EL MUNDO DE LAS RELIGIONES 1
EL MUNDO DE LAS RELIGIONES MITOS Y SÍMBOLOS – Douglas Davies Después de haber oído una movida pieza de música, nos parecería muy extraño que alguien nos preguntara si la música era verdadera o falsa. La música, podríamos replicar, no es ni verdadera ni falsa. Hacer esa pregunta está fuera de lugar. La mayor parte de la gente sabe que la música puede, llegado el caso, hablarle sin palabras. De hecho, algunas de las grandes sinfonías nos pueden afectar más profundamente que una lluvia de palabras, mientras obras corales como el Mesías de Händel pueden producir un efecto mayor que el de cualquier texto. Lo que sucede con la música, sucede también con las personas. No es posible decir qué significa una persona para nosotros afirmando simplemente que es nuestro marido o nuestra esposa, porque las relaciones humanas esconden siempre niveles inexpresados de intuiciones, sentimientos y emociones. La cuestión del “sentido” o significado ha de verse siempre relacionada con estas dimensiones, así como con otras más evidentemente tangibles. MITOS Los mitos asumen muchas formas según la cultura en que se encuentran, pero su función es siempre ilustrar instancias y valores vitales para la existencia de una sociedad determinada. Con frecuencia dramatizan esos temas profundos de la vida y de la muerte, como, por ejemplo, el origen del hombre, el sentido de la vida, el tipo de comportamiento como ciudadano, marido, criatura de Dios, agricultor, etc. Los mitos no son teorías científicas o sociológicas sobre estos temas, sino el resultado de la reflexión de una nación o de un grupo sobre esas grandes cuestiones. Su función no consiste simplemente en proporcionar una teoría de la vida, que se puede aceptar o rechazar a voluntad; sirven para provocar una respuesta en el hombre. Podríamos hablar de los mitos como de puentes entre el intelecto y la emoción, entre la mente y el corazón, y en esto son como la música. Ambos expresan una idea y obligan a una respuesta por nuestra parte. A veces, los mitos pueden formar una extensa serie en la que se entremezclan unos con otros, acompasando muchos aspectos de la vida, como se ha demostrado en el caso del pueblo dogon del río Niger, en Africa occidental. Por otra parte, pueden servir también para explicar problemas parciales como el odio entre hombre y serpiente, o para explicar la forma particular de una montaña. Un problema para nuestra comprensión de los mitos radica en el hecho de que las religiones occidentales – judaísmo, cristianismo e islam- están muy relacionadas con la historia. Tienen fundadores y ven su historia como una acción personal de Dios. Este fuerte acento de acontecimientos reales difiere del modo oriental de enfocar la religión,