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Recursos Humanos
Las políticas ESG o ASG (Enviromental, Social y Governance) se refieren a un conjunto de prácticas utilizadas por las empresas para abordar su desempeño en términos ambientales, sociales y de gobernanza. Estas políticas tienen como objetivo promover sostenibilidad y responsabilidad corporativa de la organización.
Estamos acostumbrados a relacionar sustentabilidad y sostenibilidad con temas de medioambiente y cómo las empresas buscan mitigar el impacto que generan en el entorno; sin embargo, no relacionamos estos términos con el capital humano y cómo las empresas pueden desarrollar estrategias para generar un círculo virtuoso de captación, desarrollo y fidelización de sus colaboradores.
De acuerdo con ManpowerGroup, en México 7 de cada 10 empresas reportan dificultad para cubrir las posiciones de su empresa; por esto es tan importante conseguir la sustentabilidad del talento, uno de los recursos más escasos en las organizaciones.
Objetivos a largo plazo, la clave del éxito
La sustentabilidad del talento es la capacidad de una organización para atraer y retenerlo de manera sostenible a largo plazo en un contexto de alta competencia.
Por lo general, las empresas suelen tomar acciones a corto plazo y abordan este reto con un enfoque materialista sobre las necesidades y expectativas de empleados y candidatos, como el salario u horario de trabajo.
Si bien estos aspectos son rápidos de implementar, resultan fáciles de imitar por los competidores y su impacto en la retención de empleados es menos duradero.
La clave está en diseñar e implementar una propuesta a largo plazo para candidatos y empleados, que no solo aborde lo que empleados y aspirantes deseen en el momento, sino en las necesidades para un futuro próspero y sostenible.
Esta propuesta se trata de un sistema compuesto por cuatro factores interrelacionados:
1. Oferta material
2. Sentido de grupo y comunidad
3. Oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional
4. Propósito
Estos factores varían en cuanto a cómo los empleados los experimentan. Los primeros dos se experimentan de inmediato. La oferta material, como un aumento salarial, pueden generar una gratificación instantánea. La conexión y la comunidad, aunque llevan tiempo construirse se experimentan en el presente.
Por otro lado, los últimos dos factores se experimentan a largo plazo. Estos están relacionados con la visión a futuro de los empleados y cómo su trabajo se alinea con sus metas y valores.