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Reconocer lo irremplazable: Pritzker 2021
from Revista Consultoría Marzo 2022 Vías terrestres, fundamental hoy para el desarrollo y la conectividad
El más reciente Premio Pritzker, considerado por muchos como el Nobel de la arquitectura, fue otorgado a la pareja de valientes arquitectos Anne Lacaton, francesa y Jean-Philippe Vassal, marroquí, ambos nacidos en los años 50´s. Este galardón se suma al rosario de reconocimientos a su concepto y obra, basado en hacer sostenible lo que ya existe y no demoler lo que podría ser redimido.
Me parece muy importante traerlos a cuento, porque con este premio, el mundo reconoce una posición filosófica amorosa, sustentada en la transformación racional y la responsabilidad a largo plazo con los ecosistemas comunitarios.
Considero este Pritzker como una llamada de atención a los constructores que estamos interviniendo barrios antiguos, con personalidad arquitectónica, y muy funcionales en las colonias Condesa, Roma, Santa María o San Miguel Chapultepec en la Ciudad de México. Este guiño debería llevarnos a reflexionar, si es que realmente vale la pena seguir demoliendo casas unifamiliares o pequeños edificios con valor estético e histórico, para edificar sobre sus restos enormes conjuntos habitacionales hasta para 200 familias en donde antes no vivían más de 10 y que rompen el precario equilibrio de la ciudad, ponen en crisis el abasto de agua, saturan la capacidad de los drenajes y aumentan la demanda de servicios básicos.
Estética irremplazable
Por: Jorge Ismael Rodríguez López de Lara,
Artista multidisciplinario. jorgeism@yahoo.com Las actuales experiencias pre apocalípticas, deberían ser estímulos suficientes para sensibilizar a los constructores con la piel más dura y motivarlos a explorar los caminos del equilibrio de algunos de sus colegas responsables como Jove.Condesa con el rescate de los antiguos edificios de Zamora 95 y Chicontepec 70 o Terra Capital con la excelente intervención al bello edificio de Choapan 44, también de la colonia Condesa, en cuyas rehabilitaciones se nota el diálogo entre pasado y presente aprovechando las virtudes estructurales, arquitectónicas y la estética irremplazable de estos edificios, conservando un cachito de la memoria de nuestra ciudad y sobre todo, sin sacrificar el futuro de los afortunados habitantes de estas joyas arquitectónicas.
Ojalá que el premio Pritzke 2021 otorgado a Anne y a Jean-Philippe, sirva para que este pensamiento se haga tendencia, nos ayude a reconocer lo irremplazable y en los próximos años veamos cómo cientos de edificios son rehabilitados para el disfrute de sus habitantes y visitantes, así como sucede en los barrios añejos que caracterizan a las ciudades de primer mundo que nos encanta visitar.