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¿Cómo convertirse en un mejor jefe bajo estrés? El efecto wow y su impacto en la
Recursos Humanos
¿Cómo convertirse en un mejor jefe bajo estrés?
Por: Ingeniero Empresarial,
Emanuel Kramer, Fundador de Kramer Consulting International. info@kramer-international.com www.kramer-international.com https://www.facebook. com/KramerConsInt/ https://www.linkedin.com/in/ emanuel-kramer-56699116/ https://www.instagram. com/kramerconsulting/ https://twitter.com/KramerConsult La crisis del Covid-19 y el liderazgo de un equipo a través de canales digitales, han agregado un nuevo componente de estrés a la vida laboral de los gerentes. Para soportar esto, primero hay que aprender a entendernos.
Si los humanos fueran una computadora, nada de esto sería un problema. Pero los desafíos de la pandemia, trabajar desde casa, administrar a los empleados a través de conferencias por zoom y otros canales de comunicación digital significan que tanto los empleados como los gerentes deben expandir sus capacidades y su resistencia al estrés.
Cuando una computadora alcanza su límite de capacidad, se instala un nuevo sistema. Pero ¿qué pueden hacer los seres humanos para ampliar su capacidad, de modo que puedan seguir desempeñando sus funciones?
Realmente su propia comprensión de lo que le sucede al cuerpo, mente y emociones en tales situaciones, es igual de importante para mantener un nivel de desempeño como el conocimiento profesional.
Es lo que ha sucedido miles de veces en el mundo empresarial durante el año pasado. Las incertidumbres causadas por la pandemia de Covid-19, el necesario y abrupto cambio en los métodos de trabajo, comunicación, procedimientos y procesos plantearon a los gerentes enormes desafíos.
La sensación de la pérdida de control
La pandemia por Covid-19 ha vinculado el estrés profesional y privado. Las incertidumbres relacionadas con la pandemia y los contratiempos empresariales, deben gestionarse desde la oficina central, así como los niños en edad escolar deben ser acompañados, apoyados y cuidados más de cerca por sus familiares.
Además, es posible que exista la sensación de perder el control ¿el equipo sigue trabajando en conjunto?, ¿sigue siendo eficiente?, ¿el empleado está enajenado?, ¿sigue siendo bueno el rendimiento?
Los tres "yoes"
La complejidad y la intensidad de tales desafíos, superan la dificultad del propio pensamiento y la actuación, así como la capacidad de recuperación emocional. Se vuelve particularmente difícil darse cuenta de que esta no es una condición temporal, pero que actualmente no hay otra perspectiva en vista de las incertidumbres en curso de la pandemia.
Investigaciones en psicología, han mostrado con más detalle cómo reaccionan las personas en diferentes situaciones estresantes y de la vida. Descubrieron que en tales situaciones, el ser humano no actúa y reacciona como un "yo" singular y estable, sino que inconscientemente se mueve hacia adelante y hacia atrás entre tres "yoes" diferentes: este es el "yo" del niño, el defensor y el adulto "yo".
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Ser capaz de introspección y autocontrol
El "yo" infantil es el más vulnerable e indefenso, pero también el más curioso y ansioso por experimentar. Para contrarrestar las amenazas al "yo" del niño, el hombre ha desarrollado el defensor dentro de sí mismo. El defensor es al mismo tiempo el "yo" dominante: protege y vela por su propia seguridad y mantiene a las personas en su camino seguro, les permite mantener sus hábitos y, si no hay amenazas o estrés en el horizonte, también les da impulso a cambios.
El "yo" adulto es más capaz de auto-observación y autocontrol en situaciones peligrosas y estresantes, lleva a las personas a reacciones y acciones controladas, adaptadas a las situaciones o necesidades de otras personas. Solo el "yo" adulto se reconoce a sí mismo -y también a otras personas- en situaciones difíciles y aceptarlo en su complejidad emocional.
Existen cuatro ejercicios
Por supuesto, en situaciones estresantes es más difícil llamar al "yo" adulto y diferenciar entre los tres "yoes" diferentes. Ser consciente de esto es un paso útil. Hay cuatro pasos que uno puede seguir para crear esta conciencia.
1. Escúchate a ti mismo
¿Qué te pasa bajo estrés? Las emociones fuertes como el miedo o la frustración, indican que el “yo” del niño, por ejemplo, se siente amenazado y el defensor toma medidas.
2. Nombrar y pronunciar sus sentimientos
Tan pronto como uno se haya dado cuenta de que los dos "yoes" están actualmente activos, debe uno tranquilizarse y respirar profundamente. Al nombrar y pronunciar los sentimientos directamente, uno se separa de ellos y pasa a un asiento de observador más objetivo.
3. Aceptar lo que es
La autocrítica es inútil en tales situaciones. Más bien, uno debe aceptar los sentimientos negativos y aceptarlos como una reacción natural. Cuanto mayor es la autoaceptación, más desaparece la necesidad de defenderse. Esto despierta el "yo" adulto, permite la autorreflexión y crea un nuevo margen de maniobra.
4. Encontrar consuelo en la incomodidad
La incomodidad podría desencadenar respuestas positivas, como la voluntad de cambiar, pero generalmente, la incomodidad se percibe como un peligro. Se utiliza como una oportunidad para reprimir cosas y responsabilizar a otros por sus propias deficiencias. Sin embargo, en el caso positivo, la incomodidad debe llevar a cuestionarse a sí mismo, enfrentar sus propios miedos y asumir la responsabilidad de la mala conducta cometida durante el estrés.
Por supuesto, estas estrategias o ejercicios no garantizan una decisión perfecta en el espacio virtual. Sin embargo, sirven como una base sólida para hacer frente a las actuales estructuras de toma de decisiones y comunicación. Se ha demostrado que incluso pequeñas mejoras a lo largo del tiempo conducen a importantes ganancias de eficiencia.