Técnicas zancudas de defensa anti

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TÉCNICAS ZANCUDAS DE DEFENSA ANTI-PERSONAS

(Cuento infantil pensado para adultos)

JUAN DAVID CÉSPEDES CUEVAS KAROLL LYSETH CUEVAS MENDOZA


Dedicado con amor a mi familia, Especialmente a Maximiliano Cuevas, Nuestro Padre.


TÉCNICAS ZANCUDAS DE DEFENSA ANTI-PERSONAS Se cuenta que hace algún tiempo, en verano estadounidense, Lola, la boa, llamó muy afanada por celular el rey león mientras dormía, en su selva africana. Él muy molesto porque le habían dañado la siesta, se engulló el celular de un tirón y la pobre boa tuvo que llamar a la señora leona mientras huía de un cazador humano. La pobre Lola lloraba explicándole a su receptora reina que los humanos habían invadido su hogar y ahora el hombre la acusaba a ella de invadir la casa de los humanos y ellos la perseguían sin piedad. La leona despertó a su marido, quien enojado y medio dormido, no tuvo más que atender la llamada de la boa y le dijo: “toma a tus hijos y huye de allí”. La leona muy preocupada de pensar que un día le pudiera pasarle a ella y a sus hijos bebés, le dijo a su esposo: “Deja de dormir mientras yo cazo y ponte a pensar qué hacer porque no podemos huir todos los animales, por culpa de ese terrible depredador “hombre”. Se cree dueño de todo y no respeta nuestro hábitat ni mucho menos la vida de ningún animal. Nos cazan, nos comen y lo peor nos ponen de sus mascotas o de exhibición en jaulas de zoológico”. El rey sabiendo que su mujer tenía razón y peor aún, estaba enojada, hizo llamar a su escriba, el jaguar Yande, y le dijo “Haz para mañana un afiche promocionando el Primer Congreso de Técnicas de Defensa Animal contra el hombre”.


El jaguar muy preocupado con su tarea llamó al gorila, porque le pareció que siendo tan parecido físicamente al ser humano podía darles buenas ideas. Pero, contrario lo que el jaguar pensaba el gorila reunió a su manada, cambió de nido y dejó al jaguar solo ya que le ofendía que lo comparara con el hombre porque el gorila consideraba al hombre como un ser despreciable egoísta y depredador.

Iniciaba el día, y al jaguar no se le ocurría nada. Se sentó a la orilla del río Nilo y se puso a llorar. El cocodrilo Coco, muy enojado, salió del agua y gritó “¿Qué te pasa, chillón?”. El jaguar le explicó lo sucedido y el tiempo se acababa. Coco se sentó a su lado y dibujó en el papel de papiro el siguiente afiche:


El jaguar se presentó ante el león con su tarea y el león saltó sobre él y rugía de alegría. El rey león creía que el afiche era lo mejor.


Ahora el jaguar tenía otra tarea, preparar el congreso, ya que el león solo sabía mandar. Yande se sentó de nuevo con Coco y empezaron a planear todo el evento; ya que conferencias, ya que talleres, unos cursos matutinos de defensa personal, que quiénes serían los conferencistas y para ello pidieron hojas de vida; y luego, hasta organizaron los menús del evento. Cientos de hojas de vida llegaron a la oficina improvisada a las orillas del río aunque Coco tenía poca inteligencia sabía de paciencia y de evaluar a todo quien se pusiera en frente. Fue así como escogió como conferencistas a Tigris, un tigre de bengala joven, grande, con patas enormes cuyas pisadas hacían temer al más valiente; flaco –no por hambre sino de tanto correr –inteligente y por ello amigable, refrenado, pero un poco ordinario cuando está de fiesta y con algunos tragos por lo que sugirió que no hubiese licor durante el evento. Al jaguar no le gustó la sugerencia, pero no tuvo más que estar de acuerdo. El segundo era Carcha, un tiburón blanco no tan joven, bastante orgulloso de su fama de depredador, aunque muchos contaron a sus espaldas que no es valiente atacar indefensas y pequeñas tortugas jóvenes, por lo que más que temerle le sentían fastidio. El tercer conferencista era un representante de los animales aéreos y fue escogido Hillary, un águila calva temeraria y vanidosa; se creía el mejor de los animales. Hasta decía en voz baja que el león no se le debería considerar rey porque ni cazar sabía. Coco y Yande, pensaron que exponer la renovación de las águilas a los 40 años de vida sería de gran inspiración para nuevos técnicos de defensa personal. Pero cuando Hillary supo lo que se esperaba de ella, no estuvo de acuerdo porque creía que la iban a imitar y ella quería ser el único animal capaz de este proceso de renovación. Pensó en hacer una pequeña trampa para proteger su identidad única y vanidosa.


Llegó el día del evento. Coco y Yande se pararon cada uno en una puerta de entrada al evento para organizar a los asistentes en la gradería. La primera en buscar asiento para tener buena vista a la bahía fue Lola quien había serpenteado hasta el lugar con sus hijos desde el mismo día de su encuentro con el humano. Poco a poco fueron llegando los animales con profundas expectativas. Traían ropa deportiva, botellas con agua y, sus cámaras fotográficas. El congreso distribuido en dos días iniciaba con la inscripción, entrega de escarapelas y saludo de bienvenida dada por el rey león, pero escrito por Coco y Yande el jaguar; ya sabe, el león solo sabe mandar y lucirse por el trabajo de los demás. Venía un descanso con algunos snacks, hot dogs de zanahoria, galletas de avena y jugos naturales. Coco, muy paciente como siempre, preparó la siguiente programación del evento:


La primera conferencia esperada por todos fue dada por el esperadísimo Tigris. Todos esperaban aprender la manera exacta para reproducir el grave rugido de la aterradora zanahoria peluda de la selva. En lugar de ello, Tigris habló de camuflaje, como usar tu cuerpo para tu beneficio; que no puedes empezar a quejarte si no conocerlo, respetarlo, disfrutarlo y ponerlo a tu servicio en el mejor sentido de las palabras. Explicaba que para él no era un problema su gran tamaño era cuestión de ser sigiloso al pisar, de usar sus líneas negras para esconderse a pesar que cualquiera pensaría que el naranja sería un problema. Y con esa gran fase terminó la charla no sin antes invitar a los ejercicios que el segundo día los harían los avestruces para enseñar técnicas de camuflaje. Algunos pensaron ¿qué pueden enseñarnos los avestruces? Otros pensaban ¡Qué bien¡ Tigris ya les enseñó y hasta ellas, que nunca lo usaban, aprendieron a camuflarse. Eso quiere decir que yo también puedo aprender todos se llenaron de emociones diversas mientras prepararon su estómago para el suculento almuerzo con guisos, ensaladas y jugos naturales. Tan maravillosa fue la primer jornada que ningún animal aéreo, terrestre o acuático quería llegar tarde; así que almorzaron poco, debió haber sido eso y no porque reusaban a comer estilo vegetariano. El siguiente conferencista fue Carcha, el gran tiburón blanco. Ya en este punto ningún animal sabía qué esperar, pero llegaron con dentaduras filosas que las hienas vendían a la orilla de la bahía, claro que los fabrican pobres ratones campesinos, algo presionados por las vendedoras. En ese proceso de fabricación, varios ratones desaparecieron, según las hienas, ellos se perdieron en la selva mientras buscaban materiales para construir las dentaduras.


Shak Shak Shak se oía en las graderías, y el mar. Pronto apreció Carcha en el centro de la bahía con la distancia suficiente para no encallarse. Con potentes micrófonos y grandes pantallas fue transmitida su conferencia en tierra. Wow ¡que poder de convicción¡ debieron oír toda la charla. Giró en torno al balance del universo. No sé si se justificaba por comerse las tortugas, pero lo cierto es que habló de comer para sobrevivir y respetar el entorno. Explicaba que si comemos de más hoy, ese alimento nos puede hacer falta mañana. También habló de no atacar sin necesidad de alimentarse o defenderse y aunque los vegetales y las algas no lloran al ser comidos, también son seres vivos que pueden desaparecer si no los cuidamos a ellos y a todo el medio ambiente. Algo muy importante que dijo fue sobre evitar el contacto con objetos que aunque parezcan interesantes y bonitos pueden acabar con la vida como por ejemplo: plásticos, redes y latas. Todos esperaban una muestra de su mordida, pero nadie quiso ser modelo para la demostración. En general fue una buena charla. Carcha invitó a todos los animales y para quienes no quisieron tomar clases de camuflaje con los avestruces, podrían tomar clases de buceo con sus amigos los delfines. Prometió un paseo por los arrecifes de coral, animales que por su naturaleza no podían ir a la bahía. Sería toda una aventura. Era hora de descansar, así acababa el primer día. La selva cercana y la bahía ofrecían numerosas oportunidades de disfrutar pero no dejaba de ser peligroso para algunos. Antes de caer totalmente la noche y mientras se encendían antorchas y bailes tropicales se oyó un fuerte revoleteo. Coco tuvo un mal presentimiento, pero Yande pensó que las aves nocturnas salían a danzar. Fue una noche mágica. Más aún con el espectáculo ofrecido con las medusas brillantes, quienes hicieron hermosas coreografías marinas.


Inició la segunda jornada. Todos los animales iban a toda prisa. Coco y Yande estaban nuevamente en la entrada de la gradería para ayudar a todos a conseguir los mejores asientos. Todo parecía normal, solo faltaba el arribo del águila calva, Hillary. Pasaron unos cuantos minutos y las guacamayas desesperadas, empezaron a revolotear y hacer graznidos horribles, con los que molestaron a los demás asistentes; las gallinas cacareaban; los ñús bramaban; los animales marinos se ocultaban bajo el agua para evitar tanto sol y ruido. ¡todo era un caos!. El rey león quiso poner orden rugiendo ferozmente, lo que hizo correr a la mayoría de los asistentes. La señora leona, sin pensarlo dos veces, tomó el micrófono y llamó al orden. Pasaron la lista y que creen del águila calva no había una pluma. Ese fue el revoleteo nocturno. El rey león rugió nuevamente y el pobre Yande muy preocupado empezó a mirar deprisa las hojas de vida de los aspirantes aéreos. Llamó a la tarima uno a uno, pero ellos se negaban a dictar una charla por no tener nada preparado para una presentación de ese nivel. Más aún con la calidad del trabajo de Tigris y de Carcha. En su desesperación Yande solo podía oír un zumbido fastidioso que lo rodeaba y le pedía que lo dejara presentarse, entonces encontró el currículo de Aedes Egyptis. Había sido descartado por Coco con un letrero que en su hoja de vida decía: “peligroso”. Aprovechando que Coco estaba en gradería ayudando a conservar el orden, Yande tomó el micrófono y anunció al conferencista improvisado: Dangerous, el zancudo Aedes Egyptis. Coco casi convulsionó al oír el anuncio, mientras que los asistentes casi mueren de risa porque no se veía al conferencista ni siquiera en pantalla por más que el camarógrafo caracol aumentaba el zoom de la lente.


Las jirafas comentaban que esa conferencia jamás estaría a su altura, pero el rey león no le permitía a nadie ausentarse. Hasta le pidió apoyo a las orcas para que se aseguraran de que los animales marinos oyeran la peculiar conferencia. A pesar de tantos asistentes en contra, y sin nada preparado, Dangerous se presentó e inició la charla con la siguiente frase: “¡La mejor defensa es el ataque!”. Coco quiso correr para arrancarle el micrófono, pero la ovación animal fue inmediata. Todos aplaudían y el Rey León era el que más emocionado estaba con las palabras del zancudo, así que Coco terminó internándose en el fondo de la delta del río cercano. Dangerous, sintiéndose feliz y famoso habló de cómo su familia ha repelido a los humanos sembrando en ellos enfermedades y evolucionando diferentes enfermedades. De cómo es que siendo tan pequeños son causantes del Dengue hemorrágico, el zika y el chikunguña. Explicó que al causar estas enfermedades diezman al depredador humano y que el zika es doblemente efectivo porque al atacar a mujeres embarazadas sus crías nacían con una enfermedad llamada microcefalia, la que hace que su cerebro no crezca. En realidad, el pequeño Dangerous demostró lo orgulloso que se sentía de causar tanto daño al humano. Tiró por la borda los mensajes del camuflaje, de atacar para sobrevivir o del balance del universo. Muchos animales entendieron y aceptaron el mensaje del Aedes que los invitaba a destruir y crear técnicas de destrucción y no de defensa personal. Fue tan marcado su mensaje, que ningún animal salió ni al refrigerio, como tampoco participaron de los talleres de avestruces ni delfines. Nadie hizo actividades de recreación. Todos seguían reunidos en la gradería creando técnicas de evolución destructiva.


Serpenteando salió una boa que le iba diciendo a sus hijos: “Pensar que los grandes tienen en su sabiduría la idea de la paz y la sobrevivencia, pero las masas incultas y acomplejadas siguen sus instintos e ignorancia aplaudiendo la guerra”. Después del congreso algunas víboras contaron que se habían reportado desapariciones de gallinas, pero la zorra fue lo suficientemente astuta para salir libre. Las loras parlantes dicen, desde entonces, que el búho es un profeta, porque él había predicho que algunos no saldrían vivos de allí. El búho explicó en las memorias del Congreso, publicadas en un libro de papiros escrito por Yande, porque de Coco no se volvió a saber nada: “Es fácil saber que es imposible ir en contra de la naturaleza en forma repentina. Solo con la meditación y esfuerzo se pueden controlar los instintos naturales que abundan en el ser”. Muchos no pudieron leer las memorias porque jamás volvieron a casa. Desde entonces se reportan más y más pérdidas animales y humanas en enfrentamientos que se hubieran podido evitar. La descendencia de Dangerous sigue orgullosa de su evento y tiene fotos en cada charca para que sus hijos desde larvas sepan cuán importantes y temibles son. Todo eso lo sé porque yo estuve ahí.

JUAN DAVID CÉSPEDES CUEVAS KAROLL LYSETH CUEVAS MENDOZA


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