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El reto de las smart cities

Integración y conectividad inteligente Recientemente se celebró en Barcelona la novena edición de Smart City Expo World Congress (SCEWC). La sensación general fue que se trata de una tendencia que ha “tocado tierra” de forma definitiva, y son muchos, y muy variados, los proyectos que están ofreciendo ya resultados en los cinco continentes. Atrás ha quedado el discurso evangelizador inicial, cargado de terminología técnica. Ahora se busca dar un nuevo paso hacia las denominadas cities made of dreams.

Todos los datos confirman ya que el concepto de smart cities ha dejado de ser una tendencia para convertirse en una realidad con un futuro, a corto plazo, muy prometedor. Un gran abanico de empresas —tecnológicas, constructoras o de servicios— han puesto ya su atención en la aplicación de todo tipo de tecnologías emergentes en ámbitos como la gestión municipal, del tráfico, de la seguridad o de los servicios públicos. Según IDC, las iniciativas en torno a la smart city atraerán inversiones tecnológicas por valor de más de 189 000 millones de dólares en 2023, frente a los 81 000 millones de dólares que se registraron en 2018. En este contexto, las principales prioridades estarán destinadas a proyectos de resiliencia energética y de infraestructuras, seguidos de seguridad pública basada en datos, así como el denominado transporte inteligente. Estas áreas representarán más de la mitad del gasto de todas las ciudades inteligentes a lo largo del período 2019-2023. A nivel regional, Estados Unidos, Europa occidental y China representarán más del 70% del gasto, aunque Japón y la región de Medio Oriente y África (MEA) experimentarán un importante crecimiento: alrededor del 21%. Lo que es evidente es que esta visión de la smart city ha evolucionado de forma exponencial en muy poco tiempo. De hecho, el discurso ha cambiado: ya no se trata solo de digitalizar; ahora el reto es añadir inteligencia a todo este ecosistema y facilitar una gestión más eficiente y sostenible de los recursos.

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Desde luego, uno de los retos actuales es el de vincular la innovación tecnológica con la posibilidad de recoger resultados tangibles de forma inmediata, así como hallar el modo adecuado de coordinar las diferentes iniciativas departamentales para conseguir un impacto real de eficiencia transversal. Uno de los actores con más experiencia en este escenario es Huawei, que ya ha participado en un gran número de proyectos en más de doscientas ciudades alrededor del mundo. Para profundizar algo más sobre este escenario hemos podido hablar con Edwin Diender, director de Transformación Digital y vicepresidente del Departamento Comercial de Gobierno y Sector Público en Huawei. Diender cuenta con una amplia experiencia en el desarrollo y construcción de ciudades inteligentes aprovechando el Marco Universal para la Construcción de Smart City.

PLATAFORMA Y ECOSISTEMA En estos momentos, el mensaje que Huawei está llevando al mercado se enfoca en el concepto de plataforma como el modelo más adecuado para integrar todas las tecnologías emergentes y las infraestructuras ITC que las soportan, con el objetivo de conectar los silos de información, gobernar los datos de manera eficiente y promover la transformación organizacional y de procesos. Este modelo ofrece las siguientes ventajas: » Es el modo más eficiente y efectivo de reunir a múltiples partes para interactuar y realizar transacciones. » Ayuda a crear y apoyar ecosistemas, facilitando el adecuado modelo de integración. » Ofrece un escalado flexible, para dar cabida a la creciente oferta de servicios y de aquellos que los consuman. » Soporta múltiples modelos comerciales y operativos de forma simultánea. » Permite ir añadiendo nuevas tecnologías y capacidades sin interrupciones. Una de las claves de este modelo es la integración de los datos como un recurso clave para transformar el modelo de suministro y de producción tradicional hacia un enfoque más eficiente, basado en la economía digital y en el uso de nuevas tecnologías, que permita conseguir mayores eficiencias o poner en marcha de nuevos modelos de negocio. La base tecnológica ya existe. Ahora el reto es hacer que todos estos sistemas y servicios, construidos sobre diferentes piezas de tecnología, trabajen juntos. Agregar toda esa información en una infraestructura de back-end, una plataforma capaz de integrar esos silos de información, tratar esos datos y obtener valor de ellos. En palabras de Edwin Diender: “El todo es más que la suma de sus partes. Si 1+1=2, solo podemos extrapolar una línea delgada que apenas crece. Si 1+1=3 o si 1+1=5, creamos un conjunto de valores mucho más alto y el rango de crecimiento en la cadena de valor es mucho mayor en el mismo período. Si hay dos o tres industrias trabajando juntas, resolviendo problemas y desarrollando soluciones combinadas, no solo crean, sino que también alcanzan un mayor nivel de trascendencia en la cadena de valor”. Edwin Diender, director de Transformación Digital y vicepresidente del Departamento Comercial de Gobierno y Sector Público en Huawei.

HICITY Esta plataforma transversal y conectada se plasma en el concepto de HiCity, una solución global que es la que permitirá construir ese “cerebro digital” de la ciudad inteligente a partir de un modelo 1+1+N: Horizon Digital Platform, el intelligent operation center (IOC), y el ecosistema de partners y aplicaciones inteligentes del que se nutre. » Horizon Digital Platform es la necesaria base tecnológica para habilitar los datos y las aplicaciones inteligentes. Permite integrar una amplia variedad de nuevas tecnologías (IA, big data, IoT, vídeo, IGP, GIS…) y habilitar la transferencia de datos y de aplicaciones de terceros a través de interfaces abiertas con el objetivo de agilizar los procesos de servicio y compartir flujos de información. Todo ello cimentado sobre una capa de servicios en la nube. » Por su parte, el IOC es el encargado de visualizar la administración de los activos de la ciudad en tiempo real, gracias a la información proveniente de sensores, cámaras y redes de comunicaciones. Este centro de operaciones integradas es capaz de analizar todos esos datos y tomar decisiones inteligentes, realizar una gestión más precisa de los recursos, mejorar la seguridad o promover el desarrollo industrial.

» El tercer pilar es el que ofrece la facultad de escalar el modelo, dando entrada a todo tipo de aplicaciones inteligentes que podrían recopilar y combinar los datos acumulados de toda la ciudad, actuando sobre ellos para soportar todo tipo de servicios, ya sean comerciales o no. Esta solución es la que permitirá a los administradores de la ciudad cambiar la forma de pensar, ahora podrán actuar como el CEO de una gran empresa. Les dará la posibilidad de contar con una plataforma para la integración y el análisis de estos grandes volúmenes de datos, transformándolos en información sobre lo que está sucediendo en tiempo real en materias como, por ejemplo, la salubridad del aire o la congestión del tráfico, cómo y en qué áreas está creciendo, dónde se está contratando más, si es necesario planificar ciertas infraestructuras…

Las iniciativas de smart city atraerán inversiones tecnológicas por valor de más de 189 000 millones de dólares en 2023

INTELIGENTE Y CONECTADA En este contexto, tecnologías como la inteligencia artificial o la robótica tienen un papel fundamental. “El valor central de la plataforma de conectividad inteligente es su capacidad para hacer que la IA sea accesible. Este es un avance muy importante, ya que abre todo tipo de posibilidades de crecimiento económico al acelerar el desarrollo de nuevas tecnologías y aplicaciones, lo que permite a los líderes empresariales reimaginar las industrias y ayudar a crear nuevos modelos de negocio innovadores”. Según la edición 2019 del Global Connectivity Index (GCI) de Huawei, la conectividad inteligente, posible gracias al uso de la inteligencia artificial, comienza a tener un impacto significativo en la economía digital de los países y está ya generando un punto de inflexión para la transformación digital. Aquellos países que cuenten con puntajes GCI superiores a 65 (España se encuentra en la posición 22), y que hayan realizado una inversión continua en conectividad inteligente, podrán ver aumentado su PIB en más del 1%. Otro ámbito que se ha de tener en cuenta en este camino hacia la eficiencia es todo lo relacionado con la sostenibilidad o la

Conectividad inteligente

Huawei Global Connectivity Index 2019

transición energética. Desde luego, las smart cities pueden ser una herramienta válida contra la crisis climática. “La conectividad inteligente puede contribuir de dos maneras significativas. En primer lugar, ayuda a comprender mucho mejor lo que sucede en una ciudad, lo que permite que se gestione de manera más eficiente. Avanzar hacia objetivos como la reducción de la huella de carbono y del consumo de energía, una gestión más eficiente de los residuos o del consumo de agua, por nombrar solo algunos, es posible gracias a toda esa información que se recibe en tiempo real”. Además, añade Diender, “todas las ciudades combinadas crean una infraestructura inteligente a nivel nacional, en la que estos elementos están disponibles y son aplicables a una escala cada vez mayor. Esto es lo que hace que sus logros y contribuciones sean aún más significativos”. Este movimiento hacia la conectividad inteligente crea nuevos modelos de negocio, productos y servicios; así como una nueva ola de crecimiento económico. “En el citado GCI de Huawei se describe cómo la convergencia de tecnologías como cloud, IoT, 5G o IA actúan como importantes impulsores en sectores como la agricultura, la atención médica o la pesca (en principio, industrias nativas no digitales), que ya están obteniendo retornos significativos”.

P I E Z A S I N D E P E N D I E N T E S , PERO CONECTADAS Pero todos estos desarrollos no tendrían ningún sentido si no tuvieran un objetivo claro y muy definido: las personas. Según las Naciones Unidas, en 2018 había 7 590 millones de personas en el mundo, el 55% vivían en ciudades. Para 2050 la cifra ascenderá a 9 700 millones, de las cuales el 68% vivirá en ciudades. El escenario a corto plazo es el de una población urbana en claro crecimiento con la correspondiente llegada de importantes retos relacionados con diversas áreas: urbanización, transporte, servicios, educación, salud, seguridad… “Las personas están en el centro de la transformación digital. En las ciudades inteligentes, en esencia, todas y cada una de las iniciativas son ‘para las personas’ y ‘con las personas’: que residen, que visitan, que pasan, viven o trabajan”. Al fin y al cabo, se trata de facilitar la vida de los ciudadanos: ahorrar tiempo, brindar un mejor acceso a la información en sus dispositivos o asistencia personalizada que permita una mejor toma de decisiones. Pero para ello resulta clave el papel que desarrollan las Administraciones Públicas y las leyes a la hora de establecer reglas y proporcionar la necesaria gobernanza, así como la capacidad para efectuar el seguimiento. “Las partes involucradas, combinadas, ayudan a crear y a desarrollar los programas y las iniciativas. Cada parte es una pieza en lo que llamamos el marco universal de construcción inteligente de la ciudad, similar a las piezas en un cubo de Rubik. Se trata de un marco universal donde cada pieza puede moverse de forma independiente sin romper la estructura. Nuestra plataforma digital sigue un principio similar”.

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