SEP-OCT 2011
NÚMERO
09 AÑO
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MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA CULTURA CENTRO NACIONAL DE HISTORIA MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURAS
A favor de la diversidad y en contra de las desigualdades
Socializar nuestra diversidad lingüística Se habla caraqueño Nichos lingüísticos El wayuunaiki El habla maracucho
Pueblos de lenguas vivas
Revista así somos, año 4, Nº 09 S E PT I E M B R E - O C T U B R E 2 0 1 1 D i re c to r
A r t i c u l i st a s
Luis Adrián Galindo C. luisgalindo@yahoo.com
Mailyng Bermúdez Aldemaro Barrios Haidy Collin Solangel Díaz Miguel Fuenmayor Omar González Ñáñez Miguelángel Machado Estaban Emilio Mosonyi Akaida Orozco Víctor Rago Cristel Romero Digna Tovar Berta Vega Ronny Velásquez Arianne Velis Ernesto Yevara
Co n s e j o Ed i to ri a l
Luis Galindo Casimira Monasterios Nelly Ramos Aldemaro Barrios Co o rd i n a c i ó n e d i to ri a l
Akaida Libertad Orozco aklibertad@gmail.com A s i st e nt e e d i to ri a l
Harold Palacios hdps86@hotmail.com D i s e ñ o g rá f i c o
Argenis Valdez Alejandro César Solórzano Infógrafo Jorge Luis Galofre galofenix@gmail.com Co r re c c i ó n
César Russian Fo to g ra f ía s
Susana Arwas/Edgar Moreno Rodrigo Benavides Filippo Bilotti Raúl Colmenares María Teresa García Miguel García Moya Omar González Ñáñez Emilio Guzmán Oscar Olivero Eduardo Ravara Rafael Salcedo Archivo MNC
I SSN 1856-8483 D e p ó s ito Le g a l PP200702CS2757 Ed i c i ó n 60.000 ejemplares
así somos es una publicación del Gobierno Bolivariano de Venezuela, Ministerio del Poder Popular para la Cultura Av. Panteón, Foro Libertador, edificio Archivo General de la Nación, 2do. piso, Caracas, Venezuela. Teléfono: (58-212) 509.55.38 museodediversidadcultural@yahoo.es Impreso por la Fundación Imprenta de la Cultura República Bolivariana de Venezuela V I C E M I N I ST E R I O PA R A E L FO M E N TO D E L A E CO N O M Í A C U LT U R A L Co o rd i n a c i ó n d e l S i st e m a M a s iv o d e R e v i st a s d e la C u l t u ra
Jonathan Montilla S u p e r v i s i ó n G e n e ra l d e D i s e ñ o G rá f i c o
Dileny Jiménez El Sistema Masivo de Revistas del Ministerio del Poder Popular para la Cultura está integrado por ocho revistas: A Plena Voz, Arte de Leer, Así Somos, Memorias de Venezuela, Poder Vivir, La Revuelta, La Roca de Crear y Se Mueve.
Wotuja. Foto: E M I L I O G U Z M A N
así somos Nº 9 Pueblo de lenguas vivas
E d i t o r i a l Pueblo de lenguas vivas
El escritor Miguel Ángel Jusayú nos abrió a muchos el mágico mundo de la mitología wayúu. Con su hermosa narrativa hicimos largos viajes a esa tierra guajira, audaz en la convivencia entre los dos mundos; el que persiste bajo el cuidado de Juyaa y Pulowi, sus héroes míticos y el mundo del alijuna, el criollo. Con Jusayú, Ramón Paz Iguana, Nemesio Montiel, Atala Uriana, Esteban Emilio Mosonyi, Dorila Echeto y tantos otros y otras ha-
más allá de una forma eficiente de comunicación verbal. Detrás de una lengua, está la manera particular de concebir las relaciones sociales, la delimitación del territorio, la denominación de los alimentos, los sabores y los olores de la vida cotidiana, el sentimiento de la madre, el llamado del vecino, la poesía que acompaña a la música y el saber del abuelo. conversar y reflexionar sobre la importancia de la diversidad lingüística de nuestro país, lo cual incluye no solo la ya rica complejidad de idiomas indígenas, sino también la variación dialectal del español en cada parte del país, de acuerdo con nuestra conformación sociocultural e histórica. Modos particulares de hablar el español muchas veces estigmatizados desde el dogma y la falsa creencia del purismo de una lengua, como muy bien nos advierten varios de nuestros articulistas. A este dinámico país plurilingüe se ha sumado la presencia de comunidades de inmigrantes venidos de este y otros continentes, practicando aquí sus lenguas e incorporándose así a la interculturalidad del país. En esta novena edición de la revista Así Somos, encontraremos un nutrido grupo de investigadores especialistas en el estudio, enseñanza y divulgación de la variedad lingüística de Venezuela. En algunos casos alertándonos sobre la situación precaria de algunas lenguas indígenas, pero también dándonos la buena noticia sobre la vigorosidad de otras, defendidas por sus hablantes a través de la práctica diaria, la enseñanza y la transmisión generacional en distintos lugares, desde la comunidad local hasta la Asamblea Nacional. Ante cualquier forma de discriminación social, ante cualquier intento de genocidio, hay un pueblo que responde a viva voz, pues así somos y así hablamos. Luis Adrián Galindo C. DEL
MUSEO NACIONAL
DE LAS
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El mes de octubre, ahora justamente llamado mes de la Resistencia Indígena, es una oportunidad propicia para
DIRECTOR
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de todo un pueblo. Por ello, debemos entender la lucha de los pueblos originarios de esta tierra por sus lenguas,
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blantes y estudiosos del wayuunaiki, aprendimos que detrás de cada palabra existe una realidad que signa la vida
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Nichos etnolingüísticos O m a r G o n zá l ez Ñ á ñ ez
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Se habla caraqueño M i g u e l á n g e l M a c h a d o
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El wayuunaiki de la oralidad a la escritura M i g u e l Fu e n m ayo r
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Socializar nuestra diversidad lingüística E ste ba n E m i l i o M o s o n y i
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El alemán coloniero H a i d y Co l l i n
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Composición fonética del habla campesina en Venezuela Aldemaro Barrio s
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Glosario de venezolanismos Eq u i p o A sí S o m o s
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Hablamos venezolano S o l á n g e l D íaz
Ideas Para Dialogar Ví c to r R a g o A .
Así Vamos E rn e sto Ye va ra
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Cómo sobreviven las lenguas indígenas R o n n y Ve l á s q u ez
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En la creación del Museo Comunitario Murükuní las tensiones entre la visión civilizadora y la mirada propia sobre la historia y la cultura de la comunidad constituyen una dificultad y una oportunidad para construir un discurso sobre la cultura mapoyo contemporánea y el sentido de pertenencia hacia su territorio ancestral.
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Por ser el castellano la lengua oficial más hablada en Venezuela resulta de interés dirigir la mirada hacia su proceso de conformación en estas tierras. Aspectos de naturaleza histórica, geográfica y sociocultural participaron y siguen interviniendo –dado el carácter diverso de toda lengua– en su configuración, de manera que nuestro idioma adopta formas variadas entre los millones de hablantes de las distintas regiones del país.
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Es común oír expresiones acerca de lo “mal” o “vulgar” que hablan los campesinos, desdeñando así la razón del idioma: ese mágico momento de comunicar una idea. El fin último de una lengua es precisamente comunicar, aunque su composición silábica se transforme o se presenten variantes fonéticas.
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¿Qué sucede realmente cuando se pierde o se deja de hablar un idioma? Pues se desvanece o al menos se debilita una cultura entera; se desarticula la coherencia societaria, se lesiona la identidad colectiva e individual, se diluyen conocimientos y experiencias seculares, se olvidan oralidades, mitos, canciones. El lingüicidio es la base de la mayoría de los etnocidios, es decir, muertes de culturas enteras.
28 En la sección Otras Voces entrevistamos a la antropolingüísta Francia Medina, quien nos ofrece una definición sobre el término 'diversidad lingüística', reflexiona sobre cómo se manifiesta esta heterogeneidad en un país que se define consitucionalemente como pluricultural y diverso, bordea el tema de la educación intercultural y analiza el estatus igualitario que poseen todas las lenguas.
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La lengua es para usarla. Si bien gran parte de nuestro patrimonio cultural reside en su seno, siempre será un músculo sumamente flexible dentro de nuestras dinámicas sociales. No confundamos el respeto a nuestra tradición con la incorporación a nuestro vocabulario de nuevas formas expresivas: debemos preservar la tradición sin cerrar las puertas de nuestra propia creatividad como pueblo.
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“Este sol es de agua…” dice la señora que está delante de mí en la cola para pagar el teléfono. Ella y yo sabemos que lo que dice es distinto de lo que quiere decir. Compartimos la experiencia de vivir y hablar en Maracaibo. 'Hablar al revés', es constante en el habla maracucha, y requiere una atención constante entre los interlocutores y con respecto a la situación, porque si no «perdéis».
51 Este artículo está dirigido fundamentalmente a los y las habitantes de Venezuela. Si usted no ha sido criado/a en este país y se pone de brejetero/a o safrico/a a leerlo, no se sicosee si no lo entiende pues está escrito en forma de mamadera de gallo.
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Miguel Ángel Jusayú fue un gramático, filólogo, recopilador, escritor e investigador de origenwayúu.NacióenWüinpumüin(AltaGuajira)en1933,dentrodelclanJa'yaliú.Alosnueve años de edad perdió la vista a consecuencia de una enfermedad. A los doce años se muda a Maracaibo; época dura en la que pasó necesidades. No obstante, su sueño inicial era “ser chofer de gandolas, tener una mujer bonita a mi lado y muchos hijos”. Al pasar de los años sus aspiraciones fueron cambiando y aprendió a leer y escribir con el método braile. En 1950, ingresó al Instituto Venezolano de Ciegos, en Caracas, e inicia estudios de educación primaria, culminando exitosamente en 1956. Dos años después, se convirtió en el primermaestrodelaenseñanzadelcódigodelectoescritura braille, en Maracaibo. Se desempeñó como profesor de la cátedra Lenguas Indígenas de la Escuela de Letras de la Universidad del Zulia(LUZ)yfuenombradodoctorHonorisCausa deesacasadeestudiosporsusaportesalidioma wayuunaiki, su lengua materna. Algunas de las obras que lo señalan como uno de los intelectuales más importantes de Latinoamérica son: Relatosguajiros IyII, Ni era vaca ni era caballo (traducido al inglés, danés, noruego y sueco), Gramáticadelalenguaguajira, Diccionario de la lengua guajira, Método para enseñar a escribir y leer el wayuunaiki y su autobiografía. Kane" wa, El árbol que daba sed (2005), fue una de sus últimas publicaciones (Col. Warairarepano. Ed. MonteÁvila). En 2006 gana el Premio Nacional de Literatura. En 2007, la cineasta zuliana Patricia Ortega realiza el documental El niño Shuá inspirada en la vida del autor. Cierta vez Jusayú habría afirmado: “Nunca me imaginé que aprendería a leer y escribir y que algún día aprendería a hablar el castellano como si fuera un alijuna. Ha sido como una bondad, será de la suerte”. Este digno representante de la cultura indígena, fallece en junio de 2009. La obra narrativa de Miguel Ángel Jusayú y sus estudios gramaticales del idioma constituyen un legado invalorable en la comprensión de la cultura del pueblo wayúu.
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La Ruta de la Tradición A ria n n e Ve l is
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Qué Leemos E rn e sto Ye va ra / C riste l R o m e ro
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Sabores y Saberes M a i l y n g B e rm ú d ez
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Otras voces A ka i da L i b e r ta d O rozc o
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El habla maracucho B e r ta Ve ga
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Todos los venezolanos falamos portugués D i g n a To va r
H o m e n a j e
A sí Va m o s
El museo del pueblo indígena Mapoyo En la creación del Museo Comunitario Murükuní las tensiones entre la visión civilizadora y la mirada propia sobre la historia y la cultura de la comunidad constituyen una dificultad y una oportunidad para construir un discurso sobre la cultura mapoyo contemporánea y el sentido de pertenencia hacia su territorio ancestral
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Y e v a r a
En un país multietnico y pluricultural es necesario incentivar una diversidad de discursos, lenguajes y museografías en las puestas en escena de los museos comunitarios (Galindo, “Museos comunitarios, organización popular y relaciones de poder”). Los objetivos: establecer un diálogo entre iguales dentro de nuestra heterogeneidad a partir del encuentro de las diversas voces para definir acciones, a partir de los conocimientos y vivencias propias, en la resolución de los problemas más sentidos de cada comunidad. Sin embargo, el proceso para liberar el lenguaje y las miradas de la cultura eurocentrista y civilizadora requiere de un trabajo constante y sostenido para poder identificar y desmontar la influencia de concepciones foráneas sobre la interpretación y valoración del patrimonio cultural y la acción comunitaria. En la creación del Museo Comunitario Murükuní del pueblo indígena mapoyo, las tensiones entre la visión civilizadora y la mirada propia sobre la historia y la cultura de la comunidad constituyen una dificultad y una oportunidad para
I n ve st i ga d o r M use o N a c i o n a l d e l a s C u l tu ra s
construir un discurso sobre la cultura Mapoyo contemporánea y la pertenencia de su territorio ancestral. En estas líneas presentaremos de manera sintética el proceso de conceptualización, diseño museológico e inicio de producción museográfica de la exposición inaugural del Museo Comunitario Murükuní, titulada El derecho del pueblo Mapoyo a su territorio, la cual es acompañada por el Museo Nacional de las Culturas. La comunidad y su entorno
El pueblo mapoyo vive en la faja de sabana comprendida entre los ríos Caripo y Villacoa, afluentes del Orinoco Medio en su margen derecha, en la parroquia Los Pijiguaos del municipio Cedeño, al occidente del estado Bolívar. Está limitado hacia el noreste por el río Suapure, al suroeste por el Parguaza y hacia el oeste por el Orinoco. La población actual, de alrededor de 400 personas, vive entre el asentamiento principal llamado El Palomo, con más de 40 años, ubicado al lado de la carretera nacional Caicara-Puerto Ayacucho y en pequeños caseríos bastante distanciados
interconectados por picas que atraviesan la sabana y sus bosques circundantes. La construcción de la carretera nacional y la empresa estatal Bauxilum (Corporación Venezolana de Guayana, CVG), ubicada a 10 km de El Palomo, la cual extrae y calcina industrialmente bauxita, han atraído a otros grupos indígenas (Piaroa, Hiwi, Pumé y Curripaco) y familias criollas quienes han constituido nuevos poblados. Algunos de ellos tienen una relación de respeto y cordialidad con los mapoyo, mientras otros, especialmente los criollos, desconocen cualquier autoridad o derecho produciendo la profanación de cementerios y sitios sagrados, así como la destrucción de áreas tradicionalmente utilizadas para la agricultura, recolección, cacería y pesca. Para el Estado nacional el pueblo mapoyo no existió legalmente hasta el Censo de 2001, donde son reconocidos como pueblo indígena. Esta situación, junto con las violaciones a su territorio y formas de vida, motivó la acción comunitaria con la participación de numerosos voceros en diversos
La primera exposición
Para la exposición inaugural, el pueblo mapoyo ha deseado presentar una muestra de la cultura e historia Mapoyo, siguiendo el tema central por el cual se ha venido definiendo este museo, El fortalecimiento y el reconocimiento de la cultura mapoyo y su derecho al territorio. Planteado desde la perspectiva del desarrollo endógeno, el guión museológico presenta la posibilidad de armonizar las diferentes áreas de la vida del pueblo mapoyo como un todo cultural, para responder a su necesidad más sentida: demostrar la pertenencia de sus tierras ancestrales, que tenemos formas de propiedad de nuestra tierra y que producimos y hacemos usos de nuestra tierra. Dentro de esta exposición los saberes indígenas dialogaran con el conocimiento científico presente en una serie de investigaciones históricas y arqueológicas desarrolladas con la comunidad, como la colección de piezas arqueológicas encontradas en el territorio mapoyo, fruto del trabajo de los arqueólogos Kay Tarble y Franz Scaramelli, quienes vienen acompañando a la comunidad desde hace más de 20 años.
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En marzo de 2010, el Museo Nacional de las Culturas fue invitado por el pueblo mapoyo para acompañar el proyecto de producción de la primera exposición del Museo Comunitario Murükuní . En ese momento comenzó una etapa caracterizada por la problematización y revisión del proyecto original, dirigido a conseguir un discurso a partir de sus vivencias. Las reflexiones desde entonces han generado cambios en la construcción del interior de la sede del museo, la reagrupación de los campos de conocimiento (temáticos) según la cosmovisión del pueblo mapoyo (desestructurada por los discursos técnicos y científicos de la cultura occidental), la incorporación consciente de los datos de investigaciones históricas y arqueológicas como parte de la historia colectiva del pueblo, la continuidad en la recopilación sistematizada de las historias antiguas y contemporáneas, la reafirmación de una estética propia con la recuperación de técnicas y materiales tradicionales, la puesta en valor de las historias orales locales (mal denominadas mitos), al darle el mismo lugar que las historias escritas y oficialmente reconocidas, además de la aceptación de los cambios culturales recientes como elementos contemporáneos y de la diversidad del pueblo mapoyo. En el proceso de producción de la museología y museografía, el MPPPC a través del MNC ha invertido una modesta ayuda económica, dirigida a la realización de algunos talleres, trabajo de campo de estudiantes y la realización museográfica, como el taller de historias locales, el apoyo a los estudiantes de antropología de la UCV en trabajo social, quienes colaboran en las actividades, así como la compra de materiales e impresión de textos y láminas. Es importante destacar que los fondos para la construcción de la casa del Museo Comunitario Murükuní fueron solicitados y gestionados por la comunidad organizada y el Consejo Comunal de El Palomo.
En el diseño y producción de la museografía, la comunidad generó un modelo de dispositivo museográfico utilizado para cada uno de los sub-temas y están realizando desde dioramas en escala 1:1, mapas mentales del territorio ancestral pintados a todo lo largo del espacio expositivo, hasta representaciones gráficas de las relaciones entre los calendarios lunares y solares con la económica de la comunidad. Para la inauguración de este museo, programada para el 12 de diciembre de 2011, la exposición de apertura contará con un programa educativo dirigido a los diferentes colectivos que hacen vida en la comunidad, en especial para las niñas y los niños de la escuela de El Palomo, y para los visitantes en general.
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El Museo Comunitario Murükuní
espacios políticos, económicos y culturales regionales y nacionales, como las misiones sociales y proyectos educativos, productivos y sociales, en torneos de fútbol interfronteras (binacionales Venezuela-Brasil), así como en la organización de un encuentro nacional e internacional indígena en el marco de sus ferias de la Virgen de Guadalupe y en la construcción del Museo Comunitario.
MNC
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Sede del Museo Comunitario Murukuní, estado Bolívar, 2011. Foto: A R C H I VO
Para seguir leyendo... GALINDO, L., C. MONASTERIOS y A. VELIS.
Museos de Mano Vuelta. Orientación para la creación de museos y expografías comunitarios. Caracas, Ministerio del Poder Popular para la Cultura, Museo Nacional de las Culturas, 2008. GALINDO, L. “Museos comunitarios, organización popular y relaciones de poder”, en Así Somos, nº 4, ene-jun. 2010, El cuerpo como territorio. Caracas, Ministerio del Poder Popular para la Cultura, Museo Nacional de las Culturas. MOSONYI, ESTEBAN y JORGE POCATERRA. Experiencias recientes de revitalización lingüística en la Venezuela indígena. Ponencia en el Fórum Universal de las Culturas Cataluña, España, del 20 al 23 de mayo 2004.
I d ea s Pa ra D ia l o ga r
Breve noticia sobre la diversidad Una legislación apropiada es indispensable pero no basta por sí sola, es necesario que todos los venezolanos experimentemos la convicción de que la diversidad lingüística representa una invalorable riqueza y que todo cuanto se haga para preservarla y fortalecerla nos hará más ricos como pueblo
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Durante mucho tiempo los venezolanos creyeron vivir en un país monolingüe. Casi sin excepción, los discursos y aparatos socioculturales, y muy señaladamente el sistema educativo reforzaban esa falacia. El término dialecto, aplicado a los idiomas aborígenes pretendía hacer de estas infralenguas no equiparables al español, único y verdadero idioma nacional. La situación ha cambiado gracias al prolongado esfuerzo de los pueblos indígenas tanto como de los hispanohablantes conscientes de la impostura que ello entrañaba. El marco jurídico actual otorga idéntico valor y legitimidad a las lenguas amerindias y al mayoritario español, con lo que da expresión legal a lo que la antropología lingüística proclamaba desde mucho antes con fundamento científico: que no hay escalas de calidad aplicables a las lenguas. Y que la existencia de varias lenguas en un espacio nacional es una fuente de riqueza cultural y una oportunidad de resolver constructivamente la imprescindible tensión entre lo común y lo diverso. Cultura y realidad
La cultura es un complejo conjunto de saberes acerca de la realidad,
Pro fe s o r E s c u e l a d e A n t ro p o l o g ía U C V
entendida en el sentido más amplio: lo material y lo inmaterial, lo corpóreo y lo imaginario… La experiencia de lo real es invariablemente de orden cultural y el mundo en el que viven los grupos humanos se encuentra organizado con arreglo a los principios generales que informan sus culturas. Estas, pues, equivalen a sistemas de provisión de sentido, esto es, dispositivos de interpretación de la realidad que aseguran la exitosa inserción del grupo en el medio biofísico que este ha convertido en su hábitat. En suma, una cultura —cada cultura— es una forma singular e irrepetible de tomar posesión del mundo mediante una toma de posición frente a él. Ello explica, por lo demás, la constatación de que grupos humanos que comparten una misma realidad física construyan culturas diferentes, es decir, elaboren sistemas distintos de concebir y percibir lo real y dotarlo de sentido. Lengua y cultura
En ese proceso de hacer del continuum de lo real un universo inteligible, la lengua desempeña un papel esencial. Sin ella resultaría imposible reducir la infinitud de nuestras percepciones y experien-
cias a un conjunto relativamente cerrado (aunque flexible y constantemente renovable) de categorías conceptuales articuladas en grandes estructuras clasificatorias. La lengua nos permite distinguir las clases de fenómenos mediante su nominación y facilita su puesta en relación en el marco de organizaciones taxonómicas que establecen vínculos de jerarquía y de equivalencia constituidos por familias de palabras (campos léxicos) y cadenas de palabras (discursos) que organizan las significaciones. La lengua, pues, exhibe ese carácter dual de ser a la vez un hecho de la cultura y la condición de esta. De allí, que deba reconocérsela como el hecho cultural por excelencia. Pluriculturalidad y multilingüismo
Cultura y lengua, pese a estar estrechamente vinculadas no constituyen dimensiones mecánicamente congruentes. Una misma lengua puede ser el medio de expresión de culturas distintas y una configuración cultural más o menos uniforme puede expresarse en lenguas diferentes. En un espacio nacional como el venezolano todo ello da lugar a un paisaje lingüístico-cultural rico y variado.
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árabe y asiática, entre otros orígenes, aparte de sus propios idiomas maternos. Lo diverso y lo común
Evitar la muerte lingüística, revitalizar las lenguas amenazadas y fomentar activamente la diversidad idiomática celebrando incluso la rica floración de diferencialidad intralingüística dialectal y sociolectal traduce el reconocimiento de la condición inherentemente plural de la humanidad. Es también una importante contribución a la edificación de comunidades solidarias y aptas para la armonización de sus diferencias. Y representa finalmente la puesta en valor, por iluminador efecto de contraste, de todo aquello que tienen en común los seres humanos y que los unifica como especie.
Para seguir leyendo… DÍAZ-POLANCO, HÉCTOR. Elogio de la
diversidad. Globalización, multicultura-lismo y etnofagia. México, Siglo XXI, 2006. HAGÈGE, CLAUDE. No a la muerte de las lenguas. Barcelona, Paidós, 2002. LOZANO, IRENE. Lenguas en guerra. Madrid, Espasa Calpe, 2005. MOSONYI, ESTEBAN E. & JORGE MOSONYI.
Manual de lenguas indígenas de Venezuela. Vols. I-II. Caracas, Fundación Bigott, 2000. PALMER, GARY. Lingüística cultural. Madrid,
Alianza Editorial, 2000.
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Existe una veintena larga de lenguas aborígenes que testimonia un heterogéneo cuadro de filiaciones y parentescos. Estos idiomas corresponden a otras tantas culturas con sus propias especificidades y particularismos que les confieren sus respectivas originalidades, sin que ello signifique que no quepa reconocerles semejanzas ya de orden genético, ya producto del contacto y el intercambio prolongado. Está también el español, lengua mayoritaria, que lejos de presentar una fisonomía homogénea ofrece un panorama dialectal de notable diversificación regional; a lo que habría que añadir las variedades peninsulares y canarias y las formas particulares del español hablado por los grupos de inmigrantes de procedencia portuguesa, italiana,
pasado lejano como en el reciente. Una legislación apropiada, como la que en buena parte existe hoy, es indispensable, pero no basta por sí sola. Es necesario que todos los venezolanos experimentemos la convicción de que la diversidad lingüística representa una invalorable riqueza y que todo cuanto se haga para preservarla y fortalecerla nos hará crecientemente ricos como pueblo. Por el contrario, la muerte de una lengua es una pérdida patrimonial enorme: con ella desaparece no solamente un original instrumento simbólico creado por una colectividad humana, sino también la visión del mundo que articulada lingüísticamente daba sentido a su existencia. Es frecuente que cuando una lengua ve su existencia amenazada ello ocurra en un contexto cultural erosionado y que vayan de la mano los procesos de decadencia cultural y lingüística. La extinción de una lengua acarrea casi inevitablemente la de la cultura en ella contenida y el grupo humano así desposeído sufre una radical dislocación de su vida, la principal de cuyas manifestaciones es la rápida caducidad de la urdimbre semántica que provee orden al cosmos e inteligibilidad a la existencia misma.
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Tal estado de diversidad lingüístico-cultural ilustra con elocuencia la creatividad y el ingenio humanos y representa una valiosa oportunidad para el ejercicio de una convivencialidad intercultural enriquecedora. Para que así sea efectivamente hay que crear las condiciones —a través de políticas explícitas— que aseguren la viabilidad de las lenguas minoritarias y evitar que la fuerza expansiva de la que cuenta con el mayor número de hablantes las debilite y las conduzca a la extinción, como desdichadamente ya ha ocurrido tanto en el
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Los idiomas o lenguas son sistemas de comunicación conformados, en principio, por sonidos articulados oralmente, a través de los cuales los seres humanos se expresan manifestando lo que piensan o sienten; estos sistemas lingüísticos casi siempre pueden ser expresados mediante códigos escritos aunque también existen lenguas ágrafas, es decir, que no poseen escritura, pero tienen la misma validez e importancia. Nuestra novena edición la quisimos dedicar a la diversidad lingüística existente en Venezuela, rica y heterogénea por demás. Las investigaciones reunidas en los once artículos de la Venezuela Plural presentados a continuación, dan fe de que en nuestro país conviven, junto al español o castellano, más de treinta idiomas indígenas oficiales y varias lenguas minoritarias que aún hoy día luchan por pervivir: el patuá, el creolish, el alemán coloniero y el loango, entre otras. Este número, Pueblo de diversas lenguas, alude a la pluralidad y la diversidad que nos caracteriza como nación y como venezolanos. En la medida en que aceptemos nuestras diferencias creceremos como pueblo. ¡A favor de la diversidad y en contra de las desigualdades!
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Ed u c a d o ra / e s p e c ia l ista e n l e c to e s c ri tu ra La convergencia lingüística
El español se extendió en la mayor parte de América a partir del siglo XVI como resultado del proceso de colonización que, como todos sabemos, fue impulsado por intereses económicos y políticos de la España mercantilista gobernada por los reyes católicos. Para ese momento, el idioma, de cuyos vestigios se encuentran antecedentes desde el siglo IX, había consolidado sus características esenciales que lo acercaban a una lengua madura. Los contingentes humanos que llegaron de España a tierras venezolanas tenían culturas y procedencias heterogéneas. Sin embargo, la mayoría provenía de Andalucía, de Extremadura y de las Islas Canarias, estas últimas, entidades geográficas lejanas de la Península Ibérica (Lapesa, Historia de la lengua española). En el proceso de colonización, la Iglesia jugó un papel fundamental. En 1596, por motivos de evangelización, esta institución introdujo la castellanización por considerar que era la lengua más apropiada para poder explicar los misterios de la fe cristiana y una vez expulsados los jesuitas, en 1767, una Real Cédula de Carlos III impuso el uso del español.
El lenguaje evidencia las características sociales, ideológicas y culturales de un pueblo. Puerto Ordaz, estado Bolívar, 2009. Foto: OSC A R O L I V E R O
A SÍ SE E SC U C H A N U E ST RO T U M B AO Los rasgos fonológicos predominantes en el español de nuestro país guardan semejanzas con el andaluz. Estos se resumen en los siguientes aspectos: • Aspiración de las /s/ finales: en lugar de pronunciar Caracas, las maracas, decimos Caracaj, laj maracaj. • Pérdida de la d entre vocales: así, decimos aguao en lugar de aguado, colao en vez de colado, al final de palabra: calidá por calidad, caridá en lugar de caridad, meneá, sentá, corrío por meneada, sentada, corrido…, o en la preposición de: el libro e’ Juan, la moto e’ Pedro; el libro de Juan, la moto de Pedro. • El seseo: la s, la z y la c (delante de e, i) se pronuncian igual, como /s/. Así que esa creencia que sostiene aún que debe pronunciarse la z como se hace en España argumentando que hablamos mal y que de esa manera los niños aprenden la correcta ortografía perdió vigencia hace mucho tiempo. Para los venezolanos es igual la pronunciación de zapato, sapo, cerro, cinta. • Omisión de sílabas: es un hecho común en el lenguaje coloquial, tanto en la ciudad como en los pueblos y zonas rurales, decir pa’ en lugar de para. Lo dejamoj pa’ mañana; ¿vaj pa’que Luis? ¿Vas para la casa de Luis? • El empleo de apócopes o contracciones de las palabras: fresco/refresco, profe/profesora(or), compu/computadora, compa/compadre, coma/comadre, ami/amiga, pa/papá, ma/mamá.
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Desde aquel momento se inició un proceso de transculturación que se evidencia en el lenguaje porque, indiscutiblemente, este es el soporte del ser histórico. Por ser un vehículo cultural, refleja en los hablantes, en sus estructuras y en su funcionamiento, las características sociales, ideológicas y culturales de las personas, grupos sociales y comunidades. De esta manera, las transformaciones lingüísticas se hacen presentes en los elementos fonéticos y fonológicos (relativos a la pronunciación); en los prosódicos (que tienen que ver con el acento, el tono, la entonación, las pausas, los movimientos melódicos); los gramaticales (inherentes a los cambios morfológicos de las palabras así como a la sintaxis u ordenamiento y relaciones entre ellas) y lexicales (términos o vocablos) que confluyen en la interacción cotidiana de la colonia. Las transformaciones lingüísticas generadas en nuestro país resultaron de la convergencia lingüística de las diferentes lenguas indígenas y africanas con el español, las cuales se distribuyeron a lo largo y ancho del territorio colonial. Por ello, podemos encontrar una variedad de modalidades del español en las diferentes regiones de Venezuela cuyas particularidades son el resultado de las desiguales relaciones o interacciones sociales entre esas culturas.
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Por ser el castellano o español la lengua oficial más hablada en Venezuela resulta de interés dirigir la mirada hacia su proceso de conformación en estas tierras. Aspectos de naturaleza histórica, geográfica y sociocultural participaron y siguen interviniendo –dado el carácter dinámico de toda lengua– en su configuración, de manera que nuestro idioma adopta formas variadas entre los millones de hablantes de las distintas regiones del país
HABLAMOS
VENEZOLANO
Foto: FI L I PPO B I LOT T I
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así somos
Variaciones regionales
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En el aspecto lexical en Venezuela se observa el rico aporte indígena y africano compartido con variantes del Caribe. Así, encontramos vocablos que responden a su contexto natural y social, de origen taíno (Santo Domingo): canoa, cacique, bohío, maíz, batata, carey, sabana, guacamayo, tabaco, tiburón, yuca, hamaca; caribe: caimán, caníbal, loro, piragua, butaca; nahua (México): aguacate, cacahuete, cacao, chocolate, hule, petate, nopal, petaca, jícara, tiza, tomate; quechua (Perú): alpaca, cóndor, mate, papa, carpa, por señalar algunos. En el aporte africano tenemos: funche, guarapo, bongó, conga, bemba, macuto, burundanga, chévere. Palabras y expresiones surgen creadas por el imaginario social en las diferentes regiones del país. Muchas de ellas trascienden sus fronteras y se extienden en el territorio nacional. A manera de ilustración tenemos: En los Llanos: es peculiar la eliminación de la d: vamoj a arriá el ganao; voy a cantá un corrío. Son vocablos comunes: apoyo (leche que esconde la vaca para el ternero); alunao (hinchazón de la barriga de las bestias, enfermo, hinchado); baquía (destreza, habilidad); bambarriao (joropazo); bajumbal (parte baja, pantanosa). En los Andes: al contrario de lo que ocurre en el resto del país, la s final de palabra es bien marcada en la pronunciación; tampoco nasalizan la n. Son palabras de esa región: enfuerte: (exceso de fermentación: revuelve el masato pa’ que no se enfuerte); velar (mirar con codicia la comida ajena: deje la veladera); apatusque (fingir no saber el significado de algo: no se apatusque); sopón (entrometido: eres un sopón); bolera (cosa, vaina: ¡qué bolera!); toche (pendejo o carajo: ese es un toche).
En occidente: tenemos el voseo característico del Zulia: pa’ que vos veáis no te voy a dejar mal, te vais a arrepentir, expresiones que combinan el vos con el tú y es el único país hispanohablante que conjuga el verbo completo en la segunda persona del plural. Forma parte de su vocabulario: vergatario (excelente, mejor: esto está vegatario); pochongo (un cariño, una atención, cariñoso: este es pochongo); currucho (expresión de cariño, cariño mío, amor mío: quiero verte currucho). En Barquisimeto, los guaros con su expresión na guará, eso es calidá, vasiés, sié cará (de incredulidad o desacuerdo); ¡ah mundo! (expresión de añoranza); ¡ah, malaya! (de deseo). También omiten la r final de los verbos en infinitivo: ya puede corré/ya puede correr. En Falcón: también hay un voseo característico: ¿vos bailás, tenés ganas? Y la pérdida de la d intervocálica: el plátano maúro está crúo/el plátano maduro está crudo. En el Centro (Caracas, Vargas, Miranda, Aragua): el habla de esta región es la que se proyecta generalmente por los medios de comunicación y tiende a neutralizar los acentos regionales. En Oriente (Margarita): es peculiar en el habla popular la sustitución de s por z y de r por l: hijoer diablo, estoy ejperanzao de conseguí aunque zea una lombriz. Son expresiones propias: ¡mijo! (de asombro o despectiva); ¡muchacho/a! (de asombro); compai (compadre); bocabierta (distraído, atontado: ¡míralo!, está bocabierta); pocicle (helado de cubeta o vasito); achongarse (acobardarse, atemorizarse). Algunos de estos usos también se encuentran en Anzoátegui, Sucre y Monagas. En el Sur: se encuentran palabras como matajei (panal de abeja de gran tamaño); yucuta (bebida hecha con casabe y agua); bumback (tambor principal del ritmo que diferencia el calipso de El Callao de otros calipsos y socas del Caribe. Proviene de la frase en inglés boom in the back que significa el efecto del boom como una explosión en los traseros). M O R FO LO G Í A Y SI N TA X I S D E N U E ST RO V E R B O • El empleo frecuente de los diminutivos ico – ica – ito – ita y el énfasis cuando este se repite así: amorcito/amorcitico, amorcititico, mamita, mamitica, mamacita, papito, papacito... • El tuteo es cotidiano. El usted se conserva en situaciones formales o en el tratamiento a personas mayores, excepto en las regiones andinas donde se usa en las relaciones familiares y de amigos. • El voseo es característico del Zulia y Falcón con diferencia en la conjugación del verbo. Los maracuchos dicen que vos veáis lo que te dije, en tanto que los falconianos, vos veás lo que te dije. • El ustedeo. Los tachirenses ustedean y usan el verbo igualmente en segunda persona: ¿tenés unos fósforos? Algunos aspiran la f: ¿tenés unos jósjoros?
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Lengua cambiante, rica y diversa
13 La transculturización se presenta tanto en el lenguaje como en el medio ambiente. Paraitepuy, estado Bolívar, 2010. Foto: FI L I PPO B I LOT T I
na, la creación, la satisfacción de las múltiples necesidades sociales. Olvidan además que en la medida en que todas las lenguas responden a iguales funciones sociales, en esa misma medida son iguales. Por tanto, merecen el mismo trato y respeto. En tal sentido, se ha incorporado el concepto de adecuación que desplaza el de corrección en lo que respecta a los usos sociales del lenguaje. Así, podemos decir que el lenguaje es adecuado en la medida en que es apropiado a cada contexto social y situación de comunicación. Por ello, hablar de variaciones lingüísticas es también hablar de diversidad.
Para seguir leyendo… JÁIMEZ, R. “La diversidad lingüística a través de refranes hispanoamericanos”, en Letra 69. Caracas, UPEL, 2004, pp. 25-55. LAPESA, R. Historia de la lengua española. Madrid, Gredos, 1981.
Red Escolar Nacional. MPP Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias [página web], disponible en www.rena.edu.ve La chuleta venezolana (diccionario en línea), disponible en www.lachuleta.net (consulta: 18 de agosto de 2011).
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De acuerdo con lo planteado, las variaciones señaladas, que se consideran en el castellano venezolano son el resultado de procesos culturales e históricos. Es difícil concebir que este pudiera conservarse inalterable con el paso del tiempo y que mantuviese las mismas características en las diferentes regiones geográficas del país. Al contrario, a pesar de conservarse en general como una sola lengua, con sus mismas normas y reglas de uso gramaticales y sociales, el español se ha ido ampliando y enriqueciendo. En cada una de las comunidades de hispanoparlantes cambia para responder a la diversidad humana, a sus múltiples realidades, a las diferentes formas de vivir, de satisfacer las necesidades y de construir, significar, representar o simbolizar el mundo. Ocurre así porque todo sistema de comunicación es activo y funcional, es decir, presenta variaciones porque es usado por el ser humano, “así ambos se nutren y se perpetúan en la historia” (Jáimez, La diversidad lingüística a través de refranes hispanoamericanos). Las causas de tales variaciones son las distancias geográficas (llamadas diatópicas), las diferencias sociales o sociolectos (denominadas diastráticas) que permiten hacer distinciones de clases sociales, de niveles educativos, de profesión, de edad, de género, de procedencia étnica; igualmente, se deben a las dinámicas comunicativas que realizamos a diario (variaciones situacionales), las cuales dependen del mayor o menor grado de formalidad que implica observar normas, reglas, costumbres, a partir de los cuales se producen registros solemnes, formales, informales, profesionales, coloquiales, vulgares, jergales, entre otros. En relación con el aspecto social de las variaciones lingüísticas, interesa destacar que las diferencias sociales que se reflejan en el lenguaje han generado y siguen generando profundas actitudes y comportamientos discriminatorios que asumen la existencia de un modelo correcto que se debe seguir. Olvidan que no puede haber modelo porque el lenguaje se genera en cada contexto histórico y social. Ese modelo se corresponde con el que ofrecen los sectores sociales que se consideran de mayor prestigio. Quienes así opinan no toman en cuenta los más recientes aportes de las disciplinas lingüísticas los cuales sostienen que todas las lenguas son un instrumento cultural humano que sirve para diferentes fines en cada comunidad lingüística: para la comunicación, el intercambio, la resolución de problemas de la vida cotidia-
GLOSARIO DE VENEZOLANISMOS “…Todo está en la palabra… Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció.” P
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E q u i p o
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N
A B L O
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S o m o s
Los venezolanismos son palabras propias, comunes en el habla de nuestro país, en algunas regiones o localidades. Estos pueden ser palabras, frases o expresiones que en innumerables casos pertenecen al uso general de la comunidad hispanohablante pero que en nuestro país adoptan una significación particular, o suelen serles desconocidas o extrañas a otros hablantes del español fuera de nuestras fronteras. En incontables casos no aparecen en diccionarios de español como el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), pero están incorporados en los diccionarios de venezolanismos. Los hay, incluso, de larga trayectoria, habituales en nuestra oralidad aunque no han sido incorporados a ningún diccionario. Así, encontramos palabras empleadas corrientemente en castellano que en Venezuela adoptan una significación singular que se normaliza o se convencionaliza en el uso. Tenemos expresiones con un significado típicamente nuestro que no están en el DRAE, como echar varilla, que es muy escuchada entre las personas mayores con el sentido de echar broma o echar vaina; es decir, hacer tremenduras, fastidiar. Tremendura es un sustantivo que no aparece en el citado diccionario. Guarda relación de sentido con el adjetivo tremendo que en una de las acepciones del diccionario en cuestión se dice de un niño travieso. Igualmente, vocablos como topocho, que se refiere a una especie de
plátano pequeño y que por extensión se utiliza para calificar a animales o personas como rechonchos, es decir, gruesos y de corto tamaño, dimensión o estatura. Conocer el origen de los venezolanismos requiere de estudio e investigaciones. Si le interesa profundizar en el asunto se sugiere consultar el Diccionario del habla actual de Venezuela de Rocío Núñez y Francisco Javier Pérez (2002) y el Diccionario de venezolanismos de María Josefina Tejera y otros (1993). La existencia de estas variaciones en el lenguaje crea originalidad y se explica en la dinámica de la lengua, que como todo ser vivo, se ramifica, crece, se amplia y se extiende para dar respuesta a sus necesidades expresivas y de intercambio generando tal riqueza y diversidad. Así son las palabras, cambian su sentido o surgen dependiendo del contexto, repletas de significados relatan nuestra historia y dibujan nuestra realidad. Para su disfrute, se presenta un glosario que usted puede ampliar. En este se evidencia que los signos pueden variar sus referentes según el entorno o nacen para representarlos. A pesar de que algunas de las palabras que a continuación se presentan tienen un significado “universal”, el venezolano, en su cotidianidad, las emplea de forma particularmente distinta, asimismo, se evidencian algunas que solo son reconocidas en Venezuela.
A
B
Abollado. Aporreado, golpeado,
en mal estado. Achantado (a). Se dice de alguien
sin iniciativa ni ganas de trabajar. Alebrestarse. Alborotarse, no hacer caso, amotinarse. Alpargata. Calzado artesanal que se usa en muchas áreas rurales del país.
Arrocero (a). Persona que asiste a
un acto o reunión sin ser invitado. Arrecochinar. Arrimarse cómodamente y con descaro, recostarse. Agarrao (a). Persona poco generosa. Arepera. Lugar donde se hacen y se expenden arepas. Mujer homosexual (zulianismo).
Bagre. Se dice de una mujer fea. Bandera. Persona poco discreta, poco cautelosa. Bala fría. Comida rápida. Bachaco. Persona de piel negra con el cabello rojizo o amarillo. Barranco. Describe un exceso / Individuo que abusa de algo.
Batea. Utensilio doméstico
en donde se lava la ropa. Bróder. Denota amistad y
confianza. Bemba. Labios protuberantes. Bochinche. Desorden, bonche, sin orden. Bolsa. Tonto, persona vacía, sin valor, individuo falto de inteligencia. Buzo. Persona que mira con intenciones morbosas o sexuales.
Fu. Expresión utilizada para deno-
adulterio.
minar algo desagradable. Ful. Palabra que proviene del inglés Full: lleno, completo, atiborrado, saturado. Filo. Hambre, apetito, ganas de comer. Firi-firi. Persona extremadamente delgada. Fosforito. Explosivo usado en navidad / Aquel que se enfurece con facilidad. Furruqueado. Algo muy gastado, en mal estado por el uso constante.
Chalequear. Burlarse o reírse
de alguien. Chamo (a). Muchacho o mucha-
cha joven, adolescente. Chéchere. Cosa o artefacto
genérico. Chévere. De buen agrado / Algo
en buen estado. Chichón. Bulto, hinchazón, contusión. Chinchorro. Hamaca, franja de tela tejida y anclada en dos puntos hecha para descansar. Chimbo. En mal estado / Situación desagradable. Chiripa. Cucaracha pequeña / Partido político minúsculo. Chivo (a). Persona con influencias sociales, económicas y políticas. Callapa. Abusar de alguien, todos en contra de uno. Camarón. Descanso corto / Siesta Cangrejo. Problema, rollo, caso difícil de resolver. Cipote. Lugar lejano y desconocido donde se envía a la gente desagradable. Cobero. Persona que miente. Coroto. Objeto cualquiera, poder político, cacharro o trasto de cocina.
G Gargajo. Esputo, escupitajo, flema. Guáramo. Valentía. Guarandinga. Define una situación o estado. Guayoyo. Café negro muy clarito, aguado. Guachiman. Vigilante. Guaya. Prenda ornamental gruesa de oro o plata, generalmente masculina.
H Hediondo (a). Persona que huele
mal. Se utiliza como un insulto. Hierro. Arma de fuego, revólver o pistola.
D
J
Despelote. Desorden, zaperoco.
Jeva. Mujer, novia.
Dominó. Tipo de arepa rellena
Jurungar. Revisar, hurgar, tocar
con frijoles negros (caraotas) y queso blanco rallado.
buscando algo, palpar.
E Encaletarse. Guardarse algo / Es-
conder algo para que no lo pidan los demás / Esconderse. Encanado (a). Preso, persona privada de su libertad. Enguayabado (a). Enamorado. Perturbado por una situación, por lo general, de índole sentimental. Empate. Pareja, compañero, vínculo entre dos personas. Empatarse. Unión entre dos personas. Esguañingao. Roto, inservible, desarreglado.
K Kilúo (a). Persona gorda o rellena.
L Lamparita. Individuo que acompa-
ña a una pareja de enamorados. Lepe. Golpe propinado en la cabeza con la palma abierta de la mano. Se da en la frente. Llave. Amigo, compañero, cómplice.
M Macundales. Enseres. Maleta. Persona torpe, que estorba. Manguangua. Algo fácil, sin
dificultad. Manguarear. Perder el tiempo
ociosamente.
actitudes infantiles. Mosca. Estar atento, prestar atención a algo. Molleja. Expresión de sorpresa muy utilizada en Maracaibo, estado Zulia. Mollejúo. Denota algo grande, lleno o muy completo.
N Na´ guará. Expresión que denota
R Raya. Desprestigio. Rayao. Persona que tiene mala reputación. Raspao. Granizado de sabores / Reprobar una asignatura o materia. Rompecolchón. Preparado de varias especies de moluscos, al cual se le atribuyen propiedades afrodisíacas. Ruedalibre. Persona sin ropa interior.
asombro (propia de Barquisimeto, estado Lara). Nota. Bueno, agradable.
S
Ñ
Sacar la piedra. Colmar la pacien-
Ñero (a). Poco hábil, torpe o que
hace mal las cosas. Ñapa. Obsequio cuando se compra algo.
P Paco. Policía. Pacheco. Frío del mes de diciembre. Palanca. Ayuda, favor o
recomendación. Pana. Amigo, compañero, colega. Pangola. Algo fácil, sin problema. Panza. Fácil, sin dificultad. Pargo. Persona con ademanes o
gestos amanerados. Pasao. Persona abusadora. Pata ´e mingo. Algo cercano. Pata ´e rolo. Persona despreocupada. Patotero. Pandillero. Pava (oso). Mala suerte, sin fortuna. Pelúo. Algo difícil de hacer, que tiene mucha dificultad. Pantallero (a). Presumido, persona que alardea de algo. Perol. Objeto de poco valor o muy deteriorado. Pifear. Fracasar, intento fallido. Plata. Dinero. Pulir-hebilla. Se le llama al acto de bailar muy cerca con roce rítmico y constante.
Q Quedao (a). Persona sin ambición,
con poco ánimo. Quemao (a). Persona que perdió sus habilidades o facultades / Obsoleto.
Sapo (a). Delator, Soplón. Persona
que no guarda un secreto. cia, molestar. Salao. Persona con mala suerte. Sala. Golpes en la espalda que recibe una persona el día de su cumpleaños o en cualquier otra celebración. Segunda. Favor, ayuda. Segundo frente. Amante o querida. Sute. Enteco, canijo, flaco, enfermizo.
T Taguara. Local de mala calidad. Tombo. Policía. Trácala. Estafa, negocio dudoso o
con posibilidad de fraude. Tuyuyo. Protuberancia, bulto en
alguna parte del cuerpo.
V Vacilón. Burlarse de una forma
reiterada. Persona o situación agradable. Vacilar. Engañar, tomar el pelo, no hablar en serio. Violín. Olor penetrante de las axilas.
Y Yeyo. Espasmo, pérdida del cono-
cimiento, indisposición repentina.
Z Zape. Expresión que designa aten-
ción o cuidado ante una situación. Zamuro. Persona oportunista. Zagaletón. Vago. Zanahoria. Persona de hábitos
sanos. Zaperoco. Revuelo, falta de orden,
desorden.
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Cacho. Infidelidad, cuerno,
Mente-Pollo. Individuo que toma
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De las carabelas al ciberespacio Cómo SOBREVIVEN las
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LENGUAS INDÍGENAS
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El lenguaje es fundamental en la transmisión de las creencias de un pueblo. Niñas eñepá, comunidad Kemeketán, 2008. Foto: E M I L I O
R o n n y
LA
V e l á s q u e z
G UZ M Á N
A n t ro p ó l o g o
DIVERSIDAD LINGÜÍSTICA DE ESTE CONTINENTE ERA Y AÚN SIGUE SIENDO
VERDADERAMENTE GRANDE.
EL
NÚMERO PRECISO DE LENGUAS EXTINGUIDAS
E INCLUSO LAS QUE AÚN SE HABLAN, ES IMPRECISO.
LA
CARENCIA DE DATOS
CONFIABLES, CERTEROS Y LOS DATOS CONFUSOS DEBIDO AL USO INCONSISTENTE DE TÉRMINOS INDEFINIDOS COMO “LENGUA”, “DIALECTO”, “TRIBU”, “SALVAJES”,
“NATURALES”, “BÁRBAROS”,
EXACTO DE LENGUAS
HA DIFICULTADO PRECISAR EL NÚMERO
LOS MITOS, COMO PARTE DE LA LENGUA, ESTÁN PRESENTES EN LOS RITUALES, EN LAS CEREMONIAS, EN LA MÚSICA, EN LAS ARTES DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS, EN LOS ASPECTOS RELIGIOSOS Y EN LOS PROCESOS CHAMÁNICOS (…) LA MITOLOGÍA ABORIGEN, COMO PARTE DE SU CULTURA Y NARRATIVA, ES UN ARTE QUE PERMITE DESCIFRAR LOS LENGUAJES SECRETOS DE LOS SISTEMAS CHAMÁNICOS Y A TRAVÉS DE ELLA SE INTENTA CONOCER LAS ESTRUCTURAS PROFUNDAS QUE MUEVEN TODAS SUS NORMAS CULTURALES.
La diversidad lingüística de este continente era y aún sigue siendo verdaderamente grande. El número de las lenguas extinguidas y de las que aún se hablan es desconocido. Una de las causas de esta situación es la carencia de datos confiables y certeros debido, entre otras razones, al uso inconsistente de términos como “lengua”, “dialecto”, “tribu”, “salvajes”, “naturales”, “bárbaros”, etc. En Suramérica se encuentran en uso todavía —hasta donde conocemos— de 1.500 a 2.000 lenguas. Entre ellas se cuentan tanto las lenguas minoritarias que solo hablan unas cuantas familias nucleares como aquellas que hablan varios millones de personas, como el quechua, el aymará y el guaraní. Desde este punto de vista y tomando en cuenta que alrededor de 2.600 lenguas son habladas en las Américas ya entrado el siglo XXI, cabe preguntarse cuántas podrían haber sido habladas en la época del primer contacto con los europeos, es decir, en la época en que llegaron las carabelas y se encontraron con este universo generando un hecho inusitado para la historia del mundo. Tal pregunta es verdaderamente difícil de responder. Hemos revisado una gran cantidad de documentos históricos, pero muchos de estos no son confiables, pues adolecen de la experticia necesaria para relatar con criterio o conocimiento lingüístico las lenguas que describen, a las cuales normalmente desvalorizan con términos como “lenguas de los naturales” o, en el caso de algunos misioneros, “lenguas bárbaras y salvajes”.
¿SABÍAS QUE...? Aunque generalmente se considera que la población original de las Américas provino de Asia por vía del estrecho de Bering, la gran diversidad genética de las lenguas indígenas americanas sugiere que podrían haber ocurrido migraciones múltiples hacia el Nuevo Mundo desde diversas partes del orbe y no solo por el mencionado Estrecho. Por otra parte, a pesar de algunas tesis que se han intentado sostener y con la posible excepción del esquimal-aleuta, no se ha demostrado que otro grupo de lenguas nativas americanas posea conexión alguna con lenguas de Asia o del Viejo Mundo, incógnita que aún hace falta descifrar en los estudios antropolingüísticos.
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La gente de las carabelas ante las lenguas indígenas
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El gran lingüista, Edward Sapir decía que, de todos los aspectos de la cultura, se podría afirmar francamente que el lenguaje fue el primero en recibir una forma altamente desarrollada y que su perfección esencial fue un prerrequisito para el desarrollo de la cultura como un todo. Ante esta afirmación, vemos que la lengua es una de las representaciones más importantes del individuo de todos los tiempos. A través del lenguaje se expresan los relatos, los cantos, los rituales y, particularmente, los mitos, los cuales son parte fundamental de la cultura de los pueblos aborígenes y, en este sentido, no pueden estar desvinculados del proceso del lenguaje, ni de sus formas cognitivas ni de su mundo inconsciente ni del subconsciente de los seres humanos. Lenguaje y mito constituyen las estructuras más profundas del sistema simbólico de sus cultores; ambas representaciones —tanto la lengua como el relato mítico además de las formas simbólicas— son fundamentales dentro de los sistemas culturales ya que conforman los sentimientos, comunicables o no, que rigen de una u otra manera la vida de una sociedad determinada. Los mitos, como parte de la lengua, están presentes en los rituales, en las ceremonias, en la música, en las artes de los pueblos indígenas, en los aspectos religiosos y en los procesos chamánicos, en estos últimos, los cantos de curación, en su mayoría, son mitos de origen gestados in illo tempore. La mitología aborigen, como parte de su cultura y narrativa, es un arte que permite descifrar los lenguajes secretos de los sistemas chamánicos y a través de ella se intenta conocer las estructuras profundas que mueven todas sus normas culturales. La comprensión del sistema mítico marca pautas paradigmáticas sobre diversas explicaciones del comportamiento humano. La estructura del mito es universal y
aunque los mitos sean diferentes en cada cultura, se les encuentra con el mismo modelo en distintas y lejanas partes de la tierra y en infinidad de culturas. Es una especie de enigma antropológico que aún es necesario descifrar, de esta manera, Levi Strauss se pregunta: ¿por qué de una parte a otra de la tierra los mitos se parecen tanto?
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Mitología aborigen: lenguaje secreto
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CÓMO
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SOBREVIVEN LAS LENGUAS INDÍGENAS
Las estimaciones para la década de los sesenta sobre el número de hablantes de las lenguas indígenas difieren sustantivamente de las cifras actuales sobre la población indígena. Aquellas se delinearon en definiciones raciales o de otra índole.
por esta razón le perdonaron la vida. Afirma que a partir de allí “pudo investigar por sí mismo sus corazones”. También recoge sus mitos de origen, como el de Amalivacá, que es un mito genésico de las culturas indígenas venezolanas.
Estudios tempranos de lenguas indígenas
El caso exclusivo de Venezuela
Ante el hecho extraordinario del desembarque de Colón Tanto Venezuela como el continente americano en geneen el Nuevo Mundo en 1492 y el de Cabral en la costa ral se caracterizan por una gran diversidad cultural que se brasileña en 1500, se hizo evidente para los primeros ex- asocia con sus raíces ancestrales. Pese a la transculturizaploradores europeos que ción sufrida durante los úleste “nuevo continente” no timos 500 años, los sólo era un gran mosaico de indígenas en el país han esdiferentes regiones geotado siempre presentes en el gráficas de climas y de riquehacer nacional. Desde el quezas materiales, sino inicio de su historia republitambién de lenguas y cultucana la nación venezolana se ras que lamentablemente ha constituido territorial, no estimaron porque no económica y culturalmente tenían la valoración que en contra de los indígenas, hoy se posee sobre la diverquizás no por razones de exsidad cultural. tinción biológica, sino más A finales del siglo XVII bien, con la intención de ya existían varias gramáticonvertirlos socialmente a la cas descriptivas o precepticultura impuesta como hevas, también vocabularios rencia de la conquista euroy traducciones del catecispea. Pero, incluso así, la mo y trozos de la Biblia en cultura indígena ha podido algunas de las principales ser silenciada o apaciguada, lenguas de Suramérica. Alpero nunca erradicada. gunos de estos esfuerzos se En el caso específico publicaron pero otros perde Venezuela el estudio de manecieron en forma ma- Los pueblos indígenas son ejemplo de resistencia cultural. Kosho, alto Orinoco, las lenguas indígenas en el nuscrita y de esta manera 2011. Foto: S U S A N A A R W A S / E D G A R M O R E N O pasado fue llevado a cabo, circulaban. principalmente, por religiosos. Hemos de considerar que Posteriomente, en las últimas décadas del siglo XVIII fueron ellos quienes proporcionaron los elementos básiaparecen publicados los primeros intentos de agrupar al- cos para las interrogantes relacionadas con las lenguas augunas lenguas suramericanas de acuerdo con semejanzas tóctonas del continente durante el período de conquista léxicas, este es el caso del trabajo realizado por Felipe Sal- y colonización debido a que necesitaban implantar su revatore Gilij, en 1782, Ensayo de historia americana. Gilij se- ligión. En muchos casos se trata de idiomas provenienñala semejanzas entre varias lenguas, principalmente en tes de un tronco común, por ejemplo, Caribe, Chibcha, los alrededores del área del río Orinoco (Venezuela), y en Tupí-Guaraní, etc., lo cual podría significar migraciones, el volumen III de esta obra presenta listas de palabras como difusiones, conquista, etc. Por otra parte se puede tratar testimonio de apoyo de su clasificación de lenguas. In- de lenguas totalmente independientes unas de otras que, cluso relata que logró salvar su vida gracias a que habla- sin embargo, presentan similitudes en relación con voba el pareca. Describe que en una ocasión que fue cabularios, lo cual puede implicar asimilaciones o tamemboscado por los tamanacos, él les habló en pareca y bién relaciones de parentesco y comercio interétnico.
Órdenes religiosas en Venezuela
La “conquista espiritual de América” empieza con el segundo viaje de Colón. En 1493, el Consejo de Indias realiza la orden misionera para los franciscanos, en 1500 para los dominicos, en 1514 para los monjes de la merced, en 1531 para los agustinos, en 1567 para los jesuitas, luego, en el siglo XVII para los carmelitas y, por último, para los capuchinos. Puede decirse que fueron los religiosos los primeros conquistadores que entablaron relaciones estrechas con los indígenas, sirviendo de intermediarios entre estos y las representaciones civiles y eclesiásticas. Si bien en un principio se usaron intérpretes, esta solución no podía ser sostenida durante mucho tiempo, ante tal realidad solo había dos soluciones posibles, o los indígenas aprendían castellano o los misioneros aprendían las lenguas indígenas. La primera de estas soluciones presentaba el obstaculo de que no existían suficientes misioneros para enseñar. La segunda permitía que fueran los propios indígenas quienes leyeran textos sagrados. Por ello se optó por esta última. Por supuesto que este conocimiento hace que los misioneros
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Todo acto colonizador lleva implícito una dominación, la cual se realiza por medio de la comunicación verbal, además de otros métodos bélicos. En Abya Yala o América, el acto evangelizador jugó un papel preponderante y se utilizó como excusa para la colonización. En su segundo viaje Colón llevaba, para entrar en contacto con “las gentes nuevas”, dos intérpretes que, obviamente, no pudieron establecer comunicación con los indígenas; por esta razón Colón decidió tomar a ocho de ellos a la fuerza y llevarlos a España para que aprendieran castellano. Las ordenanzas reales de 1526 sobre el buen tratamiento de los indios autorizaron a cautivar en cada descubrimiento a una o dos personas con el objetivo de conocer sus lenguas. De igual forma se asentaron pequeños grupos de colonos buscando una interrelación lingüística que permitiera la comunicación en ambos sentidos. Este fue el primer paso para una aproximación, pero, como ya se dijo anteriormente, la catequización es un elemento que no puede olvidarse. Primeramente hay que destacar que la evangelización en América tuvo un desarrollo muy lento a causa de las diferencias lingüísticas. El castellano se considera como el instrumento de catequización, pero en general los religiosos llegan a aprender las lenguas indígenas por necesidad, ya que algunos de ellos consideraron que no era “factible hispanizar” solo de forma violenta. Por tanto, era necesario que los misioneros aprendieran las lenguas nativas para así predicar con el fin último de adoctrinar. Según Ángel Rosenblat “la condición esencial de toda evangelización efectiva era la única posibilidad de ganar la mente y el corazón de los indios”. Así, los frailes, dominando el idioma, podían estudiar costumbres, mentalidad, historia, vida privada, maneras de vivir, religiosidad y hasta saber en dónde se escondían los fugados, etc. De esta manera se lograba conocer el pensamiento indígena. Inclusive con la religión se manejaba el pensamien-
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El español a la fuerza
to “criollo”. Además, conociendo la gramática se podían traducir sermones, textos sagrados y otros mensajes, aspectos, e instrumentos indispensables que facilitaban su propósito. Existían cantidad de obstáculos que impedían la evangelización, uno de estos era la diversidad de lenguas; por lo cual se concibió el uso de una lengua general y auxiliar en cada misión o se pensó en el agrupamiento de diversos indios del área para colocarlos en misiones cercanas y relacionadas. Así, por ejemplo, se adopta dentro del área de México el nahuatl o azteca. En el área de Perú, parte de Argentina y Ecuador el quechua. El aymara en Bolivia. También el quechua fue lengua franca en todo Ecuador, sur de Colombia y Alto Amazonas. En la meseta colombiana el Chibchá. En Paraguay, parte de Uruguay y Chile el tupi-guaraní, En Venezuela el chaima en todas las misiones de Oriente. De esta manera se reducía el número de lenguas. Uno de los procedimientos usados por los misioneros consistió en establecer escuelas para los niños indígenas, sobre todo para los hijos de los líderes, los “caciques”, los cuales, después de haber aprendido a leer y escribir en la lengua general, regresaban a su comunidad con el fin expreso de buscar la difusión del castellano y la imposición de la vida hispana, tal como se les había instruido.
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De cualquier forma es necesario destacar que uno de los elementos que determinan la etnicidad es el lenguaje; así, el conocimiento de este tópico implica aportes a los aspectos que ayudan a la reafirmación del hecho indudable de que Venezuela es un país pluricultural, multiétnico y plurilingue, lo cual implica la preservación des estas características como parte importantísima de nuestro patrimonio cultural intangible.
CÓMO
SOBREVIVEN LAS LENGUAS INDÍGENAS
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Caño Tauca, estado Bolívar, 2008. Foto: E M I L I O
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puedan conformar frases intimidatorias como la siguiente, en perfecta lengua tamanaco: maisiniri caniacáu, tacáu catti-ke / el que es malo va al infierno. Estas concepciones siguen siendo una especie de mantra de significación de peso, como es el caso entre algunos yanomami. En el Orinoco Medio había una gran confluencia multiétnica y plurilingüe. Los jesuitas iban directo a aprender de los “naturales”. En esto se diferenciaron de otras misiones que habían instituido escuelas de lenguas en las cuales aprendían los novicios misioneros que sustituían a los que regresaban a España, a los ancianos y a los que se morían en tierras americanas. La importancia de Gilij reside en que tuvo ideas contrarias al etnocentrismo lingüístico de la época que menospreciaba a las lenguas indígenas al concebirlas como simples dialectos. Las lenguas indígenas en el ciberespacio
Todo lo anterior nos lleva a comprender que aún con los esfuerzos realizados por parte de los religiosos misioneros por aprender, y en algunos casos defender, las lenguas indígenas, resulta indudable que en el caso de América se produjo un lingüicidio mediante la pérdida y exterminio de lenguas a partir de la ocupación de tierras y la dominación de las culturas indígenas. Sin embargo, a pesar de la incomprensión de la realidad de la otredad, la cultura de los pueblos indígenas ha resistido y continúa viva. Hay canto en las lenguas indígenas, hay poesía, hay mitos, hay cantos infantiles, cantos para dormir a los niños, cantos para las cosechas, cantos para agradar a los dioses y espíritus de la naturaleza para que nos den abundancia de comida. Cantos para celebrar el origen del mundo y de la vida. Cantos rituales, cantos chamánicos, cantos para la caza, pesca
y recolección. Conocimientos sobre el uso de plantas, animales, medicinas, instrumentos musicales, etc. Hay relatos para la comunicación desde lo más cotidiano hasta los pensamientos más complejos, pues no hay idea que esté en el cerebro de los hablantes que no se pueda expresar a través de la lengua. Los piaroa reflexionan: “Para nosotros los Piaroa, el pensamiento fue primero, luego vino la palabra”. En Venezuela aún nos quedan 40 lenguas indígenas, defendidas hoy en la Constitución y que por Decreto Presidencial tienen estatus oficial. Esto ha generado una mayor conciencia del valor de las lenguas indígenas y, a su vez, del valor de las culturas indígenas en general. De igual modo ha disminuido significativamente la “vergüenza étnica” y es mayor el uso y disfrute de sus tradiciones ancestrales. Hoy los indígenas, además, saben hacer un buen empleo de la tecnología. A través de los infocentros los indígenas se comunican por internet en sus propios idiomas (en América Latina ya hay una gran red de comunicación en idiomas indígenas, según una investigación realizada por Gloria Monasterios en su tesis: ABYA YALA VIRTUAL. Usos de internet, políticas comunicativas y representaciones de identidades de las organizaciones indígenas en el ciberespacio. Años 2002-2010).
“Hay que defender nuestra lengua para que nos respeten las generaciones del futuro” En yekuana: Kadeedukomo quedo-ichotoide. Yojakomo edai koto-comoje (Nicia Maldonado, ministra del Poder Popular de los Pueblos Indígenas de Venezuela). En kariña: Karüanko iyyemaavü kum-mua. Pariíje Kuwuajcho Kummue Akoorojo’va noome (José Poyo, ex diputado indígena). En pemón arekuna: Tumaimu kon pok inna ekratama ó tapo, inna namatok pe tok-da, Chakaro yekuton puk (Materson Nathaniel). En guajibo ( jiwi): Be yad piji asaütsi waja jivi jumee. Waja naka yeitaenejja pejanavi tsorponae (Daimó).
Para seguir leyendo… GAGE (1978) en su lúcida revisión de Voegelin “Indice y clasificación
de las lenguas del mundo” 1976. LAS BIBLIOGRAFÍAS DE MARSDEN, 1796; MITRE, 1909; CHAMBERLAIN, 1907; MASON, 1950; TOVAR, 1961; LOUKOTKA, 1968 y KEY, 1979
son referencias importantes para conocer los siglos XVII al XIX. MIGGLIAZZA, ERNEST Y LILE CAMPBELL, Panorama de las lenguas
indígenas de América. 1987.
COMPOSICIÓN FONÉTICA DEL HABLA CAMPESINA
B a r r i o s Co m u n i c a d o r s o c ia l / e s c ri to r Fo to g ra f ía s : R o d ri g o B e n av i d e s
Peones después de vaquería hacia el alto llano. Parque Nacional Aguaro Guariquito, estado Guárico, julio 1997.
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Es común oír expresiones acerca de lo “mal” o “vulgar” que hablan los campesinos cuando hacen uso de arcaísmos como el “jacha” en la voz muda de la “h” del “hacha”, o cuando transforma las sílabas de una palabra como “redetido” por “derretido”, desdeñando así la razón del idioma: ese mágico momento de comunicar una idea. El fin último de una lengua es precisamente comunicar, aunque su composición silábica se transforme o se presenten variantes fonéticas
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Debo advertir que estas líneas se corresponden con el propósito de hacer un reconocimiento a diversas maneras del habla campesina venezolana, y que investigaciones de rigor tendrán que profundizar sobre el tema del léxico campesino venezolano como componente de un subsistema del habla española de Venezuela que, a su vez, se corresponde con un sistema mayor del habla del español en Nuestramérica. Para comprender ese subsistema del habla campesina venezolana es necesario entender el entorno geográfico y socioproductivo del hombre y la mujer del campo para razonar sobre cómo se estructura y conforma el vocabulario del habla campesina. En este sentido hay que entender los entornos socioculturales y las conexiones del mundo rural con el mundo urbano, con todos los componentes tecnológicos como instrumentos de intermediación y el flujo de nuevas palabras que no son de uso común en los ambientes rurales. Así aparece una serie de condicionantes derivados especialmente de la relación con los medios de comunicación (radio, televisión, prensa) y de los contactos con actores urbanos que agregan al vocabulario rural, especialmente agrario, nuevas voces e incluso nuevos sentidos a palabras que no son usadas con frecuencia por campesinas y campesinos y que estos terminan transformando fonéticamente según su pensamiento y relaciones socioculturales. Si hablamos con una campesina sobre fútbol, acerca de los equipos que juegan en Europa y mencionamos el enfrentamiento de los equipos rivales del Manchester mi interlocutora campesina precisará la palabra “machete”, ya que está asociada a su modo de vida y a un instrumento de trabajo que le es común. Ocurre un fenómeno interesante en la decodificación del nombre Manchester, porque ella precisará en menos de ocho segundos, que es el tiempo para decodificar el pensamiento, tres silabas que componen la palabra “ma-che-te”. Influencias del contexto sociocultural
A decir de Jesús Núñez, profesor de la UPEL: “constituye una condición obligatoria del ser campesino ‘laborar
y vivir en el campo’; conformar un grupo social que construye y comparte una cultura; producir para recrear tanto a la familia como a su unidad de producción y practicar una determinada racionalidad económica…” (“Los saberes campesinos: implicaciones para una educación rural”). Esa racionalidad económica y la cultura de producción agraria son los constituyentes de la estructura del vocabulario mediante los cuales se comunica el campesino, sin dejar de considerar el reconocimiento de nuevas voces aprendidas por vías de la influencia de medios tecnológicos, de comunicación pública o por otros interlocutores asociados a la vida rural, pero en muchos casos dándole sus propias estructuras silábicas. El campesino venezolano, esté ubicado en la región andina, los Llanos, oriente, sur o zuliana se caracteriza por ser muy prudente, paciente, apegado a creencias míticas y mitológicas, muy religioso, fuertemente arraigado a lo tradicional, pero hay una condición muy importante a destacar para estos apuntes: el desarrollo de su capacidad auditiva. Vivir en el “silencio” del campo, estar asociado a los cambios climáticos y al reconocimiento del comportamiento del entorno ambiental porque de allí depende su subsistencia, además de no estar expuesto a la contaminación sónica citadina, le hace un ser muy “auditivo”, hacen del campesino un ser con ciertas condiciones sensitivas especiales. Esa condición de “vivir en el silencio del campo” determina ciertas variantes que infieren sobre la manera de ser y actuar del campesino y, por ende, en la manera de hablar, tanto en lo morfológico como en el contenido existen variables de interés. Lo pausado de su habla, el uso de la memoria oral para relacionarse con su entorno socioproductivo que es el eje fundamental de su vida, le hace un ser muy aprehensivo. El campesino tiende a recordar con más facilidad que los que vivimos en la ciudad que estamos expuestos diariamente a una infinidad e infinita cantidad de mensajes atropellados y saturados de ruidos que no de sonidos. En el campo la realidad es diametralmente distinta, en el monte no hay tanta contaminación sonora y el ser humano del campo se expone a sonidos más aprehensibles como
Para comprender ese subsistema del habla campesina venezolana es necesario entender el entorno geográfico y socioproductivo del hombre y la mujer del campo para razonar sobre cómo se estructura y conforma el vocabulario del habla campesina. En este sentido hay que entender los entornos socioculturales y las conexiones del mundo rural con el mundo urbano, con todos los componentes tecnológicos como instrumentos de intermediación y el flujo de nuevas palabras que no son de uso común en los ambientes rurales.
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Familia tejiendo un chinchorro. Fundo Los Algarrobos, cercanías de Mantecal, alto Apure, 2005.
miento de la manera de hablar del campesino y la campesina de esta tierra. ¿Qué está jaciendo usté por aquel árbor?
Debemos considerar que cada región de la Venezuela campesina tiene sus variantes fonéticas. Los campesinos andinos tienen una marcada herencia del español que trajeron los castellanos, aragoneses, leoneses, gallegos, vascos y catalanes. Los campesinos de la costa venezolana tienen una alta influencia de los canarios, andaluces y extremeños españoles, a esto se agregan los componentes del habla africana e indígena de los pobladores originarios de esta Nuestramérica, tal y como lo indicó Esteban Emilio Mosonyi en el II Simposio Venezuela en la Modernidad realizado en la Universidad Simón Bolívar y compilado en el volumen Aspectos lingüísticos de la identidad venezolana a partir de su raíces históricas en el año 2001. Mucho del tesoro que guarda el habla campesina venezolana está precisamente en los arcaísmos, palabras antiguas ya olvidadas por el español moderno que aún conservan el sentido inicial de sus orígenes latinos en lo más recóndito del campo venezolano y en toda Nuestramérica. “Tengo un dolor que me jinca por este lado”, en la construcción de esta frase aparece un derivado del tér-
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los cantos de las aves, los sonidos climáticos (vientos, truenos, la lluvia) y mucho silencio, que es también un valor que debemos apreciar. A esto se agrega, en términos de sabiduría popular, el conocimiento y comprensión de los fenómenos naturales, esto es el significado de un trueno y sus implicaciones ambientales, el conocimiento del movimiento de las pléyades celestes, del sol, la luna, las estrellas, los vientos, las nubes, las aguas, el fuego. Además, el conocimiento de la farmacopea natural le da una variada comprensión de los tratamientos naturales. También posee un saber sobre el comportamiento de los animales y las plantas producto de una detenida observación de sus hábitos y sus procesos naturales. En esa condición humana tenemos que destacar lo espiritual que evidentemente está referido a lo intangible del ser humano del campo y que tiene ondas raíces sincréticas, pero que igual como si fueran “patentados medicinales” dan resultados efectivamente prácticos, así las creencias mítico-religiosas también constituyen componentes a tomar en cuenta a la hora de determinar la estructura fonética del habla campesina. Todos estos elementos hay que considerarlos para entender la composición léxica y fonética del habla campesina venezolana y para aproximarnos a un entendi-
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24 El vocabulario del llanero se constituye a partir de su entorno geográfico y socioproductivo. Cercanías de La Macanilla, bajo Apure, 2006.
mino “afincar”, el cual proviene directamente del latín según lo refiere la profesora Beatriz González Garcell, lingüista de la Universidad Oscar Lucero Moya de Holguín, Cuba, este vocablo es considerado en el sentido medieval de “permanecer, quedar”, pues a su vez proviene de “finca”, inmueble que no se puede trasladar de lugar”. Otro ejemplo que voy a destacar y que lo refiere la profesora González Garcell es de uso común en el habla campesina venezolana, se trata del “transío del hambre”, esto se refiere a la calamidad de estar muy flaco o no haber comido, también se aplica a los animales que están en estado deplorable. “Procede del latín “transire”, morir, pasar más allá, traspasar. “Es un adjetivo poco o nada empleado por los jóvenes y sí muy frecuente entre los campesinos”, dice la lingüista cubana González Garcell, situación similar ocurre con la población campesina venezolana, lo que nos permite entender que es un fenómeno latinoamericano, por lo menos en el área del español caribeño. Así como estos dos ejemplos hay centenares de voces que mantienen los sonidos originales de un español que después de la Edad Media, de la guerra de “conquistas” e independencia y otras guerras populares, sustituyó el
uso de letras mudas, como el caso de la “h”, pero que hoy día la conseguimos conservada tal y como se hablaba a la llegada de los españoles a América. Casos como “jalla” o “jaiga” por “halla” “jacha por hacha”, “jaciendo” por “haciendo”, “jumo” por “humo” son algunos ejemplos de arcaísmos. Luego están los cambios fonéticos que incluyen la supresión o sustitución de sílabas como en “er”, “el muchacho desnudo” por “er muchacho ejnú”, donde hay un contracción fonética, o en casos de los infinitivos como “volar” por volá”, caminar por “caminá” . Muchas veces dichas variaciones fonéticas ya no son exclusivamente rurales o campesinas sino que forman parte del habla del venezolano o venezolana de la ciudad. Las llamadas “desviaciones fonológicas” que intentan categorizar el habla no solo campesina las encontramos en la ciudad también, ocurre por ejemplo con las omisiones o sustituciones de letras o incluso sílabas como en el caso de “Carlos por Carloj”, también llamadas aspiraciones. Otros casos de la misma condición fonética como en el caso de la palabra “ardor” por “ardol”, o “árbor” en vez de “árbol”, casi imperceptibles por nosotros mismos puesto que generalmente hablamos entre iguales sin percatarnos de estas variaciones fonéticas.
A N É C D OTA M E M O R A B L E Hay una célebre historia del combatiente guerrillero Félix Bastardo Prada, del extinto Frente Guerrillero Ezequiel Zamora, que explica la sustitución de significados del habla pragmática campesina asociada a su vida cotidiana y al sentido práctico de comunicarse. En una oportunidad realizaron una asamblea con la base campesina en El Bachiller, estado Miranda, y después de explicarles que ellos, la guerrilla, “creían en la liberación nacional y que eran comunistas, que eran marxistas”, uno de los campesinos se paró, pidió la palabra y dijo que ellos también eran marzistas, porque si se iba a tumbar al gobierno tenía que ser en “marzo” ya que después vendrían las lluvias y en el invierno la cosa era más difícil, “por eso somos marzistas”.
Para seguir leyendo... NÚÑEZ, JESÚS. “Los saberes campesinos: implicaciones para una
educación rural”, en Investigación y Postgrado, vol. 19, No 2. Caracas, julio de 2004. MÁRQUEZ RODRÍGUEZ, ALEXIS. Con la lengua. Caracas, Vadell Hermanos Editores, vol. V, 2002. ROSENBLAT, ÁNGEL. Escritos sobre el español, t. III. Caracas, Monte
Ávila Editores, 1990.
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ral inferior, por decir, al citadino arrogante “bien hablante”, al “culto” como lo indica Rosenblat: “…el campesino más rústico (…) se empina sobre sus formas habituales para ponerse a tono con su interlocutor y trata —por lo común desacertadamente— de emplear la expresión que considera superior” (Escritos sobre el español, t. III). Volvamos a las transformaciones fonéticas y hacemos referencia, tangencialmente, a lo que Rosenblat plantea, especialmente cuando el campesino se confronta con la cultura urbana y su lengua. Escuché en Guárico una vez a un campesino decir a un caraqueño que se presentó arrogante: “Tú tienes todas las ‘efes’, eres falso, feo, flojo y frisino”. La última palabra me pareció fulminante porque en vez de decir “sifrino” para darle sentido a su frase le dijo “frisino”. Que gramaticalmente no sea válido es cierto porque no existe la palabra “frisino”, pero desde el ángulo comunicacional, incluso inventivo, le dio un giro de humor creativo. Finalmente, apenas he asomado algunos elementos de la fonética del habla campesina venezolana, solo un sorbo de ese gran sancocho delicioso de palabras, frases y sonidos nutridos de indigenismos, arcaísmos, afectos y desafectos, que alguien que no es especialista en la materia disfruta como un acto de reconocimiento de lo que somos.
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Un caso muy peculiar de transformaciones fonéticas lo destaca Ángel Rosenblat en su libro Las buenas y malas palabras en el castellano venezolano, se trata de la palabra “gandola” (camión), la cual deriva de un carromato usado en los primeros años de la industria petrolera venezolana y que los ingenieros y técnicos norteamericanos llamaban “góndola” por su parecido con la barcaza veneciana, pero los obreros y campesinos venezolanos que trabajaban en los campos petroleros, especialmente en la zona sur de Anzoátegui, empezaron a llamarlo “gandola”, producto de la pronunciación de la “o” que los norteamericanos articulan como “a”. La palabra “gandola” hoy día está generalizada y solo en Venezuela identifica a un camión grande como tal. Dentro de la fonética del habla campesina hay un alto componente emocional, especialmente cuando las mujeres hablan, gesticulan y agregan valoraciones de tonos en algunas palabras para hacer énfasis o caracterizar las palabras con expresiones gestuales que enriquecen la comunicación, tomaremos solo una, la palabra “barajo”. “Baraaajo chica ese pobre hombre embarrialaiiiito hasta las greñas poe sos montej de dioj”, la expresión oral dramatizada que hace énfasis en el caos y da tonos sufridos a la frase pero además se agrega la gestualidad corporal. La voz “barajo” viene de “barajar”, verbo irregular cuyo significado para nuestro caso está referido al juego de azar o a situaciones azarosas. El profesor Alexis Márquez Rodríguez en su libro, Con la lengua, vol. V, la refiere en la página 181 y cito textualmente: “…en Venezuela es frecuente que se diga barajear, en vez de barajar, tanto en los círculos incultos y populares como entre gente culta, aunque sea más propio del habla informal que de la académica”. Imagino que para el profesor Márquez el “barajo” referido arriba está clasificado como “inculto” porque se trata de una expresión que con frecuencia usan las campesinas y campesinos en su habla cotidiana y, por tanto, es totalmente informal y, por supuesto, íntegramente antiacadémica por ser de carácter popular, pero basta que la reconozcamos como un ejemplo para figurar la fuerza expresiva de los significados del habla campesina y no entremos en el tema de convencionalizar al idioma. Sin embargo, esos tesoros del habla española que se guardan en lo más recóndito de este país muchas veces son afectados por descalificaciones que impactan al campesinado negativamente al tratar de colocarlos en un estatus cultu-
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Transformaciones fonéticas y sus significados
L EG A D O L I N G Ü Í ST I CO D E L A CO LO N I A TO VA R PA R A V E N E Z U E L A
El alemán coloniero En 1843 se funda la Colonia Tovar, un proyecto que tenía como finalidad diversificar la oferta agrícola del país, con esos colonos alemanes también llegó el idioma. Veamos cómo evolucionó y se convirtió en una de las lenguas de Venezuela C o l l i n
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Lugareños con trajes típicos colonieros. Foto: CO RT E S Í A
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El alemán coloniero debe conservarse debido a su valor intrínseco tanto lingüístico como histórico-cultural. E.E. MOSONYI y O. GONZÁLEZ ÑAÑEZ
El grupo de inmigrantes que funda la Colonia Tovar era bastante homogéneo ya que casi todos provenían de una misma región de Alemania: el Gran Ducado de Baden, aunque de distintos pueblos, casi todos hablaban alemannisch, lo que hizo que fuera la lengua dominante en la Colonia Tovar para el momento de su fundación. A pesar de que todos hablaban el mismo dialecto había diferencias regionales entre los colonos, con el paso del tiempo esas diferencias se fusionaron creando una nueva variante del alemannisch, lo que hoy se conoce como “alemán coloniero”. Una de las características fundamentales que lo hacen distinto a otros dialectos alemánicos hablados en Europa es precisamente esa
distancia que hay entre el núcleo originario y la Colonia Tovar, lo que ha permitido que evolucione como lengua de manera independiente sin los regionalismos europeos, pero incorporando las nuevas palabras que surgen a lo largo de 168 años en los que ha estado aislada en un país cuya lengua mayoritaria es el español, pero también ha conservado las antiguas palabras traídas en el momento de la inmigración que ya hace mucho tiempo no se usan en Alemania, igualmente están las palabras netamente venezolanas que han sido “dialectizadas” e incorporadas al léxico coloniero. Todo esto ha hecho que actualmente el “alemán coloniero” sea reconocido como una lengua de Venezuela. A pesar de que en el momento de la llegada de los colonos un 90 por ciento de ellos hablaban alemannisch, en el censo interno de 1870 el número de hablantes ascendió a 100 por ciento y se mantuvo hasta 1935, a partir de esa fecha comenzó a decaer el uso, principalmente debido a la apertura turística y comercial que trajo como consecuencia el confinamiento de la lengua solo al ámbito familiar y, con el paso de los años, se ha limitado su uso cada vez más. Lamentablemente, al igual que muchas otras lenguas del país, el alemán coloniero está en una circunstancia frágil de preservación, actualmente es hablada por menos del 13 por ciento de la población, del cual la mayoría son mayores de 60 años. La gente joven que aún lo habla lo hace con diferentes grados de dominio, es decir, algunos lo hablan muy bien pero la mayoría tiene un uso muy limitado de este idioma. En la actualidad hay mucha preocupación por la progresiva pérdida del alemán coloniero pues aquellos que desean preservarlo y legarlo a sus hijos no lo hablan, por
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lo que se hace casi imposible la transmisión intergeneracional, en este sentido se está pensando en la instauración de otros medios de aprendizaje como las clases en algunas escuelas, el reforzamiento de un nicho lingüístico que existe desde hace 26 años y que es dirigido por la profesora Yolanda Fehr, la creación de textos educativos y, más recientemente, la grabación de podcasts en alemán coloniero que puedan ser accesibles a todos en la red. También ha contribuido con la preservación el señor Ju-
lio Carrillo, cuyas jocosas canciones en alemán coloniero han hecho que muchos jóvenes se interesen en aprenderlo. Así mismo es importante señalar la labor del Jokili Verein, asociación civil que agrupa a los jokili o personajes de carnaval cuyos rituales y canciones son en alemán coloniero (www.tovarerjokili.com/refranes). Actualmente, el alemannisch es hablado por unos diez millones de personas en Alemania, Suiza, Francia, Liechtenstein y en la República Bolivariana de Venezuela.
VA R I A C I O N E S L É X I C A S D I A L E C TA L E S
Alemannisch
Alemán coloniero
Alemán estándar
Castellano
Grüeße d Gelerüebe dankschön schnuufe nit s Brötli e stückli butter
Griessa d Galriabli donk vill mol Schnüüfa net s Weggli / s Bretli a stickli butt´r
Grüß dich / Hallo Mohrrübe o Karotte danke atmen nicht Brötchen ein Stückchen Butter
Saludos / Hola Zanahoria Gracias Respirar No Panecillo Un pedacito de mantequilla
A R C A Í S M O S , C O L O N I E R I S M O S Y P R É S TA M O S L I N G Ü Í S T I C O S
Arcaísmos
Colonierismos
Préstamos lingüísticos del castellano
Pfulga (almohada) Kanschtrli (vitrina de cocina pequeña) Z mool (de repente) Obtret (baño) Botschömpr (basinilla) Pfoschta (viga)
Korkos (Caracas) Fitorio (La Victoria)
Manejeara (manejar un vehículo) Fumigueara (fumigar)
Bolywr (bolívar, Bs.) Kompür (cambur) Öyöma (auyama) Meetio (medio, Bs.)
Hospitalizieara (hospitalizar) Opereara (operar/cirugía) Echeara (echar) Alquileara (alquilar)
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Colonieras. Colonia Tovar, estado Aragua, agosto 2011. Foto: R A Ú L
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Socializar nuestra diversidad
lingüística
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A nt ro p ó l o g o / l i n g ü i st a / p rofe s o r ( j u b i la d o ) U C V
A menudo se pregunta, ¿qué sucede realmente cuando se pierde o se deja de hablar un idioma? En primer lugar, se desvanece o al menos se debilita una cultura entera; se desarticula la coherencia societaria, se lesiona la identidad colectiva e individual, se diluyen conocimientos y experiencias seculares, se olvidan oralidades, mitos, canciones. El lingüicidio es la base de la mayoría de los etnocidios, es decir, muertes de culturas enteras
Indígena warao de Jabinoko, estado Monagas. Foto: M I G U E L
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En un día próximo-pasado, como dicen en lenguaje oficioso, me tropecé de pura casualidad con un hermoso cuento titulado Nagasaki (en el corazón), ganador del último Concurso de Cuentos del periódico El Nacional. Disfruté mucho leyéndolo, nada tengo que criticarle ni reprochar, salvo un solo detalle que además se me presenta en otros textos y aun en el lenguaje coloquial de todas las capas sociales. A grandes rasgos, me estoy refiriendo al trozo siguiente: “Nagasaki: las cuatro sílabas de aquel nombre tan lejano y tan conocido, tan mío y tan suyo a la vez, se repiten en mis labios con indiferencia, veloces a pesar de sus consonantes (…) dicha desde el inicio de los tiempos, en lenguas primitivas, en aullidos lastimeros, en el silencio agotado del cementerio”. ¿Qué me llamó la atención de manera tan especial en este breve trozo literario? Lisa y llanamente, ese lugar común muy recurrente según el cual existieron y existen en el mundo lenguas supuestamente “primitivas”. Ese manifiesto error conceptual es muchísimo más grave de lo que se pudiera creer. Y no pretendo exagerar. Por un lado, en nuestra Constitución Bolivariana de 1999, seguida por un número considerable de códigos legales, se asienta sin dejar lugar a dudas que los idiomas indígenas de Venezuela —y por extensión los del mundo entero— son valiosos, respetables, oficiales, de uso obligatorio en la Educación Intercultural Bilingüe, incluso —óigase bien— “Patrimonios Histórico-Culturales de la Humanidad”. Nadie niega que este fue un gran paso normativo que dio el Estado venezolano, el cual ha tenido consecuencias importantes para la recuperación de la autoestima indígena y ha venido influyendo de diversas maneras en el flujo diario de la vida social y política. Pero este es solo el anverso de la moneda. Existe, no obstante, un reverso de la misma. Nuestra opinión pública, múltiple y polisectorial, está aún lejos de haber asimilado siquiera la mitad de estas verdades, aunque como siempre haya importantes excepciones. La gente sigue hablando de dialectos indígenas como si nada. El educador medio, hasta el de rango ministerial, cree que la educación indígena es un asunto de poca relevancia y que lo mejor es “castellanizar al indio”, meterlo en el güiro de un sistema oficial indiferenciado; a base de la creencia —heredada de la conquista y la colonia— de que se trata solamente de sistemas expresivos muy pobres, elementales, desprovistos de cualquier valor conceptual y estético. Recuerdo aquí las palabras casi textuales de un ex
SOCIALIZAR
NUESTRA DIVERSIDAD LINGÜÍSTICA
ministro de Educación de hace 25 o 30 años, cuando se refirió a un bello cuento escrito en kari’ña presentado por una investigadora: “Profesora, por qué se preocupa tanto por esos dialectos, si nosotros poseemos un idioma hermosísimo que es el castellano”. Sobran comentarios.
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¿Qué pasa si se pierde una lengua?
Hablemos de nuestra lingüodiversidad
Veamos ahora en concreto, en forma brevísima, en qué consiste la ya tan mentada lingüodiversidad en Venezuela. En
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Pues sí, así andan las cosas en este país. De todos modos, la gran mayoría de las comunidades indígenas no solo hablan su idioma nativo sino que se esfuerzan por mantenerlo, reforzarlo y transmitirlo a las nuevas generaciones. Incluso —lo digo con mucho placer a la vez que con gran responsabilidad— la decena de lenguas que se han venido perdiendo son recuperadas por las comunidades parlantes, con apoyo de valiosos aliados académicos y otros amigos(as). Ello contradice el enorme pesimismo, tanto de expertos como de comunicadores sociales, según el cual el desmoronamiento de los más de 6.000 idiomas actualmente hablados en el mundo será dentro de un siglo un hecho incontrovertible. A menudo se pregunta, ¿qué sucede realmente cuando se pierde o se deja de hablar un idioma? En primer lugar, también se desvanece o al menos se debilita una cultura
entera; poco importa si demográficamente es grande o pequeña, ya que tales manifestaciones no se miden con un baremo cuantitativo. Se desarticula la coherencia societaria, se lesiona la identidad colectiva e individual, se diluyen conocimientos y experiencias seculares, se van olvidando oralidades, mitos, canciones, prácticamente todo lo ancestral más también mucho de lo contemporáneo. El lingüicidio está en la base de la mayoría de los etnocidios, es decir, muertes de culturas enteras. Además es justicia igualmente reflexionar sobre el hecho —junto con Sapir, Whorf y otros autores— que inclusive en sus categorías fonológicas, gramaticales, semánticas y discursivas las lenguas del mundo son representaciones integrales del universo natural y cultural. Me parece increíble que durante tantos siglos esa realidad fuese olímpicamente ignorada y desestimada incluso por los más grandes humanistas y científicos sociales. No está de más agregar que la lingüodiversidad suele coincidir con la biodiversidad, por ejemplo, en regiones como la Amazonía.
La diversidad lingüística suele coincidir con la biodiversidad. Iglesia Cristiana de la comunidad indígena warao de Boca de Tigre, estado Monagas. Foto: MIGUEL
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Indígena del pueblo baré. Foto: E M I L I O
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primer término, están los más de 40 idiomas indígenas, originarios o ancestrales: palabras que son sinónimas con algún énfasis particular en un aspecto determinado. Pertenecen, como bien se sabe, a las familias arawak, karibe, chibcha, tupí-guaraní, pero tenemos varios que son independientes de estos conjuntos genéticamente emparentados. Es relativamente mayoritaria la lengua arawak wayuu, mas son de la misma familia el añú (Zulia), el aruako (Delta Amacuro) y un listado de idiomas poco hablados y no por ello menos valiosos: kurripako, piapoko, baniwa, baré, warekena, yavitero. Parece llamativo que es nuestro país el que cuenta con mayor número de lenguas karibe: kari’ña, pemón, ye’kuana, e’ñapa, yavarana, mapoyo, chaima-cumanagoto (karibe de la costa), yukpa, japreria. En el centro-norte venezolano se hablaba otra variante del karibe de la costa llamada karaka, ahora en proceso de reconstrucción. El barí de Perijá es de la familia chibcha y el ñengatu, semejante al guaraní paraguayo, es un idioma tupí-guaraní, de uso más amplio en Brasil que en nuestro país. Además, sucede que somos ricos en idiomas independientes hablados en gran número de comunidades: yanomami-sanemá, puinave, piaroa-mako-sáliva —es muy posible que la lengua jodi de la Sierra de Maigualida (no joti como escriben algunos autores) esté también emparentada con las tres anteriores—, jiwi-kuiva-amorúa, pumé, warao; quedan probablemente restos de sapé y arutaní, aunque no poseemos suficiente información sobre su situación actual, ciertamente muy deteriorada. Por el lado afrodescendiente nos encontramos con poca especificidad lingüística. Sobrevive y viene revitalizándose el llamado patuá o creole-francés de Güiria y El Callao,
similar al de Trinidad, Martinica y Santa Lucía y hablado principal mas no exclusivamente por afrodescendientes. Poco se ha investigado en Venezuela sobre el creolish o inglés criollo, en principio idéntico al de Guyana y muy semejante al de Trinidad, aunque nos consta que tiene muchos hablantes, en su mayoría también afrodescendientes. Otra lengua criolla en proceso de formación, el llamado luango de Barlovento, tuvo corta existencia y fue prácticamente barrida al comienzo del siglo XX. Sin embargo, quedan todavía muchas particularidades en el español actual de Barlovento y la oralidad tradicional en esa zona de raíz congoleña. La lista de idiomas tradicionales se cierra con el alemánico, conocido como el alemán de la Colonia Tovar, por largo tiempo despreciado y sentenciado por alemanes y criollos. Pero entró ahora en un proceso de recuperación, gracias al esfuerzo inaudito por parte de los descendientes de las primeras familias pobladoras que se trasladaron a Venezuela desde la Selva Negra alemana a mediados del siglo XIX. Para concluir, hagamos mención de la multitud de lenguas habladas por venezolanos de origen extranjero que merecen igualmente nuestro reconocimiento y apoyo, en aras de la diversidad cultural y la interculturalidad: italiano, portugués, árabe, chino-cantonés, y en menor cuantía ruso, polaco, húngaro, rumano, y otros más cuyo número y arraigo en el país son difíciles de apreciar. Valdría la pena recordar los numerosos matices que ofrece el mismo español; no solo el maracucho, andino u oriental de
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…la gran mayoría de las comunidades indígenas no solo hablan su idioma nativo sino que se esfuerzan por mantenerlo, reforzarlo y transmitirlo a las nuevas generaciones. Ello contradice el enorme pesimismo, tanto de expertos como de comunicadores sociales, según el cual el desmoronamiento de los más de 6.000 idiomas actualmente hablados en el mundo será dentro de un siglo un hecho incontrovertible.
5
4
3
1
ZULIA
2
1
1
1
Wayúu
ZULIA
UBICACIÓN GEOGRÁFICA POR ETNIAS
El presente material constituye un acercamiento inicial al amplio mundo de nuestras decenas de idiomas indígenas, cuya importancia y significación son plenamente valoradas en la constitución de 1999. Antes de esa fecha estos sistemas lingüísticos tan ricos y complejos eran tildados de “dialectos” inferiores que debían desaparecer con el proceso de castellanización
LENGUAS INDÍGENAS
N
Mapa etnolingüístico referencial
2
COLOMBIA
APURE
2
8
1
1
3
7
3
4
9
10
5
AMAZONAS
2
MAR CARIBE
6
11
4
BOLÍVAR
1
7
3
6
5
MONAGAS
ANZOÁTEGUI
1
2
1
2
DELTA AMACURO
así somos
BRASIL
R EV I STA
En los últimos años se ha progresado muchísimo en la ubicación geográfica y en el reconocimiento de los distintos sistemas lingüísticos originarios y vernáculos que existen, en gran número, en nuestro país, los cuales empiezan a ocupar el sitial que les corresponde como patrimonios de la humanidad
IDIOMAS ORIGINARIOS (INDÍGENAS) Y VERNÁCULOS DE VENEZUELA
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32 ZONA EN RECLAMACIÓN
8
indígena
24.748.531
Total
ORALIDAD
La mayor concentración de los indígenas que habitan en Venezuela están en la región zuliana, Amazonas, Bolívar, Delta Amacuro y Anzoátegui
534.816
POBLACIÓN AÑO 2008:
Los piaroa habitan fundamentalmente a orillas del río Orinoco entre Venezuela y Colombia. La etimología de la palabra 'piaroa' aún es discutible. La etnia se autodenomina wotuja que significa gente pacífica y calmada. Según el Censo 2001, en Venezuela se registran alrededor de 60 pueblos indígenas
Bari
5
Jiwi/Guajibo
3
Sanemá
Sapé
Yanam/Shirian
Uruak
4
5
6
7
Kari’ña
2
DEL
100 km
BOLÍVAR
0
Ciudad Bolívar Callao
ANZ
0
200 km
ARA
GUA
BOL
DEL
BRA
ZONA EN RECLAMACIÓN
Mabaruma
GUY
0
160 km
Georgetown
Charity
OCÉANO ATLÁNTICO CAR
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VAR
GUA
ARAGUA
Maracay
MAR CARIBE
R EV I STA
así somos
MIR
ANZ
0
0
Higuerote L. de Tacarigua
Chirimena Rio Chico
MIRANDA
Los Teques
VAR
MAR CARIBE
Propio de la Colonia Tovar. Por mucho tiempo fue despreciado y sentenciado por alemanes y criollos
AMA
GUA
Güiria
En principio es idéntico al de Guyana y muy semejante al de Trinidad; según las investigaciones tiene muchos hablantes en Venezuela, en su mayoría afrodescendientes
APU
MON
SUCRE
ALEMÁN COLONIERO O ALEMÁNICO
Cumaná
MAR CARIBE
Lengua criolla caída en desuso propia de la zona de Barlovento. Actualmente está en proceso de reactivación. Tuvo corta existencia y fue prácticamente barrida al comienzo del siglo XX. Hoy en día quedan muchas particularidades en la oralidad tradicional en esa zona de raíz congoleña
LOANGO
CREOLISH O INGLÉS CRIOLLO
ANZ
N. ESP
Existe en Güiria y El Callao (similar al de Trinidad, Martinica y Santa Lucía). Es hablado principalmente, mas no de manera exclusiva, por afrodescendientes
PATUÁ O CREOLE FRANCÉS
OTRAS LENGUAS MINORITARIAS
Fuentes: Mapa Grupos indígenas etnolingüísticos autóctonos de América del Sur. Localidades contemporáneas. Manuel Lizarralde, 1989. Werner Wilbert (editor/productor). Caracas, 1995, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas/Instituto Caribe de Antropología y Sociología de la Fundación La Salle de Ciencias Naturales. Mosonyi, Esteban E. Antropolingüísta. Rivas, Pedro. Antropólogo.
Warao
SUCRE
Kari’ña (sobrepasan la frontera)
ANZOÁTEGUI
Warao (sobrepasan la frontera)
1
1
1
DELTA AMACURO
Pemón
3
2
Yavarana E’ñepa/Panare
1
BOLÍVAR
Jodi (sobrepasan la frontera) Sanemá (sobrepasan la frontera)
11
Ye’kuana (sobrepasan la frontera)
9
Piaroa/Wotuja Yavitero Baniva Hiwi/Guajibo Warekena Yanomami (sobrepasan la frontera) Baré Kurripako
10
8
7
6
5
4
3
2
1
Pumé/Yaruro
2
AMAZONAS
Hiwi/Guajibo (sobrepasan la frontera)
1
APURE
Japreria Yukpa
3
4
Añú/Paraujano
2
33
50 km
50 km
yo estoy bien
ine yakera
¿adónde vas?
¿qué hay de nuevo? ¿cuánto cuesta?
Je ’ ra sujutu
muy bien tengo hambre cuidado adiós, hasta luego
yujpuarooropuo aau oomippieva tuwaaro akoorojoteeropa
INFOGRAFÍA: JORGE L. GALOFRE/ ASÍ SOMOS
¿cómo estás tú?
ootuwaarapoore maana?
KARIÑA (FAMILIA KARIBE)
ustedes llegaron
antüshii jaya kasachiki
llegaste (saludo a un hombre) llegaste (saludo a una mujer)
antüsü pia
antüshi pia
WAYÚU (FAMILIA ARAWAK)
tú tienes hambre
iji nojera kasaba naruya
está lloviendo
¿estás bien?
naja eboya
¿estás bien de salud?
bajukaya? yakerara?
WARAO (LENGUA INDEPENDIENTE)
• Las letras duplicadas (aa, pp) suenan largas y sostenidas • El saltillo (’) indica una pausa o frenazo brevísimo • La ü es una u con los labios estirados • La sh se pronuncia como en inglés al igual que la b (dura y apretada) • En wayuunaiki la r suena como rr. • Estas lenguas no usan el acento ortográfico sino fonémico, por razones didácticas la sílaba acentuada se indicará mediante una coloración especial
PRONUNCIACIÓN CORRECTA
A continuación algunas frases en las lenguas warao, wayúu y kariña y su traducción en español. Estas lenguas usan el Alfabeto de las Lenguas Indígenas de Venezuela (ALIV). Si bien no pertenecen a la misma familia lingüística utilizan el mismo código de escritura gracias a un proceso de investigación y decantamiento de propuestas ortográficas
DE LAS LENGUAS ORIGINARIAS
NUESTRA DIVERSIDAD LINGÜÍSTICA
R EV I STA
así somos
SOCIALIZAR
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34 Indígenas warekena construyendo un yapururu. Municipio Maroa, estado Amazonas, 2009. Foto: E M I L I O
raíz claramente venezolana, sino variantes foráneas como el español del centro-norte ibérico (el gallego y el catalán son idiomas romances distintos), el andaluz, el canario, el colombiano, el cubano, el ecuatoriano, el boliviano, el peruano, el dominicano: aunque en buena ley todas esas variantes están internamente diferenciadas. No es lo mismo el español ecuatoriano de la costa que el de las altas montañas. Me acuerdo de que en mi infancia existía en el país cierto menosprecio, no muy generalizado, frente a cualquier idioma distinto del español. Los niños escolares solían decir a sus compañeros alóglotas “habla cristiano”, a veces con resabios de impaciencia, tal vez intolerancia. Es tiempo de asumir en forma definitiva la diversidad cultural y lingüística dentro de Venezuela y fuera de las fronteras patrias, con la seguridad de que esta apertura mental y espiritual redundará en nuestro beneficio, enriqueciéndonos desde todo punto de vista y en los aspectos más insospechados. Esto implicaría además una revisión de los idiomas que vayamos adquiriendo en el proceso educativo que nunca más podrá ser enteramente monolingüe. Necesitamos del inglés, quizás también del chino-mandarín a pesar de lo difícil de su aprendizaje. Mas igual-
G UZ M Á N
mente nos corresponde acercarnos —como ya lo han hecho algunos(as)— a nuestros idiomas indígenas y vernáculos. Es preciso derruir esa creencia tan funesta de que poseemos una sola cultura legítima totalmente homogénea: la mestizada bajo una orientación eurocéntrica hacia el “blanqueamiento” y la “occidentalización”, donde cabe un solo idioma, el español de Venezuela. Dicho sea de paso, este tampoco parece ser muy respetado ni cultivado, a juzgar por los signos de anglicización, empobrecimiento léxico, y un descuido evidente en cuanto a su articulación oral y expresión escrita.
Es tiempo de asumir en forma definitiva la diversidad cultural y lingüística dentro de Venezuela y fuera de las fronteras patrias, con la seguridad de que esta apertura mental y espiritual redundará en nuestro beneficio, enriqueciéndonos desde todo punto de vista y en los aspectos más insospechados.
EL WAYUUNAIKI
de la oralidad a la escritura
F u e n m a y o r
Pro fe s o r U BV - Z u l ia
R EV I STA
M i g u e l
así somos
Actualmente, se calcula que solamente 600 idiomas sobrevivirán al final del siglo XXI; esto equivale al 10 por ciento de la diversidad lingüística del planeta. Obviamente, las lenguas más amenazadas son las indígenas ya que hoy día casi la mitad de las lenguas vivas no están siendo enseñadas por los padres a sus hijas e hijos. Podrían desaparecer en apenas una generación
Mi madre era wayúu y nunca quiso aprender a leer y escribir, pero a todos sus hijos los impulsó a estudiar. Ella pensó que no era necesario leer en otro idioma y menos escribirlo. Allí está el debate. Hablar sobre la oralidad del pueblo wayúu o sobre el paso de la oralidad a la escritura en esta cultura es hablar sobre varios hombres y mujeres imprescindibles: el poeta de la Guajira Miguel Ángel Jusayú; el antropólogo Esteban Emilio Mosonyi; Martha Hildelbrandt, lingüista peruana; Richar Mansen; Ramón Paz Ipuana, escritor wayúu; Michel Perrin, autor del libro El camino de los indios muertos; el presbítero Jesús Olza y José Álvarez y su grupo de trabajo en La Universidad del Zulia. También es entrar en una polémica sobre si es necesario que todo idioma se escriba. Es un debate sobre el poder de la palabra y el poder de los idiomas escritos. En los últimos tiempos se ha estado investigando en las universidades de Venezuela y Colombia en relación con la lingüística de los pueblos indígenas, especialmente el wayuunaiki, pero la tarea no ha concluido: está pendiente para las nuevas generaciones.
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Los wayúu: hijos de la tierra
Los wayúu conforman el pueblo indígena con mayor población en Venezuela. Representan el 70 por ciento de la población indígena del país. Pertenecen a la familia lingüística Arawak. Están organizados en clanes, son matrilineales; esto quiere decir que la transmisión de los clanes,
Niñas wayúu. El Brisal, estado Zulia, 2009. Foto: S U S A N A
ARWAS/ EDGAR MORENO
EL
WAYUUNAIKI: DE LA ORALIDAD A LA ESCRITURA
R EV I STA
así somos
…hay que buscar fórmulas para fortalecer la cultura y lingüística wayúu. También es importante reconocer que en Venezuela y en toda América en los últimos diez años se ha venido forjando desde lo institucional y desde el mismo pueblo un despertar de lo étnico y cultural. En este momento es necesario que los profesionales y dirigentes wayúu, a pesar de su formación occidental y en muchos de los casos no ser hablantes de su idioma materno, trabajen desde y con todos los medios para revitalizar la cultura wayúu. valores culturales, tradiciones, entre otros; tiene como eje central la figura materna; por tanto, se adquiere los caracteres de un wayúu cuando se es hijo de una determinada madre wayúu. Cabe destacar que en el estado Zulia habitan cinco pueblos indígenas: los añú, los bari, los yukpa, los japrerias y los wayúu. Los wayúu constituyen una cultura seminómada, en su hábitat en la península de la Guajira. En la ciudad de Maracaibo viven en barriadas (aproximadamente 200) ubicadas en las parroquias Idelfonso Vásquez, Venancio Pulgar, San Isidro y Olegario Villalobos. Las barriadas que tradicionalmente han sido calificadas como enclaves wayúu son Chino Julio, Catatumbo, El Mamón y Cujicito. Las principales fuentes de ingreso de los wayúu, en el medio rural, son el pastoreo, la agricultura, la pesca y la mi-
nería; y en la ciudad, la construcción, el comercio formal e informal y el ejercicio profesional. El wayúu es un pueblo grande y vigoroso, el cual no está exento de problemas de toda índole: económicos, sociales, políticos, culturales, lingüísticos; incluso aquellos derivados de su condición de pueblo fronterizo. Su cultura de raigambre ancestral sigue resistiendo en mayor o menor grado que muchas etnias menos sometidas al contacto aculturativo y a una interacción desigual con el mundo criollo (Esteban Mosonyi y Jorge Mosonyi, Manual de lenguas indígenas de Venezuela). La escritura wayúu
Hoy, los wayúu cuentan con una escritura propia, producto de largos años de investigación donde han participado
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El pueblo wayúu representa el 70 % de la población indígena de Venezuela. Miembros de la comunidad, 2010. Foto: FI L I PPO
B I LOT T I
E L A PO RT E D E J U S AYÚ
Iniciativas para la defensa del wayuunaiki
En la última década el reconocimiento del carácter multiétnico y pluricultural de nuestro país ha despertado iniciativas en diferentes campos que sin duda incidirán en el futuro de nuestros idiomas indígenas. Finalmente reseñamos algunas de ellas. En los últimos tiempos se han traducido al wayuunaiki diversidad de textos, entre estos destaca la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. La famosa obra de Gabriel García Márquez, Cien años de soledad —en un ejemplo claro de la importancia del wayuunaiki— será traducida por un grupo de indígenas entre
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de waiú”. El poeta wayúu Miguel Ángel Jusayú fue en vida gramático, filólogo, recopilador, narrador, investigador wayuu y un apasionado de la radio. Su vida la dedicó a estudiar el idioma de la gran nación wayúu, a pesar de las adversidades de la vida. Son muchos los investigadores que han realizado aportes en el campo de la lingüística de los idiomas indígenas, pero hoy queremos destacar la obra de Jusayú. Nació en 1933, en Wuinpumuin, al noreste de Nazareth, en la alta Guajira, fue doctor Honoris Causa de La Universidad del Zulia por sus aportes al idioma wayúu, su lengua materna. La obra narrativa de Miguel Ángel Jusayú y sus estudios gramaticales del wayuunaiki constituyen un aporte invalorable en la comprensión de la cultura del pueblo wayúu. Cabe destacar que la condición de pueblos inmersos en el mar profundo de la oralidad no significa carencia de producción literaria y poética, más bien, dada esa situación se emplean todos los recursos de la memoria para preservar el conocimiento y la historia a través de relatos, cantos, cuentos, poesía, valga decir, su identidad. Entre los reconocimientos que ha recibido Jusayú se destaca el Premio Nacional de Literatura 2006. Diccionario sistemático de la lengua guajira, Morfología de la lengua guajira, Taku’jala: lo que he contado, Wane Takujalayaasa, Relatos guajiros I, Relatos guajiros II, Ni era vaca ni era caballo (traducido al inglés, danés, noruego y sueco) y Método para enseñar a escribir y leer el wayuunaiki, son algunas de las obras que avalan su trayectoria como uno de los intelectuales indígenas más importantes de Nuestramérica. Jusayú decía: “quiero ser el gran escritor de los wayúu. Nunca me imaginé que aprendería a leer y escribir y que algún día aprendería a hablar el castellano como si fuera un alijuna”.
así somos
Dice Miguel Ángel Jusayú en su texto Karra’louta ai’kia junain asha’ja juma ashajeerrá waiúnaiki (Método para enseñar a escribir y a leer el waiúnaiki): “El idioma waiúnaiki es el conjunto de palabras indígenas articuladas de que se valen los guajiros para comunicarse entre sí; por lo tanto, es un instrumento eficaz para intercambiar ideas y desenvolverse en la vida. Se habla por toda la península de La Guajira: Wüinpumüin, Jalála y Wopumuin, aunque en algunos lugares de ella existen variaciones en la pronunciación. Su nombre es waiúnaiki, que quiere decir “palabra
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misioneros católicos y protestantes, lingüistas, antropólogos y docentes wayúu, cabe destacar al escritor wayúu Miguel Ángel Jusayú con un amplio trabajo sobre el idioma. Cuando transitamos la primera década del siglo XXI, se ha escrito mucho sobre la sociedad wayúu, pueblo amerindio de raíz lingüística Arawak, que según consideraciones del lingüista José Álvarez, es “la más extendida e importante familia lingüística de América del Sur. Y el wayuunaiki (idioma wayúu) es una lengua hablada por más de 500 mil personas que viven principalmente en la península de la Guajira, en la zona noroccidental de Venezuela y nororiental de Colombia. Debido a diversas razones, la población wayúu se ha extendido fuera de la mencionada península” (José Álvarez, Antología de guajiros interlineales). Actualmente, la situación lingüística del pueblo wayúu es de cuidado. El wayuunaiki ha sido un idioma monolítico y resistente, especialmente en las zonas de la baja, media y alta Guajira. Pero en la ciudad de Maracaibo ha venido perdiendo su vigor, especialmente por la escolarización, el trabajo de los wayúu con los no indígenas y la vergüenza étnica y lingüística. Por consiguiente, hay que buscar fórmulas para fortalecer la cultura y lingüística wayúu. También es importante reconocer que en Venezuela y en toda América en los últimos diez años se ha venido forjando desde lo institucional y desde el mismo pueblo un despertar de lo étnico y cultural. En este momento es necesario que los profesionales y dirigentes wayúu, a pesar de su formación occidental y en muchos de los casos no ser hablantes de su idioma materno, trabajen desde y con todos los medios para revitalizar la cultura wayúu. Recordemos que “Cada idioma indígena constituye un sistema simbólico de cohesión e identificación colectivas, de comunicación y expresión creadora, autónoma y originaria” (Ley de Idiomas Indígenas, 2008). Por ello es tan importante su uso y difusión en los medios de comunicación social, especialmente los audiovisuales. En este sentido, Nohely Pocaterra, diputada y líder indígena wayúu, en momentos en que la Asamblea Nacional promulgaba la Ley de Idiomas Indígenas comentó que es palpable el despertar de la conciencia colectiva entre los venezolanos indígenas y no indígenas, quienes se van sumando con ahínco para ayudar a la promoción, prevención, defensa y revitalización de los idiomas indígenas (www. aulaintercultural.org. 19/10/2008).
WAYUUNAIKI: DE LA ORALIDAD A LA ESCRITURA
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Miguel Ángel Jusayú recibió el Premio Nacional de Literatura en 2006.
los que resaltan el escritor y antropólogo Nemesio Montiel Fernández Ja’yaliyuu, quien coordinará dicho equipo junto a Jorge Pocaterra Aapushana, Edixa Montiel Ja’yaliyuu, Luis Beltrán, José Ángel Fernández Wuliana y los asesores Emilio Mosonyi, José Álvarez y Clotilde Navarro. Después de 27 constituciones nacionales, la Constitución Bolivariana de 1999 dice en su artículo 9: “El idioma oficial es el castellano. Los idiomas indígenas también son de uso oficial para los pueblos indígenas y deben ser respetados en todo el territorio de la República, por constituir patrimonio cultural de la nación y de la humanidad”. La Universidad Bolivariana de Venezuela-sede Zulia, imparte el idioma wayuunaiki como una de sus propuestas principales. Cabe destacar que recientemente se creó la Asociación de Escritores Indígenas Miguel Ángel Jusayú, conformada por escritores, poetas y narradores, de la talla de la poetisa y escritora Atala Uriana, el poeta y sociólogo José Ángel Fernández, el poeta y cronista Hilario Chacín, el historiador y periodista Manuel Román Fernández, la escritora y antropóloga Lisseth Rodríguez, la escritora Vignny Moreno, el gran maestro Rafael Villalobos, el joven poeta Elimenes Zambrano, el escritor bari Javier Añandón Achincai, el escritor y escultor Leonel Muñoz Bracho,
la poetisa y escritora Isabel Ortega Hernández, todos pertenecientes a diferentes pueblos indígenas, lo que nos indica la presencia de una nueva generación dispuesta a seguir trabajando en torno a nuestros idiomas maternos. Hoy han florecido medios de comunicación impresos en wayuunaiki y programas radiales de corte intercultural bilingüe, lo que potencia la socialización y el reconocimiento de ese legado inmaterial de los hijos de la tierra: los wayúu. Solo el tiempo dirá si el idioma de los wayúu hará el tránsito pleno de la oralidad a la escritura. Por su parte, en los medios de comunicación en wayuunaiki continúa el debate entre oralidad y escritura. Unos escriben y otros cuentan, narran, hablan. Para seguir leyendo... ÁLVAREZ, JOSÉ. Antología de guajiros interlineales. Maracaibo, Ediciones de la Gobernación del Estado Zulia, Secretaría de Cultura, Colección Wayuunaiki, 1993. BÁEZ, FERNANDO. La destrucción cultural de Irak. Un testimonio de la
postguerra. Material PDF, disponible en internet. CASTRO GÓMEZ, SANTIAGO. La hybris del punto cero. Bogotá,
Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2005. MOSONYI, ESTEBAN Y JORGE MOSONYI. Manual de lenguas indígenas
de Venezuela. Caracas, Fundación Bigott, t. II, 2000.
Se habla
CARAQUEÑO M i g u e l á n g e l
M a c h a d o
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así somos
Co m u n i c a d o r s o c ia l / fo tó g ra fo
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Jóvenes de San Agustín, Caracas, 2011. Foto: S U S A N A
ARWAS/ EDGAR MORENO
La lengua es para usarla. Si bien gran parte de nuestro patrimonio cultural reside en su seno, siempre será un músculo sumamente flexible dentro de nuestras dinámicas sociales pues su condición está determinada por factores de diversas índoles. No confundamos el respeto a nuestra tradición con la incorporación a nuestro vocabulario de nuevas formas expresivas: debemos preservar la tradición sin cerrar las puertas de nuestra propia creatividad como pueblo
SE
HABLA CARAQUEÑO
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así somos
Caracas, capital de mil estilos, de mil maneras, caja acústica para millones de lenguas que sueltan sus ideas, sus sentimientos, sus enfrentamientos y sus emociones de tantas formas como es posible. Caracas, destino de distintos procesos migratorios, tanto de habitantes venezolanos como extranjeros, quienes van de la mano de los efectos de la globalización mediática y permean nuestro habla día a día. Caminamos por Sabana Grande, El Cementerio o Las Mercedes y cuando miramos notamos diferentes tipos de vestidos, peinados, calzados, maneras de caminar... Si en vez de solo mirar, escuchamos, entramos al universo sonoro caraqueño, nos damos cuenta cómo usamos, vestimos y sacamos a pasear a las palabras según nuestra edad, nuestro entorno social y el lugar en que nos encontramos.
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La verdad de la milanesa
Caracas es una ciudad que ha recibido durante su historia miles y miles de personas. Durante el siglo XX, la explosión del petróleo y la falta de planes políticos para el interior del país ocasionaron, quizás, una de las más fuertes migraciones a la capital de Venezuela de las que se tenga registro. Millones de personas llegaron a la ciudad paulatinamente, lo cual implicó que muchas comunidades lingüísticas se instalaran con sus palabras, sus refranes, sus modismos, sus frases y que, con el paso del tiempo, la convivencia generara nuevas comunidades lingüísticas, comunidades que de paso no son estáticas, los primeros habitantes de Petare se expresaban muy diferente a como lo hacen los de las generaciones actuales. Al fenómeno de la migración le debemos sumar el de los medios masivos, los cuales hacen que las palabras viajen muy lejos de su origen y se hospeden gratuitamente en nuestro imaginario. No debemos dejar de observar que estos fenómenos de mezcla lingüística suelen darse más fácilmente en las grandes ciudades debido al roce con otras comunidades a través de los medios y a la llegada constante de personas de otras latitudes. Si bien todos estos fenómenos sociopolíticos generaron diferentes comunidades y formas de agruparnos, es decir salseros, raperos, roqueros, vallenateros, joroperos, tukis, entre otros colectivos que hacen vida en Caracas, quizás el tiempo es un factor más relevante a la hora de poner en primer plano la diversidad de nuestro lenguaje oral, y el hablar de tiempo nos lleva directo al camino de las edades. Dime qué edad tienes y te diré cómo hablas
El modo de comunicarnos nos identifica como integrantes de un grupo social. Charallave, estado Miranda, 2010. Foto: S U S A N A A R W A S / E D G A R M O R E N O
La edad no es otra cosa que el dato que indica que estamos viviendo los procesos históricos, culturales, sociales y políticos de Caracas desde una visión muy similar, producto de que somos contemporáneos más allá del lugar del que provenimos o en el que nos desenvolvemos. En ese sentido los grupos etarios se pueden definir también como comunidades lingüísticas. En una tribu urbana determinada, llámense raperos, roqueros, patineteros, entre otros, si bien a sus partícipes los une una actividad en común, los códigos varían entre los que podríamos llamar los miembros de la vieja guardia de la tribu y los más recientes, las formas de nombrar ciertas actividades, objetos, instrumentos y herramientas varían según la edad y el tiempo que la persona tenga involucrada en el movimiento, que no solo se limita
Caracas es una ciudad que ha recibido durante su historia miles y miles de personas. Durante el siglo XX, la explosión del petróleo y la falta de planes políticos para el interior del país ocasionaron quizás una de las más fuertes migraciones a la capital de Venezuela de las que se tenga registro. Millones de personas llegaron a la ciudad paulatinamente, lo cual implicó que muchas comunidades lingüísticas se instalaran con sus palabras, sus modismos, sus comodines, sus frases y que, con el paso del tiempo, la convivencia generara nuevas comunidades lingüísticas…
“La chamba esta heavy hoy.” Es una de esas frases que entran dentro del léxico de un gran número de personas en nuestra ciudad, la palabra “chamba”, usada en otras metrópolis de Latinoamérica, es sinónimo de trabajo, y “heavy” actúa como adjetivo importado que califica de
Cada generación maneja códigos distintos a la hora de relacionarse. Plaza Bolívar, Caracas, 2011. Foto: E D U A R D O R AVA R A
SI N C A E R N O S A C H A R L A Entonces sin mucha vuelta la vida en Caracas a veces es un tripeo y otras un chaborreo, hay gente burda de sifrina y hay burda de gente sencilla, pero en general es bien chévere, bien fino, están los panas y en la pista, aunque hay peligros si uno es serio le va bien, y la verdad es que si en Caracas la gente habla en bamba, mezclamos todo con todo, unos son más chiquiluquis a la hora de expresarse pues, pero al final todos nos entendemos porque somos la misma gente, vamos pal metro y cuando se apague la luz pal mismo hueco. Mientras tanto seguiremos hablando así con burda de palabras de todos laos, porque aquí hay gente de todos laos. Y así te cuenta algún chamo o una chama caraqueña acerca de su ciudad y sus palabras, ni más, ni menos. Si no entendiste mucho de lo que dice en este párrafo, entra a tu buscador en internet, coloca las palabras que buscas o coloca la palabra “venezolanismos”, afortunadamente ya estamos empezando a crear nuestro propio diccionario y glosario en la web, existen ciertas iniciativas interesantes.
así somos
“Mejor piremos, que aquí hay beta raro.” Esta frase por ejemplo, es típica de las comunidades jóvenes del oeste de la ciudad. “Pirarnos” se refiere en plural al hecho de marcharse, de irse de un sitio, es una palabra ya de vieja data en el argot urbano y que se mezcla más adelante con “beta”, que refiere a un acontecimiento, suceso, evento o situación. Aquí estamos ante una frase que dentro del oeste de la ciudad no tiene mucho lugar entre las personas adultas y adultas mayores, de nuevo la edad es el factor vinculante de la frase.
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“Chamo tú si eres gallo.” Esta frase atraviesa de este a oeste la ciudad, se usa entre el grupo juvenil para tildar a alguien de gafo, lento, tonto, ingenuo, es un ejemplo clásico de esas frases que independientemente de nuestro proceder social es perfectamente entendible entre los y las jóvenes. La palabra “gallo” se usa en el caso anterior para calificar de manera negativa a una persona, esto no ocurre si es usada por un adulto mayor, quien al contrario que
el joven maneja la palabra gallo desde el lugar de la gallardía, la valentía, imaginario proveniente de las peleas de gallo, muy populares entre la juventud de otrora, sobre todo en las zonas del interior, es por eso que podríamos escuchar a un adulto mayor en un evento deportivo o político decir refiriéndose a su contendiente favorito: “A ese gallo voy”.
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al concepto tribu urbana, también se refiere a la comunidad, la vereda, el equipo de béisbol. Entonces sin más preámbulo hablemos.
HABLA CARAQUEÑO
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La comunicación no verbal también forma parte de nuestro lenguaje cotidiano. San Agustín, Caracas, 2011. Foto: S U S A N A
pesada o difícil la jornada laboral. Es este otro ejemplo de la mezcla de palabras de otro idioma con las nuestras producto del posicionamiento colonial mediático de ciertos términos anglo en nuestro imaginario lingüístico. “Dame una catira pa mí y una pelua pal pana.” Los nombres de los distintos tipos de arepa es algo que ha venido pasando de boca en boca en Caracas, estos nombres también nos atraviesan totalmente como pueblo, desde pequeños comenzamos a manejarlos con fluidez. “Una catira” se refiere a la arepa con pollo y queso amarillo, “una pelua” refiere a la arepa con carne mechada. En esta frase también encontramos una palabra clave que nos identifica como caraqueños y como venezolanos, la palabra “pana”, la cual todos sabemos es un sinónimo de amigo, compañero. Sin duda alguna parte del trabajo es empezar a sistematizar nuestras maneras de expresarnos, dejar los complejos, empírica y espontáneamente estamos desde siempre desarrollando formas de comunicarnos, preocupémonos menos por corregirnos y más por validarnos, el lenguaje es rico, disfrutémoslo.
ARWAS/ EDGAR MORENO
La lengua es para usarla, y si bien gran parte de nuestro patrimonio cultural reside en su seno, siempre será un músculo muy flexible dentro de nuestras costumbres, pues su condición se determina por múltiples factores. No confundamos el respeto a nuestra tradición con la adopción de nuevas formas de expresar lo que sentimos; la tradición debe mantenerse y hay que preservarla, pero no la preservaremos precisamente cerrando las puertas de nuestra propia creatividad como pueblo. Si bien muchas veces existen algunos elementos importados en el habla cotidiana caraqueña, es nuestro poder creador el que coloca esos elementos en contexto. Nuestra forma de comunicarnos está en constante movimiento, en constante fluctuación y alrededor de ella nos agruparemos y nos identificaremos, pero nunca estará demás prestar atención a los elementos que modifican y alteran nuestras palabras, frases y construcciones discursivas, para así vigilar su desarrollo y el rumbo que toma, con el fin evitar que nos lleve a la incomunicación o a la pérdida total de los hilos que atan nuestro universo comunicativo.
P R E S E R VA R L A S L E N G U A S I N D Í G E N A S E N S I T U A C I Ó N D E R I E S G O
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Mujeres kurripako, municipio Maroa, estado Amazonas, 2009. Foto: E M I L I O
G UZ M Á N
Pro fe s o r U n i ve rsi da d d e Lo s A n d e s - M é ri da
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Los nichos lingüísticos buscan, entre otros aspectos, sustituir el preescolar convencional de corte criollo que ha venido funcionado históricamente en las comunidades indígenas del país; una práctica que genera el desapego de la cultura originaria y la castellanización, a través de modelos exclusivamente occidentales, reproduciendo sistemas foráneos de educación y obviando los milenarios saberes etnoculturales y lingüísticos que hacen a estos pueblos culturalmente diversos
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nichos etnolingüísticos
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L A PR I M E R A E XPE R I E N C I A La estrategia de los “nichos lingüísticos” tuvo un antecedente en el antiguo Territorio Amazonas y se trató de una experiencia que desarrollamos por primera vez en el país, en 1975, los profesores de la UCV, Esteban Emilio Mosonyi, Rafael López-Sanz y Omar González Ñáñez en el anteriormente llamado departamento Río Negro, estado Amazonas. La experiencia la llamamos Ensayo de Educación Intercultural en la Zona Arahuaca del Río Negro (Amazonas, Venezuela) y la comenzamos, en realidad, en 1973, en la zona baré de Río Negro; fue una iniciativa nuestra aislada de todo tipo de apoyo de las instituciones educativas del territorio o del Estado; el ensayo consistía básicamente en que los últimos hablantes baré de esa comarca, en especial San Carlos, Solano y Santa Rosa de Amanadona, ejercieran el
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rol de cuentacuentos con grupos de niños en sus propias casas mientras que nosotros hacíamos seguimiento del proceso de pedagogía aborigen. Uno de los antropólogos lingüistas, el profesor Rafael López-Sanz concluyó una gramática del baré en Amanadona, la cual elaboró con las enseñanzas del sabio don Rosendo Da Silva (a. Guanaguanare). En San Carlos nos apoyamos en doña Laura Vida (+), y en Solano con doña Antonia Estévez, también finada. La promoción local del programa la hacíamos a través de los radiotelégrafos que existían en esa época en las capitales departamentales los cuales eran captados en cualquier receptor de radio; el profesor López-Sanz llamó jocosamente a esta red “radios bejuco”. Una vez que salimos los profesores de la UCV de la región, el ensayo se olvidó. Los baré abandonaron su lengua en esos caseríos y fue desplazada por el idioma yeral (nhengatú) que trajeron estos indígenas que migraron desde Brasil y se asentaron en la zona. Posteriormente esta experiencia de recuperación del baré surgió en Puerto Ayacucho por iniciativa del maestro baré Pompilio Yacame, quien instaló una especie de nicho en su propia casa. También los sancarleños que habitan en esa ciudad han rescatado las fiestas caboclas o mestizas tradicionales llamadas fiestas de Mastro. Es decir, el movimiento de revitalización cultural de los rionegreros es muy sostenido en Ayacucho, mientras que en San Carlos se apagó.
Implantación de nichos lingüísticos
Originalmente la palabra nicho fue una modificación de la palabra inglesa nest que significa nido, fue el Esteban Emilio Mosonyi quien sugirió denominar esta iniciativa con el término nichos. Con el primer nombre de “nido lingüístico” la propuesta surgió, en 1982, en Nueva Zelandia, donde un grupo de educadores y líderes maorí se propuso detener la extinción de esa lengua de la familia lingüística polinesia. La estrategia consistió en la inmersión lingüística de niños y jóvenes maoríes bajo la dirección de ancianos hablantes de esa lengua para que la joven generación fuese re-adquiriendo su idioma ancestral. En 1993, en Venezuela, el lingüista E. E. Mosonyi, asesor de la Dirección de Asuntos Indígenas del Ministerio de Educación, propuso a su director, el también etnolingüista Omar González Ñáñez, la creación de los nichos lingüísticos (en vez de nidos lingüísticos), inspirándose en la experiencia neozelandesa.
Es pertinente resaltar entonces que en Venezuela, mucho antes de comenzarse a hablar de los nichos lingüísticos, surgió en 1973, el Ensayo de Educación Intercultural en la zona Arahuaca del Río Negro (Amazonas, Venezuela) en la zona baré de Río Negro. En 2003, cuando ejercía las funciones de director de Asuntos Indígenas del Ministerio de Educación fue aprobada una propuesta nuestra sobre la modalidad educativa de los nichos lingüísticos. Se trata de la resolución ministerial n° 954 en agosto de 1993, referida a la “implantación de los nichos lingüísticos en el sector sociocultural indígena”. La figura del nichos lingüísticos persigue, de alguna manera, sustituir el preescolar convencional de corte criollo que venía y aún viene funcionado en las comunidades indígenas del país, una práctica que genera el olvido de la cultura originaria y la castellanización, a través de modelos exclusivamente criollos u occidentales, de las sociedades indígenas, reproduciendo estos sistemas foráneos de educación, especialmente urbanos, pasando por alto o desconociendo las milenarias valoraciones etnoculturales y lingüísticas que hacen a estos pueblos culturalmente diversos. Es decir, se trata de modelos educativos etnocidas. La propuesta sugiere como estrategia el rescate de los valores y métodos de educación indígena propia utilizados ancestralmente por la tradición oral de estos pueblos para educar y formar a sus jóvenes mediante el papel que desempeñaron y aún desempeñan los ancianos y ancianas (o antigüeros) y las madres en la formación y socialización de los niños de estas etnias. En resumen, se trata de redimensionar el proceso de pedagogía aborigen. El trabajo dentro del nicho etnolingüístico (es decir, al interior cultural y lingüístico de cada pueblo) debe ser monitoreado por un maestro hablante del idioma y preferiblemente miembro de la etnia y comunidad respectiva. Finalmente, todo el proceso debe asimismo contar con la supervisión de un etnolingüista o bien de un licenciado indígena entrenado en educación intercultural bilingüe. Enfrentar la deculturación y el desarraigo etnolingüístico
Finalmente, a finales de 2008, Fundayacucho aprobó a nuestra Asociación Civil Iwine un proyecto de instalación de cuatro nichos lingüísticos, dos de los cuales serían fundados uno en Maroa, el nicho Baniva, y otro en San Carlos de Río Negro, el nicho Baré. Los otros dos se instalarían en el estado Zulia, uno en territorio de la etnia Añú o Paraujano en la laguna de Sinamaica y el otro entre los
han hecho en Puerto Ayacucho para enfrentar la deculturación y el desarraigo etnolingüístico de las etnias orinoquenses en el ámbito de la formación básica y los técnicos medios, mediante el programa intercultural bilingüe del colegio Madre Mazzarello de los salesianos en esa ciudad. Afortunadamente, a diferencia de lo que nos ocurrió en Maroa en 2004, cuando la alcaldía local no dio respaldo a la propuesta en territorio tradicional de las lenguas Maipure-Arawako, nos encontramos en Puerto Ayacucho con un fuerte espaldarazo por parte de la Secretaría de Educación del Estado Amazonas y con un interesante movimiento de revitalización etnocultural y resistencia al linguicidio y etnocidio en muchos barrios de Puerto Ayacucho. Posteriormente, en 2011, cuando Fundayacucho aprobó fondos para continuar con los dos primeros nichos e iniciar uno nuevo, el Nicho Etnolingüístico Warekena, la Zona Educativa, bajo la dirección del profesor Juan Noguera, le brindó total apoyo a los nichos etnolingüísticos e, incluso, creó una División de Nichos Lingüísticos dentro de su estructura, un paso realmente pionero en el país. Así pues que, en 2009, Fundayacucho e Iwine comienzan con los dos primeros colectivos: Baniva y Baré, y en 2011 arranca el Nicho Etnolingüístico Warekena. Todos estos colectivos con sede en la capital amazonense. Es importante señalar que todo el movimiento de revitalización sigue en aumento en Puerto Ayacucho y no solo se ha impulsado la inmersión en las respectivas lenguas entre niños (de tres a seis años) sino que se han sumado jóvenes indígenas e, incluso, criollos de los barrios, dándole un carácter intercultural a la experiencia. Además, en el caso baré, se han creado dos nuevos nichos etnolingüísticos por iniciativa propia de maestros jubilados. Se han publicado textos y manuales de lectoescritura en
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Foto: CO RT E S Í A O M A R G O N Z Á L E Z Ñ Á Ñ E Z
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PE D AG O G Í A A B O R I G E N En 1999 desarrollamos el concepto de pedagogía aborigen y lo publicamos en la revista Educación del Ministerio de Educación (cf. nº 172, 1992, pp. 36-49), allí introdujimos una primera consideración sobre este proceso: “…es una técnica de educar, una reflexión sobre ese proceso y una ciencia de la educación pero vista siempre desde el punto de vista no occidental, es decir desde la visión que tienen las propias sociedades indígenas” (Presencia Ecuménica, nº 55. Caracas, abril-junio 2000, pp. 32-33). A pesar de tratarse de una resolución emanada del Ministerio de Educación (1993), allí lo único que cambió en 2004, cuando el Ministerio pasó a llamarse de Educación, Cultura y Deportes, fue una modificación original del nombre, pasando a denominarse nichos lingüístico-culturales, en la Exposición de Motivos del proyecto de la nueva resolución ministerial se señala lo siguiente: “Los nichos lingüístico-culturales tienen su origen y antecedentes inmediatos en los llamados nichos lingüísticos, pero difieren de ellos por ofrecer una cobertura integral para toda la realidad y situacionalidad de los niños y niñas indígenas dentro de su contexto familístico, local regional y nacional. Los nichos lingüístico-culturales no se restringen la transmisión del idioma materno, hecho por demás loable, sino que se extiende a la totalidad de la cultura propia, y a la interculturalidad que va conectando al infante con el resto de la sociedad nacional, amén de todos los demás aspectos constitutivos de la problemática del educando indígena en esta, su primera etapa. En otras palabras, ninguna de las obligaciones y funciones que competen a la educación inicial institucionalizada queda fuera de las atribuciones de los nichos lingüístico-culturales. »En cuanto a la participación de los actores del proceso educativo, las madres, abuelas y mujeres indígenas concentrarían en sus personas la responsabilidad principal de transmitirles a los niños y niñas el idioma propio junto a todas las demás manifestaciones y valores de cada cultura originaria. Los educadores especializados colaborarían estrechamente con estas mujeres indígenas, brindándoles también el componente intercultural necesario para conectar el mundo indígena con el acontecer nacional y sus aportes relevantes”.
Maestra Marina Añez y sus alumnos. Nicho Baniva, estado Amazonas, 2010.
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Japreria (idioma caribe) de la Villa El Rosario de la Sierra de Perijá. Lamentablemente, por problemas de tipo presupuestario (originalmente se solicitaron recursos para instalar los nichos tanto en el estado Amazonas como en el Zulia, pero el monto aprobado solo permitió iniciar la experiencia en el estado Amazonas) tuvimos que posponer la experiencia en el estado Zulia quedándonos con los dos nichos de Amazonas. Incluso en Amazonas también, por las exigencias logísticas y lo difícil y costoso del transporte a la región del Guainía-Río Negro, tuvimos que tomar la decisión de comenzar con los indígenas urbanos de Puerto Ayacucho, donde las lenguas inicialmente seleccionadas (Baniva y Baré) están muy amenazadas de extinción. Esta sería la primera vez que realmente se iniciara en el país un proyecto de esta naturaleza, pues nuestros intentos anteriores planteados al Ministerio de Educación no prosperaron. Debemos reconocer los esfuerzos que se
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Monolito sagrado de Siwali. Aldea Capihuara, Brazo Casiquiare, Orinoco, estado Amazonas, 2011. Foto: CO RT E S Í A
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estos idiomas, se han organizado festivales étnicos que demuestran la revitalización de sus culturas, por ejemplo: bailes y fiestas tradicionales, elaboración de instrumentos y artesanía propia; se han comenzado a elaborar las guías pedagógicas por cada pueblo indígena; la participación de los niños con ancianos de su etnia en la manufactura de sus artesanías y en actividades agrícolas, de recolección y pesca tradicionales. La Asociación Civil Iwine está concluyendo, para el último semestre de 2011, un video documental de toda la experiencia de los nichos. Estamos conscientes que este renacimiento de las lenguas y culturas originarias debe extenderse a toda la geografía amazonenense y, especialmente, en el caso de los Arawakos del Guainía-Río Negro, reintentar la modalidad de los nichos en San Fernando de Atabapo, Maroa, Guzmán Blanco y San Carlos de Río Negro, así como antiguos caseríos baré como Santa Rosa de Amanadona (Río Negro) y Solano (en el Casiquiare). De esta manera estaría-
OMAR GONZÁLEZ ÑÁÑEZ.
mos fortaleciendo no solo nuestras fronteras sino nuestra diversidad lingüística y cultural. Para seguir leyendo... GONZÁLEZ ÑAÑEZ, OMAR. “Ensayo de Educación Intercultural
en la Zona Arahuaca del Río Negro (Amazonas, Venezuela), en Memorias del 39 Congreso Internacional de Americanistas, vol. 5, 1975, pp. 307-314. Lima, Perú. “Extinción de las lenguas indígenas venezolanas: perspectivas de su revitalización lingüística para el siglo XXI”, en Boletín Antropológico, nº 47. Centro de Investigaciones EtnológicasMuseo Arqueológico, Universidad de los Andes, Mérida, septiembre-diciembre de 1999. “Ser niño indígena, etnicidad y derechos culturales”, en Presencia Ecuménica, revista de Acción Ecuménica, nº 55. Caracas, Ministerio de Educación, abril-junio 2000, pp. 32-39. También publicado en revista Educación, nº 172, 1992, pp. 36-49. MOSONYI, ESTEBAN EMILIO Y JORGE POCATERRA GONZÁLEZ.
Experiencias recientes de revitalización lingüística en la Venezuela indígena. Fórum Universal de las Culturas. Cataluña, España, 2004.
La figura del nicho lingüístico (…) sugiere como estrategia el rescate de los valores y métodos de educación indígena propia utilizados ancestralmente por la tradición oral de estos pueblos para educar y formar a sus jóvenes mediante el papel que desempeñaron y aún desempeñan los ancianos y ancianas (o antigüeros) y las madres en la formación y socialización de los niños de estas etnias. En resumen, se trata de redimensionar el proceso de pedagogía aborigen.
Todos LOS VENEZOLANOS falamos
UM BOCADINHO PORTUGUÉS El Portu, ícono de la comunidad portuguesa en nuestro país, ha derribado la barrera lingüística y cultural para integrarse y convertirse en un venezolano más. Al mismo tiempo, nosotros, los venezolanos, falamos um bocadinho portugués, producto de ese contacto que nos hace sentir hermanos
Resulta sorprendente constatar que Venezuela es un territorio de convivencia e interacción entre grupos humanos diversos que se han integrado a esta tierra bolivariana para aportar y recibir calor humano, simpatía y progreso. Hemos acogido, con la misma apertura, tanto a los hermanos colombianos y a otros tantos numerosos grupos de latinoamericanos, como a los portugueses y otras comunidades provenientes del viejo continente e incluso de otras latitudes. Y es que los venezolanos somos gente abierta, espontánea y dispuesta a convivir y a tender siempre una mano amiga al otro por diferente que este parezca. Tenemos conciencia de que la diferencia lejos de empobrecernos nos enriquece y complementa. Esa es una lección que aprendimos desde nuestro origen plural, diverso, mestizo, del que no debemos avergonzarnos. Sabemos que somos el producto de una mixtura étnica entre tres grupos humanos culturalmente diferentes cuya convergencia, aunque forzada, promovió una convivencia, y como en toda convivencia se dieron intercambios. Inherente a esos intercambios es la hibridez que nos legó temple de guerreros, belleza natural, espontaneidad, una forma optimista de ver la vida y una enorme capacidad para relacionarnos con el otro. Ese otro que, aunque parezca, en algunos casos, muy ajeno, no lo es tanto, pues la historia nos revela la existencia de vínculos que nos ligan no solo a nuestros ancestros indígenas sino también al blanco y al negro. Ellos asimilaron cosas nuestras y nosotros asimilamos cosas de ellos. Ellos y nosotros tenemos algo en común, ellos son otros que tienen algo de nosotros.
Probablemente, por esta razón no nos resultan del todo extraños. Posiblemente, esta realidad facilita la convivencia entre nosotros y nuestros huéspedes y hermanos colombianos, peruanos, españoles y portugueses, por ejemplo. De allá para acá
Lo cierto es que cada uno de estos colectivos inmigrantes arribó a esta tierra con una maleta llena de sueños, pero además de sueños, ese equipaje contenía también una visión de mundo, unas tradiciones y una lengua propias, que en el caso de la comunidad portuguesa, aunque es muy parecida a la nuestra, posee una lengua diferente. No obstante, las diferencias lingüísticas y culturales no han impedido la integración de los portugueses a la sociedad venezolana. Y es que los lusitanos son gente trabajadora, humilde, afable y con una enorme capacidad de adaptación e integración a espacios ajenos a su Portugal natal, de donde han partido en masas para radicarse en los más recónditos espacios del planeta dictando, en cada lugar que habitan, cátedra de trabajo, constancia y progreso… Ellos son un buen ejemplo de perseverancia y capacidad para administrar recursos económicos y humanos. Una muestra fehaciente de esto lo constituye el portugués aldeano, proveniente en su mayoría de la isla de Madeira y de pequeños pueblos del norte de Portugal, convertido en pequeño comerciante próspero al frente de una panadería o de un abasto atendido por él y su familia en cualquier ciudad, pueblo o barrio venezolano. Son numerosas las historias de portugueses que arribaron a esta tierra con poco o nada de dinero, ayudados
Tenemos conciencia de que la diferencia lejos de empobrecernos nos enriquece y complementa. Esa es una lección que aprendimos desde nuestro origen plural, diverso, mestizo, del que no debemos avergonzarnos.
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Ellos y nosotros tenemos algo en común
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T o v a r Pro fe s o ra d e Po r tu g u é s U C V / Fo to g ra f ía s : R a fa e l S a l c e d o
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D i g n a
TODOS
LOS VENE ZOLA NOS FALAMOS UM BOCA DHI NO PORTUGUÉ S
por paisanos, y se dedicaron a trabajar duro para luego traer a la esposa e hijos que esperaban pacientemente el llamado para venir al reencuentro y comenzar a trabajar juntos de cara al futuro. La familia una vez reunida, se amalgamaba y centraba en un solo objetivo: procurar labrarse un futuro mejor. Para lograr el objetivo era necesario, obviamente, sacrificar muchas cosas, esforzarse mucho, trabajar sin descanso 12, 15 o más horas. La familia entera tenía que ayudar en el negocio para producir y ahorrar al máximo. Pero lo más importante era que la intervención o ayuda de los hijos en el negocio no impedía su ingreso a la educación media y a la posterior formación universitaria. Para la familia portuguesa residente en este país, el estudio, la profesionalización de los hijos, fue siempre una prioridad, una condición sine qua non. La Familia Pereira. Palo Verde, Caracas, agosto 2011.
preocupación de que mi hijo tenga la oportunidad que yo no tuve ha sido una constante en la comunidad portuguesa y los hechos así lo confirman. Los hijos de lusitanos residentes en Venezuela son, en su mayoría, profesionales que han impulsado el aparato productivo de esta tierra generosa que al final es también su tierra. Ser bicultural
Estos venezolanos híbridos, nacidos aquí o en Portugal pero de padres portugueses se mueven en un mundo que se caracteriza por ser bicultural. Es decir, crecen y se educan en contacto directo con las costumbres y tradiciones venezolanas y portuguesas simultáneamente. El entorno los sumerge en nuestra realidad nacional al estudiar en escuelas, liceos y universidades venezolanas están inmer-
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sos en la visión de mundo, las manera de ser, de vivir, venezolanas. Este contacto directo los seduce, los moldea, les enseña a amar a Venezuela, su clima agradable, sus paisajes hermosos, sus playas paradisíacas, su gastronomía variada y su gente cordial, alegre, extrovertida… No obstante, esto no limita su contacto y apego a las costumbres, tradiciones, gastronomía y lengua portuguesas, a las cuales tienen acceso permanente en el entorno familiar. O conforto do lar funciona como una isla que retrata a casa portuguesa descrita por Amália Rodrigues en el famoso fado así titulado. En esa isla es posible degustar um caldo verde, acompañado por un bom bacalhau com natas, vinho tinto ou verde, el respectivo y delicioso pastel de natas y un cafezinho; obviamente, al ritmo de música portuguesa, que no será necesariamente un fado, ya que este es un género musical genuinamente urbano, con el cual no se identifican totalmente nuestros hermanos portugueses radicados aquí que son oriundos, en su mayoría, de la isla de Madeira o del interior de la patria lusa. Ah, muy importante: en esa isla fala-se portugués, lo que significa que los habitantes de la casa portuguesa están expuestos simultáneamente al castellano, que es la lengua de comunicación cotidiana con los venezolanos, y al portugués que funciona como la lengua de comunicación familiar. No siempre sucede así, pues hay casos (aunque pocos), en que la pareja es mixta: un cónyuge portugués y un cónyuge venezolano, y obviamente predomina el castellano también en el entorno familiar. Pero la mayoría de las veces ambos cónyuges son lusitanos y solo hablan portugués en casa y en las reuniones familiares.
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La familia Pereira llegó a Venezuela hace 30 años atrás procedente de la Isla de Madeira. Palo Verde, Caracas, agosto 2011.
Vamos a detenernos para desarrollar un poco el tema de ese portugués que se habla en el entorno familiar. Antes, debemos aclarar que una lengua es un vehículo de comunicación, un ente vivo que evoluciona constantemente y que dicha evolución es determinada por el uso que los hablantes hacen de ella. La evolución es un proceso natural que el hablante activo, casi sin percatarse, promueve y consolida con el paso del tiempo. Un hablante activo es aquel que se comunica permanente y cotidianamente en una lengua determinada. Es decir, en el caso de los lusitanos aquí radicados, dejan de ser hablantes activos de portugués para convertirse en hablantes activos del castellano, pues su día a día se verbaliza en castellano y no en su lengua materna. Esto implica una pérdida para los lusitanos ya que al quedar restringido el uso de su lengua materna apenas al entorno familiar se va apagando paulatinamente el léxico no utilizado y toda su carga semántica, sintáctica y pragmática inherente; esta pérdida es palpable en la gran mayoría de los lusitanos que ya no frecuentan Portugal cada año como antes lo hacían y que hablan portugués apenas con sus amigos y familiares. Lo que sigue a este olvido involuntario pero paulatino e inevitable de significados y significantes en portugués es la aparición del renombrado portuñol; ese código de comunicación intermedio entre el portugués y el castellano es provocado, probablemente, por la proximidad existente entre estas lenguas. Ambas, provenientes de la misma raíz, el latín, se asemejan tanto que los lusitanos son presa fácil de esa semejanza, lo que se verifica con el uso que ellos desarrollan del portuñol en Venezuela. Es un hecho que, con el paso de los años, los portugueses aquí radicados comienzan a comunicarse por medio de una lengua híbrida en la que se refleja simultáneamente su aprendizaje y consecuente adquisición de competencia comunicativa en castellano y la incorporación de semas propios del portugués, que parecen reemplazar aquellas lagunas de significados y/o significantes que aún persisten en el uso de la lengua castellana. En otras palabras, los portugueses comprenden que la comunicación consiste en entender al otro y hacerse entender; para lograrlo adoptaron como estrategia mas común sustituir las palabras que ellos desconocen en castellano por palabras de su lengua materna. De allí, que pronuncien con naturalidad frases en las que se verifica
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a menudo esa mezcla castellano-portugués a que nos referimos y de la cual podemos dar los ejemplos siguientes: • Ella no ha llegado ainda (= aún). • O que queres que te diga? • A que horas llegas filho? • El dotor no me diz que tengo que ficar (= permanecer) acostado.
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El Portu es un personaje popular que se ha ganado el respeto, el cariño y la aceptación de los venezolanos. Desde las zonas más humildes hasta en las más ostentosas, es posible encontrar a este personaje sencillo, bonachón, bromista, trabajando incansablemente en su abasto o panadería. El Portu es un venezolano más y así lo demuestra su pasión por la arepa, el pabellón, la hallaca y otras exquisiteces culinarias venezolanas; así como también el hecho de que se ocupe de fabricar el pan de cada día en este país, mi país, su país; así lo demuestra él con sus hijos ligando, en la Copa América, por nuestra Vinotinto y en la Eurocopa por Portugal. Podría decirse que el Portu se ha integrado totalmente a la sociedad venezolana, ha logrado vencer sin problemas la barrera de la lengua, ha consolidado su competencia comunicativa, no en los predios académicos, sino en la universidad paralela: la calle. Podría decirse también que nosotros, los venezolanos, nos hemos acostumbrado de tal forma a la presencia del Portu que hasta falamos um bocadinho de portugués, pues entendemos esa lengua particular e híbrida por medio de la cual él nos comunica sus ideas. Nuestra interacción con el Portu, ícono de toda la comunidad portuguesa, es permanente y armónica, nos entienden y los entendemos cabalmente y en eso radica la comunicación entre los pueblos. La comunicación es un valor agregado en toda relación y este caso no es la excepción. Gracias a esa comunicación amistosa y respetuosa que existe entre ellos y nosotros es posible oír al Portu reír, sin sentirse agredido, ni burlado, de los comerciales y programas de televisión que remedan su forma particular de hablar castellano con acento portugués. Un castellano nasalizado, impregnado de sonidos vibrantes y marcado por la pronunciación de la (s) a la española. Todas estas son características fonéticas propias de la lengua portuguesa transplantadas a la lengua castellana que ellos aprendieron a puro oído en contacto con nosotros. Su habla silábica es motivo de bromas, a veces pesadas, pero llevaderas entre ellos y nosotros. Reímos juntos sin complejos y aunque ciertamente en algunos casos dichas bromas revelan un tono irónico, del cual se puede inferir lastimosamente el apego al estereotipo del portugués bigotudo, ignorante y mal hablado, nos atrevemos a decir que la gran mayoría de los venezolanos se ha formado su propia imagen del portugués basándose en el contacto, la interacción, la comunicación y desechando el estereotipo y la descalificación por ser enemigos principales de la objetividad y favorecedores de una imagen distorsionada y despectiva de una comunidad entera que se ha ganado nuestro cariño y respeto a fuerza de constancia y ejemplo.
Más allá de la mezcla lexical vehiculada por el portuñol, la cual, sin duda alguna, trasciende tanto al plano semántico como al pragmático, se incorpora de manera notable al habla híbrida de los lusitanos el elemento fonético que es, a juicio personal, la fuente inagotable de jocosidad para los venezolanos quienes bromeamos con el habla del Portu. No podemos terminar este texto sin dedicar unas merecidas líneas a la hermosa y respetable lengua de Camões: la lengua portuguesa. Una lengua seductora, hermana de nuestra lengua madre y hablada por más de doscientos millones de personas en los cinco continentes. La lengua portuguesa es rica, diversa, una ventana abierta al conocimiento de siete culturas, siete mundos diferentes. Ella codifica y expresa sin restricciones lo que es ser portugués, brasilero, angolano, mozambiqueño, guineense, cabo verdiano y san tomense. Esta capacidad para desdoblarse y expresar realidades diversas es apenas una muestra de la pluralidad, riqueza y versatilidad de las que está investida la lengua portuguesa, una lengua que no nos resulta extraña, pues como dijimos antes, estamos en contacto permanente con una comunidad que lucha por mantener celosamente el uso de su portugués materno como un preciado tesoro que resguarda su identidad. La lengua portuguesa nos invita a conocerla, a aprenderla, no solo para hablar de ella con propiedad sino también para conocer mejor a esa pujante comunidad portuguesa con la cual compartimos día a día y a nuestros vecinos del coloso del sur: los hermanos brasileños. El aprendizaje de la lengua portuguesa ha adquirido en este contexto geográfico una importancia histórica que se verifica cada año en el ingreso masivo de jóvenes venezolanos y lusodescendientes al Departamento de Portugués de la Escuela de Idiomas Modernos de la Universidad Central de Venezuela, lugar en donde profesores venezolanos, portugueses y brasileños convergen para enseñar portugués como lengua extranjera.
Para seguir viendo y leyendo... DE ABREU XAVIER, ANTONIO. Con Portugal en la maleta. Caracas,
Alfa, 2007. ACOSTA SAIGNES, MIGUEL. Historia de los portugueses en Venezuela.
Caracas, Dirección de Cultura de la UCV, 1959.
El habla
MAR ACUCHO En el habla, la variación lingüística consiste en el uso alterno de formas diferentes de decir lo mismo. Cotiza o alpargata, marta o malta, la madre tuya o tu madre. Palabras distintas para decir lo mismo en distintas regiones de Venezuela
Este sol es de agua… OÍDO EN LA CALLE Hablar nos parece tan natural que no nos detenemos a pensar lo extraordinario que es. Este sol es de agua…, dice la señora que está delante de mí en la cola para pagar el teléfono. Ella y yo sabemos que lo que dice es distinto de lo que quiere decir. Compartimos la experiencia de vivir y hablar en Maracaibo, por lo cual ambas interpretamos que el sentido de su frase se resume en que en Maracaibo cuando hace ese calor viene lluvia. Las variedades de habla de una lengua son conjuntos de elementos o de patrones lingüísticos asociados a fenómenos externos a las lenguas mismas, como la geografía, la historia o la situación comunicativa. Con respecto a la variedad maracucha los lingüistas están de acuerdo en que tiene una raíz andaluza, al igual que la del oriente venezolano. También coinciden en que la dificultad geográfica que representaba el lago de Maracaibo para comunicarse con el resto del país —el puente Rafael Urdaneta es de 1963— propició que se conservara y afianzara esta variedad. Hace algunos años me contaron lo siguiente: un español llegó a Maracaibo y le dijo a sus amigos que quería conocer la ciudad por sí mismo. Así que lo montaron en un carrito de Bella Vista (carrito por puesto: así se llama en Maracaibo a los carros que hacen transporte público en diferentes rutas; carrito por la tendencia a usar el diminutivo, generalmente con valor afectivo, que compartimos con el resto de Latinoamérica, y no se refiere al tamaño del carro; y por puesto porque son cinco los puestos que hay para los posibles pasajeros). Iba al centro (ir al centro o bajar al centro, consiste en llegar a la parte tradicional y más antigua de Maracaibo;
lo de bajar no tiene nada que ver con la geografía, puesto que la ciudad es llana, sino más bien con el sentimiento de viajar hacia un tiempo histórico anterior). Se monta el español en el puesto de al lado del chofer y cierra la puerta. Inmediatamente oye que el chofer dice “Cerrala más duro…”, y él, sin pensarlo, vuelve a abrir la puerta del carro en marcha y la cierra con más fuerza. El chofer le dice de nuevo: “Verga, cerrala más duro…”. Repite el español la acción con más fuerza todavía. Inmediatamente el chofer le señala: “queréis te la lleváis pa tu casa”. En ese momento el español, que ya no sabía qué hacer y no entendía nada, le habla al chofer. Éste al oírlo le interrumpe y le dice «¡a la vaina! Si vos no sois de aquí, con razón no entendéis». Y procedió a explicarle al español lo que le había dicho. A saber: que en Maracaibo hablamos maracucho, que es distinto del castellano de España; que en maracucho “hablamos al revés” y que dependiendo de la entonación solemos decir lo contrario de lo que literalmente decimos, así que “cerrala más duro…” en esa situación significaba el reclamo del chofer al pasajero por haber cerrado la puerta tan fuerte. Lo de “si queréis te la lleváis pa tu casa” era una exageración, a lo que también somos muy dados los maracuchos. Terminaron tomando cerveza en un bar del centro como si fueran amigos de toda la vida. La ironía (decir lo contrario de lo que se piensa), ese “hablar al revés”, es constante en el habla maracucha, y requiere una atención constante entre los interlocutores y con respecto a la situación, porque si no “perdéis”. También requiere una gran conciencia lingüística y un regusto por el hablar. Frases como “bonito que te quedó” (1), “estáis hablando fino” (2), o “la buscáis pareja” (3) no se pueden interpretar si no se está en la situación concreta en la cual se producen; generalmente conducen a la risa y dan cuenta de la complicidad entre los hablantes. (Traducción inmediata: 1) algo, cualquier cosa, quedó horrible; puede ser la comida, la
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HABLA
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vestimenta, una acción determinada, etc.; 2) se le dice a alguien cuando se considera que está usando un lenguaje “vulgar”; y 3) se la oí a alguien cuando veíamos a un hombre bajito y delgado peleándose con uno bastante alto y fuerte). Con respecto a los nombres propios de personas, Maracaibo ha pasado por su fase griega y romana, con nombres como Arquímedes, Alcibíades, Atenógenes; la inglesa o estadounidense con las Mary, Mery y Elizabeth, en la cultura zuliana de enclave petrolero; aparte de las Fredefinda, Casildas y Leocadias. De un tiempo a esta parte el ingenio (?) de los padres acuña nombres como Yusbeibi o Yusberisaida, formados con partes de los nombres o sobrenombres de los padres (aunque, al parecer, ya se hace en toda Venezuela). De los sobrenombres hay historias sin fin, como en todas partes. Responden a la creatividad lingüística de los hablantes y suelen ser una síntesis de las características físicas y psicológicas del sobrenombrado. Dos escuché recientemente que no tienen desperdicio: Buchón con piojo y Tarzán de matero. Explico. Buchón llamamos en Maracaibo al pelícano. Suele estar en las orillas del lago cazando peces para alimentarse. Se queda quieto, casi detenido en su vuelo, y baja como una flecha cuando ve su presa. Al tomarla con su pico largo, la bolsa de la parte inferior del pico se le infla al llenarse. Este hombre al que llaman Buchón con piojo tiene la mandíbula inferior alargada (como un pico) y la papada grande. Pero a esa característica física se le añade un comportamiento: suele frotar su espalda cuando está apoyado en alguna pared, como si le picara, como si tuviera piojos. Buchón también significa en maracucho lleno, barrigón. Tarzán de matero lo es por ser un hombre musculoso, pero bajo de estatura. Así que se lo pueden imaginar colgado de las lianas, pero del matero. Les cuento que conozco a un Colchón doblao. Imagínense ese físico.
En maracucho, como en las variedades del oriente de Venezuela y en varios países del Caribe, solemos sustituir la /l/ por /r/, como en argunos por algunos, o en miarma por mi alma. Decimos cuchillo, pero también cuchilla; nos esmadramos en vez desmadrarnos. Decimos peliar por pelear, pasiar por pasear, abanico en vez de ventilador, te están llamando en vez de te llaman, rache en vez de cremallera. Decimos busaca porque bolsa es otra cosa. Verga y molleja, con sus aumentativos y diminutivos, son dos palabras que nos sirven para sustituir a cualquier otra en cualquier situación: pasame la verga esa puede ser un libro, una silla… hasta el infinito; ¡a la verga! es exclamación de asombro; estar de mollejón es estar loco, desmemoriado, borracho; mollejero es lío, zaperoco o verguero. Hablamos en un tono alto, como corresponde a las comunidades que viven al nivel del mar. Nuestra voz suele ser nasal y aguda. Pero sobre todo hablamos de vos. El voseo es el uso del pronombre personal vos, equivalente a tú y usted, formas correspondientes a la segunda persona del singular. Hay voseo en Centroamérica, Colombia, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay. En Venezuela, en los Andes y el Zulia. Pero mientras el voseo latinoamericano y de los Andes venezolanos se realiza con la forma verbal correspondiente a la segunda persona del singular, vos cantas, vos comes, el voseo maracucho combina el pronombre de segunda persona del singular con la forma verbal correspondiente a la segunda persona del plural, vos cantáis, vos coméis. Esa es la singularidad del voseo maracucho y parte de nuestra identidad. Como me dijo una señora mayor a la que le pregunté por qué cojeaba: “Mija, pisé en falso… es como si venís caminando y una pierna se te va pal coño viejo”. Oírla fue como estar en casa. La voz donde nos reconocemos y compartimos en la diversidad.
“Todas las lenguas descriptiva y lingüísticamente tienen el mismo estatus: son lenguas” A k a i d a
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FR A N C I A M E D I N A , A N T R O PO L I N G Ü Í STA / D O C E N T E D E L A U C V
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Egresada de la Escuela de Antropología de la Universidad Central de Venezuela. Su tesis de pregrado fue sobre la lengua mapoyo, pueblo indígena que habita en el estado Bolívar y cuya lengua se encuentra en peligro de extinción. Ese proyecto marcó su deseo de especializarse inclinándose por la investigación de las lenguas indígenas venezolanas. Se desempeña como docente en la UCV, adscrita al departamento de Lingüística y Antropolingüística. Actualmente, como proyecto de maestría, estudia la relación de la lengua con la cultura shirian (yanomami) AKAIDA OROZCO: ¿Qué podría-
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mos entender por el término diversidad lingüística? FRANCIA MEDINA: La diversidad
lingüística, así como también se entiende la diversidad biológica, es precisamente la variedad de lenguas que existen y que se hablan en un país, en una nación. Cuando los españoles llegan a nuestras tierras ya aquí existían muchas culturas, ya había un legado. Ellos traen el español, posteriormente se crean redes de comercio y se forman lenguas criollas de base española, francesa, inglesa, todos estos elementos forman parte de la diversidad. Mucha gente piensa que la diversidad lingüística en un país como Venezuela está conformada por las lenguas indígenas solamente y no es así. También forman parte de esa diversidad las lenguas criollas que igualmente están en peligro de perderse porque casi no se hablan ya. Existe el creole de base francesa en la península de Paria, en El Callao se hablaba el patúa criollo de base inglesa, y en la Colonia Tovar está el alemán co-
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loniero, una lengua del sur de Alemania, de la Selva Negra que ya no se habla ni en la propia Alemania. Los diferentes dialectos del español en las distintas partes de Venezuela también forman parte de nuestra diversidad lingüística, por supuesto esto está muy asociado a nuestra diversidad cultural.
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¿Cómo se manifiesta esa diversidad en Venezuela?, ¿Qué elementos la componen?
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Los factores geográficos son los que más ayudan a visualizar la diversidad. En Venezuela, hoy día quedan menos de la mitad de lenguas indígenas que se estima existían en un primer momento de contacto con los españoles. Venezuela es un país megadiverso en todos los sentidos, incluyendo su geografía humana; actualmente la mayoría de las comunidades indígenas se encuentra en las áreas selváticas, en las zonas fronterizas de Venezuela. Una vez dado el contacto con los españoles se forman mezclas idiomáticas y el choque cultural hegemónico va mermando, a través de la historia, nuestra diversidad lingüística inicial. Luego, las políticas de educación, la importancia y el peso que se le ha dado al cristianismo a lo largo de toda la historia, han contribuido a disminuir nuestra diversidad lingüística. No obstante, esa diversidad está latente, la tenemos allí. Este gobierno ha querido realmente frenar esa pérdida y darle justo valor a esa diversidad, pero aún hay ciertas políticas que no se han asumido de la forma como se deberían asumir. Sin embargo, tenemos un marco legal que protege nuestra diversidad asentada geográficamente y alimentada histórica-
mente por todos los procesos que hemos vivido. En un país que se define constitucionalmente como diverso y pluricultural, ¿qué importancia tiene para sus habitantes conocer y asumir la diversidad de lenguas?
Es muy importante porque precisamente la lengua es parte fundamental de la identidad. Todos los seres humanos al ser seres sociales, ser seres culturales, necesitamos identificarnos con otros y desidentificarnos de otros; así marcamos pautas, marcamos diferencias. En la lengua viene precisamente el acervo cultural. En Venezuela, venimos de un sistema educativo, desde la primaria hasta el bachillerato, donde no nos enseñan que tenemos una variedad riquísima que sobrepasa la treintena de lenguas. Entonces hay una parte de nuestra identidad que no está completa, y cuando nos vemos envueltos en este proceso de homogeneización, de globalización, que es tan común y tan normal dentro de las sociedades actuales y del que pareciera que no nos podemos escapar, vamos perdiendo precisamente la parte más rica de nuestra cultura: la lengua, aquella que nos identifica como venezolanos, en principio, y luego como latinoamericanos, como suramericanos. Por eso darle a todas las lenguas rango constitucional es un paso fundamental. Nosotros tenemos un marco legal realmente evolucionado, la cuestión está en verificar que esas leyes se cumplan principalmente en el sistema educativo. Si se quiere arraigar la identidad hay que empezar desde la educación inicial, hay que enseñar a los niños desde la primaria cómo está constituido cultural y lingüística-
mente el país al cual ellos pertenecen, a pesar de que muchos de esos niños no pertenezcan a comunidades indígenas ni hablen lenguas minoritarias como el patuá o el alemán coloniero. ¿De qué manera se ha estado abordando el tema de la educación intercultural en el sistema educativo venezolano?
El tema de la educación intercultural es delicado y siempre hay que hacerle un análisis profundo. La educación intercultural fue promovida por el profesor Esteban Emilio Mosonyi desde los años setenta y siempre ha sido un proyecto que ha tenido más ilusión que lo que realmente se ha podido concretar, porque hay que tener en cuenta que para enseñar una lengua indígena hay que ser hablante de esa lengua y eso choca culturalmente, en principio, con todo el proceso de vergüenza étnica por el que están pasando la mayoría de nuestros pueblos indígenas. Los viejos de la comunidad son quienes hablan la lengua y no se transmite a las generaciones más jóvenes porque piensan que deben hablar español, aunado a esto quienes enseñan en las escuelas tampoco hablan sus lenguas maternas pues son jóvenes. Es una cadena de nunca acabar. Se siguen unos formatos emitidos desde el ministerio de educación, sin una supervisión lingüística especializada, porque eso cuesta muchísimo dinero y muchísimo trabajo descriptivo de base, el cual no existe; la mayoría de las lenguas que existen en Venezuela no se conocen desde el punto de vista descriptivo, se han investigado algunas: el warao, el pemón, el wayuunaiki, y quienes han realizado ese trabajo
La solución es bastante compleja, la vergüenza étnica no se termina de superar. Mientras las comunidades indígenas no asuman el rol protagónico y quieran salvar sus lenguas y sus culturas, más allá del apoyo que les da el texto constitucional, mientras ellos mismos como hablantes no entiendan que deben poner en primer plano la enseñanza y el aprendizaje de sus lenguas, pues ahí no hay escuelas ni programas, ni dinero que funcionen, de hecho las posibilidades de fracaso pueden ser muy elevadas. Debe haber el interés de las propias comunidades, no somos los especialistas los que vamos a salvar como unos héroes las lenguas indígenas, no es el gobierno el que va a salvar las lenguas indígenas, se debe empezar por ellos mismos. ¿Considera que los venezolanos en general tienen conciencia de que viven en un país donde existen otras lenguas aparte del español, un país diverso lingüísticamente?
Cada día más. Antes de que llegara el gobierno revolucionario esa idea se sustentaba más que todo en una cuestión racista, los indígenas eran vistos como brutos, como no racionales. Históricamente no ha habido el interés nacional —ya no estoy hablando del gobierno y el sistema educativo—, el interés del pueblo mismo, por respetar la diversidad y las culturas indígenas. El gobierno revolucionario ha hecho un esfuerzo importante por resaltar, valorar, apoyar y respetar a los pueblos indígenas. Ha apoyado no solo las
Aún hoy día muchos piensan que las lenguas indígenas son primitivas y que no son tan completas como el inglés o el español. ¿Podría explicar por qué estas lenguas no son primitivas y poseen estructuras gramaticales tan eficientes y complejas como las lenguas del llamado “mundo civilizado”?
Respecto al lenguaje humano existen muchos mitos, que si las mujeres hablan mejor que los hombres, que si las personas homosexuales sesean, en fin, así como hay mitos ridículos existen otros más difíciles de desmitificar, uno de esos mitos es justamente pensar que existen lenguas superiores y lenguas inferiores. No hay nada más falso que eso. Todas las lenguas tienen sintaxis, todas son gramaticales, si no existiese un código gramatical simplemente no existiría una comunidad lingüística y los seres humanos no podríamos comunicarnos. Cuando en antropología se habla de primitivo, nos referimos a aquello que histórica y ancestralmente apareció primero, pero no tiene que ver con niveles de inferioridad o superioridad. Hoy en día quienes hablan en esos términos y se refieren a la superioridad de las lenguas anglosajonas y a la inferioridad de las lenguas africanas o indígenas, son personas que simplemente no saben del tema y seguramente tie-
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Desde su punto de vista, ¿qué se podría hacer para revertir esta situación?
iniciativas de investigación, los proyectos audiovisuales, sino que se ha interesado en darle soberanía a los pueblos indígenas, respetar su identidad, incluirlos en el marco constitucional, eso no existía antes. En general, yo creo que la gente sí tiene más conciencia de la diversidad cultural y lingüística pero aún falta mucho trabajo de concientización.
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tural que ellos como pueblos indígenas deben mantener.
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han sido misioneros católicos o evangélicos pero en su mayoría no son lingüistas. Entonces, actualmente, existe un gran bilingüismo. Y muchos dirán que es muy bueno, muy positivo, pero cuando lo ves desde el punto de vista hegemónico, una lengua que se está imponiendo sobre otras, es sumamente negativo; en este sentido, el molingüismo no solo significa una lengua que se impone sobre otra, es una cultura que se impone sobre otras. Y no estoy diciendo que aprender el español por parte de los indígenas sea malo, sino que la misma relación hegemónica hace que se pierda el equilibrio y eso va en detrimento de las lenguas minoritarias. La cuestión es que no hay ni siquiera una lista oficial de cuántas lenguas indígenas existen realmente en el país, porque simplemente no se sabe, no se ha hecho esa investigación. Todavía en el estado Amazonas siguen mezclando en las escuelas niños de comunidades con diferentes lenguas y lo primero que aprenden es el español y esa es la receta perfecta para la pérdida de sus lenguas. Para que las políticas sean interculturales tienen que ser bidireccionales, debe haber intercambio y estamos hablando de una política monodireccional, unidireccional en la que a los niños se les enseña en español. Si esos niños, además, no están aprendiendo la lengua materna desde sus casas no hay nada que la escuela pueda corregir. La tradición oral es lo más importante; si el aprendizaje y la enseñanza de la lengua se interrumpe desde el hogar, se pierde la lengua. Lo que le imponen en las escuelas a los niños no es lo que les va a dar la autonomía idiomática y cul-
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nen una formación muy dogmática. La verdad de todo esto es que no existen lenguas ni más ni menos complejas, las lenguas son distintas. Sólo en suramérica hay más de 400 lenguas indígenas afiliadas a por lo menos 11 troncos o familias, no estamos hablando de la familia romance a la que pertenecen lenguas como el español, el italiano, el francés, el portugués. En Venezuela, se hablan más de 30 lenguas indígenas, además de las lenguas afiliadas a troncos lingüisticos, tenemos lenguas independientes que no se sabe aún a qué familia pertencen. Otro hecho que ha contribuido a alimentar este mito radica en el analfabetismo; el hecho de que una lengua se escriba o no se escriba no la hace ser más o menos superior que otra. Una lengua se escribe porque sus hablantes se han puesto de acuerdo para establecer un código de escritura pero de dónde proviene la escritura, pues de la oralidad, del habla. Entonces quienes son analfabetas, es decir, que no tienen alfabeto, no significa que sean personas ignorantes, simplemente se comunican a través de códigos orales, son ágrafos. Hay lenguas con grafía y lenguas ágrafas en todo el mundo. Entonces, el alemán no puede ser superior al yanomami, ni el yekuana puede ser inferior al inglés, ni el español puede ser superior al sueco, nos reerimos a que todas las lenguas descriptiva y lingüísticamente hablando tienen exactamente el mismo estatus: son lenguas. La Lengua de Señas Venezolana (LSV) es reconocida en nuestra contitución (arts. 81 y 101) y valida el derecho de las personas sordomudas a comunicarse mediante este lenguaje, así como a ser informadas a través de la televisión pú-
blica y privada. No obstante, no es reconocida como lengua oficial. ¿Existe alguna invalidación gramatical, lexical, etc. que impida respaldar legalmente el LSV como lengua oficial o tiene que ver con que es una minoría lingüística?
En el mundo se hablan más de 6 mil lenguas, ¿quiénes hablan esas lenguas?, pues la comunidad parlante, aquellos que no tienen discapacidades. Los seres humanos tenemos un cuerpo biológicamente evolucionado para articular y para escuchar. Por qué aprendemos a hablar, porque escuchamos, porque tenemos capacidad auditiva; las personas que utilizan el lenguaje de señas tienen problemas con su audición. Entonces hay una condición biológica intrínseca —dentro de las condiciones normales— que tenemos para aprender a hablar porque escuchamos, y porque podemos articular la lengua que aprendimos desde pequeños a través de nuestro aparato fonador. Entonces se le da rango constitucional a las lenguas articuladas, habladas. ¿Qué pasa con el lenguaje de señas? Que a nivel de complejidad y desde el punto de vista de la competencia lingüística está en el mismo estatus que la escritura, que la lengua de signos, que el braile, es decir, son sistemas que han derivado de las lenguas habladas. Entonces el problema es conceptual, para que le den o no rango constitucional se debe analizar bien qué se entiende por lengua porque las lenguas tienen comunidades de hablantes y precisamente son hablantes porque escuchan y articulan. ¿Usted estaría de acuerdo con que se le diera rango constitucional a la Lengua de Señas Venezolana?
Es que no es una lengua, en todo caso la lengua vendría siendo el castellano o español. Si se le diese rango constitucional se les estaría dando, fundamentalmente, una importancia simbólica a las personas con la discapacidad. Lo que caracteriza una lengua son sus sonidos consonánticos y vocálicos, sus morfemas —los artículos, la formación de las palabras—, su gramática, etc. ¿Cree que estamos en riesgo de que se desvirtúe o se pierda la lengua castellana por las innumerables influencias foráneas, sobre todo anglosajonas?
No. Hay personas muy dogmáticas de la Real Academia de la Lengua Española, literatos, escritores, poetas, que piensan que sí corremos riesgo, pero fuera del dogma, como te dije antes, el vocabulario, el léxico, la glosa, es la parte más cambiante de las lenguas, lo más estable es su estructura gramatical y sus sonidos y, sin embargo, cambian a través del tiempo. Ese sistema dinámico, flexible en cambio es lo que protege la lengua; parecería paradógico pero no lo es. Entonces, que se incorporen nuevas palabras, que nazcan palabras nuevas, que se desincorporen palabras, es hasta cierto punto normal dentro de la dinámica histórica de las lenguas. ¿Cuándo corre peligro una lengua?, cuando se establece un uso masivo e irracional de ciertos términos. El español es una lengua muy sólida hablada por 400 millones de personas en todo el mundo, la misma cantidad de personas que hablan inglés y árabe, la única lengua que nos gana es el chino y tú comprenderás la cantidad de chinos que hay en el mundo... Yo no soy nada dogmática ni fatalista.
La gastronomía venezolana, una retahíla de sabores Las palabras nombran, designan, identifican, recrean. Nuestra cocina es espacio íntimo, familiar y colectivo donde se gestan alimentos, sabores y texturas del cuerpo y del espíritu. La cocina es esencia, punto de partida y llegadero de las travesías humanas M a i l y n g
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Comer es una de las cosas que más me gusta, es reflejo, parte y esencia de lo que soy, pues me permite tener la energía para cumplir con las tareas del día a día y, sobre todo, me confiere el disfrute de los olores, sabores y colores de la comida de mi gente y de esta maravillosa tierra situada a orillas del Mar Caribe, colmada de valles, nieves perpetuas, playas, desiertos, llanos y caños bañados por el Orinoco, con profunda vocación solidaria y libertaria y que ahora celebra su primer bicentenario. Nuestro variopinto paladar
La selección de alimentos, su preparación, ingesta y presentación, así como el conjunto de utensilios, normas y técnicas que empleamos en el proceso de cocinar, forman parte y se encuentran imbuidos en un entramado profundo de significaciones llamado cultura, sello definitorio de la especie híbrida que es Venezuela determinada por la interacción de los pueblos indígenas quienes habitan este territorio antes de la invasión de los conquistadores y aquellos que permanecen hoy aquí como prueba de resistencia. Además, el contingente europeo de la época colonial, así como
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las sucesivas oleadas migratorias del pasado siglo XX producto de las hambrunas, el exterminio causado por las guerras mundiales y los conflictos civiles; y los miles de esclavizados y esclavizadas africanos y sus descendientes, extraídos de su espacio vital, para ser incorporados en contra de su voluntad a la estructura económica, usos y costumbres de esta nación. Estos tres grandes grupos constituyentes de la venezolanidad han dejado su impronta en los diversos escenarios de la cotidianidad, lo cual incluye el íntimo espacio de la cocina —vista esta como el lugar físico y el potencial creativo para combinar alimentos—, donde decidimos qué y cuándo comer en función de las posibilidades económicas, la variedad y disposición de los insumos en nuestro entorno, cómo preparar los alimentos atendiendo a lo aprendido, a las innovaciones que sean incorporadas, los utensilios, sus diseños y materiales, la estética gastronómica que manejamos, así como la forma en la que denominamos aquello que comemos. A este horizonte cultural se suman los estilos culinarios venidos del mundo árabe y asiático, así como aquellos que llegan de las her-
manas naciones nuestroamericanas y caribeñas. A primera vista comer responde a la satisfacción de una necesidad primaria: el sustento de nuestra vida. No obstante, alimentarse también involucra el disfrute a través del sentido del gusto, el tacto y el olfato de aquello que degustamos, la forma como se prepararon los alimentos y la sazón de quien o quienes estuvieron involucrados en el proceso, así como parte del deleite espiritual de los/as comensales. Palabras que definen nuestra mesa
La gastronomía como conjunto cultural efímero valorado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) se considera desde 2003 patrimonio cultural inmaterial, situado dentro del ámbito de los usos sociales, rituales y actos festivos, como tradiciones culinarias que trasmiten, reafirman y dan continuidad a los sentimientos identitarios. Este punto de la cocción permite dar otra mirada a un acto cotidiano que nos lleva a pormenorizar la comida como parte del repertorio cultural de todos los pueblos del planeta y, por tanto, vehículo, síntesis y marcador identitario de una
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GASTRONOMÍA VENEZOLANA
comunidad, región o país, que se expresa y difunde a través de los diversos códigos que asume el lenguaje, en este caso tomaremos la palabra (escrita y hablada) como instrumento capital con el cual se expresan las variantes de la diversidad gastronómica. En Venezuela, un alimento puede recibir una variedad de nombres atendiendo al contexto geohistórico en el cual es ingerido. Otro caso ocurre cuando un mismo plato recibe diversos apelativos en función de las variantes en estilos y/o técnicas en su preparación. En tercer lugar, encontramos alimentos que poseen el mismo nombre en todo el país, pero sus ingredientes y preparación atienden a diferencias marcadas por cada contexto cultural. Un alimento, diversos nombres y usos
El primer caso: cuando tenemos un mismo alimento que es reconocido de diversas formas por la comunidad de comensales o responsables de su preparación. La pira. En este caso llamamos a la mesa a la pira (blanca o verde) perteneciente a la familia Amaranthaceae, también conocida como bledo, yerba Caracas o amaranto, empleada en la preparación de ciertos alimentos o como insumo terapéutico (se le atribuyen cualidades oxigenantes, de regeneración celular) por las comunidades indígenas que habitaban lo que hoy día es la ciudad de Caracas antes de la llegada de los españoles. Esta planta se emplea como infusión, harina o ingrediente en la preparación de tortillas, batidos, galletas, ensaladas, de igual forma la semilla puede ser consumida como cereal.
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UNA RETAHÍLA DE SABORES
El papelón. Este también es otro ingrediente estelar de la cocina venezolana con el cual se prepara agua de papelón, guarapo de papelón, agua panela o el refresco de papelón, bebidas que consisten en diluir en agua algunos trozos de papelón en panela y añadirle jugo de limón. Es una refrescante bebida empleada en muchos hogares del país como acompañante de la comida, parte de la merienda o “por si acaso” llega visita. El papelón también se emplea en la preparación de granjerías o dulces tradicionales como el dulce de lechosa, dulce de higo, asado negro (en el aguamiel: agua hirviendo en la que se diluye el papelón) o para endulzar bebidas. Consomé de pescado. En la costa venezolana el consomé de pescado también es conocido como agua (o agüita) de playa; viene a ser un caldo claro del pescado aderezado con sal, cilantro y cebolla, base a la que se le agrega, según la disponibilidad de ingredientes, ají dulce, ajo, cebolla, culantro. El onoto. Caituco, achiote, achiotillo, bija, achote, atoche, son las diversas denominaciones que en Venezuela, sobre todo hacia los estados andinos, se le otorga al onoto (también conocido como onotillo), mientras que uno de los apelativos que recibe en la frontera colombovenezolana es tuk-dará. Uno de sus usos más difundidos es como saborizante y colorante de la masa de la hallaca, su sabor, textura y apariencia sería totalmente diferente si llegase a faltarle el onoto. Pancitos dulces. Las ambrosias y acemas son panes dulces de harina de trigo aliñados con con canela y frutillas dulces; sirven como postre o merienda. También se le conoce
C a m a l e o n e s p o r ex c e l e n c i a En Venezuela hay alimentos cuyos ingredientes y preparación varían a lo largo de nuestra geografía, no obstante mantienen su misma denominación. Se presentan a la mesa la hallaca y la arepa. En navidad, las familias venezolanas se reúnen en torno a la preparación de la hallaca, platillo principal que junto al pan de jamón, la ensalada de gallina, el dulce de lechosa y el pernil, visten de gala nuestras mesas. Ahora bien, dependiendo de la región, podemos encontrar variantes en cuanto a ingredientes y técnicas que pueden ir desde la forma de preparar el guiso (como colocar el guiso crudo sobre la masa de maíz onotada o cocinarlo antes de disponerlo como relleno de la hallaca), hasta la preparación de la masa y los adornos que se colocan. En los Andes venezolanos puede tener garbanzos y encurtidos. En oriente papas y huevo sancochado en rodajas. En Caracas y la región central el guiso se hace de carne de res acompañado de cerdo y tocino, pollo, alcaparras, pasas y aceitunas de adorno. Hay quienes también le agregan nueces tostadas. La arepa, que puede ocupar en el desayuno, almuerzo o cena, la mesa de cualquier venezolano/a o foráneo con muchos años residenciado en Venezuela, fungiendo de plato principal o acompañante. La masa adopta varias formas: arepita dulce (delgadita para que al freírse se abombe, aliñada con papelón y anís), puede llevar queso, ser de maíz pelado, de harina de trigo (arepa andina), de maíz pilado, de chicharrón, de coco, entre otras. Ni hablar de sus rellenos, son tan variados e infinitos como la imaginación de los comensales: quesos, carne mechada, carne molida, pollo, caraotas, pescados, cochino (y sus derivados) y una larga lista de etcéteras. En las areperas cada una lleva su denominación, desde la tradicional Reina Pepeada, la Sifrina, la Llanera, la Pelúa, la Catira, hasta la solitaria Viuda.
como acemita o sema. En los Andes venezolanos se le suele añadir nuez moscada, vainilla, anís dulce y canela, entre otras especies dulces. El Tocuyo, estado Lara, se pelea el origen de este manjar, consumido en el desayuno acompañado de café o leche y queso, o en cualquier merienda vespertina.
Variantes geohistóricas
Tercer caso: un vocablo nombra a un alimento que de acuerdo al contexto geohistórico adquiere variantes en su preparación.
Desayuno criollo: arepa, carne mechada, caraotas negras, queso blanco rallado y huevo frito, acompañado de papelón con limón. Un plato que se puede degustar en cualquier rincón de Venezuela con sus variantes regionales. Caracas, 2011. Foto: GALA GARRIDO
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continuo movimiento... hasta nuestro café se mimetiza vistiéndose de guayoyo, negro largo, negro corto, teterito, marrón corto, marrón claro, con leche, tibio o caliente. La cocina y lo que en ella se produce, como el resto del quehacer humano, es un marcador identitario que se pierde, resemantiza o surge en la medida en que la gente, vecinos/as, amigas/os, familia se encuentra, reencuentra, dialoga, canta, escucha, anota, recuerda, saborea. Si bien los alimentos suministran a nuestros cuerpos los nutrientes necesarios para poder vivir, el acto de comer también constituye un espacio para la recreación, el ingenio, compartir e intercambiar sentimientos y expresiones que nos identifican como iguales y diversos, que cohesionan a una comunidad, o crean vínculos de pertenencia en una región o país. De allí que quien sale de Venezuela, aparte de extrañar a su gente, a su familia, las calles, el clima, también entre otras y (a veces) sobre todo añora sus arepas, caldos, empanadas, pabellón y su café cerrero colaíto en bolsa de tela por la mañanita.
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El carato. El carato o los caratos es una bebida de origen indígena con gran potencial nutritivo y refrescante. Se consume mayormente en el interior del país. Hay de maíz, de cariaco, de arroz o de trigo. Se aromatiza con guayabita, canela, jengibre, clavitos de olor y se endulza con papelón. También hay variantes de carato con ocumo chino (Paria), de batata o yuca (Amazonas), de ajonjolí, moriche, mango verde, quinchoncho, etc. La chicha. Es otro alimento versátil que varía de sabor según la preparación e ingredientes utilizados. Es una bebida espesa, consumida generalmente fría, hecha de arroz y leche de vaca. Los chicheros ambulantes la aderezadan con canela, leche condensada, lluvia de chocolate o chispas de color. La chicha andina se hace a partir de la fermentación del guarapo de piña. Este breve recorrido por algunas variantes lingüísticas presentes en la gastronomía venezolana, además de dar cuenta de la diversidad cultural del país, también expresan el intercambio de culturas que se da en esta tierra, el cual se encuentra en
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Nombres según la región
Segundo caso: una misma comida, dependiendo del lugar y la forma como se prepara, o la adición o sustracción de ingredientes, puede recibir nombres diferentes. Palo a pique o pintao. Consiste en un asopado de frijoles (blancos o rojos) con arroz y carne de res salada. Puede ir acompañado con topochos. Este plato predomina en los Llanos y también puede ser encontrado en la región de Guayana o en los llanos centroccidentales. Sopas. El ajiaco tachirense, la olleta de gallo, el hervido de gallina, la sopa de res, el mondongo, el mute, el cruzao, el sancocho, el caldo de pollo, entre otras variantes denominativas que implican una sopa de verduras acompañada de carne (de pollo o de res), con aliños como cebolla, pimentón, cilantro, culantro, ajoporro y ajíes.
Q u é Lee m o s
Qué Leemos E r n e s t o Y e v a r a C r i s t e l R o m e r o
I n ve st i ga d o r M use o N a c i o n a l d e l a s C u l tu ra s e stu d ia n te d e A n t ro p o l o g ía U C V
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niva, Baré, Barí, Chaima, Cuiba, Cumanagoto, Hiwi, Japreira, Kariña, Kurripako, Mako, Mapoyo, Ñengatú, Panare, Pemón, Piapoco, Piaroa, Puinave, Pumé, Sáliva, Sánema, Sapé, Shirian, Timotes, Warao, Warekena, Wayúu, Yanomami, Yavarana, Yekuana, y Yukpa.
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La Serie Somos En el ámbito filmográgico, para poder escuchar y observar las diferentes lenguas indígenas de nuestro país y su situación actual, contamos con una serie de 35 documentales llamada Somos. Cada documental nos adentra en la vida cotidiana de un pueblo (etnia) indígena, donde escuchamos su voz, sus historias, problemas y vivencias. También podremos apreciar desde las actividades para recuperar el idioma de pueblos como El Timotes hasta las historias sobre la creación del mundo en Warao. La Serie Somos fue elaborada por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura con un grupo de cineastas de la Villa del Cine. La duración de cada uno de los documentales es de 45 minutos y nos muestran los pueblos Akawayo, Amorú, Añú, Arawak, Ba-
Las radios comunitarias indígenas Un proyecto conocido pero poco difundido es Radio Nacional de Venezuela Indígena, el cual en 2007 salió al aire con seis radios comunitarias y para 2011 llegó a ocho. Este proyecto impulsado por el Ministerio del Poder Popular para las Telecomunicaciones y la Informática, la Red de Transmisiones de Venezuela (Red TV), la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) y RNV, persigue consolidar la presencia del medio radioeléctrico en zonas con un alto índice de población indígena, las cuales nunca contaron con la presencia de medios de comunicación social oficiales. Además de fomentar la valoración y difusión de las manifestaciones culturales de los pueblos indígenas, contemplada en el artículo 121 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Las ocho emisoras comenzarán emitiendo en los idiomas de la comunidad donde se asientan y posteriormente harán segmentos en otras lenguas para llegar a pueblos vecinos, constituyéndose en radios multilingüísticas. Dentro del
mismo espíritu se está entrenando a las comunidades indígenas para hacer periodismo, enviando sus reportes por radio o por teléfono hasta las emisoras, para nutrir noticiarios indígenas que luego interactúen en red. Algunas de estas radios son: Pumemae 92.9 FM, ubicada en la comunidad Pumé de Manguito Uno, municipio Rómulo Gallegos del estado Apure; Kumañí 92.1 FM ubicada en la comunidad Pumé de Fruta de Burro, municipio Achaguas del estado Apure; Tunawakatopo 88.1 FM, comunidad kariña, municipio Sucre del estado Bolívar; Painmajiraawaa 90.7 FM, ubicada en las comunidades Wayúu y Añú, de Los Negritos, municipio Mara del estado Zulia. En Amazonas, en el municipio alto Orinoco, por la Voz del Casiquiare 88.3 FM del pueblo Jivi, y en Betania Topocho Cuhaina, pueblo Piaroa, 88.1 FM en el municipio Atures.
La historia y el futuro del patuá en Paria: informe de los esfuerzos iniciales en la revitalización del criollo francés en Venezuela JO-ANNE FERREIRA
Para quienes desean conocer un poco sobre la historia y la situación actual del patuá en la península de Paria, recomendamos leer el artículo de la investigadora Jo-Anne Ferreira, publicado en la página web romanitas.uprrp.edu/english/ volumen4/ferreira.pdf. La señora
Unesco. Vitalidad y peligro de desaparición de las lenguas
Ferreira, secretaria de la Sociedad Lingüística del Caribe, ha venido haciendo un estudio sistemático del patuá en Venezuela y en la actualidad se encuentra trabajando con los patuá parlantes de El Callao.
Manual de lenguas indígenas de Venezuela E. E. MOSONYI Y J. C. MOSONYI. CARACAS, FUNDACIÓN BIGOTT, 2000.
Esta obra colectiva, fundamental para la lingüística indígena de nuestro país, es un texto de carácter divulgativo dirigido a todo tipo de
LENGUAS EN PELIGRO CONVOCADO POR
Ley de Idiomas Indígenas GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA NO 38.981, 28 DE JULIO DE 2008.
Para conocer un poco más sobre los esfuerzos legales para promover el uso y protección de los idiomas indígenas recomendamos leer esta ley, la cual se pude descargar en: http://www.tsj.gov.ve/gaceta/julio/ 280708/280708-38981-2.html
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lectores interesados en conocer un poco sobre el patrimonio lingüístico indígena de Venezuela. Presenta descripciones de las familias lingüísticas, las diferentes lenguas y su ubicación en la geografía nacional. Igualmente aporta reflexiones en torno al menosprecio en el que los indígenas han vivido por el uso de sus lenguas y sobre el irrespeto a sus culturas, dejándole claro a los lectores que las lenguas indígenas son sistemas concretos, complejos y ricos que expresan formas de ver el mundo al igual que el español, el portugués, el francés o el inglés,.
UNESCO. PARÍS, 2003.
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Este documento preparado por el Grupo Especial de Expertos sobre las Lenguas en Peligro convocado por la Unesco, conformado por investigadores de todo el mundo, plantea acciones para evitar la desaparición de lenguas, no solo con la ayuda de especialistas sino mediante la participación de las comunidades. Presenta un breve balance de las lenguas en el contexto mundial y su uso, así como herramientas prácticas que permiten evaluar el estado y uso de estas, con el fin de tomar las medidas y acciones pertinentes en cada caso. El documento se puede descargar en la página web: http://unesdoc.unesco.org/images/ 0018/001836/183699S.pdf
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Glosario de Nochebuena negra y Material para un glosario de afronegrismos de Venezuela Otro importante aporte de Juan Pablo Sojo al estudio de las culturas venezolanas es la recopilación de palabras habladas por las comunidades afrodescendientes de Venezuela, realizado en el Glosario de Nochebuena negra, compuesto por 73 palabras, y en Materiales para un glosario de afronegrismos de Venezuela, con más de 300 palabras. Estos volúmenes, si bien se le han hecho correcciones posteriormente, conforman el léxico afrodescendiente más elaborado hasta el presente. Materiales para un glosario de afronegrismos de Venezuela se publicó en El estado Miranda. Su tierra y sus hombres, de 1959, Ediciones del Banco Miranda. Mientras que el Vocabulario de Nochebuena negra fue reeditado por Monte Ávila Editores en 1972. Nochebuena negra, la primera novela escrita por un afrodescendiente en nuestro país, se puede descargar gratuitamente en internet en la página de la Fundación Editorial el perro y la rana.
GRUPO ESPECIAL DE EXPERTOS SOBRE LAS
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La ruta de la lengua en Venezuela Este artículo está dirigido fundamentalmente a los y las habitantes de Venezuela. Si usted no ha sido criado/a en este país y se pone de brejetero/a o safrico/a a leerlo, no se sicosee si no lo entiende pues está escrito en forma de mamadera de gallo A r i a n n e
V e l i s
Hablar de la diversidad lingüística en Venezuela es un tema sumamente amplio, porque nos remite, en primer lugar, a los diferentes idiomas que se hablan en nuestro país: español, añú, wayuunaiki, baniva, baré, kurripako, lokono, piapoko, warekena, akawayo, chaima, cumanagoto, eñepá, kariña, pemón, wanai, yavarana, yekuana, yukpa, barí, maku, sáliva, wótuja, yeral, sanemá, yanomami, jodi, puinave, pumé, sapé, uruak y warao; el inglés criollo que se habla en la frontera con la República Cooperativa de Guayana y el portugués brasileño en la frontera de Venezuela con Brasil (Bondarenko, www.scielo.org.ar/pdf/paptra/n20/n20a03.pdf), las comunidades de patoais en El Callao, estado Bolívar, y Güiria, estado Sucre, y el alemán coloniero de la Colonia Tovar en el estado Aragua. En segundo lugar, tal diversidad nos remite a los dialectos regionales: oriental, gocho o andino, central, guaro y zuliano. También podemos escribir acerca del lenguaje corporal, lenguaje de señas, lenguajes de diferentes gremios, estéticos, por grupos etáreos, por género, estrato socioeconómico al que se pertenece o se cree pertenecer (sifrino, académico, landro o malandro, artista, jugador/deportista); el lenguaje familiar compuesto
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por códigos manejados en lo interno de cada núcleo familiar, así como los gestos que allí se generan. Este es muy utilizado sobre todo por las mujeres de una misma familia que hacen entender a sus descendientes con una “pela’a de ojo” o “torcedura de la boca” que es la hora de irse o de callarse. Entre los artistas una mirada puede significar que la pieza musical termina en el próximo compás o que debe desplazarse por algún lado específico del escenario. Una característica muy particular de los y las venezolanas/os es la combinación de la gestualidad y corporeidad con el lenguaje oral, para preguntar: ¿qué quieres?, ¿qué te pasa? o, simplemente, “no me importa”. También encontramos los idiomas que hablan los grupos de diferentes nacionalidades que se han establecido en nuestro país, que ya llevan dos o tres generaciones trasmitiendo su lengua materna a sus descendientes. El lenguaje inventado y utilizado por los niños/as dentro de su grupo de amistades como es el “cuti” que se antepone a la sílaba de cada palabra o la utilización de una misma vocal en todas las palabras: “cuties cutite cuties cutiun cutilen cutigua cutije cutiso cutilo cutipa cutira cutimi cutigru cutipo” o “isti is ini lingiji sili piri mi gripi”.
Además, la tecnología nos ha obligado a crear un lenguaje escrito que se utiliza para los mensajes de textos y el chat con el fin de ahorrar letras: “Camino a casa con Pepe desde temprano, tengo hambre”, traducción: “kmino a ksa cn pp dsd tmprano, tngo hambre”. Respecto a la lengua, en Venezuela esta parte del cuerpo se utiliza para calificar a una persona, por ejemplo: “lengua viperina” o “lengua de hacha”, referida a aquella persona que no se le escapa nada o habla mal de todo el mundo, y “lengua ‘e trapo”, aquellas personas que hablan enredado. En fin, para ilustrar lo antes dicho podemos decir que nuestra variedad lingüística permite, por ejemplo, que una misma persona tenga una diversidad de lenguajes simúltaneamente: ser oriental, artista profesional, mujer y adulta mayor. El lenguaje es una forma de comunicar nuestro mundo interior,
Los gestos aportan grandes significados a la palabra oral. Caracas, agosto 2011. Foto: E D U A R D O R AVA R A
Dime de dónde eres y te diré cómo hablas
En relación con la forma de tratarse en las diferentes regiones del país tenemos que por lo general los andinos hablan de usted, no tutean al receptor; en el estado Zulia se refieren al otro/a con el pronombre vos para referirse a la segunda persona y se caracterizan por la expresión ¡qué molleja!; en los estados centrales y sobre todo en la costa se tiende a tutear. Estas diferencias pueden causar ruido en la comunicación pues una persona joven que viva en el centro del país puede molestarse porque la
Frutas y animales para nombrar partes del cuerpo
Todos/as los seres humanos tenemos batatas. En la década de los años setenta estaba de moda entre los hombres dejarse las patillas, algunos se dejaban la chiva; en la pubertad les sale la nuez o manzana de Adán, y a las mujeres los limones que dependiendo luego de su tamaño se convierten en cocos o melones. También en el cuerpo humano encontramos los ñames, la yuca y el plátano o topocho. Palabras prestadas
Desde el gobierno de Guzmán Blanco en el siglo XIX y su empecinamiento de afrancesar a los venezolanos/as se incorporaron palabras que perduran hasta nuestros días como son la toalet o el papel tualé, el ceibó, el bufett. A mediados de la década de los cuarenta del siglo XX, con la migración italiana se incorporaron algunas palabras como ecole cua, casi en desuso, para señalar que está bien o que así es, y el chao que ha sustituido el hasta luego.
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traten de usted, esta forma es utilizada en el centro para marcar la diferencia de edad o jerarquía. Mientras que una persona de la región andina puede sentir que se le falta el respeto si se le trata de tú. Si usted se encuentra por los lados del estado Vargas y le dicen que su muchacho/a estaba curucuteando e hizo una rubiera, préstele atención a la información que le están diciendo y no vaya a ningunear a su emisor/a. De todas maneras ese no es el acabose, porque con esa guarandinga nadie le va a echar una lavativa. Si usted va por los lados de occidente (Yaracuy o Lara) con los pantalones a la cadera y le dicen que se le ve la verija no se moleste, solo le informan lo que otros/as llamamos la alcancía, esto lo remedia con subirse un poco el pantalón Cuando esté en Barlovento por los lados de Curiepe y le digan “vamos pa’ su casa” o “vamos a tomar su sopa”, no se asuste, a lo que se refieren con “su” es que cada quien vaya a hacer lo suyo. Pero si se fue un poco más allá y llega al oriente del país, lo invitan para un sancocho y le piden que lleve la bituaya, no se vaya a aparecer con
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A través del contacto social son aprendidos los gestos. Caracas, 2010. Foto: FI L I PPO B I LOT T I
dos toallas, le están pidiendo que lleve las verduras. Y si en algún estado central le piden el salao de la comida es que lleve la carne. Ahora, si de verdad verdad no quiere problemas cuando vaya para el Zulia, no pida las cholas prestadas a la esposa de su amigo, porque así se le dice a los genitales de los hombres, mientras que en el centro del país no le diga a alguna señora que le muestre las cholas porque así se refieren a los senos caídos de las mujeres. En Yaracuy la chola es el genital del hombre y en el estado Lara llaman así a los testículos.
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en ocasiones podemos expresar un mundo objetivo a través de la comunicación oral y otro subjetivo con la comunicación corporal, es decir, tendríamos una inconsistencia o incongruencia en nuestra comunicación percibida por nuestro/a receptor/a. Esta práctica también es una forma de incluir cuando todas las personas de un grupo hablan el mismo lenguaje, o de excluir cuando se utiliza entre iguales, dejando por fuera a quien no maneja el mismo código. Estas formas expresivas son muy utilizadas por la publicidad y los medios de difusión masiva que además de deformar el idioma crean los cliché y transculturizan a la población. En esta ocasión ofreceré algunas sugerencias para cuando se encuentre de visita en alguna región del país, hable con personas mayores o menores que usted o para que pueda ser incluido en un grupo social o gremio al que usted no pertenece y pueda entender el lenguaje y no se quede como la guayabera… ¡por fuera!
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LA
RUTA DE LA LENGUA EN
Con la explotación petrolera y la llegada de los norteamericanos se incorporaron a nuestro léxico palabras anglosajonas que aún perduran: para ir a comprar a una tienda se va de shoping, para decir que algo está bien o estamos de acuerdo se dice okey, para indicar que comimos mucho, necesitamos algo lleno o tenemos mucho trabajo decimos full, al vigilante se le llama guachimán, al antiguo escaparate que se adosó a las paredes se le llamó clóset y cuando alguna persona nos da buena impresión decimos que tiene buen feeling. El hielo lo metemos en el frezzer y para iniciar un juego le damos play, pero si necesitamos parar pedimos taima o un chance.
VENEZUELA
Los gremios
Para seguir leyendo…
Si usted está reunido con un grupo de músicos y lo invitan a matar un tigre ni se le ocurra buscar una escopeta, flecha, arco o algo parecido, pues solo se están refiriendo a que realice una presentación, para ello haga un vente tú hasta conformar un trabuco. Si está viendo un juego de dominó o de cartas y le dicen que los mirones son de palo, no voltee para ningún lado, pues solo están mandándolo a hacer silencio. Y si por casualidad en su trabajo alguien se dirige a usted y le pide que arrime una al mingo le están solicitando ayuda.
BONDARENKO PISEMSKAYA, NATALIA. Papeles de Trabajo Centro de Estudios Interdisciplinarios en Etnolingüística y Antropología Sociocultural, disponible en www.scielo.org.ar/pdf/paptra/n20/n20a0 3.pdf BERGER, PETER Y THOMAS LUCKMAN. La reconstrucción social de la realidad. Buenos Aires, Amorrurtu Editores, 2001. MARTÍNEZ SERRÓN, SERGIO. Bilingüismo, interculturalidad y educación. El caso venezolano: ¿comunidades excluidas, marginadas, integradas? Caracas, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas, Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias Andrés Bello, disponible en webs.uvigo.es/ssl/actas2002/04/18.%20S ergio%20Serron%20Martinez.pdf
G LO S A R I O V E N E ZO L A N O ( u n a p e q u e ñ í s i m a m u e s t r a )
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Acabose Fin de mundo. Alcancía Parte final de la espalda donde se inician las nalgas. Arrimar una al mingo Prestar ayuda. Batatas Parte posterior de las piernas o pantorrillas. Bituaya Verduras. Brejetero/a Persona que hace lo que nadie le ha mandado o pedido/Persona con mucha iniciativa. Buche Saciado hasta el cuello, lleno (alimentación)/Canto (en el joropo). Bufett Comida colocada en mesas para que cada quien escoja lo que desea comer. Ceibó Mueble que se coloca en el comedor. Chance Tiempo/Oportunidad. Chatear Conversación escrita realizada a través de la computadora o el celular. Chiva Barba. Cholas Senos caídos de las mujeres/Genitales masculinos. Ciber Lugar donde alquilan computadoras. Clóset Escaparate adosado a la pared. Cocos Senos femeninos de gran tamaño. Cota Camisa blusa. Curucuteando Hurgar, revisar, manosear, curiosear. Ecole cua Afirmación: “está bien”. Feeling Buena impresión. Frezzer Congelador. Full Lleno, completo, repleto. Guachimán Vigilante. Guarandinga Se utiliza como sinónimo de cosa, objeto/Situación determinada.
Güergüero Garganta, tráquea. Guglear Buscar información a través de la página web de Google. Lavativa Broma de mal gusto. Se utiliza también como sinónimo de cosa: “¿qué lavativa es esa?”. Limones Senos de las niñas en pleno crecimiento. Long play/LP Disco de larga duración elaborado en acetato. Los mirones son de palo Expresión que significa que se debe hacer silencio. Mamadera de gallo Echar broma. Maruto Ombligo. Matar un tigre Trabajo eventual. Melones Senos femeninos de tamaño muy grande. Mensajitos de textos Mensajes que se envían por teléfonos celulares. Molleja Parte superior de la cabeza/Expresión zuliana generalmente exclamativa: “¡Qué molleja tenés vos!”. Mollera Parte superior de la cabeza. Ningunear Menospreciar, invisivilizar, ignorar, prestar poca atención a alguien. Nuez/manzana de Adán Protuberancia en la parte delantera del cuello de los hombres. Ñames Pies. Okey Está bien. Pana Amigo, compinche, camarada, cómplice, secuaz. Papel tualé Papel higiénico. Patillas Cabello que se deja crecer y cae delante de las orejas.
Pavo Joven. Picó Aparato electrónico donde se coloca el LP. Picoteos Fiestas animadas con música de picó. Pineando Mensajes que se envían a través del pin de los teléfonos blackberry. Plátano Órgano genital masculino. Play Inicio. Pollo Joven. Rubiera Desorden, mezcolanza. Safrico/a Igual que brejetero/a. Salao Parte protéica de la comida, generalmente carne de res. Shoping Ir de compras. Sicosear Estresar, perturbar, trastornar. Viene de psicología; se refiere a no problematizar el asunto. Taima Tiempo. Toalet Baño. Trabuco Agrupación musical conformada por artistas de primera. Tutear Tratar a una persona de “tú”. Tratamiento de confianza. Vamos pa' su casa/Vamos a tomar su sopa Expresión que indica “cada quien a lo suyo”. Vente tú Llamado a varios artistas para conformar un grupo momentáneo. Verija Parte final de la espalda donde se inician las nalgas (ver alcancía). Vos Segunda persona del singular (tú); asociado al voseo. Yuca Órgano genital masculino.
El Museo Bolivariano tiene la misión de presentar a Simón Bolívar a los usuarios desde cuatro miradas fundamentales: a) Bolívar, ser biológico y cultural; b) Bolívar, ser social y revolucionario; c) Bolívar en el alma del pueblo venezolano; d) Bolívar en el culto oficial republicano. Sede del Museo Bolivariano. Caracas, junio 2011. Foto: M A R Í A T E R E S A G A R C Í A . Selección de objetos pertenecientes a la colección del Museo Bolivariano: 1.- Bastón de mano del Libertador 2.- Bayonetas (ocho piezas) 3.- Cañón 4.- Escritorio librero 5.- Espada que la Municipalidad de Lima obsequió al Libertador 6.- Florete 7.- Fusil 8.- Guerrera que perteneció al General José Antonio Páez 9.- Sable
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