JUL-AGO 2011
NÚMERO
08 A Ñ O
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA CULTURA CENTRO NACIONAL DE HISTORIA MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURAS
A favor de la diversidad y en contra de las desigualdades
4 Somos lo que jugamos Jugueteros venezolanos ¿Vivir para jugar o jugar para vivir? Muñecas y mandatos de género
Tiempo de juego y creación
Revista así somos, año 4, Nº 08 J U L I O - A G OSTO 2011 D i re c to r
Co la b o ra n e n e st e n ú m e ro
Luis Adrián Galindo C. luisgalindo@yahoo.com
Aldemaro Barrios Manuel Bazó Gustavo Cadenas (+) Diógenes Carrillo Carola Chávez Elia Díaz Héctor Figueroa Dinohra García Tatiana Gómez Miguelangel Machado Maura Morales Gioconda Mota Akaida Orozco Harold Palacios Nelly Ramos Magdalena Rodríguez Arianne Velis Ernesto Yevara
Co n s e j o Ed i to ri a l
Luis Galindo Casimira Monasterios Nelly Ramos Aldemaro Barrios Co o rd i n a c i ó n e d i to ri a l
Akaida Libertad Orozco aklibertad@gmail.com A s i st e nt e e d i to ri a l
Harold Palacios hdps86@hotmail.com D i s e ñ o g rá f i c o
Argenis Valdez Alejandro César Solórzano
Fo to g ra f í a s p o r t a d a SUPERIOR
Ruchando metras en la plaza. Plaza Bolívar de Caracas, julio 2011 Foto: Miguelángel Machado INFERIOR
A la víbora de la mar por aquí podrán pasar. El Playón, estado Mérida, 2011 Foto: Luz Marina Parra
Infógrafo Jorge Luis Galofre galofenix@gmail.com
I SSN 1856-8483
Co r re c c i ó n
Ed i c i ó n 60.000 ejemplares
César Russian
así somos es una publicación del Gobierno Bolivariano de Venezuela, Ministerio del Poder Popular para la Cultura
Fo to g ra f ía s
Santiago Angarita Susana Arwas Filippo Bilotti Héctor Figueroa María Teresa García Naghiely Godoy Nelson González Leal Miguelángel Machado Edgar Moreno Héctor Olivar Oscar Olivero Ligia Páez Luz Marina Parra Eduardo Ravara Rafael Salvatore Alejandro César Solórzano Luis Trujillo José Voglar Archivo Fotográfico Fundación Centro de la Diversidad Cultural Fotogramas del documental Tambor de agua, un encuentro ancestral (cortesía de Tatiana Gómez)
D e p ó s ito Le g a l PP200702CS2757
Av. Panteón, Foro Libertador, edificio Archivo General de la Nación, 2do. piso, Caracas, Venezuela. Teléfono: (58-212) 509.55.38 museodediversidadcultural@yahoo.es Impreso por la Fundación Imprenta de la Cultura República Bolivariana de Venezuela V I C E M I N I ST E R I O PA R A E L FO M E N TO D E L A E CO N O M Í A C U LT U R A L Co o rd i n a c i ó n d e l S i st e m a M a s iv o d e R e v i st a s d e la C u l t u ra
Jonathan Montilla S u p e r v i s i ó n G e n e ra l d e D i s e ñ o G rá f i c o
Dileny Jiménez El Sistema Masivo de Revistas del Ministerio del Poder Popular para la Cultura está integrado por ocho revistas: A Plena Voz, Arte de Leer, Así Somos, Memorias de Venezuela, Poder Vivir, La Revuelta, La Roca de Crear y Se Mueve.
Saltando en casa de la abuela Elena, estado Mérida, 2011. Foto: L U Z M A R I N A P A R R A
así somos Nº 8 Tiempo de juego y creación
E d i t o r i a l Tiempo libre, tiempo para la creación
Nº 08 • JUL-AGO 2011
REVISTA
así somos
En este mes de agosto, como todos los años, millones de compatriotas disfrutan de sus vacaciones. Indudablemente este es un período muy especial y esperado durante todo el año para alejarnos de la rutina cotidiana. Es un tiempo muy valioso, tanto para quienes lo disfrutan como para el sistema de mercado que aprovecha para seducirnos con diversos productos y servicios plenos de fantasiosas experiencias, viajes a lugares oníricos y sensaciones nunca antes vividas. En lo sustancial de esta oferta del mercado para el “tiempo libre” se ofrecen valores que responden al consumo alienante, el ascenso social, el individualismo, la superficialidad y la no-identidad, a través del turismo global que nos vende la posibilidad de formar parte de una falsa masa homogénea que recorre lugares con identidades prefabricadas o tierras supuestamente prístinas y deshabitadas en el corazón de alguna selva, montaña o playa y, además, nos brinda la oportunidad de ocupar el tiempo libre frente a videojuegos, en los centros comerciales, en casinos o bingos. No es por casualidad que en los Estados Unidos de Norteamérica la industria del entretenimiento sea el negocio más lucrativo de ese país, luego de la industria bélica. El Gobierno Bolivariano ha colocado como idea principal en su gestión social la necesidad de construir un concepto y una práctica distinta del “buen vivir” para todas y todos los venezolanos. Consideramos que desde el Ministerio del Po- 01 der Popular para la Cultura estamos llamados a estimular la reflexión nacional sobre esta noción del “buen vivir” y su relación con las distintas formas como los venezolanos y venezolanas vivimos nuestras herencias culturales, a favor de un “buen vivir” nutrido por una memoria histórica y una compleja urdimbre de culturas que nos define como pueblo soberano y libertario. Por esta razón, hemos dedicado este número de la revista Así Somos al tiempo libre como un tiempo para la creación en sus múltiples dimensiones. Cada agosto el pueblo venezolano recorre su territorio, muchos retornan a sus lugares de nacimiento para reencontrarse con sus familias, para que la abuela conozca al nieto nuevo, para saborear la comida de la infancia, para bañarse en el río de los mil recuerdos, para ver al compadre o jugar pelotita ’e goma con los vecinos; es sin duda un tiempo de creación de afectos, de parentesco y de fortalecimiento de la identidad cultural del lugar. Esto también es turismo, un turismo muy particular que lejos de hacernos sentir ajenos al lugar nos convierte en un visitante especial, uno más de la familia que re-descubre nuevas situaciones, nuevos espacios y se conecta con sus habitantes. Y si por un momento aceptáramos que en Venezuela todos somos una gran familia, entonces no seríamos turistas en ningún lado. También agosto es un mes para el juego nuestro, ese juego colectivo pleno de humor, de ocurrencias, de música, de bailes y sabores, es tiempo para aprender a elaborar papagayos con nuestro padre o hermano mayor, para hacer una muñeca con los trapos rotos de la abuela, construir una carrucha, aprender a hacer un dulce de limonsón o echar una partidita de dominó con los amigos. Estos son los temas que traemos en esta edición para compartir con ustedes, para apoyarlos e incentivarlos en la necesidad de planificar mejor este tiempo libre vacacional, derecho fundamental que debemos disfrutar a partir de la plena convivencia y de la riqueza múltiple de nuestras culturas. Luis Adrián Galindo C. DIRECTOR
DEL
MUSEO NACIONAL
DE LAS
C U LT U R A S
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¡Tín marín de dos pingüé! D i n o h r a G a r c í a
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Muñecas y mandatos de género G i o c o n d a M o t a
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¿Vivir para jugar o jugar para vivir? N e l l y R a m o s
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El papagayo, objeto lúdico remontable G u s t a v o C a d e n a s
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Muñecas de trapo M a g d a l e n a R o d r í g u e z
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Jugueteros venezolanos H a r o l d P a l a c i o s
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Pasatiempos criollos D i ó g e n e s C a r r i l l o
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Somos lo que jugamos M i g u e l á n g e l M a c h a d o
Ideas Para Dialogar A l d e m a r o B a r r i o s
Así Vamos M a n u e l B a z ó
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Delta del Orinoco: escenario lúdico para los warao H é c t o r F i g u e r o a
O D I N E T N O C así somos REVISTA
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¿Por qué buscar las playas o los ríos como espacios para la recreación? ¿Cuál es su significado en el ámbito de la socialización? ¿Cómo nos comportamos en estos ambientes naturales y qué componentes culturales evocamos los venezolanos al frecuentar esos espacios para el disfrute? ¿Qué significado tiene para nosotros estar ante la magnificencia del Mar Caribe o la turbulencia poderosa del Orinoco?
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El juego es una actividad vital en la construcción de lo que será nuestra forma de aproximarnos al mundo. Hoy, son miles las formas de jugar, no obstante, en general hay dos grandes ejércitos en pugna, los juegos de video, hijos predilectos de las trasnacionales, y los juegos tradicionales, soldados fieles de nuestra cultura popular.
Los juegos y diversiones que realizan los niños warao son representaciones simbólicas de las responsabilidades que deberán asumir cuando sean adultos. El liderazgo ensayado a través del juego va perfilando la personalidad de un futuro dirigente de la comunidad o wisiratu. Mediante el juego se establece una estrecha vinculación entre el niño y el mundo que lo rodea.
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20 En la sección Otras Voces, la actriz y cuentacuentos Citlalli Godoy, hablará sobre el arte vinculado a lo lúdico y cómo aprovechar de manera productiva el tiempo libre activando nuestra imaginación y creatividad. Godoy dirige la agrupación El Galpón del Arte y junto a sus dos jóvenes hijas ha realizado numerosos espectáculos teatrales para niños y jóvenes.
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¿Ha sido un acto involuntario o inconsciente dejarnos avasallar por el ritmo acelerado de la vorágine urbana, omitiendo el valor de la recreación, del esparcimiento, gozar de la risa distendida o incluso subestimar la necesidad de jugar? Debemos preguntarnos qué nos ha pasado y tratar de encontrar explicaciones a ciertas conductas poco sanas que pudieran estar atentando contra nuestro bienestar y armonía psicológica, emocional, espiritual y física
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Las muñecas artesanales y el juego con ellas forma parte de nuestra tradición, fortalecen nuestra identidad y nuestras raíces. Sin embargo, los juguetes, bien sean tradicionales o modernos, no siempre son inocentes en cuanto a lo que representan, muchas veces reproducen valores propios de la cultura capitalista y patriarcal.
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Las actividades turísticas son una buena alternativa para usar el tiempo libre productivamente: se fusionan aspectos sociales, recreativos, naturales y culturales. Los atractivos naturales, la riqueza cultural y la hospitalidad de nuestros habitantes a lo largo y ancho de toda Venezuela son elementos claves para el desarrollo de esta práctica.
50 Con el juego de la Candelita usted puede entrenar a su hijo/a para cuando tenga que empezar a hacer las diligencias burocráticas, pues siempre que haga una cola interminable, al llegar frente a la taquilla, le dirán: “por allá fumea”.
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REVISTA
Gustavo Cadenas nace el 25 de abril de 1941 en Maracay, estado Aragua, pero desde sus años de infancia reside en Caracas. Estudió medicina en la Universidad de Los Andes e incursionóenestudiosdeGeografía.Finalmente, se interesa por el mundo de los juguetes y comienza a viajar por toda Venezuela investigando y documentando las viejas y las nuevas formas de producción de nuestras múltiples manifestaciones lúdicas y festivas. Cadenas, dedicó su vida a explorar y estudiar las técnicas con las que los jugueteros venezolanos construyen juguetes tradicionales, así como sus semejantes en el resto de América Latina. Sus registros le ayudaron a crear herramientas didácticas que facilitaron la transmisión de los saberes adquiridos. Este incansable investigador ofreció numerosostalleresaniños,jóvenesyadultospara la creación de papagayos, muñecas de trapos, caballitos de San Juan y maromeros. En 1980 crea el Taller La Mano, laboratorio personal donde se dedica a producir objetos de la vida cotidiana y juguetes. En 1993, le fue confiada la construcción de las réplicas de las muñecas de Armando Reverón por parte de la Galería de Arte Nacional. Su gran sueño era crear la primera Ludoteca del país, la cual permitiría reunir en un solo espacio diversos juguetes venezolanos tradicionales, con el fin de rescatar la cultura lúdica tradicional de nuestro país. Lamentablemente, Cadenas no pudo concretar esta realidad. Realizó varias exposiciones relacionadas con los papagayos en el Museo de Arte Popular de Petare, en la Fundación de Etnomusicología y Folklore, en la Sala Mendoza y en el Museo Aeronáutico de Maracay. Habiendo dedicado más de cuarenta años a la investigación, la enseñanza y la construcción de juguetes, este admirable venezolano nunca dejó de creer en la magia y en la capacidad de inventiva. Fallece en Caracas a los 70 años, el 13 de julio de 2011. Sus aportes servirándealientoalasnuevasgeneracionespara seguir creando juguetes increíbles.
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GUSTAVO CADENAS
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La Ruta de la Tradición A r i a n n e V e l i s
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Qué Leemos E r n e s t o Y e v a r a
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Sabores y Saberes M a u r a M o r a l e s
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Otras voces. Entrevista a Citlalli Godoy A k a i d a O r o z c o
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¡Vacaciones! Tiempo libre productivo E l i a D í a z
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El tambor de agua T a t i a n a G ó m e z
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El ritual del salitre C a r o l a C h á v e z
H o m e n a j e
Así Vamos
Proyecto Leander El barco donde nació la patria grande Al conmemorarse 205 años de la Expedición Libertadora de Francisco de Miranda a bordo del Leander, surge la idea de reconstruir una réplica fiel de la nave insignia de la epopeya de 1806. Este proyecto, símbolo de identidad continental, se encuentra en su etapa final y próximamente será inaugurado
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así somos
M A N U E L
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B A Z Ó
Coordinador general del Proyecto Leander Fotografías: SANTIAGO ANGARITA
Traer el pasado al presente
Decía Simón Rodríguez que lo que no se hace sentir no se entiende y lo que
ensamblan el barco que próximamente será inaugurado en el Parque Generalísimo Francisco de Miranda, ubicado en el municipio Sucre del área metropolitana de Caracas. Pero el Proyecto Leander no es solo la re-construcción de un barco, sino la recuperación de un patrimonio histórico tangible e intangible que nos recuerda el proyecto mirandino que todavía está por hacer: la idea mirandina de independencia absoluta y el sueño de independencia continental. Eso es lo que simboliza la proa y el bauprés del Leander apuntando hacia el sur que, como un ariete medieval, abrió el camino de la libertad. El Leander nos recordará el momento en que dejamos de ser otros para ser nosotros. Quienes lo visiten podrán sentirse parte de la tripulación mirandina y navegar en él, ya no por el mar, sino por la verdadera historia de la libertad americana.
Decía Simón Rodríguez que lo que no se hace sentir no se entiende y lo que no se entiende no interesa. La construcción de una réplica fiel del glorioso Leander con su cargamento, incluyendo la bandera madre y la primera imprenta que llegó a Venezuela, nos permitirá ver, tocar y recorrer todos los rincones del barco que se atrevió a desafiar el poderío militar, político y religioso más sanguinario de su época
REVISTA
no se entiende no interesa. La construcción de una réplica fiel del glorioso Leander con su cargamento, incluyendo la bandera madre y la primera imprenta que llegó a Venezuela, nos permitirá ver, tocar y recorrer todos los rincones del barco que se atrevió a desafiar el poderío militar, político y religioso más sanguinario de su época. Niños y adultos podremos aproximarnos a lo que sintió la tripulación que conformó el primer Ejército Libertador de Suramérica. Entenderemos y seremos partícipes de un momento que cambió el curso de la historia y el orden mundial. La idea de re-construir el Leander surge a comienzos de 2006 como un sueño que gracias al apoyo del presidente Chávez se convirtió en proyecto. Tras una apasionante investigación histórica el proyecto se transformó en obra de ingeniería y arquitectura naval. Actualmente un equipo de expertos constructores y carpinteros navales de nuestro país
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Hace 205 años, cuando todavía Venezuela era un pedacito del Reino de España, la patria grande nació a bordo del Leander. Ocurrió en la costa de Haití, el 12 de marzo de 1806, en el momento en que Francisco de Miranda izó la bandera tricolor que venía a reconquistar los dominios de España en América. No por casualidad el simbólico acontecimiento ocurría en el mismo lugar en el que Cristóbal Colón fundó el primer asentamiento colonial del Nuevo Mundo. Miranda pensó que América debía comenzar a ser descolonizada exactamente donde se inició su conquista. Reclutará a las goletas Bee y Bacchus para escoltar al Leander, hará jurar a toda su tripulación fidelidad y lealtad al pueblo libre de Sur América, y partirá hacia Venezuela. Tras vencer la resistencia española desembarcará el 3 de agosto en la Vela de Coro. Allí arrea la bandera imperial que por 300 años marcó territorio colonial para enarbolar en su lugar el primer símbolo patrio continental. Por tamaña osadía pusieron precio a la cabeza de Miranda y diez de los tripulantes de las goletas capturadas en Ocumare fueron ahorcados, decapitados y exhibidas sus cabezas en la vía pública. La misma sentencia a la que condenaron a José Leonardo Chirino once años atrás y a José María España siete años antes.
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Un poquito de historia
Ideas Para Dialogar
El río y el mar: espacios para socializar ¿Por qué buscar las playas o los ríos como espacios para la recreación? ¿Cuál es su significado en el ámbito de la socialización? ¿Cómo nos comportamos en estos ambientes naturales y qué componentes culturales evocamos los venezolanos al frecuentar esos espacios para el disfrute? ¿Qué significado tiene para nosotros estar ante la magnificencia del Mar Caribe o la turbulencia poderosa del Orinoco?
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A l d e m a r o
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B a r r i o s
R .
Comunicador social / escritor
Fotografías: S U S A N A A R W A S / E D G A R M O R E N O
Pocas veces estamos conscientes de nuestro cotidiano acontecer, a pesar de que cada acción que realizamos está conectada con la búsqueda del bienestar, la felicidad, la paz y el crecimiento humano, por eso entregamos nuestra fuerza de trabajo, nuestra capacidad productiva y el talento creativo a cambio de salario y por ello necesitamos descansar, relajarnos y recrearnos para recuperar fuerzas. En este sentido necesitamos disponer de dos elementos básicos: el espacio y el tiempo, el resto lo agrega la capacidad lúdica del ser humano. Es así como en los momentos de recreación, la playa y el río son dos espacios apropiados para ser usados por la familia, especialmente para vacacionar o en su defecto para ser aprovechados como centros de esparcimiento donde se implantan actos lúdicos, actividades gastronómicas y otras acciones vinculadas a la gestión de recreación. ¿Pero por qué recrearse en la playa o en los ríos de Venezuela? ¿Cuál
es su significado en el ámbito de la socialización? ¿Cómo nos comportamos ante los espacios y qué componentes culturales evocan los venezolanos y las venezolanas al instalarse en esos espacios para la recreación? Trataremos de caracterizar cada espacio y qué significado tiene para cada uno de nosotros estar ante la magnificencia del Mar Caribe o la turbulencia poderosa del Orinoco. El aluvión
Venezuela tiene la virtud de ser un aluvión geográfico que recibe una enorme cantidad de aguas provenientes de las alturas de los Andes venezolanos y de la maciza selva del sur con sus imponentes tepuyes y elevadas montañas, lo que hace que su cuerpo geográfico esté surcado por centenares de ríos, quebradas, caños y morichales, y por unas costas marítimas que sirven de llegadero a gran parte los ríos que no drenan sus aguas al gran Orinoco como río padre, todo ello
hace que el país cuente con una diversidad paisajística que igualmente hace diversos a quienes habitamos su territorio a lo largo y ancho de la geografía nacional. Este país, como algunos otros de América Latina, cuenta con espacios planos inmensos como las llanuras, las montañas y las selvas exóticas; elevaciones frías como las de la región andina, pero sobre todo con un tejido de vertientes acuíferas dulces y los miles de kilómetros de costas marítimas de agua salada en cuyas cercanías se han constituido poblaciones urbanas y rurales de vocación productiva industrial, agropecuaria, pesquera o mineral, cuyos habitantes acceden con poco esfuerzo y tiempo a lugares paradisíacos para el disfrute y la recreación. Ese carácter aluvional de la geografía física venezolana también se expresa en la geografía humana, se dice que somos como la tierra, el agua y los vientos que constituyen elementos naturales
“Prefiero bañarme en un río porque el mar es un tormento, el río es sereno, el mar es turbulento”, decía un poeta cuya descripción de un baño de playa era todo menos placentera, los movimientos de las olas, la salazón que obliga a usar el agua dulce para limpiar el “pegoste” del salitre, la arena que penetra hasta espacios íntimos para la
habrá un disfrute lúdico que proporcionen los elementos que hacen de la playa la gran meta de un juego infantil porque hay arena y agua con que moldear y diluir castillos y otras imaginaciones, playa para correr mientras sus pies chapotean las mechas burbujeantes de agua salada de la orilla del mar. Pero también el éxtasis que produce el sonido cuando las olas revientan, la brisa que no solo silba sino que además tiene sabor, la magnitud del horizonte infinito que evoca amplitud y libertad y que deja volar la mente y un imaginario fantasioso que hace olvidar el estrés citadino o los problemas personales de la rutina.
así somos
Aguas saladas, aguas revoltosas
incomodidad de quienes descansan en la orilla de la playa, la quemadura de la piel expuesta al sol, en fin, una lista de incomodidades y contrariedades que expresadas por Miguel Otero Silva en la prosa mordaz de su verbo hacía de la playa el lugar menos indicado para serenarse. Pero para un niño, niña o joven que guste de las variaciones anímicas del mar las experiencias de remontarse sobre una ola, enterrarse en la arena, zambullirse o flotar en las aguas saladas, de “volar” en una “banana”, resultan satisfactorias, aunque los intríngulis del traje de baño se llenen de arenisca y la piel se tueste por la sal y el sol, siempre
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que el ser humano transforma para su bienestar y provecho, y que el comportamiento de esos elementos configura conductas, temperamentos y actitudes de los seres que habitan un territorio con tales características.
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Jugando dominó frente al río. Chuao
Ideas Para Dialogar
EL
RÍO Y EL MAR: ESPACIOS PARA SOCIALIZAR
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Niños jugando en en el río. Chuao
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La playa tiene grandes virtudes que nos permiten entender por qué se colma de gente los fines de semanas o durante las vacaciones: sus espacios e imaginarios se prestan para el juego, que es la razón central de toda recreación y activa los sentimientos solidarios, asociativos y de autorreconocimiento propios del ser humano. Las aguas dulces
Por extensión y diversidad paisajística los ríos en Venezuela son otro destino de esparcimiento que tiene sus aproximaciones de interés en los Llanos, oriente y especialmente en Guayana y Amazonas, donde sus dimensiones alcanzan términos colosales para los vacacionistas y aventureros extremos. Distintas son las apreciaciones de quienes viven en las llanuras, porque los ríos no solo son espacios para la recreación sino elementos vitales para la propia existencia en las planicies desérticas venezolanas.
Además, los ríos son tributarios de caños, morichales y lagunas, variaciones de cuencas para el juego, la recreación expresada en el típico sancocho y la carne asada, vistos con frecuencia en los hábitos de esparcimiento y gastronomía acuífera. Más allá de la retórica analítica para teorizar sobre la aspectos del río o el mar como espacios para la recreación y la socialización lúdica, hay que observar que las vertientes de aguas dulces a lo largo y ancho del país han perdido espacios de agua y en su defecto algunos de ellos, que antes eran destinos de recreación, hoy son cuencas vacías que ya nadie visita. Tomemos un ejemplo significativo: el río Pao en el municipio Miranda, al sur del estado Anzoátegui, cuyas aguas han ido mermando a través del tiempo y por la acción desertificadora del ser humano, a tal punto que hoy solo observamos unas líneas de agua que aparecen y desaparecen según
la luz solar del día, donde antes abundaban visitantes de jaranas fiesteras y hasta navegaban pequeñas embarcaciones que desembocaban en las bocas del río Pao, en el extremo este del río Orinoco. Hay una última categoría en las aguas dulces que se convierte en recurso lúdico infantil de especial significación: el agua de la lluvia. La misma que cae del cielo, corre calle abajo y un niño o una niña disfruta chapoteando, imitando la carrera de un caballo en el desprendimiento imaginario de dominar un elemento de la naturaleza tan poderoso; o el disfrute que significa bañarse bajo un chorro de agua que cae desde el techo de la casa y que evoca fantasiosas cascadas que sólo pueden darse bajo el escenario de la lluvia, con truenos y brisa incluidos... o simplemente sacar la lengua y beber de esa agua fría que maravilla a todos y regala tantos momentos de gozo a las almas infantiles. En conclusión, somos diversos por los espacios, por los tiempos, por lo cultural, lo que a su vez nos permite reconocernos ampliamente solidarios, asociativos, es posible que no seamos iguales en lo personal, que tengamos distintas proyecciones ideológicas y políticas, pero ante el río o el mar y frente a su colorida diversidad somos absolutamente semejantes, capaces de integrarnos al ambiente en términos de “iguales” y, por tanto, con las mismas capacidades para el disfrute y las responsabilidades para con nuestro entorno ambiental.
Por extensión y diversidad paisajística los ríos en Venezuela son otro destino de esparcimiento que tiene sus aproximaciones de interés en los Llanos, oriente y especialmente en Guayana y Amazonas, donde sus dimensiones alcanzan términos colosales para los vacacionistas y aventureros extremos
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Tiempo
Esta octava edición quisimos dedicarla al tiempo libre, a los juegos, los juguetes, las diversiones y demás actividades recreativas propias de nuestras culturas venezolanas tradicionales, sin perder de vista que también estamos permeados por elementos lúdicos provenientes de otras culturas e incluso hemos incorporado a nuestra cotidianidad juegos de más reciente creación propios de la cultura globalizada. En Venezuela Plural los lectores podrán disfrutar de 12 artículos que giran en torno a la idiosincrasia lúdica venezolana, la valoración de los juegos tradicionales, el uso de los ratos libres, la significación de los momentos de ocio, cómo padres e hijos asumen las vacaciones escolares y cómo disfrutar los increíbles paisajes y paraderos del territorio nacional siendo un turista con sentidode pertenencia,orgullosode su identidady conresponsabilidadecológica. ¡Que disfruten nuestra octava edición! ¡Felices
vacaciones!
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de juego
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SOMOS LO QUE
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Rompiendo trompos en la plaza. Plaza Bolívar de Caracas, julio 2011. Foto: M I G U E L Á N G E L
MACHADO
JUGA MOS El juego es una actividad vital en la construcción de lo que será nuestra forma de aproximarnos al mundo. Hoy son miles las formas de jugar, no obstante, en plano general hay dos grandes ejércitos en pugna, los juegos de video, hijos predilectos de las trasnacionales, y los juegos tradicionales, soldados fieles de nuestra cultura popular M i g u e l á n g e l
M a c h a d o
G a r c í a
de el bus miran anonadados los ansiados dispositivos portátiles de videojuegos. Esas criaturas no están entre nosotros, viven en un mundo paralelo de ficción. Por otra parte, los juegos y juguetes tradicionales venezolanos son un legado de cientos de años, algunos provienen directamente de nuestros pueblos indígenas, están diseñados por nuestros ancestros para guiarnos en nuestros primeros pasos, para jugarlos en colectivo, al aire libre, en un ambiente en el que empezamos a comunicarnos, a conocernos, a sentirnos lúdicamente. Los videojuegos están enmarcados en una cruzada comunicacional expansionista, son un brazo más de los ejércitos multimedia que se desplazan por toda la geografía mundial. Cuando un niño o niña se coloca frente a un juego de video está frente a todo un conjunto de símbolos ideológicos y religiosos que condicionarán, según los intereses políticos y económicos de los fabricantes, la forma en que nuestros niños y niñas se relacionarán con el mundo, con el otro género, y cómo definirán sus amigos y enemigos. Del yo al nosotros
Los juegos tradicionales conforman un espacio de encuentro, una vez que los niños y niñas empiezan a crecer e inician el proceso de conocimiento más allá del núcleo familiar y entran en contacto con una nueva forma de familia, como lo pueden ser los amiguitos y amiguitas. Estos juegos son un escenario perfecto para construir sobre bases sólidas una persona solidaria, con visión de colectivo, capaz de desenvolverse, de comprender al otro; una persona que entiende el compartir como forma de relacionarse. La gran mayoría de los juegos tradicionales como la ere, las carreras de saco, la gallinita ciega o la zaranda, entre
REVISTA
Uno de los recuerdos más claros de mi infancia fue el día que despidieron a mi mamá de su trabajo, si mal no recuerdo era el año 1993, cuando llegó con la noticia estaba muy molesta y yo muy tranquilo frente a mi Atari, el cual supo opacar bien la noticia de mi madre. A todas estas más allá de aquella noticia ese era el escenario regular de las 5:30 p.m. en mi cuarto, mis padres llegaban, nos daban un chocolate a mí y a mi hermano, mientras nos asesinábamos y vencíamos en el Atari. Eran los noventa, paquetes neoliberales le colocaban una etiqueta a los padres en la cual se podría leer cual medicina peligrosa: “manténgase fuera del alcance de los niños”, y los niños estábamos siendo llevados de la mano por un joystick, un control, y algún héroe de las fuerzas especiales gringas asaltando algún país del Caribe. A pesar de que mis padres nos mantuvieron a mi hermano y a mí siempre cerca de un trompo y del arte de hacer gurrufío con chapitas, entre otras experiencias que conformaron nuestra juguetería tradicional, el poder de los colores proyectados en la pantalla del televisor y los elementos adictivos de los videojuegos nos mantuvieron en muchas oportunidades muy lejos del aire, el sol y las sonrisas que se comparten en un parque con amiguitos. Veinte años después salgo a la calle a conectarme de nuevo con el mundo de los juguetes, y de repente comienzo a pensar cómo jugar con lo que jugamos y jugar como jugamos nos afecta o beneficia como generación, como niños y niñas, como hombres y mujeres. Hoy las calles están llenas de vidrieras y las vidrieras de más vidrio con imágenes de juegos en todos los formatos. Los niños, niñas y adolescentes caminan por la acera como zombies o des-
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El poder del Atari
así somos
Periodista / fotógrafo / realizador audiovisual
SOMOS
LO QUE JUGAMOS
Actualmente, cuando peleamos bajo la consigna de que otro sistema es posible, no podemos dejar de lado el tema de nuestros juegos tradicionales, son nuestra primera manera de aprender a convivir. Los juegos tradicionales venezolanos tienen el mismo lugar que un tamunangue, que un San Juan, que el petróleo, que un joropo tuyero,
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así somos
son una vértebra de nuestra soberanía.
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otros, solo son posibles en colectivo, mediante la participación activa, son juegos hechos para integrarnos y eso no es una mera coincidencia. Por ejemplo, la zaranda es un juego proveniente de los pueblos originarios Guaiqueríes, Arahuacos, Tamanacos, Caribes. Es por ello que lleva implícito una visión colectiva propia de nuestros indígenas, así como la relación directa con la naturaleza. La zaranda nombra al juego y al juguete también, el cual se fabrica con un totumo al cual se le abren dos huequitos para atravesar una cuerda que permitirá hacer girar la zaranda. Este juego es característico de las mujeres y niñas de los Llanos venezolanos, ya que los hombres y niños juegan al trompo. Una de las formas de jugar la zaranda es hacer un círculo entre hombres y mujeres, la mujer lanza la zaranda al centro del círculo y el hombre intenta golpear esa zaranda con su trompo. Los juegos de video jamás podrán surtir el efecto recreador, refrescante, físico y mental que produce la interacción real entre grupos de niños, niñas, hombres y mujeres a través de una actividad lúdica como son los juegos tradicionales. Sin embargo, el objetivo del videojuego masificado, producido en serie, enlatado y distribuido no es precisamente generar interacción entre los niños y niñas, ni mucho menos el encuentro. El videojuego, tal como lo conocemos hasta ahora y de la manera en que ha sido concebido, es un instrumento para generar aislamiento, está enmarcado en un modelo sociopolítico capitalista que tiene como objetivo de mercado, de vida y razonamiento al individuo. Esto no quiere decir que los videojuegos carezcan totalmente de beneficios o elementos aprovechables, quizás en ciertos contextos y en un mundo de teléfonos celulares, televisores de plasma, videoconferencias y videolla-
madas, sean tan útiles para aprender a vivir en nuestro mundo como lo puede ser jugar a la carrera de sacos, el problema reside en que no tenemos ni como país, ni como familia, ni como individuos, ningún tipo de control, injerencia o participación real sobre los contenidos, códigos y construcción de estos juegos en el ámbito ideológico o cultural, mucho menos en cuanto a su fabricación. Las plataformas de los videojuegos son un espacio en el que tenemos que incorporarnos desde la acción, Mario Bros es el Ronald McDonald de los juegos de video. El juguete tradicional, un hecho creativo
La elaboración de un juguete es algo mágico, con un sinfín de enseñanzas de vida, buscar la madera, moldearla y terminar con un trompo en las manos, salir al monte a buscar verada, pabilo, papel, hacer un papagayo y verlo volar, es algo que vivimos y no se olvida jamás. Todo el proceso emocional y cognitivo al que nos entregamos cuando como niños y niñas construimos nuestros juguetes con los padres, las madres, las amigas, amigos, tías, primos, nos enriquece de una manera invaluable, nos enseña a construir, a solucionar problemas, a disfrutar y soñar. Así mismo, al construir un juguete o jugar un juego tradicional somos inmediatamente un eslabón indispensable en la transmisión y sobrevivencia de nuestros valores culturales, de nuestro imaginario popular, de lo que somos, y todo esto ocurre sin que tengamos conciencia real de que ese hecho político y cultural ocurre mientras jugamos. El Game Boy, Nintendo, Play Station, Wii y demás agentes interventores de nuestra cultura nos enseñan en primera instancia a ir a una tienda y comprar. Comienzan a construir en nuestro imaginario la cultura del consumo,
Niño jugando videojuegos en un centro comercial capitalino. Caracas, julio 2011. Foto: M I G U E L Á N G E L M A C H A D O
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del objeto como forma de obtención de la felicidad, del disfrute, la palabra compartir se esconde hábilmente. Actualmente, cuando peleamos bajo la consigna de que otro sistema es posible, no podemos dejar de lado el tema de nuestros juegos tradicionales, son nuestra primera manera de aprender a convivir. Los juegos tradicionales venezolanos tienen el mismo lugar que un tamunangue, que un San Juan, que el petróleo, que un joropo tuyero, son una vértebra de nuestra soberanía.
Sin embargo, estos juegos no van a retomar el lugar que una vez tuvieron en nuestras comunidades de manera espontánea, un trompo no va a llegar abrazado con una zaranda al liceo Andrés Bello de Caracas. En las calles de nuestras ciudades vemos abundantes tiendas de juegos de video, sitios de maquinitas, pocas veces encontramos una perinola. No es un asunto de nostalgia, ni romanticismo de domingo por la tarde, es un asunto de resistencia cultural. Para seguir leyendo…
Dato curioso El videojuego se ha convertido en un arma de doble filo para el público infantil. Según un estudio realizado en la Universidad Nacional Autónoma de México en 2008, el niño actual desarrolla habilidades mentales y su capacidad de razonamiento es más activa en comparación a un niño de hace 20 años que no contaba con esta tecnología. No obstante, los niños asiduos a los videojuegos mostraron dificultades para la convivencia social y problemas de salud mental como inquietud, irritabilidad, nerviosismo, déficit de atención, desobediencia, explosividad y conducta dependiente.
MIZRAHÍ, ELIZABETH. “Juegos tradicionales venezolanos”, en
http://www.efdeportes.com/ revista digital, año 10, n° 94, marzo de 2006. Buenos Aires. BOLÍVAR, G. Los juegos motrices en el desarrollo de las habilidades
perceptomotoras. Maracay, 2001. BOSCÁN, R. (S/F). Ecos de un país lejano, en
http://www.musicallanera.net/resenas/la_zarandas.htm (consultado en 2005).
Fuentes Entrevista con Catherine García Bazó, periodista, semióloga, junio de 2011.
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Jugando con el yoyo. Plaza Bolívar de Caracas, julio 2011. Foto: M I G U E L Á N G E L
PASATIEMPOS CRIOLLOS Formas de matar el ocio sanamente y a bajo costo Entre los más populares están los papagayos, las bolas criollas, las metras, la chapita, los trompos y la pelotica’e goma… D i ó g e n e s
C a r r i l l o
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Es el caso de nuestros juegos y pasatiempos, muchos de ellos signados por un sello especial, distintivo de nuestro gentilicio, a cuyo tema queremos dedicar estas líneas. Entre los más populares y practicados ponemos señalar metras, trompos y papagayos, cuyo origen es de difícil precisión, pero podemos enumerar también bolas criollas, pelotica’e goma y chapita, los cuales sí son absolutamente autóctonos y marcados por la venezolanidad. Metras
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Periodista
Jugando con el ula-ula. Parque Los Caobos, Caracas, julio 2011. Foto: E D U A R D O R A V A R A
Venezuela es un territorio de iniciativa, de creación, de inventiva, de ingenio y de talento. Nuestro país ha estado signado desde siempre por tales virtudes, como quedó de manifiesto con la gesta de nuestros libertadores, encabezados por el más grande guerrero de la historia de la humanidad, Simón Bolívar, quien no solo supera en todos los aspectos inherentes a la guerra a figuras descomunales como Napoleón Bonaparte y Alejandro Magno, por citar a apenas dos, sino que mientras los demás guerrearon por sumar fortuna, por anexionarse territorios, porque fueron conquistadores y no otra cosa, Bolívar es el único emancipador que ha existido, lo que le mereció, más que justificadamente, el título de El Libertador. Pero esa iniciativa, creación, inventiva, ingenio y talento no se circunscriben a un solo ámbito, sino que se hacen presentes en todas las actividades de nuestra vida, aun en las que aparentan ser menos importantes o hasta insignificantes para algunos.
La palabra metra ni siquiera es reconocida por la Real Academia de la Lengua Española y, por lo tanto, no aparece en ningún diccionario. Es decir que oficialmente no existe, pese a lo cual se trata de uno de los juegos más populares en toda Latinoamérica, en la mayoría de cuyos países se le conoce como canica, pero en muchos otros, a despecho de los puristas del idioma, como metra. Como todos sabemos, se trata de unas bolitas de cristal que son muy baratas, se compran en cualquier comercio y con las que se juega en el suelo, por supuesto a muy bajo costo. Normalmente el que gana se queda con las metras de los demás. Trompos
Los trompos también son muy baratos porque en muchos casos son de fabricación artesanal y hasta casera, con ellos también se juega en el piso, con un cordel o guaral como único aditamento. Tal como en las metras, pueden jugar un número ilimitado de competidores y las reglas son las que acuerden entre ellos. En este caso, el ganador recibe como premio
…los papagayos, cometas, volantines o papalotes, constituyen el más universal de los juegos infantiles, quizá porque es casi el equivalente a echar nuestros sueños al vuelo y, además, permite desarrollar el ingenio y otras habilidades a la hora de elaborar nuestros propios ejemplares.
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CENTRO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL
el derecho a castigar el trompo de los rivales con un número preacordado de “amapolas”, que consiste en golpear el trompo rival con la punta del trompo propio, lo que puede producir roturas y tajos en la madera, y en ocasiones hasta el seccionamiento del trompo rival en dos mitades.
la cabuya principal) perfectamente centrados para evitar que “la aeronave” se vaya de lado. Queda a la imaginación de cada quien el diseño; algunos papagayos son verdaderas creaciones por su forma y colorido.
Papagayos
Bolas criollas
Aun cuando se trata de una actividad más costosa, los papagayos, cometas, volantines o papalotes, constituyen el más universal de los juegos infantiles, quizá porque es casi el equivalente a echar nuestros sueños al vuelo y, además, permite desarrollar el ingenio y otras habilidades a la hora de elaborar nuestros propios ejemplares. Además, se trata de una actividad individual en la que no existen normas para competir con uno o más rivales, salvo el derecho a decir “yo volé el mío más alto o más lejos que el tuyo”. Su elaboración requiere habilidad e imaginación porque una armazón que no esté simétricamente concebida difícilmente podrá mantener el vuelo. Por otro lado, deben confeccionársele los frenillos (tiras de las que pende
Las bolas criollas son quizá el más popular de nuestros pasatiempos y está presente entre nosotros desde tiempos inmemoriales, con un origen indeterminado, pues algunos presumen que se trata de una modalidad indígena, absolutamente autóctona, mientras otros indicios hacen pensar que fue traída por nuestros primeros visitantes afrodescendientes, aquellos que fueron secuestrados en sus lugares de origen por los imperialistas europeos y traídos a nuestra América para ser sometidos al oprobioso esclavismo. Esta modalidad, poco vista en los países vecinos, ha tomado tal auge en nuestro país y está tan altamente organizada que tiene clubes y ligas por todas partes, asociaciones regionales y hasta una federación nacional, incluso se ha
Las bolas criollas son quizá el más popular de nuestros pasatiempos y está presente entre nosotros desde tiempos inmemoriales, con un origen indeterminado, pues algunos presumen que se trata de una modalidad indígena, absolutamente autóctona, mientras otros indicios hacen pensar que fue traída por nuestros primeros visitantes afrodescendientes…
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Esogiendo las metras para jugar. A R C H I V O
PASATIEMPOS
CRIOLLOS
incluido, desde hace muchos años, su participación como deporte oficial en nuestros juegos nacionales.
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Pelotica’e goma
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Desde hace muchas décadas la altísima popularidad del beisbol en nuestro país —quizás ahora compartida con el baloncesto y el balompié— hizo que en las calles y en cualquier parte, no necesariamente en un estadio, los muchachos practicaran este deporte. Ante la carencia de equipos sofisticados, por lo demás costosísimos, surgió la práctica de la pelotica’e goma, la cual se puede jugar en cualquier parte, con cualquier número de jugadores (un 3 pa’ 3 o un 5 pa’ 5) y con el único gasto de la pelotica que para el tiempo de su popularización (mi infancia) era de medio la pequeña (0,25) y un real (0,50) la más grandecita. Debido a que puede atraparse con la mano porque no hace daño como la que usan en el beisbol oficial, no son necesarios los costosos guantes, y el poder golpearla con el puño a la hora de “batear” evita el uso de un bate. Chapita
Finalmente queremos hablar de un pasatiempo o práctica deportiva que es igualmente derivado de la gran popularidad del beisbol en nuestro país: el juego de chapita. Este tiene la particularidad de que puede practicarse en forma absolutamente gratuita, sin tener que comprar ni siquiera la pelotica de a medio o de a real, porque solamente se necesitan un bate y las pelotas, pero estos no tienen costo alguno porque se trata de un palo de escoba en desuso y las chapas de refrescos que regalan en cualquier bodega o cafetín.
A punto de lanzar el trompo. Casco central de Canagua, pueblos del sur del estado Mérida, 2009. Foto: L U I S T R U J I L L O
Se juega igual que la pelotica’e goma, entre dos equipos con número indefinido de competidores y la victoria, como es lógico, es para el que anote más carreras.
* * * Estos son algunos de los pasatiempos, juegos y modalidades deportivas más populares de nuestro país, ideales para matar el ocio a bajo precio, aunque pudieran enumerarse unos cuantos más, como el gurrufío, el yoyo, el palo encebao y muchas otras que pasamos por alto en esta ocasión para no hacer más largas estas líneas, las cuales pretendíamos fueran más breves.
Dato curioso EL DOMINÓ Se dice que este juego ya se practicaba en el año 2450 antes de Cristo. En el Museo de Bagdad, Irak, hay piezas de hueso que indican pertenecer a un juego antecesor directo del dominó. Sin embargo, otros estudios indican que tuvo su origen en la China antigua. En el siglo XVIII el dominó llegó a Europa y las piezas se realizaban con una cara de ébano y otra de marfil. El juego está formado por 28 fichas rectangulares y planas. Cada una está marcada en su mitad con una muesca y lleva una combinación de puntos en cada una de sus mitades, en orden descendente y en todas las combinaciones, empezando desde el doble seis hasta el cero-cero. Jugando chapita en la isla de Coche, estado Nueva Esparta, 2006. Foto: J O S É V O G L A R
Jugueteros Venezolanos
HISTORIAS SOBRE JUGUETES La mejor forma de describir a un juguetero es a través de sus producciones. Objetos de madera, tela o plástico que crean y recrean una historia, las vivencias del fabricante y los sueños del destinatario final H a r o l d
P a l a c i o s
Comunicador social
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Presentamos la historia de cinco jugueteros venezolanos que han guiado sus vidas por la ilusión y las risas de los niños. Compartir en escuelas y comunidades es su día a día, una acción que motiva los recuerdos del futuro, así, como años atrás, se formaron las historias que ellos cuentan a continuación. Todos tuvimos un caballo
Julio Pérez (estado Aragua) Docente de educación física que conjugó su pasión por el deporte con el amor por el arte y el medio ambiente. Creador incansable del juguete, herramienta perfecta para que el niño desarrolle su máxima creatividad.
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El casco central del pueblo de Turmero era la pista de carrera para esos jinetes ansiosos por el título de ganador. “¿Quién no ha jugado con caballos de San Juan?”, pregunta Julio Pérez, hijo de padres jugueteros, al evocar esos momentos de niñez donde una media rellena de trapo, amarrada en la vara del guácimo, se convertía en su potro imaginario. Antes de empezar en la escuela este era su pasatiempo preferido, el cual, como toda carrera de caballos podía interrumpirse por la lluvia, que servía de pretexto para que los niños cambiasen el escenario y las competencias de barcos de papel fuesen protagonistas. Julio Pérez elabora juguetes desde hace 15 años, y quizá una de las cosas que resulta maravillosa es esa capacidad de construir con lo que otros desechan. Él crea perinolas, trompos, marionetas, entre otros juguetes, a través del aprovechamiento de residuos sólidos, lo que se presenta como una de las ventajas de su trabajo. “Cuando un niño aprende a hacer un juguete con material reciclado, amplía su imaginación y la basura de otros la convierte en su tesoro”, afirma.
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Foto: N E L S O N G O N Z Á L E Z L E A L
JUGUETEROS
VENEZOLANOS
Venezuela. Sus piezas hacen referencia a nuestras tradiciones venezolanas, ver a los Diablos Danzantes de Yare, la burriquita, la yonna o los caballos de San Juan dan fe de un trabajo que empezó en el año 1991, en un taller que no cuenta con más de seis personas, para garantizar la producción artesanal. “Cuando se produce algo en serie, es decir, una producción masiva, se pierde el detalle de lo que estás haciendo”, comenta el juguetero. Siempre vuelo mi papagayo Juguetera Ligia Páez durante un taller de papagayos. Río Chico, estado Miranda, 2007. Foto: C O R T E S Í A L I G I A P Á E Z
Ligia Páez (estado Miranda) Mujer de metas fijas, de trabajo constante y manual, que se deja transportar y deslumbrar cada vez que remontan sus papagayos.
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Mi payasito azul
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Mario Calderón (estado Mérida) Un fiel defensor de su oficio que busca nutrir la imaginación de todo aquel que lo rodea con cada uno de los juguetes que está por realizar o conseguir. Su afición por los juguetes lo llevó hasta una tienda en Rubio, estado Táchira, donde quedó maravillado por unos soldaditos de plomo. Dictaba talleres de percusión en Latinoamérica y al regresar se entera de que su compañera, Pilar Cabrera, había muerto. Desde entonces decidió que ni la carrera de medicina ni la de músico serían su vocación. Talleres del Pilar, en honor a ella, es el espacio que abre para dedicarse a la elaboración de juguetes. Gracias a una infancia bella, como Mario Calderón la describe, al lado del juego, la risa y el amor, intuía que la maravilla del juguete era el color y el movimiento; fundamentos con los que empezó a fabricarlos. Fascinado por el circo realizó su primer juguete móvil, un payaso que sube por la cuerda, objeto que aún conserva en una casa repleta de juguetes que, al parecer, refleja la verdadera esencia del artista. Un espacio donde la creatividad, el color y la alegría se funden con la sobriedad de su blanca habitación, en la que reposa la imagen de su madre, la escultura del busto de una mujer y un clarinete. En sus juguetes construidos con mecanismos suizos, Calderón ha plasmado su pasión por la música, el color, la vida y
Cien papagayos por forrar esperan pacientes por una niña que, después de asistir al colegio, llega ansiosa a casa para colaborar en una actividad que comparte con sus 12 hermanos. Cual trabajo de fábrica, cada integrante de la familia tiene asignada una labor que se adapta a sus posibilidades. Unos forran y otros acomodan las puntas para que se coloquen los frenillos, acción realizada por el padre ya que es la que requiere de mayor experiencia. De este modo se desarrolló la infancia de Ligia Páez, caraqueña radicada en Miranda que se dedica a la elaboración y venta de papagayos. Es común verla en las playas de Río Chico vendiendo las creaciones que guardan consigo un significado de libertad. Desde temprano promociona los diversos modelos que ha creado. “Te vendo un papagayo, ya viene listo con su cola y pabilo. Yo te regalo la brisa”, es la frase que emplea para cautivar a algún niño ávido de nuevas experiencias o a un padre desesperado por reencontrarse con su niñez perdida. Transmite ese amor por lo que hace y se emociona al ver un cielo pintado de colores por sus obras, cada vez que cae la tarde y va de regreso a su hogar. “Nosotros somos los promotores de los juegos tradicionales”, expresión de Ligia Páez que denota que el amor y la conservación de lo que nos rodea deben ser motivados por los adultos y sembrar ese interés en los niños.
Foto: N E L S O N G O N Z Á L E Z L E A L
En vista de que sus amigos, primos y tíos, creaban carros y tractores de madera, influenciados por la fuerte actividad agraria presente en Acarigua, estado Portuguesa, Héctor Olivar empieza a fabricar sus juguetes a la edad de siete u ocho años. Se dedica a la elaboración de juguetes de madera para niños de todas las edades y una de las bondades de su trabajo es que muchos de sus objetos están dirigidos a niños de educación especial, por ello, periódicamente reinventa sus creaciones, con la certeza de que los juguetes tradicionales son completamente didácticos y terapéuticos. La perinola desarrolla la motricidad fina y la vista, el trompo ayuda a la motricidad amplia y a la vista. Afirma que la palabra juego siempre está presente en el ser humano, cuando el hombre se olvida de jugar envejece y muere. Creé mi tracatraca
Manuel Yépez (Puerto la Cruz, estado Anzoátegui) Una revelación convirtió su infancia carente de juegos en una adultez repleta de juguetes. Su infancia de niño trabajador no le permitió tener una relación estrecha con el mundo del juego. A la edad de nueve años se va de su casa, en San Juan de los Morros, y llega al puerto de La Guaira donde trabaja de caletero. Parte de su adultez la dedica a laborar como busetero, hasta que una revelación lo hizo cambiar de profesión.
¡QUIERO UN JUGUETE! Trompos, zarandas, perinolas, gurrufíos, etc., hechos con la reutilización de desechos sólidos. Julio Pérez: 0414-947.45.06. Juguetes móviles de madera con motivos de tradiciones venezolanas, circos, entre otros temas. Mario Calderón: 0426-575.84.87 juguetesdelpilar@yahoo.com Papagayos de diversas formas y colores. Ligia Páez: 0416-408.14.71 apolipa@hotmail.com Diversidad en juguetes de madera. Camiones, tractores, perinolas y rompecabezas, entre otros juguetes didácticos. Héctor Olivar: 0255-622.14.05 hectorjuegos@hotmail.com Marionetas, tracatracas, zarandas, trompos, binolas, etc., realizados con materiales reciclados. Manuel Yépez: 0414-471.18.57.
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Héctor Olivar (estado Portuguesa) Juguetero por convicción que empezó a trabajar con la madera sin estar consciente del título que se le atribuiría.
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Juguetes de madera
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Exposición de juguetes de madera y materiales reciclables. Guanare, estado Portuguesa, 2006. Foto: C O R T E S Í A H É C T O R O L I V A R
El sueño del marfil criollo, como lo narra Manuel Yépez, fue una visualización personal donde realizaba obras de arte a partir de 40 huesos. La mañana siguiente, conmocionado por la visión, va al patio de su casa y se da cuenta de que la cantidad de huesos, que en alguna oportunidad había lanzado para alimentar a su perro, coincidía con la de su sueño. Desde entonces dejó el trabajo con el bus y se dedicó a elaborar obras de arte con materiales de desecho. Su vida parece sacada de un cuento, como cada una de sus creaciones provenientes de los sueños. Un trozo de madera, unido a dos picos de botella plástica y una bolita en el centro, es la apariencia de una de sus creaciones, la binola, que se juega similar a la perinola. Sin embargo, Yépez —quien recorre las calles de Puerto la Cruz en busca de desechos sólidos—, no solo elabora juguetes producto de su imaginación, también juguetes harto conocidos como trompos, perinolas y zarandas, al igual que otros jugueteros; pero se diferencia en su empeño por motivar la alegría en los niños y tratar de trascender como “el profesor Yépez”. “En la actualidad soy incansable, he conseguido mi verdadera felicidad a través del trabajo que realizo… jugar es un acto emocionante, cuando uno juega se pasa el tiempo.” Tal vez esa es la esencia de tan noble trabajo. Las agujas del reloj avanzan pero el cuerpo y la mente se mimetizan con la infancia, siempre presente, que la seriedad de la adultez pretende ocultar. Cinco historias, cinco venezolanos que evidencian que en nuestro país sí existe una amplia tradición de jugueteros que crece cada día mientras juegan a ser niños.
DELTA DEL ORINOCO ESCENARIO lúdico para los WARAO H é c t o r
F i g u e r o a
Etnógrafo
LOS JUEGOS Y DIVERSIONES QUE REALIZAN LOS NIÑOS WARAO SON REPRESENTACIONES SIMBÓLICAS DE LAS RESPONSABILIDADES QUE DEBERÁN ASUMIR CUANDO SEAN ADULTOS.
EL LIDERAZGO ENSAYADO
A TRAVÉS DEL JUEGO VA PERFILANDO LA PERSONALIDAD DE UN
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FUTURO DIRIGENTE DE LA COMUNIDAD O WISIRATU: CURANDERO
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O CHAMÁN.
ASÍ, MEDIANTE EL JUEGO SE ESTABLECE UNA ESTRECHA
VINCULACIÓN ENTRE EL NIÑO Y EL MUNDO QUE LO RODEA El impresionante mundo del hombre warao verdaderamente está ubicado en el delta del Orinoco, aunque existen en menor proporción en los estados Sucre, Monagas, Bolívar y en la región de Guyana y algunas islas del Caribe. Los warao representan la tercera población más numerosa de los 40 pueblos indígenas del país. El estado Delta Amacuro posee cuatro municipios, siendo los municipios Antonio Díaz, Pedernales y Tucupita donde se concentra la más alta población warao. El municipio Casacoima tiene una pequeña cantidad de waraos y un gran porcentaje de criollos o mestizos. El quehacer cotidiano: tradición milenaria
Los juegos, la construcción de juguetes y narraciones orales las transmiten los abuelos y padres a las nuevas generaciones. En Delta Amacuro se navega días enteros y hasta semanas, dependiendo de los lugares que se desee visitar para encontrar a los más ancianos, que son los depositarios de su cultura ancestral y quienes transmiten a sus descendientes los cantos, los juegos, la elaboración de juguetes y otras tradiciones significativas que ayudan a sedimentar de manera profunda la etnicidad del warao. Los caños del delta y los poblados de los warao conforman un mundo maravilloso. Sobre el agua viven, sobre el agua trabajan, sobre el agua duermen, sobre el agua
hacen su vida. Las mujeres hacen chinchorros de fibra de moriche, en los espacios abiertos de sus casas (janoko) al aire libre, sin paredes, y mientras esto ocurre con sus madres, los niños aprenden a hacer juguetes o a recrearse con juegos muy propios de su hábitat, casi todos relacionados con el agua. Se acompañan del canto de los pájaros, del vaivén de las olas de los caños y de las subidas y bajadas del río Orinoco, que cada ocho horas hace su presencia en las rancherías. El humo de los fogones, el canto de pájaros y el bullicio de diversos loros acompañan cada acción cultural de los warao, porque ellos viven en armonía con su entorno. Mientras se hacen o se juegan los juguetes de los niños, se cocina en los fogones el pescado morokoto (osibu), asado o cocido. Estos alimentos, procedentes de su propio entorno, brindan una especie de autoinvitación para compartir la comida de manera muy natural, sin que nada esté programado. Es la forma de enseñar cualquier arte entre los habitantes warao del Delta del Orinoco. Los no warao, que somos nosotros, los criollos o jotarao, observamos todas sus acciones como si fueran una clase magistral programada, ya sea para la preparación de los alimentos, para la enseñanza de un juego o para la elaboración de un juguete, pero nada está planificado, todo se realiza y se aprende espontáneamente. Y mientras cada
quien realiza sus actividades, reina un ambiente armonioso, todos ríen por las constantes frases, cantos, chistes, bromas, que invitan a la jocosidad. Allí, al frente o debajo de los puentes de madera del Delta, se puede contemplar la alegría infinita de un grupo de niños y niñas que juegan en las aguas quietas el río, realizando competencias de nado a ver quién logra llegar primero a la meta marcada por una vara larga sembrada en el fondo del brazo del río. Otros juegan al escondite dentro del agua o con curiaritas de madera hechas por ellos mismos. En otras partes, los niños realizan bolitas de barro, hacen dibujos y figuras humanas de lodo; en algunos casos participa toda la familia.
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SERES DE AGUA El río representa para el warao su autopista fluvial, son expertos en el río; se les conoce como seres de agua o seres de canoas. Los hombres transitan por los caminos fluviales con su familia y con su perro. El niño indígena es siempre alegre, juega e imita las faenas del adulto con los implementos de pesca o de cacería. Los niños warao también cazan, elaboran arcos y flechas, en ocasiones ayudados por sus padres, para jugar tiro al blanco, demostrando sus destrezas y aptitudes.
Los juegos y diversiones que realizan los niños son representaciones simbólicas “en juego” de las responsabilidades que deberán asumir cuando sean adultos, de manera que el liderazgo asumido a través del juego,aunque tenga un carácter infantil, va perfilando la personalidad del niño, haciéndolo adoptar una especie de jerarquía que puede definir a un futuro dirigente de la comunidad o wisiratu, especie de curandero o chamán. De esta forma, mediante el juego se establece una estrecha vinculación entre el niño y el mundo que lo rodea. Estos juegos y diversiones que realizan los niños son representaciones de sus vivencias cotidianas, por ejemplo en el caso del árbol del moriche, que es para los warao el árbol de la vida. Los niños warao realizan un juego llamado terere, que consiste en bailar un tipo de trompo o zaranda con el fruto del moriche al cual una vez extraída la concha, se le atraviesa un pedacito de palo, luego se enrolla y se baila sobre una artesanía de fibra vegetal llamada wapa, la cual es de forma circular. Esta se utiliza porque
Juego de metras en el caserío Mariche, estado Delta Amacuro, 2010. Foto: J O S É V O G L A R
existe mucho barro y escasea la tierra dura o firme. De igual manera con la semilla del mango seca, abren sendos orificios por donde deslizan un hilo de moriche (jau) hasta confeccionar un juguete parecido al gurrufío al cual llaman tereremojoka y lo ejecutan con mucha destreza al tensarlo con ambas manos produciendo un sonido de avispa o moscardón. Trencito en el agua. Aunque el niño warao tal vez no ha visto este tipo de ferrocarril, lo definen de esta manera, “hagamos el trencito”, y es cuando debajo del agua se agarran por ambos talones de los pies hasta formar una cadena cuyo “piloto” guía a sus amiguitos y amiguitas por las ondinas del río para ver quién resiste más bajo del agua. Competencia de curiara (wajibaka). El río es el escenario de esta competencia, juego y diversión. Se colocan uno, dos
LOS NIÑOS APRENDEN A HACER JUGUETES O A RECREARSE CON JUEGOS MUY PROPIOS DE SU HÁBITAT, CASI TODOS RELACIONADOS CON EL AGUA. SE ACOMPAÑAN DEL CANTO DE LOS PÁJAROS, DEL VAIVÉN DE LAS OLAS DE LOS CAÑOS Y DE LAS SUBIDAS Y BAJADAS DEL RÍO ORINOCO...
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Juegos warao
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DEL
ORINOCO:
ESCENARIO LÚDICO PARA LOS WARAO
Niños warao jugando en el río. Caserío Mariche, estado Delta Amacuro, 2010.
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o tres niños en curiaras diferentes y a la voz de partida se pone de manifiesto la fuerza e inteligencia para llegar primero a una meta, mientras se rema con los canaletes. Este juego lo realizan en fiestas populares y diariamente en los caños. Lucha en el agua. Es muy característico este tipo de contienda como una forma de demostrar fuerza, sabiduría y capacidad de resistencia. Mientras un niño se presta como cargador de su pupilo, su opositor hace lo mismo, simultáneamente suben y se sientan en sus hombros y se enfrentan, sobre todo los que van montados en el hombro, quien caiga primero, por supuesto, será el perdedor. Matica de coco. Nos muestra este juego en el agua la fuerza e inteligencia por parte de quien está en la base de la matica, consiste en que varios niños a manera vertical suben sobre el hombro de uno de los jugadores, otro sobre el siguiente y así en forma sucesiva, cada niño representaría como especie de un tramo de una escalera a formar, los cuales conformarían “la matica de coco”. Lucha del najakara. Consiste en un reto de fuerza física en el cual se fabrican especies de escudos con un vegetal muy liviano llamado vástago, ambos “guerreros” derrochan fuerza, chocan fuertemente sus protectores, se empujan y en momentos se forma una tensión donde el público anima al contendor de su preferencia, quienes muestran destrezas, hasta que uno es el vencedor. Este tipo de competencia es exclusiva del género masculino. Competencia de subir árbol. En esta prueba se debe escalar hasta la copa de un árbol, sin caerse, quien lo realice en el menor tiempo será el ganador. Al igual que la lucha del najakara es exclusiva de los varones.
Prueba de los cangrejos. Se trata de llenar con la mayor rapidez posible una o varias cestas de cangrejos sin salir lastimados por las tenazas de estos crustáceos, los cuales poseen unos “alicates” en sus extremos que pueden lesionar a quien los capture, de hecho han ocurrido casos donde el perdedor es atrapado en uno de sus dedos por el cangrejo y su adversario lo libera mordiendo con sus dientes directamente sobre la “macana” o tenaza del cangrejo. Es importante destacar que este crustáceo ha sido fuente de inspiración para Jesús Rojas (Mukobito), warao que se inspiró en la dinámica y destreza de las tenazas del cangrejo e imitó sus movimientos para tocar y ejecutar su seke-seke o violín warao. El juego de la piedra. Aunque esta práctica es ejecutada por adultos sirve para que los pequeños tomen ejemplo. Se coloca una piedra regular en el centro del grupo y a cada hombre se le da un tabaco grande (wina), los participantes, cada uno en su respectiva oportunidad, fuman, se concentran y miran fijamente la piedra hasta hacerla mover. Es un ejercicio de concentración para demostrar fuerza mental, quien no logre mover la piedra será desconocido por todos como wisiratu o chamán. Juego de mano (mojoka o bajama). Este es otro juego de concentración empleado por los adultos para educar a los niños. En este caso se le entrega una piedra a un warao y este la frota en sus manos, la sopla, realiza diversos movimientos a la manera de los magos y se la lanza, sin violencia, a su oponente que está frente a él. Si este logra capturarla repite ese gesto, hasta que alguno de los adversarios no logre apresarla por lo cual queda descalificado y es hasta abucheado por los observadores. Juego de la pelota (najakobo). Como su nombre lo indica este juego se realiza con una pelota hecha con moriche o el fruto del temiche (palmeras), la cual se lanza hacia arriba para ser luego capturada por un niño, si este no puede tomarla el jugador pierde. Tiene una alta peligrosidad ya que de acuerdo con las creencias del mundo warao, si se efectúa en el atardecer pueden morir los padres o un familiar de quienes intervienen en la actividad. Esta creencia es muy aceptada y respetada. Juego del escondite. En algunos casos este juego se escenifica en pleno monte, los participantes hacen gala de condiciones superespeciales debido a que en el escon-
Danzas sagradas
El warao conserva durante toda su vida, así ha sido por varios miles de años, su oralidad. Su lengua es importantísima, a través de ella se transmiten conocimientos y sabidurías que armonizan la vida de los seres humanos con la naturaleza del delta. De esta forma, a través de tres danzas rituales llenas de un alto contenido simbólico muestran a los niños diversos juegos, diversiones y aspectos teatrales presentes en hermosas manifestaciones del cuerpo. Danzas como Jabisanuka, Najanamu y Wanajojo son bailadas por los adultos como ofrenda a los espíritus (Jebu). Durante su ejecución el wisiratu elige el momento adecuado para seleccionar aquellas personas que representaran algunos animales y se forman círculos para cazarlos, pero las destrezas propias de aquellos lo impedirán.
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Carreras de niños gateando. Se colocan varios niños de edades en las que no se ha completado la posición bípeda del infante y se les ubica en el suelo para la competencia respectiva. Competencia de niños corriendo. Se dispone de una cantidad de niños para correr al grito de partida de un “juez” de la competencia, el primero en llegar es el ganador de la prueba. Juegos con la fibra o hilo de moriche (jau). En la cosmovisión del mundo warao están siempre presente animales, árboles, el río, la luna, el sol, etc., es así como con esta fibra vegetal un experto llega a formar increíbles figuras representativas mientras la entrelaza y cruza en ambos dedos de la mano, incluso llega en algunos casos a apoyarse con los dientes para representar maravillas como un relámpago, un viejito, cangrejitos, el moriche, árboles, arañas, pájaros y peces, entre otros, lo cual causa el asombro de los visitantes y genera orgullo entre su comunidad. El niño y el perro. El niño warao juega mucho con su perro, para él el canino es como si fuera otro niño, es parte de su familia que también estimula esta comprensión al viajar por los espacios fluviales con su perro a todas partes. No hay recriminación del padre hacia el hijo por el
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dite algún niño warao no puede ser localizado ya que desde temprana edad tiene la facultad de convertirse en un insecto pequeño como el comején (aji) o un reptil como el camaleón (senesemida). Esta capacidad lo catapulta como futuro wisiratu.
contacto directo que su pequeño tiene permanentemente con el animal, el perro juega incluso dentro del agua y se incorpora a las diversiones colectivas de los chiquillos, y a la hora de comer es el primer invitado.
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JUEGOS DE RECIENTE INVENCIÓN Las comunidades indígenas warao ya no son totalmente ágrafas ni tampoco están aisladas de la realidad externa: utilizan aparatos de radio y televisión, tienen antenas de DirecTV. Además, prevalece una continua y marcada interrelación warao-jotarao, donde a través de sonidos e imágenes son captadas otras disciplinas que se incorporan a su esquema de juegos como futbolito, fútbol, voleibol, que son las actividades deportivas que más han desarrollado. Por otra parte, las diferentes instituciones gubernamentales, durante la navidad, regalan muñecas barbie, pistolas, ametralladoras, carritos con pila, trenes, helicópteros, rambos, etc. Esto nos conduce a una profunda reflexión planteada por Esteban Emilio Mosonyi: “Recordemos que aquí no hay grupos humanos primitivos en nuestro país, ni en el planeta entero. Ni el indígena, ni el mestizo del campo, ni el afro-venezolano o el de las ciudades, está inmerso en culturas incipientes y de vacilante constitución interna, sino en sistemas socioculturales repletos de interacción multidimensional, redes de relaciones, símbolos, normas y valores que siempre nos remiten a siglos y milenios de vida y memoria colectiva, trascendente e interrumpida” (comunicación personal).
Niños warao listos para el juego. Comunidad de Murako, estado Delta Amacuro. Foto: C O R T E S Í A H É C T O R F I G U E R O A
Para seguir leyendo… BARRAL, BASILIO (PADRE). Diccionario Warao-Castellano-Caste-
llano-Warao. Caracas, Ediciones de la Universidad Católica Andrés Bello, 2000. FIGUEROA, HÉCTOR, RAFAEL ALVINO PÁRIMA, DALMIRO ORTEGA, AMADO BONALDE. El Paragua, sus etnias y sus culturas. Tesis de
grado en Etnomusicología y Folklorología. Caracas, Convenio UCV-Conac y Centro Popular para las Culturas Populares y Tradicionales, 1990 Guía pedagógica warao para la educación intercultural bilingüe. Caracas, Dirección General de Asuntos Indígenas, Zona Educativa del Estado Delta Amacuro, Zona Educativa del Estado Monagas, Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, 2004. Fuentes orales.
MUÑECAS DE TRAPO A L E G R E R E C U E R D O D E L A I N FA N C I A V E N E Z O L A N A
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“El juego se suspendía para echarle maíz a las gallinas, pilar el maíz y hacer los mandados. ¡Ay! si se le perdía la locha en el camino porque le esperaba una pela”, cuenta Amada, muñequera de Cerezal, quien a través de sus personajes de trapo relata la cultura de su pueblo organizado, de gente alegre y trabajadora
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M a g d a l e n a
R o d r í g u e z Periodista
Fotografías: O S C A R O L I V E R O
Patio de juegos
De esto han pasado casi 70 años, pero los recuerdos siguen jugando: “Saltar la cuerda, ¿pico-pico San Lorito quién te dio tamaño pico? Y, entonces, le metían un pellizco al que debía seguir el juego; la candelita que jumea aquí, que jumea allá; la gallinita ciega donde se tapan los ojos con una cinta y había que encontrar a los otros jugadores; la gloria que era un cuadrado de 7 rayas pintado en el suelo, con una piedrita lanzada se brincaba en un solo pie hasta alcanzar del 1 al 7 los espacios, sin pisar las rayas. El escondite, gurrufíos de botones y pabilo, perinola, papagayo de papel de seda y colores… A esto jugábamos día y noche mis hermanos y mis amigos”. En todo este tiempo se han acumulado más alegrías que tristezas en la vida de Amada Rojas Vargas, muñequera de Cerezal, poblado del municipio Ribero del estado Sucre y expresión artística popular del tejido de mara y la muñequería. Lugar que tiene fama de cosechar el mejor ají dulce de la región. Pueblo oriental de unos 1.800 habitantes que atrapa el interés de viajeros de la carretera nacional que une a Caracas con Carúpano, por poner ante la vista sus artesanías y venta de melcochitas de sabores frutales. Encanto y estilo
Su voz ronquita y suave surge del rincón más feliz de su hogar donde tiene un cúmulo de recuerdos felices y los más divertidos de su vida. Las fotos de sus padres, Jorge
Rojas y Berta Vargas, en medio de montones de muñecas de trapos esparcidas por todo el cuarto, donde destaca la vieja y desgastada máquina de coser que la acompaña en su delicada rutina de trabajar con retazos de telas en la confección de sus muñecas o bien preparando el chinguirito, original producto de tradición popular al que Amada le compuso una canción. En otra dedicada a sus padres, cuenta su vida a través de un canto de pilón, y en la de sus muñecas declara a viva voz que “las muñeeecas que yooo haaaago / les pongooo todo mi amooor / la verdad me daaan trabajo / ¡personificadas son!”.
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Las muñecas de trapo forman parte del día a día de Amada Rojas. Cerezal, estado Sucre, 2011.
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“¿Qué será lo que parece una persona y no lo es?” Esta interrogante estuvo rondando en la cabeza de Amada varios días hasta que el diccionario le dio la respuesta: personificado. Eso fue lo que trató de decirle su mamá Berta: “¡Pero si tus muñecas parecen gente, parecen personas!”. A diferencia de las de su mamá que son chaticas, las de ellas están en constante movimiento, paradas, sentadas, son de distintos tamaños y colores.
MUÑECAS
DE TRAPO MUÑECA CARA ’E TOTUMA
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Impecablemente vestidas y peinadas
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De su mamá mantiene intacto el uso de la materia prima, telas de algodón floreadas para los vestidos con faldas fruncidas, con ojos y bocas bordadas y cabellos de estambre negro formando dos crinejas. Muñecas que cuentan con toda emoción la cultura de su pueblo organizado y de gente trabajadora. Escenas de la maternidad en una mujer amamantando al niño, la novia de velo y corona, los músicos, el amolador de machetes, mujer con la escobita de monte, Bolívar y Manuelita, ángeles, el niño Jesús, San José y María, burritos, pollitos, gallinas… son tantos los personajes que combinan los tiempos de su infancia con costumbres, tradiciones e historias del día a día de su pueblo. Muñecas con ojos que saben mirar, con bocas que saben reír y manos y pies para accionar… Casimiro, Celestino, Pamuceno, Perseverancia, Colacho, Facundo, “nombres que buscaban en un almanaque cuando nacían los muchachitos. No era como ahora que se los ponen combinados”. En su explicación Amada dice que después del nombre sigue la fiesta de la postura de agua, donde se brinda con chinguirito y se baila joropo estribillo. Oírla decir que “las noches son cortiquitas” y que cuando “una se apercata ya amaneció”, manifiesta el deseo que
Como cualquier niña del mundo, Amada empezó a jugar a las muñecas desde pequeñita, cuando su abuela Guillerma Vargas hizo una y se la regaló. Después viendo a su mamá Berta Vargas, quien se planteó en 1966 ponerle al “mal tiempo buena cara”, agrupando a su familia en el invento de hacer caritas de totuma que pintó de negro para vender en el primer carnaval turístico internacional de Carúpano celebrado en 1967. Resultó que las caritas se vendieron como pan caliente y las necesidades en el hogar de los Rojas Vargas, una familia de cinco hijas y dos varones, disminuyeron también. Ya en los años 70 esta valiente mujer empezó a hacer sus famosas muñecas de trapo que se popularizaron por el apego a las raíces y tradiciones de los pueblos. Una habilidad que supo transmitir a sus hijas y un legado cultural que dejó en Cerezal, en Venezuela y el mundo… dado que estas muñecas son uno de los juguetes más antiguos de la humanidad y se cuenta entre los favoritos de las niñas de todos los tiempos. Así comenzó su jugada Amada. De la mano de su mamá y como buena hija enriqueció con novedosas búsquedas creativas la técnica tradicional de ese viejo secreto familiar, labor que ha consagrado como artesana, cantadora, poeta y muñequera a esta mulata impregnada del esplendor del campo.
tiene de alargar el día para poder cantar y jugar a las muñecas. Para seguir compartiendo con las niñas sucrenses y venezolanas. Para seguir siendo la única apasionada en Cerezal fiel a los sueños familiares desde que nació en 1941, de continuar con humildad la misión de devolver la vida a la muñeca de trapo “con aguja, hilo y pabilo”, entrelazando así una de las más bellas historias de un juguete tradicional venezolano digno de colección y sencillo de hacer.
Para seguir leyendo... - ANTILLANO, LUCÍA. Creatividad en la escuela y en la comunidad. Manual para desarrollar la creatividad. Caracas, Fundación para la Enseñanza de la Ciencia (Cenamec)/Ministerio de Educación y Deportes, 2005. -Encuentro de Muñequeras Nororientales del País, 2010 y 2011, disponible en venezuelademo.com
Fuentes orales -Entrevista inédita a Amada Vargas. Cerezal, junio 2011. -Conversatorios e intercambios de saberes celebrados en la Casa de la Diversidad Cultural del Estado Sucre sobre juegos tradicionales y el arte de la muñequería, 2009-2011.
El papagayo OBJETO LÚDICO REMONTABLE Los papagayos poseen el encanto de intentar el dominio del espacio aéreo en demostración de desafío a la fuerza de gravedad, ellos han incentivado el interés de grandes y chicos en diferentes épocas de nuestra civilización G u s t a v o
C a d e n a s Investigador / juguetero
Fotografías: J O S É V O G L A R
Volando papagayo en Boca de Pozo, cerca de Macanao, estado Nueva Esparta, 2007.
EL
PAPAGAYO, OBJETO LÚDICO REMONTABLE
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Niños jugando con papagayo en la isla de Coche, estado Nueva Esparta, 2006.
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Estos juguetes tan especiales hicieron camino desde Asia y generaron experimentos que se distribuyeron por Europa, adquiriendo particularidades en cada locación donde se probaron, además recibieron denominaciones particulares para distinguirlos. Se han considerado siempre precursores de todos los intentos que el ser humano ha ensayado para despegarse del suelo y adquirir la destreza del vuelo. Son objetos diversos en relación con sus formas y coloridos pero poseen tres características fijas: (a) liviandad, (b) simetría y (c) balanceo. Están conformados por una superficie plana, una estructuración rígida y capacitados para lograr el remonte. En la estructura o armazón se aplican los puntos precisos donde se atan bridas y frenillos que se prolongan con cuerda tendida y luego arrollada en un ovillo o carrete; con el concurso del aire en movimiento —viento— alcanzan altanería y pretenden llegar hasta donde está Dios. Alto vuelo. Arpa del viento
El papagayo llega a nuestro país en algún momento posterior a la presencia de visitantes hispánicos en América, no se ha logrado precisar la data acerca del personaje que trajo el objeto o el saber a nuestro país. No obstante, algunos cronistas en el siglo XVI lo denominaban “bicho raro”, y para el XVII lo señalaron como “exótico juguete científico” o “volador”. Ante la falta de fuentes más precisas recurriremos a la evocación, nos respaldaremos en la frágil memoria y en los susurros del aire que provienen desde el valle del río Guaire.
En el país de donde se afirma es originario —China— le conocen con el nombre de fen cheng, que significa pájaro o arpa del viento. En un etnia amazónica le llaman jabibba. En general, en relación con su forma puede ser geométrico, plano, bidimensional, como lo es el más sencillo rombo irregular o el hexágono, con accesorios ornamentales y largo apéndice caudal (cola), tan larga que funciona como estabilizador durante el vuelo; su versatilidad es tan amplia como infinita y siempre limitada por la disponibilidad de los materiales empleados. Se hizo nuestro en las manos de generaciones de venezolanos que lo dotaron de acabados locales, en la labor de todos los que participan en la tarea de acentuar nuestro sentido de tradición con historia propia. Ejemplos de elaboración de papagayos
Estructura rígida
La estructura o armazón se logra con materiales vegetales como maderas livianas, papel cromatizado, ataduras con hilaza de algodón, pegamentos naturales. El diseño propuesto y la obra realizada es resultado de la manipulación artesanal instruida por tradición, mostrada y empinada con orgullo. Los papagayos o cometas son considerados junto a las figuritas humanas —muñecas— como los juguetes de más amplia distribución mundial. ¡Alto vuelo papagayo! Para seguir leyendo... - KEY AYALA, SANTIAGO. El juego del papagayo. Caracas, Cuadernos Literarios de Asociación de Escritores Venezolanos, 1968. - NAZOA, ANÍBAL ET AL. Navegantes de colores. Caracas,
Corpoturismo, 1976. - PELHAM, DAVID. Cómo construir 100 cometas. Altea, 1980.
DATO CURIOSO Se dice que el nombre de cometa proviene del griego kómes que significa “estrella fugaz de largas cabelleras”. En los países de habla hispana tiene múltiples nombres: papagayo, barrilete, volantín, volador, birlocha, chichigua, cachirulo, bitongo, bacalao, entre muchos otros. En China le llaman tako y en África le dicen chechawa que significa golondrina.
¿VIVIR PARA JUGAR
¿Ha sido un acto involuntario o inconsciente dejarnos avasallar por el ritmo acelerado de la vorágine urbana, omitiendo el valor de la recreación, del esparcimiento, gozar de la risa distendida o incluso subestimar la necesidad de jugar? Debemos preguntarnos qué nos ha pasado y tratar de encontrar explicaciones a ciertas conductas poco sanas que pudieran estar atentando contra nuestro bienestar y armonía psicológica, emocional, espiritual y física N e l l y
R a m o s
Psicóloga / Productora cultural
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VIVIR?
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O JUGAR PARA
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s probable que el enunciado de este trabajo incite a una revisión sobre la pertinencia o no en la vida cotidiana de los procesos mencionados. Detenerse a pensar si se vive para jugar pareciera aludir al ocio improductivo, a esa persona que no aporta nada de valor a la sociedad, lo cual ni siquiera es permitido a los niños, puesto que si bien ellos juegan, también deben cumplir con obligaciones y responsabilidades. Si se trata del segundo caso, de la misma manera pareciera ilógico jugar para vivir, tanto como como vivir para jugar, puesto que para vivir lo que se necesita es respirar y comer, ¿cómo es eso entonces? Ninguna de las dos posibilidades están desligadas de las necesidades humanas, tal como dice el dicho popular: “todo depende del cristal con que se mire”, lo cierto es que todo está sujeto al sentido y valoración que se le otorgue a lo lúdico como necesidad vital, pero igualmente al ocio activo y a la recreación como ingredientes para una vida significativa para las personas de todas las edades. Todo pareciera indicar que en la vida moderna, investida por el estrés como asiduo acompañante, la prioridad debe ser concedida a los interminables compromisos de trabajo,
Vivir jugando. Barrio El Brasil, Cumaná, estado Sucre, 1983.
¿VIVIR
PARA JUGAR O JUGAR PARA VIVIR?
las preocupaciones por el alto costo de la vida, la inseguridad, el tránsito por la ciudad, llevar los niños a la escuela y ayudarlos con las tareas, hacer el mercado, hacer colas en el banco, para comprar aceite, comprar azúcar, entregar el informe pendiente, cancelar las deudas y, en definitiva, todas esas cosas “normalitas” a través de las que transcurre la vida, pero también a través de esas formas “normalitas” en las que se nos va la vida.
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Despedirse jugando
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Qué asombroso que los espacios para los encuentros entre amigos, “después de tantos años” sin verse, sean las funerarias. ¿Quién no ha vivido la experiencia de asistir a un funeral donde la coincidencia de amigos comunes va acompañada de la expresión: “cuántos años tenía que no te veía”? No obstante, junto la tristeza por la persona que se fue surge la oportunidad para la catarsis grupal que la ocasión ofrece. Se puede observar cómo a medida que transcurre la noche se van formando subgrupos, y en la búsqueda por amenizar el acompañamiento al difunto se van promoviendo formas de distracción en las que los experimentados contadores de chiste hacen
El ocio y la recreación son ingredientes de una vida sana. El Helicoide, Caracas, 1992
gala de sus habilidades y las apuestas de “ajilei”, “truco”, “black jack”, “nueve”, “carga la burra” y demás juegos con barajas u otros implementos se convierten en el medio para romper con la rigidez y la crispación ocasionadas por la rutina diaria... y la partida del ser querido. Durante algún tiempo esto acontecía sólo hasta el momento que aparecía la luz del día, aunque también es oportuno acotar que esta práctica ha ido quedando para las zonas rurales porque ahora en las ciudades, por razones de seguridad, las funerarias han optado por cerrar sus puertas a las 10:00 p.m. y reabren a primeras horas del día siguiente. Claro que estas no son ocasiones enmarcadas en los modos sociales que en forma regular favorecen o propician encuentros amistosos. También es evidente que no se puede esperar el fallecimiento de una persona apreciada para hacer aflorar las carcajadas o desestresarse mediante el placer del juego. Lo que está a la vista no necesita anteojos
En ocasiones los proverbios se confirman reiteradamente. Por ejemplo, aquel que reza: “No se logra ver lo que se tiene debajo de la nariz”, refiriéndose a aque-
Fácilmente reconocemos el valor que tiene el juego para los niños pero dejamos de otorgarle relevancia en la vida de los adultos. Con frecuencia solo alcanzamos a comprender la importancia de la recreación y el ocio cuando apenas tenemos oportunidades limitadas de experimentar sus beneficios o cuando nuestra habilidad para adquirir, perfeccionar y mantener destrezas no laborales se encuentra frustrada.
Juegos para el encuentro
No necesariamente tenemos que esperar a que acontezcan las ocasiones para el encuentro, pero sí tomar en cuenta que el juego supone relación social, convivencia, integración, aprendizaje de normas, reglamentos, además de favorecer el aprendizaje colectivo y la absorción del individuo por parte de la sociedad. De allí la necesidad de asumir la interacción como aporte al crecimiento espiritual que nutre el estado emocional. Es por ello que los juegos que promueven actividades participativas constituyen una vía para facilitar el encuentro propiamente dicho con los otros y el acercamiento a la naturaleza. Es jugar con otros y no contra los otros, jugar para superar desafíos u obstáculos y no para superar a los otros. La gama de juegos para el encuentro es diversa, solo corresponde revisar sus posibilidades, se pueden encontrar opciones, por ejemplo, en los juegos de mesa o también en los juegos de calle.
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“Cuándo nos encontramos para que echemos una partidita de dominó”, fue una expresión muy usual entre hombres adultos en otros tiempos. El dominó, el ajedrez, la dama china, el zorro y las gallinas, los juegos de cartas o el ludo, entre otros, son juegos que para propiciarse requieren de una mesa o un soporte similar alrededor del cual un grupo de personas se convoca. Aunque el azar puede ser una parte muy importante en este tipo de juegos, también son necesarios la estrategia y el razonamiento, hasta el punto que en algunas de estas formas de diversión estos resultan tan determinantes que el azar no aparece. Por su naturaleza, en general los juegos de mesa no conllevan actividad física. En el caso de los niños, estos juegos disponen de un sistema de normas o reglas que si son adecuados a su edad los conectan con sus necesidades cognitivas y le crean una conciencia de disciplina mental y experiencia compartida. El tiempo dedicado al ocio activo es una alternativa para que las personas experimenten vivencias a través de experiencias que aportan alegría y movimientos creativos que hacen olvidar o compensar el tiempo de trabajo. En cierta manera, los juegos son posibles gracias a la competitividad, ya que nos dan la oportunidad de juzgarnos, de verificar nuestras capacidades y dar pruebas de tolerancia frente a los demás cuando se gana o se pierde. No obstante, también es necesario admitir que la sociedad actual se está contaminando de una cierta y desmedida “obsesión competitiva”. Muchas personas frente a situaciones de competencia prefieren no jugar ante la posibilidad de perder o hacer un “papelón”; optan por observar mientras los “buenos” jugadores participan. El juego tiene que ser una manera de vivir la afirmación, el énfasis está en el proceso de participación de todos y no en el resultado, cada uno es importante y su aporte es fundamental para lograr un objetivo común. El ser humano puede asumir distintos comportamientos: tiene la posibilidad de enriquecerse o de destruirse no solo a sí mismo sino también al ambiente en el que se encuentra, puede ser agresivo o no, puede ser competitivo o solidario, sin dejar de ser competente. El
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Juegos de mesa
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llo que debería resultar obvio. Este es el caso del rol que desempeñan la recreación, el ocio y el juego en nuestras vidas. Con frecuencia descalificamos la importancia de estas funciones en el desarrollo del ser humano tildándolas de frívolas. Fácilmente reconocemos el valor que tiene el juego para los niños pero dejamos de otorgarle relevancia en la vida de los adultos. Con frecuencia solo alcanzamos a comprender la importancia de la recreación y el ocio cuando apenas tenemos oportunidades limitadas de experimentar sus beneficios o cuando nuestra habilidad para adquirir, perfeccionar y mantener destrezas no laborales se encuentra frustrada. El ocio y la recreación son ingredientes que deben estar presentes en la cotidianidad de personas de todas las edades para así disfrutar de una vida sana. Para asegurarnos de incorporar actividades satisfactorias de recreación en cada etapa de la vida, debemos comprender los intereses, habilidades y necesidades de las personas al igual que tener una percepción amplia acerca de cómo la recreación puede proporcionarnos beneficios en todos los aspectos.
JUEGOS Y JUGUETES TRADICIONALES VENEZOLANOS Representan el saber popular de una región o país, son muestra de su identidad, sus costumbres e incluso de sus prácticas productivas y festivas. Estos juguetes no complejos, se construyen con materiales reciclables, objetos caseros o recursos de la naturaleza. Venezuela posee innumerables juguetes y juegos tradicionales infantiles heredados de generación en generación, aunque también jóvenes y adultos disfrutan recreándose con ellos: papagayos, trompos, metras, perinolas, muñecas/os, barcos de madera, aviones de papel, caballitos de San Juan, disfraces, pelotas, dominó, cartas, son algunos juegos de la larga lista
LOS PAPAGAYOS Son juguetes tradicionales conformados por una armazón poligonal, construida con maderas livianas forradas con papeles de colores. Se hacen volar con una larga cuerda, generalmente de pabilo, y se estabilizan con una cola hecha de trapos. Se vuelan en lugares abiertos con fuertes vientos PAPAGAYOS ACROBÁTICOS
PAPAGAYOS ESTÁTICOS
Pueden ser conducidos hacia distintas direcciones: subir, bajar, aterrizar, despegar, detenerse en el aire. También pueden realizar figuras o trucos
Tienen un solo hilo (monohilo), son planos y de figuras geométricas: cuadrado, rectángulo, círculo, hexágono, triángulo, rombo. También hay otros más complejos: estrella, trineo, rokkaku, caja, Cody, tridimensionales, entre otros. Pueden volarse a grandes distancias y alturas, o a poca altura como exhibición
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Las cuerdas presentan un mínimo grado de estiramiento permitiendo que el papagayo responda inmediatamente a los movimientos del usuario
MATERIALES Pabilo Aristas de madera de caña, balsa, cedro, fibra de vidrio, carbono y aluminio Papel de seda de colores, tela, plástico, ripstop (tela sintética) y nylon
Pueden tener dos o más cuerdas
Distancia de elevación Nº 08 • JUL-AGO 2011
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Pegamento
30-45 m
Cola de tel
PASOS PARA CONSTRUIR UN PAPAGAYO ESTÁTICO
Pabilo Brida
Pega Corte
1 LAS VERADAS
2 EL BASTIDOR
Se cortan las veradas y se amarran con pabilo en su parte central
Se hace un corte en cada uno de los extremos de las veradas para encajar el pabilo y armar el bastidor
Pabilo amarrado a la brida 3 LAS TIRAS DE PAPEL
4 LA BRIDA
Se unta pegamento en el bastidor del papagayo y se colocan las tiras de papel cortadas en triángulos
Se amarra un pabilo en los extremos superiores horizontales y centro del armazón
5 LA COLA
Se hace otra asa en la pa inferior de la cometa par una larga cola hecha de t
El pabilo es pasado a través de los orificios Guaral
Piedra Pabilo
Trompo Vista frontal Chapa Se sujeta el guaral con el dedo pulgar de la mano izquierda
Discos Con la mano derecha. Se lanza el trompo y se hala la cuerda con fuerza
Se hacen dos orificios después de haber achatado la chapa
Vista lateral
TROMPO
GURRUFÍO
YO-YO
Juguete fabricado de madera, torneado de forma semicircular y con una punta metálica, que al ser lanzado por medio del cordel, da vueltas sobre su propio eje, logrando un movimiento cinético de alta velocidad
Está compuesto por una lámina circular de metal (pueden ser chapas), ensartada en un cordel o pabilo, el cual se toma por ambos extremos con los dedos ejerciendo tensión con el fin de que la lámina realice un movimiento giratorio rápido
Sus dos discos iguales son sep por un corte por donde pasa una cuerda enrrollada que lo h descender y ascender repetidam
Fuente: Equipo Así Somos/ Nicolás Agüero, papagayero
LAS MUÑECAS DE TRAPO
El cabello Antes de ser pegado a la cabeza se debe escoger el estilo y longitud del pelo
MATERIALES Tela unicolor para el cuerpo de la muñeca Tela unicolor, estampada o floreada para el vestido y el gorro Agujas, hilo, tijeras, tizas, palillos, lápiz
Algodón, guata o goma espuma (relleno de cuerpo, cabeza y extremidades) Estambre para el pelo
Pegamento para fijar el pelo Pinturas o marcador para dibujar la cara Puede confeccionarse a mano o en máquina de coser
Cintas de colores
Su ropa Puede usarse tela estampada o floreada
Patrones Dos piezas de tela cortada de igual forma se cosen
El cuerpo Es hecho de tela unicolor para representar el color de la muñeca
Relleno Gancho para empujar el relleno
Tela 4 VESTIMENTA Las medidas de la ropa deben adaptarse al tamaño del cuerpo de la muñeca
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CARA Y CABELLOS
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Puede ser un vestido, falda, blusa o pantaloncito
La cuerda se amarra en el dedo medio
UNIR LAS PARTES
Se cose la parte inferior del cuerpo a la cabeza. Luego se cosen los brazos y piernas al cuerpo
Primero se cierran los agujeros de rellenos
Se coloca pegamento
arte a atar tela
33 Vista frontal
Se pintan los ojos y la boca de la muñeca con pinturas para tela o marcadores. El cabello se hace con estambres de colores
Marcador
Cabeza
Metra
Orificio
Se visualiza y calcula la distancia del objeto que se quiere golpear con la metra
Pulgar
Longitud 3 m aprox Cuerda
parados También gira sobre sí mismo
objeto impactado
Mango
PERINOLA
METRAS
Está compuesta por dos partes unidas por una cuerda: cabeza y mango. El juego consiste en tratar de ensartar la parte superior en la base o viceversa, de forma lenta o rápida (depende de la preferencia del jugador). Puede ser de madera o de plástico
Juego de larga tradición que consiste en impulsar con los dedos pequeñas bolitas circulares de barro, semillas o vidrios de colores, hasta pegarle a las de los otros competidores
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Tiza
Aguja
3 VOLUMEN DEL CUERPO Se mete el relleno a través de la abertura; puede ser guata, goma espuma o algodón Cabeza Abertura para meter el relleno Vista inferior
INFOGRAFÍA: JORGE L. GALOFRE/ ASÍ SOMOS
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1 PATRONES 2 COSTURA Debe hacerse a mano Se colocan los patrones de papel sobre la tela y se dibujan con la tiza con puntadas pequeñas
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PASOS PARA CONFECCIONAR UNA MUÑECA
a
hará mente
Es un juguete muy arraigado en la cultura venezolana; puede adoptar la figura de un bebé, una niña o una mujer. En Venezuela, los materiales utilizados para confeccionar muñecas son muy diversos, así como su figura, rasgos faciales, tipo de cabello y vestimenta. La realización varía según el gusto y método de la muñequera, los recursos que posee e incluso la región geográfica donde viva. En Venezuela, existe gran variedad de muñecas: indígenas, andinas, orientales, centrales, llaneras, afro, cada una con sus caracaterísticas particulares
¿VIVIR
PARA JUGAR O JUGAR PARA VIVIR?
comportamiento es producto de los valores que socialmente recibimos desde los inicios de la vida, de los modelos que vemos y de los refuerzos o estímulos que recibimos por hacer o no ciertas cosas, somos producto de un proceso de socialización en el cual se nos enseña a valorar comportamientos constructivos o destructivos. Los juegos de mesa requieren que los jugadores posean la sensibilidad necesaria para reconocer cómo está el otro, sus preocupaciones, sus expectativas, sus necesidades, su realidad, igualmente fomenta las capacidades necesarias para poder expresar sentimientos, emociones, conocimientos, experiencias, afectos.
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Jugar en la calle
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Jugar para estar en la calle o porque el juego se desenvuelve en la calle casi que son sinónimos ya que ambas formas proporcionan placer. Ese grito de las madres, “fulano, métete pa’ dentro que ya son las seis”, “fulano, es que tú no piensas comer hoy”, “fulano, ven a bañarte que pareces un muérgano lleno de sucio”, “fulano, ven a hacer la tarea”, “fulano ya va a llegar tú papá y yo no quiero problemas”, son llamados que se hicieron tan comunes como para haber quedado grabados en el inconsciente colectivo. La calle, utilizada como recurso temporo-espacial, transformada por el niño/a en una oportunidad para conectarse con otro mundo, un mundo propio y libre, representa una opción para el juego cuyo sinónimo es diversión, alborozo, esparcimiento y un medio para descubrir, conocerse a sí mismo, a los demás y al entorno. Jugar en la calle contribuye con el mejoramiento del desarrollo integral, la reivindicación de los valores sociales, culturales, cívicos, morales, el mejoramiento de la calidad de vida, la sensibilidad y otros valores humanos. Se han denominado juegos recreativos de la calle a todas aquellas acciones lúdico-culturales, herencia de nuestros antepasados, que han tenido como escenario las calles y demás espacios públicos. Desde los primeros inicios de la vida el hombre ha aprendido a utilizar los medios naturales para la realización de actividades que
lo enriquezcan en todos los aspectos. Con el conocimiento de su medio se fue apropiando del tiempo, de los materiales y del espacio que, combinados con su creatividad, dieron como resultado el invento y la construcción de diversos juegos y juguetes que se han conservado e innovado a lo largo de las generaciones como un sentir propio de la cultura. Como otras acciones de la especie humana estas actividades recogen sentimientos que posibilitan la identificación de niños, jóvenes y adultos en su mundo fantástico, y por más que los nuevos avances tecnológicos innoven y roboticen el mundo, los juegos en la calle permanecen en la memoria y el sentimiento cultural de la humanidad. En los juegos recreativos de la calle se conjugan el hábito, la norma, el valor, el carácter y la conducta. Los niños ya no juegan en las calles
Eran otros tiempos cuando sólo hacia falta llegar del colegio para salir a jugar a la calle, a lo que fuera, el caso era estar en la calle. Muchos aprendizajes se obtenían de ella, la ley de la calle, esa que no se aprende en los libros: defendernos de las amenazas que la vida plantea, aprender a respetar las diferencia y las opiniones ajenas, que había un horizonte más allá de la opinión de nuestros padres; aprendíamos, en una palabra, a vivir. Hoy casi no se observa a los niños jugando chapitas o pelotica de goma en la calle, no se construyen casas en los árboles. Las niñas no saltan la cuerda, ni juegan pisé o alelimón. Suena a película en blanco y negro. No había más que esperar la llegada de aquellos juegos que tenían su temporada como el juego de trompo, volar papagayos o jugar con perinolas. Los niños y las niñas no tienen tiempo, esa es la verdad. Los estamos “preparando” teóricamente para una sociedad competitiva y así, entre el colegio, la computación, la natación, la música, la danza, el fútbol, el beisbol, etc., llegan a sus casas “fusilados” para sumergirse en la computadora o el videojuego. El tema de la inseguridad sin duda contribuye a sostener este escenario, porque no hay padre que pueda estar tranquilo con su
El marco también es otro muy distinto. La casa sustituye a la calle, a la plaza. La forma de jugar y por tanto de socializar de los niños y las niñas de hoy también es otra, más individual, más privada, en consecuencia menos colectiva, menos grupal, menos participativa.
Para seguir leyendo... Los niños ya no juegan en las calles, disponible en www.ellibrepensador.com PAREDES ORTIZ, JESÚS. Actividad lúdica y proyecto de vida. España,
Departamento de Ciencias de la Salud y del Deporte (UCAM), disponible en http://www.efdeportes.com PÉREZ OLIVERAS, ENRIQUE. Juegos cooperativos: juegos para el
encuentro, disponible en www.efdeportes.com TABOURNE, CARLA E.S. Y JERRY G. DICKASON. La recreación: necesidades y beneficios a lo largo de la vida, disponible en www.cice.org.ve
www.wikipedia.org/wiki/juego Las máquinas han sustituido los juegos al aire libre. Barrio El Brasil, Cumaná, estado Sucre, 1983.
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Los pequeños de hoy han nacido con la televisión en casa, con lavadora automática, con teléfonos celulares incorporados a la saga familiar, con videojuegos, computadoras. La gente en las nuevas urbanizaciones privadas no se conoce, aquello de encuentro vecinal cotidiano es cosa del pueblo, un fenómeno trasplantado del medio rural que se reprodujo durante una generación en los barrios más populares. Aquellos niños y niñas eran, también, muchos más que hoy, la calle estaba poblada hasta las nueve de la noche cuando las madres respectivas se asomaban a las ventanas y voz en grito llamaban a sus pequeños. Ahora la calle está vacía. Ya casi no se escuchan aquellos gritos infantiles, ya no hay discusiones entre las madres “porque tu hijo le ha pegado al mío”. Los jóvenes hoy necesitan monitores de juegos, que les digamos cómo se juega o estar frente a una pantalla que proyecte algún tipo de imagen a todo color. ¿No les hemos enseñado? Quién sabe... Se hacen mayores antes de tiempo, al menos eso parece, sufren estrés, agotamiento. Saben más de algunas cosas que nosotros a su edad. Se aburrirían si intentaran divertirse con lo que nosotros jugábamos. Los niños de hoy día están más preparados para la pelea de ahora, la que los empuja a ser más astutos, hábiles y a competir con todos. Pero han perdido mucho con este cambio; realmente no lo han perdido, nunca lo tuvieron. Para cuando nacieron la sociedad ya había extraviado ciertos valores y comportamientos. Ha cambiado la sociedad y con ella todo, los niños y las niñas también.
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hijo o hija en la calle. Una cosa es totalmente cierta: los tiempos cambiaron. Hasta montarse en bicicleta, en poco tiempo, va a pasar a ser un hecho aislado, circunscrito a espacios muy específicos. La niñez que conocimos quedó atrás y los niños de futuras generaciones podrían entrar a la edad adulta sin contar con las aptitudes esenciales para la vida y para desenvolverse socialmente debido a la falta de momentos y espacios para jugar “libremente”. Parece claro que la máquina —léase computadora, televisor, DVD, videojuego, artefacto electrónico en definitiva— ha sustituido al juguete tradicional, extraído y construido desde la inventiva, la imaginación y la necesidad del ser humano. El marco también es otro muy distinto. La casa sustituye a la calle, a la plaza. La forma de jugar y por tanto de socializar de los niños y las niñas de hoy también es otra, más individual, más privada, en consecuencia menos colectiva, menos grupal, menos participativa.
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MUÑECAS
Y M A N D AT O S
G i o c o n d a
M o t a
G u t i é r r e z
Educadora / comunicadora popular/ feminista Fotografías: M A R Í A T E R E S A G A R C Í A
Múltiples muñecas de trapo recorren el país, hechas por mujeres en diversos tamaños y formas, con retazos de tela, botones, pabilo, estambre, algodón, amor y creatividad: todas trascienden a generaciones de hacedoras y niñas. Muñecas negras de Mochima, hoy blanquitas a raíz del turismo. Muñecas de moriche warao y otros pueblos indígenas del sur. Muñecas de barro amasado por niñas wayú (wayunkeras). Muñecas de plástico masificadas por el mercado. Todas, lindas muñequitas para las niñitas. ¿Por qué sólo para ellas?
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Las muñecas artesanales y el juego con ellas forma parte de nuestra tradición, fortalecen nuestra identidad y nuestras raíces. Sin embargo, los juguetes, bien sean tradicionales o modernos, no siempre son inocentes en cuanto a lo que representan, muchas veces reproducen valores propios de la cultura capitalista y patriarcal
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DE GÉNERO
MUÑECAS
Y MANDATOS DE GÉNERO
Jugar con juguetes
Niñas y niños juegan con y sin juguetes. Es un aspecto central de su desarrollo: favorece la experimentación, la imaginación y la representación de roles de la vida real que se convierten en modelos de comportamiento para su futuro. A través de sus prácticas lúdicas fomentan el vínculo con otros(as), el respeto, la construcción de valores y el seguimiento de normas consensuadas, el desarrollo físico y psíquico. El juego y los juguetes son algo muy serio. Quienes los comercializan y masifican lo saben. Con ellos también se transmiten mandatos de género hegemónicos sobre “el deber ser de mujeres y hombres”.
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Jugar a las muñecas
Para la sociedad es un asunto de niñas. Jugar a la muñeca es, para la niña, la representación simbólica de jugar consigo misma, es la proyección de lo que ella es en el presente y deberá ser en el futuro. Allí hay mandatos predefinidos acerca de “cómo se juega a las muñecas”.
El juego de muñecas es pasivo, imaginativo y de representación: las niñas están quietas en espacios controlados. El mandato dice que las niñas son más serenas, menos ágiles, no deben andar corriendo y es “preferible” que se circunscriban a espacios cerrados y controlados jugando con bebés: les cuidan, alimentan, cambian pañales, con lo que van interiorizando que la mujer es la única responsable del cuido integral de los(as) hijos(as). Juegan al maquillaje, a la cocinita, a vestir a la muñequita: que esté siempre “linda” y “arregladita” para ser vista por otros. En el futuro, cocinarle al marido y estar siempre linda, perfumadita y dispuesta para él. Las niñas no juegan con muñecas porque sea “natural” o “biológico”, lo hacen porque, culturalmente, la sociedad toda les instruye que eso es lo correcto. Si bien jugar con muñecas no es un acto negativo en sí mismo, sí lo es restringir su universo lúdico a ello, no ampliar sus perspectivas a otros juegos y juguetes que simbólicamente
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Barbie, la muñeca más vendida de la historia. Centro comercial capitalino, Caracas, julio 2011.
Las muñecas permitidas a los niños son los muñecos: batman, superman, soldados, vaqueros, robots, etc., todos fuertes, valientes y guerreros, con enormes músculos de esteroides: ello moldea en los varones modelos estéticos y roles a cumplir desde su masculinidad. Los niños no deben jugar con muñecas, casi ni tocarlas. Si se atreven el regaño será severo porque “no es un juguete para niños”. La angustia de la familia y la planificación de conductas para evitar “esa posible desviación del niño” aparecerá de inmediato. De manera que conviene que las familias reflexionemos sobre la importancia de que los varones adquieran también a través del juego simbólico aspectos relacionados con el cuido, la protección de los(as) hijos(as), las tareas del hogar, etc. No se trata de obligar a las niñas a jugar con “lo que se considera de niños”, ni viceversa. Se trata de no estigmatizarles con el paradigma “esto es de niñas” y “esto es de niños”, de orientarlos para que sus actividades lúdicas vayan acompañadas por modelos de funcionamiento real que puedan observar en las dinámicas de su vida cotidiana: mientras más equidad real haya en casa, mayor equidad representarán las niñas y los niños en sus juegos simbólicos. ¡Cómprame la cachifa de la Barbie!
Cruel chiste racista que cuenta de una niña que al pasar por la venta de muñecas negras en Mochima, le dijo a su mamá: “Mami, cómprame la cachifa de la Barbie”. Especial atención merece esta massmuñeca que nace en 1958 y que, en todo el mundo, ha vendido ¡más de medio billón de muñecas! En Venezuela, difícilmente puede hablarse de niñas que no hayan tenido una, dos y más barbies. Según sus propios creadores, Barbie enseña a las niñas a “ser mujeres”. Con aspecto de adulta perfectamente maquillada, trajeada y peinada, la Barbie impone un modelo hegemónico de belleza: alta, estilizada, cabellos largos,
Dato curioso En escala humana, la Barbie tendría 91 centímetros de busto, 46 centímetros de cintura y 84 centímetros de caderas. Según estudios médicos, una mujer con las características físicas de la Barbie carecería de la grasa corporal necesaria (de 17-22 por ciento) para tener una menstruación normal. En 1963, el conjunto "Barbie Baby-Sits" vino con un libro titulado Cómo bajar de peso, que aconseja: "No coma”.
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Las muñecas de los niños
ultradelgada, etc. Tiene mucha ropa, zapatos y accesorios de última moda. En este sentido, dos mandatos clave de género son transmitidos con este “inocente juguete”: 1) el anhelo y búsqueda de un modelo de belleza único e inalcanzable que ha llevado a un incremento de la anorexia en niñas y adolescentes, a la práctica enfermiza de dietas, a la concentración del tiempo femenino en labores de “embellecimiento”; y 2) una inclinación fuerte al consumismo en las mujeres de todo lo que implique la consolidación del ser femenino ideal: “bella, atractiva y deseable para otros”. Asunto que es profundamente reforzado con la publicidad sexista y la lógica capitalista de consumismo. Es preciso reflexionar antes de comprar o regalar una muñeca a una niña: qué tipo de muñeca es, qué carga simbólica trae implícita, cómo jugar con ella y cómo involucrar también a los niños en su uso, compartiendo la representación simbólica del cuido y protección a otras personas, tan necesario también para la formación de las personalidades masculinas. El capitalismo y la sociedad de consumo no tienen escrúpulos para vender, reforzando los antivalores patriarcales y capitalistas útiles para el sostén del sistema y el aumento de sus ganancias.
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le permitan construir una gama amplia de posibilidades para su futuro desarrollo.
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Se trata de no estigmatizarles con el paradigma “esto es de niñas” y “esto es de niños”, de orientarlos para que sus actividades lúdicas vayan acompañadas por modelos de funcionamiento real que puedan observar en las dinámicas de su vida cotidiana: mientras más equidad real haya en casa, mayor equidad representarán las niñas y los niños en sus juegos simbólicos
¡Tin marín
de dos pingüé!
G a r c í a
Educadora / trabajadora cultural
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D i n o h r a
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Juegos de ronda. A R C H I V O
CENTRO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL
La recreación forma parte del crecimiento integral de los seres humanos, a través del juego como práctica individual o colectiva se despliega una serie de herramientas que fortalecerán nuestro paso por este mundo. Los juegos tradicionales venezolanos, como auténtica expresión de la sabiduría popular de nuestro pueblo, tienen inmersos el componente pedagógico que reproduce la riqueza de nuestro acervo
En nuestro país esta es una expresión usada generalmente para comenzar un juego tradicional, quién tira la primera pelota, quién corre primero, quién cuenta, etc. Los juegos tradicionales son expresión de la cultura popular de los pueblos, en nuestro caso tenemos una gran gama de ellos, todos con el aporte pedagógico referencial de nuestro acervo. Sin embargo, siempre decimos, que “todo tiempo pasado fue mejor”, es posible que desde una perspectiva un tanto restringida eso sea cierto, pero también es irrebatible que los tiempos cambian y la interacción del ser humano con dispositivos tecnológicos cambia día a día, ayer usamos la perinola, el yoyo, el gurrufio, el aro y la pelotica de goma, por nombrar algunos instrumentos lúdicos, luego vinieron los juegos llamados de cónsola, el Atari, etc. Ahora, con el devenir maravilloso de la tecnología nos recreamos en y con la computadora, a través de juegos cada vez más humanizados en su creación pero que a diferencia de los juegos tradicionales hacen la vida más solitaria, ayer jugábamos en “cambote”, hoy los niños, niñas, adolecentes y algunos no tan jóvenes jugamos solo con las máquinas: la computadora, el nintendo, las maquinitas. ¿Estos nuevos juegos tecnológicos serán adecuados para el sano desarrollo psicomotor, intelectual y emocional de los niños, niñas y adolescentes? No es mi intención ofrecer una visión excluyente o limitada acerca de las bondades y desaciertos de los juegos de larga tradición frente a los de reciente creación, pero vale resaltar que los juegos tradicionales están llenos de valores, plagados de sensaciones, los niños se mueven, corren, tienen contacto físico, acoplan armónicamente su pensamiento y sus acciones corporales, se ríen, buscan comunicarse verbalmente de manera efectiva y fortalecen su personalidad. Hoy vivimos postrados frente a un monitor o una pantalla mientras nuestro cuerpo se transforma en una máquina que interactúa con otra máquina. ¿Será este el precio de la modernidad?
Los juegos de infancia
¡Un, dos, tres, pollito inglés! ¡Tin marín de dos pingüé! ¡Ere! ¡Piedra, papel o tijeras! ¡Stop! ¡Tacho! ¡Zapatico cochinito cambia de piecito! ¡¿Pare o none?! Al oír esas palabras es inevitable que pensemos en un acontecimiento cercano o lejano de nuestros días de infancia, de nuestra adolescencia y, por qué no, de los que aún mantenemos esa disposición en nuestra edad madura. Es que pensar en jugar nos remonta a episodios felices, a carrera, a reír, a ejercitar alguna de nuestras habilidades. Es importante en este punto señalar que no pretendo dar un enfoque sociológico o filosófico sobre el tema del juego, sino compartir con ustedes algunas experiencias y recuerdos. Jugar es un recurso humano para la diversión y la recreación, bien utilizado es una poderosa herramienta pe-
...desde que somos niños el juego es un poderoso motor de arranque para nuestras emociones, habilidades y hasta para nuestra salud, nos permite además establecer y cumplir reglas, lo que nos ayudará en la toma de decisiones más adelante, en el transcurso de nuestra vida, desarrollando nuestras capacidades motoras y afectivas.
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La recreación, entendida como actividad complementaria a los procesos de aprendizaje y desarrollo cultural y como una herramienta pedagógica de gran valía, trata en su justa dimensión de romper con la violencia, con los sentimientos de marginación y exclusión asociados a la pérdida de autoestima. La escuela pública o privada, la empresa, la familia, la comunidad, son espacios donde por excelencia es posible generar procesos de educación para el ocio y la recreación. En la escuela, lo ideal es que estos procesos se implementen desde la primera infancia, en esa medida los niños y niñas desarrollan competencias tempranas para el manejo de su tiempo libre y paralelamente se aporta significativamente a la calidad de la educación. También la familia y la comunidad son espacios donde día a día construimos hábitos, desarrollamos y tenemos la posibilidad de que el ocio y la recreación sean facilitadores de nuestros procesos de crecimiento. La recreación forma parte del crecimiento integral de los seres humanos, a través del juego como práctica individual o colectiva se despliega una serie de herramientas que fortalecerán nuestro paso por este mundo. Mucho se ha hablado de la comprensión del descanso y la recreación como elemento esencial de la salud humana y, por ende, como parte de uno de los derechos fundamentales de la vida, lo cual está consagrado en el artículo 111 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Todos y todas estamos de acuerdo con que la recreación a través del juego es una herramienta pedagógica que nos permite el desenvolvimiento de la personalidad de una manera coherente con la exigencia del entorno, además conforma una técnica de aprendizaje habitual que ayuda a fomentar el trabajo en equipo, favorece la sociabilidad, desarrolla la capacidad creativa, crítica y comunicativa del individuo. De igual manera estimula la acción, reflexión y la expresión; constituyéndose en una actividad que permite a los niños y niñas investigar y conocer el mundo que les rodea, los objetos, las personas, los animales, las plantas e, incluso, sus propias posibilidades y limitaciones; es el instrumento que los capacita para ir progresivamente estructurando, comprendiendo y aprendiendo el mundo exterior.
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¡PIEDRA, PAPEL O TIJERAS!
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Yo me recreo, tú te recreas, todos y todas nos recreamos
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¡TIN
dagógica. Podemos decir entonces que aprendemos jugando, desde que somos niños el juego es un poderoso motor de arranque para nuestras emociones, habilidades y hasta para nuestra salud, nos permite además establecer y cumplir reglas, lo que nos ayudará en la toma de decisiones más adelante, en el transcurso de nuestra vida, desarrollando nuestras capacidades motoras y afectivas. Recuerdo que en mi infancia los juegos eran nuestro día a día, nos concentrábamos en el callejón y de allí salían todas esas hermosas propuestas: ¡juguemos al escondite, a la ere paralizada, a la ere, a la avioneta, al pisé, al huevo podrío, a la víbora de la mar, a matarilerilerón, a la chupa, stop, la vaca!, entre tantos otros juegos que luego de un ejercicio mental iré recordando. Al reunirnos y estar de acuerdo con la propuesta en cuestión, al son de la fórmula “tin marín de dos pingué, cúcara mácara títere fue, yo no fui, fue teté”, escogíamos a uno de nosotros para comenzar el juego. De allí las carreras (casi todos los juegos las incluían), el contacto físico sin hacernos daño, la risa inevitable, y al terminar victoriosos o no una discusión simple, sin trascendencia, “¡fuiste tú!”, “¡no, fuiste tú!”, ponía, en la minoría de los casos, fin al juego, o si no un grito desde nuestras casas:
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MARÍN DE DOS PINGÜÉ!
El escondite. El Playón, estado Mérida, 2011. Foto: L U I S
TRUJILLO
“¡Fulano, entra pa’ la casa!” “¡Fulana, vente pa’ dentro que ya es tarde!”, hacía que corriéramos con la esperanza de continuar al día siguiente sin remordimientos, sin asperezas y con la alegría de saber que ahí estaríamos. Recuerdo también que en alguna oportunidad de mi vida nos recreábamos con los juguetes tradicionales: perinola, yoyo, pelotica de goma, el felizmente recordado papagayo en Semana Santa, las metras a la hora del almuerzo, sobre la tierra o la arena, para establecer bien el rayo; así como diversiones como el chiriguare, el pájaro guarandol, las cuales escenificábamos poniéndole algo de esto o aquello, juegos tradicionales que fueron pasando de generación en generación y que aún hoy con mis sobrinos y nietos los realizamos para disfrute de la familia. Al crecer seguí ensayando otros juegos, las carreras de natación en mi amado Macuto, en La Guaira, desde el malecón de la playa A del balñeario hasta la Piedra del Ahogado, justo enfrente de Las Quince Letras, lugar donde Armando Reverón fabricó un mundo lleno de juguetes. En esos recorridos no veíamos el peligro sino la sana diversión de ser el mejor nadador o nadadora, y como recompensa una sonrisa y el cansancio propio de haber realizado una gran faena.
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Pasé también por la hermosa experiencia de trabajar en el Museo Armando Reverón y allí, guiada por mis maestros Fátima y Omar, ingresé a otro mundo: enseñar jugando. A través de talleres y experiencias pedagógicas fui comprendiéndo la idea de que el juego en sí mismo es una extraordinaria herramienta para crecer en valores y para construirnos una vida más plena, más feliz, si no, pregúntenle a todos esos niños y niñas, muchachos y muchachas que pasaron por allí, por las instalaciones de mi querido Castillete, de mi amado Hotel Miramar —hoy, uno en ruinas y el otro en lamentable estado—, por los Talleres Juanita Mota (nombre de la esposa de Armando Reverón). En aquellos talleres se abrían espacios increíbles para la la imaginación, para la creación artístico-literaria, musical, dancística, recreativa y deportiva, en fin, lo lúdico se hacía presente de mil maneras, de la mano de facilitadores y facilitadoras de amplia trayectoria que sumaban su experiencia al proceso divertido de enseñar jugando. Por otro lado, en mi carrera como docente, siempre he utilizado como utensilio de formación el juego; y es muy grato observar la forma tan sencilla cómo los estudiantes aprenden sobre la tolerancia, el respeto y la solidaridad tan solo con jugar. De allí que comparta la siguiente premisa: “los valores no se enseñan, se modelan”, ¡y qué mejor que
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hacerlo de manera divertida! Nunca me cansaré de recrear estas actividades, aún hoy, con un grupo de alumnos que en muy corto tiempo serán docentes la intención es crear espacios de diversión y recreación sana, de manera que el conocimiento se obtenga lúdica y felizmente. Ahora veo en mis hijos ya adultos la transformación que tuvieron en aquellos momentos de esparcimiento jugando el yul en el callejón Colón, cerquita del Castillete, con el que se ponían a prueba sus destrezas motoras y mentales, o participando en caimaneras de fútbol y beisbol con otros niños del vecindario. Luego, vendrían los juegos mecánicos o eléctricos, las maquinitas, y recientemente los juegos electrónicos a través de la computadora, los cuales han hecho ese feliz momento más individual, más solitario y menos humano. En cualquier caso, todos los juegos son de creación humana y, por ende, son característicos de los tiempos donde se construyen. No obstante, una cosa cierta es que el contacto físico, las carreras, las actividades de destreza mental, las habilidades para crear y construir, son experiencias que nunca podrán ser desplazadas por el autómático manejo de las teclas y unas imágenes en movimiento. Vivimos en una era donde el ser humano debe humanizarse para seguir compartiendo este planeta único y hermoso, si no es así, ¡boto tierrita y no juego más!
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Niñas jugando al aire libre. Parque Los Caobos, Caracas, julio 2011. Foto: E D U A R D O
EL RITUAL DEL SALITRE C a r o l a
C h á v e z
Escritora
nvariablemente íbamos todos los sábados a la playa. Debe ser porque éramos una familia marina, lo teníamos tatuado en nuestro código genético, éramos descendientes de incontables generaciones de costeños, y todos los sábados teníamos que acudir al mar para abastecernos de salitre. Se trataba de una especie de ritual psicodélico que comenzaba cuando mi mamá, madrugadora, nos despertaba, a uno por uno, improvisando una canción destemplada que narraba el día que teníamos por delante. Acababa su recital y se iba a terminar de recoger los bolsos y la comida. Entonces nos levantábamos los tres, aturdidos, gritando, corriendo, interrumpiendo el paso y evitando que mi mamá escuchara algo importante que mi papá trataba de decirle. Cuando por fin entrábamos en el carro, entre las bolsas, los juguetes, los sombreros, la comida y hasta el perro, nos maravillábamos de que aún sobrara espacio. ¡Papaaaá!, gritábamos los tres al notar que el piloto no estaba detrás del volante; mi mamá nos gritaba que no gritáramos mientras hacía gritar a la bocina del carro: ¡Paapaaaaaá! Al rato, aparecía extrañado por tanto escándalo. Estaba haciendo pupú, decía antes de que le preguntaran y conociendo exactamente lo que le respondería mi mamá: Qué raro. ¿Acaso no habías hecho después del café? Mi papá, para sacarla de quicio, la interrumpía levantando una pierna y pujando un peo agudo y apretado que nos mataba de risa. Mi mamá ponía entonces la “cara de culebra” y decía en voz bajita y peligrosa: ¡Cochino! La cara de culebra aparecía en el garaje, antes de
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encender el carro, y venía rutinariamente con nosotros a pasar el día de playa. Mi mamá era tan bonita que la cara de culebra no la afeaba, a pesar de darle una expresión pavorosa: sus pelos rojos se encrespaban convirtiéndose en una fogata y sus ojos verdes se hacían más grandes y más rasgados. Parecía una preciosa diablesa furibunda que nos dejaba petrificados de miedo en nuestros asientos, pero también de admiración por su manera tan particular de ser bella hasta cuando quería ser horrible. Aquel hechizo duraba hasta que mi papá decía: Ya se fregó todo el mundo, tu mamá puso la cara de culebra. Y nosotros nos asfixiábamos de la risa otra vez. El camino era largo para tres niños que debían permanecer incrustados entre el equipaje y el perro. En menos de diez minutos comenzábamos a retorcernos impacientes: Mamá: ¿cuánto falta? Sabíamos cuanto faltaba, todavía teníamos que salir de la ciudad, tomar la carretera de curvas que siempre mareaba al Peque, suplicar al Peque que no vomitara, llegar a Puerto Cabello, parar en una de las casetas de madera y cartón donde una negra en technicolor freía empanadas de cazón; faltaba que comiéramos hasta empacharnos. Faltaba la carretera de Morón, que era tan estrecha que a pesar de ser de dos sentidos solo el coche
Faltaba que mi mamá se arrodillara en su asiento, volteada hacia nosotros, con la cara de culebra, avalada por una chancleta de goma que surcaba el aire como una espada justiciera pero fallida, porque nunca nos pegaba
Por fin llegábamos a la marina de Tucacas. Nosotros saltábamos del carro como si hubiéramos estado metidos a presión. Pensándolo bien, nos habíamos metido a presión
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como en cámara lenta, iluminada, azul, deportiva y nuestra. En el agua era aún más bella. Subíamos todos, como cada sábado, desde que la compramos: mi mamá, magnífica, se había cambiado el vestido por un traje de baño tan impresionante, que hacía que el bullicio de la marina se apagara por unos segundos para dejar oír los suspiros de quienes la miraban. El perro se subía a la proa y se paraba en el bordecito puntiagudo, como la muñequita de un Rolls Royce. Nosotros éramos tres hermanitos hermosos y felices que jugábamos dentro de nuestra lancha azul. Mi papá, joven, guapísimo, dorado, con las sienes prematuramente grises de quien ha triunfado prematuramente, como un Neptuno moderno; subía de último y se sentaba en su trono de capitán, detrás del timón. Tomaba la llave, la introducía lentamente en el arranque, la giraba, mientras nos quedábamos mirando embobados cómo no pasaba nada… La lancha, otra vez, no funcionaba. Lo que tenían que haber arreglado durante la semana no había sido reparado. El mecánico no estaba. No se preocupe, señor, que yo mismo hablo con él, que de esta semana no pasa. Sí, ya sé que lo mismo le dije la semana anterior, pero usted sabe cómo es esto del personal… Y mi papá, un tauro perfecto, manteniendo su cara de sábado feliz, pero con un volcán en erupción en el pecho, se subía a la lancha, abría la nevera y se servía algo de comer. No vamos a perder el viaje después de tanto conducir. Nos quedamos en la lancha, comemos, tomamos el sol y los muchachos se pueden bañar en el muelle que el agua está clarita. Ese sábado, como todos los sábados, nos quedamos en la marina, atados al muelle, oliendo el humo que despedían los alegres motores de las lanchas que sí funcionaban. Pasábamos las horas viendo cómo partían hacia los islotes verdes y blancos que teníamos enfrente y a los que ese día, tampoco, podíamos llegar. A las cinco de la tarde, salados y pegajosos, nos metíamos en el carro como podíamos, esperábamos que mi papá hiciera pupú y regresábamos a casa. Era como retroceder una cinta de video: la cara de culebra, la chancleta, los gritos, los puños, el moco y la risita de mi papá.
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del conductor más audaz cabía en el asfalto; mi papá, tranquilo como era, prefería arruinar los amortiguadores circulando por el borde de tierra de la carretera. Faltaba que los niños peleáramos por cualquier cosa, varias veces; que mi hermano mayor nos asestará un golpe y que mi hermano menor le devolviera el agravio pegándole un moco en el puño que venia a golpearlo de nuevo. (Los mocos del Peque eran efectivos y asquerosos.) Faltaba que mi mamá se arrodillara en su asiento, volteada hacia nosotros, con la cara de culebra, avalada por una chancleta de goma que surcaba el aire como una espada justiciera pero fallida, porque nunca nos pegaba. Faltaba el puente sobre el río que olía a huevos podridos, que gritáramos al cruzarlo: ¡Fooo!, ¡huele a peo! Cara de culebra y chancletazos; y la risita de mi papa. Por fin llegábamos a la marina de Tucacas. Nosotros saltábamos del carro como si hubiéramos estado metidos a presión. Pensándolo bien, nos habíamos metido a presión. Mi mamá, majestuosa, no parecía haber pasado la última hora y media de rodillas blandiendo una chancleta. Mi papá bajaba de último, tranquilo como un buey. Después de hablar con el capitán de la marina, se reunía con nosotros en el muelle donde, todos juntos, nos extasiábamos mirando cómo la grúa bajaba nuestra lancha al mar. Los rayos del sol caían sobre ella, dando a la escena un aspecto de portada de catecismo mientras nuestras caras de adoración la complementaban. Descendía
EL TAMBOR DE AGUA El Tambor de Agua es una manifestación lúdica de origen africano presente en la cultura venezolana que se ha mantenido hasta nuestros días sin modificaciones significativas. Esta experiencia se produce cuando varias mujeres entran al río y percuten el agua con sus manos G ó m e z
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Socióloga/ coreógrafa y bailarina
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Mujeres baka cantando mientras se toca tambor de agua. Zona de Moloundou, Camerún. F O T O G R A M A Dirección: C L A R I S S A D U Q U E , 2 0 0 8
DEL DOCUMENTAL TAMBOR DE AGUA, UN ENCUENTRO ANCESTRAL.
Hacer sonar el agua
Conocí el tambor de agua creando una coreografía que indagaba en las raíces afro en la cultura venezolana. Alrededor de 2004 tuve conocimiento de la práctica por un registro de video donde las hermanas Monterola eran entrevistadas en el marco de un Encuentro de Cultura Popular en Higuerote. Inmediatamente me cautivó no solo la idea de poder recrear la manifestación en una pieza de danza, sino experimentar la sensación de estar dentro del agua percutiéndola. Fui a Higuerote, pregunté y llegue hasta Tacarigüita, en Barlovento. Allí, amablemente, la familia Monterola me facilitó un registro audiovisual y me invitó a que, luego, fuésemos al río, hiciéramos un sancocho y me enseñarían a tocar el tambor de agua. Regresé a casa con un material vasto y riquísimo. Por otra parte, en internet encontré referencias de que los
Tanto en África como en Venezuela se mantiene el acuerdo de ser una práctica netamente femenina, donde el encuentro, lo lúdico y la alegría están presentes. El tambor de agua se produce cuando varias mujeres entran al río, con el agua hasta sus cinturas, se colocan de espaldas a la corriente y percuten con sus manos el agua.
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extiende principalmente por la zona de Barlovento, y por referencias he conocido que en pueblos como Chuao y Choroní, del estado Aragua, también era practicado. Tanto en África como en Venezuela se mantiene el acuerdo de ser una práctica netamente femenina, donde el encuentro, lo lúdico y la alegría están presentes. El tambor de agua se produce cuando varias mujeres entran al río, se colocan de espaldas a la corriente y percuten el agua con sus manos; deben procurar entrar en una poza pequeña, que no llegue más arriba de la cintura. La espalda va ligeramente inclinada hacia adelante y la cara un poco de lado para que el agua no ahogue, enceguezca, o no deje escuchar. La técnica indicaría que se debe hacer una bomba de aire con el antebrazo y la mano, al sumergirla en el río. Así se produce el sonido... Luego los matices y los ritmos dependen de la frecuencia e intensidad con que percutas el agua. Los sonidos más agudos se producen sólo con la muñeca, reservándose el toque del antebrazo y muñeca para los sonidos más graves.
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l tambor de agua es una manifestación lúdica de origen africano presente en la cultura venezolana que se ha mantenido hasta nuestros días sin modificaciones significativas desde su llegada a las costas centrales de nuestro país durante el período de la colonización. Resalta el que sea posible encontrarla actualmente como presencia cultural ancestral en algunos pueblos de los bosques de África Central denominados aka, que permanecen esparcidos por varios países y son conocidos como efe, mbuti, twa, baka, baaka y, también, entre otro grupo importante de pueblos bantú. En Venezuela este juego se
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Mujer de regreso a casa luego de tocar tambor de agua. Birongo, Barlovento, estado Miranda. F O T O G R A M A
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tambores de agua aún se mantenían como manifestación de algunos pueblos de África Central. También hallé un disco de música, vía web, en el que un director británico del grupo Baka Beyond (fusión de música celta y baka) registró tambores de agua y cantos yelli, del asentamiento Baka Gbiné de la selva de Camerún. Logré un excelente punto de partida para la creación coreográfica. El trabajo se realizó como un solo de danza y fue visto por mi amiga Clarissa Duque, quien en ese momento estudiaba Medios Audiovisuales y le fascinó la idea de realizar un documental sobre lo que le relataba. Documentar el origen
Gracias a esa fuerza creadora que se origina entre el agua y lo femenino fue posible el financiamiento del documental, y casi como un sueño, y después de un largo viaje, llegamos a Camerún. Allí tuvimos que viajar por carretera durante cinco días, entre 10 y 12 horas diarias, para llegar hasta los baka. A través de todo el trayecto, los colores, los olores, la tierra, las casas, la vegetación, la gente, nos eran familiares. Finalmente llegamos, era final de la tarde, entrábamos a un asentamiento baka en medio de la selva de Camerún. El lugar lo conformaban unas 10 casas de bahareque, una especie de caney central en el que se reunían a cantar y hacer música. Todos nos miraban, yo sentía que
les gustaba nuestra presencia, pero eran precavidos. Con nosotros viajaba un guía camerunés, un bantú (con quienes los baka tienen cierta relación de subordinación ) y un baka. Ellos hablaron, les contaron de nuestra intención de hacer un registro audiovisual de sus mujeres tocando tambor de agua. Nos recibieron con apertura, nos dieron posada e hicieron una fiesta. Esa noche estaba en otra dimensión, el cielo era brillante, lleno de estrellas, muy claro, y podía sentir cerca de mí los sonidos que algunas vez escuché. Bailamos, cantamos, estaba todo preparado, aceptaban mi presencia entre ellos. Al día siguiente fuimos al río, era una fiesta reunirse allá. Unas 20 mujeres se alinearon en medio círculo y todas, al mando de una voz, empezaron a tocar. Yo quería hacerlo, sin embargo, temía irrumpir su maravillosa polifonía. Ellas me animaban a tocar, estaba dentro del agua, era una mujer en ese momento parte de ellas, así que era natural que lo realizara. Empecé a tocar y mi cuerpo se fusionaba con el agua, mis manos sentían la energía que me hacía percutir nuevamente, cantaba y estaba envuelta en una maravillosa fuerza creadora y vital. Ancestros africanos
Para los baka el bosque lo es todo, su vida, su sustento, su casa, su Dios, su protector. Entre ellos el tambor de agua se toca cuando las mujeres van al río a lavar o bañarse,
SALAZAR RAFAEL Y OSWALDO LARES. Venezuela Caribe y su música [Venezuela, The Caribbean and Music]. Caracas: Artes Gráficas de Pdvsa.
http://www.ikuska.com/Africa/Etnologia/Pueblos/Aka/index.htm http://espawiki.com/wiki/Personas_de_Baka_(Camerún_y_Gabón)
Mujeres baka cantando mientras se toca tambor de agua. Zona de Moloundou, Camerún. F O T O G R A M A Dirección: C L A R I S S A D U Q U E , 2 0 0 8
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Tambor de Agua, un encuentro ancestral. Documental. Dirección: Clarissa Duque. Fotografía: Gerard Uzcategui (Venezuela)-John Márquez (Camerún). Sonido: David de Luca. Producción: Andreina Gómez. Investigación: Clarissa Duque, Andreína Gómez, Chucho García y Tatiana Gómez. 2006. CNAC.
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Para seguir viendo y leyendo...
TAMBOR DE AGUA BARLOVENTEÑO Regresamos a Venezuela y fuimos a Barlovento, allá sucedió lo mismo. En cada sitio que visitamos: Tacarigüita, Capaya, Las Mercedes y Birongo, éramos recibidos con amor y disposición. Me permitieron también aprender, entrar al río, cantar y jugar al tambor de agua. Tanto en África como en Venezuela, la esencia del tambor de agua se mantiene, es un espacio para compartir, cantar, recrearse. Se toca cuando vas al río a bañarte y luego de la labor del lavado, mientras se espera que la ropa seque. También se hacía como un llamado al encuentro amoroso, como nos refieren algunas mujeres y Richard Milano, baquiano de la zona e investigador del tambor de agua: “Luego de lavar, las muchachas tocaban para que su enamorado fuese al río, al encuentro amoroso”. En el momento del rodaje del documental (2007), en nuestro país, esta práctica permanecía en el recuerdo de nuestras abuelas. La llegada de los servicios a las casas mermó la lavada en el río, y sus hijas y nietas solo conocían la tradición por algún cuento. Actualmente nos relatan nuestros amigos de Barlovento que algunas niñas, que conocimos luego mientras realizábamos el documental, tocan y juegan cuando van al río. Rito de protección, fertilidad, alegría, festejo, encuentro con lo femenino. El tambor de agua se resume en volver a lo esencial. El que se haya mantenido en nuestro país y en África, asumo, fue posible porque para que se produzca solo es necesario el cuerpo y el agua como elementos gestantes. Cuerpo femenino dentro del río, una o varias mujeres, percutiendo sus manos y llenándose de energía vital, invocándola, antecediéndose al amor. La mujer en su elemento dominante, volviéndose una con el agua…
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también permite invocar sus deidades supremas. Se practica cuando los hombres van a cazar y las mujeres despiertan el espíritu del bosque para pedir la protección de sus maridos. Así que percutir el agua permite una comunicación directa con esos entes superiores que los cobijan. Los baka no son los únicos que comparten el juego del tambor de agua como práctica social. Un pueblo bantú cercano que nos vio y escuchó quiso invitarnos. También tocamos y nos mostraron su tambor. Este se realizaba en las mismas circunstancias de reunión femenina. En este caso no fue posible indagar si su toque tenía alguna relación con lo que podríamos denominar dimensión espiritual. De cualquier manera para todos significaba goce.
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TIEMPO LIBRE PRODUCTIVO
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Las actividades turísticas son una buena alternativa para usar el tiempo libre productivamente: se fusionan aspectos sociales, recreativos, naturales y culturales. Los atractivos naturales, la riqueza cultural y la hospitalidad de nuestros habitantes a lo largo y ancho de toda Venezuela son elementos claves para el desarrollo de esta práctica E l i a
D í a z
Licenciada en Educación Docente cultural del MPPE Fotografías: F I L I P P O B I L O T T I
Se entiende por tiempo libre a ese período o espacio transcurrido en el que nos podemos dedicar a actividades que no son propiamente laborales o de tareas domésticas. Es el tiempo recreativo que se usa para descansar del trabajo y se puede emplear en actividades motivadoras y
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Playa de Juan Griego, norte del estado Nueva Esparta, 2008
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¡VACACIONES! TIEMPO
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LIBRE PRODUCTIVO
productivas. En nuestros niños, niñas y adolescentes es de vital importancia que estas horas sean utilizadas en actividades especiales que les permitan no solo descansar sino también recrearse a través de diversas acciones deportivas, culturales o turísticas, entre otras. Las actividades turísticas son una buena alternativa ya que fusionan los aspectos sociales, recreativos, naturales y culturales, siendo los atractivos naturales, la riqueza cultural y la hospitalidad de sus habitantes, elementos clave para el desarrollo de esta práctica. Allí, el turista o visitante invierte en su tiempo libre para lograr sus competencias. Venezuela es privilegiada en este aspecto por su biodiversidad en tipos de clima, fauna, flora, suelo, vegetación y diversidad cultural. Justamente esta diversidad cultural la observamos a través de nuestras tradiciones, lenguas, gastronomía, arquitectura, oralidad, danzas, artesanía, música, juegos tradicionales, elementos todos que representan un recurso sustentable en el tiempo si se emprende la tarea de formar y educar con conciencia a las generaciones de relevo para que entiendan que aquí coexisten pueblos de diversos orígenes, con historias diferentes, hablantes de distintas lenguas que viven según sus propias costumbres. De manera que esta pluralidad sociocultural y lingüística es una condición primaria del ser humano, así como la biodiversidad es una condición esencial para la vida en el planeta. Los juegos y juguetes tradicionales
Los juguetes existen hace millones de años y son producto de las circunstancias culturales y sociales de los pueblos. Desde la antigüedad el hombre ha buscado formas de entretenerse, competir y ocupar sus ratos de ocio mediante juegos. Actualmente, cada vez es más común escuchar
…es importante que los padres, representantes y docentes estimulen a los estudiantes a participar en la elaboración de juguetes tradicionales, sensibilizar a los muchachos con las costumbres de su región o estado, fortalecer la identidad regional, formar en nuestra juventud la conciencia ambientalista y estimularlos a participar activamente, creando nuevas propuestas orientadas al beneficio de todos. a padres e hijos comentar sobre la adquisición de juegos y no de juguetes; aquí parece importante hacer la distinción entre juegos y juguetes, ya que los juegos son las acciones desarrolladas por los humanos para determinados fines recreativos y los juguetes son elementos, claro está, indispensables para el desarrollo de la acción lúdica. Los juguetes son objetos para divertir y entretener, generalmente destinados a niños, niñas y jóvenes, aunque también los hay para adultos. Pueden ser utilizados individualmente o en colectivo. Ciertos juguetes son asociados con épocas históricas o culturas particulares, mientras que otros aparentan poseer popularidad universal. En Venezuela existen diversos juegos y juguetes tradicionales producto del sincretismo cultural que se dio en nuestro país desde la época de la colonia. Entre los juguetes más populares se encuentran la perinola, el yoyo, el trompo, el gurrufío, las metras o pichas, la zaranda, el papagayo, las muñecas de trapo, el caballito de San Juan, las carruchas, los carritos de madera. Entre los juegos se destacan las carreras de sacos, las rondas, saltar la cuerda, la candelita, el palito mantequillero, la carretilla, el palo ensebado, la seguidilla, la gallinita ciega, las llaves, el gato y el ratón, el escondite, los quemados, entre muchos otros. El juguete y el juego como recursos pedagógicos
Pico El Águila o Collado del Cóndor ubicado entre Apartaderos y Timotes, estado Mérida, 2009.
Hoy día los fenómenos de la globalización, la tecnología y el comercio han hecho que nuestros niños y jóvenes se inclinen más hacia los juegos computarizados que se producen en países más desarrollados tecnológicamente, por supuesto, mayoritariamente con sistemas capitalistasy, por ende, socioculturalmente consumistas. En
EL JUEGO: ESTRATEGIA DE EVALUACIÓN
los comercios se ofertan variedad de modelos y tamaños, al igual que muchos juguetes bélicos que promocionan a diario los medios de comunicación. A la muñeca de trapo la han sustituido por muñecas plásticas, con características europeas; los carritos de madera ahora son vehículos modernos, manejados a control remoto o de batería, y las pocas versiones o imitaciones que se encuentran de los juguetes tradicionales son elaborados con materiales sintéticos, plásticos o cibernéticos que contaminan cada día más el planeta y son ajenos a nuestras costumbres, creencias y tradiciones. La transculturización y el consumismo nos han invadido. Por otra parte, el medio ambiente, es decir, el conjunto de valores naturales, sociales y culturales existente en un lugar y momento determinado, influye directamente en nuestras vidas, en todos los seres vivos que cohabitan un mismo espacio y en su interacción diaria. Es así como el uso de todas estas nuevas tendencias recreativas utilizadas hasta en las escuelas como nuevas herramientas de trabajo o recursos pedagógicos de forma indiscriminada, nos debe llamar a una profunda reflexión
Vacaciones
En los meses de agosto y septiembre, período de vacaciones escolares, es importante que los niños y los no tan niños asistan y se familiaricen con las actividades programadas por los museos, las bibliotecas, los cines comunitarios, las salas de teatro de su región, los centros culturales o turísticos, los gimnasios, etc., donde se imparten talleres, cursos, se organizan planes vacacionales y jornadas especiales sobre literatura, construcción de juegos y juguetes tradicionales, se proyectan películas, se hacen cine-foros, se realizan actos culturales. Todas estas actividades forman parte esencial del acto recreativo. Así, poco a poco, enseñamos a lo pequeños de la casa a implementar el buen uso del tiempo libre y a desarrollar todas sus capacidades de socialización, creatividad, valoración y construcción de los saberes culturales, locales, regionales y nacionales, que como venezolanos tenemos que fortalecer paritendo de la premisa: “jugando aprendo”.
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Vastas extensiones de sabana con diversidad de fauna, San Fernando de Apure, 2009.
que nos permita rectificar, corregir y construir nuevos paradigmas, con una visión ecológica que nos conduzca hacia una relación equilibrada y de respeto hacia la naturaleza y su biodiversidad. Por eso es importante que los padres, representantes y docentes estimulen a los estudiantes a participar en la elaboración de juguetes tradicionales, sensibilizar a los muchachos con las costumbres de su región o estado, fortalecer la identidad regional, formar en nuestra juventud la conciencia ambientalista y estimularlos a participar activamente, creando nuevas propuestas orientadas al beneficio de todos.
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Los juguetes y los juegos por su versatilidad pueden ser utilizados en propuestas vinculadas al conocimiento, siempre que se tenga en cuenta qué es lo que se quiere transmitir. Nada más satisfactorio que evaluar a los estudiantes con propuestas que le faciliten encontrarse con los rudimentos ofrecidos por sus docentes de una manera agradable y divertida. De esta manera, a través de los juegos colectivos los docentes tienen la posibilidad de evaluar u observar en los niños, niñas y jóvenes estudiantes, su proceso de socialización, sus posibilidades motrices tanto finas como gruesas, la creatividad, el dominio de los temas y hasta los valores intrínsecos del participante en relación con el contenido a desarrollar, por ejemplo, con la elaboración de papagayos un docente puede reforzar el trabajo en equipo así como muchos valores positivos.
Otras Voces
ENTREVISTA A CITLALLI GODOY, ACTRIZ DE TEATRO Y CUENTACUENTOS
“Hay que aprender a desarrollar la imaginación para divertirse”
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L i b e r t a d
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Comunicadora social
Citlalli Godoy Rivas nació en México y a temprana edad llegó a Venezuela con sus padres, la reconocida actriz de amplia trayectoria en teatro, cine y televisión, Aura Rivas y Jorge Godoy, fundador de la recordada galería Viva México de los años setenta. Citlalli Godoy se formó con maestros de la talla de Diego Gené, Juan Carlos Gené, Enrique Buenaventura, Augusto Boal, Eduardo Gil, Eduardo Orozco y Manuel Espinoza. Con su agrupación El Galpón del Arte ha realizado numerosos espectáculos teatrales para niños y jóvenes. Actualmente trabaja junto a sus dos hijas, Mariana de 17 años y Sainma de 25, quienes se desempeñan en las artes escénicas desde niñas AKAIDA OROZCO: ¿En qué se diferen-
cia el tiempo libre provechoso del tiempo libre de ocio?
aburra, sobre todo si es un niño. Hay que aprender a desarrollar la imaginación para divertirse.
CITLALLI GODOY: El ocio debería ser
justamente un tiempo libre provechoso. Es necesario tener ocio, es importante. Pero cuando se entiende como un tiempo muerto en el que no haces nada, solo estás sentado inerte viendo televisión, nada dentro de ti se está moviendo, no actúa la imaginación, entonces sí es un tiempo de ocio improductivo, fastidioso y hasta peligroso. Pero el tiempo libre de ocio productivo puede ser estar en tu casa leyendo, oyendo música, conversando con tu familia, haciendo actividades que te permitan desarrollar la imaginación. Estimular la imaginación es tan importante y todos lo podemos hacer, todos tenemos imaginación, aunque parezca extraño para muchos. Todos tenemos un riquísimo y maravilloso mundo de fantasía dentro de nosotros, hay que alimentarla y desarrollarla. Yo no entiendo cómo alguien se puede aburrir. No me cabe en la cabeza que alguien se
¿Qué tiene que ver la recreación con la creación. Son cercanos estos conceptos según su punto de vista?
De alguna manera deberían estar relacionados porque lo recreativo se entiende como algo divertido, una actividad que no genera tensión, no académica, más libre, y la creación debería ser un acto libre también, no forzado, nace del gusto por hacerlo; debería ser muy divertido crear y en la medida que creo me re-creo. Es posible crear y recrearse al mismo tiempo, no tienen que ser conceptos divorciados, lo que pasa es que nos han vendido la idea de que para recrearte no tienes que hacer nada, no tienes que pensar, no tienes que hacer ningún tipo de esfuerzo mental ni físico ni nada. La creación nace de la imaginación, proyectas lo que deseas y luego lo ves resuelto, sea un dibujo, un espectáculo, una manualidad, un cuento, y al mismo tiempo te estás recre-
ando. Ese proceso de imaginar algo, elaborarlo y verlo hecho realidad, eso se llama creatividad, es maravilloso, es un juego, y hace sentir muy bien, a los niños los hace sentir maravillosamente. El proceso de creación tiene que ser divertido, no puede ser aburrido, fastidioso, forzado o doloroso. Desde su experiencia como artista del teatro, ¿considera que el arte se constituye como una vía o una herramienta para transformar al ser humano?
Sí, las artes son una vía en tanto que las asumas como parte de tu vida. Yo creo que todos los seres humanos tenemos capacidades artísticas, todos somos artistas de alguna manera pero creo que esa manifestación ha sido reprimida, la sociedad se empeña en decir que ser artista es una cosa exclusiva de unos pocos. Ser artista es un sentimiento, una forma de expresión que para mí, es natural del ser humano. Entonces, el arte es una vía de cambio cuando se asume como una forma de vida.
Sí se puede, claro. El arte en general está absolutamente ligado con el juego. La palabra en inglés play, por ejemplo, significa juego, ejecutar, hacer. Si lo pensamos, estas jugando y tocando el piano al mismo tiempo, o estás ejecutando una danza y estás jugando al mismo tiempo, o estás contando un cuento y también te estás divirtiendo en el contar. Así debería ser. Si el arte es demasiado académico se vuelve muy forzado, poco lúdico. Si vas a trabajar las artes con niños siempre tiene que ser a partir del juego porque es el mejor lenguaje para comunicarte con ellos.
Se dice que a través del arte se estimula la razón sensible de los niños, de los jóvenes, incluso de los adultos. ¿Cómo sucede ese fenómeno?
En mi experiencia desde el teatro, lo he sentido claramente a través
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Si pensamos en el juego como un acto de entretenimiento y diversión, ¿de qué manera el arte se vincula entonces con lo lúdico, cómo se puede jugar y hacer arte al mismo tiempo?
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Algo les sucede porque se quedan absolutamente atentos, inmóviles. Realmente el grado de atención es interesante... Hay una anécdota de un monólogo que yo hice para niños, dirigido por Salomón Adames, que se llamaba ¿Has visto un conejo en la luna?, basado en la mitología mexicana sobre la creación del mundo, del sol y de la luna. Entonces, como era un mito creíamos que quizá los niños no entenderían, pero si entienden comiquitas como Pokemón y Los Caballeros del Zodíaco, y esas historias que son más raras que el carrizo, ¡cómo no van a entender un mito latinoamericano! Claro que lo entienden todo, no podemos subestimar la gran inteligencia de los niños. Yo creo que ciertamente sí se modifica algo en la sensibilidad y la racionalidad de los pequeños espectadores, si les interesa algo, eso se quedará repitiéndose en su interior y querrán simular, imitar o reproducir lo que observaron. Les queda el estímulo: quiero comportarme como ellos, quiero actuar, quiero bailar, quiero contar historias hermosas, dónde podré estudiar eso, o simplemente, quiero volver a ver cosas así. Todo lo que sea en ese orden será extremadamente positivo y significa la transformación de su ser.
de los talleres que he dictado a niños y jóvenes durante los procesos de improvisación creativa; es lo que más les gusta, por cierto. Durante esas improvisaciones los niños y adolescentes experimentan con su cuerpo, con su voz, viven el trabajo en grupo, la autoevaluación, dan su opinión, se estimulan valores positivos como el respeto, la solidaridad, ves cómo se desarrolla en ellos una sensibilidad mayor porque uno dirige el estímulo, no lo impone. El proceso creativo obliga, por decirlo de alguna manera, a crecer emocionalmente, reafirma valores, despierta sentimientos, sensaciones, ya sea a través del teatro, de la pintura, de la danza, de los títeres, de la literatura; cualquier actividad artística estimula nuestra parte sensible.
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¿Qué les sucede a los niños cuando están frente a uno de tus espectáculos de cuentacuentos, siente que se transforma algo dentro de ellos?
Citlalli Godoy y su hija Sainma Rada como cuentacuentos. Caracas, 2009. Foto: C O R T E S Í A A R C H I V O N A G H I E L Y G O D O Y
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ENTREVISTA
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CITLALLI GODOY
Por eso hay que jugar, yo siempre estoy jugando, todo el tiempo uno está haciendo diferentes personajes en diferentes situaciones. ¿Cómo te enfrentas a la vida?, pues con las herramientas que tienes, la mía es el teatro. Creo que el vínculo entre el juego y el arte está ahí justamente, en la invención y la creación constante. Claro, el niño es así, todo el tiempo está jugando. Y si desde el juego lo liberas, lo llevas a crear no importa cuál rama del arte utilices, va a ser divertidísimo para él... En ese sentido, ¿has visto cómo estas criaturitas han transformado su comportamiento, su manera de ver el mundo, de relacionarse con otros niños a partir de su contacto con estas actividades lúdico-artísticas?
Fíjate, cuando yo tenía como 20 años di un taller en un liceo donde yo había estudiado, el José Ángel Álamo, mis alumnos eran de bachillerato, eran muy cercanos a mí en edad, se hizo una relación muy linda. Yo estaba estudiando teatro y todo lo que aprendía se lo transmitía a ellos, nos ibamos tranformando todos paralelamente. Participábamos en encuentros de teatro estudiantil, una de mis alumnas se ganó un premio de mejor actriz, otra dentro del teatro empezó a escribir; ella decía que yo le estimulé la vena poética. La cuestión es que todos esos jóvenes, independientemente de que hayan seguido o no en el teatro, siempre me hicieron saber que el teatro les abrió los ojos y los sentidos para visualizar el mundo de otra manera. A partir de su experiencia con el teatro su modo de asumir la vida fue diferente al de sus otros compañeros que no participaron de
esta experiencia; ellos se sentían diferentes, sus intereses, sus valores, su percepción del mundo empezaba a cambiar. Con los niños es una experiencia inolvidable. Por ejemplo, mi hija Mariana, comenzó a hacer teatro a los ocho años conmigo y tuvimos experiencias muy enriquecedoras porque nos tocó ir a escuelas de niños sordomudos, con síndrome de Down, es decir, hacíamos teatro de niños para otros niños. Hoy día estoy segura que su sensibilidad es distinta, su dicción es perfecta, su actitud ante las cosas, su manera de expresarse oralmente, desde muy pequeña todos estos rasgos eran diferentes a los de sus compañeros. ¿Por qué cree usted que la sociedad en la que vivimos, el sistema escolar, la televisión, el internet e incluso la familia, bloquean o cercenan la creatividad, la imaginación y el sentido lúdico con el que todos nacemos?
Yo creo que si el individuo se deja atrapar por los medios masivos, que están diseñados justamente para borrar un proceso de crecimiento sano, está acabado. A estos medios les interesa masificar todo, la información, los conocimientos, los gustos, las estéticas, les interesa tener espectadores pasivos y crear seres autómatas que respondan de manera autómata a los mensajes que envían que tienen como fin último el consumo. La sociedad capitalista se basa precisamente en eso, en generar personas que no piensen por sí mismas, que no tengan capacidad de discernimiento ni de creación, buscan que la gente piense cosas como “mientras más tienes más vales”, “no eres bonita si no tienes el pelo o la ropa o el cuerpo
así o asá”. Tanto así que las cirugías estéticas se han convertido en un acto tan simplificado como ir a una tienda, voy y me pongo unas tetas diferentes a las mías, una nariz diferente a la mía, justamente para acoplarme a ese modelo de belleza que me están imponiendo, porque así puedo ser exitosa. Son falsos valores que si permites que entren en ti y te manipulen entonces caerás en su juego. Y claro, criar, educar, es muy difícil, hay mucha fragilidad en los hogares porque de pronto la televisión se convierte en una niñera, te ves obligado a salir a trabajar y no tienes con quién dejar al niño... Lo más importante de criar es precisamente estar en constante conversación con el niño. Yo nunca prohibí a mis hijas ver televisión ni supervisé lo que veían pero siempre hubo el espacio para conversar y criticar lo que se veía. Eso genera en los niños la posibilidad de discutir sobre lo que ve, les va formando sus propios criterios. Ahora, no todas las madres se dan a esa tarea, porque llegan cansadas, porque el trabajo es duro, la calle es dura, entonces qué fastidio tener también que lidiar con la educación de los niños. Pero en ese transcurrir se va dejando pasar y lo que queda en la conciencia del niño es la información del medio masivo. Y pueden pasar dos cosas, los niños y jóvenes se vuelven tontos al acatar todos los mensajes consumistas o se vuelven violentos: “qué debo hacer para tener eso que no puedo tener”.
Le pregunto sobre las temáticas porque es muy frecuente encontrarse teatro infantil con contenidos muy frívolos o comerciales, obras que versionan una comiquita o alguna serie de televisión...
Eso para mí es irrespetar a los niños, es un trabajo inútil porque no le estás ofreciendo nada enriquecedor, le estás limitando su posibilidad de creer, de imaginar y crear. El teatro es para darle alas a los niños. Usted que es una mamá muy especial, muy particular, ¿qué recomienda a los padres para ayudar a sus chamos a que no se aburran, ayudarlos a que desarrollen la imaginación en sus ratos libres y que este tiempo sea productivo?
Eso es con acompañamiento. Las madres y padres tenemos que hacer esfuerzos extracurriculares, “¡cómo te vas a aburrir, vamos a
¿Por qué es importante que los niños usen la imaginación?
Pues, imagínate, es importantísimo para su desarrollo, para autoconocerse y reconocerse a sí mismos, para tener más seguridad en sí mismos, para ser adultos más sanos, más seguros, más felices. En la medida en que un niño o niña sea más creativo será más seguro, un ser humano bondadoso, un ser humano con un mundo imaginativo rico siempre será un mejor ser humano que aquel que no lo tenga. La imaginación ofrece una libertad extraordinaria. Sales de donde estás y puedes modificar la realidad desde tu imaginación, muchos no lo creen pero es así. La realidad empieza a cambiar desde dentro de nosotros mismos. Hay juegos relacionados con las nuevas tecnologías cada vez más sofisticados y costosos, ¿qué opina sobre estos juegos, le parecen positivos, sanos?, ¿estimulan la creatividad de los niños?
¿Es posible jugar y divertirse sin tener juguetes costosos y de última moda?
¡Absolutamente! habría que regresar a eso. Yo recuerdo cuando de niña jugaba con los telefonitos de vasos y pabilos. Cuando a mí me ha tocado trabajar con niños y hacemos esto ellos gozan un pullero porque funciona y es demasiado divertido. Hacer gurrufíos con chapitas, jugar metras —que son baratísimas— en la calle, en una plaza, volar papagayo que se hace con materiales desechables, hacer juegos de palabras, cantar… Hay muchos juegos, muchas maneras de divertirse y jugar sin necesidad de comprar juguetes costosos, claro que sí.
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Nunca les he comprado a mis hijas ni las he incentivado a jugar con eso. Sé que la mayoría de los videojuegos involucra violencia, muchos son competitivos, usan armas… A mí me parecen peligrosísimos porque a cuenta de que son juegos funcionan como pre- prácticas para la guerra. Sé que también hay juegos más educativos, con otros temas, pero me imagino que deben tener muy poca ganancia porque la competencia es muy fuerte. Estos juegos educativos deberían proliferar porque como herramienta pedagógica son muy buenos; debemos utilizar la tecnología a nuestro favor no para nuestra destrucción. Por otra parte, estos juegos obligan a los chamos a estar solos, no usan el lenguaje, no se comunican con el otro realmente, no socializan, no se mueves, ¡no usan el cuerpo!
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Los niños van solitos y nos abrazan porque les nace de inmediato, es su forma de agradecer lo que les ofreciste. A uno le interesa hacer las cosas con calidad, no puedes ofrecer cualquier tontería porque hay que respetar al público no importa la edad. A un niño no lo puedes pensar como un ser inferior, que es lo que sucede comúnmente, no puedes subestimarlo. Al contrario, el público infantil merece todo el respeto del mundo porque es inteligentísimo, no es hipócrita. Entonces escogemos buenos textos, textos poéticos, profundos, pero que los niños pueden digerir sin problemas.
recortar, vamos a pintar, vamos a jugar con plastilina, vamos a disfrazarnos!”, involucrar el juego, sus habilidades corporales, la imaginación. Eso que le decían a uno en la escuela cuando uno era chamo y yo siempre me burlaba: “La base de una sociedad es la familia”, eso es cierto, ahora lo entiendo, si la familia funciona bien la sociedad funcionará bien. La escuela da una formación importante, fundamental pero no puede estar desligada de la casa. Los padres no pueden pensar que sus hijos ya van a estar educados porque mandaron a sus hijos al colegio, la educación se forja en casa. La educación en la casa es muy pero muy importante.
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Qué reflexión puede hacer a partir de esas muestras de afecto que recibe luego de sus presentaciones, porque creo que esas demostraciones no son gratuitas…
Sabores y Saberes
Dulcería zuliana: azúcar del buen vivir Nuestra dulcería refleja la diversidad cultural e idiosincrasia venezolanas. Hoy día, es víctima de una sociedad que sucumbe de manera insana ante gran variedad de chucherías, refrescos y comida chatarra promovidas por industrias capitalistas a través de los medios de comunicación M a u r a
M o r a l e s
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así somos
Docente / coordinadora de Educación Intercultural Bilingüe LUZ
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Históricamente nuestra alimentación ha estado rodeada de una gran variedad de ricos y apetitosos dulces, los cuales pueden acompañar a las comidas en cualquier momento o circunstancia del día. Hablar de los dulces venezolanos y zulianos es sumergirse en un mundo de aromas y sabores que delinean el espacio de una cocina de marcados gustos y llamativos colores, de raíces indígenas y de hereditaria influencia europea. La cocina de estas tierras es la fusión de varias culturas, sin por eso dejar de ser dueña de una poderosa personalidad propia. Comencemos por nombrar algunas fuentes dulceras muy importantes: caña de azúcar, maíz, coco, entre otras. ¿Quién no ha probado un dulce de coco o una conserva de coco con leche, un besito de coco, o la popular cuca, sin olvidar el majarete típico en las navidades? Por eso, decimos que el coco es muy importante no solo en los dulces sino también en los platos fuertes como, por ejemplo, chivo en coco, pastel de coco, pescado en coco y otros platillos exquisitos. Más que histórico, el coco es an-
cestral y aún se consigue sin dificultad en nuestras tierras. También encontramos diversidad de frutas que deleitan el paladar zuliano, maracucho y de otros lugares tales como piña, lechoza, durazno, melocotón, ciruelas, fresas, higos, toronjas, etc., curiosamente procesados para convertirse en deliciosos postres. Dulces no tan buenos
¡Qué bueno es escribir sobre lo que nos gusta! Pero es muy interesante aprovechar la oportunidad para hablar también sobre aquello que nos preocupa en lo que se refiere a “dulces” o sinónimo de azúcar, y es que en las últimas décadas su consumo ha ido avanzando de manera progresiva, sobre todo por niños, niñas y adolecentes. Más importante aún es destacar que su demanda ya no se realiza comiendo esos dulces ricos tradicionales nombrados al principio, pues estos han sido sustituidos por una cantidad exorbitante de bebidas gaseosas, chucherías y los más diversos productos comestibles industrializados elaborados con azúcares procesadas, colorantes y químicos.
En este sentido, vemos con mucha preocupación que nuestra alimentación ha ido cambiado progresivamente, transitando de lo autóctono a lo que dicta la industria del mercado consumista a través de los medios de comunicación (televisión, radio, prensa, internet, etc.). No obstante, las madres, padres y representantes, es decir, los adultos responsables de enseñar a sus hijos e hijas a alimentarse adecuadamente, no estamos actuando en procura de mejorar o revertir esta situación, incluso muchas veces no hacemos nada para contrarrestar los valores y modas impuestas por el mercado. A la hora del desayuno o las meriendas, por ejemplo, ya los niños no encuentran en sus cantinas escolares o loncheras aquellos ricos y nutritivos alimentos o postres. Las cantinas en lugar de ofrecer desayunos nutritivos como arepas, cachapas, bollitos de yuca, mandoca y jugos de frutas naturales, ofrecen en su mayoría frituras y refrescos. Así vemos cómo en el estado Zulia en particular, pero también en el resto de Venezuela, nuestros niños, niñas y adolecentes se con-
tibles artificiales que ofrece el mercado de consumo capitalista nada tienen que ver con nuestras auténticas prácticas tradicionales alimenticias que sí nos nos garantizan un ¡buen vivir!
DULCE DE LIMONSÓN
PREPARACIÓN Se pelan seis limonsones y cortan en cuatro gajos, se retira la pulpa de la tripa. A la pulpa se le extrae la fibra amarilla que la atraviesa, se cortan por la mitad y se colocan en una olla con agua y se deja hervir. Cuando esto ocurre se cambia el agua, acto que se repite tres veces. Posteriormente se vierte el kilo y medio de azúcar, los 12 clavos de especias, 1 raja de canela y se cocina hasta que forme punto de caramelo. Finalmente, se colocan las dos cucharaditas de vainilla y se revuelve.
Foto: A L E J A N D R O C É S A R S O L Ó R Z A N O
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INGREDIENTES - 6 limonsones. - 1½ kilo de azúcar. - 12 clavos de especias. - 1 raja de canela. - 2 cucharaditas de vainilla.
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ten una película en casa con sus amigos. La bomba azucarada va cargada de colorantes, papitas, doritos, chistrís, tocinetas, maní salado, cotufas de microondas, galletas y, por supuesto, refresco. De esta forma, sin darnos cuenta, los infantes pasan semanas, meses, años con esa alimentación peligrosa y autodestructiva, que finalmente se traducirá en un estado metabólico alterado que afecta la salud compuesto por tendencia a la hipertensión, la obesidad, la diabetes tipo 2, la anorexia y la desnutrición. Es imprescindible que los adultos sepan orientarse y se habitúen a comer sano para que puedan educar a sus hijos adecuadamente. Es muy importante la ingesta de productos naturales provenientes de la tierra, bien sean frutas, vegetales, hortalizas, cereales, granos y fibras, así como los platos preparados con dichos alimentos. Finalmente, resulta primordial no olvidar que las comidas chatarras y demás comes-
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vierten, paulatinamente, en los grandes consumidores de alimentos industrializados. De manera que observamos con preocupación el incremento, en hogares y escuelas, de lo que podríamos denominar “peligrosas tradiciones alimenticias”, las cuales van al ritmo de la moda y se han acentuado con la asistencia de los jóvenes a los centros comerciales con fines alimenticios. Las ferias de comida ofrecen una limitada oferta de menús sanos y nutritivos, en su mayoría el consumidor se encuentra con las franquicias de comida rápida más diversas como McDonalds, Arturo’s, Wendy, Subway, de sushi, entre otros establecimientos que se pasean por la gastronomía chatarra mexicana, árabe, china y hasta venezolana. Estas “peligrosas tradiciones alimenticias” también ocurren cuando nuestros niños y jóvenes van al cine, a una fiesta de cumpleaños, a un parque, o simplemente compar-
Qué Leemos E r n e s t o
Y e v a r a
Investigador Museo Nacional de las Culturas
Para todos aquellos que deben estar en casa durante las vacaciones recomendamos la siguiente lista de textos y guías de actividades para su recreación Aprender a jugar. Aprender a vivir
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así somos
MATERIAL CEDIDO POR EL SEMINARIO DE EDUCACIÓN PARA LA PAZ DE LA ASOCIACIÓN PRO-DERECHOS HUMANOS (SEDUPAZ)
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Este es un texto dirigido a madres, padres e hijos para reflexionar sobre qué juguetes y juegos queremos y regalamos. Algunos de sus objetivos son enseñar a niños y niñas sobre el papel que desempeña la publicidad a la hora de conformar sus valores y gustos, poniendo al descubierto las técnicas que utilizan para hacer los productos apetecibles para, de esta manera, promover la reflexión sobre los valores que transmiten determinados juguetes (y de modo especial los comerciales), ofreciendo la posibilidad de construir sus propios juguetes y experimentar otras maneras de jugar. www.edualter.org/material/juguete
Juegos cooperativos y sin competición para la educación infantil MATERIAL RECOPILADO Y DISTRIBUIDO POR EMILIO ARRANZ BELTRÁN
Se trata de un manual dirigido a la recreación de niños y niñas entre dos a seis años, donde a través del juego se busca la participación y la creación colectiva, la eliminación de la agresión física, el desarrollo
de actitudes de empatía, cooperación, aprecio y comunicación. En este sentido, presenta juegos, actividades y dinámicas para desarrollar aspectos como la presentación, el reconocimiento, la distensión, la confianza, la estima y la relajación, entre otros. emilio.arranz.beltran@gmail.com http://es.scribd.com/doc/19981273/Juegos-Cooperativos-y-Sin-CompeticionPara-La-Educacion-Infantil
Colección Warairarepano, literatura indígena para niñas y niños Esta colección de libros de Monte Ávila Editores Latinoamericana presenta diferentes relatos e historias de las literaturas indígenas nacionales para su divulgación entre los más jóvenes, dando a conocer la luminosidad y sonoridad de la palabra indígena con brillantes ilustraciones y la narración oral, la cual está incluida en un CD que acompaña cada libro.
Con este proyecto editorial Monte Ávila no solo acrecienta la multiculturalidad en sus más diversos aspectos, sino que también hace accesibles las ediciones bilingües de libros para la promoción, difusión y conservación activa de los idiomas indígenas y sus creaciones literarias. De esta manera, los títulos de Warairarepano están dirigidos a apoyar los planes de alfabetización intercultural bilingüe, los programas de lectura actuales y las políticas de Estado en materia de acción cultural, en su dimensión comunitaria, regional y nacional. Entre sus títulos encontramos múltiples temas donde se hace énfasis en la enseñanza de valores y conocimientos para la educación de niñas y niños como, por ejemplo, en YADAAKADU. El sobrino desobediente, historia del pueblo ye’kuana
beber, cajas y plastilina, con los cuales pueden fabricar juguetes e instrumentos lúdicos de los tamaños o formas que deseen. Para descargar el libro: www.thehouseofblogs.com/articulo/com o_hacer_juguetes_que_funcionan__h_am ery-277437.html
HEATHER AMERY
Un divertido manual para hacer juguetes, máquinas, modelos y juegos en casa. Bajo la supervisión de un representante o docente, las niñas y niños aprenderán a usar materiales fáciles de conseguir y reciclables como papel, cartón, cartulina, botellas y envases de plástico, tubos de cartón y rollos, pitillos de
www.disaster-info.net/desplazados/documentos/escuelasaludable/60tecnicasparticipa.htm#3
Juegos cooperativos de canicas
gráficos ilustrados: 9 juegos de círculo, 10 juegos de agua y 11 juegos variados. Este texto es editado por la Asociación Pro Derechos Humanos y puedes buscarlo en las bibliotecas públicas.
Canciones infantiles y retahílas Un material ideal para conocer la letra de 82 canciones infantiles tradicionales, para jugar a las palmas, salir de campamento, saltar la cuerda o simplemente enseñar valores y ampliar el vocabulario de niños y niñas. Te recomendamos visitar la siguiente página de internet: www.iesaugustobriga.juntaextrema-
JIM DEACOVE
dura.net/memoria/canciones_y_poe-
Los juegos con metras o canicas se juegan para apropiarse de las metras de los demás, en este libro se muestras 30 juegos con metras para divertirse, ser cada vez más diestros/as y gozar con espíritu de amistad. Cada modalidad está descrita con todo detalle, dibujos y
mas.htm
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La Organización Panamericana para la Salud ofrece en internet una guía titulada Técnicas participativas para la educación popular, donde se ofrecen 21 actividades de animación y enseñanza de valores para niños y niñas elaboradas por el Centro de Estudios y Publicaciones Alforja. Entre las actividades están, por ejemplo, Las sombras chinas, cuyo propósito es representar situaciones con el lenguaje simbólico de las sombras, o Los zapatos perdidos, que permite analizar la importancia de la organización.
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¿Cómo hacer juguetes que funcionan?
Técnicas participativas para la educación popular
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relatada durante la iniciación de los jóvenes en la vida adulta. Para adquirir los libros de esta colección diríjase la Red de Librerías del Sur o puede consultarlos en cualquier librería pública.
Con el juego de la Candelita puede entrenar a su hijo/a para cuando tenga que empezar a hacer las diligencias burocráticas, pues siempre que haga una cola interminable, al llegar frente a la taquilla, le dirán: “por allá fumea” A r i a n n e
V e l i s
Investigadora Museo Nacional de las Culturas
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La Ruta de la Tradición
La ruta del juego y el juguete en Venezuela
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Saltando la cuerda. Isla de Coche, estado Nueva Esparta, 2006. Foto: J O S É
Jugar es un asunto bien serio. A través del juego los niños y niñas aprenden a socializar, formar valores, ser cooperativos, conservar el ambiente, el compañerismo, la competencia sana; además se identifican con diferentes roles sociales (padres o madres, bomberos, médicos, maestros/as, comerciantes, etc.). Hay juegos para desarrollar la destreza motora gruesa como, por ejemplo, la ere, saltar cuerda, jugar pelota, montar bicicleta, y otros para poner en práctica las destrezas finas: el yaqui, armar collares, aviones, el origami, hacer manualidades. También hay juegos que ejercitan el dominio corporal, entre ellos se encuentran el avión o pisé,
VOGLAR
las carrera de sacos, el palo ensebao. Para desarrollar la coordinación verbal-motora están los juegos de mano y canto; para la creatividad y el lenguaje funciona la elaboración de cuentos, chistes y/o adivinanzas, trabalenguas, retahílas. También son interesantes los juegos de mesa en los que se deben asociar diferentes elementos como el dominó, la memoria y las adivinanzas. Otros juegos para espacios abiertos son las rondas como arroz con leche (o arroz con coco), los pollos de mi cazuela, a la víbora de la mar, alelimón, matarilerilerón, entre otros. Así como juegos que ameritan de un juguete específico como el trompo, el yo-yo, la peri-
nola, el papagayo, las muñecas, el gurrufío y la zaranda. Por eso, es necesario el tiempo libre que deben tener nuestros/as infantes para jugar, pues es una manera de aprender divirtiéndose. En la escuela el juego como estrategia se ha perdido porque se separa lo cognitivo de lo práctico; pareciera que solo aprendemos cuando estamos serios frente a un pizarrón. Los y las progenitores tenemos una gran responsabilidad ante el juego de nuestros/as hijos/as, en ocasiones se le da un juguete a un/a joven para que no moleste, para que se distraiga, sin pensar en qué estamos colocándole en las manos y cómo podrá influir este artefacto en su futuro. Los juegos tradicionales son una forma de socialización, mayoritariamente los juegos tecnológicos han hecho que los niños/as jueguen solos/as, aislados/as. Si bien estos juguetes desarrollan habilidades y destrezas para el manejo tecnológico también separan a nuestros hijos/as del entorno, de su contexto social, y dificultan la comunicación familiar. En Venezuela se han encontrado 516 juegos tradicionales (Pozo, “Matarilerilerón”, en Revista Bigott).
EN VENEZUELA
SE HAN ENCONTRADO
516 JUEGOS TRADICIONALES. ES
IM-
PORTANTE INCENTIVAR EN LOS NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES LOS JUEGOS PARA EL DESARROLLO COGNITIVO, AFECTIVO Y AXIOLÓGICO, AQUÍ LE DIREMOS QUÉ JUGAR, EN DÓNDE Y PARA QUÉ; DE ESTA MANERA APROVECHAREMOS CADA MOMENTO LIBRE, SOBRE TODO EN ESTAS PRÓXIMAS VACACIONES ESCOLARES. SALVATORE
Podemos aprovechar este tiempo con los más pequeños/as de la casa para desarrollar diferentes habilidades del lenguaje, disfrutar del tiempo “libre” y divertirnos en familia, entre las posibilidades tenemos: Adivinanzas En la página www.adivinancero.com encontrará de animales, familia, frutas y geografía, entre otras, por ejemplo, entre las adivinanzas de familia encontramos en la página recomendada: “Empieza por ‘a’ y no es ave, sin ser ave, vuela. ¿Quién será?”, nada mejor que una abuela; y si esa se la adivinan aquí le sugiero otra: “Nieto de tu bisabuelo, padre de tus hermanos, de tus primos es el tío y de tus tíos hermano”, nada menos que mi papá, o “¿Cuál es el animal que tiene silla y no se puede sentar?”. Trabalenguas “Los trabalenguas se han hecho para destrabar la lengua, sin trabas
Dichos y refranes Para incrementar el vocabulario de los y las jóvenes —que si no le prestamos atención en pocos años se comunicarán con dos o tres groserías—. Pues no vayan los padres en un futuro a decir que “el que nace barrigón ni que lo fajen chiquito”, porque nuestros niños/as los estamos criando los padres/madres, la escuela y los medios; así es que “Si queremos coger agua clara debemos levantarnos temprano”, pues “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”, y para poner remedio a esta situación, “A Dios rogando y con el mazo dando”, por eso tomemos cartas en el asunto, porque “Al buen entendedor pocas palabras bastan”.
Juegos de mano, pero no de villanos
Piedra, papel o tijeras. Ritmo. También están los cantos que se realizan mientras dos, tres o cuatro hacen juegos con las palmas golpeando rítmicamente sus propias manos o las de sus compañeras/os de juego. Juegos para cuando no es posible salir de casa
Stop o en su versión criolla “pare”, es un juego educativo que desarrolla la destreza para la escritura y la memoria. El yaquis es un juego con objetos que desarrolla la motricidad fina, consiste en lanzar los yaquis (estrellitas tridimensionales elaboradas en hierro o plástico), si no los consigue los puede sustituir por peloticas elaboradas en papel y recogerlas mientras lanza una pequeña pelota al aire y esta rebota
Niña jugando zaranda, estado Mérida, 2011. Foto: L U Z M A R I N A P A R R A
así somos
Juegos cuando vamos en un vehículo, estamos en cola, en un trayecto largo o simplemente a la espera de que nos atiendan
ni mengua alguna, y si alguna mengua traba tu lengua, con un trabalenguas podrás destrabar tu lengua” (www.elhuevodechocolate.com). Aquí podrán distraerse un buen rato tratando de darle agilidad a la lengua de sus hijos/as, y si este trabalenguas no le sirve dígales que “Nadie silba como Silvia silba, porque el que silba como Silvia sabría silbar como Silvia silba” (ídem). También tenemos las canciones con retahílas: Una paloma. “Una paloma, punto y coma salió de su nido, punto seguido quería ser cantante punto y aparte, ¡pobre animal!, punto y final”, o la de “Una gallina ética pelética pelenpenpética”.
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Es importante incentivar en los niños, niñas y jóvenes los juegos para el desarrollo cognitivo, afectivo y axiológico, aquí le diremos qué jugar, en dónde y para qué; de esta manera aprovecharemos cada momento libre, sobre todo en estas próximas vacaciones escolares.
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Bailando el trompo en la mano. Foto: R A F A E L
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hecho con material reciclado y puede pasar todas las vacaciones realizándolo, lo que le permitirá tener a sus hijos/as distraídos/as durante un buen tiempo. Lo puede componer con dibujos, fotos, recortes o semillas, entre otros. También puede elaborar plegados con papel periódico o de reciclaje: sacapiojos, aviones, barcos, camisas, etc. Juegos al aire libre
Jugando con el gurrufío, estado Mérida, 2011.
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Foto: L U Z M A R I N A P A R R A
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una sola vez en el piso, para luego ser atrapada nuevamente por el jugador/a. Elabore su propio juego de memoria
Con los cuadernos que quedaron del período de clases que ya terminó y que por lo general van a parar a la basura, pídale a los niños/as que dibujen o recorten dos formas iguales, los coloca sobre cartón de caja y los pica todos del mismo tamaño, por una de las caras le coloca las figuras ya elaboradas, realice al menos 30 figuras o para hacerlo más rápido puede colocar palabras y ya tiene su juego de memoria fabricado por ustedes mismos. Este juego elaborado en casa tiene varias ventajas: desarrolla la memoria visual, está
HAGA
Juegos de ronda como la señorita, en algunos lugares del país llamado la señorita Elena, están los pollos de mi cazuela, arroz con leche, la eres, el escondido, la chupula, que es parecida a la eres pero en vez de tocarse se lanzan una pelota de cartón, la coronita y la candelita, con este último juego entrena a su hijo/a para cuando tenga que empezar a hacer las diligencias burocráticas, pues siempre que haga una cola interminable al llegar frente a la taquilla le dirán “por allá fumea”.
enseñarle a sus hijos la historia de su comunidad, también puede visitar al cronista o cultores/as de su pueblo y llevar a sus niños a conversar y verá cómo se enterará de esa historia oral que no aprendemos sino a través de estos vecinos. Revise un poco el paisaje de su estado y llevelos a la montaña, el río, la playa, parques o los Llanos, y hábleles de la geografía de nuestro país. También la Cinemateca Nacional tiene en algunos estados salas de cine, organice en su comunidad actividades con los más pequeños, muchas instituciones del Estado —si lo coordina con tiempo— pueden ofrecerle actividades recreativas totalmente gratis. Y, por último, cuando su hijo/a le diga que está fastidiado/a y que todo le aburre, cuéntele el cuento de nunca acabar, la versión criolla de Las mil y una noches, el cuento del Gallo Pelón, y si usted no se lo sabe, escríbanos al correo del museo y con mucho gusto aquí se lo contamos.
Juegos para cuando estamos solos/as
El yo-yo, el yaqui, la perinola, el gurrufío, saltar la cuerda, si está en una casa con patio. Para pasear
Haga una investigación acerca de los sitios y monumentos históricos que se encuentran en su ciudad y aproveche estas vacaciones para
Fuentes de Información POZO. “Matarilerilerón”, en Revista Bigott, año 11, n° 21, 1992, pp. 45-59.
www.redcreacion.org www.une.edu.ve www.adivinanzas.chiquipedia.com www.elhuevodechocolate.com
UNA INVESTIGACIÓN ACERCA DE LOS SITIOS Y MONUMENTOS HISTÓRICOS QUE SE EN-
CUENTRAN EN SU CIUDAD Y APROVECHE ESTAS VACACIONES PARA ENSEÑARLE A SUS HIJOS LA HISTORIA DE SU COMUNIDAD, TAMBIÉN PUEDE VISITAR AL CRONISTA O CULTORES/AS DE SU PUEBLO Y LLEVAR A SUS NIÑOS A CONVERSAR Y VERÁ CÓMO SE ENTERARÁ DE ESA HISTORIA ORAL QUE NO APRENDEMOS SINO A TRAVÉS DE ESTOS VECINOS.
REVISE UN POCO EL PAISAJE DE SU ESTADO Y LLEVELOS A LA MONTAÑA, EL RÍO, LA PLAYA, PARQUES O LOS LLANOS, Y HÁBLELES DE LA GEOGRAFÍA DE NUESTRO PAÍS
Campeonato de trompos. Palmira, estado Táchira, 2006. Foto: R A F A E L
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Selección de juguetes pertenecientes a la Colección Etnográfica de Juguetes Tradicionales Venezolanos de la Fundación Centro de la Diversidad Cultural. Juguetes: 1.- Móvil con concha de coco (Gregorio Siem, Distrito Capital). 2.- Teatrino con dos títeres (Fedora Pons, San Antonio de Los Altos, edo. Miranda). 3.- Barco de madera (Helly Tineo, Venezuela). 4.- Tren de madera (Gil Otero, Venezuela). 5.- Caserío - Juego de tacos (Fedora Pons, San Antonio de Los Altos, edo. Miranda). 6.- Carrucha (S/A, Panaquire, edo. Miranda). 7.- Zaranda con impulsador (S/A, Venezuela). 8.- Cuna de madera (S/A, Venezuela). 9.- Caballito de San Juan (S/A, Distrito Capital). Cortesía: Coordinación de Gestión de Colecciones CDC. TLF: (0212) 564-98.22. Correo electrónico: cdccolecciones@gmail.com
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