Revista así somos nº10 el abrazo navideño ni de compra n

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NOV-DIC 2011

NÚMERO

10 AÑO

4

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA CULTURA CENTRO NACIONAL DE HISTORIA MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURAS

A favor de la diversidad y en contra de las desigualdades

¿Qué regalo en Navidad? El Niño Jesús versus San Nicolás La tradición musical navideña Paradura y Busca del Niño Jesús

¡El abrazo navideño ni se compra ni se vende!


Revista así somos, año 4, Nº 10 N OV I E M B R E - D I C I E M B R E 2 0 1 1 D i re c to r

A r t i c u l i st a s

Luis Adrián Galindo C. luisgalindo@yahoo.com

Aldemaro Barrios Laura Carrera Carola Chávez Solangel Díaz Daniel Maggi Nelson Meléndez Lisneida Nieto Casimira Monasterios Akaida Orozco Harold Palacios José Esteban Pérez Nelly Ramos Magdalena Rodríguez Berta Vega Arianne Velis Eloi Yagüe Ernesto Yevara

Co n s e j o Ed i to ri a l

Luis Galindo Casimira Monasterios Nelly Ramos Aldemaro Barrios Co o rd i n a c i ó n e d i to ri a l

Akaida Libertad Orozco aklibertad@gmail.com A s i st e nt e e d i to ri a l

Harold Palacios hdps86@hotmail.com D i s e ñ o g rá f i c o

Argenis Valdez Alejandro César Solórzano Infógrafo

Jorge Luis Galofre Fo to g ra f í a s p o r t a d a SUPERIOR

Músicos de diversas edades se reúnen para celebrar la Navidad. Estado Mérida. Fotografía: L U I S T R U J I L L O INFERIOR

Búsqueda del Niño Jesús, representación del pesebre. Municipio Rangel, estado Mérida, 2010. Fotografía: A M I L C I A R G U A L D R Ó N

Co r re c c i ó n

César Russian Fo to g ra f ía s

Natalia Aldana Susana Arwas Filippo Bilotti Pierina García Gala Garrido Amilciar Gualdrón Daniel Hernández (cortesía del Grupo Afrobarloventeño Caucaucuar) Edgar Martínez Nelson Meléndez (ilustración) Edgar Moreno Oscar Olivero Akaida Orozco Harold Palacios Flor Perozo Luz Marina Parra Luis Trujillo Agromuseo Comunitario Estación El Tabor Archivo Fotográfico Fundación Centro de la Diversidad Cultural Archivo Museo Nacional de las Culturas

I SSN 1856-8483 D e p ó s ito Le g a l PP200702CS2757 Ed i c i ó n 60.000 ejemplares

así somos es una publicación del Gobierno Bolivariano de Venezuela, Ministerio del Poder Popular para la Cultura Av. Panteón, Foro Libertador, edificio Archivo General de la Nación, 2do. piso, Caracas, Venezuela. Teléfono: (58-212) 509.55.38 museodediversidadcultural@yahoo.es Impreso por la Fundación Imprenta de la Cultura República Bolivariana de Venezuela V I C E M I N I ST E R I O PA R A E L FO M E N TO D E L A E CO N O M Í A C U LT U R A L Co o rd i n a c i ó n d e l S i st e m a M a s iv o d e R e v i st a s d e la C u l t u ra

Jonathan Montilla S u p e r v i s i ó n G e n e ra l d e D i s e ñ o G rá f i c o

Dileny Jiménez El Sistema Masivo de Revistas del Ministerio del Poder Popular para la Cultura está integrado por ocho revistas: A Plena Voz, Arte de Leer, Así Somos, Memorias de Venezuela, Poder Vivir, La Revuelta, La Roca de Crear y Se Mueve.


A U D I OV IS U A L C D C

E d i t o r i a l

R EV I STA

así somos

¡El abrazo navideño ni se compra ni se vende! Desde el Gobierno Bolivariano y desde los movimientos sociales del país, hemos venido insistiendo en la necesidad de fortalecer y construir valores sociales fundados en la solidaridad, la inclusión social, la equidad de género, el diálogo de los saberes, el pensamiento plural, la justa inversión económica en los sectores sociales más vulnerables, la integración regional y el respeto por la autodeterminación de los pueblos del mundo. Durante este año 2011, la revista Así Somos, como publicación del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, ha querido contribuir con la gestación de este país trabajador a través de la edición de seis números dedicados, de manera especial, a temas como la fiesta colectiva en alerta contra su mercantilización, la fuerza cultural del país vista a través de la diversidad del joropo, la inclusión social y las miradas de la afrodescendencia en Venezuela, tres números que circularon por el país en los meses de enero, marzo y mayo. En agosto, mes de vacaciones colectivas, Así Somos habló sobre la utilización del tiempo libre como momento para la creación cultural, el reencuentro familiar, el conocimiento de nuestro territorio y su población; y en octubre, tiempo para enfatizar la resistencia de los pueblos ancestrales, se publicó el número dedicado a nuestra diversidad lingüística. Ahora nos encontramos próximos a celebrar la Navidad y el fin de este año, por lo tanto presentamos esta edición de Así Somos con 12 artículos, unos enfocados en la reflexión sobre la compra y el gasto irracional durante las fiestas decembrinas, que atentan contra el ahorro y la satisfacción de las necesidades más importantes de nuestras familias; y otros que hacen que nos 01 reencontremos con nuestros sentimientos más significativos en la Navidad, como lo son el cariño y el respeto por la familia grande, aquella que incluye al abuelo y a la abuela, a la madrina, al compadre, a la vecina que sin ser familia consanguínea también nos cuidó y nos dio de comer, a la maestra de escuela y hasta el portugués del abasto. Para todos hay siempre una hallaca para compartir y un abrazo intenso con el cañonazo. En este número también tratamos sobre la variedad de hallacas que se realizan en nuestro territorio, viva respuesta a la dinámica de nuestra historia, cultura y biodiversidad, tradición que se fortalece a la par de la creatividad en la elaboración de pesebres y la diversidad musical del país que acompaña estas celebraciones navideñas. Sin duda, una gran fiesta colectiva que arranca desde el 18 de noviembre cuando el pueblo marabino nos acoge para rendirle homenaje a la virgen de Chiquinquirá y finaliza el 2 de febrero con la fiesta de la Candelaria en varios lugares de Venezuela. Durante este ciclo de rituales y parrandas el país entero engalana sus trajes más vistosos con los pastores de San Joaquín, el recorrido y velorio del Niño Jesús de Curiepe, los zaragozas de Sanare, los locos de la Vela de Coro, la fiesta del Mono en Caicara, las diversiones orientales, las locainas y romerías en varios pueblos andinos, la Busca del Niño y la Paradura, el grito de Carnaval del pueblo callaoense, los giros de San Benito, los chimbángueles del sur del lago de Maracaibo y los vasallos de la Candelaria; solo por mencionar los más conocidos. Estos 12 artículos se acompañan de noticias sobre el avance de los museos comunitarios en nuestro país, esta vez con información sobre el Agromuseo Estación El Tabor en el estado Táchira, ejemplo elocuente de la organización popular y la determinante decisión de nuestra gente por la valorización de sus saberes agrícolas y la defensa de la soberanía alimentaria. Recomendaciones de libros y sitos en internet para estos tiempos, la Ruta de la Tradición con orientaciones para ir por el país comiendo hallacas, entrevista a Freddy Suárez productor general de Los Tucusitos, y una receta de la sabrosa leche e`burra. Seguramente este diciembre al encender el televisor, una vez más, los medios de comunicación insistirán en presentar una fantasiosa Navidad con nieve, arbolito, Santa Claus y sus renos, de eso también hay en nuestras casas pero nunca deja de ser un adorno. Frente a ello, persiste con tanta fuerza una cultura que corporiza nuestros valores más profundos, de la solidaridad y el amor por lo que somos y seguiremos siendo, porque un abrazo navideño, ni se compra ni se vende. N º 1 0 • N OV - D I C 2 0 1 1

Figuras de nacimiento. Los Chorros, Caracas, 1974. Fotografía: A RC H I VO

así somos Nº 10 ¡El abrazo navideño ni se compra ni se vende!

Luis Adrián Galindo C. DIRECTOR

DEL

MUSEO NACIONAL

DE LAS

C U LT U R A S


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Sobre la luz de las velas N e l s o n M e l é n d ez

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Entre rumbas y bonches E l o i Ya g ü e

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La tradición musical navideña J o sé E ste ba n Pé rez

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Navidad con sabor zuliano B e r ta Ve ga

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¡Venga ese abrazo! Nelly Ramo s

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El Niño Jesús versus San Nicolás S o l a n g e l D íaz

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El pesebre M a g da l e n a R o d rí g u ez

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¿Qué regalo en Navidad? H a ro l d Pa l a c i o s

Ideas Para Dialogar A l d e m a ro B a rri o s

Así Vamos L is n e i da N i e to

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Recorrido y encuentro del Niño Jesús de Curiepe C a si m i ra M o n a ste ri o s

O D I N E T N O C así somos R EV I STA

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El Agromuseo Estación El Tabor es un espacio territorial vivo donde se identifican a la comunidad, la agricultura y la diversidad cultural como partes sustanciales de nuestra existencia como pueblo, y tiene como base un conjunto de valores autóctonos que conforman la identidad nacional venezolana.

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Todos los años se repite la historia: ¿qué regalar a nuestros seres queridos en Navidad? Pensar en el obsequio perfecto es, quizá, la tarea más fácil en esta ardua labor que se complica rápidamente en un mercado donde las opciones son menos diversas y más costosas.

10 En la sección Otras Voces conversamos con Freddy Suárez, productor general de la emblemática agrupación musical Los Tucusitos, la cual arribó recientemente a sus 50 años de trayectoria artística alegrando con sus melodías a varias generaciones de venezolanos.

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Las tradiciones navideñas venezolanas están signadas por procesos históricos de colonización y transculturación. Hoy día las costumbres religiosas pugnan por permanecer ante el avasallante poder económico foráneo que pretende convertirlas en mera mercancía.

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En la mayoría de las casas se ponen tanto el pesebre como el árbol de Navidad. Pero como me dijo una amiga: “…el Niño Jesús es el Niño Jesús, no mezclamos el pesebre con el arbolito”. Me quedo con lo esencial de la Navidad zuliana y maracucha. Es sobre todo reunión familiar y regalos del Niño Jesús para los niños. Y gaita. Y cohetes y fuegos artificiales…

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Romerías, paraduras, parrandas, aguinaldos, villancicos, juegos y festejos familiares son expresiones tradicionales donde la música es un elemento fundamental que estimula el fortalecimiento de lazos familiares y comunitarios. Sin embargo, estas manifestaciones musicales inmersas en el mundo de los medios, el espectáculo masivo y la cultura global se cargan de sentidos y significados distintos.

Diciembre es un mes de cierre de ciclos y comienzos de otros. Las costumbres y fenómenos navideños en las ciudades venezolanas dejan ver lo que para el ciudadano es importante. La vestimenta navideña es uno de los elementos a los que se le dedica mayor tiempo y esmero.

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34 Es importante darnos cuenta cuando trascendemos la frontera del rito y pasamos al consumismo. El primero enmarcado en la tradición de la sociedad a la que pertenecemos y el segundo cuando nuestras necesidades toman signo de estatus.

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M O R E L L A M U Ñ OZ Morella Muñoz (Caracas, 29 de julio de 1935). Destacada cantante de música lírica y popular venezolana. Dio sus primeros pasos en el orfeón escolar del liceo Andrés Bello. Con solo 13 años de edad participó en la emisora Radiodifusora de Venezuela y en el programa de televisión El show de las 12, conducido por Víctor Saume. En el año 1953, ingresó a la Escuela Superior de Música José Ángel Lamas, donde fue formada por maestros como Inocente Carreño, Raimundo Pereira, Juan Bautista Plaza y Vicente Emilio Sojo. En 1957, antes de egresar de la escuela, formando parte del Orfeón Lamas dirigido por Vicente Emilio Sojo, ofrece su primer concierto de música clásica en la Biblioteca Nacional. Posteriormente, realiza estudios en Inglaterra, Holanda e Italia, con el fin de ampliar sus conocimientos musicales. Muñoz fue una reconocida intérprete en el ámbito de la música tradicional con canciones indígenas, religiosas populares, melodías infantiles, cantos de trabajos, motivos agrarios, cantos afrovenezolanos y composiciones urbanas contemporáneas. En el campo académico destacó en la misa, el oratorio, el réquiem, la canción de arte, la ópera, entre otros. Con su inigualable voz, formó parte del Quinteto Contrapunto, grupo con el cual grabó su primera producción de una serie de cinco, en 1962. Entre sus trabajos discográficos destacan: Tonadas y aguinaldos venezolanos; Morella Muñoz canta aguinaldos venezolanos; Edición antológica (12 discos), y Morella Muñoz, nuestra voz. En 1983 participó en la conmemoración del Bicentenario de la muerte del Libertador. En 1988 fue la voz inaugural del Primer Pregón de la Navidad Caraqueña, celebrado en la Plaza Bolívar de Caracas. Entre 1989 y 1992, se desempeñó como asesora del ministro de Estado para la Cultura. Su voz se apagó en 1995, pero su legado musical sigue vivo. Actualmente, la Fundación Morella Muñoz trabaja para contribuir con el desarrollo de la música y el canto en Venezuela.

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La Ruta de la Tradición A ria n n e Ve l is

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Qué Leemos E rn e sto Ye va ra

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Sabores y Saberes L a u ra C a rre ra

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Otras Voces A ka i da L i b e r ta d O rozc o

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El enemigo secreto y los caramelos de burbujas C a ro l a C h á vez

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Paradura y Busca del Niño Jesús E rn e sto Ye va ra

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El estreno navideño: una institución Da n i e l M a g g i

H o m e n a j e


A sí Va m o s

Museo comunitario en el estado Táchira Agromuseo El Tabor El Agromuseo Estación El Tabor es un espacio territorial vivo donde se identifican a la comunidad, la agricultura y la diversidad cultural como partes sustanciales de nuestra existencia como pueblo, y tiene como base un conjunto de valores autóctonos que conforman la identidad nacional venezolana N i e t o

M i e m b ro Co m i té O rga n iza d o r A g ro m use o E sta c i ó n E l Ta b o r

R EV I STA

así somos

L i s n e i d a

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Sede del Agromuseo Estación El Tabor, estado Táchira. Fotografía: A R C H I VO

Los primeros pasos

El agromuseo comunitario ubicado en la aldea El Tabor, en el estado Táchira, se inauguró en octubre de 2010 gracias a la iniciativa de activadores de la Misión Cultura quienes, junto al consejo comunal El Tabor y el Museo Nacional de las Culturas, institución del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, hicieron realidad este espacio de intercambio. Al Agromuseo Estación El Tabor le antecede el Ecomuseo del Café

MNC

en Bramón, inaugurado en 2008 también con el apoyo del Museo Nacional de las Culturas. La idea del agromuseo se afianzó con el propósito de fortalecer el reconocimiento de las labores agrícolas en el municipio Rafael Urdaneta. Esta propuesta tomó fuerza en el V Encuentro de Productores realizado en Niquitao, San Lázaro y Santiago de Trujillo, estado Trujillo, a través de los Museos de las Américas. Allí, los venezolanos tuvieron la oportunidad de observar y conocer

las diferentes museologías que existen en países como Bolivia, Costa Rica, Perú, México, Chile, Nicaragua, El Salvador, Panamá, Cuba. Por Venezuela participaron los estados Trujillo, Yaracuy, Bolívar, Distrito Federal, Táchira, Barinas, Sucre y Anzoátegui. En cada una de las ponencias se explicó la museología del museo comunitario, sus objetivos, trayectoria, finalidad, importancia, hermandad y vinculación con otros museos comunitarios en el continente americano. El museo tiene como sede principal una modesta edificación de 56 m2 con tres áreas o espacios expositivos. Con este proyecto se busca abarcar una población de 7.200 habitantes de las 12 aldeas circunvecinas, 16 planteles educativos, 3 liceos, una escuela técnica robinsoniana, una Universidad Bolivariana, un Instituto Universitario de Tecnología e Informática, misiones educativas (Robinson, Ribas, Sucre, Cultura), así como la población desasistida en general y los agricultores de la zona. Se pretende asimismo influir en él ámbito cultural y educativo, promoviendo actividades de formación, vinculación con la vida y de pertenencia social.


Fotografía: A R C H I VO M N C

Agromuseo comunitario

El Agromuseo Estación El Tabor por su condición comunitaria está dirigido por los propios habitantes de la aldea a través del consejo comunal. Para los pobladores ha sido una enriquecedora experiencia que ha significado transformar con sus propios esfuerzos un sueño en un hecho palpable a través del estudio y la investigación. La comunidad

Agromuseo Estación El Tabor

paisaje característico de toda la región y sentir un legado lleno de historia y tradiciones que enriquecen mucho más el acervo cultural. El guión museológico que contextualiza el museo comunitario prioriza los temas y subtemas del museo. En lo social, La historia de la comunidad: nuestros aborígenes, la invasión europea, el siglo XX, la fundación y la tenencia de la tierra. En lo endógeno, Tenencias y características de la tierra: en la comunidad El Tabor los terrenos son propios de las familias de la comunidad, los suelos son franco-arcillosos con una pendiente aproximada entre 10 y 40 por ciento. Posee cuencas hidrográficas importantes como La Marmaja, La Cocoroca, el río Táchira que colinda entre Venezuela y Colombia. La agricultura: desde nuestros aborígenes estas tierras han sido plantadas con diferentes cultivos como maíz, trigo, hortalizas, café y frutales de clima frío (morón, fresa, lulo, curubo). Su principal rubro en la actualidad es el cultivo del durazno en sus variedades amarillo criollo y jarillazo. Lo pecuario: desde hace muchos años en la comunidad existe una variedad de animales como vacunos, caprinos, avícolas, los cuales han mantenido cada una de las familias por varias generaciones. Artesanía y gastronomía: la gente de esta comunidad se ha caracterizado por la curtiembre de cueros y la marroquinería, el procesamiento de la lana de ovejo, la molienda del maíz y trigo para la preparación de comidas y bebidas. Cultores de la comunidad: la aldea El Tabor se ha caracterizado por la música y la poesía en las faenas de recolección del café como el Pato Bombeado y el canto de El Acomodado. Se recuerda a cultores como Marcos Mendoza, el poeta; Rosa Julia Ochoa, la hilandera; Ramón Hernández y sus hijos, los músicos de la comunidad; Efraín Buitrago Garnica, el rezandero. Lo económico y cultural: mejor economía a partir de las actividades culturales, una buena organización socioproductiva, donde cada habitante participa y lucha por un beneficio colectivo, calidad de vida de las familias cumplidas sus metas y sueños.

así somos

El museo es un sitio de reflexión para mantener unida a una comunidad y es a la vez una puerta para ofrecer productos agrícolas, artesanías y gastronomía, apreciar la riqueza del

R EV I STA

aprendió a utilizar la metodología para erigir los museos comunitarios fundamentada en las diferencias entre un museo tradicional y uno comunitario: en el modelo tradicional todo el trabajo se realiza desde la institucionalidad del Estado o la empresa privada, estos buscan el espacio, presentan la colección y no existe una afinidad real con el entorno cercano. Por el contrario, el modelo comunitario apuesta por el trabajo colectivo, desde investigar sobre la historia local hasta realizar actividades recreativas y pedagógicas para los usuarios/as. El agromuseo es una nueva modalidad museística en Venezuela donde el protagonista no solo es la institución que apoyó la iniciativa sino que se concibe como un trabajo en equipo en el que cada uno de los habitantes que participan en las distintas actividades son parte importante de la propuesta. Los pobladores investigaron, recopilaron cuentos de espantos y arrieros, buscaron las colecciones, elaboraron los dispositivos museográficos, acondicionaron el local, prestaron sus áreas de producción y viveros, diseñaron el museo, realizaron bocetos y maquetas, elaboraron el guion museológico, redactaron los textos, es decir, todo lo concerniente a la museografía de este nuevo espacio de intercambio que se abrió en la comunidad. El museo se constituyó como un espacio interactivo donde el habitante desarrolla actividades con el usuario, no existen barreras ni limitaciones, sino demostración e intercambio de ideas. En esta museología se toma en cuenta el territorio fundamentado en el patrimonio natural

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La denominación de agromuseo se debe no solo a que el municipio Rafael Urdaneta sino todo el entorno son netamente agrícolas y pecuarios; los habitantes de la región poseen un patrimonio natural y cultural al mismo tiempo. De este modo, el museo armoniza el trabajo de la agricultura y la cría de animales con el quehacer cotidiano; la labranza de la tierra va unida a la música y a la poesía. En cada sala de exposición se narra una experiencia con la candidez que solo ellos saben manifestar. Para los pobladores convertir la aldea El Tabor en un museo significaba tener no solo una sede con objetos antiguos, sino realizar un proyecto en el cual cada habitante de la comunidad estuviese involucrado y hablase a los usuarios y usuarias de sus experiencias en la organización de las fiestas, con las diversas expresiones artísticas y culturales de la región como la música, la artesanía, la gastronomía, los bailes, los métodos utilizados para criar sus animales, los métodos y técnicas para sembrar y mantener sus cosechas, narrar su historia local, relatar cuentos de espantos y aparecidos, anécdotas ocurridas y otros elementos proclives a constituirse en temática del museo.


A sí Va m o s

MUSEO

COMUNITARIO EN EL ESTADO

y cultural, expresado a través del trabajo agrícola, artesanal y gastronómico, así como del ecosistema propio de la montaña, con ríos, flora y fauna que muestran la afinidad con el entorno y la diversidad que existe en la cultura de la región. Además, se hace énfasis en la preservación de ese patrimonio, en su restauración, reproducción e inventario con el fin de resguardarlo.

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así somos

O B J E T I V OS D E L AG RO M U SEO E STAC I Ó N E L TA B O R

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• Promover un espacio dedicado al conocimiento, estudio, conservación, valoración, difusión y estímulo del patrimonio histórico y cultural de la comunidad El Tabor. • Reconstruir el pasado de la comunidad a partir de la investigación y reflexión colectiva a fin de potenciar el trabajo comunitario y las distintas manifestaciones culturales del lugar. • Construir colectivamente un espacio que permita la acción, reflexión y valoración de las actividades agrícolas y artesanales a través de la expografía y la museología comunitaria. • Realizar un registro de los saberes tradicionales existentes para promover la valoración y difusión del patrimonio y las manifestaciones culturales en la comunidad. • Determinar, conocer y promover las festividades de religión popular, el ciclo productivo para el procesamiento de los rubros agrícolas y artesanales para impulsarlas desde la acción de la museología comunitaria. • Relacionar y coadyuvar las labores docentes de las instituciones educativas de la zona en las actividades para fortalecer las actividades agrícolas artesanales. • Promover espacios formativos que posibiliten el fortalecimiento y consolidación de las actividades agrícolas y artesanales.

TÁCHIRA

Rutas del agromuseo

El proyecto trasciende las paredes de la edificación ya que aspira incorporar espacios de desarrollo productivo y cultural como casas de artesanos, campos de cultivo, escuelas, centros de recreación y espacios naturales de especial importancia como ríos y montañas, pues de ellos depende la subsistencia de todos los seres vivos de este territorio. Estos espacios estarán señalizados debidamente para los usuarios locales y foráneos. Se espera que con la creación del Agromuseo en la aldea El Tabor, la comunidad rescate sus historias y saberes de transmisión oral sobre la vida de los habitantes, el espacio territorial, el procesamiento de los cultivos, sus leyendas, tradiciones, y además se incentive la degustación de la gastronomía local, se realcen los trabajos agrícolas y artesanales, se promuevan espacios didácticos, de esparcimiento, en fin, mostrar una experiencia en la cual la gente puede entrar, participar, reflexionar y tomar ideas para acciones futuras. Por otra parte, la instauración de esta nueva modalidad de museología comunitaria ha permitido tejer e impulsar vínculos con las diferentes instituciones educativas de la zona, bolivarianas y gubernamentales, así como en el entorno del municipio Rafael Urdaneta y otras localidades relacionadas con actividades agríco-

las y pecuarias. Igualmente, ha promovido el rescate de la identidad local, las labores culturales, las ferias del maíz, los festivales de la chicha, la feria del durazno y la gastronomía en general. Otro elemento positivo que ha sido revelado en el museo es la recopilación de la historia local para divulgarla a través de la transmisión oral mediante cuentos y obras de teatro. El acondicionamiento de la sede se ha realizado por etapas ya que no se cuenta con recursos suficientes. La comunidad se ha dedicado a realizar vendimias, ha solicitado donativos a la Guardia Nacional, los propios habitantes han apoyado directamente con maderas para construir las ventanas o con otros materiales necesarios, así como con dinero para cancelar la mano de obra de obreros, carpinteros, electricistas, etc. Para este fin la comunidad se organizó en una Junta Promotora conformada por Manuel Mendoza, Laura Gutiérrez, Josly Mendoza, María Isabel Castro, José Delfín Contreras, Lisneida Nieto, Marta Vera y Bernardo Sánchez. Para la creación de este proyecto la aldea de El Tabor ha recibido apoyo económico y talleres del Museo Nacional de las Culturas y del Museo Nacional de Historia, así como para realizar el trabajo de investigación, la recopilación de la historia local, y la producción de los dispositivos museográficos.

Se espera que con la creación del Agromuseo en la aldea El Tabor, la comunidad rescate sus historias y saberes de transmisión oral sobre la vida de los habitantes, el espacio territorial, el procesamiento de los cultivos, sus leyendas, tradiciones, y además se incentive la degustación de la gastronomía local, se realcen los trabajos agrícolas y artesanales, se promuevan espacios didácticos, de esparcimiento, en fin, mostrar una experiencia en la cual la gente puede entrar, participar, reflexionar y tomar ideas para acciones futuras.


Especialmente en los meses de noviembre y diciembre cuando nos pagan las “utilidades” y las “inutilizamos” casi inmediatamente desprendiéndonos del ahorro y la racionalidad de comprar con sentido crítico lo necesario para nuestras vidas, allí es cuando las reglas del mercado se muestran en todo su esplendor y no escatiman esfuerzos para hacernos comprar lo impensable

Soy por lo que tengo y no por lo que soy

De donde yo vengo se nos enseñó que todos los 24 y 31 de diciembre teníamos que estrenar ropa nueva; justamente en esos días marcados por una profunda espiritualidad relacionada con el renacer, los votos cristianos por la redención y la paz, aceptábamos entonces que ello implicaba vestirse con ropa nueva, incluso los más extremos llenaban maleta con trajes nuevos y salían a las calles a dar el feliz año cargando esa maleta como signo de prosperidad. Entonces no nos percatábamos del berenjenal de publicidad al que todos los días estábamos expuestos y que siguen recibiendo los niños, niñas y adolescentes de ahora, sin dejar de contar a los adultos que nos persuadían de ir a comprar insumos que realmente no requeríamos para satisfacer nuestras necesidades humanas, y entonces empezamos a preguntarnos de dónde viene esa actitud de comprar y endeudarse con créditos que algunas veces superan nuestra capacidad de pago. Podemos apuntar que existe un principio filosófico sencillo que

Las multinacionales, a través de la publicidad, motivan el consumo compulsivo en la sociedad. Centro comercial de Caracas. Fotografía: FILIPPO BILOT TI

orienta ese comportamiento derivado del estímulo que generan los medios de comunicación para convencernos muy sugestivamente de comprar y comprar sin tener con qué, se trata de generar en la mente de los ciudadanos y ciudadanas la primicia de valorar la vida más por lo que se tenga que por lo que se es, es decir “Yo soy por lo que tengo y no por lo que soy”. “Ser o no ser” diría Shakespeare.

Pero hoy día esa premisa alcanza hasta a los animales irracionales o medio racionales como los perros que en estos tiempos son objeto de programas especializados y publicidad para comida canina que los han convertido en seres imprescindibles para la soledad de citadinos y citadinas, matrimoniados o no con la respectiva secuela que a las grandes corporaciones de alimentos poco les interesan las excretas que derivan la gran cantidad de estos animales que viven en apartamentos urbanos. Las calles, las aceras, parques y otros espacios públicos sirven de “excusados perrunos” y para época de Navidad este tipo de “cosas” despreciables aumentan porque las promociones navideñas de estos alimentos se incrementan. No conozco ninguna investigación que haya determinado cuantitativamente la cantidad de excretas producidas por mascotas dejadas en las calles, por ejemplo, de La Candelaria en Caracas, pero sí recuerdo que antes de 1980 podíamos caminar con descuido sobre las aceras de las calles del barrio más antiguo de Caracas, hoy, y especialmente en diciembre, si usted

así somos

Co m u n i c a d o r s o c ia l / e s c ri to r

R EV I STA

B a r r i o s

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A l d e m a r o

I d ea s Pa ra D ia l o ga r

Consumir compulsivamente


I d ea s pa ra d ia l o ga r así somos R EV I STA N º 1 0 • N OV - D I C 2 0 1 1

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CONSUMIR

COMPULSIVAMENTE

E L M E RC A D O Y S U S L EYE S Literalmente lo que nos entregan las corporaciones multinacionales para estimular nuestros consumos compulsivos, teniendo como instrumentos de persuasión la publicidad, es eso que no puedo darle otro calificativo que no me acerque a lo escatológico o teologal, pero digamos basura para darle un sentido menos traumático y despreciable, y justamente en desecho se convierten estos insumos al poco tiempo porque a los productores de “basura” les interesa que duren poco en nuestras manos para poder crear la “necesidad” de tener un nuevo producto. Las claves las determinan las reglas del mercado que no han escatimado esfuerzo en hacernos creer que tal o cual objeto es necesario, que nos hará mejores personas, que usted será el mejor o la mejor, que usted es único o única, que es lo actual y más nuevo, más confortable, más bonito o bonita y que sé yo cuántas ofertas engañosas nos disparan durante todo el año y que se intensifican especialmente en los meses de noviembre y diciembre cuando nos pagan las “utilidades” y las “inutilizamos” casi inmediatamente desprendiéndonos del ahorro y la racionalidad de comprar con sentido crítico lo necesario para nuestras vidas.

anda despreocupado por allí puede “cortarse” como dicen en mi pueblo. La Gestalt y la Bauhaus

¿Pero cuál es el origen de esos conceptos o teorías de la persuasión publicitaria que orientan al consumidor? Desde que nos entregan las promociones en televisión, radio, prensa en la publicidad de exteriores y hasta el vecino, como propagandista ingenuo, hasta que nos topamos en los anaqueles de la tienda con los productos ocurre todo un proceso de complejidades extraordinarias al que no terminamos de entender y que la señora

compradora compulsiva se resistirá a comprender. A principios del siglo XX en Alemania se gestó un movimiento de pensadores y científicos especialmente interesados en conocer el comportamiento del ser humano ante los efectos que producía la percepción visual, las señales del mundo exterior como fenómeno humano. De allí un grupo de teóricos liderizados por los psicólogos Max Wertheimer, Wolfgang Köhler, Kurt Koffka y Kurt Lewin, entre otros, emprendieron experimentos y estudios que lograron determinar las reglas o comportamientos del ser humano ante estímulos visuales y lograron establecer los parámetros mediante los cuales nosotros leíamos al mundo exterior, lo que a su vez permitió conocer las conductas y el aprendizaje adquiridos a través de fenómenos culturales como, por ejemplo, el de la lectura. Así lograron establecer algunas reglas que sirvieron a la incipiente industria de la propaganda política, primero en los sectores vinculados a la nuevas propuestas sociales y políticas del socialismo y luego asumidas por sectores radicales de derecha para promover y construir figuras tan oprobiosas como Adolf Hitler. Y precisamente parte de los conocimientos derivados de la Gestalt fueron, en principio, utilizados por la Escuela de la Bauhaus en Alemania que alentaba una orientación artística novedosa en el uso del diseño gráfico, arquitectónico e industrial, esta escuela fue clausurada luego que los nazis asumieron el poder y muchos de sus integran-

tes fueron deportados a Rusia, Inglaterra y Estados Unidos. En Chicago, Walter Gropius organizó una nueva escuela basada en los hallazgos y experiencias de la Bauhaus alemana, y desde entonces los norteamericanos desarrollaron teorías psicológicas del aprendizaje basados en los experimentos de la Gestalt que permitieron a las industrias y manufacturas convertirse en verdaderos fenómenos del gesto de “inventar”, “vender” y “comprar” objetos para alimentar las ganancias de enormes corporaciones mercantiles que hoy se sustentan en la base de inmensos oligopolios capaces de controlar al mismo gobierno de los Estados Unidos de América. No es que sea malo o bueno comprar cosas en diciembre, lo malo es que lo hagamos compulsivamente y a veces hasta sin darnos cuenta. Fíjense cuantos aparatos inútiles guarda en el armario y cuantos han ido a parar a los basureros, objetos que tienen una vida efímera porque fueron programados intencionalmente para durar poco tiempo con la intención de que uno vuelva a comprarlos. A ello se agrega el tema filosófico “valgo por lo que tengo y no por lo que soy”, el objeto priva sobre el sujeto y eso es una contradicción al desarrollo de las capacidades humanas, por aquello que Marilyn Monroe le dijo al Albert Einstein: “Se imagina un hijo nuestro, con mi belleza y su inteligencia”, a lo que el sabio contestó: “Me imagino una criatura con mi físico y su inteligencia”.


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¡El abrazo

La décima edición de Así Somos trae a sus lectores una surtida selección de interesantes artículos que muestran el acontecer decembrino venezolano a través de diversas miradas que buscan ser apoyo para la reflexión individual y la discusión colectiva, para el fortalecimiento y enriquecimiento de nuestro saber y sentir. La Venezuela Plural presenta 12 artículos que reflejan parte de la idiosincrasia de las venezolanas y los venezolanos que asumen la época de Navidad como una celebración, una fiesta, un reencuentro, un abrazo. Estas fechas especiales están llenas de rituales religiosos y paganos, así como de actividades junto a los seres queridos, pero también de una serie de eventos avasallantes y desmedidos de los que muchos se vuelven presa. Por este camino se pasean las reflexiones que se presentan en este número y queremos compartir con los lectores. Esperamos disfruten esta edición, la última por este año 2011.

¡Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo!

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ni se vende!

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¿Qué regalo en Navidad?

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Todos los años se repite la historia: ¿qué regalar a nuestros seres queridos en Navidad? Pensar en el obsequio perfecto es, quizá, la tarea más fácil en esta ardua labor que se complica rápidamente en un mercado donde las opciones son menos diversas y más costosas

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H a r o l d

P a l a c i o s Co m u n i c a d o r s o c ia l

¿Qué puedo regalar? es la pregunta que me realizo cada vez que quiero demostrar mi afecto en alguna fecha especial; diciembre no es la excepción. Por mi mente pasan gran cantidad de productos que puedo obsequiar, sobre todo si horas antes estuve viendo televisión, medio de difusión masivo que generalmente no involucra la dimensión social y humana del acto de regalar, por el contrario, banaliza, deshumaniza, aliena, manipula y estimula el consumismo. Cuando de comprar se trata la industria mediática globalizada nos conduce a cientos de objetos que seguramente no son necesarios ni útiles y cada día se parecen menos a lo que nos identifica como venezolanos. Recorro las calles del centro capitalino y entro en contacto real con lo que horas antes observé en los comerciales de TV. Una, dos, tres, diez y hasta veinte tiendas que venden exactamente lo mismo, juguetes que succionan el sueldo por completo e incitan a la guerra, prendas de vestir diseñadas para cuerpos “perfectos”, guirnaldas que con solo observarlas nos cubren de escarcha, chimeneas que “calientan” con llamas de papel de seda y arbolitos que cantan y abren los ojos cada cinco segundos. En pocas palabras, un momento para compartir y disfrutar

en familia se convierte en un instante de estrés donde todo gira en torno a la pregunta ¿qué regalo en Navidad? A esto se suman las individualidades de cada una de las personas a quienes obsequiaré: mi madre (que nada para la casa), mi padre (que nada de licor), mi novia (algo original), y así sucesivamente, especificaciones que complican cada vez más la búsqueda. A pesar de que tengo la solución muy cerca la he obviado durante mucho tiempo, las creaciones artesanales, trabajos donde la contribución manual de quien lo realiza, el artesano, es un componente fundamental. Dichos productos pueden ser decorativos, utilitarios, estéticos, artísticos, creativos, entre otras características que encierran aspectos culturales, religiosos y sociales. A continuación se presenta una serie de técnicas que con dedicación y emoción motivan obras de arte que reviven la importancia de los detalles, las experiencias adquiridas del entorno son resumidas y presentadas creativamente. Decorar con objetos de arcilla

Dar forma a la arcilla a través de técnicas de modelado, torneado y moldeado para crear objetos de uso doméstico, decorativo o ceremonial es lo que se conoce

Fachada realizada con arcilla, objeto ideal para decorar el hogar. Caracas, 2011. Fotografía: H A R O L D PA L A C I OS


Los tejidos wayúu como opción

Si tenemos en cuenta nuestra diversidad como individuos es evidente que no podemos regalar lo mismo a todos, cada quien tiene características particulares y diferenciadoras. Es por ello que se considera que la textilería podría resolver la interrogante planteada a lo largo del escrito: ¿qué

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regalo en Navidad? Es una de las técnicas de mayor antigüedad, surgió en esa búsqueda del ser humano por protegerse de la lluvia, el sol y el frío. Consiste en la extracción, lavado, pintado y secado de fibras que son anudadas y entrecruzadas a mano, con agujas o telares, para crear mantas, tapices y chinchorros, entre otros. Los wayúu conforman el pueblo indígena más numeroso de Venezuela, y entre sus actividades económicas está la creación y venta de diversos productos textiles que los identifican, diferencian y unifican como cultura. En el barrio El Mamón, del estado Zulia, se localiza a María Mercedes González, artesana wayúu que se vinculó con el arte del tejido desde los 15 años. Actualmente cuenta con 47 años de edad y siente que uno de sus logros es que la comunidad reconoce su trabajo. Realiza camisas para hombres con múltiples tipos de tejidos, mantas bordadas o tapizadas —que, como bien las describió María, son muy llamativas y pueden ser usadas en diferentes ocasiones— y chinchorros, que a diferencia de las hamacas suelen ser más frescos. No obstante, el trabajo wayúu no se reduce al área textil, si el cliente se inclina por el lado de la decoración, en el barrio El Mamón se ofrecen otras opciones: las taparas decoradas y las muñecas wayunqueras, juego principal

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como alfarería. Las piezas, después de ser secadas son llevadas al fuego para concluir con el proceso creativo. Inicialmente esta actividad estuvo vinculada con la conservación y preparación de alimentos, sin embargo, con el paso de los años también adquirió un carácter ornamental. Por lo antes mencionado es que los trabajos realizados con barro resultan una buena opción para regalar: tazas, jarras, platos, ollas, cubiertos y fachadas para decorar las paredes del hogar son algunas de las piezas que se pueden conseguir a lo largo y ancho del territorio. A través del proceso de búsqueda me topé con Ginmy Giulianelli y su esposa Xiomara Pinto, quienes tienen 30 años dedicados al trabajo con arcilla. Los creadores, quienes en la actualidad se dedican a la producción de fachadas, nacimientos, relojes, entre otros elementos, hacen mención a la nobleza del material, el cual les permite crear diversos objetos. Su trabajo es completamente manual y es inspirado por las vivencias del acontecer diario.

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Kattout, también conocidas como mochilas wayúu, son piezas representativas de La Guajira.


¿QUÉ

REGALO EN

NAVIDAD?

Collares realizados con la técnica de vitrofusión por Pierina García.

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Fotografía cortesía: PI E R I N A G A R C Í A

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de las niñas wayúu que se aleja por completo de los estereotipos impuestos por los medios de comunicación y sirven para transmitir símbolos que identifican la femineidad. Llevar cuero

Las piezas de cuero, el cual es cortado, desbastado, pegado y cosido a mano para crear bolsos, cinturones, carteras, cintillos o llaveros, es otro elemento que fácilmente se podría regalar en Navidad. En Guanare, estado Portuguesa, está Luis Piña, quien se ha dedicado al policromado y repujado del cuero desde hace 35 años. El repujado, que consiste en el decorado, a través de un trabajo de presión en la piel; en combinación con el policromado, que es el trabajo de pintura del cuero, le permite crear diversas piezas de gran vistosidad. Piña afirma que no elabora objetos en serie. Por más que realice el mismo modelo de alguna pieza, el troquelado, el diseño y la decoración son diferentes. Accesorios de vidrio

En esa búsqueda del regalo ideal me topo con Pierina García, artesana dedicada a la vitrofusión. A pesar de ser un término poco difundido, la imponencia y originalidad de su trabajo han logrado que muchos admiren y adquieran

piezas realizadas con esta técnica que consiste en cortar, pintar y fundir el vidrio para originar objetos decorativos. Portainciensos, portavelas, portarretratos, zarcillos, collares, pulseras y anillos, entre muchas otras cosas, son diseñados por García. Cada creación depende de su estado de ánimo, de lo que está sintiendo, de lo que vive, por lo tanto, la peculiaridad del momento invadirá la obra de arte, haciéndola única e irrepetible. Los accesorios para mujeres son realizados con alambres en baño de oro, fibras naturales y piedras semipreciosas y al igual que las piezas realizadas con otras técnicas artesanales cuentan con ese carácter único. Repletas de trabajo e ideas por materializar se encuentran las manos de estos artesanos que suelen transformar cosas cotidianas en objetos extraordinarios, que a diferencia de los productos impuestos comercialmente —en los que escasea la sensibilidad humana porque son creados por reproducción en serie por grandes maquinarias, o a través de la explotación humana—, están colmados de vida, respeto y conciencia. Por lo tanto, regalar productos hechos a mano, por otros o nosotros mismos, es una opción genuina que agradará y será de gran valor a quien se le regale. PA R A R E G A L A R E N N AV I D A D… • Ginmy Giulianelli y Xiomara Pinto. Sus creaciones no son distribuidas al mayor, así conservan su carácter único y personal. Pueden ser adquiridos en Turmero, estado Aragua, calle Carreño, Casco Central, casa 1-A, o a través de los teléfonos 0244.661.44.35 / 0426.730.61.69. • La artesanía guajira amplía las opciones a la hora de hacer un regalo útil, especial y único. Si se decide por esta opción se puede dirigir al barrio el Mamón, en el estado Zulia y comunicarse con la señora María Mercedes González. Teléfono 0426.667.27.28. • Luis Piña. Las correas, portachequeras, monederos y portalentes de este creador artesanal los podemos conseguir en las cercanías de la Plaza Bolívar de Guanare, estado Portuguesa, o a través del teléfono 0424.536.68.67. • Pierina García. Si se inclina por los productos de la vitrofusión pueden adquirirse en el Paseo Artesanal en Guanare, estado Portuguesa. Teléfono 0414.127.22.90 /pieramas@hotmail.com

Repletas de trabajo e ideas por materializar se encuentran las manos de estos artesanos que suelen transformar cosas cotidianas en objetos extraordinarios, que a diferencia de los productos impuestos comercialmente —en los que escasea la sensibilidad humana porque son creados por reproducción en serie por grandes maquinarias, o a través de la explotación humana—, están colmados de vida, respeto y conciencia.


ESENCIA y MAGIA de la NAVIDAD

EL PESEBRE R o d r í g u e z

Pe ri o d ista

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M a g d a l e n a

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Navidad criolla. Los Chorros, Caracas, 1974. Fotografía: A R C H I VO

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La abuela se inventó un pesebre grande y hermoso en el jardín de su casa, en la calle Blanco Fombona de Cumaná, que adornaba con matas y objetos sacados de cajas que colocaba todos los años para hacer los arreglos necesarios para el nuevo nacimiento. A las 12 de la noche del 24 colocaba la exquisita figura de madera del Niño Jesús


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ESENCIA

Nacimiento tallado en madera por Arquímedes Brito. Cumaná, estado Sucre, 2005. N º 1 0 • N OV - D I C 2 0 1 1

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Fotografía: OSC A R O L I V E R O

La determinación y la sola creencia de un niño salva la tradición de la Navidad, el Niño Jesús y los Reyes Magos con sus regalos y deseos de paz en la tierra… ¿cuándo pasa esto?, solamente en diciembre, ¿cómo se hace realidad?, tal vez todo comienza cuando se escoge en la casa el mejor lugar para diseñar la morada del Niño Dios o pesebre brillantemente iluminado por una estrella. Es una tradición de los pueblos recordar cada 25 de diciembre el nacimiento del Niño Jesús, hermoso cuento del cristianismo que revive desde tiempos inmemoriales manifestaciones masivas y universales donde cada cultura le va agregando o quitando algo a esta fiesta popular. Sueños sin restricciones

Claudio Nazoa, en su libro Mesas de aguinaldo, con ternura y humor explica el misterio que rodea la noche del 24 de diciembre en Venezuela: “…y todo el mundo empieza a mandarme a dormir temprano porque tú vas a venir. Yo les digo que no porque estoy loco por conocerte”. En cuanto a los regalos, como “me parece injusto que todos los años viajes con ese perolero encima y en esta casa no se te brinde ni café”, se propuso esperarlo con una sorpresa. Pero enseguida surgió el dilema: “Qué aguinaldo voy a darle a ese muchachito”, que él imagina que todo

se lo puede comprar. Entonces, pensó y pensó… ¡este libro! Con todas las recetas que se preparan en diciembre, “que, aunque uno no quiera, es el mes más bonito del año”, reconoció. Y también le dijo que allá arriba debía ser un éxito editorial, porque su mamá dice “que la comida está por las nubes”. En su libro, Claudio da recetas creadas a partir de recetas muy antiguas y le dice al querido Niño Jesús que el componente más importante de la gastronomía venezolana es, sin duda, la hallaca. Y que lo que uno no se puede perder en estas fechas son las galletas de Jesús, la ensalada de gallina, el pan de jamón, el dulce de lechoza y la torta negra. Le reveló la fórmula de una bebida antiquísima que se hace con maíz y papelón. También le comentó la costumbre que tiene la gente de participar en la construcción de nacimientos y del arbolito, después del jaleo que si el arbolito que si el nacimiento. Esa noche su sueño era convertirse junto a su familia “…en figuritas de yeso y barro para visitar tu ciudad de corcho, de coleto, de vidrio, de ovejitas y de burros pegados con goma, porque hace tiempo, sin querer, se le cayeron a alguien que creía en el niño Jesús”. Otra historia de la Navidad fue contada por Luis Cedeño, quien junto a su mujer y sus hijos vive en Santa Tecla, un pueblo cercano a El Pilar, capital del municipio Benítez del estado Sucre. Navidad en el oriente venezolano

“El 24 de diciembre vamos a la capilla en honor a la Virgen de Santa Tecla, construida por una pareja de suizos para rogar por la felicidad, paz y bienestar familiar. Aquí se hace el nacimiento del Niño y se arma el gran parrandón con cantos e instrumentos hechos por nosotros: un tambor de cuero de chivo, cuatro, maracas de totuma rellenas con semillas de capacho y charrasca.” En su casa, de bahareque y fogón de leña, la familia Díaz acostumbra a “florear la mesa con hallacas y una cesta navideña con bolas de cacao, cambur, maíz, naranja, guayaba, pomalacas y flores frescas”. Es una especie de petición para que todo el año abunden los frutos y alimentos en su hogar y en la comunidad. Los Díaz esa noche comparten con sus vecinos pasteles de carne de cochino, ron con ponsigué y licor de crema de cacao, bebidas que elaboran durante el año y envasan en botellas para obsequiar a las parrandas que llegan y a los amigos. Frente a su casa, al árbol de cacao le colocan luces y les parece divertidísimo, “ya que aquí no


Incienso, oro y mirra… dinero, ventas y ganancias

En plena era cibernética y satelital con amenazas de destrozos en la tierra, es admirable cómo esta historia fabulosa donde destacan los tres Reyes Magos del Oriente con sus hermosos presentes —incienso, oro y mirra— para el Niño Jesús tenga sus seguidores, tantos como artistas y soñadores existan en el planeta, así lo recoge la abundante iconografía del imaginario popular, casi siempre salido de lo más profundo de la fe y el corazón. Un hecho de interpretación infinita que estableció nexos con la estética y el arte de los creadores. Sin embargo, la otra vertiente de esta festividad es haberse convertido en importante elemento de la industria y el comercio al considerar que también diciembre es mes de ofertas y demandas de productos que se publicitan como el regalo ideal para “unas felices navidades”, sacando así el mayor provecho del grandioso negocio que es la Navidad en términos del consumo demencial. El poder adquisitivo de hoy no es igual que hace sesenta años atrás, reconoce Elio Coraspe, un cumanés experto en computación, quien cuenta que en su niñez los

En plena era cibernética y satelital con amenazas de destrozos en la tierra, es admirable cómo esta historia fabulosa donde destacan los tres Reyes Magos del Oriente con sus hermosos presentes —incienso, oro y mirra— para el Niño Jesús tenga sus seguidores, tantos como artistas y soñadores existan en el planeta, así lo recoge la abundante iconografía del imaginario popular, casi siempre salido de lo más profundo de la fe y el corazón.

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Con todo y que los tiempos cambian y las costumbres varían, en el oriente del país persisten los cantos y pesebres para contar la Navidad. Un proceso creador que se estimula cada año desde las comunidades con acompañamiento de la Casa de la Diversidad Cultural del Estado Sucre, con sede en Cumaná, mediante la promoción de talleres para compartir en familia y revivir el espíritu navideño de ayer y hoy. Fue así como en el sector Las Vegas de Santa María, del municipio Ribero, 12 muchachos guiados por Arquímedes Brito, brillante y exitoso creador de tallas de madera, reconocido y galardonado con primeros premios en salones nacionales, elaboraron artesanalmente un pesebre con piezas de gran formato en madera y adornado alegremente con luces y ramas de palmera con una inmensa estrella en el centro. Durante los arreglos en la primera calle de Las Vegas, niños y adultos se congregaron en una gran parranda comunitaria para cantar aguinaldos. En localidades de Yrapa, Yaguaraparo y Cumaná el acento estuvo en los cantos de aguinaldos y parrandas o diversiones pascuales, como también se les denomina a estas dramatizaciones de temática variada que reinterpretan con euforia y goce la vida cotidiana de estas familias nororientales. De allí, La Chiva, La Culebra, La Mariposa, La Sirena y otras comparsas íntimamente ligadas a su entorno amenizadas con música, poemas y bailes populares. Mientras en la costa arayera fueron las bellas conchas de mar la inspiración para representar este acontecimiento telúrico, conocido desde los albores de la humanidad, del cual se adueñó el cristianismo así como de otros ritos paganos.

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Tiempo de sensaciones y ritos

En Cerezal, poblado artesanal del municipio Ribero, se hicieron nacimientos de figuras de trapo y en San Fernando de Caranapuey, comunidad montesina, las alfareras adornaron con piezas de barro cocido hechas por ellas, musgos, plantas y florecitas del campo el pesebre de la comunidad. En otras localidades se utilizaron fibras de cachipo, maíz y estropajo, entre otros materiales de la zona, para darle brillo, esplendor y fuerza a la fiesta navideña. El pesebre seguirá siendo ese retablo mágico de cálidos recuerdos que trae a la memoria el deseo de inventar un espacio diminuto o grandote para compartir en familia una noche bonita, alegre, de luces, colores, sabores, melodías y querubines que bajan del cielo para anunciar la tan anhelada paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. Un símbolo que preserva el mito de la natividad y sigue transmitiendo el deseo de paz y amor entre los pueblos.

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hay minitecas”. ¡Amén!, pensé recorriendo con la mirada ese lugar encantado de grandes árboles, riachuelo, un ojo de agua y el silencio rodeando las siembras de ocumo chino, cambur, maíz, yuca, ají dulce, palmas de corozo, orquídeas, bromelias, helechos… La Paria de siempre exuberante y verde.


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Figuras de nacimiento realizadas en anime. Los Chorros, Caracas, 1974. Fotografía: A R C H I VO

regalos eran escasos. “Ver una bicicleta rodando era muy difícil. Los carritos que nos hacíamos eran de lata de sardina con un hilito para rodarle y se llenaba de tierra y ese era el juguete tradicional de diciembre.” En Coraspe persiste el recuerdo de que la Navidad es una de las mejores épocas del año, la cual disfrutó al máximo inclinándose por travesuras amables como ir a misa de madrugada y luego salir a patinar con sus amigos por las calles. Los Coraspe todavía hacen el pesebre, ahora algo más sofisticado con Reyes Magos de cerámica y luces de colores en sustitución de las velas. Toda la familia se incorpora, desde los más pequeños hasta los mayores; unos rompiendo y los adultos arreglando. Se simulan regalos con sus lazos en cajas vacías, se hacen caminerías con ovejas y una gruta de cartón con un cielo de estrellas. “La abuela se inventó un pesebre grande y hermoso en el jardín de su casa, en la calle Blanco Fombona de Cu-

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maná, que adornaba con matas y objetos sacados de cajas que colocaba todos los años para hacer los arreglos necesarios para el nuevo nacimiento. A las 12 de la noche del 24 colocaba la exquisita figura de madera del Niño Jesús.” Sus palabras tienen cierto orgullo, porque este nacimiento fue reconocido como uno de los mejores y siempre despertó expectativas en la familia, vecinos y visitantes. Hasta el año pasado duró la fantasía de esta abuelita de 94 años, y fue así que los Coraspe se hicieron amantes del pesebre, nos comentó Elio. Derroche de fuegos artificiales

Doly Oliveira de Paulini narra que su abuelo, a quien todos llamaban Dominguito Oliveira Ortiz y quien vivió en la calle Boyacá, fue el primero en iluminar con fuegos artificiales los cielos de esta ciudad próxima a cumplir 500 años. “Él hacía cohetes y palmas, figuras hechas de palo largo de madera cuadrada donde pegaba la ima-

¿SABÍAS QUE...? Cuentan los viejos parranderos de San Francisco que era tradición en Cumaná esperar con alegría la llegada de la primera parrandita de aguinaldos, condición sine qua non para empezar a encender las luces del pesebre y dar la bienvenida a las pascuas de Navidad… de allí la costumbre de instalar el pesebre y preparar las bebidas y dulces con que brindarían a los vecinos y amigos que trajeran la parranda (saberes obtenidos de los vecinos de San Francisco. Conversatorio en la Casa de la Diversidad).


Para empezar a disfrutar la Nochebuena con la emoción de reunirse con las personas que se ama, se preparan con antelación los adornos para las puertas, centros de mesa, tarjetas, dulces, manjares, confección de regalos, juguetes, música, bebidas y, principalmente, la estrella colgada en lo más alto de la casa, pensando en fantasías que de pronto brillan con alegría y afecto mientras se intercambian los saludos de bienvenida de familiares, amigos e invitados.

Dato curioso Se atribuye a San Francisco de Asís la construcción de un nacimiento en miniatura en 1223, tras visitar la Tierra Santa, especialmente el Santo Sepulcro, Nazareth y Belén, con motivo de Las Cruzadas, una de las guerras más cruentas llevadas a cabo en el mundo en nombre de Dios.

mos de piel morena como el sultán que prometía la paz y devolver la Tierra Santa a los cristianos, intento frustrado por el nuncio papal que emprendió el ataque. Con el permiso del clero, Asís llevó el belén a la iglesia, donde lo colocó iluminándolo con velas y de este modo convirtió la Navidad en una fiesta de amor y de luz cuyo encanto radicaba en adorar al Niño Dios. Antes solo se celebraba con una misa cantada. Esta breve historia pasa por marcadas etapas como el colonialismo, referencia sobre europeos, indígenas, africanos y el resultado de una sociedad plural, multiétnica, de inmensa riqueza cultural: la venezolanidad.

Para seguir leyendo... ARETZ, ISABEL. Manual de folklore venezolano. Caracas, Monte Ávila Editores, 1980. GONZÁLEZ LEÓN, ADRIANO. Del rayo y de la lluvia. Caracas, Contexto Audiovisual-Pomaire, 1991. HERNÁNDEZ, TULIO. Atlas de tradiciones venezolanas. Caracas,

Fundación Bigott, 1998. NAZOA, CLAUDIO. Mesas de aguinaldo. Caracas, Ediciones María

di Mase, 1986.

Nacimiento en tela realizado por Amada Rojas, hija de Berta Vargas. Cerezal, estado Sucre, 2010. Fotografía: OSC A R O L I V E R O

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rededor colocó figuritas del Niño Jesús, la Virgen María, la mula y el buey, los pastores y los Reyes Magos, estos últi-

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San Francisco de Asís llenó el pesebre de paja y a su al-

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gen del santo patrono, alrededor de la cual colocaba cohetes y lucecitas, entre otras figuras pirotécnicas que bajo un original sistema de activación se disparaban simultáneamente.” “Tal derroche de luces para iluminar con explosiones de formas y colores el cielo se encendía para navidades y en honor a Santa Inés, patrona de Cumaná”, dice chispeante y sonriente Doly, quien continuó señalando que uno de sus hermanos, ingeniero civil, tras las huellas del abuelo, inventó una cohetera a partir de un tubo de metal de 24 dispositivos concebido para que una chispa los hiciera salir uno atrás otro y se armara el gran alboroto. En verdad Cumaná y los pueblos del oriente del país por todo y nada lanzan cohetes. Inclusive hay un pueblo que vive de fabricar cohetes de gran tamaño: Guaybero en Río Caribe. Hoy día la mayor delicia de grandes y chicos sigue siendo reproducir la escena del nacimiento de Jesús con acentuada sensibilidad. Tener todo listo para vivir en familia y entre amigos la gran noche de la Navidad. Para empezar a disfrutar la nochebuena con la emoción de reunirse con las personas que se ama, se preparan con antelación los adornos para las puertas, centros de mesa, tarjetas, dulces, manjares, confección de regalos, juguetes, música, bebidas y, principalmente, la estrella colgada en lo más alto de la casa, pensando en fantasías que de pronto brillan con alegría y afecto mientras se intercambian los saludos de bienvenida de familiares, amigos e invitados.


Elversus Niño Jesús San Nicolás

Las tradiciones navideñas venezolanas están signadas por procesos históricos de colonización y transculturación. Hoy día las costumbres religiosas pugnan por permanecer ante el avasallante poder económico foráneo que pretende convertirlas en mera mercancía S o l a n g e l

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Ed u c a d o ra / e s p e c ia l ista e n Le c tu ra y E s c ri tu ra

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¿De dónde viene la Navidad?

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La celebración de la Navidad proviene de una costumbre practicada en Babilonia —ciudad de la antigua Mesopotamia, hoy situada en Irak, a 110 kilómetros al sur de Bagdad— que luego se trasladó a la Roma cristiana católica. Durante el Imperio romano, el acontecimiento social más importante eran las celebraciones de Saturno. Estas se realizaban el 25 de diciembre durante el solsticio de invierno. En el año 350, el Papa Julio I decidió la conmemoración del nacimiento de Jesucristo en esa fecha con el fin de atraer al cristianismo a los romanos sin que abandonaran las saturnales. Con igual fin el emperador romano Constantino I, el Grande (siglo IV), se convirtió al cristianismo e impuso el 25 de diciembre como día de fiesta cristiana. De este modo implementó un festival religioso que pretendía convertir a los paganos en cristianos. En Venezuela la conmemoración de la Navidad se desarrolla durante el proceso de colonización con la evangelización que impuso las creencias religiosas de los conquistadores y jugó un rol importante en el dominio y transculturación posterior. Desde entonces la fiesta navideña fue adquiriendo gran arraigo popular para celebrar la Natividad o nacimiento de Jesús de Nazaret, símbolo del catolicismo, y aún hoy reproduce cada diciembre la representación plástica de nacimientos o pesebres en las iglesias y hogares así como en las escuelas, instituciones oficiales, comerciales, empresas y espacios públicos. La fiesta religiosa se inicia el 2 de diciembre con el período de adviento que prepara para conmemorar el nacimiento de Jesús el 24 de este mes y culmina el domingo siguiente de la epifanía con su bautizo. En nuestro país es


la festividad más importante del año, no solo porque abarca todo el ámbito nacional, sino también porque la tradición popular la prolonga durante el mes de diciembre para recibir el Año Nuevo hasta la epifanía, el 6 de enero, con la llegada de los Reyes Magos. Incluso, su espíritu se mantiene hasta el 2 de febrero, día de la Candelaria, cuando se desmonta el nacimiento. Esta celebración ha sufrido notorias transformaciones. Hoy día se mantiene como una fiesta religiosa de tradición popular bastante trastocada por la influencia de símbolos culturales ajenos y la actividad comercial. El nacimiento del Niño

Imagen del Niño Jesús en el pesebre del cultor Félix Vera Monsalve. Tinaquillo, estado Cojedes, 2011. Fotografía: FLO R PE R OZO

En Venezuela la conmemoración de la Navidad se desarrolla durante el proceso de colonización con la evangelización que impuso las creencias religiosas de los conquistadores y jugó un rol importante en el dominio y transculturación posterior. Desde entonces la fiesta navideña fue adquiriendo gran arraigo popular para celebrar la Natividad o nacimiento de Jesús de Nazaret…

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A pesar de la influencia cultural exógena, la construcción de nacimientos sigue siendo uno de los acontecimientos significativos de las fiestas navideñas. Su exhibición es apreciada no solo por su sentido religioso, sino también por su valor estético y como tradición popular. En ellos la presencia del Niño Jesús es básica. Es costumbre colocar su imagen en el pesebre, o destaparla, después de la llegada de la Navidad, a partir de las 12 de la noche del 24 de diciembre. También es fija la colocación de María, José, la mula y el buey. Los demás elementos suelen variar de acuerdo con la creatividad: los pastores, los tres Reyes Magos con sus ofrendas, los ángeles, la estrella de Belén, casitas coloniales o de techos rojos y ovejas, entre otros. El momento del nacimiento del Niño Jesús es celebrado con una cena familiar cuyos platos varían de acuerdo con el nivel socioeconómico. De manera que en la mayoría de los hogares es característico saborear diversas hallacas, panes de jamón, pernil de cochino, ensalada de gallina o pollo, tortas y roscas navideñas, entre otros. En cambio, en las familias clase media y media alta tiende a incorporarse componentes gastronómicos propios de otras latitudes como el pavo o pato relleno al horno y sus acompañantes y postres. En algunos lugares del país es un acontecimiento que se acompaña con arrullos, cantos y rezos. Así ocurre por ejemplo en Curiepe, donde el

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Santa Claus es símbolo del capitalismo en el mundo, ha sido utilizado como herramienta comercial.

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La palabra pesebre, también llamado belén, portal o pasitos en otros países de habla hispana, proviene de la voz latina praesepe que significa pesebre, establo, caballeriza, corral, cuadra, etc. Se dice que el primer nacimiento fue montado por San Francisco de Asís en la nochebuena de 1223, en una cueva cercana a la ermita de Greccio (Italia). En la actualidad la construcción de nacimientos adopta estilos, técnicas, materiales y elementos muy diversos para adaptarse a los diferentes contextos de la geografía y cultura de cada región. Así, en los nacimientos venezolanos se incorporan componentes propios como plantas, animales, riachuelos e incluso viviendas diferentes a las de la antigua Palestina.


EL NIÑO JESÚS

VERSUS

SAN NICOLÁS

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Producto de la influencia extranjera, y como parte de la transculturación en muchos hogares —sobre todo de las zonas urbanas—, la tradición de hacer el nacimiento convive hoy con la de poner el arbolito. En los pueblos y zonas rurales aún se dedica mayor tiempo, espacio y creatividad a la elaboración del pesebre. Igualmente ocurre con la colocación de los regalos. En este sentido algunas costumbres han ido cambiando. De manera que unos prefieren

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poner los regalos al pie del arbolito y otros cerca del nacimiento. Así mismo era habitual, hasta hace pocos años, abrir los regalos el 25 de diciembre. Apenas amanecía se veía a niñas y niños abrir los regalos y constatar si el Niño Jesús les había traído lo que habían pedido en la carta. Actualmente las pequeñas y pequeños de la casa abren los obsequios apenas tocan las doce, después de la cena, momento en que también los adultos intercambian regalos en muchos hogares. Vale destacar que la naturaleza de los regalos responde mayormente a las ofertas del mercado promovidas por la publicidad de los medios de comunicación. Para las niñas, esta oferta la satisfacen las muñecas de moda de todo tipo, coches, cunas, cocinitas, licuadoras, ollas, juegos de tacitas, estuches de maquillaje, accesorios para peinarse, ropa; escasamente, bicicletas y patines; en otras palabras, todo aquello que contribuye a formar los valores y roles sociales de la mujer como ama de casa bella. Para los niños se ofertan principalmente carros de control remoto, bates, pelotas, balones de fútbol, juegos de video, computadoras, patinetas, bicicletas, patines, monopatines, pistolas, ropa. Varios entre ellos favorecen el desarrollo social, físico y psicomotor. Otros, si no se usan adecuadamente, pueden promover el aislamiento social y la violencia. Es poco frecuente encontrar en las ofertas del mercado juegos de mesa u otros de carácter educativo como el ajedrez, escrable o las memorias, por ejemplo. Como parte de las costumbres de la época se pierde el privilegio de recibir presentes del Niño Dios cuando los niños descubren el origen y autoría de los obsequios. Sin embargo, en la mayoría de las familias se sigue asumiendo que los regalos los trae el Niño Jesús para las niñas y niños que se portaron bien durante el año, que hicieron sus tareas, se comieron toda su comida, estudiaron, fueron obedientes con los adultos de la familia y no les echaron bromas a sus hermanitas y hermanitos menores. Es menos frecuente, pero se pueden observar los efectos de la transculturización cuando en los sectores populares los presentes son traídos por San Nicolás.

nacimiento de Jesús está asociado a la tradición popular conocida como la Entrada del Niño Jesús de Curiepe quien retorna a su lugar luego de una travesía festiva por los nacimientos de varios poblados de la región mirandina. De igual forma es tradicional en algunas regiones en los Andes y en la parroquia La Pastora de Caracas hacer nacimientos vivientes como el que se realiza cada 6 de enero en el Camino de los Españoles. Santa Claus

Por otra parte, la figura de San Nicolás, tan ajena a nuestra cultura, proviene de un obispo del siglo IV a quien le han dedicado más de 2.000 templos en todo el mundo tanto oriental como occidental. Este personaje nació en Patara, Licia, región perteneciente a la actual Turquía. Allí se le llamó Nicolás de Myra. También se le conoce como Nicolás de Bari, región de Italia a donde fue desplazado por la invasión musulmana y vivió hasta su muerte. De origen adinerado y educado en la fe cristiana, puso su fortuna al servicio de los pobres. Es el santo patrón de Grecia, Turquía, Rusia y la Lorena (Francia). En Europa, este personaje sustituyó progresivamente a las deidades paganas y se usó su imagen para imitar su práctica dadivosa con los más necesitados. En el siglo XX, este personaje, popularmente llamado Sinterklaas en los países bajos, dio origen en Nueva Amsterdam, colonia holandesa de Estados Unidos, a Santa Claus o Papá Noel (del francés, derivado del latín natalis, natal). A lo largo de su historia se le asoció con el Polo Norte, los gnomos, los renos que tiran de un trineo para recorrer el mundo repartiendo regalos. En 1931, la multinacional norteamericana Coca-Cola globaliza comercialmente al personaje vistiéndolo con sus colores corporativos. Este hecho ha desviado la valoración de la Navidad como una actividad comercial contribuyendo al desplazamiento de su sentido religioso originario. A causa de esta influencia en muchos hogares venezolanos, sobre todo de nivel socioeconómico medio y medio alto, o por influencia de padres de origen europeo, se ha sustituido al Niño Jesús por San Nicolás. Asimismo, es co-

De la manera como se vea, la hechura del nacimiento es un símbolo de la tradición navideña que constituye un componente de profundo arraigo en la identidad cultural venezolana. Armar el nacimiento en muchos hogares es un momento para la reunión, el encuentro y el compartir en familia. Incluso el arbolito tiene esa significación porque lo importante es la unión familiar.


mún verlo colocado en las fachadas de casas, edificaciones, comercios, avenidas y plazas. También se ha hecho usual en esta época del año la difusión de su imagen en películas enlatadas de la televisión privada, su representación en vivo en algunos centros comerciales de las ciudades más importantes del país y su uso como adorno, junto a una chimenea en muchos hogares. Incluso, es frecuente encontrar a niños y adultos que se toman fotografías de recuerdo con el personaje o con su vestimenta en espacios públicos comerciales. No obstante, los símbolos del nacimiento y el Niño no han desaparecido. Se mantienen como tradición popular aunque muchas veces conviviendo con los de proveniencia extranjera. Tradición con arraigo

Al conversar con algunas personas de sectores populares del centro del país acerca del tema de los regalos navideños para los niños y la elaboración del nacimiento se pudo conocer que la mayoría sigue la tradición de poner el nacimiento. Se hace sobre todo para darle continuidad a la tradición familiar y social más que por razones religiosas. Su elaboración obedece en muchos casos a la presencia de niños en la casa. En algunos hogares solo se pone el nacimiento, en otros se coloca tanto el nacimiento como el arbolito, aunque se destaca que los regalos los trae el

Para seguir leyendo… El nacimiento y el pesebre, disponible en http://www.navidadlatina.com/venezuela/nacimiento.asp (documento en línea. Consultado el 19 de septiembre 2011). NEGRÓN HERNÁNDEZ, LUIS R. (JR.). Origen del pesebre o nacimiento de

la navidad, disponible en www.preb.com/navidad/pesebre.htm (revista en línea. Consultado el 2 de septiembre 2011). NERIA, IVÁN Y MANUEL ZAVALA ALONSO (EDS.). Artes e historia de

México, disponible en http://www.arts-history.mx/banco/index. php?id_nota=16122005153018 (blog. Consultado el 2 de septiembre 2011).

así somos R EV I STA

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El consumo desmedido que produce la imagen de San Nicolás se observa a través de su comercialización en diversos productos.

Niño Jesús. En pocas ocasiones se dijo que los trae San Nicolás. En esos casos ocurre por la influencia extranjera en la familia o no se sabe con exactitud por qué razón. En algunas familias donde no hay niños han dejado de montar ambos motivos navideños, aludiendo que ya no tiene sentido hacerlo. De la manera como se vea, la hechura del nacimiento es un símbolo de la tradición navideña que constituye un componente de profundo arraigo en la identidad cultural venezolana. Armar el nacimiento en muchos hogares es un momento para la reunión, el encuentro y el compartir en familia. Incluso el arbolito tiene esa significación porque lo importante es la unión familiar. De otro modo, hay muchos hogares, sobre todo de clase media-clase media alta, entre ellos de ascendencia extranjera, que conservan sus tradiciones de origen. También hay otros, bien venezolanos, que asumen la Navidad, la decoración, la entrega de regalos e incluso la gastronomía, desde las tradiciones y valores europeos o norteamericanos desconociendo los propios. Pero todavía el aspecto mercantilista de los poderes económicos marca con mayor fuerza las mutaciones que viene sufriendo la tradición navideña. En consecuencia, las diferentes formas de celebración que resultan del proceso globalizador han venido transformando y modificando el sentido de la tradición. Tal situación favorece el debilitamiento progresivo de la identidad cultural, sin que parezca haber una clara percepción del proceso, se sustituyen las tradiciones propias, de arraigo popular, por las foráneas. Ante esta realidad social urge la necesidad de crear las condiciones desde los espacios educativos, culturales y de los medios de comunicación oficiales, alternativos y comunitarios que contribuyan a detener y revertir el avance de los hechos que amenazan el desarrollo y fortalecimiento de la soberanía cultural, de la conciencia social y de la identidad venezolanas.


¡Venga ese

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así somos

abrazo!

El ambiente que crea la Navidad aumenta la espiritualidad, las emociones, los sentimientos y produce un cambio de comportamiento en las personas. El fin de año invita a la gente a dejar lo malo atrás para reconciliarse con los amigos y empaparse de energías nuevas. El calor humano prevalece y el abrazo funciona como una forma de sentir el contacto físico entre amigos, familiares, parejas, etc., para expresar afecto. Lo particular de estos cambios es el condicionamiento que produce el ambiente navideño, supeditando la dimensión de la calidez humana al siguiente momento de celebración N e l l y

R a m o s

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Fotografía: H A R O L D PA L A C I OS

Psi c ó l o ga / I n ve st i ga d o ra y p ro d u c to ra c u l tu ra l


Los abrazos son necesarios para el bienestar psicológico, emocional y corporal del ser humano.

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El cambio de comportamiento, en sentido general, conlleva una actitud positiva, sin embargo, puede estar acompañado de situaciones que en el plano de los miedos y los temores limitarían la adecuada percepción de ese cambio en la persona. Hay quienes se dedican a responder al sentimiento colectivo llevado por lo que hace el común de la gente, mas sin sentir el deseo auténtico de alcanzar una forma particular de acercamiento, por lo tanto, la alternativa de agasajar a otros para sentirse bien consigo mismo no está en sus propósitos. Otras formas que se evidencian, no solo en Navidad sino en cualquier momento del año, son las barreras que la misma gente se coloca: en unos casos conscientes y en otros por trabas que afectan sus formas de comunicación. Por ejemplo, es costumbre en Navidad, el despliegue de mensajes de texto anónimos llenos de contenidos de fe, esperanza, armonía y afecto, se trata de mensajes sin rostro y sin identidad que carecen de la posibilidad de ser retribuidos por el agradecimiento y la gratificación de aquel que lo recibe. Una práctica común es el empleo de las siglas TQM. En este caso no se trata de ahorrar letras y sintetizar el mensaje. Expresar abiertamente “te quiero mucho”, así sea por escrito, es verse forzado a decir lo que se siente hacia otra persona, es entrar en conflicto entre lo que se piensa y lo que se desea hacer, no todo el

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En el sinnúmero de expresiones que identifican la celebración de la Navidad es ampliamente relevante el cambio de comportamiento que se produce en la gente durante este período. Navidad y Año Nuevo son dos formas de festejar, sobre cada una giran todos los actos, algunos las celebraran a lo grande y otros en menor escala, pero de la forma que sea el ambiente cambia de emociones y entre lo mucho o lo poco cada quien responde a una dinámica que se despliega desde ir de compras, la preparación de platos, decorar la casa, compartir con familiares y amigos, hasta dedicar buena parte del tiempo para la búsqueda de los mejores regalos. La necesidad de expandir calor humano aflora en forma individual y colectiva, acompañada de sentimientos que se hacen presentes como la melancolía, la alegría, la solidaridad pero también la tristeza. Generalmente el cambio de comportamiento está motivado por asumir que son los días propicios para hacer todo el bien que no se ha hecho durante el año, son días de recapacitación, se piensa en aquello que se dejó de hacer y que se podía haber hecho. Unos son más nobles, otros intentan reconciliarse y piensan más en aquel otro que normalmente nadie recuerda en su día a día. El deseo común es recibir un año lleno de esperanzas con nuevos proyectos por realizar, siendo necesario para ello que la relación con nuestros semejantes sea sana y llena de pureza. De lo que se trata es de sentirse bien consigo mismo, todas las acciones estarán dirigidas a alcanzar este deseo. El acto de recapacitar sobre los errores cometidos o sobre las palabras dichas fuera de tono en algún momento y que por alguna razón pudieron haber afectado a otros y causado la pérdida de alguna amistad, se pone de manifiesto. Estar enojados o en conflicto con alguna persona durante estas fechas probablemente genere un sentimiento incómodo que quien lo experimente tratará de solucionar mostrando su disposición a pedir perdón. Se tiende a optar por distintas formas de acercamiento, por lo que realizar un presente o un obsequio funcionará como un mensaje. Los regalos pueden cumplir con varias finalidades y son muy oportunos a la hora de ofrecer disculpas para reconciliarse con los amigos o la pareja.

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El deseo común es recibir un año lleno de esperanzas con nuevos proyectos por realizar, siendo necesario para ello que la relación con nuestros semejantes sea sana y llena de pureza.


¡VENGA

ESE ABRAZO!

mundo posee la habilidad para comunicar sus sentimientos, por lo tanto, no es fácil correr el riesgo de hacerlo y colocar en evidencia ante los demás algo que les resulta complicado.

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Solo un abrazo para dar

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“Ok, un abrazo”, “Hablamos luego, un abrazo”, “Nos vemos, un abrazo”. Un abrazo es por excelencia una expresión popular de cortesía incorporada a la cotidianidad de las personas. Se usa como despedida después de una llamada telefónica, para terminar una comunicación, concluir un mensaje de texto etc. Verbalmente se le otorgan variadas aplicaciones en las relaciones interpersonales. Como contacto físico entre dos personas, el abrazo, más allá de cualquier presente o regalo material, no tiene costo alguno, solo calor humano, fuerza, intensidad, temperatura, es decir todo un lenguaje que debe ser interpretado por el receptor quien debe estar abierto para procesar la calidad del mensaje que se le desea transmitir. Un simple abrazo siempre reanima, nos da la bienvenida a casa y nos facilita la despedida, es una forma de compartir la alegría y los momentos tristes por los que pasamos. A veces, en estado de tristeza, desconsuelo, pérdida, dolor emocional o físico, llenos de abatimiento y desolación, recibir un abrazo real y sentido es más reconfortante que una medicina, más oportuno que una copa de licor y más ecológico y económico que cualquier gasto de energía. Puede ser solo el modo en que los amigos te dicen que les agradas por el simple hecho de ser tú. Los abrazos tienen sentido para todos, para quienes de verdad nos interesan, es la forma perfecta para demostrar el amor que sentimos cuando no encontramos las palabras adecuadas. En El libro de los abrazos Eduardo Galeano dice que hay abrazos que se guardan toda la vida, abrazos inolvidables, sentidos y también de los otros, fríos, metálicos, abrazos que no debieron ser.

Los abrazos poseen significados positivos y son utilizados, por lo general, en momentos cargados de emotividad. Fotografía: N ATA L I A A L D A N A

¿Quién no necesita en algún momento de su vida guarecerse entre unos brazos llenos de ternura? Un proverbio dice que necesitamos cuatro abrazos diarios para sobrevivir, ocho para mantenernos y doce para crecer. ¿Qué supone dar un abrazo?

Dar un abrazo en público no es fácil para todo el mundo. Requiere que las personas se conozcan, se aprecien y estén dispuestas a mostrar ese cariño ante los demás. A menudo, hay personas incapaces de dar muestras de cariño por miedo a parecer débiles o por considerar que es algo privado. Cuando una persona abraza a otra la autoestima se eleva. La persona que se siente querida y merecedora de ese abrazo se siente también más feliz. No se debe tener miedo a abrazar ni sentirse intimidado por ello. Pero también

Aproximarse al momento del cañonazo invade al cuerpo humano de emociones y sentimientos confundidos entre alegría, tristeza, melancolía y arrepentimiento pero, además, el firme deseo de dejar todo lo malo atrás. No puede haber mejor ocasión para lograr el bienestar personal que aprovechar la despedida del año abriendo los brazos enérgicamente en forma de cruz y con voz efusiva e imponente decirle al amigo cercano (dicho ilustrativamente): ¡Venga ese abrazo compadre, feliz año!


obligación, porque la persona no tiene otra opción. Muchas veces son fingidos y sin ningún compromiso emocional. La persona llega a adoptar actitudes ambivalentes entre lo que expresa su cuerpo y lo que mentalmente desea. Abrazo plástico. Característico en personas que abrazan marcando una distancia desde todo punto de vista. Tocan la espalda contraria con dos golpecitos dados con la yema de los dedos e incluso con un beso sin colocación ni destino. Evitan en lo posible el contacto físico. Las personas que dan este tipo de abrazo revelan en alguna forma carencias afectivas sufridas en otros tiempos o bien el resultado de una formación rígida. Abrazo químico. Es aquel que coloca en la otra persona, energía, afecto, sentimiento, intensidad y calor. Muchos son expresados (en el caso de los hombres) hasta con fuertes palmadas en la espalda. A través del contacto se trata de expresar estima y respeto. Se alcanza satisfacción en la comunicación y puede prolongarse con expresiones verbales. Pero además son personas que pueden abrazar con un gesto, con una palabra, con una actitud e incluso con una sonrisa, pueden valerse de cualquier medio para agasajar a otra persona.

No obstante, al margen de todas las particularidades que la Navidad trae consigo, lo que no debemos perder es el placer de imbuirnos en la riqueza espiritual que ella proporciona, rindiéndole honor al compromiso de abrazarnos durante los 365 días del año. Después de estas reflexiones solo queda dar a todas y todos el único regalo que no se puede envolver: un fuerte abrazo.

Para seguir leyendo… AIZPURÚA, FIDEL. Navidad, tiempo de abrazos, disponible en

http://antenamisionera.wordpress.com/2010/01/02/navidadtiempo-de-abrazos/ Definición de abrazo, disponible en http://definicion.de/abrazo/ GALEANO, EDUARDO. El libro de los abrazos. Buenos Aires, Siglo

XXI, 1989. La importancia del abrazo, disponible en http://www.ladosis.com/articulo_interno_nd.php?art_id=3511

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Entre las múltiples expresiones de afecto que podemos dar y recibir en el período decembrino, el abrazo juega un papel vital, especialmente el día de Año Nuevo y los subsiguientes en los que generalmente los saludos continúan a medida que vamos encontrándonos con los amigos. Aproximarse al momento del cañonazo invade al cuerpo humano de emociones y sentimientos confundidos entre alegría, tristeza, melancolía y arrepentimiento pero, además, el firme deseo de dejar todo lo malo atrás. No puede haber mejor ocasión para lograr el bienestar personal que aprovechar la despedida del año abriendo los brazos enérgicamente en forma de cruz y con voz efusiva e imponente decirle al amigo cercano (dicho ilustrativamente): ¡Venga ese abrazo compadre, feliz año! Y así podrá continuar repartiendo abrazos durante el tiempo restante. Por supuesto que en el fragor de la celebración y la situación del ambiente la gente responde con naturalidad y afecto, es obvio que nadie se ha provisto de un abrazonómetro a fin de diferenciar las calidades, cualidades y significados de los abrazos que recibe y menos aún es el momento más indicado para ponerse a discriminar entre un abrazo y otro. La impredecibilidad del comportamiento humano también contempla manifestaciones caracterizadas por la falsedad que se esconde debajo de un abrazo. La expresión del rostro, los gestos y las muecas muchas veces desmienten el discurso verbal o reflejan una disociación entre este y el discurso corporal. Palabras por un lado y gestos por otro lado, ¡nada que ver las unas con los otros!; las palabras dicen una cosa y los gestos dicen otra… Entre palabras y gestos tiene que haber, en situaciones discursivas normales, una armonía discursiva, una congruencia. Si no es así, entonces algo anda mal o, de plano, todo el discurso es un verdadero fraude.

Al recibir los abrazos de fin de año —ante la falta de un abrazonómetro— podemos tener en cuenta que estos pueden tener alguno de los siguientes propósitos: Abrazo conciliador. Posee la particularidad de ser un abrazo que se da bajo la creencia de que servirá para olvidar viejos roces o diferencias, otorgándole un sentido de “borrón y cuenta nueva” o “aquí no ha pasado nada”. Estos tipos de abrazo son muy frecuentes en personas que evaden sus responsabilidades, no asumen sus errores y suponen que por esta vía tendrán todo resuelto. Abrazo forzado. Es el dado por presión de grupo, prácticamente por

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Ropajes de un abrazo en Navidad

TIPOS DE ABRAZOS

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hay que aprender a recibir los abrazos, a menudo es más difícil saber recibirlo que darlo. El contacto físico adecuado proporciona salud y bienestar, ayuda a calmar los nervios, aliviar las tensiones y fortalecer la autoestima. Otros abrazos, fingidos, solo envuelven engaño escondiendo cuchillos. Un abrazo debe ser una expresión amorosa y respetuosa hacia los demás, en la que nuestro interés radica en expresarnos de forma honesta, podemos darlo o podemos recibirlo y, en últimas, hacer las dos cosas al mismo tiempo.


Navidad con SABOR

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ZULIANO En la mayoría de las casas se ponen tanto el pesebre como el árbol de Navidad. Pero como me dijo una amiga: “…el Niño Jesús es el Niño Jesús, no mezclamos el pesebre con el arbolito”. Me quedo con lo esencial de la Navidad zuliana y maracucha. Es sobre todo reunión familiar y regalos del Niño Jesús para los niños. Y gaita. Y cohetes y fuegos artificiales… B e r t a

V e g a

D o c e n te d e L a U n i ve rsi da d d e l Z u l ia ( j u b i l a da )

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Barrio Santa Lucía, tradicionalmente llamado El Empedrao. Maracaibo, estado Zulia, 2011. Fotografía: FLO R

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Muñecos de nieve 40º a la sombra

¡ L A S M E J O R E S H A L L AC A S SO N L A S D E M I M A M Á !

Navidad es un sustantivo derivado del verbo nacer y significa el día en que se celebra el nacimiento de Jesucristo en la tradición cristiana, es decir el 24 de diciembre de cada año, pero también el tiempo inmediato a ese día hasta la festividad de Reyes, el 6 de enero. En Maracaibo y el Zulia, además, el 18 de noviembre se celebra el día de La Chinita, la virgen de Chiquinquirá, por lo que durante tres meses —octubre, noviembre y diciembre— la ciudad está en preparativos o de celebración. Lo navideño expresa cualidad o accidente; como adjetivo significa lo secundario, lo que no es imprescindible, lo accesorio, en la celebración de la Navidad. Su sentido nos refiere a lo perteneciente o relativo a ese tiempo. Es todo lo que está alrededor de la celebración del nacimiento del Niño Jesús y lo que se le ha ido añadiendo. Y los añadidos son los que pueden acabar con uno. Porque casi que lo navideño ha opacado la Navidad, entre esa maraña de lo que no necesitamos para celebrar el nacimiento del Niño Jesús. Desde septiembre, el comercio, como lo llamamos en Maracaibo, vende la mercancía con la que se supone celebraremos estas fechas. Montañas de cajas de luces o lucecitas, árboles de plástico, cintas de colores, bolas y adornos diversos para las casas, y para usted, invaden la ciudad. Es como el pistoletazo de ¡salida! para consumir hasta morir lo navideño. He visto pingüinos y muñecos de nieve enormes, en estos 40˚ a la sombra, “adornando” Bella Vista —la avenida que cruza la ciudad de sur a norte— y donde los políticos que mandan en Maracaibo muestran su concepción navideña, desde esa nueva tradición maracucha: las luces de Bella Vista. Les cuento que las inclemencias del tiempo y del tráfico maracucho convirtieron un año a los pingüinos y los muñecos de nieve en bolitas de anime regadas por toda la avenida. Y no puedo olvidar el Mickey Mouse de Rosales, el Prófugo, con su varita mágica dando vueltas en Bella Vista con 5 de Julio.

La comida tradicional de esta época incluye hallaca, pernil, ensalada de gallina y pan de jamón. Los dulces son el majarete, lechosa con piña y manjar blanco, dulce de guayaba y de hicaco. Y los huevos chimbos. También en algunas casas se hace revuelto de pollo y macarronada. Días antes del 24 las familias se reúnen para comprar los ingredientes y hacer las hallacas, y eso es una celebración también. Cada familia tiene su propia receta, su propia manera de hacerla. Pero lo que siempre se oye por esos días es “¡las mejores hallacas son las de mi mamá!”. Cerveza, ron, whisky, entre otras, son las bebidas “espirituosas” para regar semejante condumio. Y refrescos para los muchachos. Las familias previsivas suelen tener

La Navidad zuliana

Pero me quedo con lo esencial de la Navidad zuliana y maracucha. Es sobre todo reunión familiar y regalos

…los niños hacen sus cartas con sus peticiones con antelación y las colocan en el pesebre o se las entregan a sus padres. El 25 vemos a los niños luciendo con alegría sus regalos en las plazas y en las calles de la ciudad; cuando les preguntáis qué les trajo el Niño Jesús vienen corriendo a mostrar sus regalos. A pesar de las computadoras y los juegos tecnológicos, todavía en Navidad y fin de año es frecuente ver grupos de niños y jóvenes en patines y patinetas recorriendo las calles.

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del Niño Jesús para los niños. Y gaita. Y cohetes y fuegos artificiales… Las nuevas gaitas comienzan a sonar a fines de septiembre y ya en octubre están en todas las radios y en la televisión. Además, se hacen varios concursos en donde se premian las mejores, según el público y los jurados. También es tradicional que en esa competencia no todos queden satisfechos y haya críticas y controversias. En la mayoría de las casas se ponen tanto el pesebre como el árbol de Navidad. Pero como me dijo una amiga: “…el Niño Jesús es el Niño Jesús, no mezclamos el pesebre con el arbolito”. Así que los niños hacen sus cartas con sus peticiones con antelación y las colocan en el pesebre o se las entregan a sus padres. El 25 vemos a los niños luciendo con alegría sus regalos en las plazas y en las calles de la ciudad; cuando les preguntáis qué les trajo el Niño Jesús vienen corriendo a mostrar sus regalos. A pesar de las computadoras y los juegos tecnológicos, todavía en Navidad y fin de año es frecuente ver grupos de niños y jóvenes en patines y patinetas recorriendo las calles. El pesebre de Canchancha, en la zona norte de Maracaibo, es quizá el de más larga tradición y parte del patrimonio cultural de la ciudad. En la casa del señor Guillermo Cifuentes Montiel, desde 1958, el pesebre fue creciendo hasta ocupar todo el patio con amor, trabajo y figuras de muchos países. Y plantas, árboles y

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preparado, para el 25, un sancocho de gallina para recuperarse de los excesos. En el sur del lago de Maracaibo los zulianos afrodescendientes suelen hacer un dulce de arroz con coco y panela. Y en las casas wayúu no falta la chicha de maíz. Y todo esto, por supuesto, en la casa de mamá.


CON SABOR ZULIANO

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NAVIDAD

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Templo de Santa Lucía ubicado en la avenida El Milagro, parroquia Bolívar, estado Zulia, 2011. Fotografía: FLO R

arroyos. Hoy sigue la tradición su hijo, el poeta Nicanor Cifuentes. Todos los años es visita obligada para los zulianos. La mezcla de culturas

Mucha gente va a la misa de aguinaldo o misa de gallo, amaneciendo el 25, que suele anunciarse con cohetes. Todavía en algunos barrios se hacen concursos de pesebres y en las escuelas concursos de dibujo alusivos al nacimiento del Niño Jesús. San Nicolás también aparece como parte de ese añadido navideño, influencia de lo que Verdú llama “el planeta americano”. El ruido proveniente de todos los equipos de sonido llena la ciudad con ritmos diferentes: gaitas, vallenatos, salsa, guarachas.

PE R OZO

Navidad y fin de año dan también para la práctica de costumbres venidas de otras partes en esta mezcla de culturas. Así que terminar el año con ropa interior amarilla se supone que atrae el dinero para el próximo año. Si usted quiere viajar saldrá con sus maletas vacías a la puerta de su casa y dirá adiós a los vecinos. Si quiere tener abundancia el año que viene comerá una cucharada de lentejas el 31, dicen los árabes asentados en el Zulia. Cohetes y fuegos artificiales el 31 representan para los chinos zulianos abundancia, alegría y vida iluminada. De los tiempos inventados por los seres humanos, los que marcan el fin y el inicio de algo suelen reunirnos, convocarnos para la solidaridad con los otros, para el abrazo, los buenos deseos y la alegría. Esa es la Navidad.

Navidad y fin de año dan también para la práctica de costumbres venidas de otras partes en esta mezcla de culturas. Así que terminar el año con ropa interior amarilla se supone que atrae el dinero para el próximo año. Si usted quiere viajar saldrá con sus maletas vacías a la puerta de su casa y dirá adiós a los vecinos. Si quiere tener abundancia el año que viene comerá una cucharada de lentejas el 31, dicen los árabes asentados en el Zulia. Cohetes y fuegos artificiales el 31 representan para los chinos zulianos abundancia, alegría y vida iluminada.


Recorrido y encuentro del NIÑO

JESÚS de Curiepe

Nuevamente y después de 30 años de ausencia, vuelve el Niño Jesús de Curiepe a recorrer las comunidades de la parroquia Caruao en el lado este del estado Vargas C a s i m i r a

M o n a s t e r i o s I n ve st i ga d o ra d e l M use o N a c i o n a l d e l a s C u l tu ra s

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Fo to g ra f ía s : A R C H I V O M N C

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La imagen de yeso, que reposa en una cuna de madera con vidrio, es adornada con joyas, rosarios y flores. Curiepe, estado Miranda, 2011.

Niño Jesús de Curiepe Cuando te vayas me avisas Que te voy a regalar Un gorro y una camisa. V

E R S O

D E

F U L Í A

N

A I G U A T Á

Llevar la imagen del Niño Jesús en peregrinación por los pueblos vecinos forma parte de la tradición barloventeña; conformando verdaderos circuitos de fe y amistad, en algunos casos estas rutas podían abarcar el espacio de varias entidades. Otrora, el Niño Jesús de Tacarigua de Mamporal visitaba los pueblos guariqueños, el de El Guapo iba a oriente, mientras el de Curiepe recorría la costa. Tradición no exenta de la diatriba entre devotos y autoridades católicas. Iglesia que seguramente jugó un papel importante en la instauración de esta bella expresión


RECORRIDO

Y ENCUENTRO DEL

NIÑO JESÚS

cultural afrodescendiente donde se conjugan oralidad, religiosidad, espiritualidad, hermandad y solidaridad.

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El paseo del Niño Jesús

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Cada año curieperos y curieperas despiden al Niño Jesús, quien va a su recorrido por los pueblos costeros del municipio Brión para meses después recibirlo con alborozo el 24 de diciembre en el siempre emotivo Encuentro del Niño Jesús. Nuevamente, y después de 30 años de ausencia, vuelve el Niño Jesús de Curiepe a las comunidades de la parroquia Caruao en el costado este del estado Vargas. En fecha acordada por las sociedades religiosas organizadoras del anual acontecimiento, los curieperos y curieperas inician este ritual de despedida, Llevada del Niño Jesús de Curiepe a la costa con una misa en honor al Niño Jesús. Una vez concluida la misa, el Niñero o Mayordomo toma la cuna (nicho) que contiene la imagen del Niño y con ella, al son de la marcha religiosa, hace la señal de la cruz, reverenciando a los santos patrones de la Villa de Nuestra Señora de Altagracia y San José del Valle de Curiepe. Siempre meciendo la cuna al ritmo de la marcha, dibujando con ella en el aire la señal de la Santísima Cruz, atraviesa la nave central hasta la puerta, allí repite la ceremonia frente al pueblo congregado, mientras

DE

CURIEPE

los repiques de campanas y el retumbar de los cohetes anuncian a la población que el Niño Jesús se apresta a partir para la costa. Así se inicia el recorrido de despedida por las calles de la población. El séquito: música, velas y cantos

Precede el cortejo procesional el pendón o estandarte del Niño Jesús, el farolero/a, cercano a él/ella el cargador de la cesta de las limosnas, los promeseros/as se ordenan cerca de la cuna esperando su turno para cargar al Niño (llevar sobre la espalda la cuna con la imagen), siempre bajo la mirada vigilante del Niñero y los socios quienes ayudan a los y las promeseras en el cambio de la cuna de uno a otro promesero/a. Detrás de este grupo, entre fieles y devotos, alternando con la música de viento (banda seca), van los parranderos, ejecutantes de las tamboras, el furruco, el cuatro, las maracas, entonando aguinaldos y parrandas alusivas a Curiepe, al Niño Jesús y a su partida para la costa, acompañados de un gran coro conformado por todos y todas. Aún hay quienes llevan velas encendidas, algunos rezan, otros hacen sus peticiones y los más van conversando, haciendo paradas, saludando, por supuesto no falta el chiste, la anécdota, recuerdos de aquellos y aquellas que ya no están o sencillamente de los y las que por una u otra razón no pudieron estar presente en tan

Cada año curieperos y curieperas despiden al Niño Jesús, quien va a su recorrido por los pueblos costeros del municipio Brión para meses después recibirlo con alborozo el 24 de diciembre en el siempre emotivo Encuentro del Niño Jesús. Nuevamente, y después de 30 años de ausencia, vuelve el Niño Jesús de Curiepe a las comunidades de la parroquia Caruao en el costado este del estado Vargas.


Camino a Vargas

En su recorrido hacia La Sabana el Niño Jesús con su comitiva es esperado con alegría y respeto en cada uno de los pueblos por donde va pasando: Pueblo Seco, Acarigua (aún en Barlovento), ya en territorio varguense, Chuspa y Caruao, haciendo pequeñas paradas, lanzando cohetes anuncian su llegada. En cada lugar habrá una mesa cubierta con un mantel donde permanecerá solo unos minutos. Los integrantes de la caravana se bajan, los viejos amigos y familiares se reencuentran, se salu-

L A H E R E N C I A A FR I C A N A La oralidad fue el gran medio del que se valieron los pueblos africanos traídos a América en migración forzosa; fue la fuerza de la palabra la que permitió recomponer la vida de aquellos y aquellas que arrancados de su seno pudieron crear y recrear el mundo, sobre todo su espiritualidad que si bien tiene un fuerte componente religioso, también tiene un robusto componente social, el colectivo, la necesidad del otro/a. La fuerza de la palabra fortalece la espiritualidad y la espiritualidad reivindica la palabra.

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El pueblo de Curiepe, bañado en fe y devoción, despide al Niño Jesús y espera ansiosamente su regreso el 24 de diciembre. Curiepe, estado Miranda, 2011.

dan con renovadas promesas de estar más tiempo juntos al regreso o en hipotéticas visitas. Cada año se incorporan noveles peregrinos/as, nacen nuevas amistades, nuevas familiaridades. Al mediodía llega a La Sabana, el pueblo sabanero lo recibe en la calle con alegría y alborozo, allí los músicos del lugar entonan marchas y el Niñero repite la ceremonia de bendecir al pueblo a su llegada, iniciando el recorrido por el pueblo sobre las espaldas de sus devotos que pagan promesas. El recorrido culmina en la iglesia con una misa, para más tarde ser trasladado a la casa de la familia que ofrendará el primer velorio de la jornada. En La Sabana pernoctará y desde allí será trasladado a las distintas poblaciones de la parroquia Caruao, donde fieles y devotos pagaran sus promesas cargándolo, entregándole milagros y haciéndole velorios y veladas. Hospedaran al Niñero y su comitiva hasta entrado el mes de noviembre cuando harán el recorrido de regreso y entonces corresponderá a los pueblos del municipio Brión (Guayabal, Aricagua, Chirimena, Higuerote, entre otros) rendir culto al Niño Jesús de Curiepe.

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importante día, cuando el padre protector del pueblo se aleja para visitar a sus hijos e hijas de la costa. Cuando el niño pasa frente a la casa de algún santo se repite la ceremonia de reverencia, del mismo modo cuando pasa frente a las instituciones públicas como la policía los bendice, siempre al son de la marcha religiosa entonada por los integrantes de la Escuela de Música Pablo Rada. Y así, entre bendiciones, marchas, parrandas y aguinaldos el pueblo acompaña al Niño hasta las afueras del pueblo. Anteriormente todo el recorrido era a pie hasta Higuerote, en los tiempos que corren desde la entrada de la carretera de Lagoven, sector El Corozo, hasta la población de La Sabana, el Niño hace su recorrido en vehículo, seguido de una caravana que crece cada año, la cual entre otras innovaciones exhibe sus “potentes” equipos de sonido. Cosas de la “modernidad”.

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En La Sabana pernoctará y desde allí será trasladado a las distintas poblaciones de la parroquia Caruao, donde fieles y devotos pagaran sus promesas cargándolo, entregándole milagros y haciéndole velorios y veladas. Hospedaran al Niñero y su comitiva hasta entrado el mes de noviembre cuando harán el recorrido de regreso…


ENTRE HALLACAS Y PARRANDAS La música y la gastronomía son expresiones que ratifican nuestra venezolanidad. Las parrandas, los aguinaldos y las gaitas, ritmos musicales heredados y enriquecidos a través del tiempo, junto a las deliciosas hallacas, vivo ejemplo de intercambio cultural y plato principal de nuestra mesa navideña, son símbolos inequívocos de resistencia cultural en época decembrina mostrando rasgos identitarios fundamentales, así como el arraigo que nos define como venezolanos

LA GAITA, LA PARRANDA Y EL AGUINALDO

LAS HALLACAS Varían según la zona geográfica y la tradición familiar; cada familia tiene formas diferentes de realizar la preparación, incorporar distintos ingredientes y darle su gusto particular. Esto genera una variedad infinita de hallacas, podría decirse que existe tanta variedad como el número de familias venezolanas que las preparan. Aquí ofrecemos algunas variantes generales que dan una somera idea de la diversidad de hallacas venezolanas que pueden existir

LA GAITA DE FURRO Mejor conocida como gaita maracaibera, maracucha o zuliana, es uno de los géneros que actualmente acompaña nuestras celebraciones navideñas. Es producto de un amplio mestizaje y una profunda influencia citadina que la diferencia de sus coterráneas, como la gaita de tambora y la gaita perijanera

Tambora

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HALLACA TRADICIONAL

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El cuatro, la charrasca, la tambora y el furro son los instrumentos principales de la gaita. El furro otorga el nombre a este género por estar presente solo en este tipo de gaita

Cuatro

Masa Se elabora generalmente con harina de maíz coloreada con onoto, el cual le da esa tonalidad anaranjada tan característica

Furro (Furruco)

Plato

Charrasca

LA PARRANDA: REGIÓN CENTRAL La música navideña de los estados centrales y parte del estado Cojedes es la parranda, en cuya letra puede haber referencias a lo humano y/o divino. Hacia las costas de Aragua y Carabobo, en el Distrito Capital y estado Miranda, el estilo de la parranda hace notar la influencia africana, el ritmo es tan acelerado y estimulante, que recuerda los golpes de tambor. Los aguinaldos, por lo general, poseen un contenido dedicado a lo divino. Debido a la presencia mediática, la agrupación Los Tucusitos se convirtió en el modelo a seguir

EL AGUINALDO ORIENTAL En la región oriental convergen diversos instrumentos con los que se interpretan los aguinaldos y parrandas navideñas. El tambor, el furruco, las maracas y el cuatro son instrumentos comunes, a los cuales, según la región, se sumarán la guitarra, la mandolina o bandolín, los pitos o carrizos y el charrasco o charrasca. Es representativo de este género un solista acompañado por un coro

Furruco Tambor Hojas de plátano En la mayoría de los estados del país se utiliza la hoja de plátano para envolver la hallaca. En Zulia y Paraguaná también se usa la hoja de bijao o casupo, parecida al plátano pero más fuerte

Cuatro Maracas

Charrasca

Cuatro

Guitarra

Mandolina

CENTRALES

INGREDIENTES DE LA HALLACA POR REGIONES

1

2

3

4

5

Furruco Tambor 1 Carabobo 2 Aragua 3 Vargas

Charrasca

4 Disrito Capital 5 Miranda

EL AGUINALDO LLANERO En el aguinaldo llanero se puede hablar de dos estilos. Uno, donde la voz solista interpreta versos dedicados a lo divino y se realiza la música con los instrumentos que se utilizan en otros ritmos de la región, y un segundo estilo que viene influenciado por el medio y los tiempos modernos, donde la conformación grupal imita modelos observados en la televisión

Bandola llanera Cuatro Maracas

MASA

EL AGUINALDO ANDINO Aguinaldos, villancicos y romances conforman la ancestral herencia musical aguinaldera de los Andes, donde las interpretaciones navideñas se hacen ante los pesebres y durante el acompañamiento de las tradicionales celebraciones de búsqueda y paradura del niño

Pernil de cochino, gallina, aceite, cebolla, ajo, cebollín, caldo de gallina, pimentón, ajíes dulces, ají picante, vinagre, vino dulce, salsa inglesa, pimienta, sal, harina de maíz, limón, ajoporros, encurtidos, papelón, caldo de gallina, mostaza preparada

GUISO

Guitarra

• Harina de maíz precocida • Manteca de cochino • Caldo de gallina

• • • •

Onoto Tocino Agua Sal

• • • • •

• • • •

Alcaparras Aceitunas Pasas Encurtidos en vinagre

Violín Cuatro

Fuentes: Investigadores: Laura Carrera, José Esteban Pérez y Antonio Zapata. Tulio Hernández y Miriam Ardizzone. Atlas de tradiciones venezolanas. Caracas, Fundación Bigott, 1998.

ADORNOS

Pimentón rojo Aceite Tocino Almendras Cebolla


HALLACA SECA Poco conocida hoy día, se denomina también La Angostureña. Su nombre obedece a que podía comerse sin cubiertos. Tiene su origen en los Llanos venezolanos; se llevaba como guarnición en los viajes hacia Angostura (Ciudad Bolívar)

EN CUANTO AL GUISO

HALLACA DE ARROZ

L M M J V S D La carne Carne se dejaba macerando durante 3 días

Vino y vinagre

EN CUANTO A LA MASA

Se hace cuando sobra guiso. Se coloca el guiso junto con el arroz crudo sobre la hoja de plátano y se continúa la preparación corriente

EN CUANTO A LA FORMA

Arroz crudo

Guiso

EN CUANTO A LAS CARNES En casi todo el país

1 hora

Res Cuadradas Son elaboradas con dos círculos de masa, uno abajo y otro arriba del guiso. Forma común en la zona central del país

Chivo

Res

Cochino

hallacas de pescado Son una variante hecha en las regiones orientales del país Guiso cocido El guiso caraqueño es dulzón, se le añade un toque de papelón y es el que tiene la mayor cantidad de ingredientes

Hilos para el amarre

Masa floja Se estira con cuchara ya que su consistencia es más líquida

Rectangulares Son elaboradas con un solo círculo de masa por lo que son de menor tamaño

3

3

4

Pescado

La “Carabina” Es una hallaca rellena de caraotas negras hecha en el estado Trujillo

LLANERAS

ANDINAS

Caraotas

ORIENTALES

5

2

3 4 5

2

1 Táchira

1 Apure

2 Mérida

2 Barinas

3 Trujillo

1

3 Portuguesa

• • • •

Cebolla Aceitunas Pasas Alcaparras

• • • •

Mantequilla Agua Caldo de gallina Onoto

• Tocino • Pimentón

2 Anzoátegui 1

3 Nueva Esparta

4 Cojedes

4 Sucre

5 Guárico

5 Monagas

Carne de cochino, carne de res, tocino, gallina, garbanzos, vino dulce, ajo, cebollas, pimentón rojo, tomates, ajíes dulces, sal de ajo, sal de cebolla, cebollin, pimienta, pasas, aceitunas, alcaparras

• Harina de maíz precocida • Manteca • Maiz pelado

1 Bolívar

2

Gallina, manteca de cochino, tomate, cebollas, pimentón, agua, comino, carne de cochino, carne de res, vino, pimienta, ají

1

Carne de res, carne de cochino, tocino, ajo, cebolla, cebollín, pimentón, tomates, alcaparras, caldo de gallina, comino, orégano, pimienta, vino dulce, papelón, agua, manteca

• Harina de maíz precocida • Manteca • Onoto

• Mantequilla • Agua • Caldo de gallina

• Harina de maíz precocida • Manteca • Onoto

• Mantequilla • Agua • Caldo de gallina

• • • •

• Tocino • Pimentón

• • • • •

• Pasas • Papas sancochadas • Huevos sancochados

Cebolla Aceitunas Pasas Alcaparras

Cebolla Pimentón Aceitunas Alcaparras Encurtidos

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En el estado Zulia hay quienes hacen unas de masa de plátano verde

2 horas

En Lara y Falcón

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Masa consistente Más parecida a la de las arepas y se estira con los dedos

INFOGRAFÍA: JORGE L. GALOFRE/ ASÍ SOMOS

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Guiso crudo Son más comunes en las zonas andinas y requieren, por supuesto, el doble de tiempo de cocción

Cochino


LA TRADICIÓN

MUSICAL NAVIDEÑA

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DE LA INTIMIDAD PUEBLERINA A LA EXPANSIÓN MASIFICADA

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Romerías, paraduras, parrandas, aguinaldos, villancicos, juegos y festejos familiares son expresiones tradicionales donde la música es un elemento fundamental que estimula el fortalecimiento de lazos familiares y comunitarios. Sin embargo, estas manifestaciones musicales inmersas en el mundo de los medios, el espectáculo masivo y la cultura global se cargan de sentidos y significados distintos J o s é

E s t e b a n

P é r e z

M úsi c o t ra d i c i o n a l ista l a re n se / c u rs a m a e st ría M usi c o l o g ía L a t i n oa m e ri c a n a ( U C V )

Intimidad pueblerina navideña

“Palito en boca”, “hablarse y no contestarse”, “tú sí, yo no”… son algunos de los juegos que conocí en mi infancia y que practicábamos apenas comenzaba el primer día de diciembre cada año en Titicare, comunidad barquisimetana. Eran los inicios de un mes que progresivamente rompía con la rutina diaria hasta transformarse en una gran fiesta de reencuentro comunitario. Las hallacas, para la familia y los amigos, el pesebre de la casa y el de la comunidad, las parrandas anunciando la llegada de los buenos tiempos: Oí las mujeres bellas / oí los bellos cantares / llegaron las pascuas / se van los pesares…, rezaba la letra del estribillo de un viejo canto que se interpretaba en las parrandas aguinalderas de la época. Cuántas cosas tiene la fiesta de Navidad que la hace diferente e inolvidable: cantos de aguinaldos, misas de gallo, velorios al niño, bailes, la infantil e ilusionada espera de los presentes del Niño Dios y los reyes magos… Aunque hayan cambiado algunas de estas tradiciones, en el presente, esta alegría se mantiene en Titicare y en el resto del país. El aguinaldo impregnado de contenido devocional con ingenuos versos dedicados al Niño Divino, María y José, es esencialmente un canto para el intercambio con el entorno social más cercano; se cantan aguinal-

dos al pesebre ante las imágenes simbólicas de la natividad, pero también a la familia, a los amigos. Temprano en la madrugada del 25 de diciembre y durante todo el día los conjuntos visitan las casas de los amigos y la familia para llevarles una parranda (aguinaldo): Óigame compadre / le vine a cantar / póngase la ropa / vamos a parrandear. Los visitados agradecen ofreciendo gastronomía hogareña de la época como hallacas, chicha y alguno que otro dulce o bebida propios de la tradición local: si me dan hallacas / dénmela caliente / porque hallaca fría / enferma a la gente. Música, regalos, hallacas, reuniones, pan de jamón son solo parte de lo que vivimos en estos días; para que, creyentes o no, encontremos un lugar coincidente de regocijo y disfrute colectivo. Levanten pastores

Los cantos de aguinaldo y parranda tienen un sentido integrador en los pueblos. En los estados Carabobo (San Joaquín y Aguas Calientes) y Aragua (Chuao y El Limón), son parte de rituales que mezclan la fe, la diversión y la convivencia comunitaria. Estos cantos son su manera de entender y expresar la fe. Un ángel recita unos textos inspirados en las escrituras bíblicas, los pastores que reciben el mensaje siguen la estrella y al son de la música se Cantores de Paradura en búsqueda del niño perdido. El Vallecito, estado Mérida, 2011. Fotografía: LUZ M A R I N A PA R R A


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desplazan por el pueblo: levanten pastores / vamos a Belén / que ha nacido el niño / para nuestro bien. El aguinaldo y la parranda tienen prácticamente la misma forma musical, la diferencia radica en la instrumentación ya que en la parranda hay predominio de los tambores. Oír estos cantos en las voces de sus cultores originales nos permite apreciar la naturalidad rítmica y armónica, los matices melódicos tan diferentes a los que podemos apreciar en las grabaciones de los conjuntos urbanos sin desmerecer, por supuesto, la bien cuidada estética musical que les es propia. La resignificación de una manifestación cultural, entonces, es producto de muchos factores. Uno de ellos son los intereses creados desde los medios, los cuales estimulan la permanente búsqueda del reconocimiento social de sus practicantes, quienes en su interés por alcanzarlo adoptan nuevas estrategias reubicando su práctica, resemantizándola, dándole un nuevo sentido. Dulce Jesús mío

En los estados andinos la Navidad también genera un ambiente de disfrute colectivo muy especial. La romería de pastores, la fiesta de reyes, los locos y locainas, las paraduras, así como el robo y búsqueda del Niño (en casi todos los pueblos andinos) son algunas de las tantas maneras de compartir la fe y la alegría entre vecinos, dejar de lado las herramientas del duro trabajo agrícola y liberar por un tiempo a los mansos bueyes de la pesada yunta y la punzante garrocha. Entre los distintos cantos de alabanza al Niño destacan aguinaldos, villancicos y romances: Madre, en la puerta hay un niño / más hermoso que el sol bello / parece que tiene frío / porque viene casi en cueros. La comunidad se aboca a la fiesta siempre teniendo como símbolo central al Niño, aunque también son muy populares las celebraciones a San Benito. Parte de sus representaciones incluyen el teatro y el canto: la sagrada familia, los pastores y soldados romanos e incluso algunos representan policías contemporáneos, se unen para buscar y rescatar la imagen del niñito desaparecido “misteriosamente” del pesebre de una de las casas vecinas, San José está muy nervioso / y le preguntó a María / ¿Dónde estará mi niñito? / ¿por qué se lo robarían? al llegar a la casa donde han escondido al niño, y luego de haber recorrido diferentes hogares sin haber dado con él, un diálogo cantado toma lugar de la procesión cuando preguntan a los que no han querido abrir la puerta: Señores de adentro / vengo a preguntar / ¿Dónde está ese niño / que no puedo hallar? Y los

YA LA GAITA CON SU SON, AMIGOS SE ESTÁ EXTENDIENDO Los cantos de Navidad son expresiones que fortalecen el carácter alegre y festivo del pueblo, son particularmente hermosos y sus giros, propios de la originalidad de cada localidad, le dan un aire provinciano y sencillo. Algunos aguinaldos y parrandas han trascendido la intimidad pueblerina y se pueden apreciar en las distintas emisoras radiales donde se difunde la música nacional, no siempre grabados por los intérpretes originales. Otros géneros como la gaita han adquirido un perfil universal y hasta comercial, siendo transmitidos constantemente por todos los medios de comunicación y además promovidos por grandes empresas disqueras. Desde finales de agosto se comienzan a escuchar las primeras gaitas. Destacan los alegres rasgueos del cuatro, la estridencia metálica de la charrasca y los roncos quejidos del furruco, mientras voces experimentadas lanzan al aire sus nuevas composiciones a la caza del éxito y la añorada mención como mejor gaita del año. Nacida en los patios maracuchos, de familias saladilleras y empedraeras, acogida en cierto momento por el sagrado recinto del padre Vilchez y bajo la aureola de La Chinita, la gaita es emblema, sonido y símbolo comercial de la Navidad venezolana. Épocas atrás, cuando aún no era conocida como hoy, iniciaba la temporada en un momento del año que quedó bautizado como “la bajada de los furros” en alusión al momento cuando los músicos maracuchos echaban su mirada a algún lugar del techo de la casa para bajar estos instrumentos y otros tantos motivos que fueron subidos el año anterior y con los cuales le darían inicio a la festividad. Eran momentos íntimos, familiares, los cantadores se colocaban en corro, iban pasándose un pañuelo con lo cual daban el turno a quien correspondía cantar. Sus instrumentos eran sencillos, acústicos y las letras eran producto de la inventiva de compositores pueblerinos, especie de cronistas y poetas que relataban su cotidianidad rica en personajes pintorescos, lugares típicos y situaciones de toda índole: Ahí viene la cabra mocha / de Josefita Camacho / es mocha de los dos cachos / del rabo y las dos orejas. La gaita se sabe maracucha pero se hace venezolana y se convierte en carta de identidad y orgullo. Músicos como Reyes “Reyito”, Ricardo Aguirre, Rafael Rincón González, Rincón Morales, y otros tantos, le dan a la musicalidad maracucha una dimensión exportable. Letra y melodía se entrejuntan y convierten los cantos de provincia en emblemas de identidad, la instrumentación sufre algunos cambios y la armonía se torna compleja y electrónica. Se hacen realidad los versos premonitorios de una gaita, compuestos por algún maracucho con el regionalismo bien subido en la década de los sesenta: ya la gaita con su son / amigos se está extendiendo / y a mí me está pareciendo / va a llegar hasta el Japón. El furor gaitero se expande por todos lados, las agrupaciones de gaita amenizan eventos, programas de TV, fiestas familiares y hasta le cantan a los pesebres, aún cuando la letra de sus cantos no estuviera emparentada con la temática bíblica de la natividad. Tener un disco de acetato con los últimos éxitos gaiteros es la moda, los músicos jóvenes en especial se aprestan a la nueva sensación decembrina, las tiendas de instrumentos musicales incluyen nuevos instrumentos en sus vitrinas: charrascas de metal, furros y tamboras gaiteras, la celebración de un cumpleaños en diciembre podía y puede tener gaita. En Titicare, mi comunidad, los herederos de los viejos músicos dejamos reposando la tradicional tambora colgante, las maracas y la ancestral instrumentación de cordófonos larenses para darle rienda suelta a nuestras emociones rítmicas con una música más acelerada y estimulante que los angelicales aguinaldos.


En la década de los cincuenta y sesenta, el aguinaldo como canto emblemático de la Navidad y del encuentro familiar y vecinal, sufre un inesperado impulso hacia otros ámbitos. De la intimidad del hogar, del recinto sagrado de la capilla o la iglesia, de la parranda larense que se lleva

Músicos llevan de casa en casa la parranda larense. Barquisimeto, estado Lara, 2010. Fotografía: FLO R

PE R OZO

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Del consumo familiar al consumo masivo

de casa en casa a los amigos y familiares en la madrugada, pasa a ser, progresivamente, un género que suena en emisoras o forma parte del repertorio de un espectáculo. Claro, esto sucede con los aguinaldos de la región central generalmente. La música navideña venezolana ha vivido diferentes etapas. Los años cincuenta y sesenta fueron muy importantes, agrupaciones como Jesús María y José, Las Voces Risueñas de Carayaca y Los Tucusitos, solo por nombrar algunas, vivieron momentos de esplendor mediático gracias a la proyección nacional que le dieron los medios de difusión. El aguinaldo se convirtió en emblema musical en épocas decembrinas. Desde mediados de la década de los sesenta crece progresivamente la “fiebre gaitera” con agrupaciones como Cardenales del Éxito, Rincón Morales y Gran Coquivacoa, entre otros que lograron posicionar mediáticamente este género. La parranda y los aguinaldos se fortalecen con agrupaciones como Un Solo Pueblo, Grupo Vera, Macuaya, Convenezuela, Serenata Guayanesa y Los Topo Topo.

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de adentro responden: yo no tengo al niño / que a usted le robaron / será en otra casa / que al chico dejaron. El diálogo cantado se mantiene hasta que “los culpables” confiesan que ciertamente tienen al niñito en su hogar, seguidamente invitan a pasar a María y José para que recuperen la imagen, los “secuestradores” son “apresados” y “amarrados” y deberán pagar una pena que casi siempre consiste en correr con los gastos de la celebración. Juego, diversión, fe, tradición. Son muchos los motivos que se mezclan y dan sentido a la celebración. Vecinos y visitantes, entre ellos representantes de entes culturales, sociales y políticos, se dan cita en este gran evento anual donde se intercambian modos de valorar y apropiarse de las manifestaciones tradicionales decembrinas.

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Desde mediados de la década de los sesenta crece progresivamente la “fiebre gaitera” con agrupaciones como Cardenales del Éxito, Rincón Morales y Gran Coquivacoa, entre otros que lograron posicionar mediáticamente este género.


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Aguinaldos, parrandas y otros ritmos similares ocupan por estos años la atención de las emisoras AM; este fenómeno musical inspira y estimula la proliferación de conjuntos aguinalderos y de parranda en todo el país. La tradición musical navideña venezolana ha pasado de ser de consumo familiar comunitario a consumo masivo nacional, convirtiéndose en una alternativa criolla ante la imposición de tradiciones musicales de otras culturas en cuyos contenidos no están presentes los motivos que por generaciones le han dado significado a nuestra Navidad: Jesús, María y José como personajes centrales, además de otros que conforman el contexto gastronómico, social y cultural nacional y son parte de nuestro espíritu colectivo en Navidad como las hallacas, el compartir en familia, las parrandas, el pesebre y las muy celebradas patinatas de las ciudades. Así la música navideña pasó de ser un fenómeno local a un acontecimiento nacional. La parranda, los aguinaldos R E FL E XI Ó N N EC E S A R I A La gaita estará en todas partes con su ritmo alegre y acelerado sirviendo de marco a la fiesta colectiva que paraliza a todo el país. Pero qué sucede con otros ritmos decembrinos como el aguinaldo larense y oriental, los villancicos andinos, los romances y estribillos de Falcón, por ejemplo. A ojos de quien solo se entera por la TV o por la radio, estos géneros no existen, desaparecieron o, en el mejor de los casos, están en vías de extinción pues desaparecen paulatinamente y necesitan ser “reactivados”. Si existe otro ritmo nacional que en este momento pueda competir comercialmente con la gaita ese es la parranda, pero resulta inexplicable que no pueda competir al mismo nivel, aún cuando existan muchas agrupaciones con incorporaciones electrónicas, vestimenta, voces y composiciones de calidad en sus estilos. En tanto, los aguinaldos continuarán siendo parte del intercambio íntimo de la familia aunque seguramente alguna agrupación pueda aventurarse y con gran esfuerzo lograr cristalizar su repertorio en un disco, pero no es común pues hay que entender y obedecer ciertas reglas del mercado. En mi pequeño Titicare natal las tradiciones ya no son las mismas, han variado sustancialmente. En algún tiempo, la radio, la rocola y el pick-up, tiempo atrás, iniciaron el tránsito hacia un cambio en las costumbres de la comunidad, que luego concluyeron la televisión, el cine y las nuevas tecnologías en las últimas décadas. Esto ha hecho que la dinámica social gire en torno a otras prácticas y significados. Si bien el Niño Jesús sigue ocupando un espacio predominante en la mentalidad de la gente, la fe, la tradición, las costumbres y el comportamiento colectivo tienen una conducción distinta. Los músicos aguinalderos ya no existen, aunque sí la costumbre de las hallacas, el regalo navideño, el compartir y los pesebres; ahora el acompañamiento musical viene en CD’s que se pueden comprar en el mercado. Ya no es posible presenciar las agrupaciones de los viejos aguinalderos que al llegar el día de Reyes cantaban, tal vez con un sentido muy pesimista en su último verso: Oí las mujeres bellas / oí los bellos cantares / se fueron las pascuas / quedan los pesares.

y la gaita comenzaron a confluir fuertemente con otros ritmos populares bailables como la música del maestro Billo Frómeta y la salsa, que tenía en La Dimensión Latina y Oscar D´ León a algunos de sus máximos exponentes en Venezuela. Al mismo tiempo, el espacio musical de los medios fue penetrado por músicos centroamericanos con fenómenos como la Fania y personajes como Héctor Lavoe, Willie Colón y Rubén Blades. Actualmente, nuestras tradiciones no han desaparecido como temerosamente se anunciaba tiempos atrás, no languidecen, están vivitas y coleando, conviven con otros géneros musicales de vieja y de más reciente creación, y más aún, han encontrado en la tecnología (internet y sus redes sociales, por ejemplo) un elemento aliado que les da impulso. No obstante, los cambios son notorios debido a la presencia e intervención de turistas visitantes, instituciones gubernamentales y empresas privadas, así como organizaciones sociales, culturales o religiosas de cualquier índole que se acercan a las fiestas para promover sus intereses y productos. Por otra parte, algunos de los organizadores o cultores de estas fiestas tendrán interés en proyectarse, grabar un disco, esto los llevará, quizás, a modificar su música con arreglos más complejos, replantear algunas de sus figuras coreográficas e incluso su vestimenta, siendo portadores de una rica experiencia que van transmitiendo a sus iguales. Tendremos entonces en circulación un nuevo grupo musical, una forma de que la cultura musical venezolana se difunda a través de los escenarios y los medios de comunicación, y en consecuencia un consumidor que se apropia del arte no necesariamente de manera directa, mientras otro continúa haciéndolo en la privacidad familiar del vecindario. Es decir, las distintas maneras como hacen suyas las tradiciones los diferentes actores es producto del cambio de sentido y significación de su entorno. En la actualidad, la Navidad que nos hacen vivir los medios de comunicación refleja muy parcialmente las cosas que suceden en la vida real, más bien crea sensación de infelicidad si no podemos adquirir buena parte de las ofertas que publicitan a través de la figura del barbudo bonachón. Para seguir leyendo… BARBERO, J.M. De los medios a las mediaciones. Bogotá, Convenio

Andrés Bello, 2003. GARCÍA CANCLINI, N. Diferentes, desiguales y desconectados.

Barcelona, Gedisa, 2006.


entre rumbas y bonches Los venezolanos amamos tanto las fiestas que tenemos muchas palabras para designarlas: tertulia, reunión, agasajo, boda, bautizo, jolgorio, rumba, farra, parranda, convite, guateque, matiné, fiesta patronal, despedida de soltero/a, ¡y pare usted de contar! así somos

E s c ri to r

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Y a g ü e

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E l o i


ENTRE

RUMBAS Y BONCHES

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Así como los esquimales tienen 14 palabras para designar la nieve —para ellos no hay una sola nieve sino muchas clases diferentes— nosotros podemos nombrar la fiesta de distintas maneras, no sé si de 14 pero por lo menos una docena de palabras tenemos para ese fin.

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Como mi amigo Nelson sabía que se acercaba la fecha de mi cumpleaños, el otro día me preguntó qué iba a hacer para mi fecha natalicia. Entonces me puse a pensar y me di cuenta de la cantidad de palabras que tenemos en Venezuela para denominar los diferentes tipos de celebraciones, desde la austera y seria reunión hasta la rumba desaforada. Así como los esquimales tienen 14 palabras para designar la nieve —para ellos no hay una sola nieve sino muchas clases diferentes— nosotros podemos nombrar la fiesta de distintas maneras, no sé si de 14 pero por lo menos una docena de palabras tenemos para ese fin. Fieles a nuestra naturaleza gregaria, toda reunión festiva puede comenzar en una esquina cualquiera con un bochinche, palabra criolla que significa reunión desordenada y ruidosa (es decir: muy venezolana), según el Diccionario del habla actual de Venezuela de Rocío Núñez y Francisco Javier Pérez (en adelante lo usaremos para el significado de los venezolanismos). Recuerdo que en los años sesenta y setenta se usaba mucho la palabra bonche, que es una celebración especialmente en la que se baila, aunque también es sinónimo de broma y diversión, generalmente (una vez más) ruidoso y desordenado. La palabra fue consagrada literariamente por el escritor Renato Rodríguez en su novela El bonche. Y es que a los venezolanos nos encanta el ruido. Por eso toda fiesta que se respete debe tener los siguientes ingredientes (además de caña y comida): conversaciones altas, los chistes subidos de tono o de doble sentido y la música a todo volumen. Y, por supuesto, toda la noche. No podemos vivir sin bulla, bululú, bullaranga, somos bullangueros, pues. También es por eso que muchas fiestas terminan con los vecinos llamando a la policía. Sucede cuando el jolgorio degenera en zaperoco o sampablera, generalmente con riñas y destrozos. Hoy día se usa más la palabra rumba, ya no en la antigua acepción de un baile de origen cubano, sino como sinónimo de fiesta bailable. Y salir de rumba, por supuesto, es ir a bailar o a parrandear, que es divertirse, palabra consagrada hasta en canciones populares: “esta noche amanecemos, amanecemos parrandeando…”. O aquella,

muy famosa de “no estaba muerto, estaba de parranda…”, al parecer del gran músico cubano Ñico Saquito (19011982), compositor también de canciones que no pueden faltar en ninguna rumba, como “Cuidadito compay gallo” o “María Cristina”. La palabra farra no aparece en el diccionario mencionado pero sin duda alguna es de origen español y nosotros la usamos ampliamente. “¿Qué te pasó, estuviste de farra anoche?”, le decimos a un amigo ojeroso y con síntomas de estar enratonado, o sea, con resaca y trasnochado. En la actualidad los adolescentes que no tienen permiso de sus padres para salir de noche inventaron las matinés, que son fiestas bailables que como su nombre indica, ocurren a horas tempranas de la tarde. Los niños, por su parte, se divierten en las piyamadas, que son fiestas caseras donde generalmente ven películas o escuchan música. Alrededor de la comida y de la bebida también se organiza el sentido festivo. Así una parrillita, una cervezada, una choripanada o un sancocho, son sinónimos de

En diciembre las parrandas dicen presente cuando se arma el bochinche.


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vo cercano a un viernes o lunes. Ahí tenemos carnavales, semanas santas, las fiestas de San Juan, en junio, y las fiestas patronales que se celebran en los respectivos terruños. Cuando una fiesta se alarga por varios días se habla de que es una “fiesta patronal”. Hay fiestas importadas como Halloween o día de las brujas, una festividad pagana que algunos aprovechan para armar rumbas adicionales. Por supuesto, diciembre es un mes rumbero por excelencia, desde el ritual familiar de hacer las hallacas, hasta los bailes de fin de año. Gaitas, parrandas y abundante comida y bebida permiten que estas celebraciones sean inolvidables. Después de mucho pensarlo le respondí a Nelson: —No, sé, pana, será una reunioncita. El presupuesto no da para mucho. —¿Cómo va a ser? No se preocupe, compadre. Hacemos una vaca y listo. Y es que para armar una rumba, el venezolano está mandado a hacer.

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fiesta al aire libre, donde se cocina lo que se va a comer y también puede terminar en canto y baile, especialmente si alguno de los invitados tiene habilidades musicales. Por supuesto no puede faltar la vinculación con los deportes: un juego de beisbol en el estadio, una transmisión de un juego de “la vinotinto”, una partida de softbol entre compañeros de trabajo, una de bolas criollas y hasta una de dominó o de chapita, puede convertirse como por arte de magia en una rumba “hasta que el cuerpo aguante”. Asimismo los actos civiles como bautizos, confirmaciones, primeras comuniones, y no se diga de los matrimonios. Ahora a la larga lista de rituales familiares que suelen derivar en rumba, se suman las despedidas de soltero, los “baby shower”, una gringada para designar una celebración, generalmente femenina, con el objetivo de recabar artículos para un bebé a punto de nacer, y hasta los divorcios se han convertido en objeto de celebración. En el calendario festivo nacional hay fechas que no se pelan para fiestas y son todos aquellas feriados, especialmente aquellos que incluyen “puente”, es decir un festi-

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La Navidad es la época preferida para compartir con los seres queridos, la organización de fiestas es el acontecer diario en el mes de diciembre.


SOBRE LA LUZ DE LAS VELAS Los venezolanos nos hemos acostumbrado a ver cómo nuestras navidades se han transformado en un derroche de luces, formas y figuras venidas de todas partes, acrecentadas por la idea comercial de la renovación y el despilfarro, todo sumergido en la embriaguez de alegría que distingue a las fiestas decembrinas

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N e l s o n

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M e l é n d e z

D ise ñ a d o r g rá f i c o / e stu d ia n te U N EY

No tengo nada contra la adopción de las comodidades que ofrece la civilización… pero a pesar de ello, me he preguntado por qué, siendo las cosas como son, no damos algo más de importancia a nuestras costumbres y a nuestros gustos y si sería realmente imposible adaptarnos más a ellos. Yu n i s h i r o

Ta n i z a k i

El elogio de la sombra Navidad antaña

Guardo de mi infancia, como una postal, una imagen de la Navidad, por supuesto es una idealización de una Navidad antaña, como en casa éramos mi mamá, mis dos hermanos y yo, todas las navidades las pasábamos con mi tía y mis primos. Nos reuníamos alrededor de una mesa vestida con un mantel blanco hermosamente tejido en un comedor espacioso pero íntimo, sobre ella unos candelabros de velas blancas infinitas, hallacas, pan de jamón, ensalada y ponche, en la habitación contigua, en una rinconera triangular de madera oscura y aprovechando su forma, improvisada estaba la casita que albergaba el nacimiento de cerámica con sus cinco figurillas, el Niño, María, José, la mula y el buey, ya benditos hacía años atrás en la iglesia; con el tiempo y producto de la exigencia infantil atizada por el conocimiento escolar se hizo necesario cambiarlo por uno al que se le integraron los Reyes Magos, los camellos y un angelito que tenía escrito en una cinta: Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. Así era nuestra Navidad, una celebración más casada con el recogimiento, más cercana a la cristiandad y más, mucho más familiar. Recuerdo de esta imagen el especial énfasis que mi mirada infantil hacía sobre la luz de las ve-

las; atracción que aún hoy conservo. Es una imagen reposada y tierna, sin el estruendo y la algarabía que actualmente matiza, a punta de exageración lumínica y exacerbación etílica, una celebración que ha dejado de ser sagrada para banalizarse hasta perder casi todo asidero conceptual y espiritual. Oda al kitsch

Y es entre otras cosas porque la Navidad se ha convertido en un papel de regalo, cada vez más sofisticado, en el devenir ha sido conducida más por los mercados y la publicidad y su carácter festivo ha revestido su carácter religioso. Tanto que creemos o nos hemos permitido creer que toda esa imaginería que hoy está en puertas y ventanas, que abarrota las ofertas de las grandes tiendas por departamentos, es la Navidad; pero es que efectivamente es nuestra Navidad. No tengo, aclaro, prejuicio alguno contra las manifestaciones o las formas de celebrar extranjeras, son fruto de sus sociedades y eso les otorga validez; pero sí me gustaría mirar con acuciosidad, qué tan cercana, qué tan influenciada o autoimpuesta es esa manía nuestra de decorar, vestir, inclusive de disfrazar todo alrededor de nosotros con artificios navideños, abigarrando todo, recargan-


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do de luces y colores, de brillo y oropel, donde la mesura por supuesto no tiene cabida, una oda al kitsch. Y esto es a todas luces producto de esta maña de imitar, de seguir corrientes y dejarnos seducir por la publicidad y por estilos de vida extranjeros, supuestamente “más modernos, más glamorosos”, que aunados a la idea de la fulana alegría navideña han permitido la entrada de cuanto aparatejo, detallito, bichito y figurita mercadeable puede ser puesta sobre mesas y ventanas, en la sala y en el baño, por toda la casa, en escritorios de oficinas, locales comerciales, plazas, avenidas, postes, sin faltar por supuesto el bendito papel de regalo con el que se han forrado sopotocientas puertas y que tiene el último alarido de esta moda, un Pikachú con gorro de santa.

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Es sobre esta concepción de la Navidad que se ha generado la más grande campaña de mercadeo de la historia; ese señor bonachón, que monta un trineo con 12 renos y que mágicamente recorre todo el planeta para dejarle regalos a niñas y niños del mundo —o por lo menos a los que tienen en su casa una chimenea— ha arrinconado, casi inutilizándolo, nada más y nada menos que al hijo de Dios. La muy conocida marca de refresco ha hecho posible su sueño, y Santa Claus está en Navidad prácticamente en todos los rincones del planeta, aunque el día 25 sean muchos los niños y niñas que dándose cuenta que no tienen chimenea se percatan también de que no hay regalo. Aunque esta postura pudiera parecer exagerada, lo cierto es que esta alucinante y casi esquizofrénica presencia ha desvirtuado una Navidad, la nuestra. Y entre bonche y manualidades, entre repetir, comprar y recomprar las “cosas lindas” que hacen afuera, además de dejarnos llevar por una batería publicitaria que cuenta con recursos y medios, una cultura va arropando a la otra, unas “tradiciones” van suplantando a otras y cuando nos demos

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El señor bonachón en trineo

Ilustración: N E L SO N M E L É N D E Z

cuenta estaremos celebrando las navidades de alguien, no las nuestras. Y nos desconoceremos. Ante esta realidad queda una sola respuesta… la mesura de lo que es propio, ir cual prosélitos reconfigurando el camino de nuestra Navidad y asirnos a la idea de García Canclini (El consumo sirve para pensar. México, Grijalbo, 1995) de ensayar una redirección del mercado y el consumo; siendo y haciendo nuestra mesa, nuestras casas, nuestras calles. Que podamos ver la manifestación tangible de algo que es realmente análogo a nuestra fe y a nuestro sentimiento, celebrándonos en nuestra dignidad, ganándonos el amor y la bendición de ese niño que en su grandeza nació en un pesebre simplemente iluminado por las estrellas del cielo.


EL CARÁCTER ÉTICO E HISTÓRICO DE LA PINTA DECEMBRINA EN VENEZUELA

El estreno navideño: una institución

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así somos

Diciembre es un mes de cierre de ciclos y comienzos de otros. Las costumbres y fenómenos navideños en las ciudades venezolanas dejan ver lo que para el ciudadano es importante. La vestimenta navideña es uno de los elementos a los que se le dedica mayor tiempo y esmero

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D a n i e l

M a g g i

Co m u n i c a d o r s o c ia l

Fo to g ra f ía s : E D G A R M A R T Í N E Z

Jueves 15 de septiembre, 7:00 pm. Este redactor esperaba el autobús que lo llevaría a la calle Los Molinos de Lídice. Buscaba alguna idea para abordar, cuatro meses antes, el tema de la importancia de la “pinta” navideña en la cultura venezolana. Delante de mí, en la cola, un diálogo resultó revelador: “Estoy pagando 350 y en la segunda quincena de octubre me toca a mí. Con los reales que saque me meto en otro ‘san’ y ya para diciembre tengo para la ropa de ellos y para pintar la casa, tú sabes que eso es real parejo”. Tales eran los comentarios de una señora de mediana edad, tal vez 45 años, a su madre, de no más de 65. Con “ellos” se refería a dos de sus hijos, un adolescente de unos 16 y un niño de 8 o 9 años, que la acompañaban en aquella cola. ¿Qué hace una madre de clase media baja gestionando desde cuatro meses antes la obtención de miles de bolívares —hablaba de 5 o 6 mil— para invertirlos en ropa y pintura?

Como todas las culturas, el cambio de ciclo es una ocasión especial y eso tiene que ser marcado en lo visible, en la estética. Manuela Blanco, antropóloga, documentalista, con maestría en Estética en la UPEL, nos comenta: “Estrenar ropa o ponerse algo diferente en este cierre de ciclo (navidad y año nuevo), tiene ver que con que se supone que con el inicio de uno nuevo todo va a cambiar y —al tener que cambiar— una manera de darle un buen inicio es cambiar la vestimenta”. Si extrapolamos esa noción de “renovación” en el inicio de nuevos ciclos anuales de las culturas originarias de Venezuela, encontramos también la necesidad de marcar la diferencia con la estética cotidiana: “Para los warao, al inicio de la lluvia el río se revuelve y trae enfermedades, ellos para calmar a los espíritus del río hacen rituales, hacen una fiesta que se llama el Namanamu; mientras pasa este período se le rinde culto a los espíritus (…) en las celebraciones se usan atuendos, en el caso de los waraos son las maracas, plumas y lanzas”.

Ritual de paso

Los rituales de la modernidad

Diciembre es el mes de celebraciones por excelencia en la sociedad urbana venezolana. Se cierra un año y se inicia otro, se celebra el nacimiento de un Dios entre los hombres, lo que ha terminado por significar una renovación de valores, aun para quienes no son cristianos.

De lo anterior podemos deducir que en una sociedad moderna desprovista de dioses o explicaciones míticas a los ciclos anuales, los rituales tienen que ver con los valores a los que la modernidad aspira: lo que signifique una superación de un “impasse” con la naturaleza del mundo y de las co-


así somos R EV I STA

Verse bien y estar a la moda son valores evidentes de la Navidad venezolana.

tonio de Abreu hace un recorrido por los frívolos arrebatos de las clases medias y altas venezolanas por las modas venidas de Francia e Inglaterra; todo ello deducido a partir de relatos de visitantes y registros documentales de la época. De Abreu destaca el notable rasgo de resaltar todas las prendas que significaran la elegancia europea, lo cual implicaba el uso de las prendas más caras, vistosas y distinguidas, junto a accesorios aún más ostensibles: “Muchos visitantes percibieron que al mestizo común del siglo XIX le gustaba el periquito de colores brillantes porque al más mínimo detalle salpicaba con fulgor su vanidad de persona iluminada de arriba abajo”.

Estética abigarrada

Mix cultural

El verse bien y estar a la moda es un valor evidente de la Navidad venezolana, para algunos “Demasiado Bien”, con mayúsculas. ¿Cómo se construye ese verse bien? Ya desde la colonia, y con certeza durante el siglo XIX, es reportado el gusto por lo foráneo vigente hoy día en la predilección del venezolano por la ropa y los accesorios de marca. En su libro La pasión criolla por el fashion: una historia de la pinta en la Venezuela del siglo XIX, el historiador An-

No puede hablarse que los referentes estéticos para ocasiones importantes en nuestro país se construyan solo a partir de referentes europeos o estadounidenses. Los colores vivos, los accesorios vistosos, la cadencia y la sensualidad de nuestras tierras delatan una mixtura. Se recordará que la génesis de nuestra República corresponde históricamente con el pináculo del desarrollo del capitalismo industrial burgués en Europa Occidental y la consolidación del pensamiento moderno: el siglo XIX.

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sas, todo lo que represente una manera más nueva, bonita y fácil de hacer las cosas, las nuevas formas y calidades que representan superación de un paradigma tradicional. No es de extrañarse entonces que en el capitalismo burgués, entendido como una forma de organización “moderna”, el hecho —por ejemplo— de estrenar ropa de calidad y “a la moda”, regalar artículos de calidad, perfumarse, tener un corte de cabello vanguardista, sea el referente que mejor corresponda —estéticamente— con los valores a los que la sociedad aspira. Todos esos son rasgos que caracterizan lo que busca el venezolano para las fiestas decembrinas en términos de vestimenta.


EL

ESTRENO NAVIDEÑO: UNA INSTITUCIÓN

E ST R E N A R U N A P I N T I C A

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así somos

“El venezolano es reconocido por estar pendiente del ‘cómo me veo’, de cuál es su imagen pública”, nos señala Manuela Blanco. En ello invierte —como es conocido— grandes cantidades de dinero en la medida que es el momento del año en que las empleadoras venezolanas entregan utilidades y aguinaldos. Los testimonios de comerciantes y trabajadores ligados a lo estético lo confirman elocuentemente. “Acá en diciembre se vende más o menos cuatro veces lo que se vende en un mes normal (…) La gente viene buscando el perfume de moda y estuches de cuidado personal y cosméticos para todo el año. Son estuches caros, pero las clientas sobre todo los compran para usarlos todo

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el año”, nos refiere Alejandro, encargado de tienda una conocida franquicia de perfumerías. “El cliente viene buscando lo que está de moda. Nosotros tenemos un servicio de sastrería express y cada vez es más común que hombres hasta de 50 años nos pidan que adaptemos sacos de nuestra línea juvenil, que es entallada (…) la gente lleva lo que le gusta sin ver precio, para el cliente es importante verse bien, estrenar, sin que importe la clase social”, adelanta Yonathan, gerente de tienda otra cadena famosa de ropa masculina. Por su parte, Anamel, peluquera en una de las tiendas de la cadena Pelumanía (antiguo Carmelo), nos cuenta sus percepciones de la temporada: “Desde el 15 de octubre, más o menos, las clientas me llaman para apartar cita el 23 y el 30 de diciembre, en esos días yo puedo hacer hasta 200 bolívares diarios en propinas aquí, que tenemos precios económicos, porque en las peluquerías más caras hay otros costos (…) la mujer que viene acá se seca el pelo y se hace las uñas y pies para Navidad y Año Nuevo, es importante verse bien para comenzar el año”. Consuelo, con décadas trabajando en la tienda de ropa femenina 2001, ha visto cambios: “Acá se vende todo el año y ahora lo que más se busca es lo que está de moda, sin distingo de edad. Eso era antes que la mujer madura se vestía más formal, ahora ni siquiera las secretarias, las profesoras, tú ves que buscan ‘leggins’, lo mismo que las pavas, lo que está en vidriera”. Esto sin duda es notorio en esta tienda que antes vendía prendas para señoras y ahora se ha decantado por piezas más juveniles.

En su libro La ciudad occidental, el fallecido historiador argentino José Luis Romero señala que las élites fundadoras de las repúblicas latinoamericanas, en rechazo a la tradición, abrazaron estos ideales y con ellos las modas francesas e inglesas, tomadas como símbolo de estatus. Pero también en esa época proliferaron las ideas romanticistas que permearon a las élites intelectuales y rescataron la figura de “lo original americano” en la literatura y las artes. Eso significó que los referentes criollos, en su dimensión estética, fueron valorados: “En los puertos y capitales la tradición hispánica y las costumbres criollas sufrieron el embate, especialmente franceses e ingleses. Comerciantes, diplomáticos y viajeros animaron las tertulias de las clases altas e impusieron nuevos hábitos y normas. Signo de distinción fue adoptarlas (…) en eso ra-

dica el conflicto entre la vida rural y la vida urbana: un contraste entre una manera extranjerizante y sofisticada de vivir, y lo que se consideraba una manera (natural) que no era sino la vieja tradición hispanocriolla”. Quizás sea como evidencia de este conflicto que persiste aún entre mantener “nuestras tradiciones venezolanas”, de origen criollo, frente al embate de las formas industrializadas y capitalistas de vivir, que termine surgiendo —a modo de síntesis— una especie de “color local” propio en Navidad y Año Nuevo. Es entonces que en nuestro kitsch decembrino, elementos tan absurdos como nieve falsa, ropa de invierno, pinos canadienses, muérdago, renos y “sannicolases” —todos ellos signos de la Navidad norteamericana y europea que se toman como “distinguidos”— conviven con tradiciones españolas que luego pasaron a ser criollas: el pesebre, las misas de aguinaldo y de gallo, las parrandas y todo su colorido. Símbolo de estatus

Aunque el libro de Antonio de Abreu hace un loable inventario de las frivolidades decimonónicas, en ningún caso reflexiona sobre las razones sociales de esa pasión desbordada por el atuendo. Para muchos espíritus críticos, la “Navidad tradicional venezolana” se diluye en el desborde consumista de marcas extranjeras que parece borrar el espíritu y la ética genuinos de estas fechas. El afán de estrenar “una buena pinta” con “una buena marca” para dejar claro “que me veo bien” parece haberse convertido en un fin en sí mismo. El mercado, en su presión por aumentar los niveles de venta, fortalece cada día la noción del bienestar ligado al consumo. Blanco opina que en Venezuela y el mundo, la pérdida de referentes de la modernidad ha desprovisto a la celebración de núcleo moral: “Se supone que este pasar de una cosa a otra implica un montón de cosas más que la sola vestimenta. A medida que ha avanzado la modernidad ha habido una pérdida de valor, no solamente a nivel religioso sino también valores morales. Se han trasladado todos estos valores de la amistad, la familia, el amor, la renovación, han sido sustituidos con el cuánto vales (…) ya no importa si te puedes ver con tu familia sino qué ropa de marcas puedes usar y qué estatus, mediante ellas, la demostración de estatus social”.


En Venezuela se critica que la Navidad se ha convertido en una orgía consumista que palidece los valores y prácticas “tradicionales”. Pocos se atreverían a contravenir la legitimidad y pertinencia de esta crítica, pero en nuestro caso, más que lamentar y aleccionar, pretenderemos intuir algunos motivos. Por un lado, a pesar de vivir en un país que se declara socialista, nuestro esquema económico rentista estimula en gran medida un capitalismo clientelar que ve su máxima expresión en diciembre cuando las empresas y el Estado reparten aguinaldos y utilidades anuales. El consumo suntuario en ropa representa una presión de tinte modernizador muy apetecida en los países que aspiran a ser modernos. Les hace “parecer modernos” rápidamente. Venezuela, desde su génesis, mantiene ese patrón. Por otra parte, la Navidad tradicional venezolana se pierde en la medida que muchos de los referentes pierden contexto. Por ejemplo, muchas de las tradiciones venezolanas navideñas consideradas “en riesgo” —los aguinaldos, parrandas, paraduras del niño— surgieron como elementos de adoración católica, muchos de ellos de tipo rural, que buena parte de la población ya no comparte ni entiende. Así mismo, la mayoría de estas tradiciones tenían lugar en un espacio público seguro y parroquial que —tristemente— ya no existe para la mayoría. La violencia y la inseguridad asesinan la fiesta popular.

Valores resilientes

Finalmente —y tal vez para preservar un cierto optimismo— creemos que los valores familiares, de unión y celebración del amor familiar, han sido instrumentalizados por el mercado, pero subsisten. Algunos elementos de la Navidad venezolana tradicional se mantienen vivos y su trasfondo es una celebración de amor: la preparación de las hallacas, la importancia de pasar navidades y Año Nuevo en familia, el pesebre. En los testimonios de comerciantes recogidos para este trabajo prevaleció, como motivación de compra, el de-

seo de compartir ese “performance” estético con la familia y los amigos. El popular “que lo vean a uno bonito” tiene como destinatario fundamental el núcleo familiar y amistoso como ámbito de realización. Quizás, más allá de rasgarse las vestiduras por la tradición perdida, sea más interesante descubrir los valores que sostienen a las que aún subsisten y las que se han adoptado en el presente —con todos sus vicios—. Encontraremos, seguramente, deseos universales que la humanidad ha tenido desde siempre. El reto —tal vez— está en crear las condiciones y los espacios para que esos valores puedan ser ritualizados de una forma más sana. Para seguir leyendo... DE ABREU XAVIER, ANTONIO. La pasión criolla por el fashion: una

historia de la pinta en la Venezuela del siglo XIX. Caracas, Editorial Alfa, 2011. DICKENS, CHARLES. el hombre que reinventó la Navidad, disponible

en Arquehistorias. http://arquehistoria.com/historiascharlesdickens-el-hombre-que-reinvent-la-navidad-512 Etnografiando la navidad occidental, en AIBR, Revista de Antropología Iberoamericana, nº 25, noviembre-diciembre 2002, disponible en http://www.aibr.org/antropologia/boant/cronicas/DIC0202.html ROMERO, JOSÉ LUIS. La ciudad occidental: culturas urbanas en Europa y América Latina. Buenos Aires, Siglo XXI, 2009. La aceptación del entorno amistoso y familiar influye a la hora de escoger una prenda de vestir.

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La preocupación por la pérdida del sentido de la Navidad no es nada nueva. Charles Dickens, por ejemplo, escribió su archifamoso “Cuento de Navidad” en 1843 y ya desde entonces se hablaba del “rescate” de los valores propios de la Navidad que se estaban perdiendo en manos del capitalismo industrial en la Inglaterra de la época: el amor, la familia, la unión, el desprendimiento, la alegría. Cabe destacar que en la época en la que vivió Dickens ni en Inglaterra ni en Estados Unidos se celebraba la Navidad como se conoce hoy; la ética protestante del momento rechazaba la fiesta y esta tenía solo un carácter religioso. Fue solo a partir de 1850, y bajo influencia del pensamiento de Dickens, que se retoma la importancia de la fecha y aparecen tradiciones como el árbol de Navidad, los regalos y la cena navideña, justamente para celebrar los valores que Dickens preconizó. Esas prácticas, mercantilizadas y cosificadas, son el núcleo de la crítica de hoy.

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NAVIDAD TRADIC IONAL VENEZOLANA … ENTR E COMILLAS

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El extravío ritual


Paradura y Busca

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M A N I F E S T A C I Ó N

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Busca del Niño, en La Mucumpate, municipio Rangel, estado Mérida, 1979. Fotografía: A R C H I VO

A U D I OV I S U A L C D C

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del Niño Jesús

E r n e s t o

Y e v a r a

I n ve st i ga d o r d e l M use o N a c i o n a l d e l a s C u l tu ra s

La Paradura y la Busca del Niño, como muchas fiestas, es una manifestación discursiva de comportamiento, un lugar donde la comunidad reflexiona sobre sus propias realidades. En estas fiestas, los valores y significados centrales son incorporados, actuados y expuestos a un examen e interpretación de manera simbólica, donde la Iglesia y la modernidad occidental dominantes, por una parte, y las poblaciones campesinas, por otra, son capaces de dramatizar reclamos que compiten. En los Andes venezolanos las fiestas entre diciembre y febrero coinciden parcialmente con el solsticio de invierno, el fin de un ciclo y tiempo de renovación con la preparación de la tierra y la siembra para el nuevo año. Esta época festiva fue un instrumento útil para transferir

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Las fiestas entre diciembre y febrero coinciden parcialmente con el solsticio de invierno, el fin de un ciclo y tiempo de renovación con la preparación de la tierra y la siembra para el nuevo año. La Paradura y Busca del Niño Jesús son manifestaciones a partir de las cuales la comunidad reflexiona sobre sus propias realidades y expone sus valores e interpretaciones simbólicas

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ANDES

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EN LOS


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BUSCA

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NIÑO JESÚS

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PARADURA

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Busca del Niño Jesús. Niquitao, estado Trujillo, 2003. Fotografía: A R C H I VO

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la sabiduría y lo sagrado de las religiones locales a la cristiana en el proceso de adoctrinamiento. La población campesina, descendiente de indígenas, encontró igualmente aprovechables las fiestas para la exhibición de la identidad étnica y los conocimientos reprimidos, particularmente cada vez que los saberes propios fueron prohibidos y señalados de atrasados. La comunidad campesina subsumió la fiesta en la creación de una nueva celebración, la cual con el tiempo se convirtió en la expresión domestica (del hogar) andina más importante de devoción. En la actualidad es aún un campo de batalla de signos (semiótica) donde hay tanto solapamiento que a menudo no queda claro qué es popular y qué es de la Iglesia Católica y la élite cultural. Paradura

La fiesta se realiza entre el 25 de diciembre y el 2 de febrero, su personaje fundamental es el Niño Jesús. En su versión más conocida comienza cuando, previa invita-

ción y aviso de los dueños del hogar donde se realiza, se presentan los músicos, rezanderos e invitados. Son elegidos para la oportunidad una o dos parejas de padrinos de la ceremonia. Los músicos interpretan villancicos y a una señal del dueño de la casa dan inicio al ritual convocando alrededor del pesebre. Se cantan versos dedicados al Santo Niño, se reparten velas entre los presentes y comienza una especie de procesión en la que se saca a pasear a la figura del Niño sobre un paño blanco sujetado por los padrinos. Al concluir el paseo, conocido como Serenada del Niño, se realiza el llamado Beso del Niño, acto de gran recogimiento entre los asistentes. Luego se procede a la Para del Niño o Paradura propiamente, cuando la imagen es levantada por los padrinos en medio de cantos que festejan el hecho de estar puesta de pie. Se concluye con una comida propiciatoria y se realizan invocaciones por la salud y protección del hogar y los asistentes. Existen algunas variantes como la del Robo y Búsqueda del Niño Perdido, en la que una persona de confian-


La fiesta de la Busca se deriva de la Paradura, donde según la tradición se roban al Niño Jesús y se realiza como celebración independiente en el estado Trujillo. El robo ocurre en la misma Serenada, cuando se está paseando sobre el paño. Los ladrones al llevárselo el día de la Parada lanzan un volador o cohete en señal de que el Niño fue robado. Los cómplices de los ladrones se llevan también algunas ovejitas del pesebre o cualquier otro corotico para la casa del ladrón. La misma noche o al siguiente día los dueños del Niño van a visitar a los sospechosos para recuperarlo o para ponerse de acuerdo para la fecha de buscar al Niño. En ese momento también planifican un día para el canto al Rosario que acompaña la fiesta. Luego los dueños del Niño y los sospechosos se entrevistan con el Capitán de las Buscas de Niño (Nicolás Briceño, en Niquitao, estado Trujillo), con los cantores del Rosario y músicos tradicionales, para luego buscar los personajes que conforman tradicionalmente la comparsa, ellos son la Dama Mayor (del Capitán), el Viejo y la Vieja, Mudo y Dama, cuatro policías, el Doctor y la Enfermera, el Diablo y la Muerte, el Cura y el Monaguillo, San José y la Virgen, cuatro angelitos, Látigo Negro y su dama, un bicho (oso), la Bruja, el Perro y cuatro damas para los policías. Se ponen de acuerdo para elaborar accesorios, vestuario, comidas y bebidas, como el nicho

Calendario eclesiástico

Para los cristianos la celebración del 24 de diciembre, día del solsticio de invierno, se inicia entre los siglos III y IV de nuestra era, cuando el nacimiento del Sol se ha transformado en el nacimiento de Jesús, incorporando a la fiesta cristiana significados y valores de antiguos cultos solares euroasiáticos. Para esta celebración se componen diálogos, canciones, representaciones y bailes que rememoran el misterio de la Navidad, en un ciclo donde están las misas de aguinaldo, el novenario al nacimiento, las posadas (peregrinación de María y José buscando alojamiento), la escenificación del belén o nacimiento, la misa de gallo, las pastoradas, la fiesta de locos (los santos inocentes), la adoración de los Reyes, la Paradura y la Busca del Niño y la fiesta de la Candelaria. Desarrollo actual de las fiestas

Estas fiestas, a pesar de darse en un espacio fuera del control directo de la Iglesia y la élite, fueron manipuladas al hacer desaparecer valores, saberes y significados de las culturas campesinas —indígenas— mediante

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La Busca del Niño Jesús

para la busca y las máscaras de cartón de los personajes. En la casa del Niño robado se retira el pesebre y se arregla un altar para recibir al Niño perdido. Se colocan sillas para los invitados y se tiene lista la comida. La casa y las calles son ornamentadas con bambalinas de papel y un arco de carrizo, adornado con flores y banderas. En la casa de los sospechosos se coloca una flor o una bandera, cualquier símbolo acordado para que el personaje del Mudo entre a buscar al Niño. Durante la búsqueda los personajes cambian de lenguaje, hablando con mucho humor, haciendo un divertido y rico teatro de calle. El Médico, por ejemplo, ofrece sus servicios a la gente que encuentra en la calle y la Enfermera reparte inyecciones de juguete.

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za hurta la imagen, la lleva a otro pesebre, notifica el lugar donde se encuentra y se origina así a un intercambio entre los hogares. La simulación del hallazgo del Niño genera un gran alboroto que concluye con el retorno de la figura a su lugar original. Esta fiesta se realiza principalmente en las comunidades andinas del país, en los estados Táchira, Mérida y Trujillo, sin embargo, la migración de familias andinas a otros lugares del país llevó la fiesta a la región central.

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La fiesta (Paradura) se realiza entre el 25 de diciembre y el 2 de febrero, su personaje fundamental es el Niño Jesús. En su versión más conocida comienza cuando, previa invitación y aviso de los dueños del hogar donde se realiza, se presentan los músicos, rezanderos e invitados. Son elegidos para la oportunidad una o dos parejas de padrinos de la ceremonia. Los músicos interpretan villancicos y a una señal del dueño de la casa dan inicio al ritual convocando alrededor del pesebre.


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así somos

Para las comunidades campesinas de Trujillo, la Busca del Niño ha dado la oportunidad de revertir momentáneamente la opresión económica y social. Los miembros de la comunidad, campesinos y campesinas, toman el poder para burlarlo. la desacreditación por medio del discurso civilizatorio. Otra forma fue a través de la reconstrucción en el pesebre y la Paradura de un mundo campesino alegre e incansablemente optimista, gracias al despliegue de figuras lujosas (fuera de contexto), paisajes campesinos idealizados y coreografías dramáticas que remueven el tiempo real y neutralizan todo signo de conflicto entre diferentes tradiciones culturales (saberes y estéticas), pobreza y opresión. La fiesta progresivamente se aleja de representar el momento para reforzar el pacto con la tierra y Dios, agradeciendo por las bendiciones del año pasado y gestionar las buenas cosechas, para convertirse en una fiesta para mostrar la opulencia (afición al consumo) y el apego a la religión cristiana católica pero vacía del sentimiento de gratitud. Un ejemplo pe-

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queño es la desaparición de la sementera y la siembra de semillas en el mismo pesebre, la cual se utilizaba para averiguar cómo sería la siembra de cada rubro al año siguiente. No obstante, la acción de agradecimiento a Dios por el bienestar sigue presente en muchos hogares, a pesar de la migración de la actividad agrícola en varias comunidades, siendo el motivo de la celebración y del minucioso preparativo de la misma. Por ello, no es difícil encontrar enormes pesebres que representan al cosmos andino sin ninguna proporción, escala o estética definidas por la cultura occidental. En el caso de la Busca del Niño, la inversión del orden social con el teatro de calle muestra cómo en las fiestas al Niño Jesús está presente la fiesta de locos del día de los Inocentes, con el significado del sacrificio reiterado. El sentido de la inversión carnavalesca de la fiesta de locos era revertir el duelo por los niños asesinados por Herodes mediante la elevación de niños y subordinados a la posición de poder, dándose la inversión del orden. Para las comunidades campesinas de Trujillo, la Busca del Niño ha dado la oportunidad de revertir momentáneamente la opresión económica y social. Los miembros de la comunidad, campesinos y campesinas, toman el poder para burlarlo. Si bien en el presente muchos miembros de la comunidad son médicos, maestros de escuela, policías o ejercen cargos dominantes, la fiesta enmascarada sirve para manifestar comportamientos y expresiones no aceptadas en la cotidianidad, generando un espacio de liberación cada año.

Para seguir leyendo… CLARAC, JACQUELINE. Dioses en exilio, Representaciones y prácticas

simbólicas en la cordillera de Mérida. Caracas, Fundarte, Colección Rescate, 1981. GUSS, DAVID. El Estado festivo, raza, etnicidad y nacionalismo como

representación cultural. Caracas, Ministerio del Poder Popular para la Cultura, 2000. Paradura realizada en El Playón, estado Mérida, 2010. Fotografía: LUZ

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El enemigo secreto y los caramelos de burbujas Supongo que los juegos deben ser divertidos para todos los participantes, si no lo son deberían llamarse de otra manera. Algo así como el burlón secreto, el insulto secreto o, mejor aún, la humillación evidente

¡Ah la Navidad! Me gusta la luz decembrina, el fres- pero que terminaban siempre haciéndolo en sus sobrequito que baja del cerro, ver las hojas de hallaca entre las verduras del mercado, romperme una muela comiendo turrón. Diciembre y sus tradiciones, las de siempre que sobreviven a otras nuevas que se cuelan y terminan siendo dolorosamente obligatorias, como el amigo secreto. Corría el año de 1977, primero de bachillerato, sección A. Yo, que siempre fui caída de la mata, metí la mano en una bolsita llena de papelitos arrugados, cada uno con el nombre de un compañero. Mientras extraía mi papel me iba enterando por voz de las organizadoras de las reglas de este juego. Porque era un juego, ¿no?… Supongo que los juegos deben ser divertidos para todos los participantes, si no lo son deberían llamarse de otra manera. Algo así como el burlón secreto, el insulto secreto o, mejor aún, la humillación evidente. Es que la Navidad no tiene que ser feliz para todos y menos para Macarrone, pobre niño. Además de ser el más bajito de la clase, era también el único que no hablaba con nadie, el que no se sentaba ni adelante con los jalamecates de los profesores, ni atrás con los que tiraban taquitos. Macarrone, pobre niño, se sentaba justo en el medio, en el blanco de los taquitos fallidos que tenían que aterrizar en la primera fila

salientes orejotas. Macarrone, pobre niño… no recuerdo su nombre, creo que nunca lo supe, pero ese apellido que daba para las más idiotas burlas ¿cómo olvidarlo? Pues el amigo secreto sirvió ese año para hacer infeliz al niño que se sentaba a mi lado. Hay amigos secretos que no son ni amigos ni nada. Todo el salón parecía ser el enemigo secreto colectivo del silente Macarrone, quien regresaba cada mañana del recreo para encontrar en su pupitre insultos y burlas con lacitos de regalo. Un día un ingenioso jabón, “para que te bañes y no huelas a cebolla”, otro un papel de chocolate que alguien ya se había comido, o la servilleta grasienta que una vez envolvió una arepa que nadie iba a compartir con él. A todos le daba risa aquello menos, por supuesto, a Macarrone. Me imaginé por un ratico lo maluco que sería regresar al pupitre a recibir un insulto mientras todos los compañeros encontraban caramelitos, tarjetas, calcomanías, chocolates. Entonces, cual películas cursilonas que pasan en nochebuena, el espíritu navideño me invadió: una necesidad imperiosa de llevar alegría a la cara siempre triste del niño del pupitre de al lado. Tenía un plan…

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ENEMIGO SECRETO Y LOS CARAMELOS DE BURBUJAS

Al siguiente receso me convertiría en la amiga secreta fraudulenta de Macarrone. Atapuzaría su viejísimo y sobado maletín de cuero con caramelos de todos colores; el cajón de su pupitre lo llenaría de chocolates, y el tope lo cubriría con barajitas del álbum del Mundial de Fútbol Argentina 78 que acababa de salir. ¡Jo jo jo! ¡Feliz Navidad!, pensé sintiéndome como ese gordo rojo de otros lados que también se nos coló en las tradiciones y que, de un barrigazo, desplazó al Niño Jesús. Timbre de recreo, todos afuera, luego el gota a gota de amigos sigilosos que iban dejando regalos. Casi con el timbre pude llegar al puesto de Macarrone. No había nadie. En cada pupitre un detallito lindo, en el de mi vecino otro insulto. Apuradita reemplacé el agravio con mi sobredosis de caramelos y culpa. Culpa, sí, porque no hice nada hasta ese momento y cuando decidí hacerlo lo hice en secreto. Una amiga secreta que estaba a punto de quedarse sin amigos. Timbre. Todos al salón. La alegría, los guiños, las sospechas… Mi amigo tenía que ser Rolando que me quería un montón. El desorden, las normas rotas, los regaños de un profesor que nadie escuchaba, es que hay profesores que no saben que la Navidad y las clases de matemáticas son incompatibles. Macarrone se sienta. Suspira, supuse que de alivio, ante el escritorio despejado. Abre el bulto, sus ojos se abren también. Mi corazón daba brincos. Yo sonreía, mi vecino no, tal vez no sabía hacerlo, pobrecito, qué sé yo… ya aprendería a sonreír cuando probara los caramelos de naranja rellenos de una especie de Alka Seltzer azucarado y que al masticarlos hacían burbujitas en la boca. Ya sería feliz Macarrone. ¡Jo jo jo!… Todo el salón lo observaba asombrado. No había amigo secreto más secreto y más regalón… ¡Caramelos de

burbujitas!, dijo alguno con un dejo de envidia, otros miraban nerviosos al verdadero enemigo secreto del súbitamente afortunado muchacho, ¿qué pasó? ¿Ahora eres amigo del gafo del salón? Yo no fui, se delató alguien en la última fila para sacudir toda sospecha de blandenguería. Yo no le regalé esos caramelos, ¡ni de vaina!, insistió categóricamente para quedar bien quedando mal. Aliviados respiraron todos los muchachos. El pana seguía siendo el pana, Macarrone, Macarrone y aquí hay un traidor… ¿Jo jo jo? Tenía cara de traidora, sí. Tenía los cachetes rojos de Santa Claus, los ojos fijos en mi vecino congelado, que no levantaba la cabeza para que yo viera si sonreía, si le habían gustado esos caramelos. Mis ojos me delataban. Miré hacia la última fila donde el pana confeso me miraba. Mi amigo del alma me miraba sin comprender por qué les agüé la fiesta. Volví a Macarrone que ahora sí me veía, con la misma tensión de siempre, con esa rabia que reprimía a punta de silencio aislado, pero que hoy parecía desbordarse incontenible. Nunca entendí por qué lanzó los caramelos al piso, por qué los pateó cual Mario Kempes, el argentino que haría sopotocientos goles seis meses más tarde para ganar el Mundial, no comprendía nada mientras el salón se convertía en una piñata, todos en el suelo agarrando caramelos ¡de burbujitas! y yo sentada ahí sintiendo el frío de la Navidad más fría en pleno sofocante mediodía valenciano. Desde entonces, cuando alguien se me acerca jubiloso y parrandero, con el saquito lleno de bolitas de papel arrugado, finjo un cólico, un desmayo, un súbito ataque de locura que nunca me salva de terminar jugando otra ronda de amistad forzosa con finales siempre terribles. Jo jo jo...

Casi con el timbre pude llegar al puesto de Macarrone. No había nadie. En cada pupitre un detallito lindo, en el de mi vecino otro insulto. Apuradita reemplacé el agravio con mi sobredosis de caramelos y culpa. Culpa, sí, porque no hice nada hasta ese momento y cuando decidí hacerlo lo hice en secreto.


“Más que un símbolo el aguinaldo es un sentimiento” A k a i d a

L i b e r t a d

O t ra s Vo c e s

E N T R EV I STA A FR E D DY S U Á R E Z / PR O D U C TO R G E N E R A L D E L A A G R U PA C I Ó N M U S I C A L LOS T U CU S I TOS

O r o z c o

Co m u n i c a d o ra s o c ia l AKAIDA OROZCO: ¿Qué recuerda de

los inicios de Los Tucusitos? ¿Cómo fue aquella época?

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Freddy Suárez, 2011. Fotografía: A K A I D A

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de Los Tucusitos se llamaba Moisés Peña; él falleció en 1972. A raíz de eso, la agrupación comenzó a trabajar para que los aguinaldos no murieran. Esta es una tradición que empezó en la época de los años cincuenta, cuando en Caracas había aproximadamente cuarenta y cinco grupos de aguinaldos, todos muy buenos. Todos los años se hacían concursos de aguinaldos en las escuelas. Esta tradición se originó en las iglesias; nosotros venimos del aguinaldo de parranda. Si nos vamos más allá, podemos decir que los aguinaldos fueron herencia de los españoles cuando trajeron sus cuartillas para celebrar su música pagana. En la iglesia nosotros comenzamos a cantar aguinaldos dedicados a lo divino, al Ñiño Jesús, temas inspirados en lo religioso con nuestro toque auténtico. De allí el aguinaldo salió a la calle, la cultura popular obligó que saliera a través del aguinaldo de parranda que menciona aspectos religiosos pero también otros elementos de nuestra cultura decembrina como la comida, los regalos, la alegría. Como las parrandas iban de casa en casa improvisando canciones, pues reflejaban lo que había

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FREDDY SUÁREZ: El primer director

O R OZCO

en ese entorno, la hallaca, el pesebre, el palito de ron. Los Tucusitos han formado a generaciones de generaciones, ¿cómo han hecho escuela?

Nuestros niños provienen de los barrios caraqueños, y de Valencia y Maracay, principalmente. Nosotros hacemos audiciones en escuelas donde nos invitan. Hay profesores de música que descubren ciertas aptitudes en sus niños y nos llaman para que hagamos audiciones. Hemos hecho audiciones en escuelas de Bello Monte y de veintiocho niños quedaron tres, en Los Palos Grandes de veintidós niños queda-

ron dos. Cuando hicimos la audición en el Núcleo de Desarrollo Endógeno Fabricio Ojeda en Catia, asistieron veinticuatro niños y quedaron dieciocho. Y te hablo de dieciocho niños excelentes, nosotros no nos explicamos por qué sucede este fenómeno. Lamentablemente ahorita no existen los concursos de aguinaldos y parrandas que se hacían en la década de los años cincuenta, sesenta, incluso se mantuvieron hasta los ochenta. Nosotros quisiéramos retomar estos concursos, son muy didácticos y conservan nuestra tradición. Los que vivimos aquellas épocas los llevamos en la memoria.


O t ra s Vo c e s

ENTREVISTA

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FREDDY SUÁREZ

Muchos de los que cantaron con nosotros en aquellos días hoy son artistas famosos, como Nancy Ramos, Raquel Castaños, Caridad Canelón... Ellos recuerdan su tránsito por Los Tucusitos como una escuela que les enseñó disciplina y herramientas para toda la vida.

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¿En qué consiste la audición?

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Los niños cantan una canción que les guste y luego la cantan y la bailan. Nosotros evaluamos el ritmo, la vocalización, el oído melódico. Los acompañamos con el cuatro y vemos si el niño agarra el tono y cómo se desenvuelve escénicamente. Por supuesto sabemos que no está cien por ciento preparado pero vemos el potencial que el niño puede ofrecer. Aceptamos a los niños desde los cinco años y pueden estar hasta los quince años porque trabajamos con voces blancas y a esa edad ya comienza a cambiarles la voz. Una vez que los niños quedan seleccionados qué sucede, ¿dónde ensayan?

Nosotros no tenemos sede. Los Tucusitos se mantienen por el amor que le tenemos a esta música. Una vez que los niños quedan seleccionados comenzamos con los ensayos que generalmente realizamos en las casas de los representantes quienes gentilmente nos han cedido sus casas. También hemos ensayado en el núcleo Fabricio Ojeda pero hubo problemas de logística y a veces no teníamos espacio porque hacían otras actividades. Últimamente hemos logrado conseguir una sala de ensayo en el Teatro Teresa Carreño pero también han habido limitaciones, nos dan la sala una semana pero las dos siguientes

no y así. Igualmente siempre estamos tratando de gestionar un espacio propio, para nosotros es una limitante bastante grande no contar con una sede. Los Tucusitos nos hemos caracterizado por ser un grupo autónomo, no tenemos ayuda del Estado ni de ninguna institución privada, siempre nos hemos mantenido con nuestros propios recursos. Ha sido un grupo familiar en cuanto a la dirección que ha llevado, tanto mi hermano como yo trabajamos y así hemos sacado adelante el grupo. Actualmente ¿quiénes conforman la agrupación?

Los Tucusitos está conformado por treinta y tres integrantes, veinticinco niños y niñas, y ocho músicos. Tenemos más niñas que niños, las mujeres se están imponiendo en esta sociedad. ¿De qué hablan las letras de sus aguinaldos?

Primero, la música es muy armoniosa, nos remonta a la tradición aguinaldera religiosa vinculada a las misas de aguinaldos y las parrandas de casa en casa. Segundo, esa melodía lleva una letra que refleja nuestras tradiciones auténticas como, por ejemplo, el Año Nuevo, la Navidad, los juguetes de los niños, el Niño Jesús. Además, las voces blancas de los niños le dan un sentido más espiritual a las canciones. Las letras hablan de valores y costumbres tradicionales que se han ido perdiendo como la reunión en familia, el encuentro con los amigos, la cena de Navidad y Año Nuevo, la creencia en el Niño Jesús, el hacer las hallacas en fami-

LO S T U C U SI TO S E N L A H I STO R I A La agrupación se creó en la escuela Crucita Delgado de El Manicomio, parroquia La Pastora en Caracas, el 4 de noviembre de 1959 por la iniciativa del maestro de sexto grado Ely Moisés Peña Pérez y el párroco de la iglesia de Lídice Emilio Blaslow. En diciembre de ese mismo año ofrecieron su primer recital con aguinaldos religiosos dedicados a lo divino en la casa parroquial de Lídice. Era una costumbre de la época que los conjuntos de aguinaldos le cantaran a los pesebres ubicados en las iglesias, plazas y en las casas de familia. En 1960 la agrupación incorporó a su repertorio el famoso aguinaldo dedicado a un pajarito muy querido: El Tucusito, canción compuesta por el maestro Domingo Higuera. En 1961 graban su primera producción discografica homónima con 12 temas que incluían aguinaldos de parranda y aguinaldos religiosos tradicionales. A partir de esa fecha el grupo se presentó en emisoras de radio, plazas, incluso en canales de televisión. En 1962 Radio Continente organiza un concurso para elegir el mejor aguinaldo de parranda de Venezuela resultando ganador absoluto Un feliz año pa’ ti del compositor Gustavo García, interpretado por Los Tucusitos con la solista Trina Blanco. En 24 años, desde 1961 hasta 1984, Los Tucusitos produjeron 24 discos de éxitos navideños. En 1997 fallece el director de la agrupación, tomando las riendas Edgar Suárez, logrando grabar nuevamente un disco en 2004 titulado Llegaron Los Tucusitos. En 2008 graban un disco junto a la Orquesta Sinfónica de Venezuela y en 2010 sacan su última producción titulada 50 años haciendo historia.

lia y aprender la receta de la mamá o de la abuela; esos valores contrarrestan valores negativos que hoy tenemos en Venezuela. A través de nuestras canciones queremos formar a los niños y niñas del grupo en valores positivos, que tengan una conciencia sólida sobre la familia, la fraternidad, la convivencia. Nosotros hablamos con los niños sobre las letras de las canciones, discutimos sobre los significa-


¿Considera que los aguinaldos son un símbolo identitario de nuestra cultura navideña?

Los aguinaldos no solamente son un símbolo, deben convertirse en un elemento de pertenencia. Deberíamos retomar los concursos de aguinaldos como se hacían antes. Más que un símbolo el aguinaldo es un sentimiento. ¿Entonces podría decirse que el aguinaldo como elemento característico de la Navidad, es un símbolo de resistencia?

Sí, es un símbolo de resistencia cultural aun cuando tenemos en contra nuestra un ejército de medios de comunicación y de agrupaciones que buscan imponer géneros importados. La música nuestra es la que se cosecha aquí, la que se produce aquí y que guarda el sentimiento venezolano. A pesar de los elementos foráneos que se incorporen a nuestras tradiciones debemos hacer resistencia con amor y entendiendo los nuevos aportes. Yo entiendo, por ejemplo, que los aguinaldos no puedan seguir siendo los mismos de hace 20 o 30 años porque nuestros niños de ahora son distintos, nuestras costumbres son distintas; nosotros de hecho hicimos un aguinaldo que habla de la tecnología. También hemos incorporado nuevos instrumentos como el bajo eléctrico, sin embargo mantene-

¿Cómo enfrentar la estética importada que permea todas las expresiones navideñas venezolanas?

Para nosotros la Navidad es el olor de las hallacas, de la pintura fresca de las casas, del musgo del pesebre y los inciensos. Cuando nosotros tocamos los aguinaldos actuamos desde un valor de resistencia. En el disco nuevo tenemos una pieza que dice así: jojojó San Nicolás de qué te ríes si en el mundo todavía existe pobreza en Navidad, de qué te ríes si hay niños que todavía no reciben un juguete, no tienen su familia completa y están en guerra. No podemos tener una Navidad importada porque no la estaríamos sintiendo. Cuéntenos sobre los proyectos futuros de la agrupación.

Recientemente sacamos el disco 50 años haciendo historia, incluye unas canciones con Francisco Pacheco… Este año ya no podremos sacar el nuevo disco, será para el año que viene. Allí tenemos dos canciones con Betulio Medina que están bellísimas y en vista de que vamos a sacarlo el próximo año queremos invitar a otros artistas. El disco que grabamos Los Tucusitos acompañados de la Orquesta Sinfónica lo vamos a llevar al Cendis (Centro Nacional del Disco) a ver si nos pueden hacer más copias porque ese disco se hizo con recursos de la orquesta. Por supuesto, en lo inmediato seguiremos presentándonos y tocando nuestros aguinaldos para quienes quieran escucharnos.

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Los medios de comunicación a través de su bombardeo son los que contribuyen con que esos géneros comerciales se masifiquen y se instalen en la población. El hecho de que repitan mucho determinado tipo de género en las radios, por ejemplo, hace que la gente termine por gustarle y por escuchar ese tipo de música; tarde o temprano termina por llamarle la atención. Además, en las radios la política es que el que paga es al que ponen. Nosotros por supuesto no tenemos dinero para pagar, entonces no ponen nuestras canciones. Llevamos los discos y los productores se quedan con los discos para ellos. La payola existe, es una realidad, y los grupos que no tenemos cómo pagar somos marginados. Nos hemos sustentado haciendo funciones en vivo. Ya tenemos listas 12 canciones inéditas para producir nuestro próximo disco con gente que ha querido componer para nosotros como Rafael Ramos Nápoles, Toledo, Richard Serrano; lo queríamos sacar este año pero no va a ser posible por razones económicas. Nos hemos mantenido porque hemos trabajado en función de contrarrestar los valores falsos que se promueven en nuestra sociedad y que hacen que los niños y jóvenes piensen en realidades falsas

mos nuestro furruco, el piano, la batería, las maraquitas brasileras y las campanitas.

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¿Cómo han logrado mantenerse a lo largo de 50 años cantando aguinaldos, tomando en cuenta que han ido surgiendo géneros más comerciales como la salsa, el reguetón, el hip-hop, que captan la atención de niños y jóvenes?

que ni siquiera se adecúan a nuestra realidad. Poner los aguinaldos de Los Tucusitos en las reuniones de diciembre, al momento de hacer las hallacas y de armar el nacimiento es una tradición instaurada en nuestro país.

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dos que tienen para que sepan qué están cantando.


S a b o re s y S a b e re s

Resistencia envuelta en hojas de plátano La gastronomía navideña en Venezuela es un bastión cultural imbatible. La fuerza de la tradición es tal que tenemos el conocidísimo dicho popular: “la mejor hallaca es la de mi mamá”, con el cual aclaramos que, más allá de un plato nacional, es un plato familiar L a u r a

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Navidad en la mesa

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La mesa navideña venezolana es uno de los ámbitos en los que la fuerza cultural ha mantenido las tradiciones, con su evolución natural, pero de una manera contundente. Las cenas de Navidad en fin de año unen a todo el país en una mesa en la que comemos básicamente los mismos platos: la infaltable hallaca, el pernil o jamón planchado, el pan de jamón y el dulce de lechosa o la torta negra, todo dentro de una reunión familiar con una gran carga afectiva. La gastronomía navideña en Venezuela es un bastión cultural imbatible. La fuerza de la tradición es tal que tenemos el conocidísimo dicho popular: “la mejor hallaca es la de mi mamá”, con el cual aclaramos que, más allá de un plato nacional, es un plato familiar. Sobre la hallaca podemos hablar de los ingredientes regionales, del color y consistencia de la masa, la forma: rectangulares o cuadradas, el guiso: crudo o cocido y hasta las mezclas donde confluyen diferentes regiones dando como resultado una hallaca única de esa familia. Y aquí viene otra tradición: el intercambio de hallacas. Este gesto es una demostración de amistad y reconocimiento, sin embargo, también por ahí reza el saber popular que dice: “no se come hallaca de

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todo el mundo”, y es cuando ante este regalo venido de manos de una vecina conflictiva o de alguien que no es de nuestra confianza, se hace uso de ese dicho. El día de hacer las hallacas

También es interesante hablar sobre el proceso de elaboración de los platos navideños ya que son producto de una organización familiar, especialmente refinada en el caso de las hallacas. Las responsabilidades de cada quien están claramente definidas, dependen de la edad, sexo y experiencia de cada persona. Los hombres cortan el pabilo, amarran las hallacas y se ocupan de la bebida y la música. Las mujeres elaboran las hallacas, pero hay rangos en los que se ubican a cada una. Debo confesar que estuve años limpiando hojas, cambiar de estatus no fue fácil, luego pasé a hacer platicos en los que colocaba los adornos para cada hallaca, y no fue sino ya estando en la universidad cuando pude extender una hallaca y colocarle el relleno. Hasta ahí llegué. Cerrarlas ya era el último nivel. Solo las madres y tías tenían esa sabiduría. Y es una fiesta su elaboración, para mí era un día incluso más importante que la cena misma, había mucho trabajo pero era la ocasión en que todos trabajábamos juntos,

había aguinaldos, risas, burlas a quien le saliera una hallaca choreta, si se abría una al cocinarla se culpaban unos a otros, y al final, en la noche, probar las primeras hallacas y comprobar que todo valió la pena. Y ese olor a hoja de plátano, de hallaca, que llena la casa y nos reconforta como un recuerdo antiguo, que nos pertenece desde siempre. Los acompañantes

Los complementos de la mesa, como el pan de jamón, son ya una tradición. Su discutido origen se ubica en una panadería que, usando restos del jamón, elaboró este pan al que incorporó ingredientes “navideños” como las pasitas y las aceitunas. Algunas familias lo elaboran en casa, pero la verdad es que la mayoría los compra en las panaderías. Han querido inventar versiones: con hojaldre, con pavo, pero no han sido exitosas. Una demostración más de que la mesa navideña es de “alta resistencia cultural”. El jamón planchado y el pernil también forman parte del conjunto. El pernil es de elaboración casera pero el jamón planchado ya ha pasado a manos de empresas charcuteras que lo venden listo para su consumo. Antes se utilizaba el jamón “Ferris”, se cocinaba con especies y naranjas y se planchaba con azúcar moreno.


INGREDIENTES 1 litro de ron blanco o cocuy 8 yemas 1 pizca de nuez moscada La cáscara de 2 limones 5 clavos de olor 1 lata de leche condensada ½ litro de leche 10 cdas. de leche en polvo PREPARACIÓN En una olla hierva el agua con las especies y las conchas de limón. Colar. Licuar con la leche condensada y las yemas. Lleve a fuego bajo revolviendo con una cuchara de madera hasta que espese un poco. Dejar enfriar. Agregar el ron o cocuy. Mezclar y servir frío.

Foto: GALA GARRIDO

¡Salud!

En cuanto a las bebidas, antiguamente se elaboraba el carato de acupe, típico en estas fechas, pero debido a su complicada elaboración ha desaparecido del menú actual. También se hacía la leche de burra, que fue la versión casera de un ponche que dio origen al conocido Ponche Crema, clásico en las reuniones decembrinas. Les dejo esta receta para que se deleiten en navidades y reciban a los amigos y familiares con una copa y una sonrisa. Para seguir leyendo… CARTAY, RAFAEL. El pan nuestro de cada día.

Caracas, Fundación Bigott, 1995. LEÓN, RAMÓN DAVID. Geografía gastronómica venezolana.Caracas,Editorial Cacofonía, 2004. ROSENBLAT, ÁNGEL. Estudios sobre el habla de

Venezuela, Buenas y malas palabras. Caracas, Monte Ávila Editores, 1987.

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cada familia tiene su receta y su propia mezcla de frutas y especies. En cuanto a otros manjares que podrían considerarse “extranjeros” están los turrones españoles y los frutos secos, pero han compartido nuestra alegría navideña siempre, como recuerdo del paso de España por estas tierras. Lo más reciente es la aparición del panettone italiano. Recuerdo de niña que mi mamá nunca lo compraba porque llegaban a Venezuela duros. Claro, la magia de las industrias logra ahora unos panes que duran hasta dos años suaves. La invasión de panettones ha ido penetrando los hogares venezolanos, siempre abiertos a probar otros sabores, gracias a la libertad con la que nos interesamos en otras culturas, por ser un país pluricultural y por la generosidad y apertura que caracterizan a nuestro pueblo.

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El dulce de lechosa es otro clásico, el de tajadas gruesas y el delgado, con papelón o con azúcar; y se sigue haciendo en las casas. La torta negra es otra delicia que requiere tiempo de elaboración, las frutas son maceradas durante un año y

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Los postres nuestros y prestados


Qué Leemos E r n e s t o

Y e v a r a

I n ve st i ga d o r M use o N a c i o n a l d e l a s C u l tu ra s

En estas cortas líneas el Museo Nacional de las Culturas recomienda algunas lecturas sobre temas referentes a nuestras natividades y la visita a dos páginas en internet para quienes quieren escuchar, cantar o ejecutar con el cuatro canciones de Navidad de América Latina

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del estado Monagas, el día 28 de diciembre, donde la celebración de Locos de los Santos Inocentes subsume antiguas danzas indígenas Caribe (una interpretación del mare mare), para responder a la fiesta patronal de Santo Domingo (4 de agosto), en la cual se celebra la derrota de los indígenas por este santo.

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El Estado festivo. Raza, etnicidad y nacionalismo como representación cultural David M. Guss en este libro, editado por el Ministerio de Cultura en 2005, nos muestra cómo las fiestas responden a los cambios socioeconómicos, adquieren nuevos significados con cada representación y posibilitan a los participantes entender, criticar e inclusive cambiar el mundo en el cual viven. Entre las fiestas venezolanas que analiza esta el día del Mono, celebración realizada en Caciacara

Navidad venezolana Esta compilación de textos hace una revalorización del significado de las fiestas de Navidad dentro de las tradiciones venezolanas a partir de testimonios de varios escritores como Luis Felipe Ramón y Rivera con diversas narraciones procedentes de Aragua, Trujillo, Carabobo y Portuguesa; Adriano González León con las tradiciones andinas, orientales y de los Llanos; y el escritor Aquiles Rojas, entre otros. Rojas nos habla del histórico San Nicolás de Bari y del pino de Navidad, símbolo de la eternidad originario del culto de Attis. El libro, editado por José Agustín Catalá, ha sido reimpreso y ampliado varias veces desde 1950 hasta 1991 por Ediciones Centauro.

La mesa navideña en Venezuela La preparación de la mesa es uno de esos rituales familiares de nuestra Navidad y es el más generoso y espléndido momento de nuestra gastronomía. Los platos que se preparan son el resultado de diversas tradiciones culinarias que fueron confluyendo, para observar sus variaciones según las regiones recomendamos leer y observar las recetas de este libro, editado por Cuarto Continente. El espacio central está dedicado a la hallaca, pero también encontrará el ponche de crema, el panettone y el pan de jamón.


Paradura del Niño Jesús (fiesta hogareña andina) Para observar el desarrollo de una Paradura del Niño realizada en la ciudad de Caracas, a partir de las tradiciones de un grupo de familias migradas de los Andes a mediados del siglo XX, recomendamos leer este libro publicado por la Fundación Editorial El perro y la rana en 2007. Si bien constituye una versión de la fiesta para un momento y lugar determinado, sin ahondar en orígenes, significados y variaciones regionales, se puede encontrar una buena descripción de las partes, preparativos, canciones y gastronomía.

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Navidad digital Para quienes quieren cantar con las niñas y los niños recomendamos mirar esta página web y buscar las letras de los villancicos más tradicionales. Encontrarás 126 títulos, desde El burriquito sabanero y Huachitorito (de Argentina y Chile) hasta villancicos españoles como Tutaína y La Virgen como es gitana. Disponible en www.navidaddigital.com/villancicos

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El cuatro venezolano Página web donde pueden encontrar 42 aguinaldos para escuchar y aprender los acordes en el cuatro (para diestros y zurdos), algunas de las canciones son Niño lindo, Aguinaldo carupanero, El poncho andino, La Restinga y el Niño del Ávila. Además, en esta página web pueden aprender a tocar el cuatro, conocer muchas otras canciones venezolanas y compartir con otros músicos. Disponible en http://micuatro.com/acordes

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Para quienes desean comer hallacas vegetarianas, mejores pa’ la salud, pueden buscar una receta en la siguiente página web del Instituto Nacional de Nutrición: http://www.inn.gob.ve/modules.p hp?name=News&file=article&sid= 422


Es importante darnos cuenta cuando trascendemos la frontera del rito y pasamos al consumismo. El primero enmarcado en la tradición de la sociedad a la que pertenecemos y el segundo cuando nuestras necesidades toman signo de estatus A r i a n n e

V e l i s

I n ve st i ga d o ra M use o N a c i o n a l d e l a s C u l tu ra s

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L a R u ta d e l a Tra d i c i ó n

La ruta de la hallaca y las fiestas en Navidad

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La hallaca, con la envoltura de hojas de plátano y los distintos ingredientes que en ella confluyen, es expresión visible de intercambio cultural. Caracas, 2010. Fotografía: S U S A N A A R W A S / E D G A R M O R E N O

Por lo general la mayoría de los venezolanos/as asociamos la Navidad con la alegría, la prosperidad, la renovación y la abundancia. Esto se debe a dos tipos de relaciones que se vinculan a la época: la productiva y la simbólica. La primera porque en esta fecha se cancelan a los trabajadores/as los aguinaldos y utilidades y aprovechamos para hacerle arreglos a las casas, los estrenos, dar obsequios y, sobre todo, olvidarnos de las dietas. La segunda está estrechamente relacionada con la cultura occidental, desde los celtas que

acostumbraban a entregar los eguinad, los regalos de Año Nuevo y esta era una forma de desear buenos augurios a quien los recibía. Esta tradición se extendió a Roma y se generalizó tanto para el nuevo año como para el natalicio, estos obsequios generalmente consistían en alimentos. Sabemos que todos los seres humanos tenemos necesidad de comer, vestir, compartir, creer, socializar, ser reconocidos y aceptados. Y la relación de la Navidad y el Año Nuevo con los regalos y estre-

nos la asociamos con la prosperidad, donde cambiamos lo viejo por cosas nuevas como símbolo de augurios; es importante darnos cuenta cuando trascendemos la frontera del rito y pasamos al consumismo. El primero enmarcado en la tradición de la sociedad a la que pertenecemos y el segundo cuando nuestras necesidades toman signo de estatus, es decir, cuando estas necesidades son cubiertas por marcas y estéticas ajenas (corporales y ambientales), banalizando nuestra esencia festiva. A diferencia de los egipcios que pensaban que al irse al otro mundo se llevaban sus pertenencias, los cristianos concebimos que nos vamos de este mundo sin nada material, y como decía mi papá: “solo nos llevamos lo estudiado, lo comido y lo bailao”, es decir lo cognitivo y lo afectivo, entonces por qué preocuparnos tanto por lo material. Aprovechemos la abundancia y la prosperidad que nos trae la época de Navidad y Año Nuevo para viajar por Venezuela, lo cual es una doble inversión porque conocemos nuestro país de una forma integral: cognitiva y afectiva. Es un reencontrarnos, reconocernos, revalorizarnos y dignificarnos. De esta forma estamos


Ruta del sur

Si va por los lados del estado Bolívar aproveche de saborear la hallaca guayanesa que se diferencia de las del resto del país por llevar ruedas de papa y huevo sancochado. Para acompañarla solicite el ponche, también de apellido guayanés, que es un licor dulce elaborado con ron, azúcar, rojo vegelat y huevo o, en

su defecto, la “leche e’ burra” que lleva ron, huevo y se le agrega leche condensada. La música que escuchará por está región será la guasa y el merengue. Además aproveche de comprar los nacimientos, cuyas figuras son elaboradas con semillas de paraparo y capacho.

Ruta andina

La hallaca andina se caracteriza porque se cocina el guiso conjuntamente con la masa. Es decir, cuando la hallaca está armada se pone a cocinar, por esta razón su duración de cocción lleva más tiempo que las del resto del país. También conseguimos las de caraotas, en las cuales este grano sustituye en el guiso a la carne pero igualmente se incorporan los demás ingredientes. Y la hallaca sanbenitera, que solo lleva carne de res, zanahoria y garbanzo.

Pollo, alcaparras, almendras, aceitunas, pasas negras y pimentón, son solo algunos de los ingredientes que intervienen en la preparación de las hallacas. Caracas, 2010. Fotografía: SUSANA ARWAS/EDGAR MORENO

Durante el recorrido por los Andes se podrá encontrar con las festividades del Robo y Búsqueda del Niño, la fiesta de San Benito de Palermo y Los Pastores de San Miguel de Boconó. La primera es un teatro de calle en el cual los participantes recorren el pueblo con cantos y buscan en los diferentes pesebres al Niño Jesús que fue robado; en la segunda los promeseros/as visten con diferentes trajes, el más común es el blanco con tiras de diferentes colores y la mitra; y en la tercera participan diferentes personajes con trajes bastante coloridos llevando sus rostros cubiertos por una máscara. Estas fiestas se celebran hasta el 7 de enero. Ruta de oriente

La hallaca oriental la podrá conseguir con papa y huevo sancochado,

Aprovechemos la abundancia y la prosperidad que nos trae la época de Navidad y Año Nuevo para viajar por Venezuela que es una doble inversión, conocemos nuestro país de una forma integral: cognitiva y afectiva. Es un reencontrarnos, reconocernos, revalorizarnos y dignificarnos. De esta forma estamos invirtiendo en nuestro país y en nuestra familia, así es que a disfrutar porque nadie nos quita lo bailao…

R EV I STA

La hallaca de esta zona del país se caracteriza por ser un poco dulzona ya que al guiso se le agrega un pedazo de papelón. La música vinculada a esta fiesta son los aguinaldos, las parrandas central y de la costa, las fiestas de los Pastores del Niño Jesús, el Recorrido del Niño que se inicia meses antes de la Navidad. El 28 de diciembre la fiesta de los boleros en el estado Miranda, locos en La Sabana y el Gobierno de las Mujeres en Naiguatá en el estado Vargas.

así somos

Ruta central

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invirtiendo en nuestro país y en nuestra familia, así que a disfrutar porque nadie nos quita lo bailao. En estas próximas líneas tendrá la oportunidad de planificar sus vacaciones de fin de año y disfrutar de ellas dependiendo de la región del país que vaya a visitar. Si bien tenemos por una parte una tradición parecida en todo el país como son las hallacas y los bollos, el dulce de lechosa, de cabello de ángel, de durazno con ciruela, el de leche cortada, la leche e’ burra y el ponche crema, entre otros; por otra encontramos las particularidades regionales, no pretendo con ello homogeneizar a las regiones sino hablar de ciertas peculiaridades que las identifican y para las cuales debe estar atento/a. Pues no podemos dejar que el proceso de globalización y los estereotipos nos invisibilicen la diversidad que nos enriquece como país, tales como la gaita de furro que se ha comercializado como nuestra música de Navidad, casi que la única.


L a R u ta d e l a Tra d i c i ó n

LA

RUTA DE LA HALLACA Y LAS FIESTAS EN

NAVIDAD

Los Boleros de Caucagua el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes. Caucagua, estado Miranda, 2009.

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así somos

Fotografía: D A N I E L H E R N Á N D E Z (cortesía Grupo Afrobarloventeño Caucaucuar)

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devocional. Para el 28 de diciembre se encontrará en la Vela de Coro, en Taratara y en Puerto Cumarebo con la fiesta de los locos. Si pasa por Coro busque el sector Cabudare, allí encuentra el Rincón de la Hallaca, solicité las hallacas de chivo o las de queso, en la primera el chivo sustituye a las carnes de res, pollo y cochino, no lleva alcaparras ni aceitunas. Las segundas además del queso lleva un aliño que incorpora la papa. Esta hallaca se caracteriza por elaborarse en hojas de queipo, de la sierra de Falcón, que a diferencia de la hoja de plátano no es asada sino hervida. Si su visita es al estado Zulia pruebe la hallaca elaborada con la masa de plátano verde. Este estado se ha caracterizado por la gaita, siendo la gaita de furro la que se ha comercializado en todo el país. No obstante esta no es la única música que va a encontrar en este recorrido; si está atento/a podrá reencontrase con la gaita de Santa Lucía, la gaita de perijanera de Rosario de Perijá, la gaita de tambora del Sur del Lago y los chimbángueles en honor a San Benito de Palermo. Si bien es el mismo santo del estado Mérida su rito tiene ascendencia africana.

pero su característica principal es que se le echa mucho ají dulce. También podemos conseguir la hallaca de pescado o la de mariscos, en las que estos ingredientes sustituyen a las carnes de res, pollo o gallina y de cerdo. La música que acompañará su recorrido será el aguinaldo; esté atento/a a cualquier parranda que consiga para que disfrute su Navidad con estos cantos, algunos de ellos conocidos, como aquel de Cruz Joaquín Alfonzo que popularizó Gualberto Ibarreto, A cuerpo cobarde, o aquel que dice: “Serena está la mar, azul el cielo…”, o aquellos que son improvisados en el momento por la chispa de los orientales.

Si pasa por Barinas y coincide con una fiesta de Paradura de Niño aproveche de probar el ponche que se prepara con ron, azúcar y atol de fororo; pero lo mejor de ello es ver su elaboración pues se bate a paleta y se sientan varias personas alrededor de la olla, al igual que la hallaca es un trabajo de equipo. La fiesta que acompañará nuestro recorrido será la de los locos o locainas, que nos llevarán desde San José de Guaribe en el estado Guárico, pasando por Cojedes, Agua Blanca en Portuguesa, Torunos y La Yuca en Barinas, hasta San Fernando, Elorza y Guasdualito en el estado Apure.

Ruta de los llanos occidentales

Ruta de occidente

GUTIÉRREZ, OMAIRA. Catálogo municipio

Entre la diversidad de las hallacas llaneras podemos encontrar las adornadas con ruedas de pimentón, papas, huevos, zanahorias y cebollas. También con garbanzo y tocino, además de las ciruelas pasas. Las conseguimos con tomate y otras de pescado: bagre, coporo o cachama.

Si su recorrido lo/la lleva por el estado Falcón acompañe su visita al ritmo del tambor veleño, el tambor coriano y el tambor cumarebero. En esta región las fiestas se inician desde el 30 de noviembre, con el repique, en la víspera, que anuncia la llegada de la Navidad. Se caracteriza por ser festivo y no

Heres, estado Bolívar. Caracas, Instituto de Patrimonio Cultural, 2005.

Para seguir leyendo…

Las hallacas de chivo y de queso llaman la atención tanto de propios como turistas que visitan el estado Falcón, disponible en http://www.avn.info.ve/ SÁNCHEZ, RAFAEL. Origen histórico-jurídico

del aguinaldo: del strenna romano al salario en especie, disponible en www.dialnet.unirioja.es


El 28 de diciembre los zaragozas recorren las calles de Sanare, estado Lara, enmascarados y con llamativos trajes adornados con cascabeles. Esta manifestación se celebra para remembrar la matanza de los Santos Inocentes instigada por el rey Herodes. Los creyentes pagan promesas por los favores concedidos permitiendo a los zaragozas que bailen a los niños frente al altar. Fotografía: J E S Ú S O C H O A (imagen cortesía Archivo Audiovisual Fundación Bigott)


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Selección de objetos pertenecientes a la Colección Etnográfica de Navidad de la Fundación Centro de la Diversidad Cultural Objetos: 1. Rey mago (figura de pesebre), estado Mérida 2. Niño Jesús (figura de pesebre), estado Vargas 3. Pesebre 4. Figura de pesebre (antropomorfa), estado Mérida 5. Ángel (figura antropomorfa), estado Táchira 6. Sombrero de pastorcilla, estado Carabobo 7. Sombrero de pastor, estado Carabobo 8. Tocado de cachero, utilizado en los Pastores del Niño Jesús, estado Aragua 9. Marímbola, estado Nueva Esparta 10. Furruco, estado Cojedes 11. Furruco, estado Zulia 12. Prima, estado Miranda 13. Figura de pesebre (antropomorfa), estado Mérida. Cortesía: CO O R D I N A C I Ó N D E G E ST I Ó N D E CO L ECC I O N E S C D C . Tlf: (0212) 564-98.22 / cdccolecciones@gmail.com

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