia, y se prolongó hasta el siglo XIX: negro retinto, moreno, negrocolorao (bachaco), negro bozal, zambo oscuro, zambo claro, quinterón, salto atrás (cuando el color de piel era más oscuro que el de la madre)”. En este sentido los chuaeños se ven así: “…yo creo que sí, porque por el color mi mamá era negra”. “…mi mamá salió negra, los pelos se le enchirraron.” “…el más blanco que vive aquí es hijo de negro, el más blanco que haya, amarillo… ése es negro.” “…la gente de Chuao es negra. ¡Es negra!” “…el abuelo de Jesús Franco que yo conocí tenía sus rasgos, ése era negro, ¡negro africano, oyó!” Rasgos de la afrodescendencia
Los chuaeños logran descifrar en su cuerpo características peculiares que los acompañan a hacer una revisión de las herencias ancestrales de los afro y, por qué no decir, de lo indígena: el tipo de cabello y la presencia de canas,
Playa de Chuao, estado Aragua. La llegada del dorado, 2009. Foto: S U S ANA AR WAS / ED GA R MO R ENO
el vello corporal, la tipología longilínia son rasgos angoleses al igual que la cara alargada, las mandíbulas fuertes, la nariz grande pero algo perfilada, los relacionan con la región africana de origen. Los pobladores de Chuao lo refieren así: “…los rasgos físicos y el color de piel de Angola y del Congo son idénticos a la fisonomía de nosotros los negros afrodescendientes de Chuao”. “…¡todo!, mi nariz, la fisonomía de mi cara, mi color de piel, mi pelo, todo es afrodescendiente.” Para seguir leyendo… ALEMÁN, CARMEN. Corpus Christi y San Juan Bautista, dos
manifestaciones rituales en la comunidad afrovenezolana de Chuao. Caracas, Fundación Bigott, 1997. BECERRA-GRUPO ÉTNICO Y SALUD. Informe presentado en la 132ª
sesión del Comité Ejecutivo, Washington D.C., 2006. CAMACHO, N. Autorreconocimiento y comunidades afrovenezolanas en afrovenezolanidad, racismo e interculturalidad. Caracas, Fondo de Canadá para las Iniciativas Locales (FICL), 2005. GARCÍA, JESÚS “CHUCHO”. Afrovenezolanidad e inclusión en el proceso bolivariano venezolano. Caracas, Ministerio de Comunicación e Información, 2005. GUERRERO, JORGE. Presencia africana en Venezuela. Aragua, Conac,
Sistema Nacional de Imprentas, 2009.
afrocrónica de un pueblo B a r b o z a
Promotora sociocultural / docente / cronista
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Juego infantil, 1947. Foto: J O S É
MARÍA CRUXENT. ARCHIVO CENTRO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL
Veroes, tierra de tradiciones, cimarronajes y luchas constantes en la que hombres y mujeres participan por igual desde la casa, el conuco o desde el lugar donde haya que hacer frente a lo que se presente, bien sea las tierras, la autonomía, revalorizar y transmitir tradiciones o el reconocimiento étnico, económico, político y social
DE UN PUEBLO
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AFROCRÓNICA
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Bautizo de los siete sanjuanes en la mañana del 24 de junio. Taría, estado Yaracuy, 2010. Foto: R E I N A L D O
La historia
Veroes, tierras de cumbes, espacios de los esclavizados que escapaban de los dueños de hacienda buscando la libertad para hacer una vida digna lejos del palo implacable del mayoral. Geografía de refugio para Andrés López del Rosario, “Andresote”, donde fraguó sus luchas, armó ejércitos, recorrió río arriba, río abajo, bregando para que sus hermanos consiguieran salir del sometimiento al que eran forzados sin derecho a la vida y al amor. La herencia
Con Andresote no cesaron los procesos de negación de derechos ni la exclusión, la lucha continuó, el veroeño debió seguir dando vueltas y tumbos para alcanzar poco a poco espacios de liberación, así se pelearon la tierra de los Cañizos donde hombres, mujeres y niños, después de ser sometidos a la ferocidad de las fuerzas policiales, a sus maltratos y vejaciones, labraron la organización del pueblo para que la tierra fuera para la gente. En la lucha por la autonomía municipal nuevamente hombres y mujeres emprendieron la defensa de sus derechos para que Veroes dejara de ser un apéndice del municipio capital.
LEÓN (CORTESÍA: CÁTEDRA DE MÚSICA Y DISEÑO UNEY)
Con la autonomía municipal y los cambios surgidos con el proceso de revolución se inicia la lucha por las tierras comuneras, sus herederos ancestrales pudieron demostrar legalmente que éstas habían pertenecido a sus abuelos, a sus padres y que sobre ellas no tenían ningún derecho los cubanos batisteros, ni los isleños, ni los italianos que invadieron Veroes y bajo engaño compraban unas hectáreas de tierra para luego hacerse dueños de todo lo que había alrededor, plantando la caña que acababa con el plátano, cultivo que no sólo realimentaba la tierra y generaba bienestar económico, sino que también era el nutritivo alimento para criar a los hijos con el dulce y sabroso atol o funche de harina de plátano que junto con las caraotas y las verduras constituían la dieta de los habitantes de Veroes. Lo cultural
De nuestros antepasados africanos e indígenas proviene la valiosa cultura que enriquece el gentilicio veroeño, pues en Veroes se condensa lo ancestral de nuestra raíz afro junto con el culto, de origen indígena, a María Lionza, para formar los rasgos preponderantes en la cultura del estado Yaracuy. De la manifestación de San Juan Bautista heredada de los aportes que trajeron nuestros padres ancestrales a Amé-
La gastronomía
Éste es otro elemento donde hemos puesto empeño a pesar de la industrialización de la alimentación, asunto en el que el gobierno crea políticas y busca solución. En la gastronomía encontramos el pescado asado envuelto en hojas de plátano o cambur, sacuso. En la infancia la espera se volvía infinita, las mujeres iban a pescar y sabíamos que al volver traerían los pescados chiquitos y las hojas de casupo listas, sólo restaba picar los aliños y hacer las brasas en el fogón para la degustación del delicioso manjar. Las guabinas, los bagres, así como otros pescados grandes los freían frescos, pero lo que más gustaba a los adultos eran los salpresos o secos que ponían al sol sobre los techos de palma o zinc. La hayaca de Angu que pervive en Taria, conocida en los pueblos de Barlovento como cafunga o funga, mezcla de harina de plátano, plátano maduro y coco, también es parte de lo preservado desde la nfunga de los pueblos africanos. Inevitable resulta la presencia del coco en la dul-
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cería veroeña y los dulces envueltos asados o cocidos en hojas de plátano, cambur casupo y hojas de naranja. Así mismo, la artesanía derivada de fibras vegetales: hojas, bejucos, madera, arcilla, en la que sobresale la elaborada en cepa de plátano, extendida en Yaracuy desde Taria hasta Palmareño, dos pueblos de alto raigambre en la cultura de tradiciones donde niños, jóvenes y adultos por igual se dedican a vivir lo heredado y abrir espacios para entregárselos a todo aquel que desee aprender. El cultivo y uso de plantas para remedios sigue vivo como componente de la cultura de Veroes, son muchos los patios con malojillo, pasote, sábila para el guarapo a tiempo. “Hacete lo que te mandó el doctor, pero bebete este guarapito”, “hacete esta cataplasma de tua-tua mora y sal pa’ que te saquei el golpe”. En la búsqueda de que nuestra cultura mantenga los elementos de tradición han contribuido jóvenes de nuestros pueblos que se ocupan de recoger de los viejos los legados para preservarlos a través de creaciones literarias, musicales y gastronómicas. En los últimos años la escuela veroeña se ha dedicado a recoger testimonios en las comunidades, a leer su realidad, para darle al currículo escolar el conocimiento y el saber de nuestros libros vivientes, fortalecer la identidad, comprender y hacer consciente la interculturalidad que vivimos cotidianamente en las prácticas culturales de cada comunidad y cada familia y transmitirlas a través de la oralidad y el quehacer en los diversos espacios: la casa, el patio, el conuco, la calle, el río. Ríos ya con poca vida porque la industria encontró en ellos el mejor lugar para contaminar aguas, peces y plantas. Los ríos para los veroeños fueron de gran valía, en ellos se resolvía gran parte de la vida familiar, se lavaba la ropa, se fregaban los corotos, se bañaba la familia, se creaban los cantos, se peleaba el puesto de la batea, se cocinaba, se conseguía el pescado. Cerca del río o los caños se ubicaban los conucos para tener el bastimento familiar; en el río se divertían los niños, los jóvenes, las mujeres tenían la tradición de tocar tambor en el agua. Todavía alguna gente cree que al río o al monte no se va a mediodía porque los espíritus o los encantos están
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rica y la religión impuesta en la que tuvieron que solapar su música, sus ritmos, sus ritos, nos quedan los cantos luango golpeao, luango corrío y las zangas o zangueos con los que danzamos al santo por las calles para anunciar que comenzó la fiesta. También están presentes los cantos de sirena y todos aquellos que nos trasmitieron los viejos cultores que a punta de decisión, empeño y parrandeo, de pueblo en pueblo, día tras día sembraron en quienes hoy le sucedemos la necesidad de continuar y preservar lo que se pueda de nuestra tradición. Honor a los viejos cultores: a Provanco y Ramonita, quienes sin más ni más en cualquier tarde de agua negra agarraban su tambor, su garganta, su litro y su bandera y se les veía venir calle arriba en ese hacer particular. A Úrsula López y a la gran Georgina Graterol, quien aún en la víspera de su muerte cantó para las mujeres de Farriar. A Tavo, quien se pasea con su alzheimer por las calles de su Farriar natal. A Eloy Sevilla, Juana Landínez y Sebastián, íconos vivos de gran valor. A Prudencio Barboza y sus cantos a los angelitos que se quedaban dormidos y en sus cajitas blancas se iban al cielo a visitar a Dios.
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…la escuela veroeña se ha dedicado a recoger testimonios en las comunidades, a leer su realidad, para darle al currículo escolar el conocimiento y el saber de nuestros libros vivientes, fortalecer la identidad, comprender y hacer consciente la interculturalidad que vivimos cotidianamente en las prácticas culturales de cada comunidad y cada familia y transmitirlas a través de la oralidad y el quehacer en los diversos espacios…
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presentes y se la pueden llevar o puede acontecer una mala hora. Los ríos también nos han jugado malas pasadas, pero no es su culpa, es que como dicen ahora, “no hay voluntad política”, con las lluvias crecen, se juntan, se desbordan, inundan las tierras, las siembras, las casas, y se llevan a la gente.
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La calle
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En otros tiempos la calle no era sitio para la mujer, la crianza no permitía que las hembras ocuparan lugares que eran para los hombres. Hoy día hombres y mujeres y muchas veces los niños están en la calle, en las cantinas, entre copa y copa, botella y botella. La calle es ahora una amenaza constante, pues a Veroes lo alcanzó la mala hierba que impregnó a muchos jóvenes, quienes juegan a policías y bandidos en cualquier momento del día o de la noche, en el autobús, en la actividad pública, cerca de la escuela, no importa quién esté. Ésta es una preocupación colectiva. Pareciera que no hay quien recoja la amarras. Pero como no todo está perdido, hay quienes ponen el corazón y participan desde diversos espacios políticos, económicos y sociales, como los jóvenes de las organizaciones afro que vienen realizando un proceso inclusivo desde lo educativo y comunitario para el autorreconocimiento étnico y la aceptación, aplicando herramientas de investigación, como el mapa de origen y el inventario de saberes, aportadas por el Movimiento Pedagógico Calendario Productivo Sociocultural para que maestros, representantes y niños, indaguen en su historia familiar y encuentren respuestas a las interrogantes: ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿cuáles han sido los legados recibidos? Lo que nos proporciona un saber que compartimos en colectivo, genera autoconocimiento, reconocimiento étnico y cultural, promueve la valoración y el respeto colectivo y, por ende, el apoyo de todos. Una vez más, de esta forma Veroes le muestra al estado Yaracuy formas de organización para que no sólo vean la parte oscura del veroeño, y no me refiero al color de piel
precisamente, sino a los epítetos que históricamente nos han endilgado: “violentos”, “macheteros”, “patoteros”, o las reacciones de burla, miedo, agresión, rechazo, en fin, de exclusión, sin tener en cuenta el proceso histórico vivido ancestralmente y que a cualquiera alerta hacia la defensa propia y personal. Esa visión opaca la luz que hay en el afrodescendiente veroeño, la generosidad que nos caracteriza para recibir y atender a cualquier ser que a nuestros pueblos se acerca; el amor y la dulzura que damos a nuestros hijos, familias, amigos; el trabajo arduo y fuerte que significa labrar la tierra, sembrarla, tener una producción, tarea hecha por los hombres y mujeres que se han hecho cargo de levantar familia. Hoy los jóvenes toman conciencia de la relevancia de las luchas por las libertades y los espacios, se profesionalizan para apoyar los procesos del municipio, de la entidad estadal y el Estado nacional. El veroeño ha labrado y está labrando su valía reconociendo que no somos eso en lo que nos convirtieron los europeos, que no somos ese animal rabioso y bruto y de fuerza descomunal que sólo sirve para el trabajo forzado. Nosotros reconocemos que venimos de una estirpe civilizatoria que no se inicia con la colonización y la conquista, sino que antes, mucho antes, nuestros padres ancestrales nos legaron lo que realmente somos, esa esencia maravillosa que se llama ser humano, y que participamos activamente en la refundación de la patria y la lucha por ocupar los lugares que nos corresponden como una de las raíces que da origen a nuestra venezolanidad.
Para seguir leyendo… GARCÍA, JESÚS “CHUCHO”. Afroamericano soy, la diáspora del retorno. Caracas, Ediciones Los Heraldos Negros, 2000. VARGAS ARENAS, IRAIDA. Resistencia y participación. Caracas, Monte
Ávila Editores Latinoamericana, 2007. SALAZAR, JUAN JOSÉ. Antropología de la Madre Tierra. Imprenta
Bolivariana, 2007.
…reconocemos que venimos de una estirpe civilizatoria que no se inicia con la colonización y la conquista, sino que antes, mucho antes, nuestros padres ancestrales nos legaron lo que realmente somos, esa esencia maravillosa que se llama ser humano, y que participamos activamente en la refundación de la patria y la lucha por ocupar los lugares que nos corresponden como una de las raíces que da origen a nuestra venezolanidad.
CIMARRONA AFROVENEZOLANA una mirada desde adentro N i r v a
C a m a c h o
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beliones, burlaron los cercos de la esclavitud formando El antecedente histórico de la ancestría africana en las Amé- cumbes en las montañas como espacios liberados y parricas y el Caribe dejó sus huellas no sólo en la estructura ticiparon en las luchas para lograr la Independencia de Vesocioeconómica y política de las sociedades actuales, sino nezuela, de la cual actualmente celebramos su Bicentenario; que también marcó la estructura sin embargo, una historia de invisidel pensamiento y los sentimientos bilización ha ocultado esas contride millones de afrodescendientes buciones, destacando la construcción que aún viven las consecuencias de de estereotipos de subestimación. la discriminación racial originada En este contexto ser afrodesdesde la época de la esclavitud, una cendiente en la sociedad venezovez que el europeo secuestra y traslana tiene muchas implicaciones, lada africanas y africanos al contisignifica un pasado histórico asonente americano, para enriquecer sus ciado a la esclavitud y la pertenencia economías a través del trabajo fora una clase social de menores rezado en haciendas de café, cacao, cursos económicos como si éstas pesca de perlas, minería y servicio dofuesen condiciones inherentes a méstico, entre otros. Así se dio orieste grupo poblacional, situación gen a distintas comunidades en el que se complejiza aún más al conpaís actualmente identificadas como siderar el elemento mujer, pues afrovenezolanas, en las costas de Araentonces también entran en juego gua, Carabobo, Vargas, la serranía de la inequidad de género y los difeFalcón, Barlovento (estado Miranda), rentes prejuicios en torno a esta Naiguatá, estado Vargas, 2010. Foto: F I L I P P O B I L O T T I en Yaracuy y en sur del lago (estado perspectiva. Muchas personas aún Zulia), dentro de los más emblemáticos. desconocen la herencia ancestral definitoria de la comNuestros antepasados aportaron grandes conocimien- posición bio-socio-cultural de las y los afrodescendientes tos en aspectos como las técnicas agrícolas y la minería, que nos hace merecedoras y merecedores de una valose enfrentaron al Imperio español mediante diversas re- ración distinta a la que hasta ahora hemos disfrutado. Reinterpretando la historia
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El proceso histórico de las y los esclavizadas/os africanas/os en las Américas y el Caribe tuvo consecuencias que aún están presentes en nuestras sociedades y repercuten en hombres y mujeres que enfrentan hoy diferentes formas de discriminación racial y conviven al mismo tiempo con el endorracismo. Ése ha sido el motor fundamental para la conformación de movimientos sociales que luchan contra la discriminación racial, por la igualdad de condiciones y oportunidades
así somos
Psicóloga / miembra del Cumbe de Mujeres Afrovenezolanas / etnógrafa
PUEBLOS AFRICANOS TRAÍDOS A VENEZUELA Del África subsahariana fueron arrancados pueblos enteros y traídos en migración forzosa a la América: yorubas, ashantis, mandingas, malinkés, carabalíes, entre otros. En el caso de Venezuela las investigaciones revelan un peso mayor de esclavizados y esclavizadas originarios del antiguo Reino del Congo D’Antotela pertenecientes al tronco lingüístico bantú y que hoy comprende tres países: la República Popular del Congo, Angola y la República Democrática del Congo EEUU
ESCLAVIZADOS EN TIERRAS VENEZOLANAS
RUTA TRASATLÁNTICA Esta práctica ejercida por varios países fue llamada “comercio triangular”. Los barcos salían de Europa cargados de piezas de poco valor para cambiarlas por africanos esclavizados. Desde las costas de África navegaban hasta el continente americano para vender los esclavos a buen precio. Las bodegas de los barcos eran abastecidas con productos comprados en América que luego vendían al volver a Europa
Pasada la mitad del siglo XVI, Venezuela comenzó a recibir esclavizados traídos por los portugueses de varios países africanos para realizar los trabajos perleros, mineros y agrícolas en Margarita, Cumaná, Yaracuy y otros lugares vitales para la economía venezolana desde aquel entonces Siglos por décadas
Cifras de esclavizados
MEX CUB HAI JAM
COL
Inglesa Española
1560
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81
XVI
70
82
80
84 85
Holandesa
33 39
87
Francesa
56 119
Angola
1600
LOS BANTÚ Y SU HERENCIA EN VENEZUELA
323
90 10
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Portuguesa
265 Angola
92
123
Esta etnia africana está constituida por 150 millones de habitantes distribuidos en más de 20 países: Congo, Angola, Zaire, Camerún, Gabón, Guinea Ecuatorial y Zambia. Las lenguas bantú del África eran llamadas lenguas caffre
20 30 XVII
40
400
68
50 60
Rep. Democrática del Congo
500
70 71 72
306 423
El Congo
80
OCÉANO ATLÁNTICO Angola
325
88 1690
SOMETIDOS A TRABAJO FORZADO La exportación de cacao durante el período colonial se remonta a la primera década del siglo XVII. La Compañía Guipuzcoana forzó de manera indirecta el aumento de producción de cacao al pagar precios más bajos a los productores, de manera que incrementaban así su rendimiento gracias a los esclavos y las áreas de cultivo Cacao (miles de kg)
3 2
Esclavizados
4
MAR CARIBE 5 6 7 8 9
28.798
PUEBLOS AFRODESCENDIENTES EN VENEZUELA 1 2
1
N
5.598
2.668
00-09 10-19 20-29 30-39 40-49 50-59 60-69 70-79 80-89 90-99 1700-1799 (siglo XVIII)
BRA
Capital: Caracas Superficie: 912,050 km² Población: 23.916.810 (julio 2010) Idioma oficial: español Abolición de la esclavitud: 24-03-1854
Fuentes: Izard, M. El miedo a la revolución. La lucha por la libertad en Venezuela 1977-1830. Ed. Tecnos, 2009. García, Jesús. África en Venezuela. Caracas, Cuadernos Lagoven, 1990. Norma Rivero, Casimira Monasterios.
FALCÓN Regiones costeras y serranía
COL 11.835
ZULIA Mun. Sucre
10
23.473
2.125
Fundamentó su economía en la pesca, la piel, el marfil de los elefantes, la extracción de aceite, vino y vinagre de las palmeras. Las riquezas producidas incluían armas de hierro, joyas de cobre y objetos de cerámica. Además, se distinguen los tejedores, quienes tenían la fama de trabajar las hojas de rafia y de las palmeras con diseños sofisticados y de gran colorido
N
37.088
7.383
EL REINO DEL CONGO
3
YARACUY Mun. Veroes
4
CARABOBO Patanemo, Cumboto, Borburata
5
ARAGUA Regiones costeras
6 VARGAS Toda la región
7 MIRANDA Regiones costeras y valles
8 SUCRE Golfos de Paria y Cariaco
9 GUÁRICO Altagracia de Orituco, Mun. Lezama
10 BOLÍVAR El Callao
ING
OCÉANO ATLÁNTICO
VOCABLOS DE ORIGEN AFRICANO
HOL
Como parte de nuestra herencia afro, los venezolanos hemos incorporado a través del tiempo a nuestra lengua castellana múltiples vocablos de origen africano. A continuación presentamos algunas palabras de uso cotidiano
FRA POR
ESP
ACHANTARSE IND
Conformarse, aguantarse, resignarse
BICHORONGA
AFR
Cosa insignificante, despreciable. Aplicada también a personas
OCÉANO ÍNDIGO
BURRUNDANGA Menjurje, rebullicio, desorden, guisote
CHÁCHARA (Chacharero). Conversación sin sentido. Conversador vacuo
BRA
ESCACHALADRÁ
FUÑIR Castigar, hacer mal
OCÉANO ATLÁNTICO
GUARANDINGA Rebullicio, brollo
GUARAPO Bebida, refresco
RECOMPOSICIÓN DE LA FAMILIA
MACUTO
Paralelo al parentesco por consanguinidad se establece un parentesco por afinidad para materializar la necesidad de reconstrucción familiar
Población varguense, Mara o carriel de fibras del campesino
MALEMBE PRIMOS Y TÍAS
Madre
Este vínculo lo impone la madre y con el tiempo el hijo puede seleccionar sus parientes por afinidad
Hijo
Despacio, suave canto procesional para San Juan
MONDONGO Plato criollo
PICHE Cosa fermentada o descompuesta
SANCOCHO
HERMANO DE LECHE
Madre Ausente por enfermedad o fallecimiento
Hija
Madre
Hijo
Es un vínculo afectivo entre el hijo de una madre que decide amamantar a otro hijo no consanguíneo No pueden tener vínculos amorosos
Salcocho, cocido
TAGUARA Pulpería, bodega
TAMUNANGUE Manifestación musical y danzaria venezolana
LEGADO CULTURAL AFRO
Luanguitos
Culo ’e puya
El hábito de algunas mujeres de fumar con la candela del cigarro dentro de la boca
Son tejidos o trenzados que se hacen en el cabello a manera de peinado
Carga de bultos y canastos sobre la cabeza
Este tambor que se sostiene entre las piernas para su ejecución es similar al ngoma del Congo
El pilón es usado aún hoy día en la preparación de algunos alimentos venezolanos INFOGRAFÍA: JORGE L. GALOFRE/ ASÍ SOMOS
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Destrozar, desgarrar
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ESGUAÑANGAR
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Desordenada, extravagante
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En este contexto adquiero el conocimiento acerca de cómo la estructura de clases se mezcla con criterios sobre la raza, produciendo la descalificación y discriminación de las personas de clase social más baja y las “de color o negras”, lo que no lograba develar aún era el origen de estas ideas racistas, pues desde la educación primaria se reseñaba poco sobre la historia de africanas, africanos y sus descendientes.
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Rasgos físicos concretos como piel oscura, pelo rizado, labios gruesos, nariz achatada; así como diversas prácticas culturales manifestadas en la culinaria, los peinados, la medicina ancestral, los cantos y bailes son expresiones que hablan de nuestros antepasados africanos y africanas y que han sido transmitidas de generación en generación, convirtiéndonos en personas con características determinadas en una sociedad diversa, por lo tanto, presentamos formas distintas de mirar la vida, de andar, de pensar y actuar. Hacer un guarapo de hierbas para el dolor de estómago, llevar al muchacho a santiguarse el mal de ojos, preparar el quemao (bebida a base de aguardiente, especies y papelón) para la mujer después del parto, son algunas de esas manifestaciones típicas en muchas de nuestras comunidades, donde la mujer juega un rol fundamental, transmitiendo permanentemente sus saberes a través de la oralidad. En las familias afrovenezolanas además se practican valores de solidaridad, hermandad, cooperación, de lucha por la igualdad y la justicia, lo cual contradice los prejuicios arraiMOVIMIENTOS SOCIALES El proceso histórico de las y los esclavizadas/os africanas/os en las Américas y el Caribe tuvo consecuencias que aún están presentes no solo en la estructura socioeconómica y política de las sociedades actuales, sino también en los pensamientos y sentimientos de millones de hombres y mujeres que enfrentan hoy diferentes formas de discriminación racial y conviven al mismo tiempo con el endorracismo, producto de la interiorización de mensajes negativos acerca de su identidad como afrodescendientes. Las diferentes formas de discriminación expresadas en la sociedad venezolana se convirtieron en el motor fundamental para asumir la decisión de incorporarme a los movimientos sociales de lucha contra la discriminación racial, por la igualdad de condiciones y oportunidades. Desde la infancia me identifiqué como persona negra, sin alcanzar la plena conciencia de sus implicaciones, es en la vida adulta que comienzo a descifrar las diversas formas de discriminación y sus efectos en el desarrollo integral de las personas. La militancia en movimientos como la Red de Organizaciones Afrovenezolanas o el Cumbe de Mujeres Afrovenezolanas ha permitido establecer contacto directo con afrodescendientes afectados por un perverso endorracismo. La actividad de estas organizaciones ha perfilado la necesidad de trabajar el aspecto personal para el autorreconocimiento, así como la defensa de los derechos de esta población por parte del Estado venezolano, de allí la importancia de asumir este tema no como un problema individual, sino considerar las implicaciones globales al contextualizarlo en la dinámica social.
gados en diversos sectores de las sociedades, no solo en América sino en otros continentes, que asocian a las personas afrodescendientes con todo lo malo. Tejiendo la identidad desde una mirada personal
Haber nacido en el seno de una familia afrovenezolana marcó desde mi infancia la identificación con un colectivo étnico en particular, sin comprender cabalmente en un principio su dimensión. Ser “negra” era normal, quizás por vivir en una comunidad donde todas y todos poseíamos semejantes características físicas y costumbres (comidas y dulces a base de coco, celebrar las festividades de San Juan, tejer los loangos en nuestro pelo rizado, entre muchas otras), pero hasta allí los conocimientos sobre el tema, tener una piel oscura y un “pelo malo o tostado”, como solían denominarlo, no tenía mayores implicaciones. Me formé en una familia donde madre y padre se empeñaban en la necesidad de estudiar, “aunque yo no lo pude hacer, yo quiero que mis hijas estudien, porque eso es lo que uno les va a dejar”, eran palabras de mi madre, ella consideraba que nuestra herencia estaba en el conocimiento académico, sin apreciar tal vez que los saberes, valores y costumbres transmitidos por ella formaban parte esencial de los aprendizajes que nos convertirían en personas humanamente desarrolladas. La conciencia de que por ser “negra” podían percibirme diferente comienza a tejerse durante la adolescencia, al trasladarme a un colegio fuera de mi comunidad donde compartí con personas de diferentes tonos de piel oscuras, otras blancas, de pelo liso, etc., allí comienza la caracterización de estar dentro de las “más negras” del colegio, sin embargo, aún muchas expresiones no se hacían sentir abiertamente discriminatorias. Al cursar estudios en el ámbito universitario me convierto en una mujer joven que “a pesar de ser negra”, como dirían los racistas, logra ingresar a la Universidad Central de Venezuela (UCV), específicamente en la Escuela de Psicología. Aquí comienzo a sentir la discriminación racial de manera más notoria, percibo los sentimientos e ideas racistas de personas no negras más conscientemente. “Es que negro es negro” fue la expresión de una compañera
de clases, quien al advertir mi presencia exclamó: “¡ay, pero tú eres una excepción! Esta y muchas otras experiencias contribuyeron a que comenzara a asumirme parte de un pequeño porcentaje, ¿privilegiado?, de “negras” que estudiaban en esta universidad donde, a pesar de tener carácter público, se manejaban criterios como la pertenencia de clases, lo cual se convertía en un requisito directamente relacionado con condiciones favorables para el estudio y relegaba a muchas personas afrodescendientes a permanecer en desventaja. En este contexto adquiero el conocimiento acerca de cómo la estructura de clases se mezcla con criterios sobre la raza, produciendo la descalificación y discriminación de las personas de clase social más baja y las “de color o negras”, lo que no lograba develar aún era el origen de estas ideas racistas, pues desde la educación primaria se reseñaba poco sobre la historia de africanas, africanos y sus descendientes. En la universidad también se evidenciaba la ausencia de materias y contenidos sobre la temática, favoreciendo así el desconocimiento de los aportes realizados por las y los afrodescendientes en la construcción política, social, económica y cultural de nuestro país. La discriminación racial se hacía sentir así en sus diferentes manifestaciones, abiertas o encubiertas, pero finalmente ya tenía alguna conciencia de que ser “negra” era un motivo de distinción, de exclusión. Activando el movimiento afrovenezolano
Ya graduada de psicóloga quizás todavía mantenía una conciencia un poco ingenua sobre el racismo, digo ingenua porque a pesar de su reconocimiento no podía abarcar la trascendencia y las múltiples contradicciones generadas al interior de cada persona discriminada, ¿por qué el dolor y la rabia?, ¿como enfrentar el rechazo?, así como muchas otras interrogantes se hacen presentes. A través de la invitación de una compañera de trabajo comienzo a participar en la Unión de Mujeres Negras de Venezuela,
Clara Elisa Áñez. El Callao, estado Bolívar, 2009. Foto: RUBÉN ALFARO
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AFROVENEZOLANA
una organización considerada por algunas personas las Américas, en Santiago de Chile— autodenominarnos como segregacionista, autoexcluyente y acomplejada, pero afrodescendientes. A partir de 2004, conscientes de que allí observé cómo mujeres de mucho tesón, con firmeza la discriminación nos afecta de manera distinta, las muy seguridad hablaban de la importancia de la reivindica- jeres decidimos construir un nuevo espacio específico, ción de las mujeres “negras”. Conocí un valioso grupo de naciendo así el Cumbe de Mujeres Afrovenezolanas. Esta militancia me ha permitido comprender cómo afecmujeres, entre ellas, Irene Ugueto, motor fundamental de la organización, incansable, estudiosa del tema, quien lue- ta el racismo y la discriminación racial a la población afrogo partió físicamente, pero legándonos como aprendizaje descendiente, estimulando igualmente la necesidad de buscar una opción para fundamental el valor de la enfrentar los complejos conciencia y el comprosentimientos y actitudes miso; Josefina Bringtown, generados por esas expe“primera mujer negra mériencias: inseguridad, audica” en el país, reseñada todiscriminación, rabia y así por la prensa en una tristeza, entre muchos entrevista realizada en otros. Se requiere abordar su propia casa donde se el tema más allá de la gamanifestaban algunos rantía de los derechos —la prejuicios racistas, pues cual es, indiscutiblemente, resultaba asombroso que fundamental—, ya que la una mujer, “además neautoconciencia debe pregra”, obtuviese dicho tívalecer al reconocimiento tulo en la UCV, y Reina de la violación de nuestros Arratia, actual embajaderechos y la necesidad dora de Venezuela en Bede reivindicación. Tener nín, África, quien me conciencia de quién soy, extendió la invitación a inde dónde vengo y qué corporarme a la organiproyecto de vida quiero, zación. Luego de varios es el primer paso que años de militancia, inmarca, sin dudas, las pauvestigación y reflexiones tas en la agenda de lucha comienzo a asumirme para el colectivo afrodesafrovenezolana en lugar cendiente, en las esferas de negra, lo cual implica la política, económica, soidentificación con las raíNaiguatá, estado Vargas, 2010. Foto: F I L I P P O B I L O T T I cial, cultural y educativa, ces africanas. En el año 2000 se extiende el accionar al espacio mix- donde aún permanece la invisibilización. Por esta razón to a través de la creación de la Red de Organizaciones las acciones actuales están dirigidas a la formación doAfrovenezolanas, desde la cual se articula la lucha con cente, la edición de textos para ser empleados en el sisdiversos grupos culturales y comunitarios para enfren- tema educativo, la promulgación de la ley contra la tar los distintos matices de la discriminación racial y la discriminación racial y la concreción de la inclusión de exclusión social. En este año, luego del debate de diversos la afrodescendencia en el censo nacional de población a movimientos sociales, decidimos —en la Conferencia de realizarse el próximo año.
Tener conciencia de quién soy, de dónde vengo y qué proyecto de vida quiero, es el primer paso que marca, sin dudas, las pautas en la agenda de lucha para el colectivo afrodescendiente, en las esferas política, económica, social, cultural y educativa, donde aún permanece la invisibilización.
San José de Heras, PUEBLO DE LA C O R D I A LI DA D EN LAS RIBERAS DEL LAGO DE MARACAIBO, DURANTE EL PERÍODO COLONIAL, SURGE UNO DE LOS PUEBLOS AFRO DE MAYOR TRASCENDENCIA EN LA CULTURA VENEZOLANA POR SUS APORTES MUSICALES:
SAN JOSÉ DE HERAS. SU PRINCIPAL MANIFESTACIÓN TRADICIONAL SE BASA EN EL CULTO A SAN BENITO DE PALERMO, CELEBRACIÓN EN LA QUE LOS MORADORES PASEAN AL SANTO AL TOQUE DEL
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Cultora
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CHIMBÁNGUELE Y AL SON DE LA GAITA DE TAMBORA
La fundación del pueblo
El pueblo San José de Heras, caracterizado por la presencia de la cultura afrodescendiente, está ubicado en la zona noroeste del municipio Sucre, estado Zulia, a orillas del lago de Maracaibo. Sus orígenes se remontan a la quema o incendio del pueblo de San Pedro, en la época de la colonia, siendo San José uno de los siete enclaves fundados con población africana sometida a la esclavitud en las tierras que hoy ocupan el municipio Sucre. Cuando se fundó, el pueblo tenía una sola calle y las aguas del lago bordeaban los patios o fondos de las casas. Tenía una iglesia de bahareque y las casas de los pobladores se alumbraban con mechurrios. El medio de producción económica era la agricultura a través de la hacienda y el conuco, así como también la pesca, la caza y la cría de animales domésticos. Actualmente se practica la agricultura, la pesca y el comercio, además de otros oficios dentro del sector sanitario, educativo o deportivo. Hoy día también hay muchos profesionales que habitan en el pueblo o en sus adyacencias y laboran en el sector gubernamental. El pueblo cuenta con tres calles, casa comunitaria, muelle, escuela, liceo, electricidad y Sala de Batalla Social, entre otros servicios.
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Herencia, saber popular y tradición
Los sanjosederanos se caracterizan por ser familiares, atentos, humildes, discretos y colaboradores. El trato entre las Devotos de San Benito. Bobures, estado Zulia, 1980. Foto: I S I D R O N Ú Ñ E Z . A R C H I V O C E N T R O D E L A D I V E R S I D A D C U L T U R A L
DE
HERAS,
PUEBLO DE LA CORDIALIDAD
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SAN JOSÉ
Serie Vistiendo de nuevo a Benito. Bobures, estado Zulia, 1992. Foto: L U I S
TRUJILLO
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personas es respetuoso, reservado, amable y apacible, conducta que se hace extensiva hacia los visitantes, mostrando de manera especial su sentido humanitario, hospitalario y modo de compartir sincero, sencillo y solidario propio de la vida en los cumbes, quilombos o palenques. Los habitantes de San José aún conservan sus costumbres gastronómicas de origen africano basadas en la preparación de comidas utilizando el coco y el plátano como alimentos fundamentales dentro de sus recetas. Otras delicias culinarias propias son el pescado en chaqueta, el pescado embojotao, la carne en coco, el mofote, el majarete, el bollo pelota, la lecha, el caldo ’e coco, el pescado embasurao, el mote y la chanfaina. En cuanto a la dulcería se pueden encontrar el arroz de coco, el bollo ’e maduro, los besitos, la paledonia, la mantecada, la cocada y el calabazate. Además incorporaron a su dieta la yuca y el casabe, la carne de res y la llamada “carne de monte” compuesta por cachicamo, lapa o cochino. San José de Heras aún mantiene sus costumbres y tradiciones entre las que destacan la ejecución del chimbánguele y el culto a San Benito de Palermo, al igual que otras comunidades muy antiguas ubicadas también a orillas del lago de Maracaibo como Bobures, capital del municipio, San Antonio de Heras y Santa María, vecinos de
éste e hijos de San Pedro; así como San Antonio de Gibraltar. El pueblo de Gibraltar fue la primera comunidad fundada por los colonizadores europeos, quienes luego del exterminio de las poblaciones aborígenes originarias, viendo las potencialidades agrícolas de las tierras traen de manera forzada y con fines comerciales a africanos y africanas para cultivarlas; de allí se originan las diferentes comunidades conocidas hoy. Las uniones de pareja y la conformación de la familia sanjosedera ocurre, en un porcentaje mayoritario, entre miembros de la misma comunidad. Un número menor está constituido por sanjosederos y habitantes de otras
San José de Heras se asienta al sur del lago de Maracaibo. Mapa tomado del libro Los chimbángueles de San Benito de Carlos Suárez (Fundef, 2006)
¿SABÍAS QUE...?
policiales no resulta necesaria ya que se mantiene el sentido de familiaridad. Han dado fe y preservado la historia oral de la comunidad José del Carmen Antúnez, María Isea de Andrade, Justino Antúnez (+), Jesús Ángel Pirela, Libia Herrera, Rita Pirela, Publio Antúnez, Clodoveo Gutiérrez (+), Olga Herrera, Jesús Armando Chourio (+), Claudia Herrera (+) y Exomina Pirela. Por su parte, el etnomusicólogo y compositor venezolano, Carlos Suárez, escribió un libro titulado Los chimbángueles de San Benito, publicado por la Fundación de Etnomusicología y Folklor (Fundef) en el año 2006. Ese mismo año gana el Premio Nacional de Cultura por la mencionada publicación.
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comunidades del municipio o personas de otras regiones del país. El orden y modo de vida lo establecen fundamentalmente los adultos mayores quienes intervienen de forma directa en la transmisión de valores, sentido de pertenencia e identidad local. Como en toda comunidad afrodescendiente la opinión de los adultos mayores marca la pauta del comportamiento social. La moral, buenas costumbres y el respeto interpersonal, basados en las tradiciones y cotidianidades, se conservan a través del tiempo, de manera que cuando se presenta algún altercado dentro de la comunidad se resuelve mediante el diálogo y la conversación, tomando en cuenta primordialmente la opinión de los adultos mayores. En este sentido, la intervención de los organismos
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San Pedro fue un pueblo ancestralmente afrodescendiente con variadas riquezas. Cuenta la historia que fue saqueado por piratas y luego quemado. En su lucha por salvarse los pobladores emigraron hacia zonas vecinas. De ahí se fundaron: San José, San Antonio y Santa María. En Santa María se conserva la imagen de San Pedro Apóstol que existía en el pueblo originario y hoy día se venera como santo patrono. Las ruinas del templo están ubicadas a orillas del lago entre San José y Santa María, se entra por tierra y por agua.
AL SON DEL CHIMBÁNGUELE Sus principales manifestaciones culturales tradicionales son el toque del tambor chimbánguele y el culto a San Benito de Palermo a través de la gaita de tambora, la cual se ejecuta en honor a San Benito de Palermo y a Santa Lucía; es una celebración de carácter festivo o para hacer pagos de promesa. El tambor largo se toca en honor a los ancestros afrodescendientes; se trata de una manifestación festiva que no está vinculada a la Iglesia Católica y se puede realizar en cualquier época el año. San Benito es venerado en casi todo el estado Zulia y de manera especial en los pueblos afrodescendientes del sur del Lago, entre los últimos días de diciembre y los primeros días de enero. A cada población le corresponde un día para celebrar con San Benito de Palermo y los chimbángueles; a San José de Heras le corresponde el 27 de diciembre de cada año honrar sus fiestas. En las fiestas de San José de Heras llama poderosamente la atención que el chimbánguele posee un sonido muy caraterístico y las mujeres tienen una manera particular de bailar cargada de donaire y elegancia, manteniendo el pulso africano y el control absoluto del cuerpo. El baile lo adornan con una pañueleta sobre los hombros o colocada detrás del cuello sujeta por las puntas en un juego grácil y coqueto. Del mismo modo conservan una variedad de peinados africanos como los luangos conocidos comúnmente como moños o clinejas, que se tejen sueltos o corridos con variedad de formas y modelos, tanto en mujeres como en hombres. A los hombres que se peinan con luangos, en ciertas ocasiones, las personas que desconocen su origen e historia, los tildan de raros, locos u homosexuales, demostrando el desconocimiento de su propia historia afrovenezolana. Niño tocando chimbánguele. Bobures, estado. Zulia, 1980. Foto: I S I D R O N Ú Ñ E Z . A R C H I V O C E N T R O D E L A D I V E R S I D A D C U L T U R A L
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CURIEPE… siempreCURIEPE SONORO, HERMOSO, MÁGICO, IRREAL, EN LA COTIDIANIDAD, ESPACIO LIBRE, HERENCIA DE LOS ANCESTROS, TIERRA BUENA Y FÉRTIL, MADRE QUE FECUNDA ORGULLOSA PROLE DE HOMBRES Y MUJERES QUE NO SE IGUALAN A NADIE POR SU AUTENTICIDAD L u i s a
P é r e z
M a d r i z
( m a e s t r a
L u i s í n )
Docente
¿Qué es un pueblo? ¡¡¡Su gente!!!
El Curiepe de anteayer
La que con sus alegrías, tristezas, logros, carencias, esperanzas, desvelos, preocupaciones, frustraciones y fortalezas eleva su espíritu y razón de ser. Este pueblo, amado por muchos y olvidado por pocos, está ubicado en el estado bolivariano de Miranda, región Barlovento, municipio Brión, es parroquia desde 1732, cuando el afrodescendiente Juan del Rosario Blanco visualizó un espacio seguro para su gente y en un acto de cimarronaje intelectual solicita a la Real Corona Española autorización para desde ese lar nativo frustrar la llegada de corsarios y piratas, ya que once años antes, en junio de 1721, había fundado Curiepe en compañía de otros negros libres. Pero hablar de ese proceso se lo dejo a historiadores, antropólogos, eruditos… Quiero contarles de mi espacio vital, de ese gran útero procesado con alquimia y esencias, de la gente de este pueblo, porque somos lo que somos, simplemente curieperos.
Pueblo que ha emprendido luchas para conservar su libertad, sus tierras, sus ejidos o como quieran llamarlos. Curiepe: cantera de seres increíbles
Las laboriosas y caritativas manos de Irene, Camila y Vicenta en el comedor de la escuela Juan Pablo Sojo y la rectitud de Providencia Carrasquel. Las arepas blanquitas y redonditas salían de los budares de Leónidas y Prudencia Tovar, Mariíta Torres, Rosalía Tovar, Mercedita Álvarez. El toque especial para el chocolate en los velorios de difuntos en las manos de Catalinita Blanco, Fina Blanco, Eleuteria (Tella) de Rada, Justa Lara, Nena Cobos, Eloína Suárez, Mirian Solórzano. Los acompañantes en los velorios averiguan primero quién preparó la inmensa olla. Y es un éxito seguro si estas matronas aportaron sus saberes y participaron en su elaboración.
Severiana Rivas, 1977. Foto: Á L V A R O
Las rezanderas de novenas: Carmen y Anita Madriz, Mama Amada, Ernestina Liendo, Ester Rivas, María Morocha, Lurdes Rada, Elisa, Angélica. Servicios gratis para compartir oraciones y rogativas durante nueve noches, cada quien con un espacio y su silla que no puede usar otro acompañante durante esos días, son sitios fijos: en el que te sientas el primer día será tuyo hasta terminar la última noche.
GONZÁLEZ.
ARCHIVO CENTRO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL
Repiques de tambor en honor a San Juan Bautista, 2009. Foto: H A R O L D
PALACIOS
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Sazones como las de Rosalía Cobos, Antonia Sojo, Oswaldo, las Carrasquel, las Blanco y faltan muchas y muchos que con sus toques de sabiduría transformaban en exquisiteces, mondongos, lapas, pescados, rabipelados, sancochos, cruzados, asados, hayacas, bollos y grandes guisos.
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Dulceras: Domitila Cobos, Francisca Álvarez, Julianita Cobos, Anita Madriz, las Sanz, Chucha, las Alvarado, Salomé Rivas, Liborita, Natividad, Marcolina, Benicia Sojo, las Monasterios, se hace agua la boca, regresan los olores y sabores a nuestra mente y también recordamos los dolores de barriga por saborear a escondidas manjares de dioses en los fogones entre tiznas y tizones.
así somos
Parteras como Mama Pepé, Catalina Mejicano, Carmen Martínez y Tomasa Pantoja, entre otras, quienes con su pericia y conocimientos de la ancestralidad partearon a nuestras abuelas y madres, perpetuando el ombligo enterrado.
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CURIEPE...
SIEMPRE
CURIEPE
Rezanderos(as), curanderos(as), sobadores(as), curiosos(as): Segundo Berroteran, Fortunato Piña, Victoria Tovar, Rafael Rada, Juan Lara, Pedro Vargas, Juan Ruiz, Ramona Blanco, Maritza Arredondo, Toño Diaz, Lesme Mata.
Boticario: Rafael Monasterios, maestro de lo humano y lo divino quien hasta los últimos días de su vida fue un erudito en sus conocimientos de las enfermedades y medicinas indicadas para cada caso.
Jocosos y jodedores: Faco y Lorenzo Tovar, Morillo, Guillermo (Jecho), Santiago (Cachicato) Muñoz, Pura Cobos, el hijo de Mama Victoria la eterna reina del agua, Inea, Ubaldo Rivero, Julián (Paleta), Aba y Varón, el maestro Otilio Liendo, Blas Rivero, Changuangua, Aguja y todos aquellos y aquellas que se escapan en estos momentos de mis recuerdos.
La Reina del Tambor Mina Boteao: Mama Pancha Rivas.
Nuestros orates con sus particularidades: Canilla con su maleta y su sombrero; Chocho, quien inventaba tremendas y nunca oídas groserías; Isaac, quien lavaba la carne en el río hasta no dejarle ni una gota de sangre y si le tocaban la puerta corría detrás de muchachas y muchachos esgrimiendo un palo como una lanza. Esquinas famosas: la de Hijo, la de Pedrito, la de Antoñito o La Cruz, la de Blas, la de Capilla, la de Alito, la de Acapulco, la de Conejo y la de 3 de Mayo.
Las más elegante bailadora de culo’e puya de todos los tiempos: Eulogia Galindo. Calles y sitios: el Infiernito, la Bajada de los Perros, la Capilla, la Aldea, Osma, calle los Burros, la Vuelta del Cacho, Terronero, la Vega, el Guarico, la Cumaca del Niño, la Cueva del Humo, Banco Obrero. Músicos populares: Pifa, Negrete, Sulplicio (la Uña), Antero y sus maracas, Morocho Huele Sancocho, Rudas, Mauricio. Maestros y maestras de siempre: Isabel Cobos, Lola Maestri, Rafael Rada, Estilito Díaz Aponte, El viejo Juan Pablo Sojo, Priscila, Hercilia, Omaira, Lola García, Carmen de Istúriz, Isidora, Carmen Eulalia, Dora, Peña, Ernestina, Lovera, Elena, el Bachiller Mariño, Julia Dolores y
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Promeseras. Arlenis Verdú y la niña Amlivledif Rivero Landaeta. Foto: Á L V A R O
GONZÁLEZ. ARCHIVO CENTRO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL
su kínder, la maestra Mercedes (donde el recreo era en la plaza y en cosecha de mamones los escondían en los bolsillos), Miguel Cobos, Kika, Colacho, Juana de Viana, Félix Madriz, Lourdes ¡y tantos otros! Costureras: Acu, Carmen Torres, María Canuta, Graciela Vargas, Carmen Potina y las de ahora: Alicia, Santos, Chencha, Edith, Yelitza y la maestra Sabina Suárez. Las bodegas: del Indio, Nicolasito, Antoñito, Juan Madriz, José del Carmen, los Key, La Frontera, Alito, Tarzo.
Qué hermosos y lindos recuerdos Oír y ver a los vendedores y vendedoras de granjerías con sus pregones calle arriba y calle abajo.
PLAZA.
Brincar de alegría gritando ninina ninina cuando tenía una buena noticia o llegaba un ser querido de lejos (siempre traía algo desde un pan dulce hasta un juguetico). Seguir con los ojos cerrados y la mente abierta hurgando en el tiempo para recordar la voz de los mayores volando como el viento entre matas de mangos, bambúes, jabillos, lanos, cacaos y cayenas, cuando felices e inocentes pescábamos coyomos (camarón pequeño) en el río cristalino, espacio para bañarnos, pescar, lavar, fregar y soñar esas voces que con sus ecos nos regresaban al mundo terrenal, el temor a los pozos hondos ante la presencia de los espíritus y encantos, culebras, duendes y aparecidos. Corretear de esquina a esquina en la calle con juegos como la patilla, la silla rota, la garrapata, la silla de mano, mientras nuestros abuelos y padres sentados a las puertas de las casas recostados en sus sillas de cueros conversaban de todo un poco, sin descuidar la vigilancia de niños y juegos. Si llovía chapoteábamos brincando en charcos y cantando a San Isidro Labrador para que quitara el agua y trajera el sol, hasta que las abuelas preocupadas por los seguros resfriados nos llevaban casa adentro para darnos calienticos y sabrosos guarapos de toronjil y malojillo. La preocupación del colectivo cuando alguien enfermaba, acompañar al enfermo noche y día, el remedio pronto, la sobada, la pócima, el ungüento, lo que fuera para mejorar al sufrido.
Monumento al tambor. Obra inaugurada en 1997. Curiepe, estado Miranda, 2010. Foto: N U R Y L Á R E Z
Sentarnos en nuestras sillitas de cuero, regalos dados al nacer, para oír en las tardecitas cuentos y otras cosas,
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Comprar helados de frutas a sólo un centavo, era un cuadrito de las gaveritas para el hielo.
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Las fiestas que armaban: Marina, Dulce, Hilda, Provi, Alicia, Rosalía, Ester, Aidé, Aída, los Rada, Luis Torres, David y Rómulo, los Madriz, Mingo, Fael, Morro y su hermano Juan. ¡Qué época, tenían hasta un club! Seprodecu, Club Social Curiepe, las múltiples cofradías, Laurees de Elvira, La Muchachera, Grupo San Juan de Curiepe, grupos de teatro, escuela de música.
Lavanderas del río. Curiepe, estado Miranda, 1949. Foto: G O N Z A L O ARCHIVO CENTRO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL
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Pasos de río: del Cura, La Resbalosa, Acapulco, El Guamito, Santa Ana, Paso de los Hombres, Bajada de Crispulito, 3 de Mayo, Chupulún.
CURIEPE...
SIEMPRE
CURIEPE
pues mi abuela me obligaba a regresarlas pronto al río porque eran muy pequeñas, de adulta entendí la lección ecológica, el jugo de las naranjas agrias era para quitar el exceso de grasa y dejaba un brillo espectacular a nuestros pelos afro. Contar los días para la llegada de la Semana Santa ya que las procesiones salían a la calle a las 6:00 pm y, aproximadamente, a las 2:00 am retornaban a la iglesia, era una gran oportunidad para estar tantas horas en la calle, así los pies se hincharan y dolieran por los zapatos nuevos.
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La Casona, también llamada casa de ladrillos o La Sabana. Sus orígenes se remontan al siglo XIX. Curiepe, estado Miranda. 2010. Foto: N U R Y L Á R E Z
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asustadísimos hasta el punto de que no nos movíamos, y más tarde no poder dormir pensando que una bruja nos chuparía el ombligo o un duende nos atraparía y nos llevaría quién sabe dónde por portarnos mal. Regresar de la escuela de dos turnos para saborear como merienda una taza de caraotas con leche de coco y dulcitas, con una arepa recalentada y, ¡por qué no!, uno de tantos dulces que nos preparaban con tanto amor. No interrumpir cuando hablaban los mayores, mucho menos sentarnos con la visita, una sola mirada bastaba para reconocer la imprudencia y el atrevimiento; ocasión propicia que aprovechábamos para jugar a nuestras anchas. Los domingos mi abuela nos llevaba al río para lavarnos el cabello, todo un ritual, llevaba un pequeño canasto con un trozo de jabón de panela, aguacates bien maduros, naranjas agrias, peine de cachos y aceite de coco, el momento que esperaba con ansias acontecía cuando luego de embadurnarme toda la cabeza con esa pulpa de aguacate me lanzaba al agua con un canastico, pues las sardinitas venían a comer lo que mi pelo largaba y yo aprovechaba para atraparlas, alegría que me duraba poco
La partida o llegada de nuestro Niño Jesús peregrino, otro gran motivo para la fiesta y compartir con nuestros semejantes, así como con nuestros santos, para que sus milagros alcancen a todos sin color de piel, condición social, sitio de procedencia o edad. Las misas de aguinaldos en las madrugadas de los velorios de la Cruz, San Pascual Bailón, la Parranda de la Candelaria, las Flores de María y la Coronación de la Virgen. Primer repique, fiestas de San Juan, San Juan Congo, fiestas patronales. Recorrido del Niño Jesús los primeros días del mes de enero, San Isidro, veladas y velorios, la Quema de Judas, Jesús Resucitado, carnavales, el Entierro de la Sardina, bautizos, cumpleaños, entierros de difuntos. Es de extrema importancia que conservemos estos legados que hasta ahora se han preservado mediante la tradición oral y vivencial. ¿Pero qué esperamos?, ¿qué le pedimos a nuestros jóvenes?, si los estamos criando sin recuerdos, acaso no tienen memoria ni vivencias estas nuevas generaciones, ¿están tan ocupados que no se reúnen ni para beber sopa un domingo? No permitamos que nuestros muchachos crezcan sin conocer sus raíces. ¡Quien no sabe de dónde viene difícilmente sabe adónde ir! ¡Curiepe es y seguirá siendo lo que sus hijos permitan que sea! Mientras exista un curiepero vivirá Curiepe.
ES DE EXTREMA IMPORTANCIA QUE CONSERVEMOS ESTOS LEGADOS QUE HASTA AHORA SE HAN PRESERVADO MEDIANTE LA TRADICIÓN ORAL Y VIVENCIAL. ¿PERO QUÉ ESPERAMOS?, ¿QUÉ LE PEDIMOS A NUESTROS JÓVENES?, SI LOS ESTAMOS CRIANDO SIN RECUERDOS, ACASO NO TIENEN MEMORIA NI VIVENCIAS ESTAS NUEVAS GENERACIONES (…) NO PERMITAMOS QUE NUESTROS MUCHACHOS CREZCAN SIN CONOCER SUS RAÍCES. ¡QUIEN NO SABE DE DÓNDE VIENE DIFÍCILMENTE SABE ADÓNDE IR! Mariíta Blanco. Curiepe, estado Miranda, 2009. Foto: H A R O L D
PALACIOS
CAMPOMA... DESDE LA MIRADA DE
Berta Cova E q u i p o
A s í
S o m o s
Alberta Cova, orgullo afrovenezolano
Más de la mitad de su vida se ha dedicado a la música y a aprehender todo lo que transcurre delante de sus ojos. Es compositora y bailadora de música popular tradicional de la región oriental venezolana. Aprendió a componer por iniciativa propia y sin maestros; como artista popular aprendió viendo a los demás en sus prácticas. Es intérprete del joropo oriental y el golpe y estribillo. Conoce y aplica conocimientos de medicina natural a través de las plantas, un maravilloso don que su padre le transmitió desde la niñez. Tiene una escuela de acordeón y ofrece talleres de formación, composición, baile y peinados. Berta Cova, fiel exponente de la cultura de raigambre africana se ha dedicado a cultivar el legado de sus antepasados africanos en diferentes áreas en la medicina tradicional, la gastronomía, la música, la danza y la estética. Un ejemplo de su gran aporte en el área estética son los peinados llamados luangos o luanguitos, de los cuales inventa un sinfín de modelos para realzar la belleza de las campomeras. Berta Cova pilando maíz. Campoma, estado Sucre. 2011
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Campoma, ubicada cerca del golfo de Cariaco en el estado Sucre, es una comunidad afrodescendiente que ha conservado hasta hoy día su legado cultural africano. Este legado se ve reflejado en sus producciones socioculturales tangibles e intangibles, en sus imaginarios simbólicos colectivos, así como en las tareas que emprenden para su sustento cotidiano. Las actividades económicas fundamentales del pueblo de Campoma son la agricultura, la pesca y la artesanía. Los trabajos artesanales como esteras y petates se realizan con el junco o enea, materia prima básica que las mujeres extraen de la laguna. En este paraje venezolano nació hace casi siete décadas Alberta Cova, orgullosa afrodescendiente, exponente sin parangón de sus raíces y quien describe a su pueblo como un lugar mágico.
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Fotografías: IVÁN CALZADILLA
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CAMPOMA...
DESDE LA MIRADA DE
BERTA COVA
Según Berta, sus antepasados africanos, procedentes de los pueblos del Congo, Angola y Guinea, siempre concedieron un especial cuidado a sus cabellos, extendiéndose esta práctica hacia las regiones costeras del mar Caribe, arraigándose especialmente en la provincia de Venezuela con la trata de esclavizados(as) negros(as) durante el período de colonización. Como todo aprendizaje tradicional, desde niña Berta ha aprendido sus oficios en el proceso de socialización del día a día, prestando atención a lo que hacen o dejan de hacer los mayores; de ahí que sea una gran observadora de su entorno. Ella asume su cultura como un todo, desde peinar y tejer esteras hasta preparar comidas y bebedizos sanadores. Berta Cova, como todas aquellas personas que conservan y difunden sus conocimientos y saberes africanos trasmitidos de generación en generación de manera oral, valora profundamente esa sabiduría heredada consciente de la responsabilidad que le tocó al ser escogida por uno
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de sus mayores para conservar y trasmitir esos saberes que siempre deben estar al servicio de la comunidad. De ese modo, resulta necesario resaltar el orgullo y el sentido de pertenencia que expresa Berta hacia su tierra, así como su autorreconocimiento como afrodescendiente. Esa certeza de saberse hija de una cultura ancestral le otorga un conocimiento profundo e integral de su cultura, la cual practica, defiende y difunde de forma holística como corresponde a los herederos de la cultura africana; de ahí que esta dama de los mil peinados cultive tanto la cultura material como la intelectual, la espiritual, la artística, e insista en trasmitírsela a los más jóvenes. Sus prácticas exigen el dominio de lo tangible y lo intangible, el amor y armonía con la naturaleza. BERTA COVA: VOZ Y EXPRESIÓN ¿Por qué es afrodescendiente? Soy afrodescendiente porque soy de raza negra. Mis ancestros son descendientes de África. ¿Cómo cree que se formó el pueblo de Campoma, cuándo y con quiénes? Había negros de África esclavizados en la hacienda de un señor apellidado La Cova y cuando él murió muchos negros se escaparon y se fueron a unas tierras lejanas, de ese grupo de personas nació la descendencia campomera. De hecho, el nombre real de Campoma es Campona, sólo que con el paso del tiempo se cambió el nombre. ¿A qué se dedicaban y a qué se dedican hoy día las familias de Campoma? Desde que nos asentamos aquí hasta la actualidad nos dedicamos a la pesca, la agricultura y muy especialmente a la artesanía en la elaboración de petates, esteras y suaderos, utilizando como materia prima el junco y la enea que se consiguen en la famosa laguna de Campoma. ¿Qué significa la laguna de Campoma para los campomeros? Es un lugar muy querido y admirado por todos nosotros; la laguna es el sustento principal para los habitantes de la población. Ahí se consigue la materia prima para nuestra artesanía. También hay en ella muchos peces deliciosos para comer y vender. ¿Habrá algún misterio en la laguna de Campoma? Sí, hay muchos secretos, familias [que han sido] encantadas, se ha escuchado que cantan, ríen, lloran. Además hay muchas culebras asombrosas. ¿Por qué se hacen crinejas? Inventé el trenzado del pelo para realzar la belleza de la mujer y motivarlas a que se sientan hermosas como son con su cabello duro. ¿Existe la magia en Campoma? Sí, existe mucho la magia, más que todo (sic) en la laguna. ¿Por qué santiguarse*? Creemos mucho en el santiguo para sanar enfermedades, incluso antes de ir al médico, porque muchas enfermedades pueden ser producidas por un mal de ojo o un trabajo de brujería.
Entrada de la finca La Fiera, hogar de Berta Cova
* Santiguar o santiguarse: es un resguardo a base de rezos y oraciones, casi siempre acompañado con los roces o toques de ramas, o golpecitos en forma de cruz.
EL CALLAO
ESENCIA, BRILLO Y COLOR L o n d o n
T o r r e s
Docente / cantor tradicional de calipso de El Callao
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C a r l o s
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Mineros de El Callao extrayendo oro. Foto recopilada y reconstruida por R U B É N
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LOS NEGROS ANTILLANOS CON CORAZÓN AFRICANO LLEGARON A LAS RIBERAS DEL YURUARI CON SUS GRANDES CARGAMENTOS DE SABORES Y SABERES, ASÍ CONTRIBUYERON A LA CONFORMACIÓN Y CONSOLIDACIÓN DE UN PUEBLO QUE GUARDABA EN SUS ENTRAÑAS LA SOÑADA ESPIGA DORADA
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EL CALLAO,
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ESENCIA, BRILLO Y COLOR
llao se le conoce como alguien Irrumpe la segunda mitad del sicon criterios bien centrados en la glo XIX y con ésta la llegada de indisciplina y en la rectitud, promigrantes a la cuenca del río ducto de una crianza apegada al Yuruari, provenían de Guadalupe, respeto y las buenas costumDominica, Martinica, Santa Lucía, bres. Hay quienes opinan que el Grenada, San Vincent y Trinidad, callaoense es un ser “cerrado” y con la finalidad de trabajar en las por tal razón es un “madamo” o minas como mano de obra espe“madama”, entiéndase como una cializada. Los trabajadores mipersona que actúa con firmeza al neros de tez negra, después de tomar una decisión y que sin ateestablecerse laboralmente, trajeOrquídeas fabricadas en oro. Foto: R U B É N A L F A R O nuantes la pone en práctica. ron a sus familias al lugar, espoCon estos mismos cánones se educan los hijos, es assas e hijos complementaron diferentes grupos familiares según su procedencia y en El Callao se integraron como piración de los padres y madres que sus descendientes hereden conductas ejemplares, apegadas a sus orígenes y su un solo bloque común afroantillano. semejanzas. La sapiencia y tenacidad de los hombres y mujeres que vinieron de las Antillas Menores contribuyeron La siembra del oro El descubrimiento de yacimientos de oro fue determinante al posicionamiento de El Callao como el primer producpara el inicio de la conformación de El Callao, la apari- tor de oro de Venezuela. En este sentido, ellos contribución del material aurífero atrajo con su “bulla” a criollos yeron a sembrar este metal precioso. En la segunda mitad de la década de los noventa del y extraños, quienes se quedaron a vivir y así fueron dando forma al pueblo. Grupos humanos, mayoritariamen- siglo XX se vivió otra época dorada, llegaron a estate negros, vivieron en Chile y en otros caseríos aledaños, blecerse más de 110 talleres que permitieron, una vez así como también en Nueva Providencia (hoy Caratal), los más, a los orfebres del pueblo mostrar sus habilidades conocimientos, habilidades y destrezas de éstos conformaron una fuerza laboral con la capacidad idónea para encarar el exigente trabajo minero. El aporte de los negros afroantillanos fue vital para que El Callao surgiera como una de las más activas regiones productoras de oro reconocidas mundialmente. Experimentados maestros mineros dirigían los trabajos de los no menos importantes caporales y obreros, los cuales realizaban extenuantes jornadas de trabajo que casi siempre no se correspondían con la paga. Fueron años de lucha hasta lograr mejorar las condiciones sociales. En 1936 se realizó la primera huelga de trabajadores en la zona. Los mineros de descendencia negroide eran hombres de conformación física muy fuerte y de esquemas mentales sólidos, fundamentados principalmente en caracteres adoptados en sus oriundas antillas caribeñas. La capacidad de trabajo era tal que cuando sucedió el primer cierre de compañías mineras, producto de la recesión económica del año 1940, muchos de ellos se trasladaron a laborar en las empresas petroleras de El Tigre y San Tomé, las cuales solicitaban personal técnicamente preparado. Esos hombres y mujeres de antaño dejaron marcas muy profundas de la cultura afroantillana, al oriundo de El CaDon Carlos Small (+), reconocido forjador del pueblo de El Callao. Plaza Bolívar de El Callao. Foto: R U B É N A L F A R O
y creatividad, afloró de nuevo la alegría en los pobladores de la Tierra del Oro, sin embargo, los movimientos económicos por los que atraviesa actualmente el mundo y los elevados precios del oro han traído como consecuencia que muchas joyerías elaboren preferiblemente la plata, medida que se adoptó como forma de mantenerse activamente presentes mientras se revierte la situación.
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Lucía Andrades, madama de El Callao, estado Bolívar, 2009. Foto: R U B É N
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Para seguir leyendo… SARTI, RICARDO. Temas sobre El Callao (un tributo a nuestro pueblo).
Caracas, s/d. DELGADO, CARMEN. El Callao de mis recuerdos. Ciudad Bolívar,
s/e, 2006.
Sitios web de interés sobre el tema www.guayanaes.com www.fundacionisidoraagnes.com
EL APORTE DE LOS NEGROS AFROANTILLANOS FUE VITAL PARA QUE EL CALLAO SURGIERA COMO UNA DE LAS MÁS ACTIVAS REGIONES PRODUCTORAS DE ORO RECONOCIDAS MUNDIALMENTE.
EXPERIMENTADOS MAESTROS MINEROS DIRIGÍAN LOS TRABAJOS DE LOS NO MENOS IMPORTANTES CAPORALES Y OBREROS, LOS CUALES REALIZABAN EXTENUANTES JORNADAS DE TRABAJO QUE CASI SIEMPRE NO
SE CORRESPONDÍAN CON LA PAGA. FUERON AÑOS DE LUCHA HASTA LOGRAR MEJORAR LAS CONDICIONES SOCIALES. Minero con batea, 2006. Foto: R U B É N
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Las mujeres antillanas pudieron priorizar el acervo culinario traído del mar Caribe, fue predominante entre la población negra la preparación y degustación de alimentos como el acrá, el roti, el sauce, el calalú, el domplin y el pan de madama, además de bebidas como el yinyabie (a base de jengibre), el monki pi o el Mabí. En la actualidad estas variables gastronómicas aún persisten en El Callao, aunque en menor medida, cotidianamente todavía se come el popular domplin. Con el objeto de promover su preservación y enaltecer la rica cultura afrodescendiente se presentan grandes muestras durante los carnavales, las fiestas patronímicas, festivales, eventos especiales, públicos o privados, y en las instituciones educativas. Como se trata de un pueblo dependiente de la explotación aurífera sus moradores aprendieron el arte de la orfebrería. El Callao hasta hoy día se ha mantenido, en gran parte, con la fuerza laboral de los talleres donde se fabrican prendas artesanales con características propias, piezas únicas en los ámbitos nacional e internacional. En este ejercicio se destacaron grandes maestros como Alejandro Crawford, Alejandro Jacuart, James Lazar y Alfredo Cunningham, quienes a su vez formaron a las generaciones posteriores. En tiempos pasados se utilizaron como formas de comunicación los idiomas inglés, francés y patois (Patuá), este último es una lengua en resistencia que se empleó en el pueblo por más de cien años. Combinando los idiomas inglés, español y patuá los callaoenses componen y cantan sus calipsos en las comparsas.
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Sabores y saberes
ESQUEMA GEOGRÁFICO Y ESPIRITUAL
Barlovento
de
CHARLA LEÍDA EN LA CASA DEL OBRERO J u a n
P a b l o
S o j o
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Periodista / investigador de las culturas afroamericanas / novelista / cuentista y poeta
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Viaje de investigación a Yaracuy del pionero de los estudios afrovenezolanos, Juan Pablo Sojo, quien denunció y luchó contra el racismo y la discriminación
Oyendo esos cantos y esos ritmos, cruzan por nuestra imaginación los viejos rincones pintorescos, los pueblos arrullados por ríos soñolientos, sombreados de árboles centenarios, signados de caminos amarillentos, donde el sol es un planazo que cae en las espaldas. Caminos que llevan a los pueblos de calles empedradas o de tierra desnuda, animadas por la algazara de festejos patronales, de ricos festivales costumbristas, como la llegada del Niño Dios en los días pascuales; los velorios a la Cruz de Mayo; el baile de San Pascual Bailón; el del Mampulorio y los de San Juan Guaricongo. Cosas estas típicas que se conservan aún, no como manifestación de retraso, sino como algo que magnifica a los pueblos, el espíritu de una raza que no muere nunca aunque se modifique. Pueblo sin tradición no puede existir, sería como un sepulcro frío, incapaz de comunicar calor, vigor y fuerza, que son las características de ascendencia que lo definen entre los demás pueblos. Barlovento es sólo una mínima parte de Venezuela, como el Llano extenso, como la Guayana selvática. Ya se escribió la novela del Llano, la conocida y célebre Doña Bárbara, obra inmortal del maestro Rómulo Gallegos; la novela de los caucheros, La vorágine, del insigne José Eustasio Rivera. La novela de Barlovento aún no ha sido escrita.
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Hacia sus hondones un día penetraron preocupados intelectuales, como el poeta y crítico Juan Liscano, que ha extraído de esa generosa tierra un venero de cosas desconocidas en Venezuela, sacándolas del olvido que regalaba hombres y costumbres. Novelistas como el mismo Gallegos —que escribió también Pobre Negro— y Guillermo Meneses, que ha escrito bellísimas páginas referentes al terruño. Cuentistas como José Fabbiani Ruiz, cuya obra literaria nació con el paisaje y el ambiente barloventeño. Poetas, como Oscar Rojas Jiménez; escritoras como Mercedes López, autora de una obra laureada, y otros tantos cultivadores de las letras que se han quedado al rescoldo de la humildad de sus vidas o murieron, después de rendir a la tierra jocunda, el tributo a su belleza y a su importancia material y espiritual. Allí están Estílito Díaz Aponte, periodista en función de reivindicaciones regionales; las hermanas Guédez, manteniendo una lucecita de esperanza y alegría; Rafaela Paraqueimo, periodista; Leopoldo Rodríguez; escritor de culto y elevado estilo, autor del libro inédito Cartas de Chirimena; Estanislao Sifontes, recio intelectual de Río Chico; Aurora Acosta Saignes, la Levi, la Pittol, mujeres de una gran sensibilidad espiritual, poetisas del terruño. Allí se quedaron Guillermo Gil, gran poeta y escritor; Guido Coronado, crítico y poseedor de una vasta cultura; Juan Pablo Sojo, mi progenitor, orador, músico y maestro de escuela, autor de varias obras inéditas; Nicomedes Marrero, señor de clásicos y leyes; Francisco Antonio Brandt, poeta fecundo y fácil, compañero que fue de Leo, Díaz Rodríguez y demás intelectuales de entonces en las épocas de El Cojo Ilustrado; el maestro Foncault, don Felipe Escobar, José Antonio Pacheco. Todos han sido hombres en función social con el ambiente. Aquellos siguiendo la trayectoria luminosa, y éstos, cumpliendo hasta en el tributo final de la vida, con el sagrado postulado que une al hombre y la tierra. Para el mejor conocimiento de lo nuestro, resulta una estupenda oportunidad la ofrecida por esta notable institución. Es como una clase de geografía espiritual, que no excluye lo demarcado en las coordenadas territoriales o mapas, sino que más bien nos acerca más, nos unifica y enciende un legítimo nacionalismo. Hago esta pequeña digresión, porque en realidad, al nombrarse Barlovento, se creería que forma un estado dentro de otro; y es, precisamente, que en esto reside la fuerza de una región, porque los pueblos no se miden con el compás de la dilatación en sus límites, sino con la potencia material
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Barlovento es como el abuelo olvidado que se comienza a recordar. De los hondones de ese tierra pródiga han brotado la riqueza material y el canto, pura expresión del espíritu. Es como si de pronto, de la sombra que reptaba en la tierra, brotara la rosa luminosa, nítida y virgen, ofreciendo también su perfume de pasado y presente a esta tierra nuestra ancha y dilatada de futuro. Barlovento es eso. Una rosa que cultiva la mano callosa, la mano que siembra y cosecha, en el corazón. Rosa y perfume que son el recuerdo y el dolor del terruño, arrancados a la sombra que reptaba —como la macagua bajo la hojarasca del cacahual— sobre la tierra espléndida, donde cosechó el egoísmo y la saña absoluta del agio, el sudor que es plata y la sangre que es oro del trabajador anónimo. De ese hombre anónimo, de ese obrero doblegado como una C de sol a sol sobre los guaritotales, nació el canto y se creó el ritmo, mejor dicho, vino hasta ellos desde los días pretéritos en el espacio y el tiempo.
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ESQUEMA
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GEOGRÁFICO Y ESPIRITUAL DE
BARLOVENTO
gres campanitas trotonas. y espiritual de que dispoCaminos reales, llenos de nen. Barlovento no es una tradición y consejas que danza alegre, no es sino un se adentran en Caucaconglomerado de pueblos, gua, rebujada villa de nombre que le viene del importante comercio; mar, nombre de la brisa Capaya, hito colonial que sopla de aquella parte. que retrotrae el pensaTiene una demarcación y miento a épocas pretéridefinición popular. Músitas; Curiepe, “pueblo cas, cantos, ritos y cosprisionero y musical”, tumbres, brotan de aquella según definición feliz de tierra, como el cacao miGuillermo Meneses; Hillonario en sus haciendas; guerote, el benjamín de como los frutos variados los aledaños barlovenque cuajan en las vegas y teños, arrullado por la conucos. Su historia se resinfónica caribe; Tacarimonta al génesis de la Patria Grande. Recordemos Nochebuena negra, novela de Juan Pablo Sojo en la que los personajes se relacionan gua, florilegio de mujeres y rincón ancestral de los sus días coloniales, sus sol- profundamente con la música y el erotismo. Primera edición en 1943 dados, sus heroínas, el célebre batallón Barlovento, que tambores y fulías; Panaquire, zona cacahuera donde luchó en los campos de la independencia. Tan rica tierra hubo la primera revuelta económica en Venezuela; El venezolana no podía quedar siempre ignorada. Y, el de- Clavo, jardín en medio de haciendas inmensas; Araguita, ber del que graba en los anales históricos, comienza a cum- símil de Capaya y centro agrícola; Río Chico, antiguo cantón de la Colonia y sector de mucha actividad en los plir esta sagrada misión como un rito. Caminos por donde cruzó la sandalia viajera de Hum- días de Emancipación; San José de Barlovento, valle enboldt; por donde brillaron en la noche dolorosa del año cantado de paisajes, rico en colorido humano; El Gua13, las amarillentas luces de los faroles del éxodo cara- po, recia huella de construcción española, sitio ya célebre queño. Caminos de luz y paisaje, de verdes risueños, de en los anales bélicos de nuestra historia; Cúpira, con su hermosa laguna llamada de Tacarigua, espejo azul de azules añilados… Caminos que son ríos majestuosos, como el Tuy, de aciano tembloroso, bordeada de cocales, rumorosa de los bongos lentos, tripulados por el pagay locuaz y sus brisas y vuelos de garzas multicolores, de caimanes acehombres jugados en más de una aventura; de ríos som- chantes y multitud de pájaros distintos en su variedad. breados por bambuales tupidos, por la bandera color Árboles, valles, pueblos, caseríos… Aramina Arriba, Arade la esperanza de los platanales, por la sombra llena mina Abajo; Merecure; Los Cerritos; Los Blancos; de murmullos y pájaros y voces de peones en las ha- Ganga; Birongo; Chirimena… Todo eso forma el valle inmenso en densidad espiriciendas preñadas de nueces rojas, azules y amarillas del cacao —que son como el tricolor del agro—. Caminos tual y geográfica de Barlovento, padre de pueblos, que polvorientos, hollados por recuas de paso tardo y ale- como el abuelo olvidado, se comienza a recordar… F UENTE : El estado Miranda, sus tierras y sus hombres. Caracas, Ediciones del Banco Miranda, 1959.
Si no asumimos nuestra diversidad nunca nos vamos a asumir como iguales tema del racismo es bastante ancestral, proviene de la relación dominantes-dominados fundamentada en el sistema de apropiación económica colonial, según plantean los estudiosos en la materia. ¿Usted considera que en nuestra sociedad latinoamericana y específicamente venezolana, el racismo aún tiene asideros en esta relación expresada, quizás, en la cultura capitalista? ARISTÓBULO ISTÚRIZ: En parte sigue
siendo lo mismo porque en último caso el racismo se expresa como un fenómeno cultural que tiene que ver con esa relación de dominación en la que el dominado ve su cultura sujeta al dominio de quien tiene el control económico y político, y por supuesto se establece un tipo de relación social donde se imponen los valores de quien domina. Esto se va transmitiendo de generación en generación haciéndose presente en estos tiempos porque no ha habido un cambio estructural, nunca se ha cambiado el modelo de dominación. Para revertir esa situación se necesitaría que lograramos un cambio estructural en lo económico, en lo político, en lo social, que tuviera su última expresión en los valores que son los que determinan las relaciones sociales.
Comunicadora social
presentes en Venezuela porque no hemos roto de manera definitiva con esa relación de dependencia, de dominación. En este momento estamos en un período de transición que se puede plasmar en la Constitución en términos de igualdad, pero en la realidad todavía hay vestigios de exclusión a pesar del esfuerzo que ha hecho el gobierno revolucionario por superar los indicadores sociales. Se ha avanzado bastante, se ha hecho un gran esfuerzo para cambiar los valores pero nosotros aún mantenemos una estructura de Estado capitalista burgués en el cual todavía sigue predominando el modelo económico de acumulación y, precisamente, la pobreza y la exclusión son una consecuencia estructural del modelo capitalista. Si nosotros no cambiamos el modelo vamos a
Sin embargo, los venezolanos siempre hemos dicho que no somos un país racista, a pesar de que hay muestras evidentes de exclusión y discriminación.
Bueno, yo creo que la exclusión, la discriminación y el racismo están Foto: M A R Í A T E R E S A G A R C Í A . Caracas, mayo 2011
seguir teniendo exclusión y pobreza que son dos manifestaciones claras de la discriminación. Hay una frase que aquí gusta mucho: “En Venezuela todos somos iguales”. Entonces, ¿dónde quedaría la difundida percepción de igualitarismo que supuestamente existe en Venezuela?
Aquí se ha dicho que hay dos elementos que tratan de invisibilizar el racismo y la discriminación, se habla de la Guerra Federal como un elemento unificador de todos los sectores sociales y se habla del mestizaje como un concepto que trata de hacer ver que aquí todos estamos mezclados, que nadie es puro. Eso se podría decir del fenotipo, de los rasgos étnicos, pero desde el punto de vista cultural no. Desde el punto de vista cultural las clases dominantes siempre han mantenido sus valores de privilegio,
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AKAIDA OROZCO: Bien sabemos que el
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Otras Voces
ENTREVISTA A ARISTÓBULO ISTÚRIZ, PRIMER VICEPRESIDENTE DE LA ASAMBLEA NACIONAL
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ENTREVISTA
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de élite, de diferenciación. Eso no se ha eliminado en Venezuela. ¿Por qué hablar en términos de una “raza mestiza” invisibiliza a ciertos sectores de la población?
Porque cuando se habla de mestizaje se invisibiliza el origen, la presencia, el componente africano. El componente aborigen también desaparece. A partir de ahí todos somos mestizos, olvídense del africano y del aborigen, y así, en definitiva, termina imponiéndose el componente europeo y sus valores. Es decir, desde el punto de vista cultural ese concepto obvia, esconde, oculta, los valores de la herencia africana e indígena presentes en la identidad venezolana. ¿Considera que somos un país que se asume como multiétnico y pluricultural? Porque una cosa es serlo, como de hecho lo somos, y otra muy distinta es asumirse de esa manera.
Una cosa es decir que somos un país multiétnico y pluricultural y otra que somos una cultura mestiza que desaparece todas las culturas que conforman nuestra identidad. No hay conciencia aún de ello, ahí es donde intervienen los valores culturales. No es una cuestión de piel, de rasgos físicos, es un elemento cultural básicamente. Por eso te puedes encontrar con personas que tienen rasgos étnicos africanos o indígenas y no se asumen como afrodescendientes o indoamericanos; incluso pueden ser racistas. ¿Usted cree que Venezuela sea más que un país racista un país clasista?
Las clases sociales existen, el capitalismo genera la división de la sociedad en clases. Eso es así, la nuestra
es una sociedad rentista, de economía petrolera. La oligarquía es un sector que tiene intereses muy distintos a los trabajadores, a los campesinos, a los obreros. Anteriormente, la función de los gobiernos era facilitarle la transferencia de la renta petrolera a la oligarquía, por eso ésta se fortalecía y se debilitaba el pueblo. Entonces, por supuesto que en una sociedad dividida en clases el componente racista va muy ligado al componente clasista. Allí es donde se ve mejor reflejada la relación que guarda el color de la piel con la pobreza...
Claro, el tema de la pobreza en el continente está relacionado fundamentalmente con los indígenas y los afroamericanos. Y dentro de esos sectores está el grupo de las mujeres que ha sido excluido y discriminado históricamente por muchos años. Eso se siente a diario, pero hay gente que nunca lo ha percibido, incluso para muchos es una realidad invisible, pero como hemos visto aflora en determinados momentos políticos y sociales. Está volviendo a la palestra el tema de la educación multicultural. En Venezuela, ¿nuestra educación no estaba o no está planteada aún en términos de interculturalidad, es nueva esa incorporación?
El concepto no es nuevo pero la necesidad de implantación de un modelo educativo intercultural, en la medida en que avanzamos dentro del proceso de liberación, cada día se hace más conciente. Muchas veces se ha colocado como un enunciado pero que no se cumple en la práctica. Todavía la diversidad no se ve reflejada en los contenidos de los textos escolares, es muy difícil asumir ese concepto porque la
multiculturalidad tiene que ver con la diversidad, simplemente somos diversos. Si no nos asumimos diversos nunca nos vamos a asumir como iguales. Cuando hay un estereotipo impuesto por un pensamiento único, eurocéntrico, se nos dice qué es bonito, qué es feo, qué es bueno, qué es malo, son imposiciones. Nos han vendido que lo blanco es bueno y lo negro es malo, que el pelo liso es bueno, que el pelo rizado es malo, de hecho dicen “tiene el pelo malo”. ¿De dónde salieron estas supuestas verdades? ¿Quién nos vendió eso? ¿Quién dijo que para que una nariz sea bella tiene que ser perfilada? Alguien lo dijo, se repitió de generación en generación y nosotros heredamos culturalmente esos valores, los tenemos en el subconciente. Entonces la gente que no tiene los rasgos que son valorados positivamente siente vergüenza de sí misma y comienza a negarse. La historia va negando aportes, valores importantes de otras culturas distintas a la europea; la historia nos ha enseñado que el indio es débil, torpe, ignorante, nos ha inculcado que los indios y los negros no aportaron nada. A nosotros nos costó muchísimo, por ejemplo, que en el preámbulo de la Constitución se incluyeran los aportes de los ancestros africanos en la construcción de la venezolanidad. Lo planteamos en la Reforma Constitucional y tampoco se aprobó, eso tiene que ver con un problema cultural. Esos estereotipos tienen relación con esos valores desligados de la multiculturalidad.
En nuestro país los medios de comunicación, la publicidad, la industria de la moda y paralelamente el sistema educativo, aupan mecanismos de exclusión y modelos de pensamiento discriminatorios; en ese sentido, ¿qué acciones se podrían tomar en concreto para erradicar el racismo y otras formas de segregación en estos ámbitos?
Se han venido realizando muchas acciones, la creación del Día de la Afrovenezolanidad y el Día de la Gesta de José Leonardo Chirino son reconocimientos importantes. La creación de la Comisión Presidencial contra la Discriminación Racial me parece que es un hecho sin precedentes. Ciertamente, el Ministerio de Educación y los medios de comunicación juegan un papel importante en ese sentido, al reproducir la cultura o irrumpir contra la cultura. Allí está involucrado el cambio en el currículum escolar y en los textos educativos.
Respecto a la discusión planteada mundialmente, ¿cuál considera usted que es el término adecuado: “negro” o “afrodescendiente”?
Cuando hablas de negro y blanco estás hablando del color de la piel y puede haber una persona que independientemente de su piel no se identifique con la cultura africana. Para mí el problema cultural es el problema de la síntesis, la síntesis
expresa los valores de la gente. Ahora está planteada la pregunta del Censo porque nosotros definitivamente no sabemos cuántos somos, en qué condiciones vivimos, porque el Censo siempre ha sido general. En ese sentido, cómo se elaboran políticas públicas para sectores específicos de la población si no están ubicados. ¿Quiénes son los más pobres, cómo viven, dónde viven? Las experiencias que han habido en otros países de América Latina, por ejemplo, han arrojado que no todo el mundo se reconoce como afrodescendiente, es una minoría. Vamos a ver cuántas personas se reconocen aquí en Venezuela, pero estoy seguro que va a estar muy por debajo de la realidad. En Colombia se reconoció afrodescendiente sólo un 10 por ciento. Hablando del tema del Censo, muchos critican que se está planteando una especie de racismo al revés. ¿Usted que opina al respecto?
Esa es una manera de chantajear a la gente para que no se toque el tema. Si esa gente cree que es racismo al revés, será racismo al revés, pero esa pregunta va en el Censo. Si no vemos nuestras diferencias no podemos asumir nuestra diversidad, por eso con el mestizaje se oculta lo originario. Las culturas ancestrales no pueden desaparecer así se reconozca que existe una mezcla. ¿Está o no está presente la cultura africana e indígena en nuestra cultura venezolana? El mestizaje desapareció eso.
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Éstos son elementos que justifican la necesidad de calificar con claridad qué es racismo, que todo el mundo pueda identificar cualquier manifestación de racismo en nuestra sociedad y que ésta pueda ser sancionada. Las sanciones van a depender de quién cometa la violación de la ley, no es lo mismo un medio de comunicación social que actúa sistemáticamente de manera racista, excluyente y discriminatoria, que una persona de a pie.
No basta la legislación, la ley es sólo un aspecto, al mismo tiempo se debe transformar el currículum escolar para lograr la inclusión de la diversidad. Por eso establecimos en la Constitución el carácter multiétnico y pluricultural de nuestro pueblo venezolano; hay que entender que hay distintas culturas y el hecho de que existan mezclas no quiere decir que desaparezcan los aportes de las culturas originarias. Los medios, por su parte, juegan un papel fundamental en la formación de los valores de la sociedad en relación con el carácter multiétnico y pluricultural porque si ellos imponen una sola cultura y un estereotipo desde el punto de vista de los rasgos físicos, entonces no están siendo coherentes con el carácter expresado en la Constitución. Ahí vemos una gran contradicción: la Constitución está más avanzada que la sociedad. La Constitución no es el país que tenemos, la Constitución se hace en función de lo que se quiere alcanzar. Hay que trabajar para llegar a lo que plantea la Constitución.
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El pasado 10 de mayo se aprobó en la Asamblea la Ley Contra la Discriminación Racial en Venezuela. ¿Por qué es importante esta ley?
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Cuando hay un estereotipo impuesto por un pensamiento único, eurocéntrico, se nos dice qué es bonito, qué es feo, qué es bueno, qué es malo, son imposiciones. Nos han vendido que lo blanco es bueno y lo negro es malo, que el pelo liso es bueno, que el pelo rizado es malo, de hecho dicen “tiene el pelo malo”.
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¿Cuáles serían los conceptos clave, los términos simbólicamente adecuados y eficaces para contrarrestar el racismo que se expresa cotidianamente?
La palabra inclusión es fundamental para enfrentar la exclusión. Ahora, eso no es un deseo, la exclusión es una consecuencia estructural de un modelo económico y político capitalista, por eso el gran esfuerzo consiste en construir un modelo distinto. Una manera de luchar por la inclusión es avanzar en la construcción del socialismo. Otra palabra clave es la discriminación, para eso es necesario asumir la igualdad de condiciones, de oportunidades, porque todos somos iguales realmente. Por eso debemos buscar profundizar en la construcción del modelo socialista que busca la igualdad. La única manera de que nosotros nos reconozcamos como iguales es que nos asumamos como diversos. Debemos ver de manera natural que cada quien es como es. Por eso creo que la palabra estratégica es diversidad, debemos socializar la diversidad en la conciencia de los hombres y mujeres venezolanas. Los liberales piensan que la palabra clave es la libertad, los conservadores piensan que la palabra clave es el orden y los radicales pensamos que la palabra clave es la igualdad. Por eso toda revolución es cultural, porque las personas deben asumir unos valores y éstos son los que determinan las relaciones sociales dentro de una sociedad. Si yo soy individualista, competitivo y consumista, tengo una mentalidad capitalista. Para mí el valor fundamental es el ser, todos somos seres humanos por igual y ade-
más somos seres sociales, el hombre solo no vale nada. ¿Qué importancia tiene la labor de los movimientos y redes sociales que luchan a favor de los derechos de los afrodescendientes?
La importancia es la organización popular, la construcción del poder popular, sólo el pueblo salva al pueblo. La gente toma conciencia y crea sus propios proyectos, su propia visión, alcanza sus propias conquistas; se están liberando. La participación y el protagonismo son elementos fundamentales, cuando uno habla de una democracia participativa y protagónica está hablando de la organización del pueblo, de la toma de conciencia del pueblo en su proceso de liberación. No es lo mismo aprender haciendo que aprender sin hacer. La conciencia se toma no sólo de los libros sino también de la calle, de la praxis, ya lo decía Simón Rodríguez: aprender haciendo. Nuestras luchas contra el racismo, la exclusión y la discriminación han estado dadas desde la ingenuidad, tiene que producirse el salto de la ingenuidad a la lucha política porque en definitiva la lucha es una correlación de fuerzas. ¿Qué significa para Aristóbulo ser curiepero?
Es maravilloso porque Curiepe es un pueblo muy apegado a las raíces africanas y el curiepero en este mundo de exclusión, de discriminación, de racismo, por su misma formación se puede mover en cualquier ámbito, sin los complejos que generan estos factores. El curiepero es muy orgulloso de sus raíces africanas y ahí lleva una ventaja.
¿Cuál es la relevancia del primer Foro de la Afrodescendencia de Nuestra América a realizarse en junio de este año?
Primero es un reconocimiento a Haití, todos los afroamericanos debemos sentirnos muy orgullosos de Haití porque las luchas de este pueblo contra la revolución burguesa influyeron decisivamente en el cambio de actitud del Libertador; una de las causas de la pérdida de la Primera República fue la escasa participación popular. Bolívar aprendió de Petión que si no incorporaba a los sectores populares no iba a haber revolución, por eso cuando vino de Haití fue a Margarita y promulgó el primer decreto de abolición de la esclavitud, y cuando entró a Carúpano igual. Este foro es un homenaje a Haití pero también es un espacio de reflexión del tema afro dentro de los movimientos de liberación que se están dando en el continente. Es un espacio que se abre para elaborar teorías, sistematizar información, conocer nuestros elementos culturales y políticos comunes y su contribución eficaz dentro del socialismo que estamos construyendo. Los afrodescencientes de derecha van a hacer un evento en Honduras, va a estar presidido por Obama, es que claro, ellos saben el peligro que significan los doscientos cincuenta millones de afroamericanos que viven en el continente. Este encuentro es importante en la lucha por ganar espacios y concretar aportes al modelo que queremos construir. Chávez va a la vanguardia cuando habló del socialismo del siglo XXI, ahora, ése es un proceso que debemos elaborar entre todos.
La gastronomía se presenta como un ejemplo fiel del mestizaje cultural, pero ¿cómo se evidencia el legado afro en los alimentos de la cotidianidad?
Los africanos y sus descendientes dejaron sus huellas en el “arte culinario” de la Venezuela colonial, pues ellos trajeron muchos productos para el consumo: tubérculos, frutas, especias y aves, e igualmente participaron en la confección de los platos típicos de la época, a través del ejercicio de los oficios domésticos, principalmente como cocineros o cocineras en las casas de las familias mantuanas y en los hogares de algunos pardos y pulperos adinerados. Por otra parte, los alimentos que se consumían entonces Foto: R O S L E Y L A B R A D O R
G u é d e z
Historiador
con mayor frecuencia habían pasado por un proceso de simbiosis que se produjo entre los alimentos autóctonos o indígenas, los traídos por los europeos y los procedentes del continente africano. Al respecto, veamos la siguiente opinión de Miguel Acosta Saignes: “Al mismo tiempo que algunos grupos indígenas recibían aportes culturales de los africanos, estos tomaron de los indios numerosos rasgos. Todavía se conservan algunos tan
importantes en las zonas de población negroide, como el complejo de la yuca, con la factura de cazabe con sebucán. La yuca, el maíz, la auyama, la piña, pasaron a ser cultivos de los africanos y sus descendientes desde muy temprano. La arepa, de origen indígena, se convirtió en pan de los negros, pero también en pan de todos los sectores de nuestro país. La mayor parte de los africanos llegados a Venezuela parecen haber sido agricultores. Pero seguramente del tipo agrícola que
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Sabores y Saberes
Una parte de África en nuestro paladar
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...ya en el siglo XVI, cultivaban en el valle de Caracas y zonas vecinas frutos como “…granados, todo género de limas y limones, naranjas y cidras (…) trigo, cebada, garbanzos, habas, cebollas, lechugas, rábanos, berenjenas, coles, nabos, perejil, hierbabuena, ajos sin dientes, culantro, berros, mostaza, eneldo, biznagas, melones, hinojo, poleo, ruda mastuerzo, sábila, manzanilla y mucho arroz… completa su alimentación con la cacería. Lo mismo ocurría con muchos grupos indígenas (…) Ha existido una alimentación nacional de origen mixto: peninsular, africano e indígena…”. Otro aspecto que debemos tomar en cuenta es el relacionado con el trabajo de los esclavizados africanos y sus descendientes en los conucos y pequeñas sementeras, con la finalidad de obtener los alimentos para su subsistencia, pues generalmente los amos de las haciendas y hatos no se los suministraban. Por tal motivo, estos últimos permitieron que la población esclavizada aprovechara las horas extras y los días feriados para cultivar plátano, ñame, ocumo, cambur, maíz, yuca, frijoles, etc. Para ampliar la información antes mencionada, vemos que, en palabras de Francisco Morales, “Al esclavo (…) se deben ciertos tipos de plátano, el ñame, la malanga, el quimbombó, la sandía, el gandul, el aceite de palma y la gallina Guinea…”. Asimismo, tenemos que Alfredo N. Neves, en su Diccionario de americanismos, considera el ñame como voz africana: “…planta herbácea de las discoráceas exóticas, aclimatada y ampliamente cultivada en la América intertropical / Su rizoma, grueso y harinoso, que cocido o asado constituye un alimento popular muy importante…”. También observamos en el ecosistema llanero venezolano varias gramíneas que, según el investigador Arturo Álvarez D’Armas, son
originales de África, y arribaron “…a las costas americanas (Brasil y el Caribe) [en forma involuntaria]. Con pastos se hacían las camas, en los barcos que traían esclavos, y una vez llegados a puerto los tallos eran arrojados a las playas. Ejemplo de ello es el pasto Guinea (Panicum maximun jacq), introducido en Cuba en el siglo XVII, y otras especies que han desempeñado a lo largo del tiempo un gran papel en el desarrollo de la ganadería en los trópicos americanos y especialmente en los llanos”. Desde África y la Península Ibérica
Apreciamos que muchos productos y hábitos alimentarios autóctonos del continente africano fueron utilizados en primer lugar en la Península Ibérica y luego trasladados a las Américas. El hecho antes mencionado nos permite explicar por qué los españoles, ya en el siglo XVI, cultivaban en el valle de Caracas y zonas vecinas frutos como “…granados, todo género de limas y limones, naranjas y cidras (…) trigo, cebada, garbanzos, habas, cebollas, lechugas, rábanos, berenjenas, coles, nabos, perejil, hierbabuena, ajos sin dientes, culantro, berros, mostaza, eneldo, biznagas, melones, hinojo, poleo, ruda mastuerzo, sábila, manzanilla y mucho arroz…” (Juan de Pimentel. “Relación geográfica y descripción de la provincia de Caracas y gobernación de Venezuela (1573)”, Boletín de la Academia Nacional de
la Historia, Caracas, t. X, nº 40, octubre-diciembre de 1927, p. 286). Además, tenemos un testimonio significativo sobre el consumo de una fruta originaria de África, como es la sandía o patilla. En tal sentido, Miguel de Santiesteban señala: “…a 5 leguas (de la ciudad de El Tocuyo) está la hacienda de Juan Jiménez sobre el camino donde llegamos a medio día fatigados con el calor del sol, y como nos convidasen con mucho agrado y cortesía nos apeamos y (sic) inmediatamente nos trajeron algunas sandías que apagaron grandemente la sed que traíamos…” (Miguel de SABOR A ÁFRICA Los nombrados a continuación son algunos alimentos originarios del continente africano consumidos habitualmente en la Venezuela colonial y, posteriormente, durante los siglos XIX, XX y XXI: • Tubérculos: el ñame, la malanga, etc. • Legumbres u hortalizas: alubias, habas, garbanzos, lentejas, el quimbombó o bahmia, etc. • Frutas: melones, sandías o patillas, tamarindos, dátiles, higos, boabad, granadas, limones, naranjas, gandul, cambur guineo, etc. • Oleaginosas: el aceite de palma (Elaeis Guineensis). • Aves: la gallina de Guinea, la garcita reznera (Bubulcus Ibis), el yaguaso cariblanco (Dendrocygna viduata), el yaguaso colorado (Dendrocygna bicolor). • Medicinales: sábila (Aloe vera L.). Fuentes: Lovera, José Rafael. Historia de la alimentación en Venezuela. Caracas, Monte Ávila Editores Latinoamericana, 1998. pp. 43-44; Obenga, Theophile. “Tradiciones y costumbres alimenticias del Congo en el XVII: estructuras de sabor”, en América negra. Expedición humana a la saga de la América Latina. Mexico, Siglo XXI Editores/Unesco, 1977, p. 330.
En el “arte culinario” de la Venezuela colonial podemos ver un conjunto de técnicas y costumbres relacionadas con la preparación de los diferentes alimentos, los cuales tuvieron sus influencias africanas, a través de las cocineras o cocineros que bajo el manto de la esclavitud ejercían dichos oficios en las casas de sus amos y en diferentes unidades de producción…
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alimentación e igualmente la invención de nuevas técnicas y costumbres adaptadas a los recursos y a los “valores” de la cultura occidental que de una u otra manera impusieron los blancos europeos y criollos, por ser los sectores sociales dominantes.
Para seguir leyendo… ACOSTA SAIGNES, MIGUEL. “Los
descendientes africanos y la formación de la nacionalidad en Venezuela”, Anuario. Caracas, Universidad Central de Venezuela, Instituto de Antropología e Historia, t. III, 1966, pp. 40-41. VERACOECHEA, EMILIA DE. “El trabajo libre
de los esclavos negros en Venezuela”, en Boletín de la Academia Nacional de la Historia, Caracas, t. LIII, nº 212, octubrediciembre de 1970, p. 671. MORALES PADRÓN, FRANCISCO. Atlas histórico
cultural de América. Las Palmas de Gran Canarias, Conserjería de Cultura y Deportes, 1988, t. I, p. 303. NEVES, ALFREDO N. Diccionario de americanismos. Buenos Aires: Editorial Sopena Argentina, 1973, p. 405. SOJO, JUAN PABLO. Estudios del folklore venezolano. Los Teques: Biblioteca de Autores y Temas Mirandinos, 1986. RAMOS GUÉDEZ, JOSÉ MARCIAL. Contribución
a la historia de las culturas negras en la Venezuela colonial. Caracas: Imprenta Municipal de Publicaciones, 2001.
1. “…en el caso de Venezuela creemos que se conservaron técnicas y patrones alimenticios de origen africano, pero que a partir de la hacienda cacaotera se generaron hábitos culinarios propios de este sistema económico. Tal es el caso de los derivados del cacao, que van desde bebidas alcohólicas hasta las bolas de cacao” (Jesús García. África en Venezuela. Pieza de Indias. Caracas, Cuadernos Lagoven, 1990. p. 83).
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gen a la repostería criolla de los negros bahianos”. Asimismo, sobre el “sofrito” hemos encontrado la siguiente información: “…una salsa (…) compuesta de cebollas, ajo, pimiento y tomates…”1. Igualmente, existen algunos testimonios que señalan la costumbre de las cocineras negras de dar color amarillo a las comidas utilizando el onoto o achiote en salsas y grasas, tradición que aún tiene vigencia en varios pueblos de la actual Nigeria. También apreciamos el aporte de los africanos en la alimentación de la subregión de Barlovento (estado Miranda), donde se destaca la labor de las cocineras africanas y sus descendientes, quienes confeccionaron dulces y platos tales como la cafunga, el quimbombó, el mondongo, el fufú, las conservas de coco y papelón, y el consumo del ñame, la patilla, el quinchoncho, los plátanos y muchos otros que forman parte de la dieta cotidiana del barloventeño. Por último, estamos conscientes de que muchas técnicas y hábitos alimentarios originarios de África sufrieron múltiples modificaciones debido al régimen de vida a que fueron sometidos los esclavizados negros en las plantaciones y haciendas de cacao, caña de azúcar, añil, tabaco, etc. Tal situación ocasionó, entre otras cosas, una simbiosis en los patrones de
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Santiesteban. “Viaje muy puntual y curioso que hace por tierra Don Miguel de Santiesteban desde Lima hasta Caracas, el año de 1740”, Boletín de la Academia Nacional de la Historia, Caracas, t. XLVIII, nº 191, julio-septiembre de 1965, p. 449). En el “arte culinario” de la Venezuela colonial podemos ver un conjunto de técnicas y costumbres relacionadas con la preparación de los diferentes alimentos, los cuales tuvieron sus influencias africanas, a través de las cocineras o cocineros que bajo el manto de la esclavitud ejercían dichos oficios en las casas de sus amos y en diferentes unidades de producción, tal como lo hemos señalado anteriormente. Al respecto, podemos mencionar el “sofrito”, la condimentación de los hervidos, el asado a fuego directo, el uso de las hojas de plátano para envolver los alimentos, el predominio de grasas en la preparación de salsas y guisos y la utilización del coco en muchos platos y dulces. Un ejemplo concreto de lo aludido lo tenemos, a decir de Juan Pablo Sojo en Estudios del folklore venezolano, en la “…Alcasada (…) manjar de maíz, dulce de coco, también se llama pelota. En Brasil, según Gilberto Freyre, el mismo manjar popular —con idéntica preparación— se denomina Acaca, atribuyendo su ori-
Qué Leemos E r n e s t o
Y e v a r a
Investigador Museo Nacional de las Culturas
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Para iniciar los estudios sobre la afrovenezolanidad es necesario comenzar por leer cuatro libros fundamentales, La vida de los esclavos negros en Venezuela de Miguel Acosta Saignes, 1967; Historia social y económica de Venezuela: una estructura para su estudio de Federico Brito Figueroa, 1979/1987; El problema tierra y esclavos en la historia de Venezuela, también de Brito Figueroa, 1982; y La obra Pía de Chuao de Carlos Federico Salazar y Eduardo Arcila Farías, 1968
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LIBROS
África en Venezuela. Pieza de Indias JESÚS “CHUCHO” GARCÍA. Caracas, Cuadernos Lagoven, 1990.
En este texto el autor expone la contribución de los pueblos africanos y sus descendientes en la idea de América y en la conformación del perfil cultural americano, a través de un trabajo de recopilación documental en los Archivos Generales de Indias en España y los archivos nacionales de Francia y Venezuela, así como de trabajos de campo en comunidades afrovenezolanas de Cuba y la República Popular del Congo. Una actualización de este texto es presentada por el autor en el libro Afrovenezolanidad e inclusión en el proceso bolivariano venezolano, publicado por el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e información en 2005 y disponible en internet.
El problema de la esclavitud en tres próceres venezolanos, Francisco de Miranda, Simón Bolívar y José Antonio Páez / Participación de negros, mulatos y zambos en la Independencia de Venezuela 1810-1823 JOSÉ MARCIAL RAMOS GUÉDEZ. Caracas, Fondo Editorial Ipasme, 2010.
Estos sencillos textos son recomendables para maestros de aula y estudiantes de secundaria. En el caso del primer libro se ofrece de manera directa y clara la concepción política y humana que tenían sobre la esclavitud estos tres próceres, sin obviar sus contradicciones. En el segundo texto, el autor trata sobre la participación, en ambos bandos del conflicto, de estos tres grupos sometidos a la esclavitud durante la lucha por la Independencia.
DISCOS
JUAN PABLO SOJO. Caracas, Imprenta Nacional, 2008.
Se trata de un libro fundamental para adentrarnos en los sentimientos de discriminación racial entre nosotros, en éste la autora examina todas las aristas de esta problemática, desde la imposición de una ideología fenotípica de la cultura hasta el aspecto ideológico en relación con lo económico, lo político y lo cultural.
El objetivo de este libro es redescubrir el conocimiento, en la obra de Juan Pablo Sojo, de aquellos aportes culturales del negro venezolano en las manifestaciones culturales barloventeñas, los cuales son descritos con gran afecto. La mayor parte del material compilado era prácticamente desconocido y consiste en artículos de prensa periódica publicados en vida del autor.
SABOR A PUEBLO Centro Nacional del Disco / Asociación Civil Sabor a Pueblo
Esta producción de la agrupación y Asociacion Civil Sabor a Pueblo, dedicada a impulsar las manifestaciones tradicionales musicales venezolanas, nos trae temas como “Echando candela”, “Parranda pa’ los feos”, “Con San Benito” y “La Curiepera”.
Colección de música afrovenezolana MIGUEL URBINA, JHONY RUDAS “CHUCHO” GARCÍA Ministerio del Poder Popular Para la Cultura. Y JESÚS
Compilado en ocasión del II Festival Cultural con los Pueblos del África, esta colección presenta siete discos que contienen una selección de música afrovenezolana realizada por el investigador Jesús “Chucho” García. Cada volumen presenta la música de un estado o región del país con fuerte presencia afro: Barlovento, Lara, Los Llanos, Zulia, Vargas, Carabobo y Yaracuy.
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LIGIA MONTAÑEZ. Caracas, Fondo Editorial Tropykos, 1993.
La súper parranda
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Estudios del folklore venezolano
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El racismo oculto en una sociedad no racista
La ruta de la afrovenezolanidad Si quiere “matricular para el próximo año”, como se dice en algunas regiones de Venezuela cuando se quiere seguir con vida, no se olvide de tocar, el 29 de junio, las llaves de San Pedro que lleva el santo en su cintura, pues es una de las formas de asegurar que no se lo/la lleve “la pelona”
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así somos
A r i a n n e
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V e l i s
Esta ruta de la afrovenezolanidad es una invitación a compartir con los pueblos afro desde su diversidad. Los medios de difusión masiva, la educación formal y hasta algunos grupos de proyección de nuestro país nos han acostumbrado a ver a estos pueblos como un todo homogeneizado, a considerarlos siempre desde lo exótico, a través de estereotipos se nos ha creado la imagen de que “todos los negros/as bailan tambor”, que la fiesta en honor a San Juan Bautista es sólo “baile de tambor”, y con ello nos invisibilizan la diversidad de la cultura afro. Pareciera que todos los tambores, los ritmos, los ritos y los bailes fueran iguales, pues crecimos escuchando “Barlovento, Barlovento, tierra ardiente del tambor...”. Para estos pueblos las fiestas en honor a San Juan Bautista son mucho más que celebraciones, forman parte de una cosmogonía, de una manera de ver el mundo, de organizarse y expresar un sentimiento que vive y muere cada día del año, pues no son culturas que resucitan sólo el 23, 24 y 25 de junio, ya que durante el resto del año también emprenden otras fiestas. En este sentido hablaremos de pueblos que son poco conocidos, sobre todo en el centro del país, por sus fiestas a San Juan Bautista, como
Investigadora Museo Nacional de las Culturas
es el caso de Yaguaraparo en el estado Sucre. De igual modo realizaremos otra mirada a los pueblos reconocidos por sus fiestas a San Juan Bautista como, por ejemplo, Curiepe, en el estado Miranda, con la fiestas de San Isidro y San Pascual Bailón; Naiguatá, en el estado Vargas, con sus celebraciones a San Antonio y San Pedro; y El Callao en el estado Bolívar con su Fiesta de la Virgen del Carmen. Entre las similitudes culturales de estas comunidades afro podemos mencionar, además del culto por devoción o tradición a San Juan Bautista, las fiestas en honor a Corpus Christi, los velorios de la Cruz de Mayo, la adoración al Niño Jesús y los cantos de aguinaldos y parrandas navideñas. Su vinculación con los modos de producción de las plantaciones en la época colonial, de caña de azúcar, plátano y cacao, las cuales algunas aún se conservan, y la pesca artesanal. Es necesario destacar también las formas de organización a través de cofradías como en el caso de los Diablos Danzantes o las hermandades o sociedades vinculadas a algún santo. Mayo
San Isidro Labrador Curiepe, estado Miranda. El 15 de
mayo es el Día de San Isidro, el protector de los agricultores. Los campesinos del municipio Brión rinden homenaje al santo como pago de promesa por la buena cosecha o la solicitud de lluvia, sol o la adquisición de sus herramientas de trabajo. Las ofrendas se realizan con los frutos y flores cosechadas por ellos/as. En horas de la tarde se realiza una misa en la Iglesia Nuestra Señora de Altagracia, ubicada en el casco central, al concluir ésta se realiza la procesión por las calles del pueblo, precedida de la Orquesta de Perucho Rada y sus Muchachos, quien la acompaña musicalmente. En las últimas ediciones han participado los integrantes el grupo Sanpedreños de Guatire, del Centro de Educación Artística Andrés Eloy Blanco (CEA), quienes van delante de la imagen del santo, luego del recorrido bailan frente a la plaza Bolívar, para cerrar el festejo realizan un brindis y se prende el baile de joropo mirandino. Todo el festejo es organizado por la Sociedad de San Isidro. San Pascual Bailón El 17 de mayo es el Día de San Pascual Bailón, en Curiepe se le paga promesa al santo. Durante la tarde
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así somos
se prepara el altar con sábanas, flores del río y velas. Entrada la noche se inicia el rosario y luego los cantos de fulías que se alternan durante toda la noche con décimas a San Pascual. Entre cantos y décimas alguno/a de los/as presentes inicia el canto con “Ay tola, ay tola, todos los santos me gustan a mí, ay San Pascual”, el coro responde: “eleolo, eleolo”, luego interviene el solista: “Ay San Andrés” y de nuevo el coro: “eleolo, eleolo…”. Al escuchar la llamada del solista un/a bailador/a toma la imagen del santo y pasa al centro de la rueda que ya se ha formado bailando al ritmo de la música, los otros/as participantes acompañan al ritmo de las palmas y haciendo coro. En esta fiesta también se canta, toca y baila culo ’e puya y en algunas ocasiones se interpreta el mina. Imagen de San Antonio.
Junio
San Antonio El 13 de junio, en Naiguatá se realiza la fiesta en honor a San Antonio de Padua, ésta comienza con la misa a las 12 del mediodía en la Iglesia de Nuestra Señora de Coromoto, en Pueblo Arriba. Luego se inicia la procesión recorriendo las calles del barrio San Antonio y se hacen varias paradas en los diferentes nichos ubicados en el barrio. En cada parada se tocan los tambores para festejar al santo. Al finalizar el trayecto se cierra con el repique de los tambores y el baile en troyas hasta entrada la noche. San Juan Bautista Como hemos señalado en otras oportunidades el estado Sucre es conocido por su joropo oriental, los velorios de la Cruz de Mayo y las
Foto: F R E D D Y R O M Á N
fiestas a la Virgen del Valle. Sin embargo, en Yaguaraparo, municipio Cajigal, se celebra al ritmo de tambores la fiesta en honor a San Juan Bautista. Ésta se caracterizaba por el uso de un instrumento de percusión que tiene forma de pipa de tamaño pequeño (parecido a los de Naiguatá) y la entonación de algunos cantos en patuá. Actualmente la celebración se realiza con ritmos populares y juegos de pelota, pero el tradicional tambor característico de la población ha decaído, según nos relatan Omaira Gutiérrez y Lucrecia Carreño, conocida cariñosamente como “la Morocha”. Este dato va dirigido principalmente para los amigos/as investigadores/as y promotores/as, sobre todo lo/as del estado Sucre, para que
conjuntamente con la comunidad de Yaguaraparo se pueda recoger la mayor información posible sobre esta festividad y así contribuir con su reactivación. Pues nos comentan las amigas con que conversamos que sólo queda una familia en la comunidad que tiene información acerca de esta festividad en honor a San Juan Bautista. San Pedro Creo que no hay un/a investigador/a, músico/a, bailador/a que no haya ido a ver el 29 de junio la fiesta de San Pedro en Guatire o Guarenas en el estado Miranda. A través de esta ruta los/las invitamos a visitar otras celebraciones como la de Borburata y El Manglar, en el estado Carabobo, y la de Naiguatá
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en el estado Vargas. Eso sí, si quiere “matricular para el próximo año”, como se dice en algunas regiones de Venezuela cuando se quiere seguir con vida, no se olvide de tocar ese día las llaves de San Pedro que lleva el santo en su cintura, pues es una de las formas de asegurar que no se lo/la lleve “la pelona”. En Carabobo la celebración se inicia desde el 27 de junio, cuando en El Manglar sacan al santo de la casa donde se encuentra hacia la iglesia. El día 28, después del rosario de las 5:00 de la mañana, se inicia el recorrido en el cual se encuentran San Pedro y San Juan al ritmo de los tambores. El cierre de esta fiesta es el sábado posterior al 29, durante el cual se le cantan fulías y se tocan los tambores de Borburata. En Naiguatá, el Día de San Pedro se oficia una misa en la Iglesia Nuestra Señora de Coromoto en horas del mediodía, luego la imagen del santo es sacada por las calles de Pueblo Arriba y entra a las casas de los Pedros y las Petras, al ritmo del tambor y de los cantos de saludos a Pedro. El solo dice: “Buen día Pedro”. El coro: “Buen
día”. Solo: “Alabado sea Pedro”. Coro: “Por siempre”, y con estos cantos hace su recorrido y culmina en la calle al ritmo de los tambores pipas y el baile en honor a San Pedro. Julio
Virgen del Carmen El Callao es famoso por su carnaval y poco conocido por su celebración de la Fiesta de la Virgen del Carmen el 16 de julio. Manuel Reina Leal, “Manolo”, nos comenta que desde el día anterior a la celebración se congregan en El Callao devotos de la virgen que van de todos los rincones del país y amanecen con parrandas callejeras. El 16, después de la misa que se realiza en horas de la tarde, sacan la imagen de la virgen en procesión y durante la noche los parranderos y la música de las comparsas de calipso recorren las calles del pueblo (sin disfraces). Así que si usted no puede ir para los carnavales, acérquese el 16 de julio, que disfrutará de esta tradición de los callaoenses.
Celebración en honor a San Antonio. Naiguatá, estado Vargas. Foto: F R E D D Y
Virgen del Carmen. Foto: R U B É N
ALFARO
Fuentes de Información INSTITUTO DEL PATRIMONIO CULTURAL. Catálogo de Patrimonio Cultural 2007. “Estado Sucre. Municipio Valdez”. MORALES, MARGARITA, CASIMIRA MONASTERIOS y ARIANNE VELIS. Fiesta del Carnaval. Caracas,
Museo Nacional de las Culturas. 2010. Páginas web http://www.venezuelatuya.com/oriente/ carupano.htm http://www.encarnaval.com/Venezuela/ carupano.asp http://www.mipunto.com/venezuelavirtual/ temas/1er_trimestre02/carnaval
ROMAN
¿USTED SE RECONOCE AFRODESCENDIENTE? El racismo, la discriminación racial y sus formas conexas de intolerancia son claras amenazas para la garantía de los derechos humanos y el reconocimiento de la diversidad cultural de los pueblos. Por ello, con la aprobación en primera discusión de la Ley Contra la Discriminación Racial en la Asamblea Nacional, el 10 de mayo de 2011, el país da un paso trascendental en la historia de las luchas sociales reivindicativas de los derechos humanos y la libertad de expresión de los afrodescendientes. Además, el XIV Censo Nacional de Población y Vivienda a realizarse en 2012, buscará contabilizar y visibilizar a la población afrodescendiente venezolana como ciudadanos de derecho a partir de la pregunta: ¿Usted se reconoce como moreno/a, negro/a, afrodescendiente? Esta iniciativa la lleva adelante el Subcomité de Estadísticas de la Población Afrodescendiente coordinado por el Instituto Nacional de Estadísticas.